Recursos, ¿los usamos o los amamos?
Daniel Dardano
15 de February de 2015
El texto contenido en esta página fue tomado literalmente de lo expresado verbalmente
en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
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Cristo es Rey y victorioso, eso nadie lo puede negar. El mundo puede intentar quitar de la vida de las naciones y de la creencia de las naciones, el hecho de que Cristo es victorioso, inclusive algunos pintan a Cristo como muerto, pero Cristo es Rey, vive y es victorioso. Y eso la Iglesia lo sabe, la Iglesia lo puede afirmar y lo puede cantar. Toda victoria de Cristo trae libertad. La victoria y la libertad están ligadas, por eso, en Cristo no hay esclavitud.
Jesús dijo, conocerán la verdad y la verdad los hará libres; y ésa es la verdadera libertad, que como hijos de Dios podemos disfrutar.

Precisamente, lo que hoy voy a compartir por el Espíritu Santo, es algo que tiene que ver con esclavitud, pero con libertad; podría parecer pesimista pero finalmente termina siendo aquello que Dios está queriendo hablar a su Iglesia.
Esto que hoy voy a compartir, fue un proceso, no sé si de un año o más de un año, que el Espíritu empezó a cargar mi espíritu y mi corazón mirando la situación a nivel mundial, todo lo que está pasando en las naciones a nivel social, a nivel político, a nivel personal, a nivel familiar, a nivel espiritual, a nivel económico, y es como que me paré en el centro de la historia y comencé a ver a la Iglesia de Jesucristo, no a una congregación, a la Iglesia de Jesucristo, y ver qué participación o no tiene en todo este tipo de cosas la Iglesia de Jesucristo, cómo está desempeñando su papel de ser sal y luz de la Tierra.

Por eso, el Espíritu cargó mi espíritu, y lo que voy a levantar hoy por el Espíritu, es una voz de alerta para la Iglesia de Cristo. Una voz de alerta para tener cuidado, para que la Iglesia de Jesucristo no pierda el rumbo que le ha sido marcado por el victorioso, porque si la Iglesia disfruta de la victoria y de la libertad, no puede sumarse a la derrota, al fracaso que el mundo está viviendo. Todos nosotros sabemos cómo va a terminar el mundo, pero también sabemos cómo termina la Iglesia.
La Iglesia, como victoriosa, termina con Cristo en unas preciosas bodas para estar con Él eternamente. Por eso, voy a ir desarrollando esto que el Espíritu Santo me dio para que podamos entender cómo no nos podemos, ni debemos, desviar del camino que el Señor nos marcó como Iglesia de Jesucristo.

Voy a comenzar diciendo una palabra, la palabra es recursos.
Recursos... Yo creo que todos sabemos lo que es un recurso, pero me fui al diccionario de la lengua española y le voy a decir lo que dice el diccionario de la lengua española de la palabra recurso; un recurso es un conjunto de elementos o bienes de que se dispone para cubrir una necesidad o emprender algo. Para cubrir una necesidad o iniciar o emprender algo. También, recurso es un elemento que puede dar apoyo o ayuda. Son elementos, cosas que tengo a mi disposición que me ayudan, que colaboran conmigo, que yo uso y administro para conseguir un objetivo.
Voy a ser más claro, este micrófono por el cual estoy hablando, es un recurso. ¿Para qué sirve? Para amplificar mi voz y que me puedan escuchar.
Muy bien, yo tengo en mi mano aquí, no sé si no alcanzan a ver, un tenedor; un tenedor es un recurso. ¿Para qué sirve el tenedor? Para ayudarme ¿a qué? A llevarme el alimento a la boca, para eso sirve un tenedor, es un recurso, ¿está bien? Perfecto.

Le voy a mostrar otro recurso, ¿se alcanza a ver? Un lápiz. ¿Para qué sirve un lápiz? Para escribir, el lápiz es un recurso y yo lo uso de acuerdo a la necesidad que tengo, yo lo uso, no dependo del lápiz, uso el lápiz para una necesidad determinada.
El tiempo, también es un recurso, tenemos veinticuatro horas al día, ¿quién administra el tiempo? Nosotros.

Muy bien, le quiero mostrar un recurso más, ¿qué tengo en mi mano? Un billete de veinte dólares. En otras naciones donde están viendo esto, traduzcan el valor de veinte dólares a su moneda, veinte dólares... El dinero es un recurso, yo lo uso, no dependo del dinero, ¿es claro lo que estamos haciendo? Es un recurso, sea la moneda que sea.

Es decir, Dios nos dio a todos los seres humanos recursos para ayudarnos en la vida en esta Tierra, pero finalmente, todo depende de Él.
Quiere decir, que todo lo que yo recibo como recurso, lo administro y lo uso, pero yo no puedo depender del recurso, porque si yo dependo del recurso en lugar de gobernar yo sobre sobre el recurso, el recurso me gobierna a mí, me dirige a mí.
¿Y qué es lo que está pasando hoy en día con el dinero? Entiendo el silencio... Porque ya saben dónde vamos a ir. Hay algo que está pasando en todas las naciones de la Tierra, y la Iglesia tiene que estar apercibida, porque el único amo que nosotros tenemos es el Señor, es el Rey victorioso que nos dio libertad. Si yo me hago esclavo del dinero o de cualquier otra cosa, entonces comienzo a correr serios peligros.

Quiero que me acompañen a hacer un poco de historia, voy a irme a, el principio, voy a irme a Adán y Eva; Dios les dio el huerto, ahí estaban Adán y Eva en el huerto, y Dios les dijo, administren todo lo que hay en el huerto. Ellos tenían que trabajar, ¿por qué? Porque trabajar es un principio que todos debemos respetar. Dios fue el primer trabajador y sigue trabajando. Pero qué notable, Adán y Eva trabajaban pero tenían la provisión asegurada; porque Dios les dijo, de todo lo que ustedes tienen aquí pueden comer, no les va a faltar nada, ¿de quién debían depender? De Dios.
Me voy años después de este hecho, Dios escogió un pueblo, se llama Israel y determinó que Israel lo debía representar en todas las naciones. Hubo un período de toda la historia de Israel que estuvo esclavo en Egipto, cuatrocientos años, quizá un poquito más de cuatrocientos, llegó un momento que Dios dijo, basta se terminó la esclavitud, ¿por qué? Porque ellos como esclavos en Egipto, no podían ser representantes, ellos tenían que ser liberados de las duras tareas, de las cargas que tenían, porque como esclavos no tenía ningún derecho; pero Dios dijo, los voy a liberar, pero lo liberó de una manera extraordinaria, y estoy hablando de provisión de Dios.
En un momento de ese proceso Dios le dijo a Moisés, además yo haré que los israelitas se ganen la buena voluntad de los egipcios, de modo que cuando salgan no se vayan con las manos vacías, cada mujer pedirá a su vecina o a cualquier otra mujer que viva con ella que le dé objetos de plata y de oro y vestidos con lo que ustedes vestirán a sus hijos e hijas, despojando así a los egipcios de todo lo que tengan, esto está en Éxodo 3:21 y 22.
¿Qué dijo Dios? Ustedes salen de la esclavitud pero yo proveo, no se van a ir con las manos vacías. De esclavos pasaron a tener riquezas. Dios es bueno y Dios siempre va a manifestar su provisión y su bondad.
Bien, cuando el pueblo de Israel sale de Egipto, ¿qué es lo que sucede? Dios les había prometido una tierra, la tierra de Canaán, tierra que fluye leche y miel. Empezaron a caminar por el desierto, y caminaron por el desierto cuarenta años.
Miren la provisión de Dios, todos los días caía del cielo, ¿qué cosa? Maná, caía el maná. Quiere decir que la gente salía y tenían maná en la puerta de su casa; permítanme la figura, maná para comer, pero hete aquí que pasaba algo, si alguno de ellos decía, hoy voy a comer un poquito menos pero voy a guardar maná para mañana... por las dudas, ¿saben qué pasaba con este maná? Los gusanos lo agarraban y no lo podían comer. ¿Cuál era el mensaje de Dios? ¡Eh, Israel, aquí estoy Yo! No necesitas acumular, no necesitas decir por las dudas, todos los días vas a tener el maná. Era la cuestión de depender de Dios y creerle a Dios. Es más, lo digo de paso, dice que en ese tiempo y por ese tiempo, los vestidos no se desgastaban, no sé si las mujeres hubieran estado muy de acuerdo, pero así sucedía, no se gastaban los vestidos... Ése es Dios.

Hablé de la tierra prometida, ¿cuál era una de las característica de la tierra prometida? Fluía leche y miel, esto es abundancia. Dios ya había preparado al lugar que iban, la abundancia, tierra que fluye leche y miel.

¡Qué podemos decir de David! Él dijo, el Señor es mi pastor, ¿qué más dice? Nada me faltará o nada me falta, el Señor es mi pastor, como Él es mi pastor y me da la provisión y dependo de Él, nada, nada, nada me falta. Pero este mismo David, que dijo esto en el Salmo 23, dijo estas palabras, he sido joven y ahora soy viejo, pero nunca he visto justos en la miseria, ni que sus hijos mendiguen pan. ¡Alabado sea el Señor!
Salmo 37:25, Nueva Versión Internacional, David dijo, yo fui rey, yo soy rey, nunca he visto justo desamparado ni a sus hijos, a su descendencia que mendiguen pan.
Éste es un desafío para la fe, por eso, la Iglesia de hoy necesita escuchar esta Palabra, no he visto justo, justo, justo, justo desamparado ni su simiente, descendencia, que mendigue el pan.

Salomón. Salomón fue rey de Israel, un día él estaba en la ciudad de Gabaón y Dios habló con él y le dijo, Salomón pídeme lo que quieras que Yo te lo voy a dar. Así le dijo Dios y Salomón le dijo, Señor, Tú me diste un gran privilegio, sentarme en el trono de mi papá, de David, para mí éste es un gran privilegio, pero también es una gran responsabilidad, ¿Tú me preguntas qué quiero? Sí, sí, sí ¿qué quieres? Y Salomón le dijo, dame sabiduría, ¿para qué? Para dirigir a este pueblo. Que pedido importantísimo, clave, para alguien que sabe quién es Dios. ¿Sabe qué dice la Biblia? Que a Dios le agradó que Salomón le pidiera sabiduría.
Entonces, mire lo que hizo Dios, le volvió a hablar y le dijo, Salomón como has pedido esto y no larga vida ni riquezas para ti, ni has pedido la muerte de tus enemigos sino discernimiento para administrar justicia, justicia... voy a concederte lo que has pedido, te daré un corazón sabio y prudente como nadie antes de ti lo ha tenido ni lo tendrá después. Además, aunque no me lo ha pedido, te daré tantas riquezas y esplendor que en toda tu vida ningún rey podrá compararse contigo, 1 Reyes, capítulo 3, versículos 11 al 13, Nueva Versión Internacional. Ése es el Dios que tenemos hoy.

No fue el Dios de Salomón, no fue el Dios de David, no fue el Dios de Adán y Eva, éste es el Dios de nosotros, como él pidió sabiduría, Dios le dijo, bien has pedido porque tienes tu corazón en mí, te voy a dar sabiduría para guiar a este pueblo, pero además tendrás toda la provisión necesaria, y dice que ningún rey nunca iba a tener más que él. Ése es el Dios que tenemos.
Yo sé que estoy diciendo esto y la mente explota, ¿verdad? No lo podemos entender, pero el espíritu discierne, porque tenemos al Espíritu de Dios en nosotros.

Ahora bien, voy a pasar a Jesús, cuando Jesús estuvo en este mundo, ¿qué fue lo que él encarnó y vino a presentar? El Reino.
Jesús dijo, aquí está el Reino, Yo soy el Rey de ese Reino, aquí estoy Yo, aquí está el Reino.Y allá en Mateo 5: 6 y 7, Jesús habló de la manera como se vive en el Reino de Dios, es muy importante ver lo que podríamos llamar, la Constitución del Reino de Dios, Mateo 5:6 y 7 es clave para entender el Reino de Dios y su justicia.
Entonces Jesús, esto está registrado en Mateo 6, y ahora les voy a pedir que busquen en sus Biblias, por favor, en el Evangelio de Mateo 6, vamos a comenzar con el versículo 24, se registran estas palabras de Jesús. Mateo capítulo 6, versículo 24, Nueva Versión Internacional:

"»Nadie puede servir a dos señores,
pues menospreciará a uno y amará al otro,
o querrá mucho a uno y despreciará al otro.
No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas.
»Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán;
ni por su cuerpo, cómo se vestirán.
¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa?
Fíjense en las aves del cielo:
no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros;
sin embargo, el Padre celestial las alimenta.
¿No valen ustedes mucho más que ellas?...
¿No valen ustedes mucho más que ellas?

¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe,
puede añadir una sola hora al curso de su vida?
»¿Y por qué se preocupan por la ropa?
Observen cómo crecen los lirios del campo.
No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón,
con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos.
Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno,
¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe?
Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?”
o“¿Con qué nos vestiremos?”
Porque los paganos andan tras todas estas cosas,"

Repito esta frase, porque son los paganos lo que andan detrás de todas estas cosas, es decir los que no creen en el Señor.

"y el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan.
Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia,
y todas estas cosas les serán añadidas.
Por lo tanto, no se angustien por el mañana,
el cual tendrá sus propios afanes.
Cada día tiene ya sus problemas."
Mateo 6: 24-34

Palabras de Jesús, miren, la verdad que después de leer esto me gustaría sentarme y no seguir, porque estaría todo dicho, está todo dicho. Cuando entendemos los principios del Reino y el amor del Padre, toda preocupación es cancelada, todo afán es cancelado.
Por eso, hoy la Iglesia necesita levantar otra vez, la vista al cielo quitándola de la Tierra.
Ahora bien, ¿qué es lo que vimos en todo esto? Dios proveyendo, Dios proveyendo, Dios teniendo cuidado, Dios teniendo cuidado desde Adán y Eva hasta Jesús y hasta nosotros.
Entonces, ¿cuál es la preocupación si Él es el proveedor? ¿Dónde estamos fallando? ¿Qué es lo que está pasando con nosotros que no podemos creerle a Dios en la provisión diaria?
Nosotros dijimos al principio, que el mundo está en crisis desde todo punto de vista, el mundo en crisis y el mundo está tratando de solucionar los problemas de la manera que mejor puede, pero estamos viendo que hay demasiada impotencia en los gobernantes por solucionar ahora cualquier tipo de problema, ¿por qué? Porque el mundo se apartó Dios, así de simple. Cuando el mundo se aparta de Dios, le dice a Dios no te necesito, soy lo suficientemente inteligente para resolver mis problemas, ahí el mundo se va a la destrucción.

Ahora bien, conforme veremos lo que pasa con el mundo, ¿qué es lo que notamos? Hoy en día hay inquietud, la gente está demasiado nerviosa, la gente está afanada, ansiosa, corriendo por todos lados, sea por la enfermedad, sea por el trabajo, sea por problemas con los hijos, sea por lo que sea, pero la economía y las finanzas es una de las mayores inquietudes del mundo actual, si lo ponemos en escalas, el secuestro, bueno, la violencia, bueno, en fin, la injusticia bueno, pero las finanzas, ¡hay que solucionar el tema de las finanzas, de la economía de las naciones! Hay que solucionarlo, el mundo está inquieto de esa manera.
Y miren lo que está pasando hoy en día, las empresas, ¿qué es lo que le están pidiendo a la gente hoy en día? Quiero más horas de tu trabajo, ¿sí o no? Ahí está, te necesito, ¿sabes por qué? Porque a ti te hace falta dinero para vivir, porque sin dinero tú no vas a ningún lado.
O llega de otra manera, mira Juan Pérez, hemos visto tu desempeño, eres un hombre excelente o una mujer, que se llamaría Juanita Pérez, ¿no? Hemos visto tu desempeño y hemos visto que tú tienes un potencial y esta empresa te necesita, y entonces mira, nosotros te vamos a dar una promoción, te vamos a ascender, vas a ser... tal cosa, vas a tener una posición, además se te va a aumentar el salario; y entonces, los ojos de Juan o de Juanita Pérez, se abren grande... llegó mi hora, es la hora de mi promoción, voy a tener dinero, esto me viene bien, pero la empresa le dice, pero te necesito más horas de las que trabajas habitualmente.
¿Estoy mintiendo? No, verdad, y no es solamente de lunes a viernes, ahora es el sábado también, porque hay cosas que de lunes a viernes no se resuelven, entonces te necesito el sábado, y ya el domingo comienza a ser habitual, hay una guardia que hacer el domingo, hay tal o cual cosa... el domingo; y ahí estamos nosotros, los hijos de Dios, ¿sí o no? Sí.

Creo que estoy hablando la realidad. Entonces, ¿qué es lo que pasa? De lunes a viernes nuestra mente esta bombardeada por todas las cuestiones de empresa, por todos los problemas de la empresa, aún me llevo trabajo mi casa y si no me llevo trabajo, esta mente está ocupada por las cosas de la empresa, y me llaman por teléfono y tengo que llamar por teléfono, ¿estoy mintiendo? No, y ahí está la Iglesia de Jesucristo.

Por eso, el Espíritu me dijo, Daniel hay que levantar una voz de alerta, ¡Iglesia, el Señor nos llamó a libertad no a esclavitud! Pero todo comienza por creerle a Dios, porque si no le creemos a Dios, esto que estoy diciendo de las empresas, cada vez irá en aumento, y entonces tendrá que llegar un día, iba a decir una cosa pero no la voy a decir, que los cultos serían vía Skype y de acuerdo a la comodidad de la gente... Digo, eso no, lo cancelo en el nombre de Jesús, no se puede, la Iglesia es el cuerpo, cuerpo, cuerpo de Cristo y nosotros somos miembros los unos de los otros, no es escuchar un culto por televisión, no es recibir la Palabra vía Skype, es estar en el cuerpo de Cristo porque Dios me llamó para eso, sino nuestras profesiones, nuestras graduaciones, nuestros trabajos, si no le sirven a Dios, no sirven.
Y ésa es la voz de alerta que quiero levantar a la Iglesia, ¡Cuidado! ¡Cuidado!

Cuántas veces cuando vino la empresa a esclavizarte a ti, le dijiste, momentito empresa... y te vas a tu casa y hablas con tu esposa y te hechas de rodilla, y dices, Señor no, no lo voy a permitir y Tú eres mi proveedor. Ésa es la guerra que tenemos que hacer, decirle no al sistema de este mundo.

Jóvenes les hablo en el nombre de Jesús, niños que están creciendo les hablo en nombre de Dios, no caigan en esa trampa, el dinero nos está esclavizando, nos encandiló y estamos atados, estamos maniatados porque creemos que el dinero lo es todo, ¡cuidado con eso es peligroso!

Ahora bien, quiero que leamos 1 Timoteo, el capítulo 6, versículo 7 al 11, Pablo le está escribiendo a su hijo espiritual, Timoteo. Timoteo en ese momento estaba a cargo de la Iglesia en Éfeso, y en 1 Timoteo, el capítulo 6, versículos 7 a 11, en la Nueva Versión Internacional, les pido que lo busquen por favor, 1 Timoteo, 6: 7 al 11 dice:

"Porque nada trajimos a este mundo, y nada podemos llevarnos.
Así que, si tenemos ropa y comida, contentémonos con eso.
Los que quieren enriquecerse caen en la tentación
y se vuelven esclavos de sus muchos deseos.
Estos afanes insensatos y dañinos hunden a la gente en la ruina y en la destrucción.
Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males.
Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe
y se han causado muchísimos sinsabores.
Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de todo eso,
y esmérate en seguir la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia y la humildad."
1 Timoteo 6:7-11


¡Alabado sea Nombre del  Señor!
Pablo aquí está hablando en contra de todo el sistema corrupto. Siglo I escribió estas palabras, estamos en el Siglo XXI, siguen vigentes las Palabras, esto es Palabra de Dios.
¿Qué es lo primero que le dice? Porque nada trajimos a este mundo y nada podemos llevar... Ésta es una verdad básica y elemental, nacemos desnudos y nos vamos a ir desnudos, no trajimos nada, no nos vamos a llevar nada. Pero fíjense con lo que está pasando, lo que está pasando con la Iglesia, al igual que la gente del mundo está trabajando para la Tierra y para las cosas de la Tierra como si nunca nos fuésemos a ir.
¡Iglesia cuidado! Estamos haciendo proyectos que terminan en la Tierra y nosotros sabemos que los negocios del Padre son celestiales.
¡Necesitamos levantar la vista! Y esta verdad elemental, básica, es profunda hoy para la Iglesia, nada hemos traído a este mundo y nada nos vamos a llevar, porque Dios así lo determinó, porque no nos hace falta llevarnos nada, aquí lo tenemos todo en Cristo, allá estaremos con Cristo.
Entonces Iglesia, dime ¿qué te hace falta? Solamente levantar la vista y cancelar todo aquello que te esclaviza, nada trajimos y nada podemos llevarnos.

Y luego dice, así que si tenemos ropa y comida, estemos contentos con esto, si tenemos ropa y comida estemos contentos.
Cuando estaba viendo esto, me acordé otra vez de las Palabras de Jesús, porque Pablo y Jesús dicen lo mismo. Obviamente, Pablo sabía, tenía el Espíritu de Cristo, y entonces me volví a Mateo 6, no se preocupen por la comida y por la bebida, y por la ropa, y... ¿Qué está diciendo acá? Si tienen comida y ropa, estén ¿cómo? contentos, porque el Padre provee; la otra versión dice, sustento y abrigo, ésta dice, ropa y abrigo.
La palabra sustento es una palabra importantísima en el original griego, ¿usted sabe lo que significa? Nutrición suficiente y abúndate, eso es lo que significa sustento. Es decir, Dios nos quiere dar nutrición abundante, sustento abundante, pero como nosotros desviamos el camino y lo hemos puesto en el dinero y la necesidad, entonces no viene la provisión, no la vemos, cancelamos la provisión de Dios.

Ahora bien, aquí dice, estén contentos con esto... Este estar contento es una actitud de tranquilidad, no significa una conformidad pasiva de que ahora bueno, como Dios me provee, entonces no voy a trabajar; a ver, Tú me dijiste que me vas a dar... no, no, no significa eso. ¿Saben lo que significa? Una tranquilidad de corazón y ese corazón tiene confianza en Dios. Cuando eso se produce, la confianza en Dios pasa a gobernar toda mi vida porque yo le creí a Dios, y entonces mi vida es nutrida con el sustento, con la ropa, con la comida que viene de Dios, porque dice el versículo 9, los que quieren enriquecerse caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos deseos.
Es decir, los que ponen su mirada, los que ponen su atención, exclusivamente en el dinero han equivocado la meta de su vida, los que quieren enriquecerse, caen ¿en qué? en tentación. Y la tentación no viene una vez y se va, viene una, viene dos, viene tres, ¿hasta qué? hasta ver si caemos, ¿sí o no? Los que han tenido como meta el dinero o andan ansiosos, que no me alcanza... ah, ah... Caen en tentación, y esa tentación dice, que los arruina, que los destruye; en otras palabras, se van a la bancarrota de su vida en todo el sentido de la palabra, no solamente en dinero, porque yo te pregunto Iglesia, tú puedes tener dinero y si tiene carencias de todo lo demás, ¿de qué te sirve? Hemos sabido historias de gente muy rica del mundo que se suicidó porque el dinero nunca le satisfizo, ¿sí o no? Porque el dinero es un recurso, el problema es que si centramos la atención en el dinero, perdemos de atención la meta que es Dios, que es Jesucristo.

Pero luego dice, miren, llegamos al 10, versículo 10, porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males, por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores...
El amor al dinero es la raíz. ¿Qué es una raíz? Es la fuente, es donde se origina algo, ¿verdad? Entonces el amor al dinero, no el dinero, el amor al dinero, es la raíz de toda clase de males personales, familiares, espirituales, nacionales, internacionales... todo, ¿escuchó lo que dije? El amor al dinero es raíz de toda clase de males, y después la Iglesia se pregunta, ¿por qué me va tan mal? Hay que revisar cómo andamos del amor al dinero.

Pero me quiero extender un poquito en esto, dijimos al principio, que el dinero no es malo porque es un recurso; como tal, yo uso el dinero, el dinero no me puede, no me debe gobernar a mí, yo tengo que gobernar sobre el dinero porque es un recurso.
Ahora mire, este tenedor de plástico que presente al principio, yo no dependo de él ni tampoco vivo todos los días pensando... el tenedor de plástico, ah el tenedor, como extraño el tenedor, cuando llegue a mi casa le voy a decir a mi señora, quiero ese tenedor de plástico... ¿Verdad que no? Además es desechable, ¿a dónde se va este tenedor? A la basura, a la basura.
Pero, ¿qué pasa con esto? Yo no pienso en el tenedor de plástico o en cualquier tenedor, pero si me paso el día pensando en dinero, Jesús dijo, donde está su tesoro allí está su corazón...
Es decir, hermano escuche, cuando dije antes que la gente se arruina y se destruye por amor al dinero, este amor nos lleva a extraviarnos de manera que podemos seguir viniendo a las reuniones, podemos tener un ministerio determinado, pero adentro, nuestra vida está en bancarrota, porque todo ha sido destruido por un amor mal destinado, y somos esclavos de eso.
Ahora, el dinero, que es un recurso, ejerce una gran atracción sobre nosotros porque este amor no es el amor ni entre pareja, ni el amor de los padres a los hijos, no, no, no, no... Éste es una atracción, es una relación, una conexión que yo establezco con el dinero, porque si yo digo, me falta el tenedor no hay problema, pero si yo digo, me falta el dinero, ahí es donde está la mala conexión con el dinero.
Ahora bien, este amor es muy poderoso y creo que lo hemos comprobado, ¿por qué es poderoso? Porque nos aparta de Dios.

Escuche bien lo que voy a decir, ¿sabe cuál es el proceso? Comienza así: yo necesito dinero, y eso es verdad, hasta los niños van a su papá y a su mamá y dicen, papá necesito dinero en la escuela porque hay que comprar, sí, porque es un recurso, necesito dinero, es normal... Conforme transcurre el proceso, un día me doy cuenta de que el dinero me es muy necesario y que yo no podría vivir sin dinero.
Fíjese un poquito lo que estoy diciendo, cuando esto se produce, el siguiente paso es una dependencia mental del dinero.
¿Sabe cómo termina este proceso? Cuando aquí en mi mente, en todo mi ser se asienta esta atracción, este imán, esta conexión, y el dinero se pone en el trono, ¿sabe quién es desplazado del trono? Dios. Y se instala la idolatría... ¡Hermano Daniel, los cristianos no somos idólatras! Revisé esto que estoy diciendo, cuando yo, sutilmente y sin darme cuenta vengo a hacerle caso y tomo de ese imán y me pego, Dios sale del cuadro porque el dinero entonces, es el que va a resolver problemas, y esto es idolatría.
Dios odia la idolatría, nosotros debemos odiar la idolatría. Por ahí dicen, poderoso caballero es don dinero, ¿verdad? Tenemos que cancelar eso en nuestra mente, el único poderoso y victorioso es Jesucristo, éste es un recurso, es papel que se quema, por eso Jesús dijo, su vida vale más que la comida, que la ropa, que el vestido, esto se va a la basura y aunque tenga mucho en el banco cuando usted muera no se lo va a llevar.

Le voy a hacer un ejemplo de esto que acabo de decir; ustedes saben que los sapos son animales de sangre fría, bueno, si no lo saben les voy a dar una clase, los sapos son animales de sangre fría, quiere decir que ellos toman la temperatura del ambiente o del medio donde están, se van adaptando. Ahora, supongamos que tenemos un recipiente con agua muy caliente y ponemos al sapo con agua muy caliente, ¿sabe qué va hacer el sapo? Se va a sacudir y va a querer salir porque no, no se acostumbra a eso, va a querer salir. Pero hagamos otra prueba, pongamos en ese recipiente agua tibia y pongamos al sapo, el sapo dice, me gusta, se adapta, la temperatura de su cuerpo se va adaptando a la tibieza del agua, pero luego nosotros empezamos a levantar la temperatura del agua y cuando el agua está muy caliente el sapo ya no se adaptó, se murió. Creo que entendemos el ejemplo, ¿verdad?

Cuando nosotros nos vamos adaptando a los sistemas del mundo, al pensamiento del mundo, a ver las cosas como las ven la gente del mundo, vamos a entrar al agua, si es muy caliente la resistimos... no, yo soy hijo de Dios, a mí eso no me va a atrapar, pero si empiezo a admitir que, bueno, puede ser... vamos a abrir una puerta, esto no está tan mal, el agua caliente termina arruinando nuestra vida.
Iglesia, necesitamos despertar a esta realidad, ¡cuidado dónde ponemos el centro de nuestra vida! Nosotros no estamos para adaptarnos, nosotros estamos para ir contra el sistema de este mundo, por eso el amor al dinero es raíz de toda clase de mal.

Y mire lo que dice el versículo 10 al final, algunos que lo codiciaron se desviaron de la fe y se causaron muchísimos sinsabores...
Codicia, ahí está, ¿saben yo encontré algo? La codicia es uno de los alimentos de la raíz, cuando uno codicia. ¿Qué es codicia? Anhelo ardiente por tener algo, pasión desmedida y desbordada, yo quiero tener eso, yo quiero tener eso, ¿no nos pasa? Yo quiero tener eso, yo quiero tener eso, él lo tiene, ¿por qué yo no lo tengo, Dios? ¿Por qué se lo diste a él? Yo lo quiero, yo lo quiero... Codicia. Entonces la raíz, ¿qué dice? aliméntame, aliméntame codicia, cuando más recibo de ti más me fortalezco y el fruto que voy a dar te va a atrapar y te va a destruir... No hermanos, yo quiero tener mucho dinero para darle a la obra del Señor... Mentira, mentira, no es verdad, no he visto hasta ahora; a lo mejor existe alguien que hiciera esto en la práctica.

Muy bien, luego que dice esto, le dice a Timoteo, tú en cambio...
Ah, aquí viene el camino de los principios divinos, porque si el amor al dinero es raíz de toda clase de mal, Timoteo, yo quiero liberar de ti y a la Iglesia donde yo te puse como encargado, de que no caigas en esto. Entonces, te voy a decir el camino, y le dice, tú pues, ¿cómo lo llama? hombre de Dios, ah... Timoteo, tú tienes el ADN de Dios, tú tienes la naturaleza divina, Timoteo, tú respondes a esa naturaleza que yo puse en ti, tú eres un hombre de Dios, la Iglesia que estás pastoreando tiene la naturaleza divina, tiene el ADN de Dios, tiene la vida de Dios.
Por eso, Timoteo, ni tú ni la Iglesia tienen que caer en la codicia, ni en el amor al dinero, mira cuál es el camino, hombre de Dios que tienes la naturaleza y el carácter de Dios, huye de estas cosas...
Y yo cuando leí esto dije, a ver, ¿cómo es que huye de estas cosas? Naturalmente hablando yo diría, enfréntate a estas cosas, vamos, fuerza contra estas cosas... Dice, huye. ¿Sabe por qué? Porque huir, es la demostración más valiente de una convicción de fe.
Cuando yo le creo a Dios, huyo de eso, ¿sabe por qué? La palabra huir, ¿sabe entre otras cosas lo que significa? Fugitivo, y un fugitivo vive huyendo, ¿sí o no?
Timoteo, la tentación va a venir una, y otra, y otra, y otra vez, ¿sí o no? Sí, por eso, como un fugitivo, mantente siempre huyendo de estas cosas.

Iglesia, ése es el mensaje para ti. Iglesia, huye de estas cosas, huye de la codicia, huye de la pasión desmedida, huye del amor al dinero,huye de estas cosas, pero no solamente le dice huye, huye de estas cosas y esmérate en seguir la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia y la humildad.
¡Bendito sea el Señor!

Mire a que se tenía que dedicar Timoteo y la Iglesia que pastoreaba, y la Iglesia de Jesucristo hoy en día, esmérate en seguir, la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia y la humildad...
Todas éstas no son exhibiciones del carácter humano, son manifestaciones del carácter de Cristo. Es más, esto que acabamos de leer, cuando usted va a Gálatas 5 y ve el fruto del Espíritu, muchas de estas cosas, cualidades y virtudes ahí están, mira Timoteo a lo que te tienes que dedicar, a la justicia, al amor, a la fe, no centren su atención a esas cosas, pero dedíquense a eso.
¿Saben qué es muy interesante? El término esmerar, porque el término esmerar significa, concentrarse, poner atención, especial cuidado, aplicarse y dedicarse.
Hay un especial interés, un esmero, poner cuidado y suma atención en seguir estas cosas, porque éstas son las cosas productivas para un hombre y para una mujer de Dios, éstas son las cosas que honran a Dios, esmérate en seguir estas cosas.
Y volví a recordar Mateo 6:33 que lo leímos en Nueva Versión Internacional, dice, más bien, busquen primeramente el Reino de Dios y su justicia...
Pablo dice, esmérate en seguir, Jesús había dicho, busquen... Es lo mismo, pongan especial cuidado, pongan atención en estas cosas, porque estas virtudes honran a Dios, edifican sus vidas y los hacen crecer en fe y en dependencia de Dios.

Ahora bien, recién leímos lo que Jesús dijo, busquen primero el Reino de Dios y su justicia y todas estas cosas, comida, bebida, ropa les serán añadidas... Cuando estaba viendo esta semana esto, vi que muchas veces nuestro énfasis en el Reino, el Reino de Dios, busquen en el Reino de Dios, interésense en el Reino de Dios, pero el Señor me trajo luz sobre el Reino de Dios y la justicia.
Reino y Justicia están ligados, porque el Reino de Dios es justicia, no tiene justicia, que la tiene, es en esencia justicia, por eso, nosotros leemos en el Salmo 89:14 el cimiento, la base, el fundamento del trono de Dios son, la justicia y el juicio, ¿le dice algo? Dios está sentado sobre un trono y la base de ese trono son, la justicia de acuerdo a Dios, no de acuerdo al mundo; y el juicio. ¿Qué es juicio? Rectitud, equidad, Dios no se mueve en la injusticia, Dios no está en la injusticia, Dios está en la justicia, y el Reino de Dios es justicia.

Por eso, cuando Jesús presento el Reino dijo, el Reino de Dios y su justicia, todo en el Reino es justo, todo en el Reino es recto, por eso los hijos de Dios hemos sido justificados por la sangre de la cruz, tenemos que trabajar con justicia, vivir con justicia, es justicia y tenemos que vivir en rectitud y equidad, en consonancia con ello que somos, ciudadanos de un Reino inconmovible, nosotros somos ciudadanos y si yo soy ciudadano del Reino de Dios, yo quiero honrar el Reino viviendo justamente.
El mundo vivirá como le parece, pero el mundo necesita recibir el peso espiritual de la justicia que reflejan los hijos de Dios y que viene de Dios, para que el mundo se dé cuenta que hay una justicia que no tienen nada que ver con la justicia que el mundo, que los gobernantes, que las cortes de justicia han establecido; es tarea de la Iglesia.

Por eso hermanos, esto no es pesimista, es un privilegio, si nosotros hoy discernimos espiritualmente dónde Dios nos ha colocado y a qué nos ha llamado, echaremos por tierra, cancelaremos todo aquello que nos ha esclavizado, para declararnos justos y rectos porque Él nos hizo así.

Ahora bien, cuando estaba viendo todo esto, una mañana me levanté y en lugar de bajar a la cocina me fui al escritorio, y quiero leer algo que recibí del Señor hablando del Reino y la justicia, y lo voy a leer porque conforme recibí le di un formato... pero miren:

Si el Reino de Dios es justicia, es injusto orar a Dios diciéndole que dependo de Él, y estoy preocupado por el dinero y atado a él, pero es justo liberarme de ese amor al dinero porque como Él cuida de las aves, también cuidará de mí.

Es injusto orar y darle gracias al Señor, y al mismo tiempo estar enojado o disgustado con Él porque no me concedió un deseo de mi corazón, pero es justo deleitarme en el Señor para que los deseos de su corazón sean los míos.

Es injusto coquetear con los sistemas de vida y prácticas de la gente del mundo, y que poco a poco vayan ganando lugar en mi vida, en la de mi familia y aún en la vida de la Iglesia, pero es justo que yo, que invoco el nombre del Señor, me aparte de toda maldad o iniquidad, porque si bien es cierto estoy en el mundo, no soy el mundo.

Es injusto tener un negocio en sociedad con un no cristiano, porque la Palabra dice, no te unas en yugo desigual...  y agrega, ¿qué comunión tienen la justicia con la injusticia? Es más, aun tener un socio cristiano pero que ama el dinero por encima del amor al Señor, eso jamás va a prosperar. La Biblia dice, Jesús dijo, no se puede servir a dos señores o a dos amos.

Es injusto evadir o no pagar impuestos, o pedirle al contador que maquille los números para pagar menos. La Palabra dice, paguen a cada uno lo que corresponde, si deben impuestos paguen los impuestos, Romanos 13:7 la primera parte, Nueva Versión Internacional.

Es injusto no darle al Señor lo que está consagrado a Él, o regatear lo que está consagrado a Él, diezmos, ofrendas, primicias y limosnas y usar el dinero que es del Señor, para otras cosas. Él es el dueño de mi vida, por lo tanto también es dueño del dinero, yo soy sólo un administrador.

Pero cuando hacemos estas cosas nos atamos a la injusticia, y un devorador viene a nuestra vida a robarnos lo que le hemos robado el Señor; pero además, atamos a la nación donde vivimos a la injusticia, recordemos lo que decía el israelita, Señor, he sacado lo consagrado de mi casa, por eso, ahora Señor bendice a tu pueblo Israel... No pedía bendición para él y su familia, sino pedía bendición para su nación.

Recordemos también lo que dice la Palabra, la justicia engrandece a la nación.
¡Esta justicia solamente la Iglesia la puede manifestar!

Aquí quiero terminar, hay más, pero voy a dejar porque veo en mi espíritu, siento en mí espíritu, que hay lazos que se están rompiendo y cadenas que se están soltando, por eso llevo más de un año con esta carga, necesitaba hablarle esto a la Iglesia de Jesucristo.

No hemos sido llamados a esclavitud, hemos sido llamados a libertad, lo estoy viendo, que nos estamos deslizando, deslizando, deslizando cada vez más abajo, es hora de reaccionar de despertar y decirle, Señor, voy a depender exclusiva y solamente de ti.
El Reino de Dios es justicia, todas las demás cosas, amar el dinero, además de injusto, es ilegal, es ilegal. El dinero es un recurso, pero comenzar a pegarnos al dinero, agarrarnos al dinero, es injusto e ilegal porque saca a Dios del centro de nuestra vida.

Lo último que quiero leer, no lo busquen, yo lo leo, Hebreos 13:5 en la Nueva Versión Internacional dice así:

"Manténganse libres del amor al dinero,
y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho:
 
«Nunca te dejaré; jamás te abandonaré.»"

Hebreos 13:5

Quiero decirle en qué contexto fueron escritas estas palabras a los cristianos hebreos, ellos estaban perseguidos por su fe, esa persecución incluía que si no los mataban les quitaban todas sus posesiones; venían aquellos que los perseguían y les decían, renuncia o te va mal, y entonces el escritor de los Hebreos, cuando vio que se empezaban a deslizar algunos, les dice, momentito, si hasta aquí llegaron, Él no los va dejar, no importa si les quitan la ropa, no importa si les quitan la comida, no importa si les quitan la bebida, o vayan a decirle a los hermanos de China que sufrieron persecución... ¿Por qué? Estén contentos con lo que tienen hoy, les falta poco para heredar la patria celestial, porque el Señor ha dicho, por encima de la ropa, de la comida y del dinero, nunca te dejaré; jamás te abandonaré.
¡Bendito sea Dios!

Iglesia, Dios dice, nunca te dejaré; jamás te abandonaré.
Pero para poder vivir esto hoy necesitamos una acción violenta, pero violenta de verdad, tenemos que agarrar el hacha de la decisión e ir árbol del amor al dinero y darle, y darle uno o los que sean necesarios para quitar la raíz. Ésta es una acción espiritual que necesitamos tomar como Iglesia de Jesucristo, agarrar el hacha de la decisión y decirle a mi mente y a mi espíritu, ahora cancelo el fruto de la raíz, ahora le digo a Dios, basta de idolatría, Tú eres el Señor de mi vida.

Quiero pedir esto aquí y donde estén viendo en este momento, ¿sabe cómo comienza esto y lo vamos a hacer hoy? Con reconocimiento de que esto es así.
Mire hermano, si usted no cree que esto es así, estamos mal, yo me incluyo, no estoy más allá, pero yo tengo que reconocer que esto es verdad y tengo que vivir huyendo como un fugitivo.
Luego del reconocimiento, ¿sabe que viene? Arrepentimiento, y arrepentimiento es un cambio, no es un reconocimiento pasivo, que bueno... sí, va a llegar algún día, entonces, el cambio... No, es un reconocimiento, y cuando puse el hacha a la raíz del árbol se terminó, y agarro esa raíz y la quemo.
Y luego del arrepentimiento, empezar a caminar en dependencia absoluta y total del Señor.
Y si usted tiene dinero, empiece a ver los negocios del Padre, y empiece a invertir en el Reino, y si usted tiene para pasar... o escaso, dígale al Señor, Señor, me alcanza para vivir pero yo quiero dar más, ¿usted no cree que Dios le va a proveer para dar más? Aun los macedonios, dice que daban en su profunda pobreza, porque lo que nos ha quitado el amor al dinero es la generosidad. Ah, yo cumplo con Dios en el diezmo, doy diez, pero ofrenda, doy dos o no ofrendo... Ahí está, ahí está, ahí está, ahí está, ahí está, ahí está tu corazón, ahí está... Y luego oras a Mí para que Yo te provea.
Dios es legal, si te diera más seria ilegal, necesitamos tomar el hacha y decirle Señor, hoy corto la raíz, ¿estamos de acuerdo verdad?

Póngase de pie, por favor, y en este momento a todas las iglesias que están viendo este video y escuchando, por favor póngase de pie porque vamos orar por arrepentimiento al Señor, y vamos a tomar la raíz, vamos a tomar el hacha y vamos a cortar la raíz para que nunca más, el amor al dinero que produce toda clase de males, nos maniate sino que podamos vivir en libertad.

Padre, en el nombre de Jesús, hoy estamos, qué puedo decir Señor... siempre estamos en tu presencia, pero hoy estamos expuestos cada una de nuestras vidas, a una situación que ya viene de años, el mundo está siendo esclavo, pero Tú nos llamaste a libertad. Por eso hoy estamos reconociendo el amor al dinero y que toda clase de males vinieron a nuestra vida por esa atracción, por esa conexión, por esa mala relación con el dinero.

Señor, hoy confesamos este pecado, lo reconocemos no tenemos excusa, pero también nos arrepentimos delante de Dios, duele nuestro corazón haberte ofendido y haberte reemplazado por el dinero, sabemos que hubo dolor en tu corazón, pero hoy también hay dolor en nuestro corazón, nosotros no dependemos del dinero.

Declaramos que el dinero es un recurso que viene de ti, y conforme nos arrepentimos y pedimos perdón, también decidimos cambiar, cambiar a partir de este momento, y vamos a esmerarnos en seguir la justicia, la fe, el amor, la paciencia, la piedad, todo aquello que viene de ti.

Padre, en el nombre de Jesús, como ciudadanos del Reino queremos dejar de ser injustos y vamos a vivir en la Justicia del Reino, que es tu justicia. Por eso Señor, a partir de este día, donde nos estamos arrepintiendo y pidiendo perdón, declaramos libertad, libertad.

Cristo es el Rey victorioso, y la libertad acompaña a la victoria, por eso, en el nombre de Jesús, decimos con el apóstol Pablo, estamos firmes en la libertad con la que Cristo nos hizo libres.

Padre, sé que Tú estás viendo en cada lugar el corazón de los tuyos y aun de aquellos que en este momento nunca antes te habían conocido como Señor y Salvador, pero también se estarán arrepintiendo al reconocer que eres el único que puede dar vida, vida eterna y perdón de pecados.

Padre, hoy como Iglesia de Jesucristo nos humillamos, nos humillamos porque si nos humillamos ante Ti, este será el principio de la prosperidad integral para nuestra vida, prosperados en cuerpo, prosperados en alma y prosperados en espíritu.

Declaro que las naciones verán a los hijos de Dios moverse en justicia, cada nación verá a los hijos de Dios establecer la justicia del Reino, lo verá en sus ojos, en sus actitudes, en sus palabras, y el mundo sabrá que por encima de la justicia fabricada y corrupta de los hombres, se levanta una justicia pura sin mancha, la justicia del Reino.

Levantamos, el nombre de Jesús, levantamos al Cristo como Rey victorioso, declaramos que su libertad es la libertad de la Iglesia, y gracias Señor, porque a partir de este día podemos ser buenos representantes tuyos viviendo en esa libertad.

Señor, grande es tu majestad, grande es tu Nombre, grande eres Tú, y nosotros hoy lo reconocemos, la alabanza a ti sea ahora y para siempre. Amén, amén y amén.
Gracias Señor, alabamos el nombre del Señor. Gracias Señor.



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