INICIO » MATERIALES » Lo que Dios planeó - Segunda parte
Lo que Dios planeó - Segunda parte
D. Dardano, D. Cipolla, H. Cipolla
21 de September de 2014
El texto contenido en esta página es solo un "bosquejo"
de lo expresado verbalmente en público.
de lo expresado verbalmente en público.
Descargas>>
VIDEO
AUDIO
- Cuando Dios nos eligió para ser parte de la Iglesia, no lo hizo basado en nuestras características o habilidades humanas.
“26 Hermanos, consideren su propio llamamiento: No muchos de ustedes son sabios, según criterios meramente humanos; ni son muchos los poderosos ni muchos los de noble cuna. 27 Pero Dios escogió lo insensato del mundo para avergonzar a los sabios, y escogió lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos. 28 También escogió Dios lo más bajo y despreciado, y lo que no es nada, para anular lo que es, 29 a fin de que en su presencia nadie pueda jactarse” (1ª Corintios 1:26-29, NVI). - En la primera parte de la enseñanza dijimos que Dios no puso un “director general de una empresa llamada Iglesia”, sino una cabeza (Jesucristo) que transmita y comparta con su cuerpo la misma clase de vida. Cuando una empresa necesita contratar directivos suele seguir ciertos lineamientos, como ser:
- Los candidatos deben pasar por una serie de entrevistas con varios ejecutivos de la empresa, y sólo aquellos que cubran las expectativas serán contratados.
- Que tengan el perfil acorde a la posición que debe ser cubierta, para lo cual se toma en cuenta la preparación académica, las habilidades naturales, la experiencia y que, además, tengan la meta de desarrollarse personalmente y crecer profesionalmente.
- Deben ser personas capaces de elaborar planes para conducir a la empresa al éxito.
- A partir de que la empresa los contrata para ocupar un cargo, la autoridad que ellos ejercen se basa en la posición que han recibido. Por tal razón, cuanto más alto sea el cargo, mayor es la autoridad para tomar decisiones.
- Contrario a lo que se acaba de describir, los lineamientos del Señor para la Iglesia no tienen nada en común con los que una empresa practica:
- Dios decidió que en la Iglesia haya dirigentes. Sin embargo, en el cuerpo de Cristo no hay aspirantes que esperan pasar por una serie de entrevistas con el anhelo de ser seleccionados para ocupar una posición. La selección la hace exclusivamente Jesucristo, sin entrevistas, para designar a quienes Él quiere, pero no para darles una posición, sino para delegarles una función. La Biblia muestra cuáles son las funciones de estos dirigentes.
“Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros…” (Efesios 4:11, NVI). - El Señor no escoge a los dirigentes de la Iglesia de acuerdo a sus habilidades personales. La inteligencia y las capacidades personales de quienes funcionen en estos ministerios no cuentan para Dios. La Palabra confirma lo que acabamos de expresar.
- (2ª Corintios 3:4-6, NVI).
- Jesucristo no está esperando que los dirigentes elaboren excelentes planes para llevar a la Iglesia al éxito. La cabeza de la Iglesia es Cristo, y Él es el único autorizado a elaborar los planes que se implementen en la Iglesia. Por lo tanto, los dirigentes están puestos para recibir e implementar los planes que Cristo tiene para su cuerpo.
- Debido a que los cinco ministerios no son cargos o posiciones, la autoridad que ellos ejercen no proviene de un puesto jerárquico, sino de Cristo mismo. De esto se deduce que para ejercer adecuadamente la autoridad recibida, estos cinco ministerios necesitan depender absolutamente de la cabeza que es Cristo. Nunca deben pretender usar esa autoridad como si les perteneciera, basándose en que el Señor los escogió para uno de los cinco ministerios.
- Todo lo expresado anteriormente tiene un fundamento. Estos ministerios son inherentes a Cristo, es decir, parte de sí mismo. Mientras Él estuvo en el mundo, desarrolló plenamente los cinco ministerios:
"... consideren a Jesús, apóstol y sumo sacerdote de la fe que profesamos” (Hebreos 3:1b, NVI).
“54 Al llegar a su tierra, comenzó a enseñar a la gente en la sinagoga… 57 Y se escandalizaban a causa de él. Pero Jesús les dijo: — En todas partes se honra a un profeta, menos en su tierra y en su propia casa” (Mateo 13:54a, 57, NVI).
“Jesús recorría todos los pueblos y aldeas enseñando en las sinagogas, anunciando las buenas nuevas del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia” (Mateo 9:35, NVI).
“Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas” (Juan 10:11, NVI).
“Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy” (Juan 13.13, NVI).
Los dirigentes que Dios planeó
- A partir de que Jesucristo ascendió a los cielos, constituyó estos ministerios y los delega a personas que Él mismo escoge a fin de capacitar al pueblo de Dios (ver Efesios 4:12).
- ¿Por qué las personas que el Señor designa en estos cinco ministerios son dirigentes en la Iglesia? Porque Cristo, quien es la cabeza y la autoridad suprema de la Iglesia, les transfirió su misma unción para ejercer estas funciones. Los cinco ministerios representan a Cristo en su función de cabeza, por lo tanto, ellos ejecutan todo lo que el Señor piensa y planea para su Iglesia.
“37 Si alguno se cree profeta o espiritual, reconozca que esto que les escribo es mandato del Señor. 38 Si no lo reconoce, tampoco él será reconocido” (1ª Corintios 14:37-38, NVI). - Cada uno de los cinco ministerios posee características únicas, particulares e irremplazables, propias de sus oficios, y es importante reconocer que se complementan entre sí. Dentro de este esquema, la Palabra demuestra que hay un orden de autoridad en el desempeño de las funciones ejercidas por los cinco ministerios. A continuación se detallan algunos aspectos fundamentales:
- Los apóstoles y profetas son designados por Dios como primeros y segundos en el ejercicio de la autoridad que el Señor les concedió dentro de la Iglesia. “En la iglesia Dios ha puesto, en primer lugar, apóstoles; en segundo lugar, profetas…” (1ª Corintios 12:28a, NVI).<
- Este mismo orden ministerial es reafirmado por el Espíritu Santo en Efesios 4:11 cuando se hace mención de los cinco ministerios.
- Jesucristo mismo planeó que los ministerios apostólicos y proféticos formen una unidad ministerial indivisible, porque al referirse a ellos siempre los mencionó de manera conjunta. Una de estas menciones se encuentra en Lucas 11:49:
“Por eso dijo Dios en su sabiduría: LES ENVIARÉ PROFETAS Y APÓSTOLES, de los cuales matarán a unos y perseguirán a otros” (NVI, énfasis añadido).
El contexto en que Jesús dijo estas palabras, alude a un hecho histórico y al juicio sobre Jerusalén ocurrido algunos años más tarde (ver 2º Crónicas 24:19-22, Mateo 23:34-37, NVI). Pero lo más destacable es que Jesús haya utilizado el término apóstoles, ya que éstos, en el Antiguo Testamento, no estaban establecidos como oficio ministerial, pero sin duda, todos ellos fueron enviados de Dios. Es posible observar entonces que Jesús profetizó lo que Dios habló en su sabiduría, para referirse a la función y a la autoridad que los apóstoles y profetas que Él mismo constituiría ejercerían en la Iglesia. - “Ese misterio, que en otras generaciones no se les dio a conocer a los seres humanos, ahora se les ha revelado por el Espíritu a los santos apóstoles y profetas de Dios; es decir, que los gentiles son, junto con Israel, beneficiarios de la misma herencia, miembros de un mismo cuerpo…” (Efesios 3:5-6a, NVI).
Pablo afirmó que el misterio de Cristo es la Iglesia, porque ella está formada por la unión de judíos y gentiles nacidos de nuevo del Espíritu, quienes integran el mismo cuerpo, el de Cristo (ver Efesios 2:14-19, NVI). El uso de la palabra ahora en este pasaje, determina que esta verdad no fue revelada en tiempos antiguos, sino que le fue revelada a Pablo junto con los apóstoles y profetas contemporáneos a él. Esta escritura contiene un principio espiritual, y es que el Señor les concede a los ministerios apostólicos y proféticos una revelación clara acerca de la Iglesia. Hay que destacar que los profetas y apóstoles antiguos pusieron por escrito lo que Dios les reveló, y que se conoce como la Biblia. Ahora bien, mientras la Iglesia permanezca en la Tierra, necesita recibir una fresca revelación de la verdad contenida en la doctrina de los apóstoles, y a los apóstoles y profetas actuales el Señor les da la unción para realizar esta tarea. - Gracias a esa unción es que los apóstoles y profetas han recibido la encomienda de poner el fundamento en la Iglesia.
“… edificados sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular” (Efesios 2:20, NVI).
Para la Iglesia es indispensable ser capacitada en la revelación de Cristo, porque Él es su fundamento (ver 1ª Corintios 3:11, NVI). Los apóstoles y profetas fundamentan a la Iglesia en Jesucristo y su doctrina, al impartirle la revelación que poseen de Cristo. La Iglesia, por ser el cuerpo de Cristo, necesita recibir esta revelación fresca de Cristo, porque sólo así tiene revelación de sí misma. Es decir, que reconoce su identidad, la cual es fundamental para que represente al Señor adecuadamente en el mundo. En síntesis, la Iglesia tiene la misma identidad de Cristo porque es su cuerpo.
- La identidad siempre debe ser la base de todo lo que se realiza. Si una persona sabe quién es, se sentirá segura para desarrollarse en lo que hace. Por lo tanto, Dios planeó que la Iglesia esté firme en su identidad, para ser efectiva en lo que Él la envía a hacer. Por esta razón, aquello que la Iglesia es, sustenta todo lo que ella hace. La función de los apóstoles y profetas es afirmar a la Iglesia en su identidad, mientras que los evangelistas, pastores y maestros, la capacitan para la misión.
De regreso a lo que Dios planeó
- El Señor estableció que los cinco ministerios sirvieran en la función de equipar y dirigir a su Iglesia. Al transcurrir el tiempo, en la Iglesia se han aceptado sólo algunos de estos ministerios, mientras que a otros, se los ha ignorado o rechazado.
- La historia de la Iglesia es muy amplia y demuestra que ella ha atravesado por muchas circunstancias particulares que explican, en gran parte, su estado actual. No vamos a profundizar en los detalles de esa historia, pero sí vamos a referirnos a algunas de las consecuencias que hoy son notorias.
- En el presente se ve a la Iglesia dividida en distintas denominaciones cristianas (como ser: bautista, metodista, presbiteriana, anglicana, pentecostal, adventista, y otras) que son organizaciones que han adoptado un conjunto de doctrinas de acuerdo a su interpretación de la Biblia y, además, que se rigen por estatutos elaborados por sus dirigentes. También existen iglesias que se declaran como independientes, porque no están asociadas a las denominaciones, pero de todas maneras tienen su propio conjunto de doctrinas.
- Este esquema trajo como consecuencia que la Iglesia se alejara de la doctrina de los apóstoles, ya que cada sector cristiano sostiene su doctrina particular y su propia interpretación, aceptando algunas verdades de la Palabra mientras rechaza otras. Estas interpretaciones doctrinales también afectaron la enseñanza acerca los cinco ministerios, de modo que en algunos sectores se cree y predica que los ministerios de apóstoles y profetas han cesado, y sólo están en vigencia los ministerios de pastores, evangelistas y maestros.
- Sin embargo, hace ya unas décadas comenzó la restauración de los ministerios apostólicos y proféticos, quienes están retomando el encargo hecho por Jesucristo mismo cuando los constituyó: “… capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo” (Efesios 4:12, NVI).
- Como ministerio apostólico-profético el Señor nos ha encomendado la tarea de trabajar para que la Iglesia regrese al modelo original, en lo que concierne a la doctrina de los apóstoles y al funcionamiento pleno de los cinco ministerios como los dirigentes que el Señor estableció para la Iglesia. Realizamos esta tarea con dos objetivos claros: El primero, es que a quienes no se les ha revelado esta verdad, puedan descubrir, comprender y experimentar todo lo que Dios planeó para su Iglesia. El segundo, es que las iglesias bajo nuestra autoridad vivan a la altura de la revelación recibida, para ser efectivas en la misión.
- Quienes forman parte de las iglesias locales bajo la autoridad de este ministerio, deben reflejar la humildad de Cristo en sus vidas, para que de múltiples formas sean instrumentos del Señor para que otros creyentes vean cuál es el modelo establecido por el Señor para su Iglesia.
- (Filipenses 2:3, RVC).
DANIEL DARDANO
DANIEL CIPOLLA
HERNÁN CIPOLLA
Ministerio Apostólico-Profético “Generación en Conquista”
DANIEL CIPOLLA
HERNÁN CIPOLLA
Ministerio Apostólico-Profético “Generación en Conquista”
__________________________________________________________________________________
Temas relacionados:
Mensajes y Enseñanzas I Daniel y Estela Dardano I Daniel y Marta Cipolla I Hernán y Leticia Cipolla
Temas relacionados:
Mensajes y Enseñanzas I Daniel y Estela Dardano I Daniel y Marta Cipolla I Hernán y Leticia Cipolla