en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
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Yo quiero que usted busque en la Palabra, la segunda carta a los Corintios, capítulo 2... ¿Sabe que a mí me llama mucho la atención, las dos cartas a los Corintios porque tienen un denominador común, Pablo muchas veces les tiene que decir a los corintios que son inmaduros, que son como niños, los tiene que regañar con amor pero como buen papá, porque Pablo era el papá espiritual de la Iglesia.
Pero lo que me llama la atención es que muchas de las cosas más importantes para el desarrollo de la vida cristiana, precisamente, están dichas en estas dos cartas a los Corintios.
Pablo no se detuvo solamente en decirles ustedes están mal en esto, en esto y en esto.
Pablo les dijo no les puedo hablar como a espirituales, les tengo que hablar como a carnales, porque son duros de entendedera, pero siempre les mostró la otra cara de la moneda.
¿Por qué le digo esto? Porque muchas veces nosotros nos quedamos con una parte de lo que vemos o de lo que vivimos, aún lo digo en el ámbito espiritual, aún lo digo como siervo de Dios, porque muchas veces he visto algo que no funciona y veo eso, pero me olvido que hay otra cara de la moneda que es lo que va a suplantar eso que está mal, es lo que le va a dar (permítame el término) una patada a esto que no funciona por
Entonces lo que viene de Cristo desaloja lo que es de nuestra naturaleza para que, simplemente, quede aquello que realmente vale.
Por eso, cuando lea las cartas a los Corintios tiene que darse cuenta que, Pablo como buen padre espiritual, les decía lo que les debe decir, los regañaba y a veces fuerte, pero nunca les dejaba de decir la verdad espiritual que iba a transformar la vida de los Corintios. Lo digo porque en su ámbito y en la función que tiene, tiene que aprender a hablar de la misma manera, porque siempre en toda situación se va a encontrar con algo negativo, algo que no está bien, algo que no funciona, algo que tiene que ser transformado, pero si usted lo desaloja a los empujones nunca eso va a ser desalojado.
Ahora, si empieza a rescatar lo que de Cristo ha recibido, eso va a empezar a salir del lugar que ocupó, del mal lugar que ocupó porque no le corresponde y lo que realmente es de Cristo es lo que va a prosperar.
Entonces fíjese conmigo lo siguiente:
“Sin embargo, gracias a Dios que en Cristo siempre nos lleva triunfantes y,
por medio de nosotros, esparce por todas partes la fragancia de su conocimiento.
Porque para Dios nosotros somos el aroma de Cristo entre los que se salvan
y entre los que se pierden. Para éstos somos olor de muerte que los lleva
a la muerte; para aquéllos, olor de vida que los lleva a la vida.
¿Y quién es competente para semejante tarea?
A diferencia de muchos, nosotros no somos de los que trafican
con la palabra de Dios. Más bien, hablamos con sinceridad delante de él en Cristo,
como enviados de Dios que somos.”
2 Corintios 2:14-17 NVI
Esto que Pablo está diciendo es más que poderoso, porque también habla de una supuesta situación negativa, porque en el versículo 12 dice que se le habían abierto las puertas en Troas para predicar el evangelio.
“Aun así, me sentí intranquilo por no haber encontrado allí a mi hermano Tito,
por lo cual me despedí de ellos y me fui a Macedonia.”
2 Corintios 2:13
Quiere decir que Pablo tenía las puertas abiertas en una ciudad como Troas, para predicar el evangelio pero al no encontrar a Tito, se sentía intranquilo, no tenía paz. Dejó ese lugar y se fue a Macedonia! Cualquiera podría decir: ¡Pero Pablo se deprime a la vuelta de la esquina!¡Le pasa cualquier cosa y en seguida lo toma todo a mal! No, Pablo sabía que aún en eso, de todas maneras Dios estaba en el medio y él cuando se veía a sí mismo, a pesar de no encontrar a Tito, dice: ¡Gracias a Dios que Él siempre nos lleva en un camino de triunfo!¡Siempre somos triunfantes en Cristo Jesús!
¿Qué le parece cuando usted tiene una situación difícil? Que lo primero que piensa es: ¡Cómo voy a solucionar esto! ¡Quién me va a sacar de este problema! ¡Ahora cómo vamos a hacer! ¡No me alcanzaría ni el dinero, ni el tiempo, ni el esfuerzo!
Se da cuenta cómo muchas veces en el ámbito de todos los días nos movemos naturalmente, ahora usted cámbielo y ante una situación ahora usted diga: ¡A pesar de esto, siempre Dios nos hace triunfantes, así que le doy gracias porque el triunfo está asegurado en esta situación!
Yo con esto no quiero trasmitirle la idea de estar siempre sobre las nubes, no es así, porque lo que pasa es que Dios conoce la intimidad de nuestro corazón, si nosotros declaramos algo con la boca que nuestro corazón no afirma, fueron puras palabras, ante Dios no sirve para nada. Pero cuando nuestro corazón afirma lo que nuestra boca dice, eso tiene poder y no hay ningún problema que usted vaya a Dios y le diga: ¡Señor! Aquí está la situación. ¡Señor tú sabes cómo está esto! ¡Tú sabes lo que esto a mí me genera! Pero yo no quiero pecar contra ti, mucho menos quiero estar ansioso, mucho menos quiero estar intranquilo, mucho menos quiero ofenderte, mucho menos quiero darle lugar a mí carne. ¡Señor glorifícate, yo sé que tengo la victoria!
Por eso, no es andar caminando por las nubes, es expresarle a Dios cómo está la situación pero desde la posición correcta. Y Pablo dice: Dios siempre nos lleva triunfantes
Y dice después:
Por medio de nosotros, esparce por todas partes la fragancia de su conocimiento.
Porque para Dios nosotros somos el aroma de Cristo
entre los que se salvan y entre los que se pierden.
Hermano, la Iglesia de Jesucristo tiene que despertar a esta realidad espiritual porque pareciera más fácil, más sencillo trasmitir el aroma de Cristo dentro del ámbito del edificio, porque el Cuerpo está reunido, porque estamos alabando y adorando a Dios, porque todos tenemos el mismo corazón y el mismo sentir, porque nadie o casi nadie está aquí con una intención diferente, aquí es más fácil percibir el aroma de Cristo.
Pero Pablo no dice eso, Pablo no dice: Cuando ustedes se reúnen, cuando todos nos reunimos como Cuerpo, entonces ahí, esparcimos el aroma de Cristo. ¡No dice eso! Pablo dice: ¡En todas partes donde estemos, Dios manifieste el aroma de Cristo a través de nosotros! Somos ese aroma, y fíjese bien: Tanto para los que se salvan como para los que se pierden.
Esto está tremendo, porque nosotros siempre pensamos que nos vamos a encontrar con puras personas que todas se quieren salvar, y le tengo una mala noticia, triste para nosotros y mucho más para Dios: Hay personas que por la dureza de su corazón no quieren salvarse. Pero porque no quieran salvarse, eso no significa que no puedan percibir el aroma que tienen que percibir.
Cuando tú y yo estamos en un lugar:
¡La esencia del aroma de Cristo tiene que olerse! Y sabes que pasa con ese aroma: Para los que se salvan es un aroma rico, delicioso, agradable; pero para los que se pierden, es un aroma que les preanuncia su muerte espiritual.
Por eso Jesús dijo: Yo no vine a condenar al mundo sino que vine a salvar al mundo, pero los que van a ser condenados se condenan a sí mismos por no creer.
Yo me muestro como el Hijo de Dios a todos por igual pero hay unos que deciden no creer y desde el momento que toman esa decisión están declarando su muerte eterna.
¡Mi hermano el aroma de Cristo tiene que ser para el mundo por igual! Donde tú estás, a ti no te tiene que importar aquellos que rechazan, ellos tienen que seguir percibiendo el aroma, además tú nunca sabes y yo nunca sabré si alguno de ellos, en algún momento de su vida alcance el arrepentimiento y se vuelvan a Dios. Pero si no hay aroma que percibir ¿Cómo van a saber llegar a Cristo?
No se trata de palabras y eso es lo que quiero que veamos por la Palabra, no se trata de mucho hablar, no se trata de mucho conocimiento, porque el conocimiento no es el que transforma las vidas; es la misma persona de Cristo manifestada de una manera tangible, palpable y real. Somos el aroma de Cristo para que los que no conocen a Dios puedan decir: ¡Yo sé que existe! Aunque no quiera creer se que existe, es verdadero y no es un cuento.
Eso no lo alcanzamos por muchas palabras, por eso el evangelio no es transmisión de un mensaje, ni de palabras, el evangelio es mucho más que eso, pero hay que partir de una base, hay que saber que como hijos de Dios, como Iglesia, estamos plantados en el mundo para mostrar, para despedir de nosotros el aroma de Cristo, para que los que nos rodean tengan testimonio de quién es Cristo a través de nosotros.
“Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere.
Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí
para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras,
con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios;
de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico,
todo lo he llenado del evangelio de Cristo.
Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo
ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno,
sino, como está escrito:
Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán;
Y los que nunca han oído de él, entenderán.”
Romanos 15: 17-21 RV 60
¿Cómo dice Pablo que él manifestaba el aroma de Cristo? Pablo dice: Yo como enviado de Cristo, como apóstol de Jesucristo, he llenado todo con el evangelio desde Jerusalén hasta Ilírico, un hombre con un equipo apostólico. Mi hermano despertemos a la dimensión a la cual Dios nos llamó, porque una Iglesia apostólica es una Iglesia que llena el mundo con el Evangelio del Reino. ¡Que es el evangelio de poder!
Por eso cuando hablamos del mundo y de las naciones, no estamos soñando, estamos hablando de una realidad para la Iglesia. Porque si un hombre con un equipo de poquita gente, pudo llenar una región tan grande del mundo conocido de su época, cómo no podrá la Iglesia de Jesucristo llenar el mundo con el mensaje verdadero del Señor. Se da cuenta que estamos circunscriptos a un pequeño terreno de acción, nosotros decimos:
Aquí estoy este es mi ámbito. Y Dios dice: No, ése no es tú ámbito, tú ámbito son las naciones aunque estás en una oficina, el mensaje que transmites tiene que alcanzar a todas las personas.
Por eso Pablo dice: Yo hablé de esto con palabras pero con señales, con prodigios portentosos y con el poder del Espíritu Santo. ¡Iglesia llegó el tiempo de la manifestación del evangelio del Reino con poder! ¡No son palabras solamente! ¡Están las palabras, pero las palabras fluyen en el mismo poder de Dios! Porque cuando salen palabras de tú boca, son las palabras inspiradas del Espíritu que con su poder calan en lo más profundo y rompen el alma y el entendimiento de esa gente para destruir lo que el diablo levantó por años, romperlo hacerlo pedazos y que se implante la verdad del evangelio. ¡No son palabras simples de la comunicación del evangelio! ¡Por eso, no te sirve el método! El volante, el folleto, las cuatro leyes espirituales. No tengo nada contra eso, no critico a nadie porque ¡Gloria a Dios! Que hubo hombres que por lo menos despertaron algo en los hijos de Dios con esas cosas.
¡Gloria a Dios por ellos y los bendigo!
Pero estamos en otro tiempo, estamos en el tiempo donde además de presentar al Cristo que conocemos, pueden salir dos palabras de nuestra boca que sean inspiradas por el Espíritu y eso hace que se derribe lo que por muchos años estuvo en pié porque fueron palabras del Espíritu.¡Esas palabras contienen el poder de Dios!
Por eso Pablo dice: Yo llené todo esto pero no con palabras solamente. Yo me moví en palabras, en el poder en la potencia de Dios con señales, con prodigios, con milagros, poder del Espíritu Santo, para que el evangelio se haga real.
Eso no significa que todas las regiones que Pablo visitó, todas hayan sido transformadas, no significa eso. Pero lo que si significa, que cuando esa gente esté ante el trono de Dios, no podrá decir que no conoció la verdad del evangelio del Reino, aunque digan que no supieron la verdad de Dios para sus vidas.
Por eso mi hermano, que seamos el aroma de Cristo es mucho más que ser personas decentes amables que sonreímos, que siempre tenemos una palabra de ánimo para los demás, es mucho más.
Ser personas que transmiten el evangelio de poder, significa que usted y yo somos atrevidos en Dios para orar por alguien, para desatar una palabra de autoridad.
No se piense que usted tiene que ser profeta para darle una palabra de Dios a alguien, no es necesario, si usted está escuchando una situación y en su espíritu sabe lo que le tiene que decir por la Palabra, lance esa palabra y sáquela de su espíritu para transformar la vida de esa persona con autoridad y con poder. Pero muchas veces sabemos lo que tenemos que decir y llegamos el domingo y le decimos a los pastores:
¡Pastor me pasó algo y yo sabía lo que tenía que decir pero no me animé! ¡Es que como yo nunca soy así de andar compartiendo, soy más bien calmadito! Y... teníamos en nuestras manos la posibilidad de liberar una vida por el poder del Espíritu y nos guardamos la palabra...
Fíjese, preste atención, porque lo digo con la autoridad de Dios y con todo respeto: Para nosotros es más fácil pasar y compartir una palabra que Dios nos dio porque nos sentimos seguros en el ámbito de la Iglesia.
¡Iglesia te desafío que así como pasas aquí y das una palabra de Dios, mañana en tú oficina, en tu escuela, mañana con la misma autoridad y con la misma libertad tú lances una palabra que sale de la boca de Dios para transformar una vida!
Eso es mucho más poderoso, porque eso es un evangelio de Reino.
Y una Iglesia que se sabe apostólica y profética en su esencia, en sus entrañas sabe lo que es, no lleva un título, no hace alarde de su conocimiento, no ora por la Iglesia de Jesucristo diciendo: Como nosotros ya estamos un pasito más arriba y nos sentimos superiores, ya estamos bajo cobertura. Eso no es, es decir: mi brazo posiblemente en Suecia, en China, en Perú, mi pierna, mi oreja, no se olvide que somos una Iglesia universal, estamos muy cómodos como Cuerpo local, pero somos una Iglesia universal.
¡Esa Iglesia está sufriendo y si sufre yo sufro!
Con ese entendimiento oramos por la Iglesia de Jesucristo, si oramos así yo le puedo asegurar que además de lo que Dios habló, Dios lo va hacer en respuesta a su Iglesia que ora con amor por su propio Cuerpo y que no lo desprecia, ni lo rechaza, ni se cree superior.
Por eso una palabra salida con la autoridad de Dios puede transformar una vida, el aroma de Cristo es la misma esencia de Cristo manifestada en un evangelio que transforma las vidas.
“Lo cierto es que, si Dios quiere, iré a visitarlos muy pronto,
y ya veremos no sólo cómo hablan sino cuánto poder tienen esos presumidos.
Porque el reino de Dios no es cuestión de palabras sino de poder.”
1 Corintios 4:19-20 NVI
¡Éstas son las bofetadas de guante blanco! Donde uno se siente mal porque no puede responder, porque no puede decir nada. Fíjese la autoridad apostólica. Pablo les dice: Pronto los voy a ir a visitar, pero yo quiero no solamente escuchar las palabras, sino que quiero ver el poder de esos que están hablando tanto.
Una cosa es transmitir un mensaje, otra cosa es manifestar el poder de Dios, son dos cosas completamente diferentes, ahora cuando el mensaje contiene poder, eso es glorioso. Por eso Pablo puede afirmar: el reino de Dios no consiste en palabras sino en poder...
Usted no piense en ningún momento que hay alguien que tiene tanta sabiduría para hablar que puede cambiar a una persona, como yo no la podría cambiar porque mis palabras no son suficientes, eso es una mentira diabólica, porque no son palabras. Porque lo que esperamos ver cada domingo es un terreno preparado por nosotros, como Iglesia, donde el poder de Dios ya se está empezando a ver y a palpar; y cuando la gente esté acá no va a poder resistir a la manifestación del poder de Dios.
Son dos cosas diferentes.
Pero nos hemos acostumbrado Iglesia, a que todo lo hace alguien más. Es otro el que lo va a hacer por mí. ¡Ya bastante con que lo invité!¡No me pidan más!
Entonces ahí está: Por años esperando y que el ministerio de teatro: ¡Preparen una obra evangelística y que sea poderosa, tremenda y que salgan cohetes espaciales del teatro, porque tiene que ser algo sorprendente! ¡Los vamos a ganar para Cristo! Y pobre... ¿Qué culpa tiene el ministerio de teatro?
Claro porque si la Biblia dijera que el ministerio de teatro es el responsable de transmitir un evangelio de poder, entonces yo le digo a partir de ahora deleguémosles todo, que prediquen ellos, que hagan las obras, que se suban arriba de donde quieran, que hagan como se les de la gana, pero que ellos transformen al mundo entero. ¡Estamos mal!
¡Es una herramienta! Que Dios pone en nuestras manos, así como este teatro es una gloriosa herramienta que Dios pone en nuestras manos, porque para que el teatro haga estas obras ¡Gloria a Dios! por este teatro, porque si lo tendría que hacer en un salón de 5 por 10 mts. Estarían haciendo la obra arriba de la cabeza de los invitados.
¡Gloria a Dios! Porque tenemos un teatro y un escenario donde mostrar.
Pero eso no es toda la tarea, hay un Cuerpo que sabe hacer la tarea previamente, que no trae invitados, porque solamente logró con mucha astucia convencerlos, que les rogó tanto después de siglos que no quieren saber nada pero como ya lo tenían hartos dijeron que sí por compromiso; y va a venir, pero así como viene se va a ir, pero la Iglesia no puede traer a alguien porque logró convencerlo y lo arrastró hasta acá.
Hay un tiempo para manifestar el poder de Dios y que los que vengan a este lugar, ya estén convencidos que hay un solo Dios verdadero y que sientan ese cosquilleo interno de que acá algo les va a pasar, algunos hasta van a venir diciendo:
¡Yo sé que si piso ese lugar, algo me va a pasar, pero tengo que ir! ¡Un evangelio de poder!
Esto es algo que a mí de manera particular me impactó, por un versículo que vamos a leer más adelante y que voy a volver a recordar, pero al ver en la Escritura, pude tener entendimiento de lo que el Espíritu de Dios está hablando.
“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden;
pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.”
1 Corintios 1:18
Uno puede confundir estos términos: Antes leímos que somos el aroma de Cristo, tanto para los que se pierden, como para los que se salvan. Y podemos entender que cuando hablamos tanto de los que se pierden como de los que se salvan, estamos hablando de personas ajenas a nosotros. Pero aquí Pablo, por el Espíritu, le da un giro al evangelio, porque dice: “La palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.”
Y yo pude entender por el Espíritu, porque a veces hay un cortocircuito, una separación entre lo que sabemos pero que no podemos aplicar, Pablo podía afirmar que el evangelio antes que para ninguna otra persona, para él había sido poder de Dios. ¡Y era poder de Dios!
Lo voy a explicar mejor: Nosotros sabemos lo que antes leímos, que el reino de Dios no consiste en palabras sino en poder. Sabemos que el evangelio es poder, lo sabemos. Pero la pregunta aquí es: ¿El evangelio de Cristo, para tu vida de todos los días es poder de Dios? De lunes a domingo tú vives una vida de poder por la vida de Cristo que te habita. De lunes a domingo tú te mueves en lo sobrenatural como algo normal porque Cristo está en ti.
Ésa es la pregunta, porque, si el evangelio del reino, este evangelio de poder, no es primero para mí, no lo podrá ser para nadie más. Si primero a mí el evangelio no me ha llevado a una dimensión sobrenatural de mi vida, entonces yo voy a transmitir la misma dimensión en la que estoy viviendo.
Antes de seguir explicando esto quiero leer algo que está muy unido:
“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios
para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.”
Romanos 1:16
El apóstol Daniel Dardano nos decía que esta palabra poder es la palabra original dunamis que significa dinamita. Es algo que cuando se manifiesta explota todo, en definitiva, nada puede quedar igual por la manifestación del poder de Dios, eso es poder. Pero yo me detuve; y voy a ser sincero se detuvo mi esposa, se volteó y me dijo: Si, pero viste que Pablo dice no me avergüenzo, y yo me quedé, claro cuando obviamente, a uno le dicen algo de eso, ya se queda con el bichito. Es verdad Pablo dice, el evangelio es poder de Dios, está bien es correcto el énfasis, pero Pablo dice algo, que hasta podría animarme a decir, que es más poderoso que eso, dice: No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios...
Pablo no dice: ...no me avergüenzo del evangelio, punto, es poder de Dios.
Pablo dice: No tengo vergüenza del evangelio porque he comprobado que el evangelio es poder de Dios para mí, yo vivo en el poder de Dios todos los días de mi vida, me funciona y como me funciona, le va a funcionar a quien sea.
Parece muy simple, pero esto a mí me trajo entendimiento de porqué muchas veces no podemos transmitir lo que sabemos que debemos transmitir: ¿Sabe por qué Iglesia? Porque somos nosotros los que muchas veces no estamos desafiándonos y desafiando a Dios a vivir en el poder de Dios cada día.
Llegó el tiempo de que ya no esperes que la solución en la oficina venga por tu mucho trabajo, esto lo pensaste hasta ahora, pero se acabó ese tiempo.
Tú tienes que decir:
¡Yo estoy acá Señor y si no veo tu poder en este asunto yo no me voy a esforzar porque voy a hacer las cosas a mi manera y así el único que se lleva la gloria soy yo, y voy a poder decir, sí se solucionó pero porque me maté y porque llegué a casa todas las noches desesperado, preocupado y mal con la situación y me rompí la cabeza y le busqué la vuelta hasta que solucioné este asunto!
Dios ya no quiere más esto para su Iglesia! ¡Dios dice: ahora es tiempo de poder, poder, poder... Una dinamita a la cual tú le enciendes la mecha cada día y esperas que explote. ¡Si te destruye una parte! ¡Gloria a Dios! Porque esa parte ya no servía. ¡Claro si explotó y algo no quedó en pié, esa parte no servía para nada! ¡Gloria a Dios, pero que explote para algo, porque el evangelio es poder!
Llegó el tiempo para que tú creas que tú oración va mover las montañas. Porque si no lo leemos, la historia está linda pero no sirve. Para el siglo XXI la historia ya no sirve. Porque dentro de algunos días; ese Papa, el Señor mostró proféticamente que se fue por un abismo; el diablo ya preparó otro abismo más grande, para levantar a otro perverso y sentarse en ese trono.
¿Y vamos a seguir diciendo que si oramos con fe la montaña se va a mover? ¡No! ¡Es tiempo de que mueva la montaña! Porque los ojos del mundo hoy están puestos en el Papa; y los mexicanos esperaron que saliera el papamóvil. ¡Una estupidez! Para ver como el papamóvil iba por la calle hasta llegar a la Basílica. ¿A quién se le ocurre? Solo a un pueblo cegado por el pecado. Pero si este pueblo no deja de ver lo que está viendo y voltea, porque ve a otro pueblo que hace mover una montaña por el poder de Dios, entonces las naciones del mundo nunca verán el evangelio de poder.
Pero empieza en casa y todos los días, ni te lamentes más, ni llores más, ni sufras más, ni te des la cabeza contra la pared, ya no sirve.
Dile al Señor: ¡O es tu poder en esto o yo no me muevo más!
Pero una vida natural, yo no la quiero, naturalmente yo no me muevo, porque para eso no soy hijo de Dios, no me hiciste tu hijo, no me diste la vida sobrenatural de Cristo.
¡Si la Biblia afirma que el mismo poder que levantó a Cristo de la tumba habita en mí! ¿Por qué yo no resucito a esa vida? ¡Yo quiero vivir una vida de poder, ya lo natural se acabó para mí, no lo quiero más, estoy cansado de lo natural!
Por eso Iglesia: Llega un momento cuando lo que es rutinario, de todos los días te tiene que asquear, te tiene que hartar y tu tienes que decir basta, porque Dios no me llamó para esto. ¡Esto no es la vida de Cristo que recibí!
¡Así nadie va a ser transformado! Y Dios tendrá que esperar siglos y siglos y siglos hasta ver una Iglesia que transforme el mundo.
Yo por lo menos quiero estar dispuesto a estar preparado en lo personal, en lo matrimonial, en lo familiar.
Como ministro de Dios preparar a la Iglesia de Jesucristo para que aunque no lo vean nuestros ojos, nuestros hijos lo vean y lo arrebaten, que estemos caminando en pro de eso, que les podamos mostrar a los chiquititos, que se puede vivir en el poder de Dios.
¡Que funciona! Que no somos teológicos, espiritualoides, que somos reales. Y cuando las cosas en casa están mal, no nos ponemos ni a desesperar, ni agarrarnos de la cabeza, ni a sufrir, ni a llorar por los rincones. La casa es explotada por la dinamita de Dios hasta que todo se transforma, algo va a pasar, pero confiamos en Dios.
Cuando tú vives así en lo sobrenatural dejas de depender de lo que ves y de lo que no ves, del tiempo y del no tiempo. Y de esto si les puedo asegurar, que tanto mi esposa como yo, les podemos dar fe, que uno puede esperar cosas durante años pero cuando uno sabe que Dios está en el medio a uno no le importa el tiempo, uno está en paz; y a veces uno siente ese bichito y esa ansiedad.
¿Y qué pasará, esto no cambia? Pero Dios es fiel; y cuando mi esposa y yo que no lo esperábamos Dios decide hablarnos y usa a pastor José Luís para darnos una palabra; y yo digo: ¡Señor gracias! Porque no te olvidas de todo lo que te hemos dicho y te hemos orado tú no te olvidas. ¡Tú no estás haciéndote el tonto Señor mirando para arriba y diciendo que mis hijos se las arreglen ahí, estás viendo a ver cuando comienzan a pedirte las cosas de peso para tú Señor decir ¡Ahora les muestro mi poder! ¡No lo muestra porque nosotros no nos movemos en eso!
Fíjese, Jesús tomó a los doce y les delegó autoridad y les dijo que vayan por los pueblos que entraran a las aldeas, que predicaran, que sanaran enfermos, que liberaran a personas con demonios. Después tomó a setenta e hizo lo mismo, hermano, fueron personas que “No habían nacido de nuevo” y por la palabra de autoridad de Jesús lo hicieron. ¡No tenían la vida de Cristo porque Jesús no había muerto ni resucitado, pero lo hicieron! Porque cuando sale una palabra de la boca de Dios, eso es real en el ámbito espiritual.
Sin la vida de Cristo afectaron a todas las aldeas, es más hasta les dio autoridad para que si en algún lugar los rechazaban, sacudieran el polvo de los pies y les dijo que el castigo para esas ciudades iba a ser peor que el castigo para Sodoma y Gomorra.
¡Miren la autoridad que les dio! A ochenta y dos personas, sin nacer de nuevo.
¡Nosotros tenemos todo! ¡Sabemos todo lo que la Biblia dice! ¡Y escuchamos un mensaje poderoso cada domingo! ¡Y todavía no recorremos las aldeas para sanar enfermos, para liberar endemoniados, para traer la paz y la gloria de Dios a un lugar y que llegue el Reino!
Por eso Pablo dice: no me avergüenzo del evangelio... No me avergüenza, porque para mí ha sido poder de Dios y lo sigue siendo. Por eso, si alguna vez has dicho esta es mi oportunidad de hablar pero te quedaste callado y te dio vergüenza y dijiste: como lo voy hacer. ¿Sabes que está pasando? El Espíritu de Dios te está enfrentando, a que estás viviendo un evangelio que no es del todo real.
Yo sé que estoy diciendo cosas fuertes, pero es un evangelio que no es del todo real, es muy bonito, se siente bien, pero no es real. ¡Porque el evangelio real, es el evangelio de poder! Es el evangelio que transforma nuestra vida completamente, es el evangelio que hace las cosas diferentes aunque nosotros creamos que nunca van a poder cambiar, ese es el evangelio en el cual creímos.
Es un evangelio de poder y dice: para salvación a todo aquel que cree...
No pienses que Pablo está diciendo: este evangelio yo he comprobado que es de poder y va a salvar a la gente de sus pecados y les va a dar vida eterna. Pablo jamás podría pensar así, cuando dice para salvación, esa palabra salvación incluye salvación de todo el ser, transformación completa y personas que del pecado y las tinieblas pasan al reino de Cristo para insertarse al Cuerpo y en soldado del ejército. ¡Pablo no está pensando: ahora Dios te perdonó los pecados!
¡Gloria a Dios!
De qué sirve que te perdonó los pecados si no vives como Dios quiere, así como obtuviste la salvación un día la puedes perder. Eso no es vida de Cristo. La vida de Cristo te hace unir al Cuerpo y te hace un soldado preparado para luchar.
Por eso, Pablo podía decir: No me avergüenzo del evangelio porque es poder de Dios.
He comprobado para nosotros, los que nos salvamos, el evangelio es poder.
Yo sé que a partir de ahora, a partir de esta palabra el Espíritu de Dios te va a enfrentar a cada rato con esto que estás oyendo, te lo puedo asegurar por el Espíritu y yo declaro que así va a ser. Porque vas a pensar dos veces antes de tomarte el medicamento, vas a pensar tres veces en seguir parado en tus esfuerzos, vas a detener tus lágrimas cuando te des cuenta que estás ofendiendo a Dios con tus lágrimas y que tus lágrimas no lo conmueven, sino que lo enojan. El Espíritu Santo te va a enfrentar. ¡Porque Dios habló y no hay marcha atrás! Dios está preparando una Iglesia poderosa, una Iglesia que sabe lo que es y que muestra el poder de Dios afuera.
Qué más querríamos nosotros que cada domingo este lugar se transformara en una tremenda fiesta porque todo esto está lleno porque hay una Iglesia que muestra este poder afuera y por ende este lugar se llena porque hay gente que busca el poder de Dios.
Pero fíjense como somos los seres humanos, aún los hijos de Dios, esperamos fechas, campañas, tiempos especiales, esfuerzos evangelísticos. Por eso tantas veces se dijo, tantas veces escuchamos nosotros al apóstol Daniel decir: “Los milagros a una Iglesia apostólica lo le tienen que sorprenderla, los milagros son el piso”. Y es verdad, porque hoy todavía a nosotros un milagro nos enloquece, nos quita el sueño, nosotros tenemos que vivir en el ámbito de los milagros, tiene que ser normal.
¡No crea que yo lo estoy predicando y lo estoy haciendo desde una posición más alta que ustedes! No. Porque yo sé la responsabilidad que esto trae para mí. Para nosotros, somos uno no les queda más remedio. Nos trae responsabilidad, pero yo siempre les he dicho algo y se lo he dicho a mi esposa: ¡Yo prefiero morirme como una persona que le creyó a Dios hasta el último segundo y no morirme como una persona que se vio muy buen cristiano pero que no hizo nada! ¿Qué tendrá más gloria morirse por una enfermedad porque yo le creí a Dios que me iba sanar o estar sano porque el médico me operó? ¿Qué tiene más gloria? ¡Dígame usted!
Por eso, hay aquí los historiadores y esta gente que hizo la Biblia que juntó todos los escritos puso en Hebreos el capítulo 11, un título que llaman “los héroes de la fe” y dicen que fulano hizo tal cosa porque creyó a Dios y mengano hizo tal otra... Y aquel hizo lo otros... y ya más cerca del final dice:
Y algunos murieron sin haber visto lo prometido, pero murieron creyendo...
¡Eso tiene más gloria porque lo dice la Palabra! Yo prefiero morirme como un loco que le creyó a Dios hasta el último segundo y no como uno que sigue en pié para molestar a los demás, pero fue salvado por la mano humana.
¡Iglesia Dios nos está llamando a vivir una vida de poder; y no digo un tiempo de poder! Es una vida de poder, porque un tiempo se acaba tiene principio y fin una vida es siempre, permanente.
“De hecho, aunque tuvieran ustedes miles de tutores en Cristo,
padres sí que no tienen muchos, porque mediante el evangelio
yo fui el padre que los engendró en Cristo Jesús.
Por tanto, les ruego que sigan mi ejemplo.”
1 Corintios 4: 15 y 16 NVI
Pueden preguntarse ¿Qué tiene que ver esto con el evangelio de poder? Tiene mucho que ver, se lo voy a explicar:
En todos los años que tengo de conocer el evangelio, de conocer la Iglesia, estar en la Iglesia toda mi vida, muchas veces escuché la frase “menganito es mi padre espiritual”; y yo cuando no entendía nada me alegraba, qué bonito, qué lindo.
Pero ya cuando empecé a entender me empecé a dar cuenta que se usaba la frase “padre espiritual” para aquél que llevaba a otro a Cristo, le predicaba el evangelio el otro se convertía, se entregaba al Señor y por eso ya lo denominaban “padre espiritual”. Pero ahora que leo a Pablo me doy cuenta que eso no es un “padre espiritual”, porque un verdadero padre no es el que procreó hijos, un verdadero padre es el que formó, preparó, corrigió, amó, estuvo con sus hijos para que sean lo que tenían que ser.
Por eso Pablo les dice: Aunque ustedes tengan miles de tutores, padres no tienen muchos porque yo los engendré en Cristo Jesús.
Vendrán personas a este lugar que serán tus invitados, tus invitadas, te conocen a ti, aunque les presentes a los pastores, a las esposas de los pastores, a los hermanos los va a saludar, pero te conoce a ti.
¿Estás dispuesto a transformarte en “padre espiritual” de aquellos que entregan la vida a Cristo? O una vez que entregan la vida a Cristo vas a tirarle la pelota a los pastores, acá están...formando conquistadores, bautismo, siete niveles, veinticuatro o asesoría técnica... ¡Son de ustedes porque ya los traje, se convirtieron!
Una iglesia apostólica no se conforma con eso, una iglesia apostólica sabe que si ha llevado a alguien a Cristo, ahora se transforma en un padre que aconseja, que cuida, que corrige, que endereza el pie, que lo ayuda a levantarse; hasta que ve un hombre o una mujer madura de esa persona. Pero para eso tenemos que vivir en el poder de Dios, porque cuando te transformes en “padre espiritual”. ¿Qué vas a transmitir, conocimiento, le vas a leer la Biblia? ¿Vas a hacer una oración de consuelo? Para que no se sienta mal en el momento de dificultad.
¡Sólo podemos transmitir aquello que hemos experimentado primero! ¡Hablar podemos hablar de muchas cosas! ¡Yo te puedo hablar de lo hermoso que es el Corbet! Es un auto que me encanta, pero no tengo la más mínima idea de cómo lo diseñaron, no conozco nada de ese auto, es más, si me sientas al volante lo manejo y todo. ¡Pero eso no me hace el que diseñó el auto! Puedo hablar de muchas cosas, es más, puedo mañana comprar una revista y podemos tomar un café en la noche y te cuento todos los detalles de cómo es, todas las especificaciones técnicas. ¡Y eso! ¿De qué me sirve?
Si tiene un problema, no me van a llamar a mí, si la versión 2005 salió con un defecto no van a llamar a Hernán Cipolla porque yo me compre la revista y le di todas la especificaciones técnicas. ¡Solo podemos transmitir lo que experimentamos! ¡Si vivimos una vida de poder, podremos ser padres espirituales de aquellos que entreguen su vida a Cristo! Y no será una tarea pastoral, es una tarea del Cuerpo de Cristo.
Tú vas a decir: ¡Yo lo voy a tener cortito a éste! ¡Le vas a echar el ojo y decir cómo está hermano, le voy a estar encima como tábano a caballo...y duro...y duro, hasta que lo vea derechito, firme, fuerte en Cristo!
“Pero tenemos este tesoro en vasos de barro,
para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”
2 Corintios 4:7
El poder de Dios que habita en nosotros no es mayor o menor por nuestra capacidad, es mayor o menor por ser buenos vasos de barro. ¿Qué quiere decir el Espíritu de Dios cuando dice que la excelencia del poder está puesta en vasos de barro? Significa que los vasos de barro son personas moldeables en las manos de Dios. Porque el barro tiene la particularidad de que es moldeable en las manos de quién lo trabaja y nosotros debemos ser como ese barro en las manos de Dios para que él siga moldeándonos de acuerdo a su propósito.
Podemos empezar a vivir una vida de poder, pero necesitamos ser moldeables.
Porque habrá un tiempo donde Dios diga: ¡Ya este vaso quedó chico para el poder que yo quiero darle, ahora necesito hacer un vaso más grande. Para que la excelencia, lo sublime del poder siga siendo de Dios. Yo soy un simple vaso, tú eres un simple vaso ¡Glorioso vaso! Porque no cualquier vaso contiene la excelencia del poder de Dios, pero somos un vaso a través del cual se transmite lo que Dios nos ha dado.
Por eso Iglesia: ¡Ha llegado el tiempo del evangelio de poder! ¡Ha llegado el tiempo de la transformación de todo lo que nos rodea! Pero sigue siendo un tiempo de ser un Cuerpo moldeable en las manos de Dios. Si decimos ya lo alcancé ese puede ser el principio de nuestro final, si decimos hasta aquí es todo lo que Dios podía darme, estamos retirándole nosotros las manos a Dios para que deje de moldearnos ¡Yo quiero que Dios siga moldeando mi vida y la vida del Cuerpo como él quiera! Porque sé que la excelencia del poder de Dios ni siquiera la hemos palpado todavía hay mucho más por vivir y por saborear del poder de Dios. Por eso yo realmente tengo una gran expectativa, porque se que Dios habló y porque sé que cuando Dios habla Dios ha lanzado una determinación.
Cuando Dios habla es una determinación, nada puede cambiar lo que Dios habló, solo una cosa: ¡Que nosotros no le creamos y le cerremos la puerta a la acción del Espíritu Santo! Pero a partir de ahora que Dios habló la transformación ha de seguir siendo poderosa en nuestras vidas, de tal manera que no creamos que es un tiempo que estamos viviendo.
¡Es el tiempo de la Iglesia en el mundo para mostrar la gloria de Dios a través tuyo, a través de nadie más! ¡No mires al de al lado! El de al lado tiene su responsabilidad donde Dios lo puso.
La responsabilidad es tuya en el lugar donde Dios te puso a ti, y desafiar el ámbito natural, las cosas naturales para que sean removidas, retocadas, transformadas, deshechas por el poder de Dios, que te plantes y te pares y digas: ¡A partir de ahora yo ya no camino más en el poder natural! ¡A partir de ahora la solución no va a ser mi esfuerzo! ¡A partir de ahora no es más mi capacidad! ¡A partir de ahora es el poder de Dios o yo aquí me quedo, aquí me planto no me muevo hasta no ver el poder de Dios transformando esto! ¡No doy un paso más porque yo quiero ver que la excelencia del poder de Dios habita en mí y se manifiesta hacia afuera!
¡Iglesia con cuanto amor el padre siempre nos habla! ¡De qué manera tan particular Dios siempre nos está dando una oportunidad! Pero estamos en un tiempo crucial para los planes de Dios, un tiempo en el cual lo que hasta ahora era teórico ya va dejar de ser, lo que permanecía por ahí escondidito sin solucionar, Dios lo saca a la luz, esas espinas clavadas a veces en el corazón que no hemos querido arrancar por nosotros mismos el Espíritu de Dios las va arrancar.
¡Porque Dios ha determinado que su Iglesia viva una vida de poder!
A partir de ahora ya no digas más: ¡Es que no se si pueda! ¡Es que no se cómo hacer con esta situación!
Cada vez que lo digas Dios dice: ¡Está bien tú síguele, pero mi poder yo no lo voy a manifestar! Es preferible humillarnos delante de Dios y decir:¡Señor, cierro mi boca no hablo más, no digo más cosas que surgen en esta mente humana y natural, todavía necesita transformación, quiero tú poder o no quiero nada! Sé que por el Espíritu hay algunas personas en particular que reconocen que están siendo desafiadas, saben que están siendo desafiadas, pero a veces creen que van a pasar los días y todo va a ser igual.
Si hasta ahora fue así y si nada pasó, más adelante no va a pasar nada. Yo quiero decirles a esas personas que a partir de ahora Dios ya no va a permitir que las cosas sigan iguales; y lo que digo lo digo delante de Dios empezando por mí mismo, hablo para todos los que estamos aquí sin excepción, para todos.
Las cosas que sabes que Dios ya no quiere que sigan ocurriendo te está dando la posibilidad de tomar una decisión, de poner punto final y empezar a vivir una vida sobrenatural.
¡Dios te da la oportunidad! Si no tomas tú la oportunidad habrá un momento en el cual te vas a enfrentar a Dios y ya no vas a tener escapatoria, aunque pienses que hasta ahora no pasó nada, que todo sigue igual y que Dios ni se enteró del asunto. Dios está enterado de todo hasta de los más mínimos detalles o tú decides hacerlo, o llegará el tiempo en que te enfrentes a Dios de manera personal y Dios lo tenga que hacer de otro modo. Dios no ha levantado a una Iglesia para llamarse apostólica y profética, para reunirse simplemente cada domingo, para simplemente entregar las finanzas que lo hacemos muy bien, para alabar y adorar a Dios, para escuchar un mensaje.
¡Dios no ha levantado una Iglesia para eso! ¡Dios te hizo parte de este Cuerpo para transformar todo lo que te rodea por el poder de Dios! ¡Si Dios te dio una palabra de lo que sea, a través de esa palabra Él estaba confiando en la manifestación de su gloria y su poder en esa palabra que te dio!
Sea de lo que sea que Dios te habló, de trabajo de prosperidad, de empresa, de cambio de casa, de lo que Dios te haya hablado, de ministerio de lo que sea, Dios en esa palabra te estaba diciendo: ¡Yo te estoy delegando la manifestación de mi gloria y mi poder a través de lo que te hablé!
Si Dios quisiera empresarios buscaría en el mundo hay muchos y buenos y muy astutos. Si Dios quisiera profesionistas, hay demasiados en el mundo. Ni siquiera Dios te llamó para ser el mejor, porque eso es poco para Dios. Dios te llamó para mostrar su gloria y su poder a través de lo que te entregó. Por eso no te conformes más ya no aceptes una vida natural cuando Dios te entregó una vida sobrenatural.
¡Desafíate a ti mismo! ¡Desafía a tu esposo o a tu esposa, a tus hijos, a tu ámbito, no tengas temor! ¡Dios va a estar contigo en lo que tengas que hablar de parte del Espíritu de Dios! Lo digo porque hay personas que están calladas durante mucho tiempo sin hablar de lo que tienen que hablar, aún en lo más privado, no se atreven tienen temor. Pero por ese temor están cerrando la posibilidad a la manifestación de Dios, si no hablas las cosas no van a cambiar, porque Dios te dio la palabra que tienes que decir pero la guardaste.
Juégate por Dios y Dios se va a jugar por ti y Dios se va a mostrar, poderoso como Él es y vas a ver una transformación. Pero las cosas en el ámbito natural para la Iglesia de Jesucristo siguen siendo sobrenaturales. Si crees que tienes que orar como familia, si tú crees delante de Dios que tienes que hacer algo particular en este tiempo. ¡Hazlo ahora! Porque es el tiempo para hacerlo.
Por el Espíritu de Dios sé que hay cosas que deben romperse en las vidas. ¡Dios quiere una vida sobrenatural! ¡Una vida sobrenatural!
Oremos a Dios y si tú tienes que hacer algo, si tú tienes que hablar con alguien, si tú tienes que tomar a alguien de tu familia y orar juntos, lo que tengas que hacer por el Espíritu de Dios. Hazlo ahora.
Sé el instrumento que desate las manos de Dios y el poder de Dios en medio de tu familia a partir de ahora mismo, porque no lo estás permitiendo.
Gracias Señor. Gracias Rey. Gracias Espíritu Santo. ¡Gracias Espíritu de Dios!
¡Gracias!
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