en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
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Dios me enseñó hace muchos años que a Dios no le interesa que nosotros prediquemos un mensaje, sino que traigamos una Palabra venida de Él, porque es aquello que realmente lo que Dios habla, en el momento adecuado, es aquello que bendice nuestras vidas y nos lleva a otro nivel.
Podemos tener muchos mensajes buenos y bíblicos, pero no ser nunca una Palabra de Dios.
Todo ministro tiene el privilegio y la responsabilidad de traer una Palabra venida de parte de Dios, por eso quiero hablarle, por el Espíritu, acerca de cuatro características de una “generación que vive en su presencia”.
Una generación que sabe lo que es la presencia de Dios y sabe vivir en la presencia de Dios.
¿Por qué esto? Esto es lo primero que tiene que entender esta clase de “generación”: que necesita derribar algunas de las cosas que fueron establecidas en la Iglesia por muchos años, pero que no tienen nada que ver con la revelación del Nuevo Testamento. Lamentablemente por muchos años, nosotros hemos tomado el Nuevo Testamento, lo cual es Palabra de Dios; pero no lo hemos pasado por la revelación del Nuevo Testamento de la obra de la gracia, de la sangre de Jesús y de la redención.
Eso hace que traigamos muchos parámetros del Antiguo Testamento, que en el Nuevo Testamento son caducos. David decía: “Señor, me vale más estar un día en tus atrios que mil fuera de ellos”... Pero eso está bien para David, no para mí, ni para usted.
¿Por qué? En primer lugar, porque gracias a Dios en este momento, no hay templo hecho de manos en el que Dios habite, que tenga un Atrio, un Lugar Santo, un Lugar Santísimo, un Patio... Eso no existe el día de hoy. Dice que el templo que Dios habita, no fue hecho por mano de hombre, sino por el mismo Dios y son cada uno de los redimidos, lo cual quiere decir, que yo no puedo decir, —me vale más estar un día en los atrios—.
¿Los atrios de donde? ¿De qué templo? Si el templo somos nosotros. Eso mismo ha hecho que nosotros vivamos con una idea de que tenemos que aprender y tratar de vivir una cierta “clase de santidad”, para aprender a entrar a la presencia de Dios.
Cuando la Biblia me dice que si soy templo del Espíritu Santo, Él me habita a mí, lo cual quiere decir, que yo soy el templo y el Espíritu Santo desde el día que vino a mí, lo cual quiere decir que yo no puedo entrar a ningún lado, porque yo ya estoy en el lugar donde quiero entrar.
A lo que la Biblia me llama, es a no entristecer, ni contristar, ni apagar esa presencia.
A esas tres cosas me llama la Biblia, pero nunca me dice que debo entrar, nunca jamás dice que yo debo entrar.
Un hijo de Dios bajo el Nuevo Testamento, no entra a la presencia de Dios, la presencia de Dios lo habita, él vive las 24 horas del día en la presencia.
Sí tiene, la posibilidad de apagar el Espíritu Santo, de contristarlo, de entristecerlo, y eso sería hacer algo malo con la presencia de Dios que nos habita, pero esa presencia va a estar ahí.
Cuando nosotros entendemos ser una “generación que vive en su presencia”, estamos diciendo una realidad desde el Nuevo Testamento; estamos diciendo, nosotros no somos gente que necesitamos un edificio, un templo o necesitamos hacer alguna oración en especial para sentir que estoy en la presencia de Dios; es más, somos gente que ni siquiera necesitamos sentir que estamos en la presencia de Dios para estar en ella, porque la presencia de Dios nos habita, lo sienta o no lo sienta, me levante una mañana con dolor de cabeza o sano, con una mala noticia o con una buena. La presencia de Dios no cambia por lo que yo siento, la presencia de Dios está ahí, porque Él me habitó desde que yo pertenezco a Cristo Jesús y Él no me ha soltado, —me perteneces, eres mi pertenencia—, dice el Señor —Yo estoy en ti, estoy contigo, estoy sobre ti—, esa es la revelación del Espíritu Santo en el Nuevo Testamento.
Esto quiere decir, que hay muchas cosas del Antiguo Testamento, que nosotros no podemos predicarlas, ni cantarlas. David decía, “entraremos por sus atrios con acción de gracias, luego entraremos con alabanza”... Y está diciendo todo un orden de cómo entrar a la presencia de Dios, pero él necesitaba respetar ese orden.
Pero la Biblia dice, que el velo del templo se rasgó en dos, de arriba hacia abajo y el Lugar Santo fue dividido del Lugar Santísimo, de tal manera que ahora todo hijo de Dios entra todo el tiempo en el Lugar Santísimo.
¿Qué significa eso? Que el tabernáculo de David que estaba caído, está siendo restaurado a partir del tiempo de la gracia y del Nuevo Testamento, ¿por qué? Porque el tabernáculo de David tenía una característica, no estaba dividido, por el Patio, el Lugar Santo y el Lugar Santísimo.
Se entraba, y David veía la presencia de Dios.
Por eso cuanto Cristo Jesús rompió el velo, ¿sabe lo que está diciendo? A partir de ahora se puede restaurar, el tabernáculo caído de David, por eso en el libro de Hechos, Pedro habla de eso, de la restauración del “tabernáculo de David” que estaba caído.
¿Qué es lo que quiere Dios? Que miremos literalmente a su presencia, sin caer muertos, pues antes el que lo miraba moría.
Ahora está dentro de mí para vida.
El Antiguo Testamento, hay que mirarlo a luz de la gracia y la revelación, para empezar a predicar y a cantar aquello que está bajo la luz del Nuevo Testamento, por eso quiero mostrarle algo extraordinario que Dios me mostró en un momento, y no puedo decirle que esto me fue difícil, esto me fue mostrado en un momento de Dios, algo claro acerca de la característica de esta gente.
En Elías vamos a ver la característica de la gente que vive en la presencia de Dios:
“Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad,
dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy,
que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.”
(1 Reyes 17:1)
Quiero mostrarle, algunas cosas a las que me llevó el Espíritu Santo, y yo me quedé muy sorprendido. Cuando puso este pensamiento me hizo buscar algunas cosas, no suelo hacer esto, salvo por una indicación del Espíritu. Pero busqué algo, porque me llama la atención que la presentación de Elías no es con bombos y platillos, no dice Dios cuando presenta —Y ahora va a aparecer, mi gran profeta, Elías—.
¿Saben por qué esto? Es extraño que no esté presentado con bombos y platillos, porque el espíritu de Elías trascendería las edades y las fronteras, empezó con él, siguió en Juan el Bautista y en el último tiempo, en el Apocalipsis, vuelve a aparecer.
Quiere decir, que no hay nada más grande que el espíritu de Elías, por eso es tan raro que comience diciendo, “Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad.”
¿Sabe qué significa Galaad? Significa, señal o testimonio.
Le voy a decir a que nombraron en la Biblia, Galaad: Cuando Jacob hizo un pacto con Labán, en Génesis 31, levantaron unas piedras y dijeron, “estas piedras son testigos del pacto que estamos haciendo”. A esas piedras también se las llamaba, majano, y un majano era una señal o un testimonio de que algo había ocurrido, a eso Jacob lo llamó Galaad, señal o testimonio.
¿Qué quiere decir esto? Que Elías era uno de los moradores llamados a ser testigos de Dios en su tiempo, solo era uno de todos aquellos que habían sido llamados a ser testigos en su tiempo.
¿Cuál fue la situación? La situación fue que, de todos los testigos que vivían en Galaad, sólo uno escuchó a Dios y al escucharlo le dijo “aquí estoy dispuesto, dijo voy a Acab y le voy a decir lo que tú me dijiste que le diga...”
Y cuando alguien vive en el ámbito de la voz de Dios, vive en ámbito de la presencia de Dios, porque sin voz no hay presencia.
Tú puedes vivir con Biblia, tú puedes vivir con mensaje, puedes diezmar, ofrendar...
Pero si no oyes a Dios, tú no tienes presencia.
Sin voz no hay presencia, tienes solamente un culto religioso al cual asistes. Sin voz no hay presencia.
Elías había escuchado la voz, el vivía en al ámbito de la presencia, y Dios no lo presenta a Elías como su gran profeta, no fue Dios quien convirtió a Elías en un gran profeta, fue Elías, que se convirtió a sí mismo, por su actitud, en el gran profeta de Dios.
¿Por qué? Porque fue la actitud arrojada de un hombre que le creyó a Dios, de toda una cantidad de testigos, a decirle —acá estoy, todos mis hermanos en Galaad, que están llamados a ser majano, señal y testimonio tuyo en la tierra, no sé si te escucharon, pero yo sí sé que te escuché y voy a ir a hacer lo que debo hacer, voy a ir a hablarle a Acab lo que tiene que suceder; yo sí voy a hacer una señal, no una señal impávida y pasiva, yo si voy a hacer una señal—.
Desde ese memento la actitud de Elías lo transformó en el gran profeta de Dios, que empezó en esos tiempos, siguió con Juan el Bautista y en el último tiempo aparece nuevamente, el espíritu y el poder del profeta Elías.
¿Cuál es espíritu del profeta Elías? ¿Qué lo caracteriza?
El espíritu de Elías tiene estas características:
1º Característica:
Rompe con la actitud pasiva e inoperante de los testigos. “Desata el espíritu de Elías”
Vamos a trasladar esto a la Iglesia: la Iglesia es la moradora de Galaad, porque cada miembro de la Iglesia fue llamado a ser testigo, pero la Iglesia está como Galaad, en una actitud inoperante y pasiva.
La iglesia es como un submarino, de lunes a sábado están bajo las aguas y nadie los ve, pero el domingo salen de debajo y sacan todo afuera y dicen: —aquí estamos, somos cristianos—, esos son testigos inoperantes e inactivos que no producen ninguna transformación.
Si estás llamado a ser un testigo, estás llamado a romper con un espíritu pasivo e inoperante que no transforma absolutamente nada, eres un testigo.
Primer característica del espíritu, “desata el espíritu de Elías”. Si tú no desatas en tu generación el espíritu de Elías, nada va a suceder donde trabajas, donde estudias, en tus finanzas, en tu matrimonio, en tu casa; si no desatas ese espíritu “que rompe con una actividad inoperante” eres con un testigo lleno de una gran información, pero esa información no le sirve para nada, eso es absolutamente inoperante.
Siempre me pregunto ¿Somos personas que salimos a muchas naciones? Pero cuando estamos en Miami, yo me quedo adentro, en casa, haciendo muchas cosas, pero las pocas veces que salgo por cualquier motivo, me encuentro con gente que está necesitada, siempre está aquel que le podemos predicar, siempre me pasa esto.
No hay una vez que no me ocurra y me pregunto. ¿Cómo es posible que los hermanos estén todos los días en la calle y a ellos nunca les llega la gente? ¿Cómo es posible? ¿Qué es lo que ocurre?
Ocurre algo, la gente no va a ser imantada por gente inoperante, que no desata un espíritu cuando camina, cuando trabaja, cuando estudia, cuando saluda... Hay un espíritu ahí, que golpea a la gente y que la gente pueda decir: —yo me puedo abrir, yo necesito...—
Morador de Galaad “inactivo”. Sí, yo soy un testigo de Cristo ¿Y de qué sirve? Absolutamente de nada.
Primer característica “Desata el espíritu de Elías”. Y no digas, —pero hermano, el espíritu de Elías, se trata de un profeta, mire la Iglesia es la única voz profética sobre la tierra—... Así que, si se trata de un profeta, usted es más todavía, no hay otra voz de Dios si no es por la Iglesia, así que imagínese, estamos perdidos, si usted no tiene ese testimonio y no desata ese espíritu, nadie lo puede desatar.
2º Característica:
“Una generación que vive en su presencia tiene su provisión asegurada”
“Y vino a él palabra de Jehová, diciendo:
Apártate de aquí, y vuélvete al oriente,
y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán.
Beberás del arroyo;
y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer.
Y él fue e hizo conforme a la palabra de Jehová;
pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit,
que está frente al Jordán.
Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana,
y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo.
Pasados algunos días, se secó el arroyo,
porque no había llovido sobre la tierra.
Vino luego a él palabra de Jehová, diciendo:
Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí;
he aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente.”
(1 Reyes 17:2-8)
Déjeme decirle algo, a lo primero que tiene que estar dispuesto es un testigo, si usted es un testigo y tiene una Palabra de Dios, es a no estar fuera de esa Palabra, porque Elías le podría haber dicho, —bueno Señor ahora que yo di la Palabra, ¿cuál es el hotel cinco estrellas con aire acondicionado, para que yo no viva el asunto de la sequía?, porque yo fui fiel, yo traje la Palabra Señor, no me vas a hacer eso...— Y sí, le dijo el Señor, yo tengo un hotel cinco estrellas, frente a un arroyo llamado Querit.
Ahora veamos, la palabra Querit y la palabra Sarepta, significan dos lugares donde toda persona que viva en la presencia de Dios tendrá que pasar.
1. La primera, Querit, viene de la palabra Karat y significa cortar, pero cortar para hacer pacto.
Dios lo lleva al arroyo de Querit, para que aprenda Elías que la gente que vive en su presencia, es gente de pacto y Él le va mostrar pacto, le va a decir “mi gente, la gente de pacto siempre estará provista”. ¿Cómo lo vamos a demostrar?
Cuando hablamos de pacto, no tenga usted la idea vil y profana de pacto que, aún del pacto matrimonial que usamos en estos tiempos, tan liviano, esa no es la idea de pacto en Dios.
La idea de pacto en Dios es, cortar un animal a la mitad, separarlo en las partes y que las personas pasaran diciendo, hágase conmigo como se hizo con este animal si yo no cumplo mi parte del pacto; es decir, que me partan al medio, si yo no cumplo lo que digo.
Es decir, que cuando estamos hablando de pacto según Dios, la cosa es muy diferente.
¿Qué hace Dios entonces? Dios le dice vas a parar en Querit, vas a aprender lo que significa pacto.
Y cuando una persona está bajo pacto, libera y desata el espíritu de Elías.
Aquellos que se tienen que comer la carne son los que te van a traer la carne, el cuervo come carne, no trae carne; el carnicero trae carne, no el cuervo. Pero en Dios, cuando tú estás bajo pacto, es imposible que tu provisión no este asegurada.
¿Y sabes por qué el pueblo de Dios es un morador de Galaad inactivo?
Porque está cuidando su provisión.
Cree que su provisión está determinada de acuerdo a lo que haga no de acuerdo al pacto, entonces no desata el espíritu de Elías, porque tiene miedo de que no haya pacto, de que no haya provisión.
Dios le dice a Elías, te vas a poner en ese lugar y yo te voy a enseñar lo que significa pacto; y cuando alguien está bajo mi pacto, lo que ocurre es contradictorio, es antinatural. Aquél que te tiene que sacar, va a ser el que te viene a dar.
Déjeme darle un testimonio, hace un tiempo atrás, Dios puso delante de mí un automóvil caro, un Cadillac es un automóvil caro, y con 30.000 millas. Vino un día un hermano de la Iglesia y me dice ¿Lo quieres? No, le dije, no necesito auto. Míralo me dice, su propietaria se va del país y lo vende, es un auto caro, y yo le dije que a la verdad, no necesito un auto, pero que si este auto es para mí, no hay forma, “es para mí”.
¿Y que pasó? Llega el último día y esta mujer ya se va, y hablamos de un auto de más de 12.000 dólares. Le dije que todo lo que yo le puedo dar son 6.000 dólares. Llega la última noche, ella se iba al otro día, casi a las nueve de la noche ella me llama y me dice —¿Tú estás interesado por el auto?—.
Le dije —sí, pero tú sabes lo que ya hablé—. Había ido a un lado y a otro y todos le decían que sí, venían con el dinero y nada; y hoy le había dicho un señor, que venía a pagarle 10.000 dólares y no vino. Le contesté, —lo que tú quieras, el auto es tuyo yo no te puedo decir nada—. Me contesta, —te lo vendo ya—. Le hago el cheque y a los cinco minutos que hago el cheque, golpean la puerta, el hombre que le venía a traer los 10.000 dólares, me esperó una hora afuera, ofreciéndome 500 ó 1.000 dólares para que yo le entregara el auto y le dije que se vaya, no se lo voy a dar por ningún dinero, dile que se vaya.
Ahora bien, ya tengo el auto, pero ya no tiene garantía, usted tiene que ir a Cadillac, y Cadillac es muy caro. Llegamos allí y me dicen que el auto está perdiendo aceite por la tapa; le digo —¿Cómo puede ser, si es un auto de 30.000 millas?—. —No señor, me dicen, esta tapa es de plástico y es un defecto de fábrica, pero no está en garantía y no se lo van a hacer—.
—No, ustedes lo van a pagar porque es un defecto de fábrica y yo no lo voy a pagar, ustedes van a pagar todo—.
Dejé el auto y fui a mi casa, llamo a Cadillac y les digo cuál es el problema, que mientras dejé el auto me llevaron con chofer a mi casa, y cómo justo cuando vino un huracán, me dejaron sin auto porque el servicio cerró... Y les dije que tenían un problema grave, que si no me arreglaban el auto gratuitamente, no sabía si no iba a pedirle uno nuevo, pues iban a tener una demanda porque en tiempo de huracán me dejaron sin auto.
¿Sabe qué pasó? Más de 1.200 dólares puso Cadillac...
Los cuervos me tienen que sacar el dinero a mí, no me lo tienen que dar... ¿Oh sí? Me lo tienen que dar.
¿Qué hubiese hecho usted, si ya habló con todos, qué hubiese hecho? Bueno, me dijeron que no se puede, que vamos a hacer, vamos a tener que sacar como 1.000 dólares, No, no lo acepto.
¿No lo acepto? Lo que yo le estoy diciendo es una niñería, no es nada, pero “muestra algo que nosotros tenemos que empezar a desatar”, si hay algo en nosotros que es superior al mundo, quien te tiene que sacar, es quien te tiene que dar.
Cuando está bajo pacto, el diablo trabaja para usted, el diablo es enemigo, pero tiene que trabajar para usted; aún el diablo trabaja para ustedes, porque el diablo no puede hacer nada que no está bajo el permiso de Dios y como usted está bajo pacto, aunque Dios le permita hacer algo al diablo, a la postre, usted le va a aplastar la cabeza, porque se le va a devolver al diablo el asunto, es decir, tarde o temprano, él va a tener que trabajar para usted.
Así que lo primero que aprende la gente que vive en la presencia es pacto.
Mi provisión por pacto es sobrenatural.
¿Por qué es sobrenatural? Porque Jesús dijo que si el reino es primero, las cosas me tienen que ser añadidas... Algún argentino diría, si pero aquí hay que agregar que si no estamos en esta corrupción que hay en este país... y agregaría un adjetivo calificativo, que no puedo repetir.
Es decir, dice —esto no se puede cumplir—.
¡No!, Jesús dijo que si estoy bajo pacto, desatando el espíritu de Elías, eso se tiene que cumplir, no dependo de una situación, ni económica, ni social, ni política, aunque Dios me tenga que mandar cuervos, los cuervos van a venir.
Ahora bien, Dios podría haber evitado que a Elías se le secara el arroyo ¿Sí o no?
Sí, pero hay un plan, una vez que entiendes pacto, lo segundo que Dios te tiene que hacer entender, es que, Él te tiene que pulir.
2. La segunda palabra: Sarepta.
Significa refinamiento, acrisolar, pulir, refinar como se refina el oro en el fuego.
—¿Elías, ya entendiste el pacto?—.
— Sí Señor, ya sé que no me va a faltar nada—.
—Entonces ahora que no te va a faltar nada, te voy a mandar una viudita, a la cual vas a tener que ayudar—.
Elías dijo que seguramente me manda una vieja rica de Sarepta, a la más rica, a esa me manda para que yo esté tranquilo, por fin voy a salir del arroyo, estaba incómodo, por lo menos me voy a sentar en una silla...
Cuando llega, Elías se entera que no hay tal cosa, que no está cómodo, y dice, —Señor no entiendo, debe haber alguna que tenga dinero; ésta la salí a ver y me dice que son los últimos leños que no tiene nada, me vino a hablar de problemas y yo la verdad no estoy para atender gente, me siento cansado, después de estar tres meses en Querit.
¿Por qué es necesario que una persona de pacto esté refinada, pulida, acrisolada?
Porque lo segundo que tenía que aprender Elías era esto, que cuando una persona está bajo pacto “ya es una persona bendecida”.
Si él iba a la viuda de Sarepta buscando su bendición estaba equivocado. Su bendición estaba en bendecir a esa viuda.
Le estaba diciendo Dios a Elías, que si desataba el espíritu de Elías, que si era un verdadero testigo suyo y sabía lo que es pacto, iría donde hay crisis, donde las cosas están duras y no que esté buscando a ver cómo salía de la crisis.
Si preguntas al Señor como salir de la crisis, Dios te dice, —te voy a mandar a una viejita que no tiene nada, que está más en crisis que tú, ve a ella y cuando la veas y ella te diga que no tiene nada, tú ve y dile una palabra, desata el espíritu y dile que te haga una masa a ti primero, porque allí no va a faltar ni harina, ni aceite.
Cuando él bendijo a la mujer, ¿Quién fue el bendecido? El.
Por eso en la gente que tiene espíritu de pacto, “nunca, siete veces nunca, está buscando su bendición”.
¿Sabes por qué estás pobre? Porque estás buscando ser bendecido. Y seguirás pobre, porque tienes un problema en “la azotea”, en la Argentina diríamos en “el mate”, es decir, en la cabeza.
¿Por qué hay un problema?
Porque yo estoy creyendo que necesito solucionar los problemas de mi vida, y en realidad la vida no es un problema para solucionar, sino un propósito para vivir.
Hay gente que se va a levantar mañana diciendo ¿Cómo soluciono el problema de esta semana?
Si tú vives así, es porque no entiendes nada. Del pacto, ni hemos empezado a hablar de él. Mañana tienes un propósito para vivir, es más, te puedes levantar y decir que lo haces siempre, y dices —Señor, hoy es día de sorpresas, mira que espero sorpresas. Yo no quiero días naturales, eso lo vive cualquiera, tú me puedes sorprender—. Claro que a veces me dice, bueno, pero sorpréndeme tú a mí, porque a veces le pedimos a Dios que nos sorprenda.
¿Nosotros lo sorprendemos? Tú eres sorprendido cuando tú sorprendes.
Déjeme poner un ejemplo: Jesús entró a la casa de Simón, y Simón no le dio beso, no le lavó los pies y vino una mujer de mala vida y empezó a enjugar los pies, a echar el perfume y Simón dijo ¡Dios mío! ¡Si este fuera profeta sabría que clase de mujer lo está tocando! Tan santo el hombre...
Entonces el Señor, le dijo Simón, te voy a hacer una pregunta ¡Qué profeta el Señor! Le dijo, —mira Simón, tú no me diste agua, no me diste beso, pero ésta no ha parado de hacerlo, por lo tanto te voy a decir que amó mucho, sus muchos pecados le son perdonados—.
Y a la otra le dijo que donde se predique el evangelio se va a hablar de ésta.
¿Por qué fue sorprendida la mujer? Porque ella primero sorprendió a Jesús.
¿Cuándo tiempo hace que no haces una locura para demostrarle a tu mujer que la amas? Si tu no haces locuras, no vas a recibir locuras de tu mujer. ¿Estoy siendo claro?
Nosotros tenemos un problema, somos tan medidos y responsables que no permitimos fluir a Cristo en nosotros. Tenemos que ser responsables, pero no al punto donde Cristo no fluya.
Porque hoy le dije al Señor, ¡Sorpréndeme! Y me dijo, —sorpréndeme tú a mí—. ¿Por qué así?
Nosotros todo el tiempo le estamos diciendo al Señor que nos sorprenda, pero ¿Sabe que el Señor se agrada cuando le sorprendemos con un acto de amor? Puede ser una tontería para cualquiera, eso a mí no me importa, lo que importa es que si para mi Señor no es una tontería, porque probablemente ese acto quede en la historia por los siglos de los siglos y yo ni siquiera me entere, pero ahí quede un acto realizado en la oscuridad de una casa...
Ella lo sorprendió. Y cuando tú entiendes pacto, lo segundo que entiendes es que no estas viviendo para ser bendecido.
Tú eres un bendecido que está solamente colocado para bendecir y en la bendición de los demás está tu bendición.
Yo me he dado cuenta todo el tiempo, que mi único pensamiento cada vez que recorremos un lugar, es ser esa bendición que Dios está esperando, y Dios nunca me defraudó, porque si algún pastor me quita mi ofrenda, Dios trae los cuervos, y yo siempre me voy con mi ofrenda. Sea que a mí, ellos no me pueden pagar, yo no voy para eso, yo voy a bendecirlos, y Dios sabe que en la bendición de ellos está mi bendición. Tiene que suceder, no puede ser de otra manera, debe suceder.
“Hijo, deja de pensar, tu provisión está asegurada” pero tienes que entrar en pacto.
Una persona llena de temor, que si camina a la derecha, mira bien... y si camina a la izquierda, mira bien... o mejor piso la baldosa del centro, mira bien... Hermano no te irá bien, porque tú no tienes convicción en nada de lo que haces, tú no sabes lo que es un pacto.
Por pacto te levantas y caminas firme. ¿Cómo no me va ir bien? El bien y la misericordia me siguen todos los días de mi vida, a mí me va bien. Aunque tenga problemas, a mí me va bien siempre.
A los problemas le va mal pero a mi me va bien.
3* Característica:
“Una generación que vive en su presencia arriesga todo obedecer la palabra”
“Apártate de aquí, y vuélvete al oriente,
y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán.
Vino luego a él palabra de Jehová, diciendo:
Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí;
he aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente.”
(1 Reyes 17:3, 8-9)
(Entonces él se levantó y se fue a Sarepta).
Pasados muchos días, vino palabra de Jehová a Elías
en el tercer año, diciendo:
Ve, muéstrate a Acab, y yo haré llover sobre la faz de la tierra.”
(1 Reyes 18:1)
¿Y qué hizo en tres años? ¿Qué problema para nosotros? Sí, porque como estamos obnubilados con lo productivo, con el éxito... ¿Tres años?
Y en tres años, ¿qué hizo? Se la habrá pasado con la viejita comiendo torta. Yo lo que veo de los profetas es que son magníficos, “Dios me habló, lo hago; no me habló, no lo hago”...
Nosotros estaríamos —¡Háblame Señor! ¡Habla que tu siervo oye!—
La pregunta es ¿Para qué va a hablar? Cuando haya algo que hacer, Él lo va a hablar. Pero a veces no queremos que él nos hable cuando haya algo que hacer.
¡Ah! —Es que hoy necesito, me siento tan deprimido, hoy necesito saber que me Él me ama—...
La sangre de Cristo te dice todo el tiempo que te ama, está rociada sobre ti, todo el tiempo te dice que te ama, ¿para qué queremos que hable? Tranquilo...
A los tres años, cuando tenía que acabar la sequía, le habló, mientras tanto él estaba en comunión con Dios, —tranquilo Elías—...
No estaba preocupado por el éxito de nada, por el ministerio de Elías, tres años sin ministerio, ni una palabra en tres años...
“Fue, pues, Elías a mostrarse a Acab.
Y el hambre era grave en Samaria.”
(1 Reyes 18:2)
“Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto,
se acercó el profeta Elías y dijo:
Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel,
sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel,
y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo
he hecho todas estas cosas.”
(1 Reyes 18:36)
¿Qué le estoy mostrando? Que la vida de alguien que vive en su presencia es:
“Dios habla, yo hago. Dios habla yo hago... Es la vida más sencilla que hay”.
Hay un solo detalle en toda la vida de Elías, y vea qué le pasó en un solo detalle de una persona de pacto que no entendió:
"Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho,
y de cómo había matado a espada a todos los profetas.
Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo:
Así me hagan los dioses, y aun me añadan,
si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona
como la de uno de ellos.
Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida,
y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado.
Y él se fue por el desierto un día de camino,
y vino y se sentó debajo de un enebro;
y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida,
pues no soy yo mejor que mis padres.”
(1 Reyes 19:1-4)
Quiero mostrarle un principio: Cuando Elías toma esta decisión, la toma ¿oyendo a Dios o la toma oyendo al miedo? Oye al miedo que le dice escápate.
¿Sabe qué vino después del miedo? Depresión.
Cuando tú oyes otra voz que no es la voz de Dios, entras en depresión y en angustia, tú no puedes oír la voz de tu temor. Duda... No puedes oír la voz de la pregunta sin respuesta, porque vas a terminar en la depresión.
Muchos cristianos están deprimidos, porque está atribulado, porque en vez de oír la voz de Dios oye las voces de la circunstancia, de la familia, del problema, de lo que está afuera. Está oyendo las voces y al oír las voces, entra en depresión.
Aún Elías, tremendo hombre, entró en depresión cuando oyó otra voz que la que debía oír.
Pero me gusta el buen sentido del humor de Dios, sígame en la lectura.
“Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido;
y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo:
Levántate, come. Entonces él miró,
y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas,
y una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a dormirse.
Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó,
diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta.”
(1 Reyes 19:5-7)
Me agrada mucho lo que Dios hace con Elías, no le habla deprimido.
La gente, generalmente espera que Dios le hable en depresión y Dios no habla en depresión, —¡Pero ahora es cuando más lo necesito!—... Dios no habla en depresión.
Dios dijo —bueno, duerme otro rato, si te vas a enajenar, enajénate bien—.
Porque dormía para enajenarse, y cuando usted entra en depresión duerme, es un síntoma escondido de la depresión.
Pero mire lo que ocurre ahora:
“Se levantó, pues, y comió y bebió;
y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días
y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios.”
(1 Reyes 19:8)
Quiero que entienda algo, en el reino de Dios todo es sobrenatural, auque usted sea un hombre o una mujer natural y si Dios necesita en algún momento llamarlo a una misión especial y llamarlo a algo de esto, Dios lo va a hacer. ¡Una comida cuarenta días!
Cuando termina él de hacer esto, mire qué ocurre:
“Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche.
Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo:
¿Qué haces aquí, Elías?.”
(1 Reyes 19:1-9)
¿Cuál es la pregunta? —¿Elías quién te mandó aquí, Jezabel? Y, ¿Quién dijo que Jezabel gobierna tu vida? ¿Elías, no te mostré el pacto? ¿No te mostré los cuervos? ¿No te mostré la viuda de Sarepta?—.
Esto me dijo Dios: “Hay algunos que les tengo que hacer esta pregunta, ¿Qué haces aquí? No estás donde Dios te dijo que estés. Estás en cualquier otro lado y estás ahí por miedo; estás ahí tratando de salir de una situación, tratando de solucionarla, por eso estás ahí y Dios te dice hoy ¿Qué haces aquí?
Cuando Dios te pregunta ¿Qué haces aquí? Es, porque estás fuera de la voz de Dios y si estás fuera de la voz de Dios, estás fuera de la voluntad de Dios.
Entonces él le dice, pensando que es un gran valiente:
“El respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos;
porque los hijos de Israel han dejado tu pacto...”
(1 Reyes 19:10)
¿Y tú no? Si acabas de correr por temor. —¡Ah no, pero temor no es lo mismo que andar idolatrando, Señor!— Pero temor es pecado.
... han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas;
y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.
El le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová.
Y he aquí Jehová que pasaba...”
(1 Reyes 19:10-11)
¿Cómo es posible esto, del mismo hombre que tuvo la valentía de decirle a los demás que agarren a los ochocientos cincuenta profetas y que no dejen escapar a ninguno hasta que los maten a todos, que ahí lo podían haber matado, pues eran muchos más, que le podrían haber dicho, nosotros no te entregamos a nadie, con una autoridad sobrenatural hace todo y cuando escucha una voz de una mujercita, que le va a quitar la vida, el hombre se olvida del pacto de Querit, se olvida de Sarepta, se olvida que acaba de matar ochocientos cincuenta profetas falsos, sin que nadie le pueda tocar la vida, y sale huyendo?
Es el única vez que Dios le dice: ¿Que haces aquí Elías?
Esa pregunta te la tienes que responder. Porque a veces nosotros estamos donde la voz de la cultura dice... donde la voz de mamá dice... donde la voz de la familia dice... donde la voz del problema dice... ahí fuimos, ahí corrimos.
Y cuando vayas ahí, Dios te va a enfrentar y te va a decir —aquí Yo no te mandé... así esto no se soluciona. Se soluciona donde yo te envío; si vas a donde yo te envío, ahí vas a estar bien—.
Así que éste es el único pasaje donde Elías no obedeció a Dios, y estuvo fuera de la voluntad de Dios. Es el único momento que estuvo ajeno a la voz de Dios, el único momento que no se estuvo jugando el todo por el todo por obedecer la Palabra de Dios, porque esa era su cobertura y esa era su protección.
4* Característica:
“En la misión de Dios no hay estrellas”
"Entonces Acab convocó a todos los hijos de Israel,
y reunió a los profetas en el monte Carmelo.
Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo:
¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos?
Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él.
Y el pueblo no respondió palabra.
(1 Reyes 18:20-21)
"Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías
y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto
que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo
he hecho todas estas cosas. Respóndeme, Jehová, respóndeme,
para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios,
y que tú vuelves a ti el corazón de ellos.”
(1 Reyes 18:36-37)
Cuarta característica muy importante, “no hay estrellas”.
La misión de Elías no fue decir, —“A partir de ahora, señores, que mate los ochocientos cincuenta profetas, yo soy el líder espiritual de esta nación y todo Israel va tener que estar solamente bajo mi cobertura, porque no hay otro profeta como yo en esta tierra; ni que se asemeje siquiera a uno como yo. Ahora ustedes van apoyar mis campañas de caída del fuego del cielo y los voy a usar a ustedes, para que me den recursos para mis campañas de caída del fuego del cielo... Vamos a hacer caer fuego del cielo en todas las ciudades de las naciones que vamos a recorrer y ustedes, como son buenos hijos de Dios, van apoyar mi campaña de caída del fuego del cielo y vamos a levantar este ministerio grandemente”.
Elías dice, que se sepa que tú me estás usando a mí para volver el corazón de ellos a ti, no a mí, ni al ministerio, ni al profeta, ni a la grandeza de alguien.
Hasta este tiempo el Cuerpo trabajó, apoyó y se levantó, para apoyar y levantar a los “ungidos” que hicieran el trabajo para traer la gente a la iglesia. Y el plan de Dios es completamente inverso.
Lo establecido en la escritura es: “Yo levanto cinco ministerios, para que esos edifiquen a Mi Iglesia, que es la verdadera ungida en la tierra. Y a través de Mi Iglesia, se alcance hasta el último rincón de las naciones”.
Se terminan las estrellas singulares, para que aparezca el varón perfecto, la gran estrella de Dios en la tierra, llamada “el Cuerpo de Cristo”, “el varón perfecto”, “la desposada”, “la que tiene la Palabra”, para eso están siendo perfeccionados y entrenados los santos.
No viva más en la Iglesia del pasado, porque cuando se han levantado grandes ministros y han caído, inmediatamente se ha desmembrado ese cuerpo.
¿Por qué se ha desmembrado? Porque era una cantidad de gente, apoyando financieramente a un ministerio, para que ese ministerio mostrara el poder de Dios y a través de él, vinieran las almas a conocer a Cristo Jesús. Ese modelo está equivocado, por eso está caído.
Pero donde hay un equipamiento de la Iglesia, el líder puede ser bueno; y luego, por otra circunstancia, puede caer; pero la Iglesia no se desmiembra, porque como no está siguiendo a un hombre, la Iglesia está sujeta a autoridad. Quiere decir, que cuando esta autoridad se corre, porque Dios habló que otra autoridad tiene que venir, la Iglesia continúa igual, no cambia nada, porque el que está sentado en la Iglesia, no está por fulano de tal... ¿Y cuándo usted predica? Me preguntan. Yo no sé cuando predico, respondo. ¿Qué significa eso? No, yo quiero venir cuando usted predique.
¿Me entiende? Es decir, se acaban los recursos para levantar ministerios y vienen los recursos para levantar a la Iglesia, el Reino de Dios.
Solo cuatro características:
“Desata el poder de Elías”...
“Tiene su provisión asegurada”...
“Obedece la palabra de Dios”... y
“lo único que quiere es volver el corazón del pueblo a Dios”.
Los cinco ministerios, no hacen la obra del ministerio.
Los cinco ministerios equipan a los santos para que sepan cómo hacer la obra del ministerio, así que si usted no predica en el trabajo, en la calle o donde está, yo no puedo solucionar eso, ese no es mi problema, no lo puedo solucionar, directamente no es mi problema, porque esa es su tarea.
Usted está en la calle, yo no lo puedo remplazar allí donde trabaja, es usted quien está ahí, usted es el dueño y señor de ese lugar, gobierna ahí.
Quise ser sencillo en esto, necesitamos sacar de nuestras mentes cosas que nos tienen atados a un sistema, a una cosa vieja que no funciona.
Definitivamente cuando esto funcione sobre su vida, hay dos cosas que se van claramente de usted: El temor y la duda, porque ésas pertenecen al hombre natural. El hombre espiritual ni teme, ni duda, sabe dónde camina. Y cuando emprende, cualquier cosa que emprenda en esa unción, todo viene a su mano, porque Dios va hacer algo poderoso en medio de la Iglesia.
Estamos trabajando y hace años, que trabajamos, para levantar un Cuerpo en toda nación, un Cuerpo que predica, que está firme, que hace los milagros y sanidades, un Cuerpo que lo hace.
Y esta iglesia, Generación en Conquista, supo desde el primer día, que nunca iba a depender de alguna figura, o de tres personas; que estaremos en cualquier parte del mundo, pero Dios tiene sus autoridades y las cosas van a funcionar, porque ésta es una Iglesia fundada por Cristo, no fundada solamente por hombres ungidos que tienen una unción determinada.
Pero usted no sigue ungidos, usted sigue al Espíritu de Dios que lo trajo a este lugar, para ser equipado y trabajar bajo una unción diferente.
Hay gente que hace tiempo, tiene ideas nuevas, pero tienen que desatar, quitar el temor, dejen de pensar si son de Dios, son de Dios pero desátalas por favor, necesitar sacar fuera esto que es de Dios para tu vida.
Amado, pido que desates el espíritu de Elías, no sólo en ser un testigo de predicación, desátalo en cualquier área de tu vida o tu familia que esté pasiva e inoperante.
¿Está tu matrimonio inoperante, tus finanzas, tu familia, tus ideas? “Desata el Espíritu de Elías”.
Si lo desatas y dejas de decir que eres uno más de los moradores de Galaad...
Lo único que Dios estaba esperando, no era tener el poder y el reinado, Dios lo tenía, pero Dios no podía manifestarlo si no había alguien que se levantara para demostrarle.
Dios tenía un montón de testigos ¿Pero se estaba demostrando el poder de Dios?
No, se estaba demostrando el poder de Acab, un poder diabólico, literalmente. Pero cuando “uno sólo”, desató ese espíritu, Dios desató el poder, uno sólo.
¿Por qué no puedes ser tú, ése que desate el poder de Dios?
No te tengas en poco, si llamó a Elías tisbita, él era “uno” de los moradores de Gaalad.
Pero es preferible ser Elías que Sansón. A Sansón lo anunciaron los ángeles, pero terminó como un cretino y ciego por baboso... Le gustaban todas; no estaba conforme el hombre, tenía un problema que solucionar. ¡Y lo anunciaron los ángeles a Sansón!
¡De Elías! solamente dice: “uno de los moradores de Gaalad”...
Hermano, no importa su origen familiar, dígale a Dios:
¡Señor úsame, en esta nación o en la que tú quieras! Para desatar el espíritu de Elías...
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