
en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
 
			AUDIO
Cuando yo estaba analizando la Palabra y veía  algunas cosas acerca de la resurrección del Señor y la aplicación que la  resurrección tiene para la vida de todo ser humano, volví a comprobar que el  evangelio de Jesucristo, el evangelio del Reino de los cielos, es un evangelio  simple pero es un evangelio poderoso. 
Es un evangelio que se ha hecho inefectivo para la vida de los hombres porque  nosotros no hemos tenido todo el entendimiento que este evangelio nos da. Hemos  como cortado algunas partes del evangelio, y aún hemos sido enseñados en  pequeñas porciones o partecitas de lo que el evangelio significa. Porque no  importa la herencia religiosa que tengamos o que traigamos, creo que la mayoría  de nosotros, de una u otra manera, hemos conocido la historia de Jesús, hemos  conocido por qué Jesús vino al mundo y alguien alguna vez nos a dicho esto; o  posiblemente nosotros, por nuestros medios, hemos tratado de investigar un  poquito más. Algunos posiblemente de niños han recibido algunas clases  específicas ¿Sí? Lo que se conoce como catecismo, y allí muchos han aprendido  ciertas cosas específicas acerca de Jesús y de lo que Él hizo y de su  evangelio. 
Pero mi pregunta es, si esto es así, si una gran parte de la humanidad en el  mundo entero conoce acerca de Jesús y del evangelio ¿Por qué este evangelio  entonces no ha sido efectivo? 
No será, que acaso nos contaron una sola parte y les faltó, a quienes nos  enseñaron, que nos contaran todo lo que Dios tiene para nuestras vidas y todo  lo que significaba que Jesús hubiera venido a la tierra. 
Definitivamente el día de hoy, por ser el famoso domingo de resurrección, tiene  que implicar para nuestras vidas un entendimiento mayor de lo que la obra  completa de Jesús vino a hacer a nuestro favor. Porque sino nosotros también podemos  correr el riesgo, no importa la enseñanza que hemos recibido hasta hoy, no  importa la inquietud que haya en nuestro corazón, podremos tener una búsqueda,  pero una búsqueda que nunca va a llegar a buen fin, a buen término, porque nos  faltará una parte y no conoceremos todo lo que Dios hizo a nuestro favor. 
Domingos pasados, como por tres domingos, desde aquí mismo se ha hablado  específicamente, y usando y aprovechando este tiempo donde la película "La  pasión de Cristo", está siendo expuesta en muchísimas salas de nuestro  país, se ha hablado acerca de la muerte de Jesús y yo le recomiendo que si  usted no estuvo los domingos pasados, usted se lleve estos casetes porque esto  le va a hacer entender el por qué del sufrimiento completo de Jesús. El por qué,  a diferencia por ejemplo de los otros dos ladrones y malhechores que fueron  crucificados a sus costados, ¿por qué Jesús estuvo tan flagelado en su cuerpo y  los otros dos no? 
Eso es algo que cuando yo vi la película me saltó a mi vista, porque uno lo  lee, lee la historia, pero cuando uno lo ve se da cuenta de la gran diferencia.  Uno ve un Jesús lastimado de pies a cabeza, pero uno ve a dos malhechores, uno  de ellos burlándose de Él, sin embargo sus cuerpos intactos... 
¿Por qué era necesario que Jesús fuera lastimado como lo fue? 
Él mismo lo anuncio, Él sabía que los profetas de la antigüedad lo habían  predicho. Porque por esas lastimaduras, por esas heridas, por esas llagas dice  la Biblia, que nosotros fuimos curados y sanados. Si Él no hubiera sufrido, nosotros  nos quedaríamos con una parte menos de su obra a nuestro favor. Se da cuenta  que necesitamos entender el por qué total y completo de la obra de Jesús. Por  eso le recomiendo llevar los casetes que se compartieron los domingos  anteriores.
Pero hoy que llegamos a la resurrección, necesitamos entender que esto, que es  muy simple, es poderoso para que nuestras vidas. No solamente puedan entender  ahora, para que nuestras vidas puedan llevar a la práctica lo que Dios nos ha  regalado o nos quiere regalar, por eso yo quiero leer algunos versículos y  pasajes de la Escritura, empezando por el evangelio de Marcos el capítulo 8.  Marcos el capítulo 8, quiero decirle que yo voy a leer todos los pasajes hoy en  la versión, en la Nueva Versión Internacional de la Biblia. 
Seguramente muchos de ustedes tienen la versión conocida como Reina Valera, de  todas maneras usted puede seguir la lectura en la versión que usted tenga; y  sino tuviera una Biblia en sus manos yo le pido que preste muchísima atención a  todo lo que vamos a leer. 
Dice Marcos el capítulo 8 versículo 31 de esta manera:
“Luego comenzó a enseñarles: 
El Hijo del hombre tiene que sufrir muchas cosas 
y ser rechazado por los ancianos, por los jefes de los 
sacerdotes y por los maestros de la ley. 
Es necesario que lo maten y que a los tres días resucite”.
Marcos 8:31
Jesús, estaba en este momento enseñándoles a sus discípulos, a los más  cercanos. Era un de las veces donde Jesús les estaba anticipando que Él iba a  morir. A partir de un cierto momento, fue necesario para Jesús trasmitirles  esta verdad. Él no le podía ocultar a los suyos que iba a morir, porque Él  debía enseñarles que simplemente, por ser el Hijo de Dios, Él tenía que cumplir  lo que la Escritura en la antigüedad ya venía diciendo acerca de Él mismo. 
Por eso Él les dice, ustedes tiene que saber  que voy a ser entregado a los ancianos; esto es a los maestros de la ley, a  aquellos que manejaban las cuestiones religiosas de esa época conocidos como  Fariseos o Saduceos, los que supuestamente enseñaban la ley de Dios al pueblo  de Israel. Yo voy a ser entregado en manos de ellos pero después, Jesús dice,  es necesario que ellos me maten y al tercer día yo resucite. 
A mí lo que me llama la atención de estas palabras de Jesús son dos palabras, "...es  necesario". Porque si Jesús dice es necesario, está hablando de  que no es simplemente un acto de su buena voluntad. Está hablando de que no es  un acto de su gran amor simplemente por la humanidad, Él está diciendo, si esto  no ocurre, nada de lo que está en el corazón del Padre va a poder ocurrir en  ningún ser humano sobre la tierra... es necesario. 
Cuando tú y yo tenemos un objetivo a cumplir, cuando nos trazamos una meta,  cuando marcamos un rumbo y decimos yo quiero llegar allá, tenemos que saber y  siempre sabemos, que es necesario transitar un camino para poder llegar al  objetivo que nos hemos trazado. Si yo como padre digo, quiero que mis hijos,  todos ellos, sean profesionistas, es necesario que a partir de esta corta edad  mis hijos comiencen a ir a la escuela. Yo no puedo pretender que a los 18, yo  vaya a tocar la puerta del Tec de Monterrey y les diga, mi hijo ya tiene 18  años y tiene edad para entrar a la universidad... ¿Qué va a ser lo primero que  me diga? Señor, muéstreme todo los créditos anteriores de sus hijos. O sea,  muéstreme que su hijo ha pasado por la primaria, por la secundaria, por la  preparatoria y que tiene las calificaciones suficientes y necesarias como para  que le demos ingreso a la universidad. Pero aun así, su hijo va a tener que dar  un examen para poder entrar a la universidad. 
Es necesario recorrer un camino previo, para llegar al objetivo. Por eso nos  hace tanto daño a los seres humanos, tener una imagen de un Jesús clavado en  una cruz, nos hace mucho daño. Porque esa imagen no nos muestra el objetivo,  esa imagen no nos muestra el por qué Dios lo envió. Porque esa imagen nos está  mostrando que hasta ahí llego la carrera de Jesús, como de un adolescente que  llegó a la "prepa" pero no pudo ingresar a la universidad y ya nunca más  lo va a poder hacer. Aunque tenía un objetivo, no pudo llegar a él. 
Tenemos que quitar de nuestra mente religiosa y cristiana la imagen del Jesús  muerto. Porque la muerte era necesaria, pero no solamente la muerte, porque  Jesús dice es necesario que me maten y que resucite al tercer día. Las dos  cosas son necesarias. Si yo solo muero y no les anuncio a ustedes que tres días  después voy a resucitar, ustedes me siguieron todos estos años en vano. Ustedes  creyeron en mí en vano, tuvieron con ustedes al verdadero Hijo de Dios para  nada. Pero si yo resucito, entonces ésa será la seguridad de que a partir de  ese momento empieza una verdadera aventura en la vida de todos ustedes,  muchachos. 
No hay ser humano sobre la tierra que no tenga fe, todas las personas tiene fe.  De una u otra manera todos tenemos fe, para una u otra cosa necesitamos aplicar  fe. El día que nos casamos, tuvimos fe que esa esposa o ese esposo iba a ser  para toda la vida ¿Sí o no? Por eso nos casamos. Si tú estás siendo empleado en  una empresa, es porque tú tienes fe que allí vas a crecer, vas a poder  desplegar todo lo que tú sabes, todo lo que conoces y ahí vas a poder  manifestar todo lo que has aprendido en tu vida y toda tu capacidad y  experiencia. 
Para todas las cosas de la vida necesitamos fe, pero ¿Por qué de la supuesta  cristiandad no se desarrolla como es debido? Es porque estamos poniendo la fe  en un Jesús incompleto, permítame el término. Nosotros creemos en el Jesús que  muere y lo seguimos viendo martirizado por nosotros, lo seguimos viendo  flagelado y lastimado y nos duele, claro que nos duele. Verlo como ahora lo  podemos ver en una película, hace que ninguna parte de nuestro ser deje de  temblar ante tal atrocidad que vivió Jesús. Pero, yo no me puedo quedar  solamente en el sacrificio, por que es necesario y fue necesario que Jesús  muriera. Pero tan necesario fue que Él muriera, como que Él resucitara. 
Sin resurrección, sería una tontería creer en la muerte de Jesús. Mis palabras  pueden sonar fuertes, pero lo digo de esta manera para que empecemos a entender  que no alcanza con quedarnos con una parte de Jesús, con una parte de su obra y  de su vida, con una parte de su sacrificio. Necesitamos creer de principio a  fin lo que Él tuvo que hacer a nuestro favor. El mismo Jesús le dijo a los suyos,  es necesario que esta gente a mí me mate pero también, que esta gente vea que  yo al tercer día voy a resucitar.
Vamos al libro de Romanos, el capítulo 1, por favor... vamos a leer la carta  del apóstol Pablo a los romanos, y vamos a leer el capítulo 1 también desde el  versículo 1 para tener un poquito de contexto y poder entender de que está  hablando Pablo, aquí. Dice desde el versículo 1:
“Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, 
apartado para anunciar el evangelio de Dios, 
que por medio de sus profetas ya había prometido en las 
sagradas Escrituras. Este evangelio habla de su Hijo, 
que según la naturaleza humana era descendiente 
de David, pero que según el Espíritu de santidad 
fue designado con poder Hijo de Dios por la resurrección. 
Él es Jesucristo nuestro Señor”.
Romanos 1:1-4
Cuando yo leí esto, me llamo muchísimo la atención. Dije ¿Por qué Pablo  escribió esto? ¿Cómo Pablo se atrevió a decir que Jesús llegó a ser Hijo de  Dios por la resurrección? ¿Por qué? No le parece raro a usted, dígame la  verdad. ¿Usted no supo siempre que Jesús es el Hijo de Dios? Le pregunto,  Jesús, para usted, ¿era Hijo de Dios antes de hacerse hombre o solo fue hijo de  Dios después de hacerse hombre? 
Antes. Es más, el mismo Jesús dijo en Juan 3:16 lo que todos conocemos “Porque  de tal manera amo Dios al mundo que le a dado ¿A quién? a su hijo, a su único  hijo ¿Por qué Pablo dice que a llegado a ser hijo de Dios? Por la resurrección.  Le voy a explicar por qué. 
Porque el hijo de Dios que vino al mundo, antes de venir era hijo de Dios como  un ser parte de la Trinidad. Un ser santo, que no conocía la vida de pecado, ni  la había visto de cerca. Era el mismo Dios, pero cuando ese Jesús viene a la  tierra ahora tiene una nueva calidad, es Dios pero también es hombre. Ahora Él,  para llegar a ser Hijo de Dios como hombre, necesitó pasar por la muerte, pero  luego resucitar. Y a partir de la resurrección, Jesús hombre, es transformado  en Hijo de Dios. Si Él como hombre, necesitó pasar por la resurrección para ser  hijo de Dios, le hago una pregunta ¿Qué tendremos que experimentar nosotros  para llegar a ser hijos de Dios? ¿Solamente creer en la muerte de Jesús? No. Si  creemos en la muerte estaremos creyendo, que Dios tiene el poder de perdonarnos  nuestros pecados, de santificarnos, de redimirnos, de limpiarnos. Pero si no  pasamos por la resurrección de Jesús, entonces no podremos llegar a ser  verdaderos hijos de Dios. Porque allí mismo Pablo dice, que el Espíritu Santo  designó, que por su poder, fuera hecho hijo de Dios. Porque el Espíritu Santo,  por su poder es el que levantó a Jesús de la muerte. Cuando Jesús resucitó,  entonces el poder de Dios se manifestó en la vida de Jesús; como también ese  poder se puede manifestar en nuestra vida, pero sólo si creemos con todo nuestro  ser que no solamente Jesús murió sino que resucitó. Porque el poder de Dios a  nuestro favor se manifiesta a partir de la resurrección de Jesús, no solamente  en su muerte. 
Su muerte es el sacrificio por la humanidad, su resurrección es el poder de Dios  manifestado a favor de  la humanidad. Sin resurrección no hay poder. Por  la muerte Dios te puede prometer, yo te voy a hacer una nueva persona, te voy a  quitar todo tu pecado, no me voy a acordar más de él, te voy a santificar, te  voy a redimir, te voy a comprar como si hubieras estado esclavo toda tu vida  del pecado. Pero si Jesús no hubiera resucitado, nunca Dios podría hacerte  efectiva su promesa. Por eso Pablo dice, que por el poder del Espíritu Santo,  Jesús, cuando resucitó fue hecho Hijo de Dios. 
Te das cuenta que el evangelio que hemos oído no nos  ha resultado ¿Sabes  por qué? Porque tenemos un evangelio por la mitad, no nos contaron toda la  historia, se guardaron una parte. Porque a través del Cristo muerto, quisieron  ligarte a una estatuilla, a un ídolo, no al verdadero Jesús. A través de ese  Jesús clavado en una cruz, nadie tuvo la intención de que tuvieras un verdadero  encuentro con aquél que dio su vida por ti. Solo quisieron apresarte más de lo  que ya estabas, por eso ese evangelio no nos sirve a los seres humanos. 
Por eso acá, no es una cuestión tampoco de estar luchando con cambios de  religión. Muchas veces la gente se pregunta, pero si creo en esto, si creo en  lo que los cristianos evangélicos, supuestamente, que aún esa palabra sería innecesaria.  Somos cristianos, seguimos a Cristo, pero está bien... Digamos, mucha gente  dice, ¿si yo le creo a mi amigo, a mi compañero cristiano evangélico voy a  cambiar de religión? No, vas a encontrarte con Jesucristo de una vez y para  siempre. No es un cambio de religión, tú tienes que preguntarte hasta cuanto te  sirvió la religión o lo que creíste hasta este día de hoy. 
Y ahora sí, no me importa cómo te llames y el título que tengas, aun no me  importa que también te digas evangélico; porque siendo evangélicos hay muchos  que no creen en este Cristo y siguen en sus problemas y siguen en sus  dificultades y quieren creer pero nada les resulta porque no se encontraron con  el verdadero Cristo. ¿De qué nos sirvió el titulo? ¿Sabes para qué nos sirvió?  Para hacer de nosotros personas religiosas, pero alejadas de Dios. 
Hay muchas cosas que los seres humanos hicieron con el paso del tiempo, que en  vez de hacernos libres nos ataron más. Piénsalo por un momento, piénsalo por un  instante ¿Cuántas cosas tú creíste que las ibas a creer ibas a ser libre? Sin  embargo, te ataron más. Como no creíste en una obra completa de Jesús, si  fuiste católico o lo eres tienes que ir a confesarte ¿Por qué? Porque sino tu  conciencia está sucia y tú no puedes dormir. 
Cuando la Biblia nos enseña que hay un solo mediador entre Dios y los hombres y  que cuando creemos en la obra completa de Cristo nuestros pecados son quitados,  borrados por completo de nuestra vida, tú pensaste que eso te iba a hacer  libre, sin embargo eso te ato más, porque al primer error, a la primera metida  de pata tu conciencia ya no aguanta, te sientes la peor de las personas y estás  esperando que llegue el día domingo para ir a arrodillarte frente ¿A quién? ¿A  Jesús? No, frente a un muñeco que esta clavado en una cruz, pero no es el  verdadero Jesús. 
Aún a los evangélicos, nos ataron creyendo que si en semana santa no teníamos  campaña de semana santa, no éramos buenos cristianos. Las siete palabras...  ¿No? 
Y si no teníamos campaña de semana santa, seguramente, íbamos a entrar por la  puerta de costado del cielo no la principal. Esas cosas nos han atado, porque  nunca nos mostraron el verdadero Jesús. Porque aún a los evangélicos nos han  enseñado que nos debemos esforzar por ser santos. Que esto no lo hagas, aquello  no lo toques, lo otro no lo mires... Cuando el poder de la resurrección nos  hace personas nuevas, eso es lo grande del evangelio, que no está en nuestras  fuerzas... Si fuera en nuestras fuerzas, no tiene sentido estar acá ¿Para qué  alabamos a Dios si somos viejas personas, intentando hacernos nuevas? Poniendo  un maquillaje un tanto espeso, para que no se nos vean las arrugas de nuestra  maldad, de nuestra frustración, de nuestra necedad. Y así hacemos todos los  religiosos nos ponemos un barniz muy grande de religiosidad, nos vestimos con  ropas especiales para fechas especiales, cuando nuestra vida de todos los días está  mal ¿De qué nos sirve? 
Dios no quiere religiosos. Tuvo muchos y no supieron guiar a su pueblo, tuvo  muchos que fueron los principales causantes de que Jesús muriera. Fueron los  religiosos, sino conociste la historia pero viste la película lo pudiste ver,  eran los religiosos los que le pidieron al pueblo que vinieran a gritar que  Jesús merecía ser crucificado. Fueron los religiosos, no fueron los romanos, no  fue el imperio gobernante. La religiosidad siempre te va a matar y me va a  matar, indefectiblemente, pero tenemos que creer que Cristo ha resucitado para  darnos libertad, verdadera libertad. Que si es sábado de semana santa y yo  estoy paseando con mi familia, soy libre y Dios me ve con agrado, aunque no  esté en una campaña de semana santa. Porque yo puedo vivir la vida de Cristo  todos los días en todo lugar y a todo momento.
Vamos a leer primera Corintios, el capítulo 15. 
Primera Corintios el capítulo 15, vamos a leer desde el versículo 12, dice:
“Ahora bien, si se predica que Cristo ha sido levantado de entre los
muertos, ¿cómo dicen algunos de ustedes que no hay resurrección? 
Si no hay resurrección, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado. 
Y si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación no sirve para nada, 
como tampoco la fe de ustedes. Aún más, resultaríamos falsos 
testigos de Dios por haber testificado que Dios resucitó a Cristo, 
lo cual no habría sucedido, si en verdad los muertos no resucitan. 
Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado. 
Y si Cristo no ha resucitado, la fe de ustedes es ilusoria y todavía 
están en sus pecados. En este caso, también están perdidos 
los que murieron en Cristo. Si la esperanza que tenemos en Cristo 
fuera sólo para esta vida, seríamos los más desdichados de todos 
los mortales. Lo cierto es que Cristo ha sido levantado de entre 
los muertos, como primicias de los que murieron”.
1° Corintios 15:12 -20
¿De qué está hablando la escritura? ¿Qué está enseñando Pablo? La importancia  de la resurrección. 
Simplemente lo tenía que hacer; porque evidentemente había por allí, entre los  corintios, algunos que creían que no existía la resurrección. Que ningún ser  humano iba nunca a resucitar. Entonces Pablo, aunque ya eran cristiano, ¿está  bien? ya eran cristianos, necesita decirles, a ver, si ustedes dicen que no hay  resurrección; quiere decir entonces que Cristo tampoco resucitó. Si Cristo no  resucitó ¿Para qué creen? La fe de ustedes no sirve para nada, y nuestra  predicación tampoco sirve para nada. 
Eso significa que si tú, no puedes creer con todo tu corazón, que la  resurrección de Jesús es tan importante como su muerte y solo crees en su  muerte porque ves el sacrificio; esa creencia y esa fe que estas teniendo, no  te sirve para nada, ni te va a salvar. Porque solamente se puede hacer efectivo  lo que Jesús nos quiere dar, o nos ha dado, cuando creemos y sabemos que Él ha  resucitado. Sino, nuestra fe estaría puesta en un punto equivocado. 
Por eso leímos al principio de la reunión, lo que Jesús le dijo a Marta la  hermana de Lázaro, y Lázaro estaba muerto y faltaban unos minutos para que lo  resucitara. Le tuvo que decir, Marta, tu hermano va a resucitar pero no en el  día final, yo lo voy a levantar ahora porque yo soy la resurrección y la vida. 
Cristo en esencia, es resurrección, ¿Sabes qué  significa? Que todos los seres humanos vamos a resucitar si pasamos por la  muerte, todos. Pero hay una gran diferencia, aquellos que no creyeron en Cristo  van a resucitar para saber que su futuro eterno va a ser el infierno, ésa es la  gran desesperación. Porque a los que murieron ya no tienen posibilidad de  regresar a una opción, no tiene la posibilidad de elegir, ya fue su tiempo para  elegir. 
Porque esta vida sobre esta tierra, cuando estás vivito y coleando, es cuando  Dios te da la posibilidad de elegir. Sino eliges ahora, en la tumba ya no hay  más posibilidades, pero vas a resucitar y luego de la resurrección habrá un  destino para tu vida y para la mía. 
Por eso también Jesús le dijo a Marta, aún los que  crean en mí no van a morir jamás; y no estaba hablando de que ninguno de los  que creyera no iban a pasar por la muerte física. Porque tú muéstrame alguno,  de la época de Jesús, que todavía este vivo. Si me muestra  alguno, voy  corriendo a verlo para que me cuente lo que se sintió vivir con Jesús. No hay  nadie, todos murieron, pero ninguno está muerto, porque su espíritu está vivo  por haber creído en la obra completa de Cristo. 
Por eso, uno de los principales miedos que se va de  la vida del ser humano, es el miedo a la muerte cuando creemos en Cristo. Tú  pregúntale a quien quieras o pregúntate a ti mismo y sé sincero, por favor, si  piensas en la muerte, ¿qué sientes? Temor, miedo, incertidumbre, no saber que  va a pasar... 
Por eso muchos creen en reencarnación y tantas tonterías como esa, porque  prefieren seguir viviendo a través de una tortuga, pero seguir viviendo. Porque  les asusta lo que viene después de la muerte, sí claro. Prefieren ser cualquier  bicho raro que camine por ahí, con tal de no pasar por la muerte. Pero lo peor,  ¿sabes qué es? que cuando toda persona está frente a la muerte, tiene miedo.  Aunque haya creído en la reencarnación, en lo que quieras, tiene miedo porque  hay algo adentro que le está diciendo que la vida no es solamente eso; que hay  algo más y que, efectivamente, fuimos creados para ser eternos. Que este cuerpo  y este estuche sí se muere, pero que adentro la vida sigue, eso es el miedo, no  saber que va a pasar después. 
Por eso aunque tú sigas arrodillándote frente a ese  Jesús de la cruz y le pidas lo que quieras, seguirás teniendo miedo a la muerte  y a muchas cosas más. Porque todavía tu vida no está resuelta, no sabes que  pasa después. Pero tenemos que entender que la obra de Jesús ha sido completa  ¿Para qué? Para que ya nosotros no tengamos incertidumbre, no halla inseguridad  en nuestra vida y en nuestro corazón. Porque si creemos en la obra completa de  Jesús, no solo creeremos que hay salvación para nuestra vida en la tierra, sino  que también sabremos que aunque yo me muera hoy, cuando salgo de este teatro,  yo ya sé cuál es mi destino, eterno. 
A mí nada me asusta, porque si además me muero yo sé que será la perfecta  voluntad de Dios que haya dicho que todo lo que yo tenía que hacer lo hice  hasta el día de hoy. Porque ni siquiera me voy a morir, hasta que Dios diga  cumpliste todo lo que tenia para tu vida. Si es hoy, lo único que quiero es  darle gloria a Dios y haber sido fiel en todo lo que Él me pidió. Pero no me da  miedo la muerte, porque yo sé que el poder de la resurrección me ha dado vida  eterna y dentro mío está la misma vida de Cristo. Si Él resucito, yo voy a  resucitar y si Él está sentado a la diestra de Dios, yo voy a estar allí mismo,  mirando a Jesucristo y mirando al Padre, cara a cara y nadie me va a quitar ese  privilegio. 
Pero si no podemos creer en la obra completa de Jesús, entonces seguiremos  viviendo una vida aferrados a cosas materiales. Porque siempre queremos,  palpar, tocar y sentir y nos sentimos más seguros con la estampita en el  bolsillo, que con una fe sincera en el corazón ¿O no? 
Por eso la mayoría de la gente tiene sus idolitos por acá y por allá, sus  santos por todos lados, porque no hay una seguridad aquí adentro. Pero Cristo  no murió y no resucitó para llenarte tu casa y tus bolsillos de santos; murió y  resucitó para llenar tu vida de su vida, es muy diferente. 
La vida más santa que tú puedes tener, no es la de una estampita, es la de  Cristo mismo viviendo en ti; porque viene a vivir a través del Espíritu Santo y  más santo que el Espíritu Santo no hay. 
¿Te das cuenta que la religión solo te ata y te dice una mentira? 
Jesucristo ha resucitado y si Él no hubiera resucitado sería en vano que  tuviéramos fe. Es una tontería que yo te esté predicando hoy, si Cristo no  resucitó; porque entonces yo soy el primero que me engaño a mí mismo y te estoy  engañando a ti, con mi predicación. Pero como yo sé y la Biblia lo dice, que  hay un Cristo que ha resucitado y que nos ha dado de su poder, es que hoy quiero  darte esta buena noticia, es que hoy necesito transmitirte, que tu vida a  partir de hoy puede ser diferente. 
No me importa quién eres tú, tienes que saber hoy si cuando te encontraste con  Cristo te encontraste en serio con Cristo; con este Cristo. Con el que murió y  resucitó, no el de una historia, no el Cristo de una imagen en tu mente; el  Cristo real y verdadero que dio su vida pero que esperó tres días, tres días  que fueron muy importantes, porque necesitaba salvar a todos los que habían  muerto antes que Él y aplicar la obra de la cruz a todos los que estaban ya  muertos. Por eso la Biblia dice, que Él descendió a las partes mas bajas de la  tierra, porque aun los santos del pasado estaban esperando su muerte. Abraham, Noé,  José, todos los que quieras, David; todos, Elías, Eliseo, todos, todos estaban  esperando que Jesús hiciera esa obra por ellos. Porque sino, ni siquiera ellos  hubieran tenido salvación. Te das cuenta lo grandioso de Dios, es sobrenatural.  Pero aun ellos, ya muertos, tenían que esperar que Jesús muriera. Nosotros hoy  todavía tenemos la posibilidad, porque estamos vivos. Hoy es el día para elegir  que vida queremos vivir.
El último versículo que yo voy a leer, está en primera Pedro. En la primera  carta del apóstol Pedro capítulo 1 y versículo 3, dice:
 ¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! 
Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo 
mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos 
una esperanza viva y recibamos una herencia indestructible, 
incontaminada e inmarchitable. 
Tal herencia está reservada en el cielo para ustedes.
1 Pedro 1:3-4
Pedro dice, bendito sea Dios porque por su misericordia nos hizo nacer de  nuevo. Pero, ¿A través de qué? Léelo en tu Biblia, a través de la resurrección.  Te das cuenta que si no hay resurrección nosotros no podemos tener una nueva  vida, es imposible. Porque Cristo resucitó, ahora Él quita de nosotros la vieja  vida y la vieja naturaleza que nos hacia esclavos y nos mantenía en esclavitud,  para darnos ahora su vida. 
No su vida, la vida de un muerto. Su vida, la vida de un resucitado, de uno  lleno de poder, de uno además que ahora esta ascendido y tiene todo poder. 
Por eso Pablo afirma que estamos sentados en lugares celestiales con Cristo  Jesús, porque compartimos esa vida, gloriosa vida. 
Aunque nos llamemos cristianos ¿Estamos viviendo a la altura de la vida que  recibimos? No importa si nos llamamos cristianos, tenemos que replantear que  clase de vida vivimos. Si estamos viviendo a la altura del Cristo resucitado o  estamos viviendo a la altura de un humano, que quiere agradar a Dios y que  quiere parecerse a Cristo y que está haciendo todo lo posible y se esfuerza día  tras día y se aprende los versículos de memoria y trata de orar cada vez mejor  a ver si las cosas le salen bien, eso, nacer de nuevo... 
Por eso, lo mejor que a ti te puede pasar en toda tu vida es que vuelvas a  nacer. Necesitas volver a nacer, si no hay un nuevo nacimiento, tu vida va a  seguir siendo igual; por más intento y esfuerzo que hagas, va a ser siempre  igual, porque va a ser en tu entendimiento y en tu criterio de cómo es agradar  a Dios. Aún lo digo por nosotros, los evangélicos, porque creemos que servir  mucho a Dios, eso es sinónimo de agradar a Dios. Estamos confundidos, porque  aun muchas veces nuestro servicio es en nuestras fuerzas, cambiamos las cosas  de lugar. No es así, es por la vida de Cristo que hay en mí que todo se hizo  nuevo en mi vida. Por eso unos domingos atrás, cuando yo compartí acerca de lo  que implicaba la muerte de Jesús; vimos que una de las cosas era que no toda  nuestra vieja naturaleza estaba siendo crucificada al mismo tiempo que Jesús  era crucificado y estaba muriendo. Por eso, esa vida que has vivido hasta  ahora, intentando ser buena persona o agradar a Dios, esa vida para Dios ya no  existe, ya está muerta. 
Por eso, no se trata de que tú intentes hacer esto o aquello, se trata de que  creas en la obra completa de Cristo y llegue el día donde le digas, me rindo a  ti. ¿Sabe qué significa rendirse? Permitir que alguien con mayor autoridad que  tú empiece a gobernarte. Cuando dos ejércitos pelean y uno se rinde, ese  ejército cayó ante la autoridad y la superioridad del otro ejército. Tú tienes  que entender que nunca en nuestras fuerzas tendremos mayor autoridad, ni más  superioridad que la vida del Cristo resucitado es imposible. En cambio, si yo  me rindo, ahora es la vida de Cristo la que viene a vivir en mí. 
Y ya no me esfuerzo, ahora es Cristo viviendo en mí y a través de mí. Él  siempre va a querer agradar a Dios, Él siempre pondrá en tu corazón y en mi  corazón el deseo de amar a Dios con todas las fuerzas, Él siempre te va a  librar de cometer el error unos dos centímetros antes de caer. Porque Él no  quiere equivocarse, ni pecar contra Dios, porque nunca ha pecado contra Dios.  Tenemos que entender que la resurrección de Cristo marca el poder de Dios a  nuestro favor. Sin resurrección no hay poder y si no hay poder solo viviremos  vidas religiosas, pero inefectivas. 
Por eso, yo quiero en esta tarde, hacer una invitación a las personas que estén  aquí. Y vuelvo a repetir, a medida que he crecido en mi vida, cada vez me ha  importado menos los años de experiencia, la vida muy cristiana que alguien pudo  haber vivido, aún en la religiosidad que yo viví, sabes que cuando la entregué  mi vida a Jesucristo, a los once años, me dio vergüenza levantar mi mano cuando  el predicador dijo, quien quiere entregarle su vida a Cristo. Porque aún con  mis once años yo dije, si ahora que tengo once levanto mi mano, que van a  pensar de mí, qué hice hasta los once años de mi vida, imagínate. 
A medida que he crecido, he tratado de deshacer en mi propia mente ese criterio  tan humano y perverso. A mí no me importa quien sea, es más, no me importa si  estás aquí hace años, si te bautizaste en medio de nosotros, si eres miembro;  porque si no eres salvo, de nada sirve todo lo anterior que hiciste. Sino  naciste de nuevo, ni siquiera eso te puede servir. Ser miembro y estar en una  hoja no te asegura el cielo, servir en un ministerio no te asegura el poder de  Dios en tu vida. 
Por eso yo quiero hablarles a todos y a cualquiera, que en esta tarde se dé  cuenta que necesita encontrarse con el verdadero Cristo. No sólo el que murió,  sino el que también resucitó, para poder recibir el poder de la resurrección,  para que la nueva vida de Cristo venga a vivir dentro tuyo, para que ahora no  sea otro nuevo intento por agradar a Dios. No se trata de eso, sino que eso que  tú puedes despojarte de todo y sacarte de encima todo ese peso de religiosidad,  de criterio, de un montón de cosas que hasta ahora solo te ataron en vez de  hacerte libre, que tú digas, hoy me quito todo esto que no me ha servido para  nada y reconozco mi verdadera necesidad de Cristo, no de una religión, no de  una iglesia, no de mantener mi conciencia tranquila... Necesito a Cristo, Él es  todo lo que quiero, por eso le doy a Él mi vida, para que lo que hizo en la  cruz se haga efectivo en mí... O sea, si Él allí estaba crucificando mi vieja  naturaleza, que hoy eso se haga efectivo. Pero además, si Él resucitó, que la  vida resucitada venga a vivir dentro de mí; para ahora si yo poder llenarme la  boca, en el buen sentido, diciendo soy una nueva persona. Ya no es mi esfuerzo  por agradar a Dios, ahora es Cristo viviendo en mí que me está enseñando como  vivir una vida que honra y ama a Dios. 
Por eso la invitación es para toda persona que reconozca, que posiblemente  vivió en religiosidad o en intentos, en esfuerzos pero que no ha tenido un  verdadero encuentro con Cristo. Y la invitación, efectivamente es, a rendirte a  Cristo, a entregarle tu vida, a pedirle que por su autoridad y por su vida de  poder Él te gobierne. 
Esto no es solamente, que tú te asegures que te vas a ir al cielo cuando te  mueras, por favor, no quisiera que mal interpretaras lo que estoy diciendo. Es  para que aprendas que tu vida natural nunca te va a permitir agradar a Dios.  Para que le des esa vida a Jesucristo y Él mismo con su vida venga a vivir en  ti. Eso es lo que te estoy proponiendo, eso es lo que la Biblia te propone, eso  es por lo cual Jesús hizo toda esa obra. Para que los seres humanos vivamos una  vida diferente, no una vida religiosa, no aprendiéndonos la Biblia o siendo muy  piadosos; diferentes por dentro... Que ya no nos domine el deseo de hacer el  mal y que luego tengamos la conciencia sucia y no podamos ni dormir. Sino que  vivamos con la libertad que hay algo nuevo dentro de nosotros, eso es ser  salvos. Por eso a todos, a todos y a cualquiera que reconozca que necesita  encontrarse con Cristo, de verdad, porque nunca se encontró verdaderamente con  Cristo ni nunca le entregó su vida... 
Yo, ahora, quiero pedirle a esa persona y a esas personas para poder  distinguirlas; y porque además quiero ayudarles a hacer una oración de entrega  a Jesucristo que por favor, en el lugar donde estén, se pongan de pie. Si van a  entregarle la vida a Jesucristo, por primera vez, para ser salvo y para ser  verdaderamente hijo o hija de Dios. En el lugar donde estén, yo les voy a pedir  que se pongan de pie. Si hay alguna persona que no lo haya hecho antes y que necesita  hacerlo en esta tarde, yo quiero pedirle que se ponga de pie para entregarle su  vida a Jesucristo, en serio, de verdad. 
Yo quisiera pensar, quiero pensar que todos los que estamos en este lugar,  realmente hemos tenido un verdadero encuentro con Jesucristo. Es lo que yo  quiero pensar, sino fuera así, pero tú por algún motivo no te atreves a ponerte  de pie, yo quiero pedirte un favor muy grande, que ahora en algunos minutos que  terminemos, tú no te vayas de aquí sin acercarte alguno de nosotros. Puedes  venir conmigo, con mi esposa, con cualquiera de los pastores, de los apóstoles,  cualquier hermano que veas por allí. No te vayas de aquí, porque cada día que  pasa entendemos más el verdadero significado de la salvación de Dios y queremos  tener la convicción delante del Señor de que todos realmente han nacido de  nuevo. Que todos son nuevas personas en Cristo, no por una vida muy religiosa,  no por intentar, no por ser muy piadosos no, no, no. No hablo de eso, una  verdadera vida, que agrada, honra y ama a Dios por sobre todas las cosas. Que  cuando tú te despiertas piensas en el Señor, que cuando tú vives tu día están  pensando en el Señor, que cuando te vas a la cama, tu mayor amor es el Señor.  Una verdadera vida cristiana, eso es. 
Por eso yo quiero pedirle a cualquiera que no se vaya hoy de aquí, si tiene  alguna duda, si tienes algo que preguntar, es preferible que lo preguntes, pero  no te vayas con la duda. Porque posiblemente el Espíritu Santo te está haciendo  pensar o reflexionar en algunas cosas que nunca antes hiciste o nunca antes  pensaste. Y es necesario que nuestra vida tenga un verdadero sentido, porque se  ha encontrado con Cristo en serio, y no porque más o menos hemos aprendido a  ser cristianos. 
Pero aun así, yo quiero solamente para terminar dejarles un pensamiento, una  reflexión a todos los que sí sabemos que somos hijos de Dios. Yo quisiera  pedirte que en el transcurso de esta semana, tú puedas buscar en la Escritura  pasajes que hablen de la resurrección de Cristo. Si quieres puedes leer en los evangelios  la misma resurrección de Jesús. Pero luego vete a las diferentes cartas de  Pablo o aun de Pedro y fíjate, si tienes una concordancia te va a ayudar mucho,  pero fíjate todos los pasajes que hablan de la resurrección. Y empieza a  pedirle al Espíritu Santo, que te revele que clase de vida cristiana estas  viviendo. Si tu vida cristiana está viviendo de acuerdo a la resurrección de  Cristo y al poder de esa resurrección; o si tu vida cristiana está viviendo,  poniendo parches por un lado y por otro ¿No? diciendo bueno, esta área de mi  vida no está muy bien, pero la tapo un poquito con esto y más o menos se ve  normal. Y esto otro, todavía no está muy resuelto, pero también le pongo otro parchecito  por acá para que no se note... 
Si somos verdaderamente hijos de Dios debemos vivir por esta vida resucitada de  Cristo que está en nosotros. Porque sino, estaremos viviendo una vida que sí  nos va a llevar al cielo, pero una vida que no va a ser efectiva sobre la  tierra. Vas a vivir frustración tras frustración ¿Sabes por qué? Porque no es  tu manera de ver la vida cristiana, no es mi forma de interpretar como seguir a  Dios. Es darme cuenta todo lo que implica la resurrección de Cristo y que esa  vida resucitada de Cristo vino a vivir en mí, cuando nací de nuevo. 
Por esa vida resucitada, todas las cosas siempre tienen que ser hechas nuevas. 
Por eso yo quería tomarme estos minutos con todos los que si somos hijos de  Dios, todos los que pertenecemos a la iglesia, todos los que somos el cuerpo de  Cristo para que podamos ver en la Palabra lo que implica la resurrección de  Jesús y para ver si estamos viviendo a la altura de esa vida. 
Porque si estamos viviendo a la altura de esa vida, entonces podremos estar  seguros de que nosotros vamos a cumplir el propósito de Dios para nuestra vida  en la tierra. Pero si nosotros estamos intentando vivir la vida cristiana a  nuestra manera, entonces van a pasar los años pero nunca vas a ser  completamente feliz. Podrás irte al cielo pero feliz, al cien por ciento, nunca  porque sabrás que le has estado faltando a la vida que tienes adentro. 
Yo me alegro por ver lo que el Espíritu Santo esta haciendo en todas nuestras  vidas, en este tiempo. Porque es necesario aun es nuestra vida cristiana, que  es necesario sentarse y volver a hacer cuentas, sentarse y volver a meditar un  poquito como estamos andando... Si tú sientes que hay alguna insatisfacción por  dentro, pregúntale al Espíritu Santo de Dios, que Él siempre te va a decir la  verdad. Seguramente si hay alguna insatisfacción, si hay algo adentro que no te  deja del todo bien, no te sientes completo pregúntale al Espíritu de Dios, Él  te va a dar la respuesta. Hay algo que Dios te a querido mostrar hasta ahora y  seguramente no lo has entendido, hay algo que el Espíritu Santo esta martillando  en tu corazón y por una o mil razones, no has tenido oídos para oír. Cuando las  cosas están marchando de acuerdo a la perfecta voluntad de Dios, el Espíritu  Santo nos da el testimonio de que vamos caminando correctamente. Cuando hay  algo que no está bien, tú ya sabes que es el mismo Espíritu Santo, el que te  inquieta por dentro y no te deja tranquilo hasta que puedas reconocer que es lo  que no está bien dentro tuyo. 
Por eso, la resurrección de Cristo nos tiene  que hacer pensar en una vida sobrenatural, porque no la puedo definir de otra  manera. No es que quiero aparentar muy, muy espiritual al hablar así. Es que la  vida de Cristo es sobrenatural, porque es la vida del Cristo que esta  resucitado y reinando. Esa vida es la que está dentro tuyo y la que está dentro  mío, es sobrenatural, para que tú y yo seamos sobrenaturales en las cosas más  naturales de la vida. Para que mañana, que vas a ir a tu trabajo, vas a ser las  cosas de todos los días, vas a estar cocinando, lavando y planchando puedas ver  la manifestación sobrenatural de la vida que tienes adentro y no vuelva a ser  un día mas de frustración, de tristeza, de dolor; un día en donde te preguntes,  ¿y de qué sirve la vida de Cristo para vivir así como la estoy viviendo?
En el nombre de Jesús, yo quiero pedirte que en esta semana, busques en la  Palabra y medites en cada una de las escrituras que hablen acerca de la  resurrección de Cristo y puedas ver si esa resurrección está teniendo poder  dentro tuyo; está siendo efectiva dentro tuyo. Y la vida de Cristo es la que  está operando en tu interior. 
Quisiera que termináramos este tiempo adorando a Dios, y declarando lo que Él  es realmente para nuestra vida.
Señor, realmente los que estamos aquí queremos postrarnos de todo corazón  ante ti, ante tu majestad, ante tu señorío, ante tu resurrección, victoria,  potestad, dominio y autoridad. 
Y reconocer que hemos recibido una vida que es para ser vivida aquí, pero es  sobrenatural. Una vida que nos permite agradarte de mañana, de tarde y de  noche. Que nuestra mente, nuestro corazón, todo nuestro ser viva para ti; y que  donde estemos mostremos ese poder que habita en nosotros por tu resurrección. 
Enséñanos, en esta misma semana, a vivir como hijos que participan de la vida  sobrenatural que Tú nos has regalado. Quedamos delante de ti Señor, dispuestos  a que en esta misma semana, el Espíritu Santo nos revele la Palabra y que  veamos el poder de la resurrección; pero no sólo en la letra, sino siendo  eficientes en nuestros propio espíritus,  por la acción del Espíritu Santo. 
Gracias por este tiempo, te honramos Rey, en el nombre de Jesús, amén, amén,  amén y amén.
Que todos tengamos una semana de acuerdo al Cristo resucitado que llevamos  dentro, amén. 
La gracia y la paz de nuestro Señor esté sobre nosotros. 
Temas relacionados:
Mensajes y Enseñanzas de Hernán Cipolla I Hernán y Leticia Cipolla