en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
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Estoy convencido por el Señor que en este tiempo que estamos viviendo, como nunca antes la Iglesia de Jesucristo será levantada y será puesta a la vista de todos aquellos que aún no creen. Estoy convencido que el Señor siempre lo quiso hacer en todos los tiempos, que Él siempre tuvo a su gente, a sus amados, a aquellos que dieron para el Señor todo su ser, que no midieron el precio que había que pagar con tal de agradar al Señor, amarle y ponerlo en primer lugar.
Siempre esa gente se destacó entre la gente de su generación y lo que hoy voy a compartir, por lo menos los chicos de esta iglesia, dirán que es figurita repetida o que es tomar dos veces de la misma sopa, pero en este año nos hemos propuesto comenzar a ser una generación diferente, y hay una generación diferente que Dios quiere levantar.
Déjeme decirle que no solamente por ser llamados hijos de Dios somos una generación diferente, no es así, no es así.
A veces creemos que solamente por ser cristianos y estar dentro de un templo compartiendo la alabanza, la adoración, la oración, la Palabra, compartiendo el mensaje del Evangelio con alguna u otra persona que nos rodea, eso nos hace una generación diferente, y déjeme decirle que no esa así. Porque la generación diferente que Dios está levantando en este tiempo, es una generación que será vista no solamente porque van a un templo o algún lugar de reunión los días domingo, será vista porque es una generación que vive a Cristo todos los días y que hay una luz que sale de cada uno de ellos, y que ilumina todo lo que le rodea.
Esto que yo estoy compartiendo no es una idea mía, voy a mostrarle por la Palabra qué significa ser una generación diferente, y vamos a terminar hablando de tres características o tres cualidades que una generación diferente tiene y cómo se puede percibir dónde Dios está haciendo algo diferente en todo el mundo.
Para comenzar yo quiero que usted me acompañe al libro de Jueces y que leamos juntos a partir del capítulo 2 versículo 7, vamos a leer desde el versículo 6 para que tengamos un poco más de contexto:
“Y el pueblo había servido a Jehová todo el tiempo de Josué,
y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué,
los cuales habían visto todas las grandes obras de Jehová,
que él había hecho por Israel. Pero murió Josué hijo de Nun,
siervo de Jehová, siendo de ciento diez años.
Y lo sepultaron en su heredad en Timnat-sera,
en el monte de Efraín, al norte del monte de Gaas.
Y toda aquella generación también fue reunida a sus padres.
Y se levantó después de ellos otra generación que
no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel.”
¿Qué es lo que ocurre en el relato que estamos leyendo?
Josué siendo realmente un líder que agradó a Dios, que hizo su voluntad, que fue la persona escogida por el Señor para hacer pasar a todo el pueblo a la tierra prometida para tomar posesión de esa tierra, este líder muere, parte a la presencia del Señor y luego de él mueren todos aquellos que habían visto las grandes obras que Dios había hecho en medio de ellos.
Hay algo que a mí me llama la atención, Josué ya en su último tiempo, reúne a todo el pueblo, y usted lo recordará porque está en Josué 24, que les dice:
“Yo y mi casa serviremos al Señor,
pero ustedes elijan a quien van a servir”.
Déjeme decirle, ese versículo que es tan usado por nosotros, y que es tan bonito y hasta lo colgamos en casa, no es del todo feliz, porque un pueblo que sabe que Dios estuvo con él, un pueblo que recibió la bendición directa del Señor, y vio la mano de poder de Dios con él, es un pueblo que tiene que ser puesto ante la decisión de saber si va a seguir a Dios o no lo va a seguir.
Déjeme decirle algo, han ocurrido en la historia de la iglesia muchos avivamientos, usted puede saber de algunos de ellos, pudo haber leído de muchos de ellos, pero hay una realidad: ninguno de esos avivamientos nos ha afectado el día de hoy. Todos esos grandes hombres y esas grandes mujeres, y esas generaciones que fueron parte de grandes avivamientos murieron al igual que Josué y que los ancianos que le sobrevinieron a Josué.
Pero las generaciones continúan, y cuando nacen nuevas generaciones es donde está el problema si el servicio a Dios y el amor a Dios va a ser genuino o no va a existir.
En este caso tenemos a un pueblo que debiendo haber sabido acerca de las grandes obras de Dios a favor de sus antepasados, que ellos estaban poseyendo una tierra que Dios se las había dado por su mano de poder, y que había hecho grandes cosas a su favor, este pueblo tendría que haber sido una generación que le siguiera al Señor, le sirviera de todo corazón, y marcara ese lugar como propiedad de Dios y propiedad del pueblo santo de Dios.
Nosotros podemos ser protagonistas de las obras más tremendas y grandiosas de la mano del poder de Dios. Pudimos haber visto todo lo que Dios es capaz de hacer, podemos aun ser hijos de grandes siervos de Dios, podemos tenerlo todo y haberlo visto todo, pero eso no nos garantiza que vamos a ser una generación diferente para el Señor.
Muchas naciones, muchos pueblos, muchas iglesias vieron moverse la mano de Dios en medio de ellos, y cuando hoy miran hacia atrás solamente lo que les queda es el recuerdo de lo que Dios hizo.
Le voy a poner un ejemplo que es algo muy significativo para toda la Iglesia de Jesucristo en este tiempo, y algo que Dios está comenzando a cambiar... La alabanza en la iglesia es una alabanza que siempre recuerda el pasado, ¿usted se dio cuenta? Todavía seguimos cantando, ¿sabe de qué? de los carros del faraón, cuando eso el Señor lo hizo hace miles y miles y miles de años. No digo que no esté bien exaltar al Señor por su mano de poder y por su grandeza, pero nosotros tenemos que poder contar las cosas que Dios ha hecho con nosotros.
Por eso hay muchos cristianos que sus máximas experiencias estuvieron siempre en el pasado. Y siempre que se habla con ellos están parados en lo que Dios hizo hace años atrás, pero ahora no hay una vivencia de ese Dios de amor, de misericordia, de poder, de gracia, de manifestaciones, de unción, de presencia de Dios, no existe.
Dios nos ha llamado a ser una generación diferente, pero en medio de todos los tiempos, eso es lo que yo quiero remarcar.
Fíjese, vamos a seguir leyendo en este pasaje a partir del versículo 11 y fíjese qué ocurre cuando hay una generación que se olvida de Dios y de una generación que no es diferente porque no ha puesto al Señor en primer lugar. Dice de la siguiente manera:
“Después los hijos de Israel hicieron lo malo en ojos de Jehová, y sirvieron a los Baales.
Dejaron a Jehová el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto,
y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores,
a los cuales adoraron; y provocaron a ira a Jehová. Y dejaron a Jehová, y adoraron á Baal
y á Astarot.Y se encendió contra Israel el furor de Jehová, el cual los entregó en manos
de robadores que los despojaron, y los vendió en manos de sus enemigos de alrededor:
y no pudieron ya hacer frente a sus enemigos. Por donde quiera que salían,
la mano de Jehová estaba contra ellos para mal, como Jehová había dicho,
y como Jehová se lo había jurado; y tuvieron gran aflicción.”
Déjeme decirle algo, muchas veces la iglesia sufre grandes aflicciones y se ve como azotada por la mano del enemigo, y cuando esas cosas ocurren los cristianos empezamos a preguntarnos qué pasó con Dios, y por lo general nuestro cuestionamiento está dirigido hacia la persona de Dios como tal, y nunca, casi nunca está dirigido hacia nosotros mismos. No somos capaces de decir, ¿por qué Dios está permitiendo que esta aflicción o este problema esté llegando a mi vida? ¿Qué es lo que no estará bien en mí para que Dios permita que esto me ocurra? Porque Dios les había prometido estar con ellos siempre, protegerlos, librarlos de todos sus enemigos. Pero ahí en el medio muy chiquito dice “como había dicho Jehová”, quiere decir que Jehová ya les había dicho: si ustedes no hacen lo que deben hacer yo no los voy a proteger más, los enemigos los van a atacar y van a vencer.
Si usted lee todo el libro de Jueces se va a dar cuenta qué es caída y levantada, arrepentirse y decir, Señor vuelve a estar con nosotros, perdónanos... Dios, manda a un libertador... Cuando todo está bien y todas las cosas se calman y hay paz otra vez el pueblo se olvida de Dios, otra vez caída, otra vez arrepentirse, pedir al Señor perdón…
Le hago una pregunta, la iglesia de Jesucristo ¿no ha estado viviendo así todo el tiempo? Llegamos un domingo a la iglesia, tenemos el culto, comenzamos la reunión y hay una opresión en el ambiente, hay una tristeza hay amargura, y decimos ¿pero qué nos pasa, si venimos a alabar al Señor? ¿Sabe que pasa? que el Señor hizo algo extraordinario el domingo pasado, pero de lunes a sábado fue como el pueblo de Israel que volvió a caer y cuando volvió a caer, llegó el domingo nuevamente a la reunión para decirle: Señor me volví a equivocar. Entonces cuando queremos alabar al Señor toda la congregación está en su asiento diciéndole Señor perdóname por esta semana, Tú sabes lo que hice, lo que me pasó, el problema, no tuve tiempo, no oré, no leí, no tuve comunión, no te pregunté...
Y la congregación está quince minutos para que Dios la restaure y la levante, le envíe un libertador que va a ser el predicador de ese domingo, le predique un mensaje que los saque, la iglesia sale del templo gozosa y feliz porque (se va a comer a los chicos crudos, dicen en Argentina), se va a llevar el mundo por delante el día lunes, pero cuando llega el día domingo de la siguiente semana vuelve a ser la misma situación de siempre.
Todavía no estamos siendo una generación diferente, por tanto Dios en este tiempo está permitiendo que nuestros enemigos se nos acerquen cada vez más, y Dios está permitiendo que en este tiempo que tengamos y suframos algunas aflicciones.
Mi hermano, cuando esté pasando una aflicción, no le pregunte al Señor qué es lo que Él está haciendo mal. Mire, si yo no me equivoco, Dios es perfecto, todo lo que hace lo hace bien. ¿Sabe que quiere decir? Que los que no somos perfectos todavía somos nosotros. Cuando estamos pasando aflicción la pregunta no es hacia Dios, es hacia mí: ¿Señor, qué estoy haciendo mal? Porque Tú tienes el poder para librarme de mis enemigos.
Mire, yo creo que a usted le pasó, pero usted se habrá dado cuenta que cuando está bien con el Señor, una de las cosas que ni usted piensa, es tener que estar haciendo guerra espiritual todo el tiempo y reprendiendo al enemigo, sin embargo el enemigo no lo molesta ¿si o no? Así es. Y a veces hay cosas puntuales por supuesto, el enemigo se presenta, y usted claramente sabe que es el enemigo, toma la autoridad en Cristo y lo reprende. Pero cuando estamos amando al Señor y teniendo el Reino de Dios en primer lugar ¿sabe qué ocurre? El enemigo no se puede acercar, porque jamás el enemigo le va a poder hacer frente a Dios, y usted lleva a Cristo en su interior. El enemigo no se le puede acercar porque no va a poder vencer a Cristo que está en usted. Pero no depende de Dios, depende de usted y depende de mí, no depende de Él.
Ahora bien, yo quiero mostrarle cuatro ejemplos comenzando en el libro de Génesis, de generaciones diferentes en medio de todos los tiempos. Génesis capítulo 6. Usted se va a dar cuenta por la Palabra que Dios siempre levantó una generación diferente, no importa el tiempo, no importa lo que se estaba viviendo, no importa la maldad del mundo, no importa aún, escuche bien lo que le voy a decir, no importa aún la rebeldía del propio pueblo de Israel. Dios siempre levantó una generación diferente en medio de los tiempos.
Pero cuando estamos en la calle, o cuando estamos en el medio de las actividades de nuestra semana normales, por lo general no llamamos la atención pasamos desapercibidos por entre toda la gente. En medio de nuestra generación nadie podría decir esta persona es diferente, este hombre es diferente, esta mujer es diferente. Dios pudo ver en medio de ese tiempo donde dice la Biblia que la maldad ya había llegado al tope, imagínese si la maldad llegó al tope en este tiempo, la maldad en este tiempo, ya Dios si no hubiera hecho el pacto luego, y que cada vez que usted ve el arco iris es el pacto de Dios, ya hubiera enviado miles de diluvios, y hubiera matado miles de seres humanos sobre la faz de la tierra. Supuestamente en ese tiempo la maldad había llegado a un tope, a un límite que Dios ya no podía soportar, y en medio de esa generación Dios miró y vio que había un hombre que era justo y recto en su generación, un hombre que era perfecto en todos sus caminos, un hombre que caminó con Dios.
¿Por qué Dios pudo seguir con la raza humana? Porque encontró a un hombre, a uno, a uno que valió la pena para que Dios dijera, a partir de éste yo voy a hacer una nueva generación.
La iglesia de Cristo tenemos el poder del Espíritu Santo para que Dios pudiera tomar a uno de nosotros, y a partir de uno de nosotros Dios empieza a levantar una generación diferente.
Usted sabe que a veces no medimos la verdadera responsabilidad que tenemos. Medimos la bendición que recibimos, pero no medimos que la responsabilidad que tenemos es muy grande, porque cada vez que Dios nos da una palabra y cada vez que un siervo de Dios se para en este lugar y nos comparte algo de parte de Dios nuestra responsabilidad delante de Dios crece. A veces medimos solamente la bendición que estamos recibiendo pero no medimos la responsabilidad que Dios nos está dando.
Si con estos que estamos aquí, tomamos todas las palabras que Dios nos ha dado y nos proponemos ser una generación diferente nosotros vamos a lograr dos cosas: que el mundo cambie por entero y el evangelio llegue a cada rincón de este planeta, segundo, apresurar la venida de nuestro Señor.
Este grupo que estamos aquí, ¿sabe por qué tantos miles de cristianos alrededor del mundo todavía no lo hemos logrado? Porque Dios no ha visto todavía una verdadera generación diferente que se levante en medio de todo, en medio de todo para mostrarse como una generación justa, recta, perfecta de corazón, que ama a Dios y que camina con Dios.
Segundo ejemplo: Números 32:11
“No verán los varones que subieron de Egipto
de veinte años arriba, la tierra que prometí con juramento a Abraham,
Isaac, y Jacob, por cuanto no fueron perfectos en pos de mí;
excepto Caleb, hijo de Jefone cenezeo, y Josué hijo de Nun,
que fueron perfectos en pos de Jehová.”
Le hago una pregunta, ¿los varones de 20 años arriba no eran parte del pueblo? ¿Dios no podría haber hecho una excepción? ¿No podría haber dicho el Señor: bueno, se equivocaron, no apreciaron bien las cosas? ¿Por un momento dejaron al Espíritu Santo y actuaron por la carne, y por eso vieron todo tan negro en la tierra prometida, pero de todas maneras son del pueblo, tienen que entrar porque son príncipes de mi pueblo, son varones de mi pueblo, son gente que con el tiempo van a ser muy útiles?
Justamente Dios dijo todo lo contrario: Estos no pueden pasar, porque con el tiempo van a echar a perder todo lo bueno que yo les quiero dar porque no son perfectos de corazón. Y perfecto no es que no tenga ningún error, que no tenga nada que tacharle usted. Perfecto es que el corazón se hizo uno con el corazón de Dios. Perfecto es que esa persona siente lo que Dios siente. Perfecto es que esa persona ama lo que Dios ama. Perfecto es que esa persona solamente se mueve por la voluntad perfecta del Señor y no quiere otra cosa en su vida. Perfecto es que no le importa el qué dirán, que quiere agradar a Dios con todo su corazón. Eso es perfecto.
De toda esa gente Dios dijo, solamente a dos, Caleb y Josué, simple y sencillamente, no porque me halagaron al oído, dice Dios, y hablaron bien lo que yo quería que hablaran, no... porque fueron perfectos, porque ellos sienten como yo siento, porque ellos piensan como yo pienso, porque ellos quieren mi voluntad, porque ellos saben quién soy Yo para sus vidas, porque ellos no tienen temor a nada, saben que si Yo estoy a favor de ellos, nada les va a poder hacer frente.
Por eso les digo que aun en medio de la Iglesia de Jesucristo en todo el mundo, Dios está comenzando a levantar una generación diferente. No se conforme con ser cristiano, ¿sabe por qué? Porque le puede pasar que Dios diga, usted no va a tomar la tierra... Pero estos sí van a tomar la tierra simplemente porque tuvieron un corazón perfecto y anduvieron en pos de Mí.
Dios está levantando una generación diferente, no de personas que solamente que escuchan mensajes, no de personas que estudian la Biblia, no de personas que quedan bien con el pastor, no de personas que solamente diezman. Es mucho más que todo eso, de personas que viven por Dios, de personas que solamente quieren lo que Dios quiere, ninguna otra cosa. Esas personas son las que Dios va a levantar como una generación diferente en este tiempo para salvación de toda la humanidad.
Tercer ejemplo, y un ejemplo que a mí me gusta en particular mucho, y hay algunas cosas que les quiero hacer notar, libro de Daniel 1:3-21:
“Y dijo el rey a Aspenaz jefe de sus eunucos, que trajese de los hijos de Israel,
del linaje real de los príncipes, muchachos en quienes no hubiese tacha
alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, y sabios en ciencia,
y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey;
y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos.
Y les señaló el rey ración para cada día de la provisión de la comida del rey,
y del vino que él bebía; y que los criase tres años, para que al fin de ellos
se presentasen delante del rey. Entre estos estaban Daniel, Ananías,
Misael y Azarías, de los hijos de Judá. A éstos el jefe de los eunucos puso
nombres: puso a Daniel, Beltsasar; y a Ananías, Sadrac; y a Misael, Mesac;
y a Azarías, Abed-nego. Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse
con la porción de la comida del rey, ni en el vino que él bebía;
pidió por tanto al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse.
Y puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad con el jefe de los eunucos;
y dijo el jefe de los eunucos a Daniel: Temo a mi señor el rey, que señaló
vuestra comida y vuestra bebida; pues luego que él vea vuestros rostros
más pálidos que los de los muchachos que son semejantes a vosotros,
condenaréis para con el rey mi cabeza .Entonces dijo Daniel a Melsar,
que estaba puesto por el jefe de los eunucos sobre Daniel, Ananías, Misael,
y Azarías: Te ruego que hagas la prueba con tus siervos por diez días,
y nos den legumbres a comer, y agua a beber. Compara luego nuestros rostros
con los rostros de los muchachos que comen de la ración de la comida del rey;
y haz después con tus siervos según veas. Consintió, pues, con ellos en esto,
y probó con ellos diez días. Y al cabo de los diez días pareció el rostro de ellos
mejor y más robusto, que el de los otros muchachos que comían de la porción
de la comida del rey. Así, pues, Melsar se llevaba la porción de la comida
de ellos, y el vino que habían de beber, y les daba legumbres.
A estos cuatro muchachos Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas
letras y ciencias: y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños.
Pasados pues los días al fin de los cuales había dicho el rey que los trajesen,
el jefe de los eunucos los trajo delante de Nabucodonosor.
Y el rey habló con ellos, y no fueron hallados entre todos ellos otros
como Daniel, Ananías, Misael, y Azarías: así pues estuvieron delante del rey.
En todo negocio de sabiduría e inteligencia que el rey les consultó los halló
diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo
su reino. Y continuó Daniel hasta el año primero del rey Ciro”.
Déjeme explicarle algunas cosas que son más que interesantes de este pasaje. Por lo general cuando leemos este pasaje, nuestra atención siempre se va a que ellos no quisieron contaminarse, y está bien, es correcto, lo dice el pasaje, pero yo quiero hacerle notar algunas cosas previas a ésa.
Primer punto: El rey pidió que de los israelitas se eligieran muchachos especiales, especiales. Dice, se los voy a volver a leer: “muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey.”
¿La Biblia dice que estos cuatro muchachos eran con esas características? ¿Eran los únicos cuatro que tenían esas características?
Sí, estos cuatro muchachos tenían esas características, pero no eran los únicos. No dice la Biblia cuantos, pero eligieron a muchos muchachos. Todos los muchachos tenían las mismas características. Todos estaban habilitados y capacitados para llegar a formar parte de la gente especial que el rey quería tener con Él. Todos.
¿Sabe qué? Daniel no tuvo nada especial en sí mismo, ni los otros tres muchachos. Sólo una cosa tuvo especial Daniel: Oyó a Dios e hizo su perfecta voluntad.
Usted no se compare con aquel que parece que va a ser el mejor siervo de Dios. Nunca se compare, porque lo que Dios está viendo no son las características aparentes de una persona para poder usarla Dios y hacer grandes cosas a través de ella. Lo que está viendo Dios es lo que hay en el corazón.
Dios vio que Daniel propuso en su corazón no contaminarse. Pero hay algo mejor que esto y es algo que yo estoy esperando que ocurra en medio de los jóvenes cristianos. Siempre estamos esperando que en medio de los jóvenes surjan pastores de jóvenes, personas que lleven a los jóvenes a algo diferente, ¿sabe qué estoy esperando yo? Que en medio de los jóvenes surjan jóvenes que cambien al resto de los jóvenes.
Le voy a decir que pasó acá: quien habló con el jefe que tenían fue Daniel, los otros tres no le dijeron ni una palabra. Posiblemente los otros tres le hayan dicho a Daniel, ¿Daniel qué te pasa? ¿Por qué nos estás embarcando contigo en este asunto? Si tú no te quieres contaminar... ¡pero nos van a dar la comida del rey, nos van a dar de su vino Daniel! No, Daniel le dijo, ¿sabes qué? Prueba con nosotros cuatro, porque acá somos fuertes y machos…
Daniel jaló a los otros tres. En Daniel había algo diferente y él pudo contagiar de ese espíritu diferente que tenía. Si usted tiene un espíritu diferente, va a poder contagiar a otros hijos de Dios para que hagan la voluntad perfecta de Dios.
Por eso mi deseo de todo corazón es ver que los jóvenes en si mismos son una generación diferente que contagian a otros jóvenes con el fervor y el verdadero amor hacia el Señor. No que están esperando tener una buena reunión de sábado y hacer algo lindo, divertido, o entretenido. Que está bien eso, está bien, claro que está bien, pero eso no va a salvar a nuestros jóvenes. Tiene que haber un espíritu diferente. Daniel fue quien le dijo al jefe: prueba con nosotros cuatro, y a ver qué pasa después de diez días.
Y después de diez días obviamente sus rostros eran mejores, pero allí la cosa no terminó. Dios, dice el pasaje que leímos, Dios les dio mayor sabiduría y mayor entendimiento, y no fueron hallados otros como esos cuatro muchachos.
Pero déjeme decirle una cosa, hay alguien que tuvo mayor premio, y ese fue Daniel, porque él tuvo sueños, y pudo interpretar sueños y visiones.
¿Se da cuenta? El que se juega por Dios, Dios se juega por esa persona.
Entre los cuatro muchachos Dios los bendijo a los cuatro, pero a Daniel le dio más. Y el último versículo que leímos dice: Daniel siguió hasta el reinado de Ciro. Daniel siguió. Por eso todas las locuras que Dios le pida, usted no se preocupe porque Dios lo va a bendecir. No esté pensando que si la locura va ser bien vista, no va a ser bien vista, qué van a decir mis compañeros de milicia cristiana.
Si Dios le pide una locura usted hágala, porque la recompensa la va a tener usted, y los demás lo van a ver bendecido, feliz y contento moviendo la colita como un perro y se van a haber perdido de la bendición por no haber oído a Dios y no haber hecho su perfecta voluntad. Fíjese, por eso vuelvo a repetirle, todos tenían la misma capacidad y las mismas posibilidades de llegar a la presencia del rey y estar entre los elegidos en ese reino. Todos.
Iglesia, ¿sabe qué me gustaría decirle? Que todos los que estamos aquí vamos a ser una generación diferente, eso es lo que deseo con todo mi corazón. Pero sabe que aquí puede haber algunos Danieles y otros que sean los elegidos porque tienen las características, pero no van a llegar a estar en el reinado. Esto que estoy diciendo es un poco fuerte, y le digo la verdad, no pensaba decirlo, no es que lo estoy diciendo a propósito, yo no quiero asustar a nadie, mi intención no es asustar a nadie, pero para poder reinar hay que tener un espíritu diferente. Dios no le va a poder dejar su Reino a personas que no tienen un corazón perfecto para con el Señor, que no le aman por sobre todas las cosas, que no han aprendido a oír su voz y que lo único que desean sea hacer su perfecta voluntad.
Por eso Dios está quitando las apariencias, por eso Dios está sacando las cosas a la luz, porque hay mucho que parece ser excelente, y en el fondo las cosas están muy negras, muy sucias, muy desordenadas, y Dios se está encargando de sacar esas cosas a la luz ¿Sabe por qué? Por nuestro propio bien, porque Dios no quiere que ninguno se quede sin reinar y sin ser parte del reinado de Dios. El deseo de Dios es que todos estemos con Él. Dice:
“Pasando por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica,
donde había una sinagoga de los judíos. Y Pablo, como acostumbraba,
fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos, declarando
y exponiendo por medio de las Escrituras, que era necesario que
el Cristopadeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien
yo os anuncio, decía él, es el Cristo. Y algunos de ellos creyeron,
y se juntaron con Pablo y con Silas; y de los griegos piadosos gran número,
y mujeres nobles no pocas. Entonces los judíos que no creían,
teniendo celos, tomaron consigo a algunos ociosos, hombres malos,
y juntando una turba, alborotaron la ciudad; y asaltando la casa de Jasón,
procuraban sacarlos al pueblo. Pero no hallándolos, trajeron a Jasón
y a algunos hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando:
Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá;
a los cuales Jasón ha recibido; y todos éstos contravienen
los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús.”
¿Sabe qué me gusta de esto? Pablo y Silas no eran conocidos como predicadores del evangelio, eran conocidos como trastornadores del mundo entero. Hay una gran diferencia. Hay cristianos que predican en todos lados, pero no trastornan a nadie, ¿estoy diciendo la verdad o miento? Hay cristianos que predican en todos lados, le comparten el evangelio a todos pero no trastornan a nadie.
Usted puede predicar el evangelio hasta cansarse, eso no lo hace una generación diferente. Una generación diferente es la que tiene el poder de trastornar el medio ambiente donde se encuentra, el lugar donde Dios lo pone, todo queda patas para arriba. O la gente se enoja, se ofende, no le gusta que le saquen los trapitos al sol, o la gente se arrepiente y se entrega de todo corazón al Señor pero algo tiene que pasar.
Cuando acá llegaron estos dos, pasaron ambas cosas, hubieron unos que creyeron de todo corazón, judíos, griegos y mujeres nobles, pero hubo otros judíos que dijeron no podemos permitir que esto nos esté pasando y que nos esté jalando a nuestra gente para esta locura que ellos predican. Se enojaron, hicieron una turba, se llevaron a malvados que encontraron por el camino para armar todo un alboroto en la ciudad y sacar a la rastra de la casa de Jasón a este con otros muchos cristianos y los llevaron ante las autoridades.
Y me gusta que no solamente dice que eran trastornadores del mundo entero, sino que dice: “Todos estos contravienen los decretos de César, diciendo que hay otro rey: Jesús”.
Eso significa que tú estás en la empresa y viene el jefe y te dice, tú estás aquí a tiempo completo y la empresa es la que te paga, así que si te tienes que quedar dos, tres horas más o irte a cualquier hora será tu problema, arreglarás con tu familia, pero gracias a esta empresa tú comes, ¿Tú qué le dices? Sí, está bien, tiene razón, gracias a esta empresa como, me dan el sueldo cada quincena… ¡No! ¡No, no, no momentito, momentito, esta empresa no me da de comer, este sueldo yo no lo recibo por esta empresa, mi rey no es esta empresa, mi rey se llama Jesús, y yo lo estoy sirviendo a Él. Lo que yo estoy haciendo acá de lunes a viernes de 9 a 18, a 19, o lo que sea, lo hago para el Señor.
Eso es ser una generación diferente, una generación que se juega por el Señor, que no le importa lo que el mundo esté diciendo, ni las consecuencias que haya que pagar. Estos tipos se iban en contra del mismo imperio romano y del mismo César diciendo, que aunque había un rey humano, para ellos ese rey no existía, ni gobernaba sus vidas, y ellos estaban bajo ese reinado, ellos tenían otro reinado y otro rey, el Reino de los cielos cuyo rey es Jesús.
Eso es una verdadera generación diferente.
Ahora vaya a la carta a los Efesios por favor. Efesios 5:8, dice:
“Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor;
andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad,
justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor.
Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas,
sino más bien reprendedlas; porque vergonzoso es aun hablar de
lo que ellos hacen en secreto. Mas todas las cosas, cuando son puestas
en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que
manifiesta todo. Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes,
y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo.
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como
sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.
Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea
la voluntad del Señor.”
Aquí hay una clara diferencia entre lo que es una generación diferente para Dios y lo que no es una generación diferente.
El pasaje está diciendo: Ustedes antes eran tinieblas, ahora ustedes son luz. Las tinieblas y la luz no pueden permanecer en un mismo lugar, porque si aparece la luz las tinieblas tienen que abandonar ese lugar por la llegada de la luz.
Dios está declarando de nuestras propias vidas que ya somos una generación diferente. Para Dios ya somos luz, somos aquella luz que tiene que alumbrar todas las tinieblas que están a nuestro alrededor, ya somos esa luz para Dios. Pero la Palabra está diciendo acá: no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas sino más bien reprendedlas. El problema es que los hijos de Dios siendo luz seguimos participando de las obras de las tinieblas.
Nosotros podemos creer que estamos siendo luz, pero la luz que estamos siendo para Dios son tinieblas, porque no estamos iluminando y sacando fuera las verdaderas tinieblas.
Cuando Efesios está marcando la diferencia entre luz y entre tinieblas, después está diciendo: mirad con diligencia como andéis, no como necios, que pertenece a las tinieblas, sino como sabios, que pertenece a la luz.
Dice el 17, no seáis insensatos, que pertenece a las tinieblas, sino entendidos, que pertenece a la luz.
Hay una clara y marcada diferencia entre vivir como verdadera luz y creer que tenemos luz pero estar caminando en tinieblas.
Podemos creer que estamos siendo sabios y que estamos iluminando, pero estamos viviendo en nuestras propias tinieblas, que nosotros mismos hemos creado, y lo único que estamos siendo es ser necios e insensatos. Cuando no queremos andar bajo la perfecta voluntad de Dios, y por eso fíjese que hoy estoy usando mucho la palabra perfecta cuando hablo de voluntad, porque para una generación diferente no existe ni le pasa por la cabeza la posibilidad de la voluntad permisiva de Dios.
A una generación diferente la única voluntad que solamente existe es la perfecta. Para la voluntad perfecta de Dios, si yo soy luz soy verdadera luz, estoy andando como un entendido que entiende cuál es la voluntad de Dios, que sabe conocer cuál es su tiempo, cuál es su tarea, cuál es su propósito, cómo estoy, dónde estoy, para afectar ese lugar y transformarlo y trastornarlo para gloria de Dios y que todo cambie a partir de mi llegada. Porque donde yo llegué, llegó Cristo con su luz. Y donde Cristo está, las tinieblas no pueden permanecer, porque el diablo no puede estar.
No importa parecer que estamos en luz cuando Jesús nos advirtió que lo que nosotros podemos creer que es luz es tinieblas.
¡Cuánta confusión hay en los hogares cristianos! ¡Cuántos chicos adolescentes y jóvenes sufren! ¿Saben por qué? Porque ven a sus papás muy cristianos en el templo, pero cuando llegan a la casa no les checa que papá y mamá no viven como cristianos, que hablan tonterías, perdóneme el término, que dicen groserías, que ven los peores programas de televisión, que pelean y discuten todo el tiempo, que jamás mencionan la palabra voluntad de Dios en algún día de la semana. Esos chicos están creciendo como aquel pueblo de Israel que se terminó apartando de Dios. ¿Sabe por qué? Se terminó apartando porque no vio un verdadero ejemplo de amor a Dios. Quienes hemos vivido en otro tiempo en la verdadera religión, esa dura y firme, hemos visto cuántos hijos de pastores, y era muy normal que hijos de pastores se apartaran del Señor. ¿Saben por qué? Porque estaban, como se dice en Argentina, podridos, absolutamente cansados, de ver a su papá que predicaba muy lindo el domingo pero en casa a su papá nadie lo soportaba, o su papá no le daba ni la hora a su mamá y la dejaba abandonada y con toda la casa. Esos chicos estaban cansados. Cuando llegaron a los 18, 20 años, ¿sabe qué hicieron esos chicos? Le dijeron a su papá: Papá sigue con tu iglesia predicando mensajes bonitos y yo voy a hacer mi vida, yo me voy a olvidar de Dios.
Por lo tanto vivimos como necios porque no queremos hacer la voluntad de Dios, y vivimos como insensatos porque no entendemos la voluntad de Dios. Vaya conmigo a Filipenses 2:12, dice:
“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido,
no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora
en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor,
porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer,
por su buena voluntad. Haced todo sin murmuraciones y contiendas,
para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha
en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual
resplandecéis como luminares en el mundo”.
Dios nos ha llamado a ser luminares en medio de una generación maligna y perversa.
Que nuestra luz resplandezca en todo lugar donde estamos, no porque predicamos a Cristo, porque vivimos a Cristo.
Yo una vez conté este ejemplo, pero para los que no lo oyeron lo vuelvo a decir. En nuestra casa, en nuestro vecindario tenemos un vecino el cual está realmente mal el hombre. Un hombre ya grande con su mamá muy anciana, él no hace nada, está todo el día en la casa, no trabaja, no se le ve hacer nada, ninguna actividad, pero más de una noche desde que llegamos a esa casa, el hombre se quedaba muchas madrugadas, hasta las 6, 7, 8 de la madrugada, de la mañana, o a veces hasta más, y se lo oía que él estaba borracho. Varias veces mi esposa percibió olor a droga, como que él se estaba drogando allí, y siempre teníamos algunos problemas con este vecino. Y el primer encuentro que tuvimos no fue de lo más agradable porque mis hijos, que además se acuestan muy tarde, estaban jugando en casa como a las once de la noche, y él como habitualmente hacía, empezó a golpear las paredes dándonos aviso de que quería que bajáramos el volumen, obviamente que nosotros hacíamos que mis hijos bajaran el volumen de sus juegos y de sus risas. Pero, al ratito vino el señor a tocar el timbre de la casa, y cuando yo salgo, me dice, es que están haciendo mucho ruido y muchas cosas, y me explicó varias cosas. Y le dije, bueno, si yo lo entiendo, pero sabe qué es lo que no puedo entender que usted me está pidiendo esto cuando nosotros sufrimos muchas noches a la semana que nuestros hijos no puedan dormir bien porque usted pone música a todo volumen con su ventana abierta, no podemos abrir la ventana si hace calor porque el olor al cigarrillo que usted está fumando llega hasta la casa y usted se pone a cantar con la música y pasa toda la madrugada…
Entonces usted me viene a pedir cuando mis hijos están jugando, y yo entiendo, es un poco tarde y le pido una disculpa, y ya me he ocupado de que mis hijos se callen, pero no lo veo justo lo que usted está haciendo. Obviamente se enojó y se fue. Ahora usted me dirá: pero le hubiera predicado el evangelio, le hubiera dicho que Dios lo amaba, que murió en la cruz y que…
No, no le prediqué el evangelio, le dije las cosas como eran. ¿Sabe que pasó con ese vecino? Alguna que otra vez sigue teniendo... Yo estoy esperando la oportunidad porque sé que Dios me va a poner una oportunidad de esas exactas, ¿sabe qué pasó hace un mes y medio o dos meses atrás? Las pocas veces que nos hemos cruzado, me empezó a saludar, me empezó a sonreír. Dos veces me lo encontré en el Wall Mart de la esquina de mi casa, ¿y sabe qué hizo el señor? Se acercó para darme la mano y saludarme, y estrecharme su mano.
Yo no necesité predicarle el evangelio, yo solamente hice lo que tenía que hacer en ese momento, pero él supo que había una diferencia. Dice el Salmo 128:1
“Dichosos todos los que temen al Señor,
los que van por sus caminos.”
Temer es honrar, temer es amar, temer es obedecer, por lo tanto no es una cuestión de que nosotros hagamos un esfuerzo por separarnos de la maldad, es que pongamos todo nuestro empeño en acercarnos al Señor. Cuando nos acercamos al Señor, por ende, nos apartamos de la maldad, porque no queremos estar con aquello que lastima el corazón de quien más amamos.
Eso es amar genuinamente al Señor. Amar genuinamente no es cumplir con Dios, porque cumplir ya nos pasa al plano de religiosos, cumplir nos hace hacer lo que debemos hacer y quedamos bien con Dios, y hacemos la lista de todo lo que hicimos bien, como si lo fuéramos a impresionar a Dios con nuestra lista…
Pero amar verdaderamente al Señor significa todo lo contrario, significa acercarse a Él, conocerlo profundamente y tenerlo como primera cosa en nuestra vida. Por lo tanto, la maldad la vamos a repeler, porque no podemos compartir con aquello que lastima y ofende al Señor.
La primera cualidad: es el amor genuino hacia el Señor.
La segunda: la persona que pertenece a una generación diferente, hace lo que debe y Dios lo prospera. Fíjese el versículo 3 del Salmo 1.
Los cristianos vivimos de cualquier manera, pero cuando llegamos al domingo queremos que Dios nos bendiga. Me pregunto yo, ¿Por qué Dios nos tiene que bendecir? Porque le voy a decir la verdad, si Dios nos bendice cuando nosotros no nos estamos deleitando en él, Dios es un Dios injusto, y el Dios que yo conozco es un Dios justo. Cuando yo hago mi parte, Dios es el que me prospera porque ve que yo estoy poniendo mi empeño y mi esfuerzo por hacer su voluntad y agradarle a Él. El Salmo 128 que antes leí dice en el versículo 2:
“Lo que ganes con tus manos eso comerás,
gozarás de dicha y prosperidad.”
No lo piense solamente por un trabajo secular, piénselo aún como ministerio en la Iglesia, como padre de familia, como lo que quiera, piénselo...
Lo que hagamos de acuerdo a la voluntad de Dios, Dios lo va a prosperar, pero si nosotros esperamos que el pastor nos ore para que Dios nos bendiga, Dios va a llegar un momento que ya nos va a decir, acá se cortó, ya no te prospero ni te bendigo más porque tú no estás haciendo tu parte.
Una generación diferente hace lo que tiene que hacer para que Dios le prospere.
José se ganó la confianza de Potifar, y éste lo nombró Mayordomo de toda su casa y le confió la administración de todos sus bienes. Por causa de José el Señor bendijo la casa del egipcio Potifar a partir del momento en que puso a José a cargo de su casa y de todos sus bienes. La bendición del Señor se extendió sobre todo lo que tenía el egipcio tanto en la casa como en el campo, por esto Potifar dejó todo a cargo de José y tan solo se preocupaba por lo que tenía que comer.
José en la peor circunstancia de su vida, estaba haciendo la voluntad de Dios, por lo tanto Dios tenía el compromiso de prosperar a José. Dios tenía el compromiso de prosperar a José.
Dios tenía el compromiso de prosperar a José porque José estaba haciendo la voluntad de Dios y le agradaba, y hacía lo que tenía que hacer. Todo lo que estaba en manos de José Dios lo prosperaba.
Tercera cualidad: Amor de Dios para con los de su tiempo.
Y esto a mí me llamó mucho la atención cuando me dí cuenta de esto. Vaya conmigo a Génesis 45:1:
“José ya no pudo controlarse delante de sus servidores, así que ordenó:
«¡Que salgan todos de mi presencia!» Y ninguno de ellos quedó con él.
Cuando se dio a conocer a sus hermanos, comenzó a llorar tan fuerte
que los egipcios se enteraron, y la noticia llegó hasta la casa del faraón.
—Yo soy José —les declaró a sus hermanos—. ¿Vive todavía mi padre?
Pero ellos estaban tan pasmados que no atinaban a contestarle.
No obstante, José insistió:
—¡Acérquense! Cuando ellos se acercaron, él añadió:
—Yo soy José, el hermano de ustedes, a quien vendieron a Egipto.
Pero ahora, por favor no se aflijan más ni se reprochen el haberme vendido,
pues en realidad fue Dios quien me mandó delante de ustedes para
salvar vidas. Desde hace dos años la región está sufriendo de hambre,
y todavía faltan cinco años más en que no habrá siembras ni cosechas.
Por eso Dios me envió delante de ustedes: para salvarles la vida
de manera extraordinaria y de ese modo asegurarles descendencia sobre la Tierra.”
Génesis 45:1-7 (NVI)
Una generación diferente, a pesar de las injusticias sabe que Dios está en todo lo que le está pasando y en todo lo que está viviendo. José tenía el poder y la posibilidad como nunca antes de vengarse de todos sus hermanos. José los tuvo a sus pies, tal cual lo había soñado, José podía haberlos encarcelado, haberlos matado, haberlos puesto como esclavos, podía haber hecho lo que quería con sus hermanos, porque después del faraón era el máximo gobernante del lugar. Sin embargo una generación diferente no anda viendo cuánto me lastimaron los demás, cuánto daño me hicieron, cuánto me hirieron. Una generación diferente ve en las heridas provocadas de otros, la mano de Dios y la voluntad perfecta de Dios para su vida y transforma eso malo en una bendición y dice: Dios, usé esto para que yo hoy esté donde estoy ahora, y para que yo pueda darle gloria a su Nombre y pueda cumplir con mi propósito.
Una generación diferente no se está lamentando de su pasado. Por lo general, hay muchísimos hijos de Dios que todo el tiempo se están lamentando de su pasado, o de las circunstancias que viven, todo el tiempo, en vez de decirle: Señor, ¿por qué esta circunstancia? Porque si las estoy viviendo es por tu perfecta voluntad y Tú tienes algo que hablarme y yo tengo algo que hacer en medio de este problema, Tú me tienes que mostrar cuál es tu propósito en todo esto que está ocurriendo.
Vaya al capítulo 50:15 de Génesis, y con esto vamos a terminar. Escuche muy bien:
“Al reflexionar sobre la muerte de su padre, los hermanos de José
concluyeron: «Tal vez José nos guarde rencor, y ahora quiera vengarse
de todo el mal que le hicimos.» Por eso le mandaron a decir:
«Antes de morir tu padre, dejó estas instrucciones:
"Díganle a José que perdone, por favor, la terrible maldad que
sus hermanos cometieron contra él." Así que, por favor, perdona
la maldad de los siervos del Dios de tu padre.» Cuando José escuchó
estas palabras, se echó a llorar. Luego sus hermanos se presentaron
ante José, se inclinaron delante de él y le dijeron: —Aquí nos tienes;
somos tus esclavos. —No tengan miedo —les contestó José—.
¿Puedo acaso tomar el lugar de Dios? Es verdad que ustedes pensaron
hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que
hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente.
Así que, ¡no tengan miedo! Yo cuidaré de ustedes y de sus hijos.
Y así, con el corazón en la mano, José los reconfortó.”
Génesis 50:15-22 (NVI)
Una generación diferente es una generación que ama a los de su tiempo con el amor de Dios, que está viendo que la mano de Dios está en todas las circunstancias y en todos los problemas. Los hermanos, fíjense el temor hasta donde llegó, dijeron, ahora que nuestro papá murió José no va a tener excusa para aguantarse de vengarse, ahora ya… tal vez por respeto a papá que estaba anciano y esperó a que muriera, pero ahora nos viene el hacha en la cabeza. Y fíjense, no podríamos decir que fue una mentira lo que ellos dijeron porque no lo dice la Biblia, pero suena casi a verso: mi padre dejó dicho que nos perdonaras. Y la primera vez ni siquiera ellos se presentaron, mandaron a decir, mandaron a otra gente a decirle, vayan con nuestro hermano y díganle esto, y después fueron ellos a decirle aquí estamos, somos tus esclavos.
Ahora, no sólo son importantes las palabras de José, porque a veces nosotros sabemos que es lo que tenemos que responder, lo que importa es la actitud. Cuando José oyó lo que enviaron a decir los hermanos, dice la Biblia, se echó a llorar.
No es que le dijo, no… no se preocupen yo les voy a salvar las vidas, si yo soy el bueno de la película, ahí con un orgullo muy alto decirle que él los iba a salvar, que iba a cuidar de ellos y de sus hijos. No, se puso a llorar porque él fue el único que comprendió que la mano de Dios estuvo en el asunto.
Él fue el único que estaba tras el propósito que Dios había marcado para su vida, sus hermanos eran pobrecitos, eran esclavos ¿saben de qué? de su mente.
Estaban esclavizados por no haber hecho la voluntad de Dios y no eran libres para poder conocer, escudriñar el corazón y lo más profundo de Dios y encontrar su propósito y hacer algo diferente de sus vidas.
José no tomó venganza, José les dijo ¿Saben qué? no hay ningún problema, no hay ningún problema, yo sé que ustedes pensaron hacerme mal, eso me queda muy claro, pero Dios transformó ese mal que me quisieron hacer, en bien. Y esto lo hizo para salvar a mucha gente, a mucha gente que necesitaba ser salvada, y para eso Dios me usó, pero quédense tranquilos, mi amor hacia ustedes es tan grande que yo voy a cuidar de ustedes y voy a cuidar de sus hijos.
José sabía que él tenía que preocuparse no sólo por su propia generación, sino por las generaciones futuras para que conocieran a Dios y siguieran el camino de la voluntad de Dios.
Tan sólo son tres cualidades de una generación diferente.
¿Dónde está el propósito de Dios en la vida del ser humano si nosotros no hacemos lo que tenemos que hacer, porque no sabemos cuál es nuestro propósito y solamente le exigimos a Dios que nos bendiga? ¿Dónde está el amor absoluto de Dios hacia la humanidad si nosotros vivimos llorando por cuanto y como nos lastimaron otras personas, o por las rencillas que tenemos dentro de la Iglesia?
Dios quiere levantar una generación diferente con estas tres cualidades:
* Un amor genuino a Dios.
* Una generación que hace todo lo que tiene que hacer para que Dios la prospere.
* Y una generación que ama con el amor de Dios a la gente de su tiempo.
¿Me dejas decirte algo que así comenzó este mes? Esa generación diferente la tienes ahí adentro. Está ahí adentro. Por el Espíritu Santo todas esas cualidades están adentro tuyo hermano, están adentro tuyo hermana, están adentro por el Espíritu Santo, sólo tienes que permitir que Cristo viva en ti y que eso salga a la luz, y que todos puedan ver que Cristo es verdad, que no es un cuento, que no es una historia de un mártir que murió en una cruz, que es alguien que vive y vive de tal manera que tú lo tienes dentro tuyo y actúa por ti en todas las circunstancias y en todos los momentos.
Yo quiero orar por todos y les pido que estén de pie.
¿Cuántos desean ser parte de esta generación diferente y no quedarse afuera?
Dios desea hacerlo con nosotros mi hermano, Dios desea hacerlo con nosotros.
Yo lo único que puedo hacer es, lo único que puedo hacer, porque todo lo tiene que hacer el Espíritu Santo, pero es pedirle que no se pierda el mayor privilegio que usted puede tener en su vida: Ser una generación que transforme al mundo entero y que muestre que Cristo es verdadero y es real.
No se pierda esa bendición, no se enfrasque en sus problemas y en su propia vida.
Posiblemente hoy usted tenga que hacer algunas decisiones importantes, posiblemente usted tenga que poner un punto final a su pasado para que ya no lo atormente y ya no lo esté correteando como si usted estuviera corriendo una carrera sin final. Posiblemente tenga que hacer algo de esto, usted lo sabe delante de Dios, lo que tenga que hacer hágalo hoy en la presencia del Señor, hágalo hoy...
Pero póngale un punto final a una vida sin sentido que solamente se dice ser cristiana porque está en un templo reuniéndose habitualmente. Decídase ser una generación diferente, que Dios lo use en el tiempo que está viviendo y Dios pueda levantarlo como una verdadera luz en medio de las tinieblas.
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