«Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo», fueron las palabras del Espíritu Santo estableciendo así la voluntad de Dios para el “nacimiento repentino” de un ministerio.
De la misma manera, un martes como cualquier otro del mes de noviembre de 1996, se volvió a oír la voz del Espíritu Santo y tras ella, el llanto espiritual de un “recién nacido” que hoy lleva el nombre de Ministerio Apostólico-Profético GENERACIÓN EN CONQUISTA.

La distancia en tiempo y lugar quedó bien marcada. Ya no fue en Antioquía, sino en Buenos Aires; tampoco el siglo I, sino el siglo XX y los llamados no fueron Bernabé y Saulo sino Daniel Dardano, Daniel Cipolla y Hernán Cipolla.

Una vez más la obra era encomendada; México sería el lugar de inicio para el recorrido ministerial que abarcaría las naciones. Las palabras del Espíritu Santo en boca del profeta resonaron en todo aquel recinto, teniendo como testigos a los santos reunidos en aquella congregación: “Un ministerio grande para México y ministerio grande para las naciones”.
La palabra profética se cumplió y este ministerio aún siendo “niño”
comenzó a caminar en diciembre de 1997.


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