
en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
 
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Hermanos, realmente para nosotros  este día es muy especial, de alabanza al Señor, de gloria al Señor y queremos  demostrarles a ustedes nuestro amor y nuestra comunión en el Espíritu. Por eso  los tres vamos a tener unas palabras. 
Yo voy a esbozar algunos principios que tienen que ver con la unidad y la  comunión.
A veces me he preguntado:
¿Por qué Jesús fue enfático en hablar de unidad y de comunión?
¿Por qué el apóstol Pablo fue enfático al hablar de unidad y de comunión?
Algo tiene que haber detrás de todo eso, que el énfasis sea permanente. Por  eso tenemos que saber nosotros, ¿qué es unidad y qué es comunión? 
Unidad: 
Es el estado y la condición de ser uno.
Ser uno. Es un entero que tiene varias piezas que lo componen y esas piezas  encajan perfectamente bien para formar ese entero.
Cuando vemos un entero conformado por todas sus partes notamos que a cada parte  no le sobra ni le falta nada.
Cuando estamos en ese estado de unidad, entonces viene la comunión.
Comunión: 
Es estar unidos con un fin común, porque alguien nos une.
En un estadio de fútbol uno va por un equipo y otro por el otro; eso no es ni  unidad, ni comunión, eso es estar juntos.
La unidad, es espiritual y viene del Espíritu, es muy diferente a cualquier  tipo de acuerdo, a cualquier tipo de unidad que el mundo quiera fabricar o aún  las organizaciones quieran fabricar.
Nosotros, Iglesia, podemos estar unidos y vivir en comunión simplemente y  maravillosamente, porque todos tenemos la misma esencia, se llama “naturaleza  de Dios adentro nuestro”.
Todos tenemos la misma naturaleza, y lo único que hacemos cuando estamos unidos  y en comunión, es responder a la naturaleza que tenemos dentro, ni más ni menos  que eso.
La esencia de la comunión, es la esencia de la naturaleza que tenemos, por eso  no es difícil estar en comunión.
El problema es que, la Iglesia vivió sin gobierno y sin gobierno no hay  autoridad y sin autoridad no hay unidad y sin unidad no hay comunión.
Como nosotros tenemos la esencia, la naturaleza divina, podemos vivir en  unidad.
Un ejemplo para poder plasmar esto que estoy diciendo es, por ejemplo un  automóvil, es una organización, porque tiene partes, tiene elementos que  se los une y se hace un automóvil, es una organización de piezas, de elementos  que a la larga da un automóvil. Quiere decir que si a esa organización, le  quito una llanta y le pongo otra, no hay ningún problema, nadie se da cuenta,  el coche camina igual.
La Iglesia por la esencia  que tiene es un organismo, es diferente a una organización.
Si yo me corto una pierna —estoy  haciendo el paralelo con la rueda del auto—, no podemos ponernos la misma  pierna, cuando se me amputa una pierna, me tienen que poner una pierna  ortopédica.
Es clara la diferencia entre organismo  y organización, por eso nosotros  podemos estar unidos y en comunión, porque por la esencia que tenemos podemos  manifestar la unidad que viene del Espíritu.
No tenemos prótesis, somos originales, eso quiere decir que somos responsables.
Porque una llanta la puedo cambiar por otra, pero una pierna no la puedo cambiar  y si me ponen prótesis, tengo un problema, no tiene la naturaleza de mi organismo.
Ahora bien, voy a esbozar algunos principios, que no voy a tocar en  profundidad, pero estúdielo porque es maravilloso:
1) Jesús dijo: “...que sean uno para el que mundo crea.”  Eso  significa que la unidad da como resultado que el mundo crea.
2) Uno de los resultados de vivir en unidad y en comunión: es el  gozo.
Cuando hay unidad, hay fortaleza, hay solidez, todos tenemos la misma meta,  sabemos hacia dónde vamos, cuando nosotros tenemos la misma unidad en el  Espíritu hay funcionamiento armónico, no hay disensión, porque por la esencia  que tenemos de la naturaleza divina, sentimos lo mismo, pensamos lo mismo.
Lo que decía Pablo, no es uniformidad, es expresar lo que cada uno  tiene de Cristo.
Uniformidad: es que por presión exterior yo te obligo a estar junto y  aparentemente a estar unido.
Unidad: es por esencia  espiritual de la naturaleza divina en nosotros. Hace que nosotros  expresemos lo que tenemos de Cristo y Cristo es “uno” con el Padre y Cristo es  “uno” con el Espíritu Santo, y como viene de arriba yo la puedo expresar.
Para ver algunas cosas con relación  a esto, vamos a ver cómo el apóstol Pablo habla de la unidad y hay algunas  cosas extraordinarias:
”Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno 
de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, 
soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, 
solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; 
un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados 
en una misma esperanza de vuestra vocación; 
un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, 
el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. 
Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia 
conforme a la medida del don de Cristo. 
Efesios 4:1-7
El apóstol está diciendo que él es un preso por causa del Señor y exhorta a que  nosotros andemos como es digno de la vocación con la que nosotros fuimos  llamados, pero nos dice:
a) solícitos: o sea cuidadosos, dispuestos...
b) a guardar: esto es, cuidar, preservar...
c) la unidad “del Espíritu”: quiere decir que a esta unidad no la  fabricamos nosotros, la unidad es patrimonio del Espíritu y ya está, la Iglesia  no fabrica la unidad, no trabaja, no lucha para mantenerse unida, expresa lo  que tiene adentro, simplemente la tiene que guardar. Es celoso guardián del  patrimonio del Espíritu llamado “unidad”.
Nos damos cuenta entonces, de lo importante que es esto, porque tiene objetivo  y ya lo hemos dicho y vamos a ver otros.
Cuando uno guarda la unidad en el Espíritu está siendo responsable, está  respondiendo a una demanda de la esencia que le ha sido puesta adentro, por eso  no habla descuidadamente, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en  el vínculo de la paz.
En este pasaje, hay siete elementos  que menciona el apóstol, lo voy a hacer rápidamente, porque esto es para un  mensaje mucho más amplio. Solo vamos a hacer una reseña de algunos principios  que aquí están establecidos, que parten de la unidad en el Espíritu:
Siete veces está la palabra: “un”:
Un cuerpo... un Espíritu...un Señor, una fe...
1) Un cuerpo...
Es un organismo común, “Iglesia”, en el organismo común todos trabajamos en el  beneficio del cuerpo. 
2) Un Espíritu... 
Significa una vida común, el Espíritu es la vida para el cuerpo, entonces  cuando la vida del cuerpo se manifiesta a través del Espíritu, hay crecimiento  y reproducción del cuerpo por la vida del Espíritu que nos habita.
3) Como fuisteis también llamados en una misma esperanza... 
Esto es “un objetivo común” lo cual produce confianza y seguridad del destino  que la Iglesia tiene.
4) Un Señor... 
Significa un gobierno común. Cuando hay un gobierno común, hay reconocimiento y  acatamiento a la voluntad del Señor, nadie discute nada, nadie pone ningún  pero, hay una convicción de que tengo que acatar y respetar la autoridad que  viene de Él. En ese cuerpo, nadie discute nada porque sabe que cuando la  autoridad habló es sí y es amén.
5) Una fe... 
Es una convicción común, esta convicción común hace que tengamos una firme  confianza y fidelidad a la persona en la cual nosotros hemos creído.
En el cuerpo no hay gente que se debilita y hay que ir a visitarla, no hay  gente que se vuelve atrás, porque está unida en un mismo Espíritu... es  inconcebible.
Esto pasó por mucho tiempo en la Iglesia porque no teníamos la revelación del cuerpo,  ni de guardar la unidad del Espíritu Santo.
Quiere decir, que el nivel nuestro es siempre hacia arriba, jamás hacia atrás,  en Hebreos dice si retrocediere no agradará a mi alma.Quien hace  esto, no entendió o no se lo han predicado.
6) Un bautismo... 
Es una experiencia común “de muerte”. Todos morimos en Cristo y con Cristo.
Es una experiencia común de resurrección. Porque Cristo ha resucitado.
Es una experiencia común de ascensión. Porque Cristo está ahora, ascendido. 
Y es común a todo el cuerpo de Cristo, por eso guardamos la unidad, porque  sabemos dónde estamos, no vivimos en la muerte del bautismo, vivimos en el  poder de la resurrección y en el poder del Cristo ascendido. Ésa es la Iglesia apostólica que Dios está  recuperando en este tiempo.
7) Un Dios... 
Significa una creencia común, el Dios que hizo los cielos y la tierra, el Dios  que es sobre todos los dioses es un Dios que nos habita y es un Dios exclusivo  y es celoso, no admite otros dioses.
Este cuerpo sabe en qué Dios ha creído.
8) Un Padre de todos...
Es una filiación y una identidad común, significa, sabemos quienes somos y para  qué estamos en la tierra.
9) El cual es sobre todos, y por todos, y en todos...
Sobre todos, es dominio.
Por todos, es provisión y sustento permanente.
En todos, es presencia que habita a cada cristiano y a la Iglesia  permanente.
10) Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la  medida del don de Cristo...
Esto significa que, todo lo que tenemos, lo tenemos que compartir porque  estamos edificando un cuerpo, ése es el otro objetivo de la unidad y de la  comunión.
Estamos edificando un cuerpo, no venimos aquí para suplir necesidades porque ya  están suplidas, venimos aquí para edificar un cuerpo, una casa espiritual que  sea morada digna de Dios.
Eso es lo que la Iglesia hace, es lo que la Iglesia tiene que saber hacer, por  eso se tienen que romper muchos modelos, que nos han metido.
Cuando estaba viendo todo esto, le  pregunté al Señor ¿Por qué estaba hablando de todo esto?
Y vemos que el capítulo 4 sigue y allí nos encontramos con los cinco  ministerios que llevan a la unidad de la fe, al conocimiento del Hijo de Dios,  a un varón perfecto.
Ahora, el Espíritu me llevó a un versículo, que para mí fue impactante, porque  me resume toda esta exhortación del apóstol Pablo:
”Dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, 
el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, 
en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, 
así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.” 
Efesios 1: 9-10
1) Dándonos a conocer el misterio de su voluntad... 
Quiere decir que si lo conozco ya no es misterio, era misterio antes.
2) Según su beneplácito... 
Dios dijo, a mí me place revelarle a mi Iglesia el misterio.
Pero para que Dios te revele el misterio, Iglesia tienes que subir, porque Dios  ya bajó.
Juan dijo: “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor”, esa es  la cuarta dimensión.
Dios ya no baja más, la Iglesia tiene que subir para entender cómo Dios tiene  beneplácito en revelar los misterios, ya los reveló, están ahí, solamente  tenemos que quitar la cubierta.
3) “El cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en  Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están  en los cielos, como las que están en la tierra.”
Ésta fue la respuesta, de todo lo que Pablo dice: que un día todas las cosas  que están arriba, están abajo, se van a reunir en Cristo.
Estas palabras tienen una meta: Que un día todas las cosas vengan bajo el  gobierno absoluto de Cristo.
Quiere decir que cuando la Iglesia está  haciendo lo que dice Pablo, solícitos en guardar el Espíritu...
La Iglesia trabaja en dos niveles, en dos andariveles:
1) Mantener la unidad para que el mundo crea.
2) Mantener la comunión para anticipar el día que Cristo reúna todas las  cosas.
Proféticamente y mirando hacia el futuro, la Iglesia preservando la unidad y  manteniendo la comunión está anticipando el día que Cristo habrá de reunir  todas las cosas en sí mismo.
¡Aleluya! Eso es, si la Iglesia no preserva la unidad, la comunión, ese  cuerpo no tendrá una cabeza que un día va a gobernar. Sí la tiene, me refiero a  que no estará a la altura de Él.
La meta consumada de Dios no es la Iglesia, la meta consumada de Dios es:
“La reunión de todas las cosas en un tiempo futuro bajo el gobierno de  Cristo”.
No es una Iglesia que se va al cielo a tener casita, no es verdad eso de tener  casitas, porque no hay casitas en el cielo, es reunir todas las cosas bajo el  gobierno de Cristo.
Por lo tanto proféticamente lo que la Iglesia hace es:
Avanzar en unidad y de esta manera le dice al mundo, yo estoy anunciando un día  “cuando Cristo va a reunir en sí mismo, todas las cosas que están en el cielo y  en la tierra”.
¡Esto es glorioso, es poderoso, es  portentoso! ¡Alabado sea el Nombre de Jesús! 
Para eso trabaja la Iglesia, para que un día Jesucristo, reúna todas las cosas  que están en el cielo y en la tierra y la Iglesia con Cristo, porque una cabeza  sin cuerpo es monstruosa.
¿Estamos entendiendo el privilegio que tenemos? Que un día Cristo  reúna todas las cosas bajo Él mismo.
Por eso quiero desatar, impartir sobre  su Iglesia un mayor espíritu de unidad y comunión.
Iglesia, en el Nombre de Jesús.
¡Pídale revelación al Espíritu Santo,  de lo que significa la unidad y la comunión!
Cuando a usted le es revelado esto,  ni con un dedo va a tocar un miembro del cuerpo de Cristo, ni con un dedo va a  tocar a sus autoridades espirituales, ni por asomo va abrir su boca, porque  usted estará solícito en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la  paz. Porque el mundo tiene que creer cuando vea la unidad y cuando la Iglesia  se para y profetiza diciendo:
¡Mundo aquí vengo! ¡Estoy profetizando: ¡“Que viene el día que todas las  cosas en el cielo y en la Tierra serán reunidas bajo una cabeza, que es nuestra  cabeza, que es Jesucristo”!
¡Alabado sea el Nombre de Jesús!
  
  
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