Su voluntad, mi deleite
Daniel Dardano
02 de March de 2014
El texto contenido en esta página fue tomado literalmente de lo expresado verbalmente
en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
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Ustedes saben que cuando el hombre pecó, Dios ya tenía un plan preparado de salvación, no le sorprendió la caída de Adán y Eva. En ese plan de salvación de Dios a través de la muerte de Jesucristo, vino la salvación para todos aquellos que creen en Él y se arrepienten; y vino la recuperación del propósito para cada uno de aquellos que creen en Él.
La muerte de Jesucristo, su sepultura, resurrección y ascensión, le ofrece al mundo una nueva oportunidad. Dios dijo, Yo no voy a perder a los seres humanos, Yo los creé con un propósito y los voy a recuperar, y solamente recupera el propósito aquel que cree en Él, aquel que se arrepiente, cree y se entrega. Y esto nos ha sucedido a nosotros, hemos creído en Cristo como salvador, hemos sido trasladados de Reino, y disfrutamos de muchas cosas.
Cuando nos convertimos no sabíamos quizás, que estábamos en pacto; cuando nos convertimos no sabíamos, a lo mejor, que Él nos compró; cuando nos convertimos, a lo mejor, no sabíamos que somos un espíritu con Él, pero eso fue lo que sucedió. Automáticamente, en el momento que nos entregamos al Señor, a nivel espiritual estuvo hecho y está hecho. ¿Cuál es mi tarea? Enterarme de lo que ya tengo, saber la posición que tengo en Cristo.

Ahora, luego de la conversión, comienzo a caminar, y ahí comienza todo un proceso, quizá la conversión fue algo tan impactante que quedé deslumbrado por algún tiempo, pero luego comencé a caminar, y empecé a darme cuenta que todo aquello del principio comienza a bajar, desaparecer quizás. Esto es como el noviazgo y el matrimonio, planeamos muchas cosas durante el noviazgo, y hay sueños y hay ilusiones e inflamos un globo impresionante de deseos y cosas que pueden pasar, y una vez que nos casamos ponemos los pies en la tierra y nos damos cuenta que muchas de las cosas que habíamos soñado, necesitan un proceso diferente, que no es como lo había soñado, que no es como lo había planeado, pero yo decidí meterme en el matrimonio y ahí estoy firme en ese proceso.

¿Qué es lo que pasa a veces con nosotros en la vida cristiana? Empezamos a darnos cuenta, luego de la conversión, que hay cosas en nuestra vida que no están bien, y vemos una, dos, tres, varias cosas que no están bien, y sutil e inconscientemente, empezamos a poner nuestra vista en las cosas que no están bien... Señor te fallé, perdón; y está bien, tenemos que hacer eso, pero fíjense, cuánto tiempo nosotros, podemos pasar viendo solamente de nuestra vida, las cosas que están mal.
Todos le fallamos a Dios, ¿verdad? El asunto es, ¿dónde ponemos la vista? Y calcular el tiempo que invertimos en arreglar las cosas que están mal o hacer otra cosa que Dios nos indica.

Voy a hacer un ejemplo práctico, supongamos que tenemos una planta, la planta ya empezó a dar sus brotes, ya empezó a salir algo y ya lo vemos, puede ser una planta o un pequeño arbolito; y empezó a crecer. Y entonces, la persona o yo, voy y empiezo a ver que hay gusanos o bichitos que están afectando a la planta, y empiezo a ver malezas que tengo que quitar, y empiezo a decir, a esto le hace falta plaguicida, y con mis manos saco todo lo que está mal. Y eso lo hago un día, dos días, tres días, cuatro días, entro en mi casa y me olvidé de lo importante, la planta me grita de afuera ¡quiero agua! ¡Me sacaste todo lo que está mal y me lo sigues sacando, pero necesito agua! Pero yo me enfoqué en quitarle todo lo que está mal, y ¿qué necesita la planta? ¡Agua! Porque es lo que la nutre, lo que la hace crecer.

Y si yo me analizo, y cada uno de nosotros, habitualmente es lo que hacemos, ¿verdad?
Claro, escuchamos, hay que morir... hay que morir... hay que morir... Entonces, yo me voy a mi casa y digo, bueno yo ya morí con Cristo, esto es un asunto legal, pero ahí cada día tengo que morir. Entonces, ¿qué arranco? ¿Qué arranco? ¿Qué arranco? ¿Qué arranco? Y de tanto preocuparme por morir, me olvido de vivir para Dios... "Me olvidé de vivir" como dice la canción. Creo que es la realidad que todos tenemos, ¿verdad?
A veces tenemos sentido de autoflagelación, necesito azotarme, necesito revolver en el basurero de la vida a ver qué está mal. O me voy a hacer el harakiri espiritual como hacen los samurái japoneses y me abro el vientre, y es como que le digo a Dios, ¿te das cuenta que me estoy esforzando? Y Dios dice, te olvidaste de regar la planta, te olvidaste de que la vida de Cristo, la vida mía que está en ti, necesita crecer.
Claro, esto tiene mucho que ver con nuestra participación en el asunto, yo tengo que hacer esto, y es verdad que hay una responsabilidad. Sí, pero ¿por qué no lo veo por el otro para hacer crecer la vida de Cristo? Si finalmente lo que va a eliminar lo malo, es la vida de Cristo que se manifiesta, esto produce descanso porque siempre el Espíritu Santo va a estar cuidando de que mi conciencia me diga, algo está mal, pero si hago crecer la vida de Cristo no hay problema, de eso es lo que quiero hablar hoy.

Quiero ver este tema a la luz de lo que es la voluntad de Dios, porque uno de los temas de conflicto para nosotros, es la voluntad de Dios. Saber cuál es la voluntad de Dios y cómo llevarla a cabo, y de repente, junto con el tema de la muerte, nos han dicho que cuando la voluntad de Dios se entrecruza con la mía, yo tengo que deponer la mía y que la voluntad de Dios salga, y en ring de boxeo ahí está la pelea, mi voluntad y la voluntad de Dios; y yo le digo a Dios y le argumento a Dios que no entiendo y me empiezo a pelear con Dios... mi voluntad o tu voluntad. Y entonces, ahí viene la autoflagelación, está bien me muero... renuncio a esto. ¡Claro! Porque estoy preocupado porque yo quiero hacer la voluntad de Dios, pero como me enseñaron a morir, entonces mi voluntad no sirve para nada, tengo que matar todo eso, y resulta que cuando esto sucede, llegamos al punto de que seguimos siendo protagonistas, no me interesa tanto la voluntad de Dios, me interesa la mía, pero cómo puedo hacer para equipararla con la de Dios. Nunca pensé que la voluntad de Dios debe ser algo normal en mi vida, la pienso como algo tan extraordinario y por allá arriba, que ¿cómo llegaré a hacer la voluntad de Dios?

¿Qué dije al principio? Que cuando yo me convertí vino el paquete a mi vida, tengo la salvación, recuperación del propósito, estoy en pacto, tengo el Espíritu Santo que me guía a toda la verdad, pero parece ser que me enfoqué en ver lo malo.
Es como casi siempre nos han educado a todos, ¿no? Nuestros padres generalmente, ¿qué es lo que veían? Siempre lo malo, no hagas esto... no hagas esto... no hagas esto... ¿sí o no? Sí, porque la educación está más enfocada en lo negativo que en lo positivo, y acá no estoy hablando de resaltar el ego de la gente, por favor, pero estoy hablando del enfoque en lo negativo.
A mí me pasa eso con mi señora, yo a ella... ¡eh! No ella a mí, es que tenemos una tendencia humana a hacer eso, y entonces cuando la vida de Cristo no crece, me quedo siempre en los planos de lucha, claro que hay una lucha de la carne contra el Espíritu, ahí está la lucha, ¿quién es más poderoso, la carne o el Espíritu? Y yo lo pongo al mismo nivel, claro que la naturaleza humana también influye, pero si sé las armas que tengo, ¿por qué voy a estar sometido a una mentalidad destructiva? Y siempre quitar... y quitar... y quitar, y nunca construir... construir... construir.
Un gran porcentaje de nuestras oraciones están orientadas a que el Señor me ayude a que se quite lo malo de mí, y el Señor dice, ¿y las armas que te di? ¿qué estás haciendo con eso?
¿Se da cuenta cómo necesitamos crecer en esto? Tenemos que llegar a que la voluntad de Dios sea normal para nuestra vida.

Y les voy a hacer algunos ejemplos, todos recordamos cuando Dios le pidió a Abraham que le entregara a Isaac, si leemos el capítulo ese, dice que Abraham preparó el asno, preparó la leña, preparó el cuchillo, preparó a sus siervos, eso lo hizo en su casa, y luego empezó a caminar para llegar al monte donde había de levantar el altar y sacrificar a su hijo.
En la Biblia no hay registro de que Abraham argumentara algo con Dios, no hay registro de que le preguntara, ¿por qué me pides eso? No hay registro de que diga, ¿cómo, me lo diste, fue un milagro, y ahora me lo quitas? Porque para Abraham era normal la voluntad de Dios. Claro, después cuando levantó el cuchillo Dios le dijo, no, ya está, como ya lo mataste acá adentro, mi voluntad es lo mejor para ti, no hace falta que hagas nada, yo vi tu corazón y ya lo mataste. Ése fue un hombre que entendió la voluntad de Dios, que tuvo fallas, un montón, pero Dios ¿qué miraba? El corazón. Cuando fue a Egipto mintió, dijo que la esposa era la hermana; cuando no podía tener hijos lo tuvo con Agar; pero, ¿qué miraba el Señor? El corazón.
Abraham fue llamado amigo de Dios. No es cualquier cosa ser llamado amigo de Dios, pero Abraham no era amigo de Dios así como nosotros tenemos amigos, es que es un asunto de química y me llevo bien y le cuento todo, no, no, no es así, no, porque conforme yo veía esto, me fui a Juan, donde Jesús habló, y Jesús le dijo a sus discípulos, ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando.
¡Esta amistad es diferente! No es que somos iguales, la base de la amistad es la autoridad de Él y la voluntad de Él. Abraham tenía un discernimiento espiritual de la voz y de la voluntad de Dios, aunque tuvo fallas.

El otro fue David, tuvo fallas y errores, caídas, pero llegó a ser un hombre conforme al corazón de Dios, ¿por qué? Porque no se peleaba con la voluntad de Dios, no tenía que argumentar, simplemente vio su corazón Dios y fue un hombre de acuerdo al corazón de Dios.

La otra persona que me impacta es María, la mamá de Jesús. ¿Se acuerda que vino el ángel? Ella estaba comprometida para casarse con José, una muchachita entre catorce o dieciséis años, y le dice el ángel, vengo de parte de Dios a decirte que vas a quedar embarazada... ¿Cómo, cómo? Yo estoy comprometida con José pero Dios sabe que yo no tuve nada con él... No me expliques nada Dios ya lo sabe, vas a quedar embarazada del Espíritu Santo y el santo ser que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios.
Esta chica podría haber dicho, ¡qué problema para mí! Puedo tener problemas con José, ¿cómo le digo a mi prometido que estoy embarazada? Porque no es de él ni de ningún otro hombre, ¿cómo voy a mi mamá y a mi papá a decirles que estoy embarazada? ¡A esa edad! Mi mamá me va a dar... dime la verdad y dime el nombre... dime el nombre... dime el nombre... Y ella no, ¡ah!
No, a la luz de la ley la podían apedrear. Ella no le hizo ningún cuestionamiento al ángel, no preguntó nada, hay un versículo en Lucas 1: 38 que resume lo que ella dijo, dice así, ella le dijo al ángel:

"—Aquí tienes a la sierva del Señor —contestó María—.
Que él haga conmigo como me has dicho."

Lucas 1:38

¿Ella aceptó la voluntad de Dios o encarnó la voluntad de Dios? Para ella la voluntad de Dios era punto y aparte.
Estar de acuerdo con la voluntad de Dios es parte de cumplir el propósito en nuestra vida, porque podemos llegar a cumplir el propósito de Dios, pero al estilo de Sansón, no les voy a contar la historia pero ustedes la saben, él desobedeció permanentemente, tenía cosas en su corazón erradas y dijo, muera yo con todos los filisteos... Sí, pero Dios no le dijo eso, que mueran los filisteos sí, pero tú no.
Hermanos la voluntad de Dios es buena para nosotros, es lo mejor para nosotros, por eso necesitamos ver que es normal esa voluntad.

También pensé en Pablo, bueno, ¿ustedes saben de la conversión de Saulo, no? Simplemente, voy a leer un pasaje en Hechos 22: 12 al 16, si lo pueden buscar se los voy a agradecer, yo lo voy a leer en la Versión NVI, él está hablando ante un grupo de personas y dice en el versículo 12:

"Vino a verme un tal Ananías, hombre devoto que observaba la ley
y a quien respetaban mucho los judíos que allí vivían.
Se puso a mi lado y me dijo:
«Hermano Saulo, ¡recibe la vista!»
Y en aquel mismo instante recobré la vista y pude verlo.
Luego dijo:
«El Dios de nuestros antepasados te ha escogido
para que conozcas su voluntad, y para que veas al Justo
y oigas las palabras de su boca.
Tú le serás testigo ante toda persona de lo que has visto y oído.
Y ahora, ¿qué esperas?
Levántate, bautízate y lávate de tus pecados, invocando su nombre.
»

Hechos 22: 12-16 / NVI

Pablo resume aquí el propósito de Dios para su vida, el Señor se le apareció en el camino a Damasco, y ahí digamos que inició el camino. Fue salvo, pero él dice: Señores, Dios me escogió para que conozca su voluntad.
Pablo en seguida discernió la voluntad de Dios, todo el bagaje que Pablo traía de educación religiosa podía pesarle mucho, él tenía la mente armada a todo lo judío, sin embargo dijo, Dios me salvó para que conozca su voluntad, y si yo lo conozco a Él conozco su voluntad; y luego vemos las cartas de Pablo y qué habla Pablo, de conocer al Señor.

Esto que voy a decir merecería otro mensaje, pero no, simplemente voy a decir:
Que conozcas su voluntad... que veas al Justo y oigas las palabras de su boca.
Agarren eso porque es muy importante, conocer su voluntad, ver al Justo y oír las palabras de su boca.
Hay una disposición de todos los sentidos a conocer a Dios y su voluntad, yo voy a conocer su voluntad integralmente, pero lo voy a ver, voy a discernir al Justo y mis ojos van a estar para su voz exclusivamente. Es un perfecto resumen de como estar y caminar en la voluntad de Dios.

El otro ejemplo es Jesús. Para Jesús fue normal la voluntad de Dios, no saben cuántos pasajes tuve que dejar de lado, no pude anotar todos los pasajes, simplemente dos, uno está en Juan 6:38, y Jesús dice de esta manera en Juan 6:38:

"Porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad
sino la del que me envió."
Juan 6:38

Él bajó del cielo desde una posición que tenía como enviado de Dios, pero no para hacer su voluntad sino para hacer la voluntad de Dios.
Él podía haber dicho, bueno el hecho de estar Yo en la Tierra hace que pueda tener un espacio donde haga cosas que a mí me parecen, como el Padre me tiene confianza y Él me envió, Yo voy a aplicar un criterio determinado para cada asunto. Sin embargo, Él dijo, no... no... no... no. Todo lo que el Padre me dijo, eso yo digo, todo lo que Padre hace, eso es lo que voy a hacer. Era normar para Él decir, no mi voluntad sino la voluntad de Él, no le costaba nada.
Pero me encontré con otro pasaje maravilloso a este respecto, no lo busquen esto, es Juan 4:34, el contexto es, que Jesús está hablando con la mujer que fue a sacar agua del pozo, venía de Samaria, y Jesús entabla un diálogo con ella, pero claro, como Jesús venía de ministrar durante mucho tiempo, los discípulos dijeron, hambre, tenemos hambre, y también el maestro tiene hambre, Él no dice nada, pero seguramente tiene hambre. Entonces se van al pueblo y van a comprar de comer y regresan, y hacen como que, Jesús, mira... ¿no? Para un poquito la ministración, porque también hay que alimentar el estómago; y cuando hablan con Él de comer, Él les dijo algo que no entendieron, ellos dijeron, ¿alguien le trajo de comer? Mire lo que dice:

"—Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió
y terminar su obra —les dijo Jesús—."
Juan 4:34

Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y acabar su obra. Muchachos, ustedes no entendieron todavía, que estar aquí haciendo la voluntad del Padre es lo que me llena, la comida física puede esperar, a mí hacer la voluntad del Padre es lo que me hace pleno.
¿Alguna vez vimos la voluntad de Dios como alimento? Pero así lo vio Jesús.
Por eso, el Espíritu Santo entre las varias funciones cuando revela al Padre y al Hijo, hace que nos podamos sentir plenos con lo que Él nos dice. En lo natural, ninguno de nosotros come algo que no le gusta, sin embargo Jesús dijo, esto para mí es gustoso, la voluntad del Padre tiene un sabor especial.

¿Cuál es nuestra experiencia, tomando el ejemplo que acabo de dar?
Y bueno, la voluntad de Dios no me gusta pero la tengo, perdón... que comer.
Yo digo esto y me da vergüenza porque no acostumbro a hablar así, pero creo que el ejemplo es gráfico; es que yo quisiera otra cosa... Porque no hemos discernido que la voluntad de Dios es alimento, aquello nuestro puede ser algarrobas que quería comer el hijo pródigo en la provincia apartada, pero la voluntad de Dios es alimento.
Entonces, los muchachos dijeron, ¡Wow, qué lección! Que la aprendieron, claro que sí, porque uno ve la trayectoria de los apóstoles después que Jesús se fue, maravillosa, ellos entendieron perfectamente bien la voluntad de Dios.

Ahora bien, llegamos a nuestros días, a nosotros, luego de la obra de la cruz, dentro de todo lo que dijimos al principio, Jesús agarró a todos los poderes esclavizantes contra nosotros y los canceló, el diablo, el pecado y la muerte.
Legalmente hablando Jesús hizo un decreto: Por mi obra, por mi sacrificio y por mis obras, por mi obra, queda cancelado el poder de todos esos poderes que esclavizan a la gente.
Quiere decir queridos, que cuando ustedes y yo entramos en Cristo ya fuimos libres de estos tres poderes, del diablo, del pecado y de la muerte.
Claro, obviamente, nosotros dejamos de existir, pero tenemos vida eterna en Cristo, ¿sí o no? Por eso, Pablo podía hablar de la muerte como hablaba.
Quiere decir, que nosotros entramos al terreno de la vida cristiana con ventaja, entramos libres, ¿por qué nos cargamos después de la conversión con tantas ideas erróneas? Porque no nos damos cuenta de la libertad con la que nos podemos manejar, y entonces, le damos chance a nuestra mente y a nuestros sentimientos, le abrimos la puerta a Satanás para que empiece a acusarnos, y para hacernos sentir mal, y ahí es donde viene el conflicto, y ahí es donde paso más tiempo limpiando la plantita que haciendo crecer la vida de Cristo. Y muchos de los mensajes que se dan hoy en día es, pum... pum... pum... a lo que está mal. Por favor, no estoy anulando eso ni hablando mal de eso, de lo que estoy hablando es del discernimiento que tenemos que tener para hacer florecer la vida de Cristo que tenemos.

Vamos a ver Juan 15:16 la primera parte, en Juan 15: 16 Jesús habla con sus discípulos, pero es para nosotros, y dice de esta manera:

"No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes
y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure."

Juan 15:16

Jesús habla a sus discípulos, y el mensaje es el mismo para nosotros hoy, este escoger del que habla Jesús va más allá de la salvación, la salvación es para todo el mundo.
Jesús había escogido a esta gente, y también a nosotros, para ir más allá de la salvación, esto tiene que ver con la voluntad de Dios para nosotros, Él nos escoge para darnos propósito de vida, no es el propósito de vida que nos cuentan en los seminarios que nos dan en las empresas, este es un propósito de vida incorporado y que nosotros invertimos en aquello que estamos haciendo.

Entonces, Él dice, Yo los escogí para algo que va más allá de la salvación y luego los comisioné. Es decir, ustedes ya entraron en este camino, ustedes ya transitaron la salvación, le estoy hablando a la Iglesia, enfóquense en la voluntad de Dios para ustedes, porque Yo les di propósito de vida.
Si ustedes se enfocan en eso, ¿para qué los comisioné? Para que den fruto. No dice, sáquenle las cosas malas a la plantita... den fruto.
Todo lo que el Espíritu Santo hace es producir fruto, es la vida de Cristo en nosotros que produce fruto, es una reproducción de Él mismo.
Pero dice que el fruto perdura, esto es como un camino muy largo. Jesús, no está diciendo discutan y debatan con lluvia de ideas cómo es esto de que Yo los escogí y comisioné, júntese en un comité y deliberen, cómo es eso de que los escogí y los elegí y les di una tarea; no es para que ustedes luego hagan un escrito y me lo presenten haciéndome preguntas sobre lo que los comisioné, acá la cosa es muy clara, acá hay una voluntad única, no es para que ustedes lo debatan, no es para que ustedes empiecen a ver si lo hacen o no lo hacen, esto fue así, Yo los elegí, punto.
Y si los elegí, no los elegí para estar sentados, les di una tarea, dar fruto y que el fruto perdure. Si ustedes dudan de esto, el fruto no perdura, puede haber fruto por un tiempo pero luego se viene abajo.

¿Entendemos, hermanos, que es una carrera esto? Acá no es para aflojar, eh, acá no es para debilitarse, eh, claro, porque mucha gente dice, Dios tiene muchas exigencias, es que cuando te conviertes te lo pintan todo fabuloso, Cristo entró en tu corazón ahora eres feliz y vas a caminar un camino de rosas y... pero luego empiezo a leer la Palabra, empiezo escuchar los mensajes y Dios te exige por acá... te exige por acá... te exige por acá, y te exige... ¡eh!
Eso es cuando somos niños espirituales, si Él está en nosotros, naturalmente, vamos a hacer su voluntad.

Lo último que quiero mencionar está en Romanos 12: 1 y 2, búsquenlo por favor. Romanos 12: 1 y 2, Nueva Versión Internacional, obviamente:

"Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios,
les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual,
ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.
No se amolden al mundo actual,
sino sean transformados mediante la renovación de su mente.
Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios,
buena, agradable y perfecta."
Romanos 12: 1-2 / NVI

Es muy importante lo que estamos viendo, porque es como una llave que abre la puerta para discernir el propósito de Dios, y hacia dónde debemos caminar.
Pablo habla de la presentación del cuerpo. Obviamente, cuando habla del cuerpo habla del alma y el espíritu, porque donde yo me traslado y va mi cuerpo, también va mi alma y va mi espíritu.
Entonces, Pablo está diciendo, preséntense cuerpo, alma y espíritu en un sacrificio vivo, pero lo toma en términos de adoración espiritual, ¡Wow! ¡Esto es tremendo! Porque yo en cuerpo, alma y espíritu, cuando estoy entregado ahí, yo estoy adorando al Señor.
Por eso, esto tiene que ver con la obediencia, y la palabra obediencia, cuando yo sé que la voluntad de Dios es lo normal para mí, sale sobrando. Yo me presenté completamente al Señor, como un sacrificio. Y luego dice, no se amolden al sistema del mundo actual. Esa palabra, amolden, también es diseño, es decir, no tomen el diseño del sistema del mundo; y si somos honestos se nos copia mucho del sistema del mundo, se nos pega rápidamente y no nos damos cuenta, comienza por la forma de pensar.
Estaba leyendo un artículo, el otro día, de un pastor que hablaba de los derechos, porque este pastor había decidido con su familia, que en Navidad no les daría regalos a sus hijos porque ésa es una costumbre tradicional; y cuando este pastor le comentó eso a su mamá, le dijo, ¿y por qué no les vas a dar regalos a tus hijos? Le dijo, mamá, es muy simple, porque ellos se creen con derecho, se creen con derecho de tener regalos, ¿cómo es que llegó Navidad y no tengo regalos? ¿cómo es que llegó mi cumpleaños y nadie me regala nada? Yo tengo derechos, pero este pastor trabajó con su familia para hacerle ver que todo es por gracia y que yo no tengo derechos.

Hoy en día predomina el derecho, se creó la Comisión de Derechos Humanos, ¿o no? Y obviamente, no estoy hablando en contra de eso, pero en las personas está... yo tengo derecho a... La liberación femenina te dice, yo necesito mi espacio; y sí, con mi esposo está bien, pero yo necesito mi espacio, ¿espacio de qué? ¡Tú eres una con tu esposo! Juntos van a hacer lo que van a hacer, pero hoy el mundo nos enseña nuestros derechos, a reclamar nuestros derechos pero nunca nuestras obligaciones. Mamá yo no te pedí venir al mundo así que tú me tienes que alimentar y me tienes que dar, y bueno, si consigo trabajo bien sino no importa...
El mundo tiene derechos, el modelo de Dios es diferente, Jesús se agachó y lavó los pies, siervo.

La Iglesia tiene que dejar de hablar de derechos y tiene que ver cómo sirve, dispuesta a hacer lo que el Señor dice.
El mundo ha moldeado nuestra mente a siempre sacar del otro algo de beneficio para mí, pero nunca a darme yo en beneficio del otro; y el modelo de la Palabra es, los unos a los otros, yo dándome.
Y despacito la mente empieza a mandarle mensajes a la boca y nuestro vocabulario cambia, ya no hablamos palabras de Dios, hablamos palabras del sistema. Ahora todo es desechable, aún las personas, por eso se acabó el amor y me divorcio, el iPhone que tuve pasaron seis meses, ya está viejo...
Ése es el mundo que vivimos hoy, nada perdura; pero en Dios las cosas no son así, y eso peligrosamente entró en la Iglesia y está entrando en las familias.

Por eso el Señor dice, no al diseño del mundo. Pablo lo dijo esto en el Siglo I, inspirado por el Espíritu Santo, esta realidad es de la historia humana, no amoldarse al diseño del mundo.
Pero luego de eso dice, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente.
Esto es sumamente importante, acá no dice transfórmense ustedes, sean transformados.
¿Quién es el agente de transformación? El Espíritu Santo, ahí está el recurso; y nosotros: tengo que... la mente, tengo que la mente... tengo  que... tengo que... ¡ahhh! Espíritu Santo espérate, cuando yo haya definido estas cosas que tengo, cinco puntos, te los voy a presentar, a ver cómo tú me ayudas.
Sean transformados... obra sobrenatural del Espíritu Santo.
Hermano descanse, es obra del Espíritu Santo, lo único es que yo tengo que estar dispuesto, pero me gusta más pelear y luchar por esto que estar relajado, ¡es que Dios necesita ver mis manos llenas de arrepentimiento! Y siempre la obra mía, es decir, no lo vi, siempre estoy yo en la historia, Dios nunca está en la historia.

Por eso, lamentablemente, cuando centramos la labor de la Iglesia en las personas tenemos un problema, la Iglesia está para ver cuál es la voluntad de Dios y como una masa gigantesca, en unidad, hacer lo que Él dijo, sean transformados en su mente... renovar la mente. Dice que cuando eso sucede podremos comprobar, cuál es la voluntad de Dios, que es buena, es agradable y es perfecta.
La palabra comprobar, en griego, también puede ser experimentar. Experimentamos la voluntad de Dios, no la sabemos de acá, las experimentamos, la discernimos espiritualmente, y dice que es buena, agradable y perfecta.
Y es muy simple lo que voy a decir, ¿por qué es buena, agradable y perfecta? Porque viene de Él. Jamás podré mejorar la voluntad de Dios, jamás podré hacer aportes para cambiar nada de la voluntad de Dios.

Ahora les quiero leer, estos dos mismos versículos en otra versión. Revisando algunos comentarios de libros que tengo sobre estos versículos, me encontré con una traducción de una Biblia en inglés, no sé cuál es la versión pero es una Biblia Amplificada; Zully se dio a la tarea de ver cuál es la versión.
Escuchen lo que dice este versículo traducido al español, lo leo todo y después tú lo lees todo.

"No sigan viviendo según la forma externa del orden presente de este mundo,
lo que se requiere de ustedes es una transfiguración total,
y eso se efectuará si sus mentes reciben una nueva potencia directora
que los capacitará para reconocer la voluntad de Dios
obedeciéndola con deleite.
Puesto que su voluntad abarca todo lo que es bueno y perfecto,
es decir, todo lo que le agrada a él."


Dice que la mente recibe una nueva potencia directora, está hablando del Espíritu Santo, pero la califica de potencia directora, algo absolutamente sólido y poderoso que dirige, pero me llamó la atención que menciona la palabra, deleite.
La voluntad de Dios es un deleite, y eso tiene que ser para nosotros, un deleite. Porque dice que esa voluntad abarca todo lo que es bueno y perfecto y todo lo que le agrada a él, y si le agrada a Él me agrada a mí porque tengo su naturaleza.

Lo último que quiero leer, a este autor lo conocen, alguno de ustedes tienen los devocionales de Oswald Chambers, dice así. Lo voy a leer completo y después tú lo traduces:

"La falsificación de la obediencia, es un estado de la mente en el que tú originas tus propias oportunidades de sacrificarte a ti mismo.
Tu celo y entusiasmo se confunden y aparentan convertirse en discernimiento, resulta más fácil sacrificarte, que cumplir tu destino espiritual, tal como está expuesto en Romanos 12: 1 y 2.
Es mucho mejor cumplir el propósito de Dios en tu vida discerniendo su voluntad que llevar a cabo actos de auto sacrificio. Ciertamente el obedecer, es mejor que los sacrificios. 1 Samuel 15:22.

Guárdate de regresar al pasado volviendo a ser aquello que ya fuiste, cuando Dios quiere que progreses hacia el futuro y seas lo que jamás has sido."
Oswald Chambers

Esto es poderosísimo, porque generalmente nos enfocamos en el pasado, por eso revolvemos el basurero; lo que está en el basurero se va a la basura, yo no lo guardo en mi casa lo quiero quitar, pero parece ser que nosotros tendemos a guardar lo que se va al basurero, pero cuando viene el Espíritu Santo y renueva la mente, mi ocupación ahora es diferente.
Por eso, Pablo dijo, piensen en todo lo bueno, todo lo puro, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo que es de buen nombre, todo lo que es digno de alabanza.

Mire, si cada día de esta semana volvemos a ese pasaje de Filipenses 4, vamos a ver la ocupación de la mente, todo lo bueno, todo lo puro, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo que es de buen nombre y si hay algo digno de alabanza, en eso tengo que pensar.
Por eso Pablo también dijo, olvido lo que queda atrás, sea malo o sea bueno, y me enfoco a lo que está adelante al premio del supremo llamamiento, conocer a Cristo.

Por eso querida Iglesia, esta es la invitación que hoy el Señor nos hace, a permitirle al Espíritu Santo una renovación de la mente, hay propósito para cada uno, pero hay propósito para la Iglesia.
Nuestra mente tiene que ser la mente de Cristo puesta en práctica de acuerdo a la voluntad de Dios.
¿Saben? Esto baja toda la presión de sentirnos siempre indignos, como que le debemos algo a Dios. ¿Alguna vez Dios nos pasó un "bild" (factura) de lo que debíamos? Todos nuestros pecados fueron cancelados en la cruz, el poder del pecado fue quitado, porque el que está en Cristo es una nueva persona, las cosas viejas pasaron todas son hechas nuevas.
Si tomamos esta palabra hoy, entonces la mente renovada empezará a ver delante nuestro un panorama diferente; y todas las luchas y dificultades que se presenten, ahí está nuestro compañero el Espíritu Santo, su poder y su guía para llegar a la meta, conocer a Cristo.

Vamos a ponernos de pie y vamos a orar al Señor, y en un mismo espíritu y sentir, vamos a declarar que ésta verdad es para nosotros, saber que el Señor habló a nuestro espíritu para que aquella obra que Él tiene que hacer por el Espíritu sea llevada a cabo, y yo quite mis manos de este asunto, y con mí disposición decir, tu voluntad es la mía así como María, soy la sierva del Señor, que Él haga conmigo como Él quiere.

Padre, en el nombre de Jesús, te damos gracias esta mañana, porque cada uno de nosotros en este lugar queremos proclamarte como Rey y Señor, declarar el gobierno del Espíritu Santo sobre nuestras vidas.
Nos presentamos en adoración espiritual, espíritu, alma y cuerpo, y Tú estás viendo nuestro corazón, porque ante ti no podemos ocultar nada, queremos que tu voluntad sea un deleite, tu voluntad me tiene que agradar, es lo mejor, porque es buena, es agradable y es perfecta.

Señor, el día de hoy me desato de todos los pensamientos negativos, de todas las luchas que estoy haciendo, y de todos los esfuerzos que estoy haciendo para continuar cambiando cosas de mi vida, que solamente por el poder del Espíritu Santo serán cambiadas, y voy a regar mi vida para que la vida de Cristo crezca.
Es el agua del Espíritu Santo, es la santidad con la cual hemos sido santificados para presentarnos ante el mundo como una Iglesia que representa a Jesucristo, y que le presenta al sistema del mundo un sistema que no falla, a un Cristo que cambia y que transforma, para que realmente el mundo crea en Él.

Estamos aquí inclinados en adoración, cada uno de nosotros está inclinado en adoración, y queremos darte toda la honra, la gloria y la alabanza.
Bendito eres Señor, porque toda la obra la hiciste Tú, vamos a tomar de esa obra para discernir tu voluntad y caminar en ella cada día de nuestra vida.

Alabado eres, te adoramos en espíritu y en verdad, en el nombre de Jesús. Amén.

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