Identificando la bendición
Daniel Dardano
28 de October de 2003
El texto contenido en esta página fue tomado literalmente de lo expresado verbalmente
en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
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Ustedes saben que hay cosas, que cuando nosotros leemos la Biblia desde una perspectiva diferente a la que estamos acostumbrados a leer la Biblia, saltan a nuestro espíritu y nos dicen cosas diferentes a las que habíamos aprendido antes.
Hay algo de lo que yo quiero hablar esta noche, y ustedes van a tener un problema, muchos desearan no haber venido, porque después de lo que predique hay un saludo que a lo mejor ya no van a poder hacer.

¿Cómo nos saludamos los hermanos en Cristo?
Que Dios te bendiga... Bendiciones hermano... Un hermano le dice a otro, ¿cómo estás?... Bendecido....
Y hay bendiciones por todos lados.
¿Qué es lo que queremos decir? La bendición es una expresión de deseos; pareciera ser que es una expresión de deseos, es decir, “yo deseo, que Dios te bendiga”.
La cosa es: ¿Será bíblico?

Si ustedes me escuchan, resulta que me puse a buscar en las cartas de Pablo y en algunas otras, además en la Concordancia, y nunca encontré una oración de Pablo al Señor donde le dijera: “Señor bendice a la iglesia de Colosas, bendice a los Filipenses, bendice a los Tesalonicenses”. Nunca lo encontré. Lo que si encontré es: “Gracia y Paz”.
Ese es el saludo apostólico. Entonces, a la luz de lo que les estoy diciendo, vamos a remover siglos de historia en algunos minutos, porque necesito mostrar por la Palabra de Dios, qué pasa con esto de la “bendición”, porque vamos a definir lo que es la bendición.
Porque es muy importante que nosotros identifiquemos ¿Qué pasa con esto de la bendición? ¿Qué estamos empleando desde hace muchísimos años atrás? Tenemos que venir a la verdad y a la realidad de la Palabra.
¿Saben por qué? Porque si la Iglesia no sabe lo que tiene, y entiéndalo bien, si la Iglesia no sabe lo que tiene, sigue viviendo con una sensación de necesidad.


Dos iglesias


* La iglesia que le habla al viejo hombre. Le dice al viejo hombre que tiene que estar crucificado, que tiene que estar muerto, y eso es un hecho legal que ya Cristo hizo en la cruz “porque ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”. Y hay una iglesia que vive predicando al viejo hombre y vive acariciando al viejo hombre, vive pasándole la mano al viejo hombre, haciendo que la gente se esfuerce para vivir una vida diferente.

* La iglesia que se para en la victoria de Cristo. Y le dice a la gente puede haber circunstancia, puede haber problemas, pero “somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”.

La Iglesia que le predica a la vieja naturaleza, nunca va implantar el reino de Dios en el mundo, vive para ver cómo sale de la situación donde está.

En cambio la Iglesia que le predica a la nueva naturaleza, que es la naturaleza divina que está adentro, posiciona a la gente y a esa Iglesia y la catapulta para implementar el reino de Dios.
Hoy en día, la Iglesia tiene que escuchar ese mensaje, no mensaje de fracaso, no mensaje de frustración, sino un reconocimiento de lo que somos y tenemos en Cristo Jesús.

Ahora bien, vamos a analizar frase por frase:
1. Bendición es una Palabra no son cosas.
“El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Romanos 8:32).
Bendición no son cosas, bendición es una Palabra.

2. Bendición en su acepción primaria es “decir bien de otro, valorar, aceptar y dar honor” . Cuando nosotros bendecimos a Dios, estamos valorando, dándole honor y poniendo en el lugar que debe a Dios, eso es bendición desde el punto de vista nuestro hacia Dios, pero también es una acepción primaria de bendición.

3. Bendición. Cuando Dios bendice algo, está anunciándole a eso, que Él ha puesto dentro, la habilidad para llevar a cabo lo que debe hacer.
Bendecir quiere decir que es como si Dios hablara. Es decir, yo estoy afirmando que lo que voy a decir a continuación está en ti y lo podrás hacer, te he equipado para lo que te voy a pedir que hagas.

4. Bendecir quiere decir que Dios te ha dado el potencial para que desarrolles el propósito. Y propósito es la intención original para la que alguien o algo ha sido creado... Este micrófono ha sido creado para cumplir un propósito y si no cumple el “propósito” es un “despropósito”; si este micrófono diría “yo quiero escribir, no puede”, porque fue creado para ser micrófono.

Cada uno de nosotros ha sido creado para algo determinado, el mayor secreto de la vida es encontrar el propósito para el que fuimos creados; y no estoy hablando exclusivamente de ministerio. ¿Para qué estás en el mundo?
Como tienes un propósito y es definido para el cual te he creado, yo te bendigo, es decir, te habilito, te abro la puerta, te estimulo, te impulso, te lanzo para que cumplas ese propósito.

Bendición, pasa por la revelación de una naturaleza que hay en nosotros, la naturaleza divina (2 Pedro 1:1-4).
Esto que acabo de decir, yo sé como sonó, porque los escombros los empezamos a levantar, pero ahora hay que sacar el “disco duro” que nos han puesto. Es como si te hablara a ti y te digo, “yo te bendigo” y tú me vas a decir | ¿Y qué me vas a dar?”.
¿Por qué hago esto? Porque el concepto es que, cuando Dios te bendice, te da algo: Un aumento de sueldo... Te casaste, ¡que bendición!... Cambiaste el coche, ¡Que bendición!...
Ahora bien, Dios nos bendice, pero no da nada.
Es como si Dios te hablara, “te estoy anunciando que puse dentro de ti la habilidad para llevar a cabo todo aquello que yo puse en ti”. Eso es bendición.
Es como si Dios hablara: “Yo te bendigo y estoy confirmando que lo que voy a decir a continuación, está dentro de ti y lo vas a poder hacer sin ningún problema, solamente tienes que identificarlo, hay dentro de ti un potencial, es decir, una semilla de destino que sembré en ti para que camines detrás de tu propósito. Te di la habilidad para sacar fuera el potencial y para que camines con sentido de destino”.
Cuando Dios dice “Yo te bendigo”, significa “te habilito, te abro la puerta, te impulso y te lanzo hacia el propósito que puse en ti”, eso es bendición.

Bendición es algo que está dentro de nosotros y que cuando es desatado, se cumple porque está adentro, y bendición no son cosas.
Cuando la Iglesia pide bendición a Dios, está haciendo algunas cosas con las cuales va a tener problemas, debe dejar de relacionarse con Dios por las cosas que Él da y debe relacionarse con Dios por una vida impartida. Estamos hablando a la Iglesia, porque el apóstol Pablo no veía individuos, veía a “la Iglesia”. Y si uno no está en la Iglesia, no fluye con la “unción de Cuerpo”.
Cuando la Iglesia le dice a Dios, necesito cosas de ti y se relaciona por cosas, el día que tiene un problema dice que Dios tiene la culpa de lo que le está pasando.
Cuando la Iglesia se relaciona por vida impartida, porque tenemos la naturaleza de Cristo, entonces se está relacionando por vida impartida desde que fue redimida por Cristo.

Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes,
y aves que vuelen sobre la tierra,
en la abierta expansión de los cielos.
Y creó Dios los grandes monstruos marinos,
y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron
según su género, y toda ave alada según su especie.
Y vio Dios que era bueno. Y Dios los bendijo, diciendo:
Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares,
y multiplíquense las aves en la tierra.
Y fue la tarde y la mañana el día quinto.
Génesis 1:20-23


¿Qué es lo que Dios dice? Que la tierra tenía que producir, seres vivientes, aves que vuelen, monstruos marinos, ave alada según su especie y dice ahí que “Dios los bendijo”.
¿Qué les dio Dios a estos seres? Los bendijo. Podrían haber dicho, tú me bendices Dios pero, ¿qué me das?
“La bendición es una Palabra”
y detrás de la Palabra hay Espíritu y Poder.
Dios les dijo monstruos marinos, aves aladas, todo ser viviente “Yo los bendigo, fructifiquen, multipliquen y llenen la tierra”.
Eso es bendición. Es como si dijera, “Yo puse en ustedes, hay una capacidad interna porque yo puse la semilla que se llama potencial, para que ustedes reproduzcan”, eso es bendición. No abrir la mano para que me dé, la bendición era para fructificar, multiplicar y llenar la Tierra.

Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen,
conforme a nuestra semejanza;
y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos,
en las bestias, en toda la tierra,
y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó;
varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo:
Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla,
señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos,
y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
Génesis 1:26-28


Dice ahí que Dios bendijo al hombre y a la mujer y no les dio nada. Con nuestra mentalidad cristiana del siglo XXI, le hubiéramos dicho ¿Y no me vas a poner un hospital al lado, no voy a tener supermercado, y no me vas a dar trabajo y el dinero para pagar la luz, el alquiler...?
Hay que meterse en la mente de Dios.
Cuando Dios bendice algo, le está diciendo a ese algo “adentro tuyo está la capacidad de hacer lo que te estoy pidiendo que hagas”.
Por eso la Iglesia tiene que rescatar el reconocimiento de lo que ya tiene, son muchos siglos de historia que la Iglesia estuvo así: “Dios dame... Dios dame...”
Pedro dice:

Como todas las cosas que pertenecen
a la vida y a la piedad nos han sido dadas...

2 Pedro 1:3


Habla en tiempo pasado, así que todas las cosas “nos han sido dadas” cuando la naturaleza divina se implantó en nosotros, por eso cuando yo le pido más, Dios me dice —vas a explotar si te doy más, porque ya lo tienes adentro—.
Dios les dijo “los bendigo” , nunca le pidieron nada, Adán ni siquiera le pidió una mujer a Dios .
Él estaba trabajando y ni siquiera se fijó en que no tenía una mujer.

Esto lo quiero agregar, cuando uno va al matrimonio pensando que uno es 50% y el otro, es el otro 50%, le estoy diciendo a Dios, me hiciste incompleto, entonces se juntan las dos mitades y hace algo completo. No, Dios no hace mitades, hace personas completas, entonces cuando se juntan dos completos, se potencializan y cumplen el propósito en el mundo.
Pero si no se ven así, comienzan con el —tú me tienes que dar y no me das y fíjate cómo me tienes—... Y le chupa la sangre al otro...
Está entendiendo la mente de Dios.
No te cases hasta que no te reconozcas completo, cuando buscas que el otro te complete, le cargas al otro un tremendo bulto de 500 Kg. que no puede soportar. Todo joven tiene que decir, “yo voy al matrimonio completo y como tengo más para dar, este matrimonio va a ser tremendo”.
Cursos prematrimoniales desde el punto de vista de Dios, no cursos prematrimoniales sacados desde la psicología, pues no sirve, hay que ir a la mente de Dios.

Pero Jehová había dicho a Abram:
Vete de tu tierra y de tu parentela,
y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.
Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré,
y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
Bendeciré a los que te bendijeren,
y a los que te maldijeren maldeciré;
serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
Génesis 12:1-3


Cuando Dios le dijo esto a Abram, él no le pidió nada, Dios le hace una explosiva promesa, y bien pudo haberle dicho ¿Y qué me vas a dar?
Después viene lo del hijo, pero acá Dios le decía: “Abram, adentro tuyo están las naciones, tú eres la bendición para las naciones, no tengo nada que darte, pero si caminas ‘en la bendición' esto explota y tú eres esa bendición a las naciones”.
Es más, ¿sabe por qué no le pedía nada a Dios? Porque los dioses paganos del oriente no daban, pedían. Eran entregados los hijos a Moloc y la gente decía está bien entregar los hijos... Hay que entender lo que pasa.
Abram, no le pidió nada a Dios, tomó la palabra y dijo —está bien Dios, yo empiezo a caminar porque has puesto algo en mí y si no camino, no saco el potencial que tengo adentro y soy responsable de que las naciones que tengo adentro no sean bendecidas—.

Iglesia, cuando la Iglesia de Jesucristo no desarrolle en el mundo lo que tiene que hacer, las naciones no son bendecidas, cuando no paga los impuestos en su nación, la nación es maldecida, es otra cosa de lo que nos han enseñado.
Abram dijo: —está bien Señor, no sé cómo lo vas a hacer, pero yo identifiqué que tengo algo adentro, las naciones están dentro mío y camino dentro de tu propósito y no tenía hijo, pero le creyó a Dios .

Era Abraham ya viejo, y bien avanzado en años;
y Jehová había bendecido a Abraham en todo.
Génesis 24:1


Estamos hablando de espíritu, alma y cuerpo, o sea Abraham, era una persona completa y cuando él escucha la palabra de Dios que lo habilita y como la bendición está sobre él, como resultado de la bendición, tenía ganado, plata y oro. 

Entonces dijo: Yo soy criado de Abraham.
Y Jehová ha bendecido mucho a mi amo,
y él se ha engrandecido; y le ha dado ovejas y vacas,
plata y oro, siervos y siervas, camellos y asnos.
Y Sara, mujer de mi amo, dio a luz en su vejez un hijo
a mi señor, quien le ha dado a él todo cuanto tiene.
Génesis 24:34-36


Aquí el esclavo va a buscar esposa para el hijo de Abraham y dice todo esto, él está reconociendo que Dios lo ha bendecido y como resultado de esa bendición, él está engrandecido y como resultado de esa bendición tiene todo.

Y estos fueron los días que vivió Abraham: ciento setenta y cinco años.
Y exhaló el espíritu, y murió Abraham en buena vejez,
anciano y lleno de años, y fue unido a su pueblo.
Y lo sepultaron Isaac e Ismael sus hijos
en la cueva de Macpela, en la heredad de Efrón
hijo de Zohar heteo, que está enfrente de Mamre,
heredad que compró Abraham de los hijos de Het;
allí fue sepultado Abraham, y Sara su mujer.
Y sucedió, después de muerto Abraham, que Dios bendijo a Isaac su hijo;
ó Isaac junto al pozo del Viviente-que-me-ve.
Génesis 25:7-11


Dios le había dicho a Abraham: “Yo te voy a bendecir y por ti, todas las familias van a ser benditas, pero quiero decirte que empiezo por tu hijo”, la misma bendición de Abraham se traslada a Isaac y el se sentía bendecido.
Cuando uno se siente bendecido, cuando la Iglesia se siente bendecida, se para en un parámetro totalmente diferente para ver la vida, las cosas, su familia, a Dios, a la Iglesia, a todo... Porque lo mira desde su bendición, y no es lo mismo mirar desde la bendición, que mirar desde la necesidad. Y la Iglesia hace muchísimos años que hace cultos para orar a Dios solamente por necesidades y el mundo se pierde; y dice —pero yo necesito ir al culto para que oren por mi problema—... No estoy diciendo que no se haga, el problema es que fue prioridad por no tomar la bendición que tenemos y declarar en el Nombre de Jesús que las cosas sucedan. Porque cuando uno se siente bendecido tiene autoridad para declarar y no estar siempre con la mano diciendo “dame”.

Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno;
y le bendijo Jehová. El varón se enriqueció, y fue prosperado,
y se engrandeció hasta hacerse muy poderoso.
Y tuvo hato de ovejas, y hato de vacas, y mucha labranza;
y los filisteos le tuvieron envidia. Y todos los pozos que habían abierto
los criados de Abraham su padre en sus días, los filisteos los habían cegado
y llenado de tierra. Entonces dijo Abimelec a Isaac:
Apártate de nosotros, porque mucho más poderoso que nosotros te has hecho.
E Isaac se fue de allí, y acampó en el valle de Gerar, y habitó allí.
Y volvió a abrir Isaac los pozos de agua que habían abierto
en los días de Abraham su padre, y que los filisteos habían cegado después
de la muerte de Abraham; y los llamó por los nombres
que su padre los había llamado. Pero cuando los siervos de Isaac
cavaron en el valle, y hallaron allí un pozo de aguas vivas,
los pastores de Gerar riñeron con los pastores de Isaac,
diciendo: El agua es nuestra. Por eso llamó el nombre del pozo Esek,
porque habían altercado con él. Y abrieron otro pozo, y también riñeron sobre él;
y llamó su nombre Sitna. Y se apartó de allí, y abrió otro pozo,
y no riñeron sobre él; y llamó su nombre Rehobot, y dijo:
Porque ahora Jehová nos ha prosperado,
y fructificaremos en la tierra. Y de allí subió a Beerseba.
Y se le apareció Jehová aquella noche, y le dijo: Yo soy el Dios de Abraham
tu padre; no temas, porque yo estoy contigo, y te bendeciré, y multiplicaré
tu descendencia por amor de Abraham mi siervo.
Y edificó allí un altar, e invocó el nombre de Jehová,
y plantó allí su tienda; y abrieron allí los siervos de Isaac un pozo.
Y Abimelec vino a él desde Gerar, y Ahuzat, amigo suyo, y Ficol,
capitán de su ejército. Y les dijo Isaac:¿Por qué venís a mí,
pues que me habéis aborrecido, y me echasteis de entre vosotros?
Y ellos respondieron: Hemos visto que Jehová está contigo; y dijimos:
Haya ahora juramento entre nosotros, entre tú y nosotros,
y haremos pacto contigo, que no nos hagas mal, como nosotros
no te hemos tocado, y como solamente te hemos hecho bien,
y te enviamos en paz; tú eres ahora bendito de Jehová.
Génesis 26:12-29


Ésa es la conducta de Dios, siempre mantiene la palabra. Pero hay algo notable, un bendito transmite bendición y temor de Dios, y cuando la gente se acerca a un bendecido, primero tiene un imán, por eso se acercan; pero esa gente comienza a tener temor de Dios, un temor reverente, porque la unción de Dios está sobre la persona.
A Isaac lo habían aborrecido, le tenían celos, envidias y por eso se fue, pero luego vinieron y le dijeron, —nosotros queremos hacer un pacto contigo, porque estamos viendo algo que tú tienes que nosotros no tenemos—, y al final dice “bendito de Jehová” .

“Yo declaro, que se está levantando una Iglesia de benditos del Señor, que va a imantar y va a traer hacia sí a la gente, se van a deslumbrar con los bendecidos y van a caer de rodillas y decir ¿qué es lo que tú tienes, que yo no tengo?”.

Pero pasa por identificar la palabra de bendición que tiene un espíritu detrás, y tiene un poder.
Isaac no podía ocultar que estaba bendecido y la gente que lo aborreció, después se le acercó. Ésa tiene que ser la Iglesia de Jesucristo.
Basta de fracasos, derrota, de lástima, basta de queja de que esto no me alcanza, que lo otro no me alcanza... Me paro y declaro, —soy bendecido, Satanás no acepto lo que dices—. Cuando esa Iglesia se levanta, el mundo se pone de rodillas y dice —yo te respeto bendecido—.
Por eso las canciones tienen que ser apostólicas, canciones que adelantan el propósito, no canciones desde el alma que me sumen en el hoyo, y cantamos siempre desde el alma, y lloro, pero el lunes no pasa nada.
Tiene que levantarse una Iglesia, tienen que levantarse adoradores, autores apostólicos y proféticos, que se metan con Dios y ya no escriban desde alma, sino que lo hagan desde un espíritu imantado por el Espíritu Santo y que adelanten el propósito de la Iglesia. Basta con las canciones del alma, no digo no llorar, pero cuando tú adoras en espíritu y verdad, entras en otro nivel; los bendecidos se manifiestan, para que la gente los reconozcan que son benditos de Jehová, no llegan al trabajo en la mañana y se quejan de cómo está el país, porque de esta manera no tendrás autoridad para hablar de Cristo... ¿Dónde está la naturaleza divina? No digo que no haya momentos de aflicción, pero en esos momentos tiene que salir de mí, el Cristo que está siendo formado, sino no sirve el evangelio en el que creí.

La Iglesia tiene que cambiar el mensaje, tiene que proyectar una Iglesia que avasalle con todo lo que nos ha frenado, “bendito de Jehová, queremos hacer pacto contigo” , entonces se van a pelear las empresas por buscar a los benditos de Jehová, y cuando una empresa ve a un bendito de Jehová, dice —acá hay un tipo honesto, derecho, una mujer recta, no tengo problemas con estos no meten la mano en la lata—... Tiene que llegar un momento de gobierno del Espíritu sobre las empresas, y los benditos de Jehová, eso es lo que tienen que hacer. —Somos esclavos del trabajo—... No, “el trabajo es una bendición” pero mientras tengamos mentalidad como la que tenemos del trabajo, siempre nos va a dominar.

Entonces Isaac llamó a Jacob, y lo bendijo, y le mandó diciendo:
No tomes mujer de las hijas de Canaán.
Levántate, ve a Padan-aram, a casa de Betuel,
padre de tu madre, y toma allí mujer
de las hijas de Labán, hermano de tu madre.
Y el Dios omnipotente te bendiga, y te haga fructificar
y te multiplique, hasta llegar a ser multitud de pueblos;
y te dé la bendición de Abraham, y a tu descendencia contigo,
para que heredes la tierra en que moras, que Dios dio a Abraham.
Así envió Isaac a Jacob, el cual fue a Padan-aram,
a Labán hijo de Betuel arameo, hermano de Rebeca
madre de Jacob y de Esaú.
Génesis 28:1-5


Ahora vemos al nieto de Abraham y la bendición está sobre él: Jacob no pidió nada, pero las palabras fueron las mismas, fructificad y multiplicad, porque bendición es una Palabra que activa lo que tienes adentro, no se conforma con lo que le dan, activa lo que tiene porque está bendecido. Jacob dijo: “yo tomo esa palabra”.
Ahora bien, sale Jacob y se enamora de Raquel y el papá le dice vas a tener que trabajar 7 años por ella.
Muchachos, miren si tuvieran que trabajar siete años por una chica...
Pero trabaja por siete años por Raquel y el suegro le dice —no, porque no se acostumbra que demos la menor antes que la mayor, ahora vas a tener que trabajar siete años por Lea—, la otra ¡AH!
Trabajó catorce años porque él quería a Raquel, finalmente se llevó las dos, y por supuesto, no haga eso porque aquí estamos hablando de Antiguo Pacto, este es un ejemplo.
Jacob trabaja por Raquel y por Lea.

Aconteció cuando Raquel hubo dado a luz a José,
que Jacob dijo a Labán: Envíame, e iré a mi lugar, y a mi tierra.
Dame mis mujeres y mis hijos, por las cuales he servido contigo,
y déjame ir; pues tú sabes los servicios que te he hecho.
Y Labán le respondió: Halle yo ahora gracia en tus ojos, y quédate;
he experimentado que Jehová me ha bendecido por tu causa.
Y dijo: Señálame tu salario, y yo lo daré.
Y él respondió: Tú sabes cómo te he servido,
y cómo ha estado tu ganado conmigo.
Porque poco tenías antes de mi venida, y ha crecido en gran número,
y Jehová te ha bendecido con mi llegada; y ahora,
¿cuándo trabajaré también por mi propia casa?
Génesis 30:25-30


Acá hay algunas cosas, Labán reconoce que por la presencia de Jacob en su casa, Dios lo había bendecido.
Cuando una persona bendecida llega a un lugar y se instala, empieza a bendecir su entorno.
Iglesia, cuando tú empiezas a bendecir tu entorno, Dios te llena las manos con aquellas cosas que le vienes pidiendo hace quince años, aquí me bendijiste y yo lo reconozco y entonces le dice: Señálame tu salario, y yo lo daré.
¿Sabe por qué? Porque un bendecido no tiene precio.
Sé los escombros que estamos tirando abajo en el Nombre de Jesús.
Un bendecido no tiene precio...
Labán dijo: —no te vayas te quiero aquí, he sido bendecido, mi casa ha sido bendecida, decime cuanto quieres y yo te lo doy—.
¿Sabe por qué no han funcionado usted y la Iglesia? Porque la Iglesia se siente maldita, pobre, se siente bichito y le ora a Dios diciendo —soy una porquería, no sirvo para nada, yo no sé porque me amas—...
¡Basta, basta, basta!.. Ese es un canto a la vieja naturaleza.
Porque dijo Dios, el proyecto mío es que voy a hacer un reino de sacerdotes, un linaje escogido, gente santa para que anuncie las virtudes de aquél que nos sacó de las tinieblas a la luz y nos llevó a su luz admirable...

¿Cómo puede ser, que estemos representando a un Dios admirable, a un Cristo que es Rey de reyes y Señor de señores y vivamos en harapos mentales?
Andar arrastrándonos todo el día porque somos pecadores, miserables, no servimos para nada, no conjuga con la naturaleza divina, la imagen y semejanza de Dios rescatada después del pecado. Es para que nos paremos y nos veamos como Dios nos ve, para que la influencia en el mundo de los benditos, cambie el entorno en donde estamos.
Hermanos, orar por un país no sirve, si la Iglesia no se siente bendecida y se para y dice, “oramos y declaramos”, pero si no reconoce que es bendecida, no sirve, porque ora desde el lamento, ora diciendo... “quita la corrupción, quita la injusticia, quítala...”
Me da gusto que entre ustedes haya muchos abogados, les quiero decir algo, agarren la justicia desde el punto de vista de Dios, hay un Salmo que dice que la base del trono de Dios es la justicia , estúdielo, no escuche casetes, estudie, métase con Dios para que les revele la justicia. En Argentina nunca va haber justicia si la Iglesia no se la declara a la nación, porque los jueces no saben justicia, la única que sabe justicia es la Iglesia porque ha sido justificada, y solamente el que ha sido justificado sabe implementar la justicia...

Es otro mensaje, es otra cosa que vibra adentro nuestro.
Basta de llorar por los rincones porque no tengo dinero, la Iglesia no ha sabido administrar el dinero, le ha dado a Dios limosnas, le ha dado moneditas y Dios es el rey de la Gloria. A Dios no le interesa tu dinero, pero le interesa tu vida, porque en el reino, los diezmos no sirven, las ofrendas no sirven, las primicias no sirven, las limosnas no sirven... En el reino, como en la Iglesia primitiva, traían todo a los pies de los apóstoles porque todo es del reino, su coche, su casa, sus hijos, su... todo, es del reino. Pero andamos peleando todavía si damos diezmos o no y después queremos que Dios bendiga a la nación... ¡Olvídese!
Tiene que estallar hoy la mentalidad de “bendecidos” para romper con las estructuras, hay argumentos y fortalezas en nuestra mente que nos han venido por doctrina diabólica, (y perdón que lo diga así, pero es así) que nos han predicado desde el conocimiento de la letra, pero la letra en el fondo tiene un espíritu que te vivifica y si no te sabes bendecido, tienes problemas...
Labán le dijo Jacob —no te vayas, decime cuánto quieres y te lo pago—.

... poco tenías antes de mi venida,
y ha crecido en gran número,
y Jehová te ha bendecido con mi llegada; y ahora,
¿cuándo trabajaré también por mi propia casa?
Y él dijo: ¿Qué te daré? Y respondió Jacob:
No me des nada; si hicieres por mí esto,
volveré a apacentar tus ovejas.
Yo pasaré hoy por todo tu rebaño,
poniendo aparte todas las ovejas manchadas
y salpicadas de color, y todas las ovejas de color oscuro,
y las manchadas y salpicadas de color entre las cabras;
á mi salario.
Génesis 30: 30-32


Esto es maravilloso, hasta ese momento Labán era el dueño de la negociación, él le decía —yo tengo el dinero y te voy a pagar el salario que vos quieras—, pero era el líder de la negociación, porque le estaba diciendo —no te vayas, quédate, te voy a pagar lo que quieras—.
Pero Jacob dijo: —No, yo te voy a presentar una propuesta—, así actúan los bendecidos, y le dijo: —Suegro, tú no me des nada, pero si haces esto por mí, volveré a apacentar tus ovejas... Y esto será mi salario—, ¿Qué le pidió? Una cantidad tremenda, porque un bendecido lidera una negociación...
Un bendecido gobierna espiritualmente en una situación.

Muchos años la Iglesia estuvo de rodillas ante los empresarios, los jueces, ante un montón de gente, pero la mentalidad del bendecido dice: ¡No, yo voy a presidir la negociación!
Hermanos, si ustedes no creen que esto está pasando, yo podría dar testimonio de que esto es así, pero es fruto de mensajes... Es que ha cambiado la mentalidad a la iglesia.
—Suegro, no me de nada, pero ahora yo le propongo—
¡Podrías gobernar sobre el asunto y no lo estás haciendo!
Porque tenemos que salir de la condición lastimera en la que hemos estado viviendo.

A partir de hoy sus reuniones de oración tienen que cambiar, agarre las oraciones apostólicas, ore con las oraciones apostólicas, no ore más con su mente.
No está mal orar por la persona que está enferma... Pero cuando uno busca el reino, las cosas son añadidas, cuando ora diferente, las cosas son añadidas, pero cuando tiene la prioridad que se sane aquél por el que estamos orando, no está discerniendo lo que tiene y no puede declarar la sanidad; la zozobra, el miedo, voy a perder esto y lo otro...
Jacob dijo me voy a llevar esto y esto... Bendecido.
Todo esto es del Antiguo Testamento, pero si no hago la transición de la Cruz y vengo al Nuevo Pacto ustedes me pueden decir ¡Cuidado!

Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia.
Sabed, por tanto, que los que son de fe,
éstos son hijos de Abraham.
Y la Escritura, previendo que Dios
había de justificar por la fe a los gentiles,
dio de antemano la buena nueva a Abraham,
diciendo: En ti serán benditas todas las naciones.
De modo que los de la fe son bendecidos
con el creyente Abraham.
Gálatas 3:6-9


¿Quiénes son los de la fe? Nosotros somos los de la fe.
Nosotros, los que somos de la fe, somos bendecidos con el creyente Abraham.

Porque todos los que dependen de las obras de la ley
están bajo maldición, pues escrito está:
Maldito todo aquel que no permaneciere en todas
las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.
Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios,
es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;
y la ley no es de fe, sino que dice:
El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.
Cristo nos redimió de la maldición de la ley,
hecho por nosotros maldición (porque está escrito:
Maldito todo el que es colgado en un madero),
para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham
alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe
recibiésemos la promesa del Espíritu.

Gálatas 3:10-14

¿Quiénes son los gentiles? Nosotros.
Así que si alguno tiene alguna duda de que estamos bendecidos, lo acabamos de leer.
Nosotros somos de la fe y nosotros los gentiles, somos bendecidos con la bendición del creyente Abraham, porque cuando Dios le dijo a Abraham “en ti serán benditas todas las familias de la tierra”, estaban ustedes y estaba yo y la bendición nos cubrió.

Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios,
a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Efeso:
Gracia y paz a vosotros,
de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos bendijo con toda bendición espiritual
en los lugares celestiales en Cristo.
Efesios 1:3


El verbo está en pasado, “nos bendijo con toda bendición espiritual...” ¿Dónde? ...en los lugares celestiales en Cristo.
¿Vamos a seguir pidiendo bendición a Dios?
Aquí dice que toda bendición “nos ha sido dada” y que estamos ubicados en una posición. Si usted sigue leyendo desde el verso cuatro hacia abajo, se va a dar cuenta de todo lo que implica esa bendición.
Cuando uno toma esta palabra, Dios es justo y no solamente la Palabra se le revela, usted empieza a caminar como bendito, porque se sabe bendecido con toda bendición espiritual, en Cristo; y como yo estoy en Cristo y Cristo está en mí, estoy bendecido.

El asunto es reconocer que estoy bendecido. Nadie que no se reconozca bendecido, puede caminar en el mundo y afectar a la familia, a la empresa, a los amigos y a quien sea, no se puede.
Usted puede salir con las cuatro leyes espirituales, con tratados a repartir por todo el barrio, puede hacer campañas evangelísticas, recitales, lo que quiera... Pero la gente predica el evangelio desde un lado impresionante de necesidad, porque el evangelio que está predicando no lo ha llenado, porque no se siente bendecido.
Cristo te quiere salvar, pero vas a vivir enfermo hasta que te mueras.
Cristo te quiere salvar, pero vas a vivir con sentido de culpa por el pecado.
Cristo te quiere salvar, pero vas a vivir pobre y miserable.
¡AH!
Y Jesús dijo: "conocerán la verdad y la verdad os hará libres."
¡Iglesia, le hemos fallado a Dios!

Nos han predicado un mensaje incompleto, han hecho un Dios con un látigo, y no estoy diciendo que a Dios no le gusta el pecado, ni la vida de santidad, entiéndanme bien por favor, estoy diciendo que nosotros no partimos desde una condición de bendecidos y eso se lo llevamos a nuestro hijos, y nuestro hijos a sus hijos, y así vivimos. ¿Hasta cuándo?
Por eso dije, algunos habrán deseado no conocer esta revelación, porque o explota en su espíritu o es juicio para usted si no lo toma.
La Palabra revelada, no es como antes. ¡Gracias a Dios por el mensaje!
—Voy a pedir al hermano... que ore, porque es tarde y mañana hay que madrugar—.
En una Iglesia apostólica no pasa eso, la gente dice —yo salgo transformado o transformado, tomando la Palabra o tomando la Palabra, me cansé de que los domingos prediquemos algo y el lunes a las 10 de la mañana no le funciona a nadie, no se puede seguir así—.
No sirve si la vida de Cristo no está formada. La bendición no es un juego, es un tesoro. Cuando yo me reconozco bendecido, ese tesoro yo no lo voy a soltar, lo voy a valorar, y entonces empezaré a bendecir a Dios. ¿Cómo vas a bendecir a Dios y cantar, si estás pensando en la deuda, en la enfermedad, en los resentimientos, en la amargura? Es una farsa lo que estamos haciendo, por favor.

Dijo Milton Pope:
“Un día se tendrían que juntar todos los pastores, meterse en un edificio, tirarse de rodillas tomar la llave de la puerta y tirarla afuera y no salir de ahí, hasta que todos se hayan arrepentido”.
Y yo creo que es verdad, porque llegó el tiempo de vivir lo que predicamos.

El mundo está esperando desesperadamente a una Iglesia triunfante y victoriosa.


Pero Dios, que es rico en misericordia,
por su gran amor con que nos amó,

aun estando nosotros muertos en pecados,
nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),
y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar
en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar
en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad

para con nosotros en Cristo Jesús.
Efesios 2:4-7


Esto es victoria, este es el plan de la Iglesia bendecida.

Además, Dios nos elevó con Cristo de la tumba a la gloria
y nos hizo sentar con él en los cielos,
ahora Dios puede en cualquier época,
poner como ejemplo de su gracia infinita,
la obra que en su bondad realizó en nosotros
a través de Jesucristo”
Efesios 2:6-7 (Biblia al Día)


O sea, que la Iglesia se expone al mundo y le dice: —Mundo mírame, yo soy la expresión de un Dios que me bendijo, la gracia está conmigo y te la transmito, mundo—.
Escucha Iglesia, —la Gracia y la Paz están sobre mí y yo soy bendita, mírenme—...
Eso es lo que tiene que hacer la Iglesia.
Yo lo estoy gritando, pero en la oficina no hay que gritar, hay que exhibirlo.
La versión Reina Valera habla escatológicamente, porque habla de los siglos venideros, el problema del cristianismo es que siempre era “para allá arriba”, siempre era “para cuando Cristo viniera”, siempre era “lo mejor viene arriba”.
¡NO! La versión de la Biblia al Día, dice: “En esta época”...
Eso es lo que quiere Dios, en esta época, mostrar a los bendecidos. No hay mayor gozo para Dios que mostrar a los bendecidos, no a los que andan con la cabeza baja, no a los que andan rezongando, no.
Eso no es expresión de un Dios que levantó a Cristo de los muertos.
Dios a mí y a ustedes, nos levantó de la tumba con Cristo, nos sentó en lugares celestiales, y cuando usted ora lo tiene que hacer desde los lugares celestiales.
No es lo mismo orar desde arriba para abajo, que de abajo hacia arriba, porque de esta última, siempre estará con la mano extendida.

Si esto te sorprende, quiero que sepas qué quiero:
Que Dios esta noche no te deje dormir, y que te revele que eres un bendecido.
¿No estás cansado de cómo vives?
Si, yo me cansé de eso hace muchos años y declaré que nunca más, pero no por mi esfuerzo, sino porque le creí a Dios y me opuse a todo lo que me habían enseñado y a lo que viví; y me paré en la condición de bendecido, de otra manera no podría hoy ejercer un ministerio apostólico, no se puede.
Entonces, quiero invitarlos a hacer una oración que será: ”Señor, yo me considero bendecido, para exhibir las abundantes riquezas de tu Gracia en este mundo”.

Vamos a romper algo en el Espíritu y Dios se va a gozar, porque hay una Iglesia que vive en la plenitud de Cristo.
Hoy voy a romper toda maldición que está sobre su vida Toda que le haya venido del pasado, donde usted se haya metido en ocultismo, donde sus padres lo hayan rechazado, si han sido violados, que no tiene dinero, que sus hijos están en la droga, que el pastor... En el nombre de Jesús, nos vamos a parar en la situación de bendecidos, porque solamente un bendecido arrebata la bendición. No pidamos más, arrebatar la bendición es un reconocimiento del Espíritu y el poder que tiene la habilitación que Dios me ha dado.
Si usted lo hace desde su ser interior apelando a la legalidad de Dios, porque él nos amó y envió a Cristo y nos dio vuelta totalmente y somos bendecidos, si lo hace basándose en la legalidad de Dios y en el Nuevo Pacto, “está hecho en su vida”, no va a necesitar que nadie le ore.
Primero, yo cancelo todo eso y usted va a tomar y reconocer la bendición que ya tenemos.


Padre, en el Nombre de Jesús, estamos reconociendo que somos bendecidos, y por esa bendición yo declaro que hay una unción que pudre el yugo, el Espíritu Santo está aquí, con nosotros, en nosotros y sobre nosotros. La Iglesia es el Cuerpo de Cristo y ahora yo tomo autoridad, sobre espíritus demoníacos que han abortado el propósito de mucha gente, que les han hecho pensar que no servían para nada, que les han hecho pensar que tienen que ser esclavos del trabajo, que les han hecho pensar que lo que ganan, aunque sea una miseria está bien y así tienen que vivir.

En el Nombre de Jesús, arruino, destruyo y derribo todo argumento y toda fortaleza que se levanta contra el conocimiento de Dios. Declaro cancelada toda maldición que, padres, madres, tíos, abuelos, hayan puesto sobre esta gente.


En el Nombre de Cristo Jesús, ahora declaro que empieza a funcionar la mente de Cristo y ahora Señor, en el Nombre de Jesús, tomo autoridad sobre cada cosa que tu Iglesia, como Cuerpo de Cristo tiene, que le impide ver la bendición. Rompo todo velo, toda atadura, toda esclavitud y todo yugo en el Nombre de Cristo Jesús y declaro una Iglesia bendecida, completa, que puede decir Cristo en nosotros la esperanza de Gloria.

Padre, en el Nombre de Jesús, yo soy bendecido, declaro que soy bendecido, declaro que estoy reconociendo la bendición y a partir de hoy y nunca más daré lugar a pensamientos que vengan de Satanás, para hacerme dudar que soy bendecido. Tomo autoridad en el Espíritu, para liderar toda negociación en mi empresa, en mi casa, en todo lugar donde esté poniendo el pié y declaro que voy a vivir en la victoria de Cristo. Mi pasado quedó en la cruz, mi vieja naturaleza ha sido crucificada con Cristo y el que vive en mí es el victorioso, a Él le doy la gloria, a Él le doy la alabanza y de Él es el poder.

Como Cuerpo de Cristo nos declaramos más que vencedores y le damos la honra, la gloria y la alabanza.


(Palabra del Profeta Hernán Cipolla)

Hay algo que el Señor quiere que los pastores sepan de su parte: “Ustedes son, dice el Señor, los responsables de que cada una de las congregaciones que están pastoreando, empiecen a vivir en un nivel de autoridad y en una dimensión mayor de la que el pueblo ha vivido hasta ahora, ustedes han limitado al pueblo porque no les han revelado toda la verdad, pero es tiempo, de que busquen en mi presencia y permitan que mi Espíritu les revele la profundidad de lo que está escrito en la letra de la Palabra, que ustedes descubran por mi Espíritu, la dimensión en la cual Yo ya estoy viendo a Mi Iglesia; no es la Iglesia de los pastores, dice el Señor, es Mi Iglesia, la Iglesia que Yo estoy levantando, estoy fortaleciendo, estoy edificando, estoy haciendo crecer, la estoy parando sobre la Roca, para que sea una Iglesia firme, para que tome autoridad, para que ya no se deje llevar por circunstancias, que sea una Iglesia, que viva en la revelación del Espíritu....

Pero para esto, dice el Señor, ustedes tienen que “abrazar” la gracia apostólica y profética que Yo estoy derramando en este tiempo, sin esa gracia, dice el Señor, Yo no podré abrir los ojos de su espíritu para que vean más de lo que han visto hasta ahora.

El Señor dice, no se resistan, no se resistan, abandonen el orgullo, la posición, el privilegio y entiendan, dice el Señor, que la Iglesia en la cual los he puesto, es Mi Iglesia y Yo la quiero levantar a un nivel que ustedes nunca antes vieron, ni siquiera se imaginaron, nunca antes lo soñaron, pero es el nivel al cual Yo quiero llevar a Mi Iglesia, dice el Señor; y esta palabra también es para aquellos que están en este lugar y Dios los ha llamado al pastorado, pero aún no son pastores.
Esto me mostraba el Señor mientras daba la palabra, esto también es para aquellos que saben por el Espíritu, que Dios los ha llamado al pastorado.

Para ustedes viene un tiempo de desafío, porque no podrán ser pastores como lo que han visto, el llamado pastoral que el Señor está haciendo en este tiempo es un llamado pastoral que tiene una dimensión, una profundidad, una altura que es mucho más que lo que han visto hasta este momento.
Deben pensar como Jesucristo piensa, para ser el pastor que Jesús fue, que lleve a la gente al propósito de Dios, que está en sus corazones.

Esto dice el Señor, a aquellos que están pastoreando o van a pastorear a Su Iglesia.
A ti Señor te creemos y a tu Palabra, para vivir en otro nivel, para que digamos de nosotros, lo que tú has dicho de nosotros, un pueblo ya bendecido, con autoridad, con victoria, sentado con Cristo para gobernar en la tierra y para mostrar su plenitud.
Te agradecemos por lo que has hecho, en el Nombre de Jesús. Amén”.




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