en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
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Al iniciar esta conferencia quiero afirmar y reafirmar que Jesús vino a la tierra para darnos a los hombres y a las mujeres, perdón, paz, esperanza y amor. Y afirmo y reafirmo esto porque tal lo que nos contó Heriberto que pasó en su vida y cosas que han pasado en las vidas de muchos de los que estamos aquí, confirman que Jesucristo ha venido a traer paz, esperanza y amor, que no es ficticia, que no es pasajera, que se levanta a través de los conflictos de la vida, porque la paz se demuestra a pesar de las cosas que suceden alrededor.
La paz no es ausencia de conflictos, la paz es que, en medio de los conflictos yo tenga tranquilidad interior.
Eso es lo que vino a traer Jesucristo y eso es lo que hoy queremos decir.
Seguramente cuando ustedes leyeron el título de la conferencia, se habrán preguntado, ¿qué significa palpar la Navidad? Pues eso es lo que nos proponemos decir, qué significa palpar la Navidad.
Primero deberíamos definir ¿qué es la Navidad?
Seguramente ustedes estarán pensando como yo, bueno, la Navidad es recordar el nacimiento de Jesucristo el Hijo de Dios que vino a la Tierra hace dos mil años... y es una buena definición. Pero vamos a ver si realmente la Navidad para nosotros tiene ese sentido, tiene ese significado.
¿En qué concentramos nosotros la Navidad? Podríamos decir, la preparación de la fiesta, podríamos hablar del árbol de Navidad, podríamos hablar de los regalos, podríamos hablar de la reunión familiar y por lo que he venido viendo durante estos años, para nosotros la Navidad, práctica y objetivamente, es la reunión de la familia, ansiamos reunir a la familia en la noche del veinticuatro. Pero, ¿saben qué he notado también? Que la noche del veinticuatro tiene para nosotros una connotación muy particular. Nos reunimos como familia, pero a veces esas familias están divididas, a veces esas familias ni se hablan, a veces esas familias por dentro tienen odios y rencores y resentimientos... Y así se encuentran en una mesa, un miembro de la familia en una punta de la mesa, el otro miembro de la familia en la otra punta de la mesa, pero ¡es la reunión familiar!
Yo podría decir, y perdón por la expresión, ¿no es ridículo esto?
Hemos perdido el sentido de la Navidad.
Si la Navidad, según nuestro criterio es reunión familiar, ese tipo de reuniones no tiene mucho sentido.
Para nosotros la Navidad es recuerdo, nosotros decimos, queremos afirmar que podemos palpar la Navidad, pero la Navidad se ha transformado en un recuerdo.
Y ¿qué es lo que recordamos en la Navidad? Pues nosotros recordamos a María, recordamos a José, recordamos al los pastores, recordamos a los ángeles, recordamos al niño Jesús... y precisamente ése es el problema, que la Navidad para nosotros se ha constituido en un recuerdo y el recuerdo pasa, el recuerdo no tiene contenido, al recuerdo no lo podemos palpar, ¿por qué? Porque perdimos el sentido de la Navidad y no podemos tocar, no podemos palpar la Navidad.
Nosotros decimos: en la Navidad recordamos que Jesús bajó del cielo a nacer en un humilde pesebre, por nosotros pecadores y murió en una cruz. Él es el centro de nuestra atención... Pregunto: ¿Realmente la noche del veinticuatro, Jesús es el centro de nuestra atención? O como dijimos antes, es la fiesta familiar, son los regalos, es el árbol, son las luces.
Para que entienda lo que quiero decir, voy a relatarles algo, una leyenda de las tantas que hay para la noche de Nochebuena: se cuenta que en un pueblo, en una ciudad europea, una noche de un veinticuatro de diciembre, una noche muy fría, un niño caminaba por las calles de ese pueblo, su aspecto era un aspecto lastimero, estaba sucio, sus ropas estaban rotas tenía aspecto de hambriento y ahí caminaba el niño solito por las calles de ese pueblecito, comienza este niño a oír voces y risas y carcajadas y una luz de una ventana golpea en su rostro. Y él se para frente a la ventana y mira para dentro y, ¿qué es lo que ve? Bueno, ve que niños y mayores, están corriendo y se dirigen a un arbolito de navidad y unos colocan luces y los otros colocan regalos y los otros colocan guirnaldas y todo es una algarabía tremenda.
Alguien se detiene y lo mira al niño pero no le da importancia, lo importante era el árbol, los regalos, lo que se iba a festejar esa noche. El niño se quedó unos dos o tres minutos en la ventana y después siguió caminando y al seguir caminando vuelve a escuchar voces y ruidos y carcajadas y una luz vuelve a golpear en su rostro y él se para frente a la ventana y mira para adentro y había un grupo de señoras que estaba preparando una larga mesa y poniendo los manteles, y poniendo los platos, y poniendo los vasos, y poniendo los cubiertos... ¿por qué? Porque iban a celebrar la Nochebuena.
Alguno miró para la ventana y lo vio al niño, pero ninguno le prestó atención porque todos estaban pensando en que esa noche iba ser la reunión familiar y lo más importante era tener la mesa puesta y todo en orden porque iban a venir, no solamente familiares, sino amigos, invitados especiales.
El niño sigue su camino.
Y ya eran cerca de las diez de la noche, se acerca a otra ventana y vuelve a vivir ese frío y en esta otra casa, la mesa tendida, la comida servida y los comensales ya comenzando a celebrar la Nochebuena, estaban comenzando a comer, alguien volteó su vista y lo vio al niño parado en la ventana y dijo, allí hay un niño, no sabemos quién es, pero a lo mejor tiene hambre y tiene frío, ¡vamos a invitarlo a pasar!
Y lo invitaron a pasar. Y cuando alguien tomó al niño en sus brazos, su cuerpo tiritaba de frío y ya las lágrimas comenzaban a correr por sus mejillas pero él no hablaba, no decía nada y todos comenzaban a preguntarse, ¿pero quién será este niño? ¿Por qué estará así esta noche? ¿La noche de Nochebuena?
Una noche donde la familia está reunida y dónde todos debieran tener un lugar donde pasar la Nochebuena... Y todos se hacían preguntas y le daremos de comer y otro sugirió por qué no lo bañamos primero y luego le damos de comer... Pues estaban en esa deliberación, cuando una de las señoras dijo, vamos a preguntarle quién es. Si tiene familia. Vamos a saber cuál es su nombre.
Y se le acerca al niño y le dice: Oye niño, ¿cómo te llamas? Y el dijo me llamo Jesús.
Las lágrimas comenzaron a correr por los ojos de todos los integrantes de la mesa, porque allí estaba Jesús y ellos iban a celebrar la Nochebuena, pero Jesús no estaba.
Eso es lo que nos pasa a nosotros. Decimos que en la Navidad y en la Nochebuena Jesús está en la mesa, pero Jesús no está, está en el recuerdo.
Por eso, no podemos palpar la Navidad.
Jesús no es recuerdo, Jesús es realidad.
El sentimiento de culpa que sintió esa gente cuando él dio ese nombre, fue tremendo, comenzaron a reconocerle, lo hicieron sentar a la mesa, le dieron su lugar.
Y esto que es leyenda, esto que es historia, nos habla bien a las claras de la actitud que nosotros asumimos para con el Hijo de Dios, ¿qué es palpar la Navidad?
Y yo quiero leerles de la Biblia un pasaje muy claro para que sepamos qué es palpar, tocar, vivir la Navidad. El Evangelio según San Juan, el capítulo 1 y el versículo 1, dice así... Les pido que sigan atentamente la lectura porque allí nos vamos a dar cuenta qué es lo que Dios dice respecto a su Hijo Jesucristo:
"En el principio era el Verbo,
y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Éste era en el principio con Dios.
Todas las cosas por él... (Por Jesucristo)
...fueron hechas,
y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
En él estaba la vida,
y la vida era la luz de los hombres.
La luz en las tinieblas resplandece,
y las tinieblas no prevalecieron contra ella."
Juan 1:1-5
"En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho;
pero el mundo no le conoció.
A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.
Mas a todos los que le recibieron,
a los que creen en su nombre,
les dio...
poder... potestad de ser hechos hijos de Dios."
Juan 1:10-12
"Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros
(y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre),
lleno de gracia y de verdad."
Juan 1:14
"A Dios nadie le vio jamás;
el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre,
él le ha dado a conocer."
Juan 1:18
Hasta aquí nomás con la lectura de la Palabra de Dios.
* En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Éste es Jesucristo, el Verbo es Jesucristo, Jesucristo es Dios y dice la Biblia el mundo fue hecho por Jesucristo.
Pero dice más: que Él estaba en el mundo, Jesucristo estaba en el mundo y dice además, que era la vida y la vida era la luz de los hombres.
Él era la luz de mundo, Él era la vida para cada uno de nosotros, pero dice que estaba en el mundo y el mundo no le conoció.
Éste es uno de los problemas por los cuales no podemos tocar ni palpar la Navidad, porque no conocimos, ni queremos conocer a Jesucristo. Nos encanta la imagen del pesebre, de los pastores, pero no nos gusta que Jesucristo comience a invadir nuestra vida para trabajar en ella.
Entonces, tenemos un primer problema por el cual no podemos palpar la Navidad, que Él estaba en el mundo, pero el mundo no le conoció.
* A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.
Segundo problema, no le recibimos, no le conocemos, ni le recibimos y decimos ¡pero esto es paradójico! Si a mí me han enseñado desde pequeño quién es Dios, quién es Jesús. Sí pero una cosa es que nos hayan enseñado como nos enseñan la historia y otra cosa es conocer y vivir a Jesucristo todos los días de la vida, ésa es la diferencia, tenerlo a Jesucristo adentro viviendo en nuestro corazón para que Él afecte todas las áreas de nuestra vida.
El problema entonces, para palpar la Navidad, es que ni conocemos a Jesucristo, ni le recibimos a Jesucristo.
* Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio... poder... de ser hechos hijos de Dios."
Y otro de los problemas es que no creemos en Él como Hijo de Dios y que Él pueda salvar nuestra vida; creemos en el Jesús de la historia, creemos en el Jesús de los milagros, creemos en el Jesús del salvavidas, ¿saben cuál es el Jesús del salvavidas? El que me agarro en el momento de la desesperación, al que le pido que me salve cuando estoy en la mala, al que le digo Señor ayúdame porque no tengo dinero, Señor estoy enfermo fíjate qué me pasa.
Pero cuando Jesús nos saca, comenzamos a caminar nuestro propio camino y ya nos olvidamos de Jesús y Jesús vuelve a ser el personaje de Semana Santa y de Navidad, no le conocemos, no le recibimos y no le creemos.
Pero dice que, a todos los que le recibimos, a los que creemos profundamente en Él como nuestro Salvador, Él nos da el poder, la potestad de ser llamados hijos de Dios, nos introduce en la familia de Dios.
A Dios nadie le vio jamás porque Él es Espíritu, pero Dios vino al mundo a través de Jesucristo, Dios se hizo hombre a través de Jesucristo, Dios nacía en un pesebre a través de Jesucristo, ¿qué más queremos los seres humanos para poder palpar, para poder tocar la Navidad?
La máxima expresión de Dios para nosotros los seres humanos, es Jesucristo naciendo en el humilde pesebre de Belén.
* Pero quiero concretar más la cosa todavía, ¿qué vino a hacer Jesús a este mundo? David nos acaba de leer un pasaje muy especial, pero yo quiero rescatar el versículo 21 de Mateo 1 dice:
y llamarás su nombre JESÚS,
(que significa salvador)
... porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
Qué expresión tan maravillosa!
Primero, su nombre significa Salvador: aquél que saca de un estado para ponernos en otro estado.
¿Y de qué nos salva? De nuestros pecados.
Yo sé que hablar del pecado es algo desagradable porque nosotros tenemos una idea del pecado bastante distorsionada; entre otras cosas, quiero decirles que pecado es no haber llegado a ser lo que estábamos destinados a ser, ¿está claro? Pecado es no haber llegado a ser, nosotros, lo que estábamos destinados a ser. ¿Qué quiero decir con esto? Dios nos creó con un propósito, el hombre es el señor de toda la creación, Dios le dijo, tú vas a señorear sobre todas las cosas creadas pero tú vas a dar gloria a mi Nombre en la Tierra...
¿Sabe qué hicimos nosotros? Bajamos el estándar de Dios. Dios nos proponía un estándar, algo, para eso nosotros fuimos creados. Nosotros bajamos el estándar y el estándar nuestro, ¿sabe cuál fue? Caminar nuestro propio camino, pensar de acuerdo a como nosotros creíamos que era bueno pensar, comenzamos a programar nuestra vida como creíamos y creemos que es conveniente programarla y pensarla para lo que nosotros creemos que nos sirve, e inclusive más, cuando pensamos y programamos nuestra vida como nosotros queremos, después le decimos a Dios, ahora tengo todo, ¿sabes qué quiero? que Tú me bendigas, ahora que yo pensé todo, que planee todo, quiero que Tú vengas con tu bendición y me digas, Ok, adelante, sabe, no...no...
Ése no es el plan de Dios para la vida, ése no es el estándar de Dios para la vida, Dios nos ha creado para que tengamos comunión con Él y para que andando de acuerdo a sus caminos, nosotros podamos tener libertad interior para andar y andar de acuerdo a su voluntad, porque andar de acuerdo a su voluntad, es andar de acuerdo al propósito para el cual fuimos creados, ¿está claro?
El problema es que nos hemos desviado, andamos de acuerdo a nuestro propósito y no estamos andando de acuerdo a cómo el Creador nos fabricó.
Por eso, entre otras cosas no podemos Palpar la Navidad, porque nos hemos alejado de Dios.
¿Y qué nos pasa? estamos vacíos, ¿sabe por qué? Porque Jesús ha sido puesto de lado.
Heriberto varias veces mencionó la palabra vacíos... vacíos... vacíos... Y estamos vacíos porque Jesús está de lado, porque Dios no existe. Y tenemos problemas, los problemas tienen diversas formas, los problemas nuestros tienen forma de falta de afecto... los problemas nuestros tienen forma de falta de atención... los problemas nuestros tienen forma de falta de afecto y de consideración... los problemas nuestros tienen forma de falta de dinero... los problemas nuestros tienen forma de falta de trabajo... Nuestros problemas tienen forma de insatisfacción...
Quiero decirles concretamente que ésas son manifestaciones del problema clave y central de nuestra vida.
El problema nuestro tiene forma de Dios, el vacío que tenemos solamente lo llena Dios, pero nosotros lo queremos llenar con cosas, con afecto... con dinero... con viajes...y con tantas cosas, ¿nos damos cuenta que Dios va al meollo de la cuestión?
Dios va al interior y nosotros buscamos la superficie, por eso no podemos palpar la Navidad Y Jesucristo sigue estando de lado y el vacío sigue existiendo.
Yo quisiera preguntarte, ¿cómo vas a pasar esta Navidad, esta Nochebuena?
Y si tú subieras aquí y dieras tu testimonio dirías, no sé cómo la voy a pasar. Pero estoy vacío, me faltan muchas cosas...
Y yo conozco personas que en la Nochebuena y a Fin de Año quieren ausentarse, quieren estar fuera de su casa, ¿por qué? Porque quieren evadirse de la realidad, porque se sienten tan mal, tan vacíos que tratan de eludir la fiesta navideña, la fiesta familiar y tratan de que nunca llegue el primero de enero o que ya estemos en el siete, en el ocho o en el diez de enero. Ésa es la verdad, no nos engañemos.
Ahora yo les pregunto, ¿por qué tenemos que seguir así? ¿Vamos a aceptar que este vacío nos siga invadiendo?
Yo dije al principio que Jesucristo vino a llenarnos de su paz, de su amor y de esperanza y, ¿dónde está el problema? El problema está en nosotros, no le echemos la culpa a nadie, ni a la esposa, ni al esposo, ni al amigo, ni a la amiga, el problema está en nosotros y hasta que Jesús no llene el vacío quitando el pecado, nosotros no vamos a sentirnos llenos.
La Navidad es: Jesús naciendo en nuestro corazón, ¡ésa es la Navidad!
¿Cómo nace Jesús en mi vida? Jesús vino al mundo y nació para morir, y Él lo dijo: Yo pongo mi vida y la vuelvo a tomar... y poner la vida era ir a la cruz del Calvario a morir por ti y a morir por mí, a morir por tu pecado, por tu descarrío, a morir por el mío.
Y cuando yo fui a Jesús y me reconocí vacío, me reconocí pecador y no tuve mayor alternativa y le dije, Señor entra a mi vida, dame una nueva razón para vivir, quita mi pecado y límpiame con tu sangre preciosa, ése fue el momento en el cual tuve paz y tuve tranquilidad, cuando nosotros nos apoderamos del Hijo de Dios como Salvador, nosotros podemos comenzar a palpar la Navidad.
Yo sé que tomar decisiones en la vida es muy difícil pero yo quisiera de que hoy tú tomaras una decisión, y quisiera que hagas una reflexión qué vas a hacer con tu vida de aquí en más, ¿de qué la seguirás llenando? ¿Cuáles son las cosas que van a suplantar y van a reemplazar a otras para que tú te sientas lleno?
Así va a pasar 1988 y 1989 y 1990 y tú seguirás estando vacío.
Jesús dijo en Apocalipsis 3:20
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo;
si alguno oye mi voz y abre la puerta,
entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Ésa es la propuesta de Jesús hoy para ti, Él está a la puerta de tu vida y está tocando, diciéndote, Yo sé que estás vacío, Yo sé que vas a pasar otra Navidad y otro Fin de Año mal... Pero yo quiero llenarte de mi paz y de mi amor, pero déjame trabajar en tu vida, reconoce que eres pecador porque te has extraviado, no eres pecador porque robaste o porque mentiste o por tantas otras cosas, ésas son manifestaciones del pecado, pero en realidad el problema del pecado va por dentro, las cosas que sentimos, las cosas que pensamos, aquellas cosas que llevamos inherentes a nuestra naturaleza, el pecado.
Jesús golpea a la puerta y dice: Déjame entrar... déjame entrar... Yo quiero darte una nueva vida.
Y dice además: Yo cenaré con él y el cenará conmigo... estamos palpando a Jesús con los ojos de la fe, si tú eres capaz de mirar a Jesús muriendo por ti y a través de los ojos de la fe puedes aceptarle como tu Salvador personal, vas a ver cómo se puede palpar, tocar la Navidad.
Esto lo dice la Palabra de Dios, es mi propio testimonio, es lo que le pasó a Heriberto y a muchos de los que están aquí y yo quisiera en este momento decirte también que, Jesús además de ser tu Salvador, quiere ser tu Señor, no solamente te salva, sino que cuando viene a tu vida comienza a dirigirla, Él es tu Señor, porque cuando tú le entregas la vida, es porque no das más y entonces Él comienza a dirigir la vida sabiamente y no tendrás necesidad tú de decir: voy a programar la vida de acuerdo a como a mí me parece, sino que vas a decir: Voy a programar mi vida pero de acuerdo a lo que Dios quiere. ¡Eso es diferente!
¿Porque no descansas en Jesús hoy? ¿Por qué no le tocas a través de los ojos de la fe?
Y yo quisiera pedirte en este momento allí dónde estás, que en el silencio de tu corazón, eleves una oración a Jesús y le digas: Señor estoy vacío, estoy vacía, te necesito, necesito que Tú me llenes, necesito que perdones mis pecados, lávame con tu sangre preciosa... Y el Señor te está escuchando, y no solamente te está escuchando en este momento que estás haciendo esta oración, Él te está perdonando tus pecados, es como si nunca hubieras pecado y el Espíritu Santo viene a tu vida y comienza a llenarla.
Yo sé que hay algunos que lo están haciendo, alabado sea el Señor, es el momento más importante de tu vida, estás haciendo la decisión más trascendente de tu vida y Jesús te está esperando.
¿Lo vas a dejar entrar? ¿Vas a dejar que Él afecte tu vida?
Yo quisiera ya cerrando esta conferencia invitarles para que pasen ustedes una Navidad feliz con Cristo en la vida, y a todas las personas que están haciendo esta oración que le están diciendo al Señor, Señor entra a mi vida quisiera invitarles a que en el lugar dónde están se pongan de pie, si son tan amables, aquellos que le están diciendo a Jesús que quieren que entre en su vida, que se pongan de pie. Gracias a Dios hay muchos que se están poniendo de pie, gracias a Dios hay muchos que le están diciendo Señor entra a mi vida, gracias a Dios. Nada me ha satisfecho, ni la religión, ni el dinero, ni el trabajo... Y esta actitud de ustedes de estar de pie la está tomando en cuenta.
Y yo quiero orar ahora con ustedes que están de pie y quisiera que repitan esta oración, no lo hagan en vos audible pero repitan las palabras que estoy diciendo o palabras parecidas pero repitan, es el momento de la entrega a Jesucristo.
Oremos al Señor.
Señor Jesús, en este momento estoy de pie porque te quiero recibir como mi Salvador personal.
Señor Jesús, limpia mi pecado, Señor Jesús me arrepiento de todo corazón.
Señor Jesús, quiero tener un cambio de vida, Señor Jesús quiero que tú me llenes.
Te acepto como mi único y suficiente Salvador.
Gracias Señor, porque Tú me estás escuchando, gracias Señor, porque siento que Tú estás perdonando mis pecados y gracias porque a partir de hoy soy un hijo, una hija de Dios.
Señor recibe esta oración, gracias en el Nombre de Jesucristo.
Amén.
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