en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
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A partir de la Cruz, el ser humano tuvo acceso a ser redimido y a ser salvo.
Hubo un precio de rescate pagado por Jesús, y la sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado. Nosotros somos trasladados del reino de las tinieblas al Reino de su amado Hijo, entonces la salvación involucra no solamente un boleto al cielo sino un traslado de reino, un traslado de dominio.
Nosotros ya no somos esclavos del anterior dueño sino que somos libres para vivir en la libertad con que Cristo nos hizo libres y voluntariamente nos hacemos esclavos de Jesucristo.
La obra de la Cruz del Calvario hizo muchas cosas, porque el rescate no solamente incluyó la salvación del hombre, el rescate, la reconquista de Jesucristo, sino que fue de "todas las cosas" , porque Jesús vino a rescatar lo que se había perdido.
No dice la Biblia "el que se había perdido". Lo incluye, pero no es todo.
"El que se había perdido" son personas pero "lo que se había perdido" son los recursos, son las naciones... Es decirle a Satanás que se terminó y que Jesús reconquistó.
Ahora bien, en esa reconquista, Jesús inaugura un nuevo vocabulario, es el vocabulario del reino, y como ya dije varias veces, que cuando ustedes quieran ver "Reino" , vean los capítulos de Mateo del 5 al 7, pues allí hay mucho del Reino de Dios... Cómo se vive, cómo es el estilo de vida del reino...
Si ustedes en sus casas leen detenidamente y le piden al Señor que les revele como está ahí detallado y descrito el Reino de Dios, va a ser muy importante.
Hay un vocabulario en el reino que tiene que ver con la posición que nosotros tenemos, porque cada uno debe hablar desde la posición que tiene.
Si yo estoy en una posición pero mi vocabulario es más bajo, algo está pasando. Entonces nosotros tenemos que estar en consonancia, nuestro vocabulario tiene que estar en consonancia con la posición que nosotros tenemos.
En Mateo 5 vamos a leer esto rápidamente, Jesús esta hablando en el Sermón del Monte, las enseñanzas del Sermón del Monte (Jesús está en un seminario del Reino y está instruyendo a los discípulos) y dice:
"Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere,
¿con qué será salada? No sirve más para nada,
sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
Vosotros sois la luz del mundo;
una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder".
Fíjense la dimensión que adquieren las personas después de la Cruz. Jesús les habla a sus discípulos, a aquellos que le seguían y por ende a la Iglesia que se proyectaría, y les dice:
* "Ustedes son la sal de la tierra".
Dos cosas a rescatar:
1. Dice "ustedes son", no dice " serán".
2. Dice "sal de la tierra", dimensión geográfica.
* Ustedes son la sal de la tierra:
Fíjense el vocabulario de Jesús, la dimensión que abarcaba, porque a partir de lo que Jesús hizo en la cruz del calvario, rescató todas las cosas y rescató la dimensión de la imagen y semejanza que Dios puso en nosotros.
Jesús dijo, —muchachos, Iglesia, la dimensión de ustedes es la tierra y ustedes son sal de la tierra—, pero después dice:
* Ustedes son la luz del mundo, "sal y luz".
¿Cuál es la dimensión aquí? La tierra y el mundo.
O sea que la Iglesia, los hijos de Dios, tienen que "comerse" al mundo, ésa es la dimensión apostólica de Jesús.
Ustedes son la sal de la tierra, dimensión geográfica; la luz del mundo, o sea todo el mundo va a estar bajo la luz de ustedes.
En consonancia con lo que Jesús está diciendo que es un hecho, obviamente que nosotros, seguidores de Jesús, no podemos actuar con una mentalidad inferior a la dimensión a que Jesús expresó, sal de la tierra y luz del mundo.
Entonces cuando esto "nos hace clic", empezamos a adquirir una dimensión totalmente diferente de lo que es la Iglesia, la misión de la Iglesia y la implantación del reino en el mundo.
Ahora conforme, Jesús habló de sal y luz, que eso es vocabulario de Reino, hay otras palabras también de Reino, hay otras palabras en el Nuevo Testamento que tienen que ver con una Iglesia con dimensión apostólica.
Una de esas palabras está en Filipenses 3: 20 el apóstol Pablo dice:
"Mas nuestra ciudadanía está en los cielos,
de donde también esperamos al Salvador,
al Señor Jesucristo".
Una de las palabras de Reino es la palabra "ciudadano".
Todos nosotros sabemos lo que es ser ciudadano de un país, el ciudadano de un país tiene deberes y tiene derechos, tiene responsabilidades pero también tiene cosas que le son adjudicadas por pertenecer a un país... Ciudadano de un país.
Pero aquí cuando hablamos de Reino, cuando hablamos de una Iglesia apostólica y profética en la dimensión en que Jesús proyectó a los suyos y a la Iglesia, la palabra ciudadano adquiere la verdadera dimensión que Jesús le quiso dar.
Esta palabra "ciudadano" quiere decir "asociación de vida".
Yo soy argentino, porque nací en Argentina, y tú eres argentino porque naciste en Argentina...
Pero aquí la palabra significa que estamos asociados por vida; es mucho mayor el concepto que el hecho de que tú y yo hayamos nacido en el mismo país.
Nosotros estamos conectados por vida divina.
Y si estamos conectados por vida divina, la frecuencia interior que nos conecta cuando se potencializa, es explosiva.
No es un ciudadano que tiene privilegios y tiene responsabilidades solamente... Yo tengo que ir a votar porque soy ciudadano de este país, es una obligación.
Cuando yo estoy asociado por vida, mi asociación es por naturaleza, por vida de Dios impartida en mí.
La palabra ciudadano es una palabra del Reino, es una palabra de la Iglesia apostólica, pero esta palabra incluye mucho más, porque dice Pablo, nuestra ciudadanía, ¿dónde está? en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, el Señor Jesucristo.
Yo tengo una caja de barro, pero yo soy ciudadano de arriba. Por accidente y para cumplir el propósito yo nací en la Argentina, pero mi ciudadanía viene de allá, y Dios me descolgó desde el cielo a la tierra para que en la tierra yo cumpliera el propósito y trasladara la ciudadanía celestial aquí a la tierra.
¿Ven el vocabulario del Reino como cambia? En una Iglesia apostólica, que es Iglesia de Reino, este vocabulario tiene que ser normal, porque mi dimensión conceptual cambia totalmente.
Yo soy un ciudadano del cielo. Es más, nosotros estamos en lugares celestiales con Cristo. Ahora bien, ¿desde qué posición oramos? Yo puedo orar desde abajo hacia arriba y colgarme.
Pero yo puedo orar desde arriba donde yo gobierno, ciudadanía celestial, vocabulario de Reino.
El ciudadano celestial que fue descolgado del cielo a la tierra debe tener en la tierra una conducta acorde del lugar de partida, porque si su forma de vida, su conducta y su vocabulario es absolutamente terrenal, hay una dicotomía, hay una contradicción y parece que nunca fue descolgado de allá arriba. Y Dios dice yo te descolgué, pero estás ligado a mí y tienes que actuar como ciudadano celestial, ¿se está entendiendo lo que digo?
Esto cambia nuestra forma de orar, nuestra forma de vivir, nuestra forma de relacionarnos, nuestra forma "de todo"...
Yo soy un ciudadano del Reino en una caja de barro y estoy aquí porque Dios me descolgó para que cumpliera un propósito.
La gente no lo sabe, tu papá, tu mamá, tu hermana, no lo saben. Pero como tú lo sabes entonces tenemos que hacer la tarea, nosotros vamos a ir allá arriba, pero no iremos hasta que acá abajo no cumplamos con lo que tenemos que hacer.
Por eso yo tengo que orar para que Jesús venga, pero tengo que decir "no vengas hasta que yo cumpla el propósito por el cual yo estoy en este mundo".
Ciudadanía, palabra del vocabulario del Reino.
Hay otra palabra más Hebreos 3:1:
"Por tanto, hermanos santos,
participantes del llamamiento celestial,
considerad al apóstol y sumo sacerdote
de nuestra profesión, Cristo Jesús."
Aquí está la otra palabra del vocabulario del Reino y de la Iglesia apostólica, "participantes". Hermanos míos santos y amados, consideren ustedes al apóstol, ¿Quién es Jesucristo?...
Participantes del llamamiento celestial, yo soy hijo de Dios, yo soy siervo de Dios y si yo me quedo solamente con esa idea, el hijo siempre vive dependiendo de papá y no es que nosotros no tengamos que depender de Dios, pero no es el punto a que me quiero referir.
En la idea "evangélica" —Dios me tienes que dar—... Y vivo colgado de papá, y ya vimos que Dios ya nos dio todo ¿verdad?
¿Saben qué significa la palabra participante? En el griego es la palabra "metojos" y le voy a decir exactamente lo que significa esa palabra, " es tener con" , o sea, tener algo conjuntamente con el otro, es una asociación, ¿ven como cambia la idea?
Cuando el autor de los Hebreos dice "participantes" dice que estamos asociados con Dios, ¿está haciendo crack? ¿Ven cómo cambia la idea?
Porque en una sociedad estamos en partes iguales. Yo estoy asociado con Dios, y claro que Jesucristo me rescató, claro que la sangre quitó la culpa y lavó mis pecados, claro que todo, todo... Pero ahora cuando yo estoy en la dimensión de la Iglesia apostólica, en la dimensión del Reino, yo soy un socio de Dios, ¿lo pensaron alguna vez?
Un socio no vive diciendo todos los días —me das para comer, me das para el colectivo, me das para—... Somos socios... y así hacemos con Dios porque esta palabrita "asociado" no existió en la otra mentalidad, en la otra Iglesia... Pero en esta Iglesia sí, y cuando hablo de "esta Iglesia" , hablo de la "Iglesia apostólica y profética" , la Iglesia que se está levantando...
Cuando yo soy socio, yo tengo ganas de que el negocio marche; cuando yo soy socio, ya no veo solamente por mí, sino que veo que el negocio prospere, ¿o no?
—...Voy a la Iglesia para que oren por mí, me duele el corazón, la vértebra quinta, voy a la Iglesia para caerme, que me pongan la mano—...
Los socios se juntan para buscar una idea creativa, porque el otro nos está haciendo la competencia, nos está comiendo.
Ahora, nosotros tenemos un producto explosivo, llamado "Evangelio", y no tiene competencia, no fracasa porque funciona.
Conocí un muchacho, que es de Paraguay que está viviendo ocasionalmente acá, y entre otras cosas me dijo —yo era un terrible drogadicto, llegué a la cocaína, mi madre lloraba y oraba... mi padre no era cristiano, pero ya no sabía más qué hacer. Me internaron, y un día me invitan a una reunión y me convierto—... Y me sigue la historia, pero a mí me quedó algo, y le dije para, para... ¿y qué pasó con la droga? ¿Quieres saber una cosa? Yo me convertí y no necesité ninguna asociación, ni tal tratamiento, ni psicólogo ni nada, el evangelio trató de tal forma que yo quedé sano de la droga totalmente.
Funciona el evangelio, porque si al evangelio le tengo que agregar psicología, entonces el evangelio está incompleto.
El evangelio es el poder de Dios para salvación a todo aquél que cree, y la salvación lo incluye todo, entonces cuando yo estoy asociado con Dios, yo quiero que el negocio del evangelio prospere, y no acá adentro, sino allá afuera... en la empresa, allá afuera... en la escuela, porque es la única solución que la gente tiene. Pero no quieren creer y hace años que le predicamos...
Cuando yo se que tengo una bomba de tiempo y explosiva, yo no lloro porque no quiere creer, el problema está en una actitud, ¡Yo soy un ganador hermano! yo voy a persistir hasta que ese evangelio funcione, no por el evangelio, sino por mi vida.
Lo último que hacemos en mirar cuando transmitimos el evangelio es mi conducta, y decimos que no quiere creer, que está muy duro, y que esto y lo otro, ¿y yo?
Es decir, el problema es el instrumento, pero no me quiero meter en eso ahora, porque estoy hablando de otra cosa.
Dice aquí: "Participantes del llamamiento celestial", así que nosotros somos socios con Dios en un llamamiento y el llamamiento que Dios nos dio es un llamamiento santo.
Nosotros vamos a juzgar la "anti-santidad" del mundo, con la santidad en cada una de nuestras vidas, sin hablar y sin decir nada. Si nosotros vamos a juzgar la injusticia, la vamos a juzgar desde la justicia, si vamos a juzgar la desobediencia, la vamos a juzgar desde nuestra obediencia, nosotros somos socios participantes.
Así que tenemos:
* Sal
* Luz
* Ciudadanos
* Participantes
Les muestro algo más, en 2º Corintios 5:17, en donde aquí está hablando el equipo apostólico, y esta es nuestra experiencia también:
"De modo que si alguno está en Cristo,
nueva criatura es;
las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas".
Esto no es para inconversos, esto es para cristianos, el que lee entienda...
Este versículo lo hemos usado para los incrédulos. Ahora, piense hermano, a la Iglesia le está escribiendo, "si alguno está en Cristo (ámbito) nueva creación es, las cosas viejas pasaron todas son hechas nuevas", a cristianos les dice esto, no es para "no cristianos".
"Y todo esto proviene de Dios,
quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo,
y nos dio el ministerio de la reconciliación;
que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo,
no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados,
y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.
Así que, somos embajadores en nombre de Cristo,
como si Dios rogase por medio de nosotros;
os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios".
2º Corintios 5:18-20
Pablo y su equipo apostólico está hablando de un tema importantísimo, como es el tema de la reconciliación.
Hay un problema que el hombre tiene con Dios, el hombre tiene que reconciliarse con Dios y Pablo dice, si alguno está en Cristo es nueva criatura. Ahora a nosotros nos dice tenemos el ministerio de la reconciliación, la Iglesia tiene el ministerio de la reconciliación, la Iglesia tiene que llevar a la gente a reconciliarse con Dios, pero tiene que mostrárselo a la manera de Dios, como dice vs.20:
"Así que, somos embajadores en nombre de Cristo,
como si Dios rogase por medio de nosotros;
os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios".
Quiero rescatar la palabra " embajadores" en un vocabulario de Reino, pues la palabra "embajador" es importantísima...
Algunos dicen, —Yo soy un humilde cristiano que te quiere hablar que Cristo murió en la cruz, si vos crees—... ¿Así habla un embajador?
Le voy a contar algo que me contaron el otro día, y es que en el año 1955, vino a la Argentina un predicador llamado Tommy Hicks, un hombre tremendo, de señales y milagros. Y en el avión el hombre dijo: "Dios me dice que vea a Gral. Juan Domingo Perón" (presidente de la República Argentina en aquel momento). ¿Cómo se va a presentar? Dígale que soy Ministro (y esto es cierto), recibió de Dios esto y dijo yo voy. Llega entonces y lo atiende el que era el secretario de Perón, y creo que era Guillermo Patricio Kelly, a quien le avisan de esto, y entonces el problema era que, cómo llegaba un ministro y no hay protocolo, llega un ministro y nosotros no sabemos nada, llega un ministro y ya está acá, y ¿Qué pasó? ¿se nos escapó el asunto?
Así que lo recibió y le dijo, —soy el ministro Tommy Hicks y yo quiero ver al presidente de la República—, a lo que el secretario le dijo —pero no se puede ver al presidente de la República así por que sí, y usted ¿ministro de qué es?—. —Yo soy ministro de Dios y del evangelio. ¡Ah! usted es cristiano... Y Tommy Hicks, le dice, —espere, a mí, Dios me mandó a ver al presidente de la República y a mí, Dios me dice algo, que su esposa está en este momento internada en un Hospital con cáncer y Dios me dice en este momento que yo estoy hablando con usted, y que Dios esta sanando en este momento a su esposa y la sanó, y usted no quiere que yo vea al presidente, dígale al Presidente Perón que él tiene un problema de soriasis, y que en este momento Dios lo está sanando—
Y Perón se sanó de soriasis, y ¿sabe qué pasó? Perón le consiguió gratis uno de los estadios, creo que el de Atlanta, todo gratis. Todo gratis fue la campaña de Tomy Hicks, porque él dijo soy ministro.
Hermanos, no neguemos lo que somos, somos embajadores, y dice Pablo, en nombre de Cristo, ¿quién te para con eso? En Nombre de Cristo.
Ahora, la palabra "embajador" en el griego es "Presveuo" que significa literalmente, ser el mayor. ¿Oyeron eso? Significa ser el mayor. Y después, ser un representante, entonces cada uno de nosotros que tiene el ministerio de la reconciliación. Primero, es mayor , pero me lo tengo que creer, no por pedantería, sino para que el mundo vea a un embajador de Cristo.
Entonces yo entro a un lugar y piso fuerte porque soy un embajador.
En México, la Secretaría de Comunicación Social, quiere llegar al presidente Fox, pero no, para regalarle una Biblia, sino para hacerle un proyecto de gobierno y darle dirección al país.
Entonces uno de los hermanos empezó, que bueno, pero hay un protocolo, la carta la tenemos que presentar primero en tal lugar, porque entonces de tal lugar esa carta va a ir a Los Pinos, que es donde vive el presidente... No, no, no.
Acá nosotros no queremos protocolo, nosotros vamos directo al presidente.
¿Se dan cuenta? O sea, cuando uno es un embajador, cuando uno sabe quién es en Dios, los protocolos humanos tienen que quedar aparte porque Dios te abre la puerta.
La Iglesia tiene que empezar a pensar así, porque Dios nos descolgó del cielo para que lo representemos.
Hemos tenido mucho miedo de enfrentar a la gente, hemos tenido mucho miedo de tomar lo que nos corresponde, nos hemos quedado demasiado atrás pero nosotros somos embajadores, y la Iglesia es una embajadora.
Tenemos que reconocer que somos luz y que somos sal.
No podemos negar eso, no se puede.
En tu familia llegaste tú y llegó la luz, a pesar de que tu familia puede decir llegó éste y cambió todo... No, no importa, porque las tinieblas saltan cuando llega la luz, las cucarachas vuelan, lo peor que te puede pasar es que vos llegues y tu familia diga, ¡ah! llegó uno que es como nosotros... Entonces no pasa nada. Pero si vos le metes sal a la ensalada, tu familia dice, llegó el que le mete sal a la ensalada...
!ah! Eso tiene que pasar. Llegó el socio del negocio, y cuidado con éste porque se come el mundo... Así tiene que ser la Iglesia, cuidado con éste porque tiene una aureola, a este lo bajaron del cielo...
Cuidado, eso tiene que ver la gente, claro y es así, cuidado con éste que es un embajador, un ministro de Dios para hacer lo que tiene que hacer.
Un apóstol es un enviado.
Y una Iglesia apostólica es una Iglesia enviada, con poder y autoridad para hacer lo que tiene que hacer. Gloria al Nombre de Jesús.
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