Un reino de valientes
Daniel Cipolla
04 de December de 2005
El texto contenido en esta página fue tomado literalmente de lo expresado verbalmente
en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
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Lo vine masticando durante esta semana y realmente lo tenía en mi espíritu, pero no lo tenía... Toda Palabra de Dios, cuando a uno se la revela el Señor, la tiene en su espíritu pero no necesariamente la tiene organizada. Y era para mí, menester tenerla organizada para poder impartirla. Y realmente pensé que eso no iba a suceder, pero en la mañana de hoy me levanté con todas las luces.
Tú sabes cómo es el Señor, así que le confisqué la computadora a los apóstoles. Así que tempranito a la mañana ahí estábamos organizando aquello que Dios nos dio, y tiene que ver con "un reino de valientes".

Déjeme hacerle una introducción muy importante a lo que vamos a hablar. Nosotros, en la vida natural, tenemos muchas cosas que son normales, que son cotidianas, que las vivimos todos los días. Son tan naturales y tan cotidianas que a veces hasta inconscientemente, sin querer, nosotros trasladamos eso que nos ocurre en lo natural, lo trasladamos a lo espiritual. Y a veces creemos que a Dios le tiene que agradar, porque si en lo natural es así, ¿por qué a Dios no le va a agradar en el ámbito de lo espiritual?
Para darle un ejemplo, cuando hablamos de unidad de la Iglesia, muchos años se habló de unidad en la diversidad... Con eso, ¿qué se quería decir? Que si somos gentes de diferentes razas, de diferentes lenguas, de diferentes organizaciones religiosas, aún con diferentes visos de doctrina, por aquí, por allá... pero eso no era lo importante. Lo importante era que estábamos todos unidos en Cristo.

Usted sabe que eso no es verdad, porque la unidad del Espíritu es una mente, un corazón y un alma, así que ahí se acaban las culturas, se acaban las formas de ser, se acaba lo que enseña una organización y llega la doctrina apostólica, que es la que siempre está establecida en la Palabra.

Le traigo este ejemplo para ver que la Iglesia por muchos años dijo, está muy bien y Dios acepta y aprueba la unidad en la diversidad, pero cuando conocimos la revelación del Espíritu nunca más pudimos decir Dios recibe y acepta la unidad en la diversidad.
Este mismo ejemplo, déjeme dar este ejemplo, con los colores; todos nosotros hoy nos vestimos de diferentes colores ¿Sí o no? Muy bien. Quiero mostrarle algunas cosas esta tarde ¿De qué color es este paño, que yo tengo aquí? Este paño es de color blanco, muy bien, pero así como tengo un paño color blanco tengo otro paño que es un poquito diferente ¿De que color es? Negro. Pero,  ¿hay solo blanco y negro en la gama de los colores del blanco al negro? ¿Qué existe en la gama de los colores entre el blanco y el negro? Existe una palabrita de un color, que se llama, gris. Le hago una pregunta ¿Alguien peca porque se viste de gris? No, no, es un precioso color. No es ni muy blanco, no es ni muy negro, por eso se llama gris. ¿Hay  algún pecado en vestirse de gris? No, es un precioso color, a mí me gusta y a veces lo utilizo. Muy bien, en el ámbito natural es una preciosura tener un gris y tener un gran cantidad de gamas de colores.
La pregunta que me hago es, ¿podemos trasladar eso al ámbito espiritual? ¿Podemos nosotros decir que en el ámbito espiritual Dios no se va a enojar porque Dios sabe que no todo es blanco y que no todo es negro y que también podemos caminar en algunos grises? Es decir, que también podemos caminar en algunas zonas llamadas, neutrales. Qué bueno, el Señor sabe que al fin de cuentas de carne somos, somos débiles; Él nos conoce y sabe que en algunas cosas todavía estamos siendo tratados.  Entonces Dios sabe que algunas cosas voy en gris, pero yo creo que Él me lo acepta. Es fácil decir no, Dios, no acepta los grises, pero ahora cuando le habla la Palabra, yo creo que vamos a ver que en la vida estamos aceptando demasiados grises y estamos diciendo que estamos agradando a Dios.
Por eso estoy hablando de Reino y quiero detenerme en primer lugar, en un pasaje de Apocalipsis 21, porque con este pasaje yo pude comprender esto que le estoy diciendo:

“El que venciere heredará todas las cosas,
y yo seré su Dios, y él será mi hijo.
Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas,
los fornicarios y hechiceros, los idólatras
y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago
que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”.
Apocalipsis 21: 7-8

Me sorprende de este pasaje que la primera palabra que aparece en el listado, de Dios no es la incredulidad, no es la fornicación, ni es la hechicería, que es la cobardía.
La palabra cobarde ¿Sabe qué significa en el original? Si ahí dijera esa palabra nos asustamos ¿Sabe qué dice en realidad? ¿Qué dice? Pero los tímidos...
No hermano, pero escúcheme, es que yo soy tímido; ahí dice "los tímidos" porque la palabra DEOS, es tímidos. 

¿Qué quiere decir Dios con eso? Que en el Reino de Dios no se aceptan los tímidos.
Pero hermano mi forma de ser. Usted tiene una nueva naturaleza y la naturaleza de Dios en usted no es tímida, ése es usted, no Dios en usted.
Dios en usted no es tímido, porque no teme. Entonces con lo primero que me encuentro es con esta palabra que significa timidez y ¿qué significa esta timidez, este temor? Sencillo, ocurren dos cosas: o soy tímido porque prefiero quedar bien con los hombres, es decir, el tímido y el cobarde; es tímido y cobarde porque sabe lo que tiene que hacer y sabe lo que tiene que decir pero no lo hace, ni lo dice; porque no sabe cómo queda con los hombres, o no está dispuesto a pagar el precio delante de Dios. Algunas de las dos razones hay por lo cual no lo hace, por la cual es tímido y cobarde.

Déjeme decirle esto, si usted quiere saber lo que viene para la Iglesia, viene un Dios escrupuloso, es mejor que empiece a ser escrupuloso con su vida. Pero empiece a mirar dónde está la pelusa y se la empiece a quitar, porque Dios le va a empezar a quitar pelusas y lo va a golpear. Es mejor que empecemos a mirar dónde está nuestra pelusa y no que la vemos como hace cinco años ahí y la dejo todos los días y me pongo el mismo traje con la misma pelusa. Porque Dios dice se acabó, se acabó, no quiero ver más esa pelusa en ese traje.

Tienes timidez de hacer lo que tienes que hacer o lo que tienes que decir. Entendiendo esta palabra, hay un pasaje que toda mi vida ha impactado mi corazón. Pero antes de ir a eso, déjeme mostrarle algo en relación a los grises en Romanos 1, no lo vamos a leer, capítulo 1 verso 24 al 32. Empieza a hablar Pablo acerca de la justicia de Dios y dice, que los hombres empezaron a pervertir lo que él había hecho y que Dios los entregó a sus pasiones. Tanto así, dice, tanto así que el hombre dejó el uso natural de la mujer y la mujer dejó el uso natural del varón. Y cada uno empezó a pecar contra si mismo, recibiendo sobre si el castigo. Y dice, ellos no heredaran el Reino de Dios ¿De qué esta hablando? Del homosexualismo ¿Por qué Dios se ensaña tan poderoso? Ahora va a entender una revelación, tan poderosamente, con el homosexualismo.

Le voy a explicar por qué: porque cuando Dios hizo al ser humano lo definió y dijo éste es varón y ésta es mujer, no hay grises. La sociedad de hoy, escuche, está preñada de un espíritu de engaño; altamente fusionado en la mentalidad de la época, del espíritu de la época, donde a usted ya se le hace común empezar a ver al homosexualismo como algo a lo que nos tendremos que acostumbrar. Y el homosexualismo es justamente indefinición; no soy ni tan hombre, ni tan mujer, soy un indefinido. Y Dios no va a hacer nada, porque Dios nos ama. ¿Cómo un Dios bueno nos va a castigar y nos va a condenar porque soy homosexual? En definitiva Él me hizo así.
No, no, no, no, Él me hizo varón y me hizo mujer. Y si la sociedad de hoy, no está destruida a causa del homosexualismo ¿Sabe por qué es? Por una promesa que Dios le dijo a Noé, nunca más maldeciré la tierra a causa del hombre porque el designio del corazón del hombre siempre es el mal. Así que, porque Dios se lo prometió a Noé, es que no estamos bajo tierra. Pero no es porque somos mejores que Sodoma y Gomorra. Quiere decir que Dios abomina los grises, repulsa los grises. Dios definió y dijo, esto es así y esto es así; en mi Reino y en mi Espíritu, las cosas son blanco y negro.

Entonces en Jeremías, capítulo 35, me encuentro con algo tan poderoso; pero resulta que cuando voy a Jeremías encuentro algo mayor. Porque en Jeremías 35, que ahora vamos a leer, me habla de los hijos de Recab y me habla de Jonadab, hijo de Recab. Y la palabra Jonadab o el nombre Jonadab significa: favorecido del Señor. Ahora yo dije ¿Por qué Jonadab es tan importante, tan importante que Dios le dice a Jeremías que use a la familia de Jonadab a los recabitas para traer una ilustración hacia Judá? ¿Por qué? Y entonces hurgando un poquito, me di cuenta de dónde venía Jonadab y el por qué Dios lo había favorecido. Y me di cuenta que eso no aparece en Jeremías. Doscientos años antes de Jeremías 35, doscientos años antes que Jeremías agarrara a los recabitas para darle una lección, a su pueblo, aparece Jonadab. ¿Sabes dónde? En segundo libro de Reyes, aparece junto con el rey Jehú. Y si usted se acuerda un poquito la escritura, segundo libro de  Reyes, uno de los que Eliseo ungió fue a Jehú, hijo de Nimsi. Ungirás por rey para que él haga mis juicios, y no deje a nadie vivo de la casa de Acab, esa es la función de Jehú. Entonces en segundo libro de Reyes capitulo 10, me encuentro con el espíritu de este hombre en el versículo 15, dice la escritura:

“Yéndose luego de allí, se encontró con Jonadab hijo de Recab;
y después que lo hubo saludado, le dijo:
¿Es recto tu corazón, como el mío es recto con el tuyo?
Y Jonadab dijo: Lo es. Pues que lo es, dame la mano.
Y él le dio la mano. Luego lo hizo subir consigo en el carro, 
y le dijo: Ven conmigo, y verás mi celo por Jehová.
Lo pusieron, pues, en su carro. 

Y luego que Jehú hubo llegado a Samaria, mató a todos
los que habían quedado de Acab en Samaria, hasta exterminarlos,
conforme a la palabra de Jehová, que había hablado por Elías”.
2 Reyes 10:15-17

¿Qué hizo Jonadab? Participó en la matanza de todos los enemigos de Dios y de los adoradores de Baal. ¿Cuándo lo hizo? Doscientos años antes de lo que vamos a leer en Jeremías 35.
Por eso quiero decirle algo, todo lo que ocurre en la vida tiene un hilo en la historia y Dios no se olvida de los hilos. Dios tiene en cuenta la rectitud de las generaciones para bendecir. Este hombre estaba definido y Jehú, que bueno es Jehú, porque Jehú es un hombre que confronta. Le dice ¿Realmente estás conmigo? Porque no va a quedar uno y le hace una treta. Es más, después dice, si usted sigue leyendo dice, que los agarró a los de Baal y dijo, vamos a ofrecer sacrificio a Baal, los metió a todos dentro de un templo y le dijo, a los guardias, si ustedes dejan salir a uno su vida va por la de ellos.
Imagínese si a usted le dice, o lo matas o te mato, imagínese que usted no lo deja vivo ni por casualidad. Y los mató, a todos, ahí en el templo después del sacrificio; ese es Jehú. El hombre que hizo el juicio de Dios, al cual Dios le prometió que seguiría de su descendencia poniendo reyes. Y Dios le cumplió, aunque Jehú dice la escritura no anduvo en todos los caminos del Señor y anduvo en algunos pecados de otros reyes, sin embargo Dios lo bendijo.

Entonces le hago historia para que usted sepa quién es Jonadab, hijo de Recab, doscientos años antes que Jeremías metiera sus generaciones futuras dentro del templo del Señor. Vamos a Jeremías 35, ahora Jeremías capítulo 35. Lo voy a leer completo porque es un capítulo increíble:

Palabra de Jehová que vino a Jeremías en días de Joacim hijo de Josías,
rey de Judá, diciendo: Ve a casa de los recabitas y habla con ellos,
e introdúcelos en la casa de Jehová, en uno de los aposentos, y dales a beber vino. 
Tomé entonces a Jaazanías hijo de Jeremías, hijo de Habasinías, a sus hermanos,
a todos sus hijos, y a toda la familia de los recabitas; y los llevé a la casa de Jehová,
al aposento de los hijos de Hanán hijo de Igdalías, varón de Dios, el cual estaba
 junto al aposento de los príncipes, que estaba sobre el aposento de Maasías
hijo de Salum, guarda de la puerta. Y puse delante de los hijos de la familia
de los recabitas tazas y copas llenas de vino, y les dije: Bebed vino. 
Mas ellos dijeron: No beberemos vino; porque Jonadab hijo de Recab
nuestro padre nos ordenó diciendo: No beberéis jamás vino vosotros ni vuestros hijos; 
ni edificaréis casa, ni sembraréis sementera, ni plantaréis viña,
ni la retendréis; sino que moraréis en tiendas todos vuestros días,
para que viváis muchos días sobre la faz de la tierra donde vosotros habitáis. 
Y nosotros hemos obedecido a la voz de nuestro padre Jonadab hijo de Recab
en todas las cosas que nos mandó, de no beber vino en todos nuestros días,
ni nosotros, ni nuestras mujeres, ni nuestros hijos ni nuestras hijas; y de no
edificar casas para nuestra morada, y de no tener viña, ni heredad, ni sementera. 
Moramos, pues, en tiendas, y hemos obedecido y hecho conforme
a todas las cosas que nos mandó Jonadab nuestro padre. 
Sucedió, no obstante, que cuando Nabucodonosor rey de Babilonia
subió a la tierra, dijimos: Venid, y ocultémonos en Jerusalén,
de la presencia del ejército de los caldeos y de la presencia
del ejército de los de Siria; y en Jerusalén nos quedamos. 
Y vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo:  Así ha dicho Jehová
de los ejércitos, Dios de Israel: Ve y di a los varones de Judá,
y a los moradores de Jerusalén: ¿No aprenderéis a obedecer mis palabras?
dice Jehová.  Fue firme la palabra de Jonadab hijo de Recab, el cual mandó
a sus hijos que no bebiesen vino, y no lo han bebido hasta hoy,
por obedecer al mandamiento de su padre; y yo os he hablado
a vosotros desde temprano y sin cesar, y no me habéis oído. 
Y envié a vosotros todos mis siervos los profetas, desde temprano y sin cesar,
para deciros: Volveos ahora cada uno de vuestro mal camino, y enmendad
vuestras obras, y no vayáis tras dioses ajenos para servirles, y viviréis en la tierra
que di a vosotros y a vuestros padres; mas no inclinasteis vuestro oído, ni me oísteis. 
Ciertamente los hijos de Jonadab hijo de Recab tuvieron por firme
el mandamiento que les dio su padre; pero este pueblo no me ha obedecido. 
Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel:
He aquí traeré yo sobre Judá y sobre todos los moradores
de Jerusalén todo el mal que contra ellos he hablado;
porque les hablé, y no oyeron; los llamé, y no han respondido. 
Y dijo Jeremías a la familia de los recabitas:
Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel:
Por cuanto obedecisteis al mandamiento de Jonadab vuestro padre,
y guardasteis todos sus mandamientos, e hicisteis conforme
a todas las cosas que os mandó; por tanto, así ha dicho
Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: No faltará de Jonadab
hijo de Recab un varón que esté en mi presencia todos los días”.
Jeremías 35:1-19

Deténgase por favor, a mí no me interesa, ni a usted le debe importar analizar si estaba bien o no la orden de Jonadab. O si había o no había un problema con el vino. Ellos, con esa orden estaban estableciendo que tendrían un estilo de vida. Y que ese estilo de vida les daría muchos años de vida sobre la tierra, la bendición y el favor de Dios. Y durante más de doscientos años, todas las generaciones después de Jonadab pudieron, claramente, obedecer ese mandato aunque fueran miles de personas. Dios dice, yo voy a traer aquí a la familia de Recab, Jeremías, para que tú sepas lo que yo haré con el pueblo y lo que significa gente que está definida, que vive de una manera y no hay nadie que lo tuerza. De una familia, de una gente que no tiene grises, que no le importa si el otro aprueba o no aprueba el vino o no el vino, porque no es el punto. No le importa eso, lo que a él le importa es que ha habido una definición para su vida de parte de Dios y de parte de su padre. Y ellos dijeron, nosotros obedeceremos esta orden porque sabemos que en ella hay bendición.

Me llama algo la atención, una generación de valientes tiene dos características, por lo menos.
Es firme en la palabra recibida y obedece el mandato. ¿Sabe una cosa? Si usted se fija lo que ahí ocurrió, Dios le dice a Jeremías, dile a Judá y a Jerusalén, que no me importa que son mi pueblo ni mis hijos, los voy a destruir, ¿Cómo Señor? ¿Pero tú no dijiste unos pasajes antes que son la niña de tus ojos? Sí, son la niña de mis ojos cuando caminan definidos. Dile, que todo el mal que dije, viene.
¿Pero Señor? No, no, no espérame, tu Palabra dice que Tú nos cuidarás, que tú nos llevarás a buen puerto, tu Palabra dice... Sí, mi Palabra dice eso para los definidos, mi palabra dice eso para los valientes, mi palabra dice, para los hijos que actúan como hijos. Pero dile a los de Recab, que a causa de que obedecieron el mandato de su padre nunca faltará uno que ministre en mi presencia. ¿Los de Recab eran el pueblo de Dios? No, pero eran más merecedores del reino que los del reino.

Escuche, el apóstol Pablo dice en Romanos una palabra difícil que a los gentiles no nos gusta escuchar. Y dice no te enorgullezcas y te pavonees diciendo que tú eres hijo, porque así como te plantó y te injertó en el olivo, que no eras, así tiene el poder de desinjertarte de ahí. Así que no cacarees tanto gallinita y no te vengas a decir que yo soy hijo, que la promesa, que Dios me tiene que hacer no, no, no. No cacarees porque así como te puso, así te saca. Y el problema de la Iglesia es que se está parando en las promesas de Dios pero no está definida y está contemporizando con el mundo, con el espíritu del mundo, con toda la basura del mundo.
Y después viene y le dice a Dios ahí, Tú bendíceme... Pues olvídese. A Dios no le va a importar que usted es pueblo, que usted es hijo, no le va a importar, Dios va a decir esto así no es.

Por eso me llama la atención que cuando usted ve el milagro que Dios le hace al centurión romano, sanándole su siervo, la Escritura dice algo muy importante, mi hermano, dice que los hijos del Reino serían echados fuera y le dice a él, que él se sentaría en la mesa con Abraham,  Isaac y Jacob. ¿Sabe lo que le está diciendo? Estos judíos que de verdad son hijos del Reino porque no tiene una vida definida en mí, van a quedar afuera; y tú que eres un pagano y un gentil, que eres un hombre definido, de fe, vas a quedar dentro como hijo.

Su nombre de hijo, mi nombre de hijo no sirve de nada sino hay definición de hijo, actitud de hijo, y espíritu de hijo.
No tiene grises un hijo de Dios.
Y quiero decirle algo, la Iglesia del presente y aún más, avergüenza decir, la Iglesia apostólica y profética, tiene demasiados grises, pero le voy a decir algo, no lo vamos a permitir. Se lo voy a decir con toda claridad, y el que ande en grises se va a sentar... pero grises, aquí no. Estoy siendo claro esta tarde.
No grises, no contemporizar, no el que haber cómo... el que a la gente le agrade, no, no, no. Las cosas de Dios son de una sola manera.

Déjeme mostrarle algo mas, luego de eso, la Escritura dice Mateo 12 unos principios que Jesús enseñó cuando está liberando a un endemoniado y lo estaba sanado. Y en Mateo capítulo 12 versículo 22, empieza la Escritura que le fue traído a Jesús un endemoniado, ciego y mudo y Él lo sanó pero a partir del versículo 24 dice:

“Mas los fariseos, al oírlo, decían: Éste no echa fuera
los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios.
Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo:
Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado,
y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá.
Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido;
¿cómo, pues, permanecerá su reino?
Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿por quién
los echan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.
 Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios,
ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.
 Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del
hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata?
Y entonces podrá saquear su casa.
 El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo
no recoge, desparrama”.
Mateo 12: 24-30

Antes de detenerme en este versículo 30, que es en el que me quiero detener porque es el mismo espíritu de la Escritura en el antiguo testamento, ahora colocado en el nuevo. Jesús enseña unos principios, primero enseña sobre el principio de división. Y división es algo que esta dividido en partes, pero división es algo más. Él habla de división de un reino, de una ciudad, de una casa y de un individuo; y dice que cualquiera de estas cuatro cosas que esté dividida, va a ser asolada.
¿Qué significa división? Sencillamente, una persona que vive entre dos pensamientos.
Tener dos pensamientos es estar dividido y la escritura dice, Jesús enseñó este principio, si estás dividido entre dos pensamientos vas a quedar asolado y no vas a permanecer. No es posible que permanezcas en mí, estando dividido.

Lo segundo que establece es la llegada del Reino. Él dice: Yo por el Espíritu he echado fuera esto, quiere decir que ahora dice, el Reino de Dios llegó a este lugar. Inmediatamente que habla del Reino de Dios establece un principio de reino. Y dice, el que conmigo no recoge, desparrama. ¿Me puede decir donde está lo neutral? Porque podría decir no recojo, ni desparramo hermano. Mire yo soy un cristiano, pero yo, está bien, yo sé que no estoy recogiendo; pero hermano no me diga que estoy desparramando porque yo tampoco estoy desparramando.
¿No es ése el pensamiento que tenemos muchas veces? Usted me dice, grises no. Jesús dice,  no estás conmigo recogiendo, estás contra mí desparramando, no hay más. Si te acomodas a los lineamientos del mundo estas desparramando te llames lo que te llames, ministro, apóstol, profeta, pastor, evangelista, maestro, ministro, lo que tú quieras; tú me estás desparramando estás contra mí.
Porque en el Reino de Dios tienes que estar definido, o estás de este lado o estás de este lado, no puedes estar en el medio.

Principio del Reino: el que conmigo no recoge, esa persona esta desparramando. Por eso cuando usted mira esta misma palabra en otro ámbito, yo miraba siempre las opciones a ver si encontraba un gris. Entonces me voy mas adelante en la Escritura, ahora vamos a leer algo y me encuentro que hay dos condiciones de los cristianos.
Por Romanos 8, encuentro que Pablo habla de los que andan en el Espíritu y los que andan en la carne. Y usted dice, ve hermano que hay grises, porque ahí están los que andan en la carne. Los que andan en la carne son los que andan en gris. Bueno le voy a decir lo que dice la Biblia a cerca de los que andan en la carne; a ver si Dios acepta los grises.
Romanos capítulo 8, escuche, le voy a decir algo poderoso. Escuche lo que le voy a decir, no tiene nada que ver la cantidad de tiempo que usted ora con andar en el Espíritu y en la carne, no tiene nada que ver la cantidad de Biblia que usted estudia con andar en el Espíritu o en la carne. Le voy a explicar por qué; porque aunque usted ore y lea la Escritura no significa que usted le esté permitiendo a Dios meterse al espíritu y hacer lo que quiera.

Le hago una pregunta ¿Cuál era la Biblia que Abraham leía? Ninguna, porque no existía. Pero Abraham fue nuestro padre sabe. ¿Por qué? porque él se dejó tratar por Dios, sin Biblia. ¿Cuándo está en los relatos de que Abraham estaba orando a solas, con Dios? Encuéntreme uno solo, uno, uno. Deje la religión mi amado. Usted está lleno de religión, pero no deja que Dios trate en su espíritu.

Lo mando a ayunar de orar, usted dice, se volvió loco el profeta. Sí, porque ya me tiene harto a mí y a Dios, de su oración. ¿Cómo es eso hermano? Sí, digo la verdad. Quisiera que ayunara de orar y le dijera a Dios que usted le permite trabajar en su espíritu y hacer de usted un hombre o una mujer espiritual, porque eso es lo que quiere Dios. Pero a veces sencillamente oramos para sentirnos bien, estuve con Dios y hasta creo que Dios me habló y ni siquiera fue Dios, porque como no lo reconozco bien todavía, ni siquiera Dios fue. Porque no se olvide siempre que la religiosidad entapona los oídos para oír la voz de Dios. Siempre que es religioso escucha mal a Dios, es así, definitivamente. Para escuchar bien a Dios, usted tiene que despojarse de religiosidad y renovar el espíritu de su mente, todos los días, para escuchar a Dios y dejar que Dios obre en su espíritu.

Romanos capítulo 8 dice una escritura, algo muy poderoso acerca de los que andan en la carne y en el Espíritu. Romanos capítulo 8 versículo 1:

“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están
en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne,
sino conforme al Espíritu.  Porque la ley del Espíritu de vida
en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte”. 
Romanos 8: 1-2

Verso 5:

Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne;
pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. 
Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse
del Espíritu es vida y paz. 
Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios;
porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 
y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. 
Más vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu,
si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros.
Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él”.
Romanos 8: 5-9

¿Aprueba Dios el gris de la carne? Usted está en la carne, está perdido y muerto, eso es lo que dice. Hermano espérese, usted me está diciendo que no hay una rendijita para. O sea siempre, siempre, siempre voy a tener que vivir en el Espíritu, sí, siempre,  pero siempre, siempre, sí siempre...
Usted se sale un poco y camina en la carne muere empieza a morir, y a morir, y a morir, y a morir, y a morir. Y empieza a ir para atrás, para atrás, para atrás, para atrás, para atrás. Su vida empieza a secarse, todos lo ven menos usted. Y andar en la carne no significa hacer cosas malas, significa simplemente, seguir haciendo lo que yo quiero aunque el Espíritu de Dios quiera hacer otra cosa. Y eso que yo quiero puede parecer hasta espiritual, mire, y puede parecer que a Dios le agrada. Pero si a mí me pareció que esto a Dios le gustó, ¿me entiende, no?
Como Dios y estoy andando en la carne, porque andar en la carne no es hacer algún pecado grosero. Andar en la carne es, sencillamente, no estar en sintonía, todo el tiempo con Dios. Para que cuando yo haga algo pueda recapacitar y decir no, espera, espera si esto parece bueno, pero es mío, no es de Dios. Entonces me detengo y digo no, no porque si yo meto mi carne en la obra de Dios, Dios tiene que romper con eso. Él no lo puede prosperar. Así que me di cuenta, que tampoco en el nuevo testamento y en la vida del Espíritu hay grises.

Luego de eso, miro un poquito más adelante, vaya a Apocalipsis. Este pasaje usted lo conoce, más que lo conoce, pero en este contexto se lo voy a mostrar un poquito diferente. Apocalipsis capítulo 3 versículo 14. Usted conoce el mensaje a Laodisea, usted lo lee, se lo predicó a la Iglesia:

“Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea:
He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero,
el principio de la creación de Dios, dice esto: 
Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente.
¡Ojalá fueses frío o caliente! 
Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente,
te vomitaré de mi boca”. 
Apocalipsis 3:14-16

Que dice  Dios en el Apocalipsis, lo mismo que dice en el antiguo testamento, lo mismo que dice Jesús y lo mismo que dice Pablo. No hay lugar para los grises, los grises son los tibios, los tibios son los carnales. Que hace Dios, dice, yo te voy a vomitar. Pero le voy a explicar algo, ahí hay un secreto muy importante porque después que dice eso, si usted mira lo que la Iglesia dice de sí misma, es muy importante verlo.
¿Qué dice la Iglesia de si misma? Mire lo que dice de sí misma, porque tú, que dices soy rico, me he enriquecido, de ninguna cosa tengo necesidad... Escuche, escuche, cuando usted y yo caminamos tibios perdemos el discernimiento y confesamos desde el alma que estamos bien, cuando estamos mal, me está comprendiendo.

Le voy a decir algo, cualquier área, cualquiera, que no pongamos bajo el gobierno de Dios nos hará caminar en la carne. Inmediatamente viene pérdida de discernimiento, inmediatamente me miro bien cuando estoy mal.
Es más cuando otros me lo dicen me quedo mirando, hasta me quedo discutiendo, y diciendo que estoy bien, cuando estoy mal. Yo me doy cuenta que alguien está mal, es muy sencillo, lo que yo le estoy diciendo no lo ve aun diciéndoselo, no lo ve. ¿Por qué no lo ve?, ¿Por qué yo lo veo y él no lo ve? ¿Cuál es la razón que yo lo vea y usted no lo vea? A ver... ¿Por qué? Porque está cegado el entendimiento, porque camina en cosas de la carne que él cree que está bien y que así está bien y entonces Dios no puede abrirle el entendimiento. Entonces Dios viene a decirle no, pero tú estas ciego, desventurado, miserable y desnudo...
Pero no me diga eso hermano yo soy un hijo de Dios. Cómo yo...  No me diga eso hermano a mí, me ofende, cómo que estoy ciego, desventurado, si yo estoy haciendo la obra de Dios, yo también estoy sirviendo, yo oro, yo ayuno, yo, hermano como me dice eso usted a mí.
Ve, por qué no se da cuenta que está permitiendo cosas en su vida, que son efectos de la carne. Y vuelvo a repetir la carne no tiene nada que ver con pecados groseros, tiene que ver con lo que parte de mí.
Sí, lo que yo hago parte de mí, eso es carnal porque no partió del Espíritu Santo; y en la obra de Dios lo que hacemos debe partir del Espíritu Santo a mi espíritu revelado.
Diciendo, esto es lo que mi espíritu está entendiendo del Espíritu de Dios y por aquí debo caminar. ¿Estoy siendo claro?

Ahora bien déjeme mostrarle ejemplos de gente valiente, que actúa de manera definida en Dios, algunas características nada más.
Primer libro de Reyes 17, me gusta este pasaje mucho. Acabo de aprender algo en este pasaje, en estos días. Usted lo conoce muy bien pero yo solamente voy a leer un versículo. Esto es cuando Elías fue a la viuda de Sarepta 17.13 dice así:

“Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz como has dicho;
pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta cocida
debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti
y para tu hijo. Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así…”

1 Reyes 17.13-14

Deténgase, primer característica de la gente valiente que camina en el Espíritu, no le importa el que dirán. Aprendí algo ¿Sabe, porque Elías le dijo a una mujer que se estaba por morir de hambre, hazme a mi primero? Le voy a explicar por qué Jehová ha dicho así. Porque hay muchos vivos que dicen: no, porque Dios me mostró que tú me ibas a donar un carro, que me ibas a sembrar un carro; pero Dios no dijo eso, es una carnalidad sencillamente. Pero aprendí algo, si Dios de verdad lo dice y no te importa el que dirán, y no te importa el que dirán, no tienes problemas, porque el Señor dijo así. Pero escuche, Elías le dijo así porque la viuda, dice antes la Escritura, y Jehová había dado orden. Así que cuando Elías llegó, la viuda ya sabía quién llegaba. Ahí hermano me cae como un balde de agua fría, a mí Dios nunca me dijo eso, claro, me entiende, no va a ser así cuando es Dios. Así que lo primero, no le importa el que dirá le gente, que diga lo que quiera.

Déjeme mostrarle algo más de esta clase de gente, segundo libro de Reyes capítulo 3 versículo 6. Vamos a mirar a Eliseo, qué dice la escritura acerca de este hombre:

“Salió entonces de Samaria el rey Joram, y pasó revista
a todo Israel.  Y fue y envió a decir a Josafat rey de Judá:
El rey de Moab se ha rebelado contra mí:
¿irás tú conmigo a la guerra contra Moab? Y él respondió:
Iré, porque yo soy como tú; mi pueblo como tu pueblo,
y mis caballos como los tuyos”. 
2 Reyes 3:6-7

vamos al versículo 11

“Mas Josafat dijo: ¿No hay aquí profeta de Jehová,
para que consultemos a Jehová por medio de él?
Y uno de los siervos del rey de Israel respondió y dijo:
Aquí está Eliseo hijo de Safat, que servía a Elías. 
Y Josafat dijo: Este tendrá palabra de Jehová.
Y descendieron a él el rey de Israel, y Josafat, y el rey de Edom. 
Entonces Eliseo dijo al rey de Israel: ¿Qué tengo yo contigo?
Ve a los profetas de tu padre, y a los profetas de tu madre.
Y el rey de Israel le respondió: No; porque Jehová ha reunido
a estos tres reyes para entregarlos en manos de los moabitas. 
Y Eliseo dijo: Vive Jehová de los ejércitos,
en cuya presencia estoy, que si no tuviese respeto al rostro
de Josafat rey de Judá, no te mirara a ti, ni te viera”. 
2 reyes 3:11-14

Usted a llegado a ser de esos, todavía es un tímido, perdóneme, es un tibio.
Si usted me malentiende este mensaje, porque cuando la gente no entiende en el Espíritu y entiende en la carne, es un problema. Hablar una palabra del Espíritu siempre es un problema, porque va a decir, entonces ahora hay que cortarle la cabeza medio mundo, hay que tratar mal a todo el mundo y hay que darle palo a todo el mundo. Yo no estoy diciendo eso, yo estoy diciendo que cuando el Espíritu de Dios me define en un lugar, yo, hay cosas que no puedo aceptar; no importa quién me las diga. Ni te miraría por respeto a Josafat, voy a profetizar y te voy a decir lo que Dios dijo. Pero si él no estuviera y tú me vienes aquí a consultar, olvídate, no recibes ni una sola palabra mía.

No son tímidos, no son cobardes. Ahí Señor, danos el poder de Elías y Dios dice, cuando se te quite la timidez de gato.
Claro, es muy lindo querer la unción de Elías, pero tienes los pantalones de Elías o de Eliseo. Ése es el punto: quiero la unción, sí claro, quiero la unción. Pero la unción requiere definición y definición significa que a alguien le das el rostro y a alguien le das la espalda, porque tenemos rostro y espalda.
Es más, hasta la Escritura dice que Dios le dio la espalda. Dios tiene espalda... No, Dios le dio el rostro a todo el mundo no, no, no, Dios también tiene espalda y también muestra su espalda.

Daniel capítulo 5 ¿Está viendo, no? Daniel capítulo 5 versículo 16, aquí está ocurriendo que el Rey Belsasar está en un gran banquete, usando las copas del Señor; y bueno cualquier basura está haciendo. Y aparece una mano escribiendo en la pared y el hombre empieza a temblar, rodilla con rodilla y no sabe; llama a todos los sabios de su época y nadie le dice lo que ocurre. Hasta que la madre le dice espera, espera, espera, espera, tengo un ancianito, ése es superior a todos. 16 viene Daniel y le dice:

Yo, pues, he oído de ti que puedes dar interpretaciones y resolver
dificultades. Si ahora puedes leer esta escritura y darme
su interpretación, serás vestido de púrpura, y un collar de oro
llevarás en tu cuello, y serás el tercer señor en el reino. 
Entonces Daniel respondió y dijo delante del rey:
Tus dones sean para ti, y da tus recompensas a otros.
Leeré la escritura al rey, y le daré la interpretación".
Daniel 5:16-17

Y de entre todas las cosas que le dice. En el verso 22 le dice:

Y tú, su hijo Belsasar, no has humillado tu corazón,
sabiendo todo esto; sino que contra el Señor del cielo
te has ensoberbecido, e hiciste traer delante de ti los vasos
de su casa, y tú y tus grandes, tus mujeres y tus concubinas,
bebisteis vino en ellos; además de esto, diste alabanza
a dioses de plata y oro, de bronce, de hierro, de madera y de
piedra, que ni ven, ni oyen, ni saben; y al Dios en cuya mano
está tu vida, y cuyos son todos tus caminos, nunca honraste. 
Entonces de su presencia fue enviada la mano que trazó esta escritura. 
Y la escritura que trazó es: MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN. 
Esta es la interpretación del asunto:
MENE: Contó Dios tu reino, y le ha puesto fin. 
TEKEL: Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto. 
PERES: Tu reino ha sido roto, y dado a los medos y a los persas. 
Entonces mandó Belsasar vestir a Daniel de púrpura, y poner en su cuello
un collar de oro, y proclamar que él era el tercer señor del reino. 
La misma noche fue muerto Belsasar rey de los caldeos”. 
Daniel 5:22-30

Hermano mire, discúlpeme, pero la mayoría de la gente y aún de los cristianos que van ante los gobernantes, ante los que reinan y todo, realmente quieren quedar bien. No están dispuestos a dar una palabra de Dios que los parta al medio. Perdóneme, ésa es la realidad.
Y después decimos, Señor úsanos... Es que no puedo eres un tibio y te estoy vomitando todo el tiempo... Pero Señor, oro dos horas al día, a la mañana, a las cinco yo me levanto a orar; y te vomito dos horas. Perdóneme, es así, te vomito dos horas. Pero, ¿cómo Señor me dices una cosa así? Sí, porque no me importa tu oración, si no hay una definición en tu corazón. Yo quiero gente definida, no gente que ore. No me sirve la oración de aquel que no está definido en su corazón, que no sabe dónde está parado, que no sabe de qué lado está; que no sabe qué lo que es blanco, blanco lo que es negro, negro y no se contamina con nada. Y lo que es del mundo, es del mundo y lo que es de Cristo, es de Cristo. Quiero gente definida, quiero gente de Reino, quiero valientes. No importa si los de afuera se ofenden, pues que se ofendan, pero que sepan que en Cristo Jesús las cosas son de una sola manera.

Por eso el apóstol Pablo dice, que cuando le hablaba a Félix, Félix lo escuchaba con gusto hasta que le hablaba del dominio propio. ¿De qué le hablaba el apóstol? Dominio propio. Dijo en otro momento, te escucho, ¿por qué le hablaba de eso? Porque cualquier persona de Reino cuando hablas cinco minutos con ella te define, no un evangélico, no te define, pero una persona de Reino sí te define. O estás aquí o estás aquí, no hay intermedios, grises no existen.
Para la Iglesia evangélica hay cantidad de Grises, pero para una Iglesia de Reino no existen los grises.

Tenemos que estar parados en un lugar. Mateo, capítulo 15 versículo 1. Vamos a ver a Jesús, estoy llegando al nuevo testamento. Lo mismo que hicieron aquellos pecadores, ahora lo hace el Santo de Dios, dice:

“Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas
y fariseos de Jerusalén, diciendo:” 
Mateo 15:1

Vaya ahora al verso 7:

Hipócritas...

¿Cómo le dijo? Qué barbaridad, Jesús. Señor, mira te puedo dar una clase de relaciones éticas, estás hablando con los escribas y con los Fariseos. Estás hablando con gente que tiene la manija, la que te invita a la sinagoga, la que te invita a las sinagogas, no digas esas cosas. Le puedes decir, me parecen que están un poco equivocados mis hermanos. Mira es casi lo mismo pero no suena igual. No, no es lo mismo.

bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: 
Este pueblo de labios me honra; 
Mas su corazón está lejos de mí. 
Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas,
mandamientos de hombres.
Y llamando a sí a la multitud, les dijo: Oíd, y entended: 
No lo que entra en la boca contamina al hombre;
mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre.

Los discípulos son evangélicos todavía y aunque son apóstoles...

Entonces acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes
que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra?
 

Mire, mire, mire. Algo parecido con la realidad actual pura confidencia. ¿Sabes que la organización se ofendió? ¿Sabes cuando oyeron esta palabra?

Pero respondiendo él, dijo
escuche esto:
Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada. 
Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare
al ciego, ambos caerán en el hoyo”.
Mateo 15:7-14

Le dijo, ustedes están teniendo cuidado de esos fariseos... No querido, a ellos no los plantó el Padre. Yo no tengo ningún cuidado de ellos ¿Lo está viendo? Señor, quiero hacer los milagros que tú hacías, bueno, ¿esto también lo quieres hacer? ¿Cuántos quieren hacer esto? Nadie levante la mano, nadie quiere hacer esto. Ése es el problema de la Iglesia, nadie quiere hacer esto, milagros cualquiera quiere hacer pero esto no; porque esto es un precio muy alto para hacer.

Mire hermano, entiéndame, no quise quedar mal, que el hermano me mal entienda vio, entonces... y no le dije, vio; es que no me animé. Y yo sé que está en pecado, tiene 5 mujeres pero no me animé vio, es qué sé yo cuando estuve en el momento, le dije que el amor de Dios. Dame los cinco minutos y le voy a hablar de el amor de Dios yo, sí. Sí, del verdadero amor de Dios, del que lo llama a arrepentirse para que no muera en el infierno. Claro, del verdadero. No usted sabe hermano.
Gálatas 1, y esto es clave hermano. Este versículo es clave; Gálatas 1 verso 10, clave versículo:

Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios?
¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara
a los hombres, no sería siervo de Cristo”.
Gálatas 1:10

¿Sabe que está diciendo? ¿Sabe que está diciendo aquí? Que cualquier persona, que cuando está definida en Dios y sabe lo que Dios dice y hace, trata de no hacer ni decir lo que Dios dice y hace; sino acomodar la cosa para agradar al hombre, deja de ser siervo de Cristo, no lo es.
Si agradara a los hombres ya no seria siervo de Cristo.
Escúcheme, por eso le dijo, mire ahora; mire este pasaje, en otra dimensión, esto lo va a asustar, lo que voy a decir ahora...

Por eso la palabra que utiliza cuando en Gálatas 2 reprende a Pedro, mire que unido esta esto; le dice que era de condenar, es muy fuerte la palabra.
Le voy a explicar porque, porque Pedro al estar hipócritamente haciendo, estaba dejando de ser siervo de Cristo porque estaba agradando ¿A quién? A los hombres.
Escuche hermano, ve que ahora tiene otra dimensión ese pasaje. Por eso a Pedro le dice lo que le dice, porque Pablo sabe que si en algún momento, él por alguna razón se sale de lo que ya tiene revelado en su espíritu y él dice no vamos a retroceder un poquito. Él dice no, no, no, ya estoy retrocediendo por agradar gente. Entonces, por eso le dice, Pedro ¿Pero cómo? ¿Si tú eres un apóstol de Jesucristo? ¿Cómo es posible que ahora que teniendo semejante revelación te me vuelvas atrás? Lo tuyo es de condenar. Si usted lo mira hoy, dice, no hermano es demasiado, no hacía falta lo podría haber agarrado a Pedro aparte, es demasiado lo que hizo.
No hermano, no es demasiado porque si eso quedaba instaurado todo el evangelio hoy estaría contaminado, qué tremendo.
Cuando usted intenta agradar a los hombres o para retener gente o para que la gente se sienta bien, usted deja de ser siervo de Cristo... pero hermano, yo oro y leo la Biblia y el mensaje me lo dio el Señor. Sí, sí, está bien pero usted está quebrantando un principio, está agradando a los hombres, deja de ser siervo de Cristo, no lo digo yo, lo dice la escritura.

Por eso en Jueces capítulo 7, hay algo muy tremendo que dice la escritura. Cuando Gedeón va a derrotar a los Madianitas; el verso 3 nada más. Quiero que se detenga en el 3, Jehová le dice a Gedeón que tiene demasiada gente y eso que eran nada más que treinta y dos mil contra más de ciento ochenta y cinco mil y dice que eran como millares y Jueces 7: 3 dice así:

Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo:
Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase
desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo
veintidós mil, y quedaron diez mil”. 
Jueces 7:3

Hermano, nunca nos detuvimos en eso, sabe. ¿Cuántos eran? treinta y dos mil.  Usted puede decir, si a usted le hacen la pregunta ¿Y cuánto se devolverían de su iglesia si Dios hace esto mismo? No, unos cinco o seis y usted se quedó con dos, se le devolvieron doscientos cincuenta. Usted dice, hermano ¿Cómo? Yo pensé que tenía gente que estaba jugada. No, yo conozco mi iglesia.
Gedeón también, yo conozco mi gente.
Hermano, qué depresión que Dios le haga  pregonar “el que tenga miedo, sea cobarde y tímido, devuélvase a casa”... veintidós mil. Que tristeza ¿No?
¿Por qué? Porque Dios no va a luchar su batalla con los tímidos, no lo va hacer. No hermano, usted no está entendiendo mi forma de ser. Mire, su forma de ser me importa un cacahuate, perdóneme. No le meta su forma de ser a las cosas de Dios, no es cuestión de forma de ser. Usted tiene una nueva naturaleza divina y ella tiene una forma de ser y esa naturaleza nos es cobarde.
Dice que nos dio Espíritu de poder, no de cobardía. Justamente lo que ataca la Biblia es la cobardía, porque justamente la cobardía es un síntoma de una persona que está indefinida, no sabe donde está parada y cada vez pierde más revelación y cada vez pierde más dimensión de Dios porque está indefinida, hasta que no se defina Dios no se le puede revelar.
Hermano, yo quiero más revelación, defínase más, ¿Cómo? ¿No tengo que orar más? ¿No tengo que ir a un monte allá arriba? No, defínase más. A lo de Dios agárrelo y a lo del mundo dígale que no.
Pero no está tan mal, mire, una diversioncita no es para tanto tampoco; de vez en cuando, nos tenemos que divertir. Bueno sí, usted se divierte igual que con lo que se divierte el mundo, usted entonces tiene el mundo adentro. Perdóneme, si usted necesita eso usted tiene el mundo adentro. Entonces para qué me viene a decir que saquemos al mundo, si el mundo está adentro. Si necesita eso, es porque algo mal adentro, usted está indefinido. ¿Me está escuchando, no?

Por eso Efesios capitulo 5. Y acabo con esto, dice la siguiente palabra:

Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. 
Y andad en amor, como también Cristo nos amó,
y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio
a Dios en olor fragante.
Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre...

¿Ni aun que? No hermano, venga, lo que pasa. ¿Sabe que pasa? Aquí hubo un problema, tengo un problema y allá tenemos otro problema y no, allá tenemos otro problema, que es fornicación. Lo que pasa es que el mundo está muy duro vio, hay mucha
pornografía. ¿Qué dice aquí? En sus iglesias ni aún se está nombrando esto, ¿O si se está nombrando, hermano? ¿Se está nombrando o no se está nombrando? Pues se está nombrando, será necesario que se definan. 

Ni aun
(dice, el apóstol y no cambio) ni aun se nombre...

Hermano, qué estándar ¿no? Y no bajo, que tremenda palabra.

...como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades,
ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. 
Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo,
o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. 
Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas
viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia”. 
Efesios 5:1-6

Escuche ahora, escuche esto, ¿por qué no se hace, por favor este versículo en su casa, en vez de hacerse el “Señor es mi pastor, nada me faltará”? ¿Por qué no pone un versículo de estos en su casa?
Nos gustan los cuadritos almáticos, bonitos. Ponga este que viene acá, orden apostólica en cada casa de pastor queremos esto, puesto grande en el living:

“No seáis, pues, partícipes con ellos. 
Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz

(tiniebla y luz, blanco y negro)
en el Señor; andad como hijos de luz”
Efesios 5:7-8

Mi amado... No mi hermano, ¿sabe qué pasa? Lo hice porque como el del mundo no entiende. Pero mira, si entiende o no entiende, a mí no me importa, el que gobierna aquí soy yo, no es él. Él aquí no gobierna, aquí él no gobierna, yo gobierno. No le gusta, pues lo lamento, mira yo no voy a seguir en tu desilusión, ni en tu borrachera, ni en tu fumada, ni en tu bailongo. Yo no sigo en eso, yo no estoy en eso contigo, yo en eso contigo no estoy. Cristo me redimió, sabes una cosa mi amado no lo necesito. Si tú lo sigues necesitando y te sigues revolcando, pues sigue siendo cerdo.
No le diga eso... Pues sí, porque si lo ofendo algún día se va a arrepentir,  pero si lo sigo dejando así nunca se va a arrepentir. No es el evangelio de la buena onda, es el evangelio del arrepentimiento.

Queremos un evangelio en que la gente se acerque, le damos cafecito, le damos masitas, es para que la gente se sienta bien. No hermano, escúchame, usted va a tener unos peleles, nunca va a tener gente definida en nada; porque eso no es el evangelio.
Que lindo este versículo, me gustó. Qué tremendo. Es bueno leerlo cada mañana, porque en otro tiempo yo era tiniebla pero ahora soy luz, yo no tengo nada que ver con eso.

“(porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), 
comprobando lo que es agradable al Señor. 
Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas,
sino más bien reprendedlas”.
Efesios 5:9-11

No hermano, sabe que me quedé callado, yo vi que estaba todo mal, vio pero imagínese, era el único.
Cobarde, eres un cobarde... Es que era el único, había mucha gente, como yo iba a decir que...
Me parece que tenemos que volver a la escritura ¿No?

Estas cartas son apostólicas, hermano. Mi amado escúcheme, si le parecemos radical, esto va a ser peor, no sé si me está entendiendo, va a ser peor, para abajo no vamos, para arriba vamos.
Si usted se queda de aquel lado del Jordán, yo voy y lo entierro yo mismo, en la pala; llorando sobre usted porque lo amo, pero yo lo entierro y yo cruzo. Si usted no es radical va a ser peor.
Iglesia que no camina radical tendremos que sentar a uno y lo vamos a hacer, esto no es perro que ladra no muerde, cuando haya que morder mordemos ¿Me está entendiendo? O se define o se define, pero aquí, allá.

Mi hermano escúcheme, escúcheme es una vergüenza que el Diablo esté haciendo títeres de nosotros. Y que estemos hablando de pasiones, de un montón de cosas que están ocurriendo, porque realmente no estamos definidos en nuestro espíritu a quien servimos. Me avergüenzo de mí mismo y de nosotros, cuando realmente no podemos dominar aquello que está ocurriendo afuera. Afuera pueden estar ocurriendo muchas cosas, pero eso jamás puede afectar mi santidad ni mis definiciones delante de Dios; porque el poder que habita en mí es más poderoso que todo lo que habita en el mundo.
Qué tremendo, yo puedo vivir santamente, yo puedo vivir en Dios, yo puedo vivir definido, yo puedo mostrarles a todos que la santidad de Cristo habita en mí. Que Cristo se manifiesta a través de mí, que yo no ando como ellos caminan y voy a ser una luz que cuando tengan un problema, ¿saben a quién van a ir? Dice, éste de verdad, éste tiene de Dios, éste si es de Dios, en éste yo puedo confiar. Qué tremenda palabra ¿No?

“Porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto. 
Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz,
son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo. 
Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, 
y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo. 
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios...


¿O sea que puedo tener a Cristo y andar como necio? Sí. ¿A quién se lo escribe? A la iglesia de los Efesios, sí. Ay hermano, cómo un hijo de Dios va a andar como un necio, ¿acá qué dice? Que no andemos como necios.

...sino como sabios,  aprovechando bien el tiempo,
porque los días son malos.  Por tanto, no seáis insensatos,
sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor”. 
Efesios 5:12-17

Mi amado, yo hoy no quiero hacer llamados especiales, porque siento que muchos de nosotros necesitamos encerrarnos con Dios de diferente manera, que lo que hemos hecho hasta ahora, porque esto es, nos podemos levantar tomar una decisión, sí Señor, tú me hablaste... Me entiende ¿No?
Sí, pero éstas son decisiones poderosas de adentro. Y sabe que no se toman por un acto de que me puse de pie y que ahora yo voy a hacer...
Estas decisiones lo cuestan todo, porque a la vuelta de las esquina, cuando tome estas decisiones, van a venir aquellas cosas que me siguen diciendo esto está bien, no está para tanto, no seas tan fanático... Y yo tenga que pararme y decir: no, basta para mí con esto. Entiende, ¿no?

Por eso, en esta noche, yo lo único que quiero hacer es sembrar esta semilla. Que comprendamos que nosotros no podemos ser gente indefinida. La gente indefinida nunca logró nada en una nación.
Aún mire, la gente del mundo, mire un Martin Luther King. La gente que liberaron naciones, pagaron con sus vidas y esos tipos estaban apasionados y definidos. Y muchos de ellos ni a Cristo tenían; pero ellos estaban definidos, tenían un propósito sabían para qué estaban y ellos fueron adelante, con eso.

Hermano, Dios no va a usar gente indefinida, aunque sean hijos, no lo va hacer; porque no lo hizo en la antigüedad y no lo hará ahora tampoco.
Porque Dios necesita hijos valientes, definidos que no estemos en cobardía, que no estemos en timidez y que nos paremos en la brecha de Dios y digamos “Señor, de la manera que tú quieras que camine, yo quiero caminar”.
Creo que es hora, de empezar a orar porque cosas estamos permitiendo aún. Aún permitiendo en las decisiones de nuestras casas, en lo que hacemos y dejamos de hacer; porque muy probablemente muchas de las cosas que hacemos o dejamos de hacer Dios diga, quiero que las cambies, si realmente te vas a definir.
Yo quiero orar, solamente vamos a estar de pie...


Gracias, Padre...
Señor, lo primero que quiero reconocer en esta noche es que no hablo esta palabra como alguien que lo alcanzó, pero sí que prosigue a la meta.
En segundo lugar, Señor, debemos reconocer que todavía en muchas áreas somos tibios y nos estás vomitando, Señor. Y encima de todo estamos tan ciegos que decimos que estamos bien.

Padre, por eso mismo es que nosotros queremos hacer, más que pedir perdón, realmente no creo que te agrades en que todo el tiempo pidamos perdón. Creo que es tiempo de ir a más, Señor. Creo que aunque no digamos la palabra perdón, si realmente ves en nosotros determinaciones de cambio eso sí te va a agradar.

Señor, éste es tu Reino y es un reino para gente valiente, es un reino para gente que sabe cuál es el poder que nos has concedido; y yo quiero pedirte ahora que esta semilla quede clavada en el corazón de cada uno. Y cada uno no piense en el otro, sino en sí mismo. No diga esta palabra que viene aquí, al otro no, no, no, esta palabra fue para mí, para mí. Yo estoy indefinido y lo reconozco que estoy indefinido, sí Señor. No quiero pensar en nadie más que en mí y decir yo no quiero esta indefinición.
Poder dejar esta palabra clavada en los corazones de mis hermanos y que ésta pueda ser una semana especial. De mirar delante de ti Señor y mirar aquellas cosas que nos están llevando a permanecer indefinidos y decir, no Señor, hasta aquí, hasta aquí, aquí acabo, no quiero más esto, no quiero más aquello.

Padre, gracias porque con que solo haya un remanente que entienda estas verdades será muy poderoso lo que tú harás en el mundo. Nunca necesitaste mucha gente para hacer tu obra y nunca la necesitarás. Tú haces esto con gente que de verdad, aunque sea un remanente, están poderosa en ti. Y justamente es un remanente para que no nos alabemos y digamos que nosotros lo hicimos, sino que reconozcamos que tú lo hiciste en nosotros.

Padre, enclavo esta palabra como una espada. Con la espada en mi mano clavada hasta lo profundo del espíritu y el alma de cada uno de mis hermanos y mi propio espíritu y alma, para que clavada ahí esa semilla, dé fruto al ciento por uno.

Señor gracias, gracias por hablarnos estas palabras. Gracias Señor, porque podríamos estar sentados en un culto muerto, lleno de palabras vacías sin palabra de Dios. Señor gracias, por lo que nos estás hablando en el nombre de Jesús; te honramos, te bendecimos y te glorificamos.
Señor gracias te doy hoy, gracias Señor, gracias, gracias Señor.


Tómese un tiempo con el Señor, por favor, déjele que le hable. Dejemos que Él nos hable a nosotros, nadie está exento de esto, nadie. No hay nadie que haya llegado, dejemos que el Espíritu de Dios nos hable de verdad.


Sí Señor, sólo esa unción bajo gobierno pudre los yugos. Y nosotros queremos que en todo tiempo, ocasión y momento tú nos puedas usar como lo quieras, donde quieras, cuando quieras, en el lugar donde nos coloques. Que nos puedas usar y que se manifieste el olor agradable de Cristo.
Te bendecimos Señor y te honramos, en tu glorioso nombre declaramos tu victoria, porque cuando la Palabra sale, dice que hará aquello para la cual la enviaste, por eso puedo declarar victoria. Esta palabra será cumplida, esta palabra se cumplirá en nuestras vidas, esta palabra la arrebataremos, esta palabra la caminaremos, en esta palabra nosotros andaremos. No miramos las imposibilidades, sino que miramos que sí podemos, nuestras posibilidades en ti. Por eso Señor, gracias, porque esta palabra se cumple en nosotros, en el poderoso nombre de Jesús amén y amén.


Tome asiento mi amado, hay algo muy trascendente que nos queda en esta noche por hacer. Y que si de veras no hiciéramos esto que vamos a hacer estaría completamente incompleto, valga la redundancia, nuestra tarea tanto como iglesia local como ministerio apostólico. Los hemos soltado y enviado a la familia Vargas y si los hemos soltado, liberando y lo estamos enviando, el amor lo tenemos que demostrar. Dios amó al mundo, por tanto ¿Qué hizo? Dio. Y creo que es para nosotros un privilegio. Si hay algo que podemos sí enorgullecernos en el Señor, no en la carne, es decir que siempre esta iglesia ha sido generosa, siempre. Siempre ha sido generosa, nunca hemos necesitado hacer nada, ni manipular nada para que la iglesia entendiera las cosas de Dios. Y realmente entendiera que cuando se envía ministros a uno u otro lugar nosotros somos su medio de bendición, nosotros somos un sostén donde vamos.

Por eso creo que en esta noche Dios nos llama a realmente dar una ofrenda de amor, una ofrenda del Espíritu y una ofrenda con entendimiento. Una ofrenda pensada, no algo que así como se nos ocurrió, lo que viene a la mano, no, no; una ofrenda guiada por el Espíritu Santo. Así que yo voy a orar.

Te agradezco que estemos poniendo aquí la canasta y bien grande, esa canasta tiene que rebalsar para afuera. Y la quiero más grande todavía Jorge y Enrique, esta chiquita todavía ésa. Así es, usted lo tiene que creer. Si vamos a manejar finanzas para el Reino, se imagina usted que... Si los bancos tienen bóvedas y grandes, tenemos que cambiar la mente ¿No? ¿Está preparado? Que bueno es dar con amor. Esté de pie, vamos a orar y vamos a dar con tanta alegría, gozo esta ofrenda de amor a nuestros amados esta noche.


Padre, que bueno es que esta iglesia generosa, una vez más, demostrara su generosidad en lo que demos en esta noche. Te lo damos a ti, lo dedicamos a ti, pero lo entregamos en manos de tus siervos para bendecirlos, Señor. Queremos que salgan bendecidos de aquí, al lugar que tú los enviaste y que nada les falte, todo lo tengan, todo.

Padre en el nombre de Jesús, ahora pido que tu Espíritu Santo sea el que indique y si alguno recibe algo de ti, una palabra de ti, que no puede poner en este momento aquí; yo te pido que no se vaya de este lugar sin hablar con José Luís y Rosario y decir esto es lo que me indicó el Señor y yo lo voy a hacer efectivo a su vidas. Señor, que seas Tú que hables, Tú sabes que nunca hacemos nada para que alguien dé, porque sabemos que tu Espíritu Santo nos guía a dar. Por eso, ahora damos con amor esta ofrenda que te la dedicamos a ti en el poderoso nombre de Jesús, amén y amén.



Vamos a pasar con alegría y vamos a dar al Señor. Como familia, usted puede pasar y comenzar a entregarle al Señor lo que Dios tiene. Aleluya, aleluya. Vamos a dar al Señor y vamos a hacerlo bien, aleluya, Señor. Bendito sea el Rey. Gracias Jesús, gracias Señor Jesús, amén.
Señor multiplícanos, declaramos multiplicación hasta que sobreabunde, será mucho mas de lo que pedimos y entendemos.
Padre, bendito sea tu Nombre; sí Señor, gracias, gracias Señor, gracias Señor, gracias Padre, gracias Padre, gracias Padre.

Hubo una ley por David en Israel que los que iban a batalla recibían lo mismo que los que se quedaban cuidando los enseres, amén. Porque en Dios hay igualdad, que por eso es bueno poder nosotros proveer para los que van a muchos frentes de batalla, amén, los unos y los otros siempre han de tener.


Gracias Padre, gracias, gracias Jesús, bendito tu Nombre, Tú eres bueno Rey, Tú eres bueno Rey, gracias Dios, aleluya, Gracias Señor, bendito sea tu Nombre.
Señor gracias, aleluya. Amén.


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