en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
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Esta semana escuché una noticia muy reciente: Un pastor, en California, fue a un supermercado mayorista a hacer sus compras y se acercó a la sección donde venden los libros, y vio que entre los libros había Biblias, y cuando miró la etiqueta donde estaba el precio de la Biblia se dio cuenta que también en la etiqueta habían puesto la categoría, como se hace en los libros, la categoría de la Biblia decía: ficción.
El pastor sacó una foto inmediatamente, y con lo que hoy se hace en las redes sociales, inmediatamente lo subió. En poquitas horas hubo una revolución acerca de esta foto de la palabra ficción.
Obviamente, este gran supermercado tuvo que disculparse y prometió cambiar la etiqueta lo más rápido posible. Pero, esa etiqueta, ¿no estará diciendo la manera en que hoy el mundo ve a la Palabra de Dios? ¿No será que la gente hoy se ha acostumbrado que la Biblia es un libro de historias muy apasionantes? ¿Que cada uno de los escritores de la Biblia tuvieron muchísima creatividad? ¿Y que muchas de esas historias, por eso, merecen ser películas de Hollywood? Porque se pueden hacer películas con grandes efectos, se puede gastar millones en esas historias, y recuperar y sobrepasar esos millones con esas ganancias.
Pero vamos a ver el día de hoy, qué dice la Palabra acerca de ella misma.
Vamos a comenzar con el Salmo 19, voy a leer en la Nueva Versión Internacional, leemos el Salmo 19 y vamos a leer el versículo 7, dice de esta manera:
"La ley del Señor es perfecta:
infunde nuevo aliento.
El mandato del Señor es digno de confianza:
da sabiduría al sencillo."
Salmo 19:7 (NVI)
Aquí encontramos dos sinónimos de la Palabra, la ley del Señor y el mandato del Señor.
Pero lo primero que necesitamos analizar en este día, es que la Palabra del Señor tiene una característica única. Dice, que es perfecta.
¿Por qué la Palabra del Señor es perfecta? Simple y sencillamente, porque viene de Dios, nada que no nazca en Dios o que provenga de Dios puede ser perfecto. El hombre puede crear cosas extraordinarias, pero no llegan a ser perfectas, lo perfecto sólo le corresponde a Dios, y acabamos de leer que esta Palabra de Dios es perfecta.
Nosotros jamás podríamos leer la Palabra pensando que en algún sentido tuvo un error, esa sería una ofensa a la misma persona de Dios, pensando que esta Palabra es ficción.
Ahora, tiene otra característica la Palabra, dice, que es digna de confianza.
¿Qué pasa cuando algo o alguien es digno de confianza? Yo puedo descansar, porque esa persona o esa cosa, no me van a defraudar, nunca me van a engañar diciendo una cosa pero haciendo otra cosa.
La Palabra es digna de confianza porque todo lo que dice es algo seguro para mí, nunca Dios me va a engañar ni me va a defraudar, todo lo que Él me ha prometido se va a cumplir, no hay nada más que me pueda dar esta confianza, ni siquiera la persona más allegada a mí puede asegurarme esto, porque en algún momento de dificultad o de debilidad, esa persona puede cometer un error y puede llegar a defraudarme, pero Dios jamás me va a defraudar. Por lo tanto, su Palabra es digna de confiar.
Quiero que vayamos juntos a Proverbios, el capítulo 30, Proverbios el capítulo 30, vuelvo a leer en la Nueva Versión Internacional, leemos Proverbios 30, versículos 5 y 6... Quiero recordarles los resultados que produce la Palabra, esta Palabra perfecta y digna de confianza, resultados que leímos en el versículo anterior, la Palabra me da nuevo aliento y sabiduría. Cuando yo entiendo que la Palabra es perfecta, y que la Palabra es digna de confianza, inmediatamente se produce algo en mi interior, recibo nuevo aliento cada vez que la leo y hay sabiduría en ella. Leemos Proverbios 30:5 y 6.
"Toda palabra de Dios es digna de crédito;
Dios protege a los que en él buscan refugio."
Proverbios 30:5 (NVI)
Me detengo aquí. ¿Qué significa que, toda palabra de Dios es digna de crédito? Simple y sencillamente, que es creíble.
Cuando yo le doy crédito a alguien por algo que ha hecho, es porque reconozco que es verdadero, que puedo creer en él. La Palabra tiene que recibir de nosotros, los hijos de Dios, el crédito que se merece. Estamos viviendo en un tiempo en que se está poniendo en descrédito la Palabra de Dios y hoy se discute acerca de la Palabra, aún en los salones de estudio, los maestros muchas veces son los primeros en infectar el corazón de los muchachos, porque se están encargando de hacerles ver que la Palabra no es creíble, que es un libro de ficción, sin embargo, los hijos de Dios somos los únicos que podemos darle crédito a la Palabra, y que otros puedan ver que esa Palabra es creíble.
Ahora, cuando yo reconozco que la Palabra es creíble recibo un beneficio para mi vida, Dios me protege y me da refugio.
La Palabra para mí es un lugar de refugio, y la Palabra me muestra lo que nadie más me puede mostrar. ¿Cuántas veces necesitamos aislarnos y protegernos a nosotros mismos? Hay una situación difícil que estamos viviendo, necesitamos meditar en eso; y cuando nos sentimos expuestos, nos sentimos desprotegidos, entonces buscamos un lugar de refugio. El mejor lugar de refugio es el Señor, y cuando yo busco en el Señor refugio, leo la Palabra y le creo, entonces la Palabra comienza a traer protección a mi vida, la Palabra pone una burbuja a mí alrededor, la Palabra hace que nada pueda penetrar esa burbuja y llegar a mí, en los momentos de dificultad, quien quiere penetrar la burbuja es el diablo, y él una y otra vez, lanza sus dardos contra nosotros. El problema es cuando buscamos refugio fuera del Señor, los seres humanos tenemos la costumbre de buscar refugio en otras personas, seguro que mi esposa o mi esposo me van a ayudar, mi amigo me va ayudar, mi hermano me va a ayudar, ellos me van a entender, van a ser mi refugio... no hay refugio fuera del Señor.
En los momentos donde tienes incertidumbres, cuando tú no sabes qué hacer, cuando sabes que tienes que ser protegido, el único que va a ser tu refugio es el Señor. Y cuando tú lo busques como refugio no te va a quedar otro camino que ir a la Palabra, y sólo cuando vayas a la Palabra vas a encontrar la protección que Dios da. Te puedo asegurar que con esa protección nunca más te vas a sentir desprotegido, nunca más sentirás miedo por nada que el diablo quiera hacer, sabrás que los dardos seguirán viniendo hacia ti, pero ni uno de ellos va a llegar a tocarte.
Dice el versículo 6:
"No añadas nada a sus palabras,
no sea que te reprenda y te exponga como a un mentiroso."
Proverbios 30:6 (NVI)
La Palabra es exacta.
Tal cual está, es exacta, no necesita reformas, no necesita adaptarla al tiempo que estamos viviendo.
Iglesia, necesitamos entender una verdad, la Palabra es como es, y nunca va a cambiar. Pero estamos viviendo un tiempo en el cual se quieren quitar las verdades de la Palabra, para adaptar el amor de Dios a las situaciones pecaminosas que el mundo vive.
Quitemos de la Palabra los primeros dos capítulos de Romanos, para que ningún homosexual se sienta agredido, quitemos de la Palabra donde el Señor dice que hay que dejarlo todo por seguirlo, no sea que nuestros templos dejen de estar llenos, quitemos todos los requisitos de Dios para nosotros, para que la gente se sienta a gusto sentada en nuestras reuniones, para que no se vea amenazada por la Palabra...
¿Sabes lo que hace la Palabra? Sacudir nuestras vidas para que vengamos a la verdad. Porque si nadie te muestra la verdad, nunca vas a tener acceso a ella, si te tapan los ojos pero quieres ser guiado, te vas a dar la cabeza contra la pared. Cada vez que arrancamos una verdad de la Palabra estamos cegando el entendimiento de la gente y en vez de que se acerquen a Dios se acercan más a una eternidad en el infierno. En el Nombre de Jesús los estamos mandando al infierno usando la misma Palabra de Dios, les estamos diciendo que están condenados, y para hablarles de su condenación les hablamos del amor de Dios, es como decirles por debajo, en lo subconsciente, Dios te ama tanto, que te vas a ir al infierno porque yo no te estoy diciendo la verdad, porque te estoy ocultando lo que Dios tiene para ti, porque estoy tapando los ojos de tu entendimiento para que no veas, porque no me interesa que veas el propósito de Dios para tu vida porque no quiero que te sientas incómodo con la verdad de Dios, sigue viviendo la vida a tu manera, haz lo que te parezca, gobiérnate a ti mismo, nunca abandones nada, haz lo que se te antoje, sigue en pecado, de todas maneras, Dios te ama.
¡Eso es mentira! Por eso, dice la Biblia, no añadas nada a sus palabras, no sea que te reprenda y te exponga como a un mentiroso.
Para personas como yo, que Dios nos ha dado el privilegio y la responsabilidad de compartir la Palabra de Dios, esto debiera hacer que nuestras piernas tiemblen cada vez que nos paramos a compartir la verdad de Dios, porque yo soy consciente de que todo lo que les digo a ustedes será siempre probado en mi vida, seré el primero en ser juzgado por el Señor, porque no tengo el derecho a predicar algo que yo no esté viviendo. Porque la Biblia no son palabras bonitas, la Palabra no es un mensaje bien dicho, la Palabra es nuestra vida, si la Palabra no es real en mí, les puedo asegurar que jamás tendrá ningún efecto en ustedes.
Quiero ir a la segunda carta de Pablo a Timoteo, 2° Timoteo, el capítulo 3, por favor. Voy a leer el versículo 16 y 17, vuelvo a leer en la Nueva Versión Internacional, dice el versículo 16:
"Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar,
para reprender, para corregir y para instruir en la justicia,
a fin de que el siervo de Dios
esté enteramente capacitado para toda buena obra."
2 Timoteo 3:16-17 (NVI)
La Palabra en su totalidad, es inspirada por Dios; y es útil para producir un efecto transformador en nuestra vida.
La vida del creyente sólo puede ser transformada por la acción de la Palabra, y no me voy a adelantar, porque después vamos a analizar algo con respecto a la acción de la Palabra.
La Palabra tiene un asociado poderoso para que haga efecto en nosotros, pero lo que quiero decir es, que solamente la Palabra puede transformar nuestra vida, es útil, por esa misma razón, dice, que es útil para varias cosas.
Dice, para enseñar. Eneste caso la enseñanza se refiere a doctrina, quiere decir que cuando yo leo la Palabra, me está enseñando acerca de la doctrina de Cristo.
Dice, que es útil para reprender. Creo que todos entendemos lo que significa la palabra reprender, pero ésta es una reprensión para convencer, no es una reprensión para que la persona se sienta mal, no es para que la persona se quede amargada por su culpa, es una reprensión para que se convenza que hay otro camino.
Dice, que es útil para corregir. Y esto significa restaurar a un estado recto y correcto.
Dice, que también es útil para instruir. Y esto es como la formación que se le da a un niño. Y esa palabra instruir, da la idea también de disciplina.
Es muy importante que entendamos que Dios se comporta como padre en relación a nosotros, por eso, cuando nos instruye, lo hace como un padre lo hace con su hijo, no hay padre que ame a su hijo que quiera dejarlo como está, se va a ocupar en darle la mejor instrucción, quiere formarlo de la mejor manera y si de verdad es un padre amoroso, aunque haya recibido una mala formación, buscará dirección de Dios para formar adecuadamente a su hijo.
Ahora, imagínense al Padre que es perfecto, Dios no tiene errores como Padre, Él sabe exactamente como formarnos, pero saben lo más extraordinario, que Dios lo hace en la manera que cada uno de nosotros necesitamos.
La mayoría de ustedes saben que mi esposa y yo tenemos tres hijos, y sólo con tres hijos hay muy diferentes maneras de comportamiento en ellos, aunque quisiéramos no podemos actuar de la misma manera con los tres en asuntos serios.
Ahora, imagínense millones de hijos de Dios, cada uno particular en sí mismo, cada uno siendo como es, cada uno pensando como habitualmente piensa, cada uno teniendo un temperamento particular, y Dios se encarga de instruirnos a la perfección para que recibamos su disciplina y seamos formados. Ése es el cuidado que Dios tiene con tu vida y la mía.
Ahora, de nuevo la Palabra nos da un resultado acerca de lo que ella hace, y el resultado lo dice el versículo 17, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.
Tú y yo tenemos que estar seguros de que somos siervos de Dios, muchos cristianos dicen, no, usted es el siervo de Dios porque usted se encarga de ministrar a la iglesia, yo simplemente, vengo y me siento. ¡No, error! El primer error es venir y sentarte, si no estás haciendo nada, tienes que saber que tú eres útil para Dios y el Señor quiere ponerte en movimiento, por lo tanto, eres su siervo estés donde estés.
Ahora, como siervo no puedes hacer las cosas a tu antojo, el Señor quiere que como su siervo estés totalmente capacitado y equipado para toda obra que sea buena, toda obra buena. Quiere decir que si el resultado de tus acciones es una obra no tan buena, esa obra no vino de Dios, quiere decir que no estás siendo totalmente equipado o capacitado por el Señor para vivir en esas buenas obras.
La Palabra nos dice, que Él ya preparó obras para nosotros y ésas son las que debiéramos experimentar cada día de nuestra vida.
Ahora, en este punto quiero meditar algo que considero muy importante, ¿por qué la Palabra es tan importante? ¿Por qué un libro ha permanecido durante siglos? ¿Por qué es el libro más vendido de toda la historia? ¿Qué es lo especial que tiene este libro?
Yo quiero leer Juan el capítulo 1; y voy a leer el versículo 1 y 14; y lo voy a leer en la Versión Dios Habla Hoy. Dice el versículo 1:
"En el principio ya existía la Palabra;
y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios.
"Aquel que es la Palabra...
Dice, el versículo 14...
...se hizo hombre y vivió entre nosotros. Y hemos visto su gloria,
la gloria que recibió del Padre, por ser su Hijo único,
abundante en amor y verdad."
Juan 1: 1 y 14 (DHH)
¿Saben por qué éste es el más extraordinario de los libros? Precisamente, porque no es ficción, precisamente porque no cuenta buenas historias, porque es Cristo mismo expresado a la humanidad. Desde la eternidad más antigua, la Palabra ya existía, y esa Palabra estaba con Dios y era Dios. En un momento de la historia la Palabra necesitó ser usada por el Padre, porque el Génesis nos dice, que Dios creó todas las cosas por su Palabra, quiere decir que todo lo creado fue por medio de la Palabra. Y para que no tengamos ninguna duda, el apóstol Juan, por el Espíritu Santo, nos dice quién es la Palabra, el versículo 14 dice, Aquel que es la Palabra se hizo hombre y vivió entre nosotros.
La Palabra es Cristo mismo.
¡Cómo cambiaría nuestra visión de la Palabra si cada vez que la leyéramos, no pensáramos que estamos leyendo un libro, sino que estamos leyendo la mente y el corazón de Jesucristo! ¡Cómo cambiaría nuestra visión de la Palabra si en vez de pensar que leemos un libro, pensáramos que nos sentamos en una mesa con Jesucristo y Él nos está hablando de manera personal!
Tan sólo pensarlo, cambia nuestra idea de la Palabra. ¿No sentirías emoción por tenerlo a Cristo en frente, por poder verlo, por poder escuchar su voz audible y que te está hablando todo lo que quiere para ti? Lo hace cada vez que lees la Palabra, lo hace cada vez que lees la Palabra, no necesitas esperar a llegar al cielo. Jesucristo no está esperando a que llegues allá para hablarte, Él te está hablando aquí y ahora, cada vez que lees la Palabra Él abre su boca, Él te dice todo lo perfecto que está en su corazón y que planeó para tu vida, para que tengas una vida con propósito, para que hagas su voluntad, para evitar cualquier error en medio del camino.
La Palabra es perfecta, el propósito del Señor es perfecto, cada vez que Él te habla a través de la Palabra, Él te está mostrando la perfección de tu propósito, si lo escuchas con atención evitarás errores en el camino.
¿Por qué tenemos la idea de que es normal que nos equivoquemos? Yo no estoy hablando de equivocarse en las cosas prácticas de la vida, yo estoy hablando de equivocarse en las cosas que tienen resultado y futuro eterno, me estoy refiriendo a los asuntos espirituales, ¿por qué pensamos que es normal equivocarse? Si Jesucristo es perfecto y su Palabra es perfecta porque es Él mismo, ¿piensas que Él te va a llevar a la imperfección en algún sentido? ¿Él puede tener el objetivo de hacerte tropezar?
Es más, el apóstol Pedro escribió algo muy atrevido, después de hablar y de escribir acerca de las cualidades que tenemos en Cristo Jesús, y que somos algo así como socios de Dios; y que esas cualidades debemos practicarlas y hacerlas aumentar en nuestra vida, dice que si lo hacemos así, no caeremos jamás, no caeremos jamás. La idea de que es normal equivocarse es una idea mundana, es una idea humana, es una idea diabólica y que no está de acuerdo a la Palabra de Dios.
La Palabra es perfecta, Cristo es perfecto, todo lo que Él te hable será perfecto. Por lo tanto, tu camino puede estar limpio para caminar en la voluntad de Dios, así que hablar de la Palabra es hablar de Dios mismo, es la expresión de Dios hecha persona.
Quiero que vayamos a Hebreos, el capítulo 8, Hebreos 8, desde el versículo 7 voy a leer; también leo en la Nueva Versión Internacional, dice:
"Efectivamente, si ese primer pacto hubiera sido perfecto,
no habría lugar para un segundo pacto.
Pero Dios, reprochándoles sus defectos, dijo:
«Vienen días —dice el Señor—,
en que haré un nuevo pacto con la casa de Israel
y con la casa de Judá.
No será un pacto como el que hice con sus antepasados
el día en que los tomé de la mano
y los saqué de Egipto,
ya que ellos no permanecieron fieles a mi pacto,
y yo los abandoné —dice el Señor—.
Éste es el pacto que después de aquel tiempo
haré con la casa de Israel —dice el Señor—:
Pondré mis leyes en su mente y las escribiré en su corazón.
Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
Ya no tendrá nadie que enseñar a su prójimo,
ni dirá nadie a su hermano: “¡Conoce al Señor!”,
porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande,
me conocerán."
Hebreos 8: 7-11 (NVI)
Si ustedes notaron con atención, hubo un Antiguo Pacto, pero el mismo Señor dice, que no fue perfecto, porque si hubiera sido perfecto no se hubiera necesitado otro pacto. Como ese pacto no fue perfecto, Dios estableció un nuevo pacto con la humanidad, un pacto de gracia.
La pregunta es, si el Antiguo Pacto no fue perfecto y Dios quiso establecer un Nuevo Pacto, ¿cómo debe ser este Nuevo Pacto? ¿También imperfecto? No puede ser, este Nuevo Pacto es perfecto. Quiere decir que una vez más comprobamos que todo lo que Dios hace es perfecto.
Quiero hacer una aclaración también, ¿sabe por qué el Antiguo Pacto no fue perfecto? No por Dios, sino por el pueblo de Israel; no tenían la capacidad de agradar a Dios, no podían hacer lo que el pacto decía, no tenían la fuerza interior de cumplir con la ley. Por eso, ese pacto no podía continuar, porque si sólo con una nación el pacto no funcionó, imagínense cuando Dios quisiera extenderlo a todas las naciones de la Tierra, sería un caos que la humanidad intentara agradar a Dios por el Antiguo Pacto. Por eso Dios estableció un Nuevo Pacto, dónde la fuerza, la capacidad para lograrlo, vendría de Él mismo, no del ser humano.
Este Nuevo Pacto, prometía que toda persona sobre la Tierra, que se arrepintiera y creyera en Jesucristo, nacería de nuevo del Espíritu, y Cristo vendría a vivir en él, por lo tanto, tendría la fuerza y el poder sobrenatural para cumplir hasta la última coma de ese pacto, no necesita un esfuerzo personal, no necesita agarrarse la cabeza para ver cómo lo va a lograr, no necesita deprimirse todas las mañanas por no saber cómo va a vivir ese día, puede honrar a Dios todos los días de su vida; y se siente pleno al hacerlo porque sabe que no es él, es Cristo en él.
Estas son las características del Nuevo Pacto, por eso es perfecto, pero este Nuevo Pacto viene con una promesa muy especial para nosotros, dice, versículo 10: Este es el pacto que después de aquel tiempo haré con la casa de Israel —dice el Señor—: Pondré mis leyes en su mente y las escribiré en su corazón.
¿Sabe qué significa esto? Que ahora la Palabra ya no es una influencia externa. Para Israel, la Palabra, era algo externo. ¿Sabes por qué a veces cometemos infracciones de tránsito? Porque la ley no está en nuestro corazón gravada a fuego, es externa, y cuando estamos apurados en la calle y apretamos el acelerador un poquito más de lo debido, tenemos que obligarnos a nosotros mismos a recordar que existe una ley, y que dice que no puedo sobrepasar tal velocidad. Y ahora entro en una encrucijada o llego tarde o hago caso a la ley, como a veces no puedo llegar tarde tengo que evitar la ley, y cuando viene la ley, entonces, me viene la infracción porque la ley no va a cambiar, la ley se mantiene firme, la ley es la que me condiciona mí, yo no condiciono a la ley, no le puedo explicar al señor policía que estoy retrasado en mi horario y que tengo una cita muy importante, y que se justifica que yo vaya a más de la velocidad, el policía no está para entenderme, el policía está para cumplir la ley. Tal vez, por dentro el hombre llegue a decir, pobre tipo este, le arruiné el día, y de verdad que está sufriendo, necesita llegar a tiempo, si fuera por mí lo escoltaría le abriría el camino para que llegue temprano, pobre tipo este, pero aunque lo piense, él tiene que hacer cumplir la ley.
Ahora bien, las leyes de las cuales habla en Nuevo Pacto ya no son externas para nosotros, estas leyes están puestas en nuestra mente y están escritas en nuestro corazón.
Entonces, ahora vamos a analizar esta situación, cuando nos levantamos cada mañana con la firme decisión de honrar a Dios ese día, las leyes que están en nuestra mente y que están escritas en nuestro corazón empiezan a dictarnos de qué manera vivir ese día. Por sí sola, la ley del Nuevo Pacto me muestra el camino a seguir, y aunque yo no me esté dando cuenta, en el transcurso de mi día, veo cumplida la Palabra de Dios en mí; y tal vez esa mañana no leí la Biblia antes de salir, y alguno diría, ¿pero, cómo es que se cumplió? ¿qué pasó? Es muy sencillo, tú decidiste honrar a Dios ese día, la ley que está dentro de ti grabada a fuego, sin que te dieras cuenta, te guió por el camino a seguir y no te permitió equivocarte.
La Palabra nos hace una promesa en el Antiguo Testamento, por más torpes que fuéramos no nos vamos a equivocar. Quiere decir, que no depende de lo inteligente que seamos, no depende de cuántos capítulos leí antes de ir al trabajo esa mañana, la ley está escrita en el corazón, está grabada en la mente y sólo necesita algo de ti, una disposición absoluta a morir a ti mismo y a vivir para Dios.
Por eso, esa idea humana y diabólica de que solemos equivocarnos, es una justificación de que no estamos decidiendo vivir para Dios, y que queremos vivir ciertas cosas a nuestra manera. Todavía guardamos el gobierno de ciertos aspectos de nuestra vida, hay áreas que no queremos entregar al Señor, no hemos renunciado a nosotros mismos ni tampoco hemos decidido cargar con nuestra cruz. Entonces, en medio del camino, la Palabra está a mi disposición, sigue grabada en mi mente, sigue escrita en mi corazón, pero no puede fluir porque necesitó una decisión primero, la decisión en ese día de vivir para Dios.
Avanza el día, y los errores comienzan a ocurrir y yo digo, pero si el Señor me prometió estar conmigo, si el Señor me prometió protegerme, si me dijo que aunque fuera torpe no me desviaría del camino, ¿de dónde salió este error? ¿dónde nació? ¡Ah! Seguro es el diablo que se metió, sí, el diablo siempre pone la cola.
¿No leímos que el Señor es nuestro refugio y cuando creemos a la Palabra trae protección? Entonces, no le eches la culpa al diablo, déjalo tranquilo por un rato, ya bastante tiene con todas las personas a las que está llevando al infierno para que tú y yo además, siendo hijos de Dios, le echemos la culpa porque no hemos tomado decisiones sabias.
Él ya está condenado, no lo condenemos más, los errores son por no haber tomado una decisión, hoy voy a vivir para Dios, hoy voy a hacer Su voluntad, hoy me voy a negar a mí mismo, hoy no quiero darle el gusto a mi carne, hoy no quiero hacer nada que se me antoje, hoy sólo quiero honrar a mi Señor.
La ley escrita en tu corazón empezará a fluir dentro de ti y va a limpiar tus caminos de cualquier impedimento, y vas a llegar al final del día pudiendo darle la gloria a Dios porque viste su presencia manifiesta a tu favor.
Ahora, obviamente, cada vez que nosotros nos exponemos a la Palabra, sale a luz toda esta ley del Nuevo Pacto.
Quiero que entiendan una cosa, que la Palabra diga que las leyes están en nuestra mente y en nuestro corazón, no significa que yo voy a dejar de leer la Palabra, total como ya están escritas. La lectura de la Palabra es la que me trae una consciencia de la verdad de Dios; cuándo yo medito y estudio la Palabra, todo mi ser se empieza a alinear a lo que Dios piensa.
Como personas, nosotros traemos como una carga, diría yo, muchas formas y costumbres de vida que nunca estuvieron de acuerdo a Dios, y aunque queremos hacer la voluntad de Dios, esas costumbres nos regulan porque estamos acostumbrados a ellas. Yo te puedo asegurar, que cada mañana tú haces las cosas básicas de la misma manera, cuando te despiertas y te paras de la cama, lo haces siempre de la misma manera, cuando vas al baño lo haces de la misma manera, ya sigues una rutina y una costumbre, ¿sí o no? Terminamos siendo, un poquito, como animalitos de costumbre.
Ahora, imagínense las formas de vida y de pensamiento que teníamos antes de conocer a Cristo, se hicieron una costumbre y una rutina en nosotros, sólo cuando nos exponemos a la Palabra el Señor empieza a romper esa costumbres, y empieza a mostrarnos que lo que traíamos no es de acuerdo a Su voluntad, entonces, Él empieza a cambiar las cosas, nos da un nuevo pensamiento, una nueva forma de ver la vida, una nueva manera de vivir, un objetivo diferente, sentimientos distintos, objetivos diferentes, queremos vivir la vida de otra forma y empezamos a aborrecer lo de la vieja vida.
Por eso, a partir de ese momento, es que lo que está grabado en nuestra mente y escrito en nuestro corazón puede fluir, porque yo ya me expuse a la Palabra y la Palabra me mostró la verdad.
Ahora, quiero ir a Primera Juan, capítulo 2 versículo 27, 1 Juan 2: 27 vuelvo a leer en la Nueva Versión Internacional, dice:
"En cuanto a ustedes,
la unción que de él recibieron permanece en ustedes,
y no necesitan que nadie les enseñe.
Esa unción es auténtica —no es falsa—
y les enseña todas las cosas.
Permanezcan en él, tal y como él les enseñó."
1 Juan 2:27 (NVI)
Hay algo que no mencioné cuando leímos Hebreos me lo reservé para unirlo a este versículo, decía que nadie necesitaría decirle a su hermano, conoce al Señor, porque todos le conoceríamos. Ésta es otra de las particularidades de este Nuevo Pacto, quiero desterrar de la mente la idea equivocada de que otra persona me tiene que enseñar, no hay ser humano que le pueda enseñar a otro a cerca del Nuevo Pacto, ésa no es una tarea humana, solamente puede enseñar Dios mismo.
Dice, este versículo de primera de Juan, la unción que de él recibieron permanece en ustedes, y no necesitan que nadie les enseñe. Esa unción es auténtica —no es falsa— y les enseña todas las cosas.
La unción de Dios es auténtica y nos enseña todo, no esperes que alguien más te enseñe, lo que alguien puede hacer es transmitirte la verdad de Dios, y de hecho la gracia y la unción de Dios sobre la vida de los creyentes puede hacer que sea más sencillo expresar la verdad de Dios a otras personas, y por eso, para otras personas puede ser más sencillo entenderlo cuando alguien lo explica, pero eso no significa que esa persona me está enseñando; y yo sé lo que muchos están pensando, pero la misma Palabra dice, que nos enseñemos unos a otros. Sí, pero es una enseñanza de transmisión de lo que Dios ya me ha dado a mí. Lo que Dios me mostró y estoy viviendo, es lo que puedo transmitirte como una verdad de Dios. De esa manera enseñamos a otros, pero para que se haga una verdad en tu interior, y para que vivas por ella a partir de ese momento; uno sólo te puede enseñar y tiene nombre, se llama, Espíritu Santo, Él es la unción de Dios, Él es la unción que ha sido derramada sobre nosotros.
Por el Espíritu Santo, toda la verdad de Dios nos es revelada, con el Espíritu Santo nada más queda oculto, todo lo podemos conocer, porque Él no se quiere reservar nada para sí mismo.
Lee Juan 14: 26 conmigo por favor, Juan 14:26 en la Nueva Versión Internacional, dice:
"Pero el Consolador, el Espíritu Santo,
a quien el Padre enviará en mi nombre,
les enseñará todas las cosas
y les hará recordar todo lo que les he dicho."
Juan 14:26 (NVI)
El mismo Juan es el que escribió ambas cosas, ¿qué leímos en la Primera carta del apóstol Juan? Que la unción nos enseñaría, ¿qué cosa? Todas las cosas. ¿Qué dice ahora con respecto al Espíritu Santo? Que iba a ser enviado por el Padre para algo muy particular, para enseñarnos todas las cosas.
Tú tienes que entender una preciosa verdad, cuando dice todas las cosas, es todas las cosas, no es solamente los asuntos espirituales, te va a enseñar cómo vivir la vida, el Espíritu Santo te va a revelar la Palabra para que sepas como ser un varón, como ser una mujer, como ser un esposo, como ser una esposa, como ser un hijo, como ser un padre, como ser un empresario, como ser un empleado, como ser un pastor, como ser un apóstol, como ser un miembro del cuerpo de Cristo, como ser un ciudadano del Reino... todas las cosas.
Todas las cosas de la vida te las enseña el Espíritu Santo, por eso, entiendes que no hay posibilidad para el error, no hay lugar para meter el pié en la piedrita, no es necesario.
Yo sé que tenemos una idea o una teoría, a veces es necesario equivocarse para aprender, hay un refrán en español que dice, que echando a perder se aprende. Pero eso no es verdad en Cristo Jesús, en el Espíritu Santo existe la posibilidad, de ser enseñados en todas las cosas sin que haya errores, esta es la bendición de la Palabra en nuestra vida.
Es necesario que como Iglesia, en este tiempo tan particular que estamos viviendo, la gente empiece a comprender que la Biblia no es ficción, que la Biblia es Cristo mismo expresado en palabras, que la Biblia muestra la esencia de Dios, que la Biblia es la expresión de la voluntad de Dios para el ser humano, que la Biblia no sólo es para leer, es para vivir, es para ser transformado por ella y es para tener una vida extraordinaria sobre la Tierra. Si la Biblia es eso para nosotros, podremos ser una expresión de Cristo y una manifestación de la verdad de Dios sobre esta Tierra.
No tengas en poco lo que la Palabra significa para nosotros, no dejes la Palabra a un costado ni tu vida de comunión con Dios, no pienses que conocer la Palabra es cuestión de unos privilegiados, tampoco pienses que es la ocupación de los dirigentes espirituales, la Palabra es para ti y para mí, no importa la función que ocupemos en el Cuerpo, la Palabra es para que transforme nuestros ser para que estemos conformados a la misma imagen de Cristo, para que todo lo que Él es, lo seamos nosotros en esta Tierra, sin ninguna diferencia.
Por eso, el mismo apóstol Juan escribió, nosotros hemos sido como Jesús en esta tierra...
Yo no sé qué quisieras decir al final de tus días, no sé qué te gustaría declarar cuando estés cercano a morir pero yo quisiera poder decir, he vivido como vivió Jesús en este mundo y quisiera que otros que me han conocido pudieran decir de mí, él vivió de la misma manera que vivió Jesús, era un reflejo de la persona de Cristo, ¿es porque quiero enorgullecerme? Tal vez sí, pero en Cristo Jesús, porque si logro decir eso, o si alguien lo dice de mí, sabré que jamás fue porque yo lo logré, sabré que jamás fue porque le puse todo mi esfuerzo, jamás pudo haber sido porque yo fui perfecto sino porque Cristo es perfecto, porque su Palabra es perfecta, y porque Él como Palabra, se manifestó en mí y a través de mí; y los que me vieron, no vieron a Hernán, vieron a Cristo en mí, ese es el objetivo que tiene la Iglesia sobre la Tierra.
Necesitamos estar llenos de la Palabra de Dios, llenos de Cristo, saber que la Palabra es perfecta, saber que es confiable, saber que es creíble, saber que es útil para todas las cosas de nuestra vida, saber que el mismo Dios la inspiró, ¿para qué? Para que la Palabra sea viva en mí.
Amada Iglesia, muchas veces, tenemos problemas con creer a la Palabra, y yo no sólo quiero decir que lo quiero declarar en este día, dejaremos de razonar lo que la Biblia dice, dejaremos de tratar de meter la Biblia dentro de nuestra cabeza humana, porque cada vez que lo hacemos, dejamos de creerle a la Palabra. Tenemos, muchas veces, conflictos con creer a lo que Dios dice, y creer plenamente tal cual lo dice, siempre ponemos de excusa, que hasta que el Señor no me lo revele no lo podré entender, pero sigue siendo una justificación más, si yo le creo a la Palabra tal cual es, veré las mismas cosas gloriosas que leo allí, pero en mi propia vida.
¿Tú piensas que Dios no ha decidido que vivas prósperamente? Lee la Palabra, te quiere hacer próspero y con un corazón generoso que ya te ha dado para sembrar de acuerdo a esa prosperidad en el Reino de los cielos.
¿Tú piensas que Dios quiere permitir esa enfermedad? Lee la Palabra, cargó Jesucristo con toda enfermedad en la cruz, con todo dolor nada de eso debiera estar ni en ti ni en mí, no es normal tenerlo, es anormal de acuerdo a la Palabra. ¿Cuál pensamiento voy a permitir? ¿el que me dice, que es normal porque toda la gente se enferma? ¿O el que me dice es mentira porque Dios dice otra cosa? ¿Voy a confiar en su sanidad o voy a seguir recurriendo a los métodos tradicionales para alcanzar la sanidad? Métodos, también mentirosos, porque jamás van a producir la sanidad que sólo Cristo pudo producir.
¿Tú piensas que es normal tener dificultades en el matrimonio? ¿piensas que Dios te unió con una mujer o con un hombre, para que te vaya mal? ¿No has leído la Palabra que dice, que hombre y mujer se hacen uno en Él y que esa unidad en el matrimonio es para vivir para Dios? ¿No has leído que Él quiere que tengas hijos que le honren y qué Él te ha prometido que se mantengan firmes esos hijos, si tú les transmites la verdad de la Palabra? ¿Vas a aceptar la rebeldía porque es un muchachito que anda mal en esta época porque se le metieron muchas ideas en la escuela y con los compañeros?
¿Por qué permitimos tantas mentiras diarias y cotidianas en nuestra vida? Son mentiras.
Hay una sola verdad, es Cristo mismo y está expresado en la Palabra.
Cada cosa que Él dice en su Palabra, es verdad, por más loco que suene en este tiempo, ¿quiénes van a vivir esta verdad? ¿quiénes no le conocen? ¿quiénes no han nacido de nuevo? ¿a quiénes no se les ha grabado la ley en su corazón y en su mente? Imposible, la gente sin Cristo no puede vivir la Palabra, aunque quiera creerla y experimentarla, es como Israel, no tiene la fuerza interna para cumplir la Palabra de Dios. Pero tú y yo sí lo tenemos, porque Cristo mismo vive en nosotros.
Así que somos desafiados en este día, por Cristo que vive en nosotros y por la unción, el Espíritu Santo, que vive en nosotros, a vivir toda la verdad de la Palabra, a caminar por ella, y a ser un reflejo de esa verdad en este mundo.
Voy a pedirles que estén de pié, y quiero que oremos juntos al Señor, y al orar al Padre en este día, no solamente vamos a orar por nuestras vidas, sería egoísta hacerlo de esa forma, tenemos que reconocer que si bien somos un Cuerpo local, somos también, parte del cuerpo de Cristo en el mundo y que hay millones de personas llamadas cristianas, pero que no tienen ningún contacto con la Palabra en su vida de todos los días, no buscan a Dios, no quieren saber lo que piensa, no están dispuestos a vivir como Él dice, quieren escuchar cuántas bendiciones van a recibir pero no cuántos requisitos estableció Dios para nuestras vidas. También hoy, vamos a orar por ellos porque una de las cosas que nos enseña la Palabra es a no juzgar a los demás para no ser juzgados, el juzgar sólo trae condenación, el orar creyéndole al Señor puede traer la liberación de esas vidas para que puedan comprender la verdad y puedan vivir a Cristo con toda plenitud. Vamos a orar y levante su voz junto conmigo.
Te damos muchas gracias Padre, en este día te honramos y te agradecemos por tu verdad, tu verdad aparece eternamente, ni una palabrita de tu Palabra va a quedar en el olvido, se cumplirá desde lo primero hasta lo último, y todas tus promesas son verdad en Cristo Jesús.
La Palabra dice, que esas promesas son sí y son amén, por eso hoy, nosotros como parte de tu Cuerpo en esta Tierra, nos rendimos ante ti, porque eso significa rendirse también ante tu Palabra, que tu Palabra nos gobierne Señor, que tu Palabra determine nuestras acciones, que tu Palabra marque nuestra mente, que tu Palabra haga fluir tu ley, que tu Palabra surja de nuestro interior para que no haya un esfuerzo por agradarte sino un resultado lógico de que somos tuyos.
Señor, gracias te damos porque sin tu Palabra no podríamos haberte conocido como te conocemos, aún así, tus leyes estarían grabadas en nuestra mente y corazón, porque el haber nacido de nuevo indica, que todo es nuevo en nuestro interior, por eso la ley está allí, por eso el Nuevo Pacto está allí, por eso la vida de Cristo está allí, por eso la unción del Espíritu Santo está allí, pero como si esto fuera poco, quisiste dejarnos tu Palabra por escrito y esa Palabra nos revela quién eres, cómo eres, cómo piensas, qué es lo que quieres de nosotros, cómo quieres que vivamos, cómo debe ser cada una de las áreas de la vida.
Señor, no hay nada que podamos pensar que no esté en la Palabra, todo está escrito allí.
Por eso, te damos gracias porque tenemos esta verdad pura que es perfecta, que es digna de confianza, que es creíble, que nunca falla, que no nos defrauda, que no nos engaña, que es inspirada por ti, que es útil para enseñarnos, que es útil para reprendernos, que es útil para corregirnos es útil para que vivamos en tu justicia.
¡Gracias por tu Palabra!
Hoy oramos, no solamente por nosotros, oramos por toda tu iglesia en cada país de este mundo para que Tú derrames en ellos lo que significa buscarte de todo corazón, que ya no pretendan seguir viviendo sin buscarte en la Palabra, sin ir a ella para saber cómo piensas.
Señor, hoy oramos por hambre y sed de tu Palabra en tu Iglesia, hoy oramos Señor, porque la Iglesia se arrepiente de vivir lejos de tu Palabra, vivir lejos de tu Palabra es vivir lejos de ti porque Tú eres la Palabra.
Por eso, Señor, no importa cuánto adoremos los domingos, no importa cuánto cantemos, no importa cuánto entreguemos de diezmos u ofrendas, vivir lejos de la Palabra es vivir lejos de ti.
Hoy oramos para que la Iglesia se acerque a ti a través de tu Palabra, y anhele conocerte y estudiarla, pero no estudiarla como en un curso bíblico, no estudiarla como en una clase en la escuela, meterse con el Espíritu Santo para conocer el Espíritu que está detrás de las letras, porque tu Palabra no son palabras escritas sobre una hoja, tu Palabra es lo que está detrás, lo que Tú le imprimiste con tu sello, lo que muestra tu esencia, a eso le podemos llamar tu Palabra.
Por eso, Señor volvemos a ti y volvemos a tu Palabra, para que ella nos enseñe y para que todo lo que está grabado en nuestro corazón y en nuestra mente empiece a surgir de nuestro interior, que sea natural que vivamos en tu Palabra y que cada mañana al despertarnos tomemos una determinación firme, hoy voy a vivir para mi Señor, hoy quiero hacer Su voluntad, hoy renuncio a mi voluntad, hoy me niego a mí mismo, hoy tomo mi cruz niego todos mis intereses personales porque quiero hacer lo que Dios quiere. Entonces, la Palabra surgirá hará efecto en nuestro interior y veremos su evidencia en nuestro caminar.
Y te pedimos a ti, Espíritu de Dios, la unción que pudre el yugo, que sigas llenando nuestro ser Señor, para que podamos ver tu Palabra como Tú solamente la ves, no verla con ojos humanos, no pensar cuando la leemos que eso es imposible de vivir, sino que haya por tu unción Espíritu Santo, un anhelo de vivir cada cosa que leemos. Una convicción de que eso es real, de que está allí para mí, que ha sido preparado para que yo lo experimente y que cuando tenga esa experiencia, otros van a ser influenciados por tu Palabra y dejarán de pensar en tu Palabra como una ficción, pensarán que es verdadera, que Dios mismo expresado y anhelarán vivir por esa verdad.
Si hay algo que este Mundo busca es la verdad, y miles de millones de personas levantan la bandera de su propia verdad, ellos dicen que tienen la verdad, pero esa verdad se contrapone con otras verdades que otros dicen, y otra gente entonces se siente confundida porque cuando intentan encontrar la verdad se les escapa como agua entre los dedos. Solamente, Tú eres la verdad Señor y tu Palabra dice, esa verdad. Tu Palabra declara la verdad, y sólo esa verdad hará libre al ser humano.
Hoy declaramos, que corre tu verdad en medio de las naciones, hoy acallamos las voces mentirosas que usan la Palabra pero para decir mentiras, para decir lo que los oídos humanos quieren oír.
Hoy acallamos las voces que levantan la Palabra para disfrazar la verdad, para disminuir tu Persona, para hacerte quedar en ridículo, hoy ordenamos que se callen esas voces.
Y levantamos en las naciones la voz del Espíritu de Dios hablando a todo ser humano sobre la Tierra y hablando a través de la Iglesia, tu amada, aquella que vive para ti, aquella que se ha entregado como Tú te entregaste, aquella que quiere mostrar el Reino en las naciones.
Levantamos a tu Iglesia, y declaramos, que ella declara tu verdad, que ella la pronuncia, la levanta, ella es la única que vive y la manifiesta, y se convierte en un imán que atraiga a las naciones, a los pueblos, a aquellos que te necesitan los atrae hacia ti.
En el Nombre de Jesús, levantamos a tu Iglesia en las naciones para que con nuevas fuerzas reciba la unción del Espíritu Santo en esta hora, y sean aclarados los ojos del entendimiento, sean limpiados para que puedan ver lo que nunca antes han visto.
Oramos por nuestros amados en las naciones, nuestros hermanos y hermanas en Cristo, para que ellos vuelvan a ti y para que conozcan la profundidad de tu Palabra.
Oramos para que sus ojos sean abiertos, para que no dejen a nadie que los engañe, para que solamente sean guiados por la voz de tu Espíritu.
En el Nombre de Jesús, lo oramos rogándote a ti, pero declarándolo con autoridad, sabiendo que Tú lo haces porque es el deseo de tu corazón y has establecido que a través de tu Nuevo Pacto tus leyes estén en la mente y estén escritas en el corazón de todos lo que te pertenecen.
En el Nombre de Jesús, es hecho para gloria de tu Nombre y para la manifestación de tu Reino en las naciones, en el Nombre de Jesús, amén y amén.
Gracias Señor, gracias rey, gracias rey.
Sólo quisiera decir por último, que aprendamos a disfrutar de la Palabra, busquemos la oportunidad para leer la Palabra en casa como familia, y démosle tiempo al Señor para que se revele a nosotros.
Cada vez que en casa, como familia buscamos y tenemos ese tiempo, nos damos cuenta como el Señor nos enseña con pequeñas cosas, hay detalles de la Palabra que saltan a la vista y que nos hacen ver algo que nunca antes habíamos visto, y muchas veces leemos algo en el Antiguo Testamento y luego vamos al Nuevo Testamento y quiero decirle que leemos en orden, si estamos leyendo un libro y quedamos en el capítulo 10 la siguiente vez seguimos en el mismo libro en el capítulo once, y lo mismo hacemos con un libro del Nuevo Testamento, pero es impresionante ver que algo que leemos en el Antiguo Testamento, Dios lo ratifica en el Nuevo, con una comprensión mayor porque pertenece al Nuevo Pacto.
Disfrutemos la Palabra de Dios, démosle tiempo para que nos hable, meditemos en ella, quedémonos pensando en aquello que nos dijo, y siempre diré que no se trata de cuántos capítulos o versículos leímos, tú ya sabes quién es tu maestro, pídele al maestro, al Espíritu Santo, que te enseñe todas las cosas como prometió Jesús.
¿Piensas que no lo hará? Si es una promesa de Jesús, lo hará, lo verás claro como el agua y podrás ver todo lo que Dios tiene para ti.
Así que declaro, que no sólo habrá comprensión, sino que habrá un deleite a partir de ahora en la Palabra.
La gracia y la paz del Señor está con cada uno de ustedes, amén.
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