en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
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(Leticia Cipolla...)
Hubo un hombre, que cuando era niño se podría haber considerado como un niño prodigio, hablaba con tal sabiduría que la elite de sabios y conocedores de su época se maravillaban al escucharlo, cualquiera podría haber pensado que ese niño bien dirigido, llegaría a ser alguien con mucho poder y ser respetado por haber alcanzado grandes logros, sin embargo, ese niño mientras crecía y se convertía en hombre, desempeñó un oficio común, tal vez, algunos se preguntaron, ¿qué pasó, por qué los padres no tuvieron la capacidad de explotar todo lo que tenía? Otros quizás pensaron, que como los padres eran pobres no tuvieron la posibilidad de ofrecerle algo mejor, y posiblemente, pensaron que por no provenir de una familia de cierta alcurnia no pudieron heredarle algo mejor.
Ese hombre dejó el oficio que tenía para ocuparse de su verdadera vocación, la sabiduría que se manifestó siendo niño ahora hacía que todos, sin excepción, quedaran asombrados pero no sólo por lo que hablaba, sino también por lo que hacía.
Era extraordinario lo que enseñaba, pero sobre todo lo que vivía. Siempre se destacó por servir y hacer bien a las personas. Es notable que en su historia no se narra un interés por alguna mujer, pero sí podemos saber que nunca se casó, que nunca tuvo hijos, por lo que no perpetuó su nombre, cosa de mucha estima en esos tiempos.
En una ocasión, quisieron hacerle gobernante pero no aceptó. A los ojos de cualquiera parecería que a pesar de ser tan sabio este hombre se conformó con ser un mediocre, sin ambiciones personales, sin riqueza, sin familia. Muchos habrán pensado que, ¡qué desperdicio de potencial! Al fin de cuentas no le ha servido de nada.
Es importante decir que murió muy joven.
Si tuviera que resumir su vida, diría, fue un hombre que nació, vivió y murió sabiendo lo que hacía, fue un hombre que murió por amor y amando, fue un hombre que dejó una enseñanza que permanecerá por siempre.
En el presente es honrado y respetado por muchos, ignorado y hasta despreciado por otros tantos, pero se puede afirmar que su vida dejó huella en la historia de la humanidad. Para ese hombre, su vida no hubiera tenido ningún sentido sólo por conseguir sus anhelos o haber alcanzado su propósito personal. Su ejemplo de vida nos enseña que nadie que se mira a sí mismo y vive para sí, podrá ser de bendición a otros.
(Hernán Cipolla...)
Sin duda esta historia puede ser común a muchos o extraña para muchos otros, yo no le voy a decir de quién se trata hasta más tarde, no se lo voy a decir ahora. Posiblemente algunos puedan intuir de quién, pero lo cierto es que la historia no es ficticia y ese hombre dejó en la humanidad, sobre todo para aquellos que reconocen lo que él hizo, dejó una huella que es imborrable, pero sobre todo porque no tuvo un afán personal y eso es lo más notorio de la vida de esta persona. No se lo puede ver en algún momento de su vida como alguien queriendo alcanzar algo propio, como alguien que se viera intimidado por la sociedad, que otros pudieran opinar de él que no tenia, que no podía, que no había alcanzado ciertas cosas, y eso le diera tal temor o tal vergüenza, que él quisiera cambiar lo que sentía verdaderamente y tomar un rumbo diferente. Nada ni nadie lo pudo desviar de lo que él creía que debía hacer y sabía que tenía que hacer.
Yo quiero leer algo antes de comenzar a compartir otras cosas, porque mientras adorábamos al Señor, en el último momento que estábamos adorando al Señor, el Señor me recordó unos versículos de la Palabra, y no es necesario que lo busquen yo simplemente lo voy a leer, pero dice Efesios 1:11 y 12, de ésta manera:
\"En él… en Cristo… asimismo tuvimos herencia,
habiendo sido predestinados
conforme al propósito del que hace todas las cosas
según el designio de su voluntad,
a fin de que seamos para alabanza de su gloria,
nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo.\"
Efesios 1:11 y 12
La Palabra establece que en Cristo tenemos herencia, y tenemos una herencia porque, primeramente, Dios hizo algo a nuestro favor y lo que Él hizo es que nos predestinó.
O sea, en toda su sabiduría y en lo que Él planeó para la humanidad entera, en nosotros nos vio como personas, hombres y mujeres, que teníamos un destino de vida, pero ese destino de vida era conforme al propósito suyo. Y esto es lo que más me llama la atención, porque cuando Dios nos salvó, lo que quería Él hacer es que pudiéramos comprender lo que sin la persona de Cristo en nosotros, sin el Espíritu Santo, jamás sería posible comprender, ningún hombre, ninguna mujer, puede comprender lo que vale, lo que tiene sin Cristo. ¿Sabe por qué? Le voy a explicar por qué, porque cuando nos volvemos a relacionar con Dios y cuando volvemos a tener intimidad con Él, entonces Él pone su propósito en nosotros. Que veamos hombres y mujeres en la Tierra, que alcanzan grandes cosas, no significa que lo han alcanzado todo, no significa que tienen un entendimiento cabal de lo que sus vidas representan sobre esta Tierra; simplemente descubrieron algo del potencial que todo ser humano tiene por esencia, porque al ser, ser humano, Dios les puso su imagen y semejanza, como a ti y a mí, aunque no haya nacido de nuevo. Por descubrir ese potencial interno que los seres humanos tenemos, es que muchas personas alcanzan grandes cosas, buscan sus sueños y los obtienen, pero en la mente de Dios nuestras vidas no están para eso.
Y yo voy a comenzar viendo con ustedes algunas cosas, posiblemente conocidas por todos nosotros, pero el objetivo de Dios, es que lleguemos a una meta en esta tarde y que podamos entender el corazón de Dios para quitar de nuestra mente y de nuestra percepción de la vida conceptos que se han arraigado, pero que se han arraigado equivocadamente. Y es necesario, es tiempo de desarraigar esos conceptos para que lo que viene de Dios sea establecido, se afiance y eso de Dios eche raíces.
Lamentablemente, cuando hay algunas cosas que las tomamos pero las hacemos y las concebimos a nuestra manera, esas cosas son las que echan raíz y después no permiten que la buena semilla pueda implantarse.
Ahora, antes de comenzar con otros pasajes, yo quiero que usted vea que el versículo 12 de Efesios 1, dice que hay un objetivo por el cual fuimos predestinados y tuvimos herencia según el designio de su voluntad dice, a fin de que… a fin de que seamos para alabanza de su gloria… a fin de que seamos para alabanza de su gloria.
Permítame decirle que tiene que ser una revelación en nuestros espíritus que estamos sobre esta Tierra con un único y exclusivo fin, ser alabanza continua a la gloria de nuestro Dios.
Por eso, déjeme decirle que lo que el Espíritu Santo estaba haciendo hoy durante la adoración, ¿sabe qué era? Haciendo que nuestros ojos se voltearan a Él. Pero si bien es algo que pude percibir, al mismo tiempo me llama la atención que el Espíritu Santo me haga percibir eso, y le voy a explicar por qué. Porque se supone que el Espíritu Santo no necesita un llamado de atención, o hacernos percibir algo por el estilo, porque nosotros sabemos para qué estamos aquí, ¿estoy siendo claro?
No estoy culpando a nadie con esto que digo, simplemente lo que quiero expresar es que si el Espíritu de Dios está haciendo algo, es porque Él necesita volver nuestros corazones y nuestros ojos y nuestra atención a su persona. Porque déjeme decirle algo, lo que ocurre aquí es un pequeñísimo ejemplo de lo que ocurre todos los días, ¿estoy siendo claro? Si en este lugar, que todos sabemos que somos el cuerpo de Cristo reunido en el nombre de Jesús para alabar y glorificar su Nombre, Dios necesita llamar nuestra atención, ¿qué pasará de lunes a sábado? Posiblemente, está a los gritos y no escuchamos, posiblemente mueve todas las cosas, pone circunstancias, mete vallas adelante de nuestro camino, y aún así no lo vemos.
Si no lo vemos, es porque hay algo que se enraizó en nuestro espíritu y no proviene de Dios y no nos permite ver lo que sí es de Dios. Cuando vemos lo que es de Dios, nuestra vida de todos los días tiene sentido, porque sabemos para qué vivimos. Y déjeme decirle que vivir no es solamente, ni haber nacido de nuevo, ni haber alcanzado madurez espiritual, vivir significa que yo sé de parte de Dios para qué piso esta tierra.
Mire, la verdad es que yo no vivo para ser profeta, quiero que me escuche muy bien, yo no vivo para ser profeta, yo soy profeta, como llamado de Cristo para cumplir una función específica, pero yo vivo aquí por algo que es mucho mayor a ser profeta.
Por lo tanto, ser profeta, y un mejor profeta y un más reconocido profeta, no es el anhelo de mi corazón, a mí no me interesa eso, lo cual me hace libre, ¿sabe de qué? De que Dios cambie los planes, me hace libre de que Él dé una orden y todo, de un momento a otro, sea cambiado por Él. Yo soy libre, no tengo nada que temer, dejar de ser profeta a los ojos humanos no me avergonzaría porque yo estoy en esta Tierra por algo que es mucho mayor a eso.
Entonces, usted y yo necesitamos entender que somos Iglesia de Jesucristo, ¿sabe por qué? Porque hay algo que nos tiene que ser revelado, es muy simple, es muy sencillo y tiene que ver con Efesios 1: 11 y 12.
En Cristo, usted y yo tenemos herencia, porque fuimos predestinados según Su perfecta voluntad, con un sólo objetivo: ser para alabanza de la gloria del Señor. Es decir, todo lo que hago es para Él y en todo lo que hago, Él es visto.
Ahora, yo quiero que vayamos juntos, ahora sí, al evangelio de Lucas, el capítulo 14, voy a leer un versículo, que posiblemente la mayoría de ustedes recuerde muy bien, Lucas 14, voy a leer el versículo 26:
\"Si alguno viene a mí,
y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos,
y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida,
no puede ser mi discípulo.\"
Lucas 14:26
Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.
Lo primero que necesito explicarle, es que la palabra \"aborrecer\" no está usada en el sentido de odiar, de tener aversión por las personas que Jesús menciona, padre, madre, hijos, hermanos, hermanas y la propia vida, no se trata de eso. La palabra tiene que ver con amar menos, ahora, yo no me voy a meter en el tema familiar o en el tema sentimental, no es el mensaje de este día; ahora, si alguno tiene alguna cosita allí que todavía necesita ver delante de Dios, pues véala, no necesita que yo se lo diga, ¿está bien? Si alguno tiene que analizar delante del Espíritu Santo alguna de estas cosas que Jesús mencionó, usted tiene libertad porque el Espíritu Santo habita dentro suyo, para que Él se lo muestre y usted haga lo que tiene que hacer.
Pero, sí quiero pararme en el último pedacito, o mejor dicho, antes del final, porque dice, y también a su propia vida.
Jesús dice, si alguno no ama menos su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y ahí, aunque no lo digamos acá adentro, sí hay un corto circuito, sí lo hay, porque amar menos mi propia vida significa tanto como, no darme importancia, y no darme importancia sería tanto como no tener el más mínimo cuidado, pero Jesús no está diciendo eso, lo que Jesús está diciendo es, tú necesitas entender que para vivir en calidad de discípulo, tú tienes que ver tu vida como yo la veo y ponerla en su justo lugar.
Hoy en día estamos bombardeados por todo lugar para tener cuidado de nosotros mismos, usted vea las publicidades en la tele, las publicidades en los periódicos, en las revistas, usted hable con los compañeros, hable con las mujeres, todo gira de acuerdo a qué pasa conmigo, yo necesito cuidarme, yo tengo que estar bien, yo necesito alcanzar otras metas, yo tengo que lograr otras cosas, yo tengo que avanzar y crecer, yo tengo que darle mejor futuro y porvenir a mi familia, yo lo tengo que lograr, el centro de atracción es el yo, todo gira en torno a mi persona porque si no girara alrededor de mi persona, porque si no girara alrededor de mi persona, yo no le encuentro sentido a la vida, y creo que si no gira alrededor de mi persona tampoco voy a heredarle a mis hijos, a mi familia el verdadero sentido de la vida, porque si ellos no ven que yo me valoro, que me cuido y que hago lo que tengo que hacer ellos no van a tener ejemplo.
Pero en Cristo, es absolutamente contrario a todo esto, en Cristo amar menos la propia persona es, que mis intereses personales quedaron a un costado y están absolutamente muertos para mí, yo no tengo intereses personales delante de Dios. Alguno estará pensando, bueno, no tener intereses personales quiere decir que, yo justo estaba pensando cambiar el carro, eso es un interés personal, yo justo estaba meditando en el Señor cambiar de trabajo, ¿será un interés personal? No, mire, yo quiero decirle esto, usted y yo necesitamos entender que nada de lo que hoy voy a expresar y estoy expresando, tiene que ver con ser personas abandonadas, con ser personas que no les importan las cosas o con ser personas que no tienen cuidado de manifestar al Señor en todas las áreas de su vida, yo no estoy hablando de eso. No estoy hablando del conformismo que nos lleva a la mediocridad, no estoy hablando de eso. Por eso, lo que Letty leyó acerca de este hombre, tenía que ver con eso porque muchos cuando vieron a este hombre, seguramente pensaron, tiene todo para hacer lo que él quiera pero no está haciendo nada, se conformó con ser mediocre, no hizo nada y podría haberlo hecho todo y solamente se conformó...
No… no… no… no, él no se conformó, jamás fue mediocre y cuando yo le diga, de quién se trata, menos podríamos pensar que esa persona podría llegar a ser mediocre.
¿Sabe lo que pasaba en esa persona, en ese hombre? Él sabía muy bien cuáles eran sus intereses y todo lo que hacía giraba de acuerdo a sus intereses, pero no eran los personales, sus interés era ver qué pasaba con las personas que lo rodeaban, de qué manera él podía bendecir y hacer bien a aquellos que estaban alrededor suyo, por eso, todo lo hizo de acuerdo a esa premisa en su vida.
Por lo tanto, cuando Jesús está enseñando, que es necesario aborrecer o amar menos la propia vida, está diciendo, que aquel que tiene sus intereses personales intactos, no le está dando la prioridad al Señor y a su Reino, y eso es lo que viene a chocar con la mentalidad de este mundo, y quiero decirle, aún a aquellos que posiblemente, hace relativamente poco tiempo hayan entregado su vida a Jesucristo o a aquellos que estoy convencido y seguro, que hoy mismo lo van a hacer o que a partir de hoy decidan hacerlo, quiero anticiparles algo, entregar la vida a Jesucristo, ¿sabe qué significa? Significa que ahora usted es de Él y vive para Él, por eso, Dios lo rescató.
Entre otras cosas, Dios se ha alegrado enormemente cuando usted le entregó la vida, porque ya no está atado al pecado, porque ahora tiene otra herencia, porque ahora tiene otro objetivo de vida, porque ahora usted sabe que tiene vida eterna, porque ahora puede vivir sano y libre para siempre, Él está feliz por eso, pero no se conforma porque Dios no es conformista.
Dios cuando lo salvó estaba viendo más allá, porque desde antes de que usted naciera Dios ya tenía una vida para usted, y esa vida que Dios tiene para usted va mucho más allá a que usted pueda decir, ahora soy salvo, ahora soy hijo de Dios y ahora me congrego en la iglesia fulana de tal... Dios tiene algo mucho más allá.
Por lo tanto, le aconsejo sacar ese CD que nos han metido y que ha opacado lo que viene de Dios, nosotros no estamos viviendo la vida para alcanzar mayores cosas a los ojos de los hombres, para eso Dios no nos rescató, Él nos rescató para que viviéramos para Él, y para que en todo tiempo hagamos exactamente lo que viene de Él, de esa manera solamente, el Reino de Dios es implantado.
Ahora, déjeme decirle que cuando esto no está en el corazón, no es que Dios no nos pueda bendecir, ¿qué quiero decir? Dios puede bendecir a un hijo suyo y usted ve que cambia de trabajo, que tiene un mejor salario, que cambia de auto, que compra casa, que terminó los estudios, todo, todo, todo lo que usted piense esa persona lo logra, pero que Dios esté permitiendo esa bendición sobre su vida no significa que esa persona está siendo un discípulo que ama menos su propia vida, y ése es el problema, ahí está el punto de conflicto para los hijos de Dios, que aún lo que hacemos en nombre de Dios no lo hacemos para Él, lo hacemos para nosotros.
Hay una gran diferencia en hacer lo que yo quiero en nombre de Dios pero porque yo quiero alcanzar esa meta, en hacer lo que viene de Dios para Él tal cual me lo dijo, y disfrutar de las bendiciones que Él permite, son dos cosas completamente diferentes.
Por eso, fíjese lo que dice el versículo 33 del mismo capítulo, dice:
\"Así, pues, cualquiera de vosotros
que no renuncia a todo lo que posee,
no puede ser mi discípulo.\"
Lucas 14:33
¿Sabe qué significa esto? Que aquel que ama a Dios con todo su ser, no se aferra a nada de lo que podemos llamar posesión, llámese familia, llámese trabajo, llámese salario, llámese una empresa, llámese hijos, llámese estudios, llámese una carrera, llámese un título profesional, llámese un ministerio, llámese un llamado de Jesucristo lo que usted quiera que pueda llamarse posesión, o sea, esto es mío, ninguna de esas cosas va a ser estimada jamás por un verdadero discípulo del Señor.
El verdadero discípulo, ha renunciado a todo lo que posee, es decir, internamente dice, Señor Tú me diste una casa y yo la disfruto, pero la tenga o no la tenga no cambia lo que hay en mí. Señor, yo sé que en el trabajo me están por promover a algo mayor, yo sé que me van a cambiar el salario, yo sé que le voy a poder dar mejores cosas a mi familia, pero Señor, eso no cambia la perspectiva que yo tengo de vida, aunque mañana a punto de estar en un nuevo sillón y en una nueva oficina, me dijeran va todo para atrás, Tú eres el mismo y mi propósito de vida sigue siendo igual, yo renuncio a todo lo que poseo.
Déjeme decirle algo que está siendo grave dentro del cristianismo, y es que como la maldad y el pecado han aumentado, la gente cuando se encuentra con el Señor, encuentra su tabla de salvación, se agarra al Señor y no lo suelta por un instante, y no digo que esté mal el tema es, ¿por qué se agarra y por qué no lo suelta? Ese es el asunto, porque es necesario que todo aquél que ama a Dios se aferre a Él y no quiera soltarse jamás, pero con un corazón puro.
Una cosa es que yo me tome de Dios para decir, Señor necesito solución de esto, Señor cambia aquello, Señor soluciona esto otro, Señor haz esto que yo no puedo, Señor ahora que yo te conozco Tú me has prometido que vas a hacer todas las cosas a mí favor, Señor tu Palabra dice que para Ti no hay nada imposible, haz esto que a mí me parece imposible... Todo lo aferro, pero porque quiero para mí, y no hay nada más terrible para Dios, un hijo que lo único que esté buscando sea todo para él. ¿Sabe por qué? Porque Dios no se ve reflejado.
Mire, si usted es padre y usted en la vida de sus hijos inculcó algo que usted sabe que es bueno, usted quiere que con el paso del tiempo eso que inculcó lo pueda ver reflejado, porque en definitiva cuando los hijos actúan de acuerdo a lo que les hemos enseñado están reflejando a sus padres.
Es por eso que los padres, a veces, cuando los hijos meten la pata nos sentimos, ah... ¿por qué? Porque, no sólo porque el nene hizo algo malo, porque el nene tiene papás y los demás van a decir los papás de este nene cómo serán si el nene hizo lo que hizo. Claro, imagínese usted que el hijo crece, pero en realidad todo lo que usted inculcó cada vez se desvirtúa más, va a llegar un momento que usted, como padre o como madre, va a sentir una frustración tal que va a decir, yo quise darle lo mejor, quise inculcarle los mejores valores y principios en su vida pero nada de lo que hace me refleja, y cuando viene a tocarme o me llama o me busca es porque algo necesita, todo el tiempo es porque algo necesita.
¿Cómo se sentiría usted como padre? Avergonzado y fracasado.
Ahora, imagínese usted a Dios teniendo hijos que todo el tiempo… papá líbrame, ayúdame, solucióname, hazme esto, cámbiame esto otro, yo no puedo, Tú si puedes... todo el tiempo así, Dios dice, mira yo no tengo problema para hacerlo, es más, algunas cosas las voy a hacer porque Dios es bueno, Dios es bueno, nadie le puede torcer su esencia ni se la puede arrancar, Él es bueno, las va hacer, pero Dios no se verá reflejado y mientras Dios no se vea reflejado, ¿sabe lo que no tiene Dios? Un espejo en el mundo, ¿me está entendiendo?
Iglesia juntos, individuo por individuo conformamos la Iglesia, el Señor no puede ser visto si estos individuos en un solo espíritu y en una misma mente, no sabemos para qué vivimos sobre la Tierra.
Permítame decírselo de esa manera, yo no puedo decir, bueno, los de esta fila no cumplen con el requisito pero los demás somos muchos, no sirve.. Permítame, pero no sirve; si no sirve en una empresa mucho menos para el Reino de Dios, porque cuando una empresa se ha trazado un plan de acción necesita que todos los departamentos vayan a la perfección de acuerdo a ese plan, porque tienen un objetivo, si los de venta están luchando por el objetivo pero los de contabilidad lo echan abajo, como suele pasar en las empresas, ¿no? hay problemas, hay problemas y alguien tiene que poner las cosas en orden, pasa en una empresa.
Mi hermano, en el Reino de Dios es imposible que el Reino se establezca, sea visto y se engrandezca sobre la Tierra cuando hay parte del equipo que está viviendo para otro objetivo, ¿estoy siendo claro?
El que no renuncia a todo lo que posee no puede ser mi discípulo, no es que intente, las palabras de Jesús son claras, no puede.
Ahora, ¿sabes qué diferente se siente disfrutar la bendición de Dios? Totalmente diferente. Mira, déjame leerte Lucas 18, yo te voy a mostrar la diferencia, Lucas 18:29 y 30, dice:
\"Y él les dijo: De cierto os digo, que no hay nadie
que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer,
o hijos, por el reino de Dios,
que no haya de recibir mucho más en este tiempo,
y en el siglo venidero la vida eterna.\"
Lucas 18:29-30
Hay una abismal diferencia para aquél que realmente ha abandonado los intereses personales, y es claro Jesús, por el Reino de Dios. No es por asuntos supuestamente espirituales, en el nombre de Jesús, pero que están de acuerdo a mi corazón, no es eso, no, no, no... no tiene nada que ver con eso.
Podemos aún hacer cosas para Dios, servir a Dios, pero desde el objetivo personal, desde la realización propia y estamos perdidos, pero la diferencia es que cuando yo he renunciado a todos esos intereses y a la realización personal, si no está en juego lo que los demás puedan pensar u opinar de mí, yo sé para qué vivo en la Tierra y para quién lo hago. Entonces, Dios está libre de sobreabundarme con muchas más cosas de las que yo me hubiera imaginado, pero ninguna de esas cosas me mueve.
Quiere decir, que hoy Dios me lo da y mañana me lo puede quitar, hoy me lo da, mañana me lo puede pedir, yo disfruto el haberlo tenido como disfruto el haberlo entregado, para mí es exactamente igual.
Por eso, en lo que yo estoy diciendo, y bien dijo algo mi esposa al principio, mire, si usted intenta darle vuelta a esto y analizarlo y ponerlo bonito, que acá en la mente todo encaje bien, posiblemente se pierda de lo que el Espíritu Santo le quiere transmitir.
Para recibir esto, usted necesita decirle al Espíritu de Dios, yo quito todo lo que he pensado hasta ahora, me deshago de todo eso. Por favor, hágalo, dígale al Señor, quito todo esto, yo renuncio a todo lo que ha cautivado mi mente hasta ahora, porque por haberla cautivado yo no he entendido la esencia de tu Palabra y de tu Reino, no he entendido lo que Tú me estás hablando desde hace mucho tiempo y encuentro que no soy efectivo, pero es que no soy efectivo porque me falta algo, porque lo tengo todo en Cristo Jesús, no soy efectivo porque desvié el propósito original.
Déjeme decirlo, usted sabe y aún lo ha escuchado muchas veces de boca de nosotros, y hablo en nombre del Ministerio Generación en Conquista, acerca de lo que tiene que ver con el propósito en la vida, pero como suele pasar algunas veces, cuando se habla mucho sobre algo porque se quiere enfatizar y quiere que eso se avive en el corazón de la Iglesia del Señor, muchas veces eso luego se empieza a desvirtuar, se toma lo verdadero para pasarlo por el filtro de lo que a mí me parece y se termina cambiando lo que realmente es de Dios.
Lo que le quiero decir es esto, estamos convencidos que Dios tiene un propósito con cada uno, pero yo lo voy a decir de esta manera, Dios no me ha dado ni le ha dado a usted un propósito para satisfacernos a nosotros mismos, quiero que me escuche muy bien. Por eso, Efesios lo dice con toda claridad, recibimos herencia de acuerdo al propósito suyo, porque sino, ¿sabe lo que hago yo? Yo digo, este es mi propósito y voy a vivir por mi propósito, y voy a hacer todo lo que tenga que hacer para cumplir mi propósito, y el propósito de Dios a la basura... Y luchamos y queremos alcanzar las cosas, pero es lo mío.
Por eso, Jesús dijo, el que no renuncia a todo lo que posee... Porque si yo estoy desvirtuando el propósito de Dios para hacer lo mío por interés personal, a partir de ese momento, eso es mi posesión y yo no estoy renunciando a ello, como tengo posesión yo digo, Señor esto es mío, es más, Tú me lo hablaste, Tú me lo diste, Tú me lo dijiste, es mío... ¡cúmplelo! Porque es tu Palabra. No. Los intereses están cambiados
Por eso, fíjese que pasa en las dos puntas lo mismo; una punta es aquellos que quieren lograr más, alcanzar más, crecer y recibir más, y pasa en la punta extrema del otro lado de aquellos que están metidos en problemas, en situaciones que siempre le dan vueltas a los mismos asuntos y nunca pueden salir. A los dos les pasa lo mismo, como están inmersos en sus intereses, ya sea que tengan mucho o ya sea que están metidos en problemas y no lo puedan solucionar, de todas maneras, el problema principal no es que alcancen mucho o que tengan muchos problemas y situaciones, ¿sabe cuál es el problema? Claro, que no tienen el propósito de Dios arraigado en sus corazones.
Por eso, no hay nada peor que cuando tú tienes una situación difícil, seguirle dando vuelta a la situación y dándole vueltas, ¿sabes por qué? Porque por darle vuelta, lo único que estás haciendo es revolviéndote en el asunto y Dios quedó, ¿quién sabe dónde? Lo único que manifiesta una persona que siempre pide, que siempre quiere, que siempre quiere alcanzar más, que quiere solucionar cosas, lo único que manifiesta esa persona, es que tiene un solo interés, él mismo, ¿estoy siendo claro iglesia?
¿Qué es lo que te mueve para relacionarte con Dios cada día? ¿Qué te mueve para acercarte a tus autoridades espirituales? ¿Qué te mueve para estar gozoso en el culto del domingo y alabar al Señor con todo el corazón? ¿Qué te mueve Iglesia? ¿Qué te mueve?
Tú puedes hacer todo eso pero porque necesitas algo o quieres algo, lo que te mueve no es Dios, lo que te mueve eres tú mismo y usas a Dios para que Él lo pueda conceder.
A veces, como que necesito recordarme a mí mismo que hemos sido llamados profetas al arrepentimiento, ¿sabe por qué? Porque agradable, no es, ¿sabe por qué? Porque uno quisiera decirle otra cosa, humanamente, aprovechar este tiempo... están la gran mayoría de los miembros de las iglesias bajo cobertura de esta área, uno quisiera poder decir otra cosa y que usted en este momento estuviera saltando hasta el techo aplaudiendo y gritando, ¡qué emoción! Pero déjeme decirle, que aún si yo lo haría, ¿sabe a quién estaría mirando? A mí mismo.
Iglesia, si hay algo que puedo vislumbrar por el Espíritu, es una iglesia en esta área, como nunca se ha visto y le voy a decir el por qué.
Hay iglesias en México que son conocidas por ser iglesias crecientes, iglesias numerosas, iglesias, permítame el término, afamadas, y no estoy con esto menospreciando a nadie, a ninguna iglesia, Dios me libre de hacer una cosa como esa. Lo que estoy queriendo decir es esto, hay iglesias muy conocidas y se sabe que el evangelio de Jesucristo ha crecido en esta nación, pero desde que estábamos allí sentados y cuando estábamos adorando a Dios, varias cosas ocurren dentro de uno porque el Espíritu Santo muestra, habla y manifiesta cosas, y una de las cosas que podía vislumbrar, era que Dios está expectante de levantar una Iglesia como jamás se vio. Una Iglesia que llama la atención pero, ¿sabe por qué? Porque muestra una esencia diferente, no va a ser la clásica iglesia que llama la atención porque de pronto tiene mucha gente, porque de pronto el edificio, porque de pronto es conocida, porque de pronto sale en los periódicos, porque de pronto los pastores de esa iglesia tienen un programa de televisión o de radio, no, y no digo que nada de eso pueda ocurrir, por favor entiéndame en el espíritu, todo eso tiene que ocurrir y va a ocurrir pero, ¿sabe cuándo? Cuando la Iglesia tenga pureza de espíritu y corazón, para tener intacto dentro de ella para qué vive sobre la Tierra.
Por el Espíritu, puedo vislumbrar una Iglesia con estas características, una Iglesia que aunque una se llame Éxito familiar, otra se llame Generación Satélite, otra se llame Tiempos de Gloria, Manantial de vida, Naciones por Herencia, Hijos del Reino... y espero no olvidarme de ninguna, eso es una circunstancia porque eso describe algo particular que Dios le mostró a los pastores de esa congregación, que tiene que ver con el área dónde están y tiene que ver con la misión que hay que cumplir en ese lugar geográfico, pero son una Iglesia que comparten el mismo Espíritu, la misma mentalidad, la misma visión y sobre todo, son puros de espíritu, puros de espíritu, puros de espíritu, no hay mezclas, no hay intereses personales allí, ni desde las autoridades locales, llámese pastores hasta el hermano que haya ingresado el domingo pasado porque entregó su vida a Cristo, ni del más grande al más pequeño tienen intereses personales que desvirtúan el propósito del Señor.
Eso es lo que yo puedo vislumbrar por el Espíritu, pero iglesia, es necesario despertar a que, hasta ahora hemos puesto muchas trabas a Dios, le hemos expresado muchas cosas y hemos puesto nuestros intereses a Dios y le hemos dicho, son buenos nuestros intereses, queremos que Tú los cumplas.
Y hemos luchado, hemos trabajado y nos hemos esforzado por los intereses, pero no hay trabajo, lucha y esfuerzo por el Reino de Dios.
No estoy diciendo, iglesia, que no han estado haciendo la tarea que se les ha encomendado, escúcheme por favor, no tiene que ver con una tarea práctica, no tiene que ver con un ministerio, no tiene que ver con que usted esté predicando el evangelio en una célula, no tiene que ver que esté usando o no esté usando La historia de Nikhos, no tiene que ver con eso, es una cuestión de espíritu y corazón, es que yo he abandonado todo lo que me enreda porque es mío y le he dicho al Señor, no tengo nada mío todo lo que tengo es tuyo, Tú eres el motivo y tu Reino es lo que me mueve, tus intereses son mis intereses, no estoy aquí para hacer, Señor, lo que a mí me parece o lo que yo quiero, estoy aquí para que se cumpla tu voluntad.
Quiero mostrarle un ejemplo en Génesis, voy a leer pocos versículos en la historia de José, es un muy buen ejemplo, creo que muchos de nosotros conocemos bien la historia de José y si no es así le invito a leer en su casa si tiene una Biblia. Génesis, para que usted pueda conocer la historia de José, en los capítulos finales, déjeme decirle, desde el capítulo 37 en adelante, usted puede conocer la historia de José si es que no la conoce muy bien, yo no me voy a detener hoy en la historia de José pero quiero mostrarle algo de José.
Génesis capítulo 45, voy a leer y los versículos 3 al 8, lo voy a leer en la Nueva Versión Internacional, dice:
\"—Yo soy José —les declaró a sus hermanos—.
¿Vive todavía mi padre?
Pero ellos estaban tan pasmados que no atinaban a contestarle.
No obstante, José insistió: — ¡Acérquense!
Cuando ellos se acercaron, él añadió: —Yo soy José,
el hermano de ustedes, a quien vendieron a Egipto.
Pero ahora, por favor no se aflijan más ni se reprochen el haberme vendido,
pues en realidad fue Dios quien me mandó delante de ustedes
para salvar vidas.
Desde hace dos años la región está sufriendo de hambre,
y todavía faltan cinco años más en que no habrá siembras ni cosechas.
Por eso Dios me envió delante de ustedes:
para salvarles la vida de manera extraordinaria
y de ese modo asegurarles descendencia sobre la tierra.
Fue Dios quien me envió aquí, y no ustedes.
Él me ha puesto como asesor del faraón y administrador de su casa,
y como gobernador de todo Egipto.\"
Génesis 45: 3-8
¿Usted nota algo en las palabras de José? ¿José hace alusión primero a quién era y a lo que había logrado? No. José, ¿sabe de qué se ocupa? De que sus hermanos, de que sus hermanos ni siquiera se afligieran o tuvieran temor, pone un manto de misericordia y de amor sobre la vida de aquellos que lo vendieron cínicamente y con todo odio porque no lo soportaban.
Mire, déjenme decirles, que hay que ser muy espiritual para tener la actitud de José, la verdad... porque algunos de nosotros o la mayoría o todos posiblemente, en los zapatos de José, siendo segundo de Faraón y teniendo en frente a esos diez buenecitos hermanos que me vendieron y que me hicieron y que me defraudaron, y que pasé las mil y una por causa de esos, ahora me la van a pagar... y alguno puede decir, bueno pero alguno dirá, pero se las hizo pagar antes cuando les hizo toda la historia y los culpó y los acusó y que le trajeran al más pequeño y que mandó con la copa... y que... No, no. No tiene nada que ver con venganza, tiene que ver con una estrategia de Dios para que cuando llegara el momento ocurriera lo que él les había dicho que había soñado cuando apenas tenía diecisiete, ¿saben qué hermanos? Soñé unas espigas y la mía yo la ponía ahí y todas las de ustedes se inclinaban. Pero este mocoso, diecisiete años, el más chiquito y que nos vamos a poner a...
¿Pero sabe lo que pasa? Fíjese la diferencia de corazón, yo quiero que usted lo vea muy bien.
José, ¿sabe por qué lo dijo con libertad? Porque él no tenía una ambición personal, quiero que perciba las cosas que son del Espíritu en la Palabra. ¿Pero sabe por qué sus hermanos lo odiaron? Porque ellos, sí tenían una ambición personal.
Ahí está la diferencia. Esa diferencia, ¿sabe qué trae? Rivalidad entre el Cuerpo de Cristo, ¡ah! pero aquél, pero Dios lo bendice, pero Dios le da, pero Dios derrama sobre él, cada vez tiene más, parece que nunca nadie lo detiene a este...
¿Nunca te preguntaste que posiblemente, ese nada de lo que Dios le está dando jamás se lo pidió? ¿Nunca se te cruzó por la mente, que Dios se está manifestando de esa manera en la vida de ese que no te está gustando tanto y que te está costando tanto saludar cuando termina la reunión, porque ese tiene su corazón en Dios y no en eso que tú ves? La diferencia está en que tú ves esas cosas porque te interesan, y ese las tiene y las disfruta porque no le interesan. ¡Claro, esa es la gran diferencia! Esa es la diferencia, no hay otra diferencia.
Los hermanos miraron a José y dijeron, éste se nos quiere subir encima pero no nos respeta, nosotros somos los mayores, vivimos trabajando, encima éste va y le cuenta a nuestro papá lo que hacemos.
Pero ahora se encontraron con su hermano y pensaron, éste nos las hace pagar de principio a fin, olvidémonos de la vida, esclavos para siempre.
No, un espíritu y un corazón correcto lo único que hizo fue traer un manto de misericordia y de amor sobre la vida de sus hermanos. No tengan ningún miedo, en realidad yo estoy aquí hablándole a ustedes como su hermano, ¿saben por qué? Porque Dios me trajo antes que a ustedes para preservarles la vida, para que no se mueran por falta de alimento, Dios me trajo a mí, porque después, si a través de esto ustedes son salvados, estamos salvando a una generación, pero estamos salvando al pueblo de Dios.
Dios me trajo a mí porque a partir de nosotros Dios tiene una nación y hay una promesa de Dios, por eso Dios me trajo a mí, ni se preocupen lo hicieron un poco tontamente y la verdad es que sufrí algunas cositas pero no se preocupen, no les guardo rencor, fue todo idea de Dios. ¿Me está entendiendo?
Por eso, cuando ni siquiera entendemos que las circunstancias o los problemas que estamos viviendo, es porque Dios está en el medio y lo único que buscando es la solución pero no encontramos a Dios en esas circunstancias o en ese problema, realmente estamos en un conflicto, porque José en todo lo que le pasó, siempre vio a Dios. Porque cuando alguien tiene algo claro en su corazón, sabe hacia dónde camina. José sabía que su vida era para honrar a Dios, que su vida era para hacer todo lo que Dios quisiera que él hiciera, nada más. Como no tenía nada desvirtuado en su corazón no tenía ambición de poder, no estaba buscando a ver cómo yo puedo ser más... Lugar que José pisaba, en el momento de pisarlo era parejo a todo el resto que estaba alrededor suyo, desde el momento que pisaba un lugar José era llevado a otra cosa, cuando llegó a la casa de Potifar, ¿qué diferencia tenía con otros esclavos? Ninguna, llegó como un esclavo más, pero José llegó a ese lugar y José fue el único que levantó. Llegó a la cárcel, ¿y qué diferencia tenía con los otros presos? Ninguna, era un preso más, pero José llegó a la cárcel y a partir de ese momento todo cambió, ¿sabe por qué? Porque lo único que le interesaba a José era mostrar a Dios, lo único que José tenía en su corazón eran los intereses de Dios, no estaba pensando en sí mismo.
Así que, iglesia es importante que nosotros al ver estos ejemplos y de un hombre en el Antiguo Testamento que ni siquiera tiene las ventajas que hoy nosotros tenemos, los beneficios por la vida de Cristo que nosotros tenemos, el avance con respecto a ese hombre que tenemos porque el Espíritu está en nosotros, cuándo nosotros veamos esa vida, nosotros veamos que si este hombre tuvo eso en su corazón, cuanto más nosotros debemos tener en el nuestro cuando ya hemos gustado el sacrificio de Cristo, y hemos visto el poder de su resurrección en nuestra vida.
Quiero leer algo más, Hechos 26, voy a leer desde el versículo 16, aquí está hablando Pablo y está relatando la conversión que él tuvo cuando iba camino a Damasco en busca de cristianos que era el objetivo principal de su vida antes de conocer a Cristo, y él narra su conversión, y lo dice de esta manera, yo quiero que preste atención a las palabras de Pablo:
\"Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti,
(le está hablando, obviamente el Señor)…
para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto,
y de aquellas en que me apareceré a ti, librándote de tu pueblo, y de los gentiles,
a quienes ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan
de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios;
para que reciban, por la fe que es en mí,
perdón de pecados y herencia entre los santificados.\"
Hechos 26:16-18
Fíjese una cosa, el centro de atención del llamado del Señor a Pablo y del entendimiento que Pablo tenía de su ministerio, nunca fue la realización personal, escúcheme muy bien, Pablo está narrando su conversión y dice las textuales palabras que el Señor le habló, y cuando dice lo que Dios le habló dice, el Señor me dijo que se apareció a mí para librarme de mi pueblo y aun de los gentiles a quiénes a partir de ese momento me enviaba para que esos gentiles fueran quitados de las tinieblas y traspasados a la luz para que tuvieran salvación y para que sus vidas fueran transformadas.
Usted no ve a Pablo diciendo, el Señor se me apareció para llamarme como apóstol de Jesucristo porque tengo una misión muy grande que hacer y soy alguien muy importante para Dios. Usted no ve a Pablo diciendo esas palabras, las podría haber dicho, ¿sí o no? Tenía una misión importante, ¿no? Era un apóstol importante, ¿no? Pero, ¿sabe cuál es la diferencia? ¿cuál era el centro de atención? Pablo jamás fue el centro de atención, Cristo, sí era el centro de atención.
Por eso, él aún narrando lo que había ocurrido, y usted después en el capítulo 28 lo puede volver a leer porque él vuelve a compartir por tercera vez su conversión, pero lo hace ante autoridades civiles, ¿está bien? Que estaba ahí para ser acusado, él vuelve a decir las mismas palabras, ¿sabe por qué? Porque él en su corazón estaba limpio delante de Dios, no estaba defendiéndose por la posición que tenía, estaba hablando cuál era el propósito de Dios en su vida, porque de ser aquel que perseguía a los cristianos y de ser ferviente fariseo, ahora era uno que estaba a favor del mensaje del evangelio y de Jesucristo.
¿Cuál es el centro de atención que te motiva? ¿Dónde estás parado tú, en la escena de Dios? Porque Dios tiene una escena para tu vida y para la mía, pero, ¿dónde estamos parados nosotros, en el medio de la escena siendo nosotros los protagonistas, o nosotros estamos dentro de la escena viendo cómo Jesús se manifiesta a través de nuestra vida?
Filipenses capítulo 1, por favor, voy a comenzar a leer versículo 15, dice:
\"Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda;
pero otros de buena voluntad.
Los unos anuncian a Cristo por contención,
no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones; pero los otros
por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio.
¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad,
Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún.
Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo,
esto resultará en mi liberación, conforme a mi anhelo y esperanza de que
en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre,
ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte.
Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra,
no sé entonces qué escoger.
Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho,
teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor;
pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.
Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros,
para vuestro provecho y gozo de la fe, para que abunde vuestra gloria de mí
en Cristo Jesús por mi presencia otra vez entre vosotros.\"
Filipenses 1:15-27
Fíjese, hay dos partes aquí en este pasaje muy notorias, la primera, Pablo está hablando de aquellos que predicaban el evangelio, y al decir, aquellos que predicaban, marca dos grandes rubros o dos grandes grupos. Unos por vanagloria, por rivalidad; otros por verdadero amor. Pero dice en un momento, los unos, en el 16 dice, anuncian a Cristo por contención, no sinceramente. Y yo quiero mostrarle lo que significa, por contención, porque me llamó mucho la atención. Fíjese, si bien para nosotros son dos palabras, en el griego original es una sola palabra y esta palabra fue cambiando en su significado, ya que originalmente designaba a un segador o labrador y después a cualquiera que trabajaba por remuneración o salario. Más adelante, esta palabra describiría a una persona interesada únicamente en su propio bienestar, susceptible de ser sobornada, siendo ambiciosa en busca tan sólo de oportunidades de promoción. De ahí, su significado evolucionó hasta designar a un elector en política, un espíritu partidista que recurre a cualquier método con tal de ganar seguidores.
Cuando Pablo dice, algunos anuncian por contención, está diciendo, esos anuncian a Cristo sólo por ambición personal. Parece que, en la época de Pablo pasaba lo mismo, así que, por lo menos eso nos tranquiliza un poquito, es un alivio, no sólo ahora, ayer también pasaba, ¿Sabe por qué? Porque el corazón del hombre es igual en todos los tiempos, aun el hacer algo para Dios que está disfrazado de espiritual, que viene de parte de Él, lo puedo hacer porque yo quiero lo mío, yo necesito ser reconocido aquí, yo quiero ser visto, yo tengo ambición de poder, yo quiero tener adeptos y seguidores, yo quiero que esto crezca, yo quiero que mi nombre prevalezca.
Mi hermano, fíjese algo particular, Pablo, por tratarse de algo espiritual, supuestamente, fíjese que no los reprocha, porque no los reprocha, no dice, pero esta gente... No, al contrario, dice, ya sea por una cosa o por la otra, Cristo es anunciado. Pero, ¿sabe lo que sí hace Pablo? Marcar la diferencia.
Esto quiere decir, que posiblemente usted no entienda algunas cosas, no perciba muchas otras, o le parezca que esto no es para usted y siga haciendo las cosas como usted piensa que deben ser hechas, lo único que les digo, es que Dios siempre va a marcar la diferencia y aquellos que realmente hacen las cosas para Dios y por Dios, son aquellos que Dios toma en cuenta para verdaderas promociones, pero promociones que vienen del Espíritu, promociones que hacen a los fines del Reino de Dios sobre la Tierra.
Usted no piense que haber sido encargado de un ministerio y que ahora lo pongan un pasito más adelante, y que después reciba una palabra de pastorado y que después llegue a ser pastor, es una promoción porque usted es muy lindo, muy bonito o tiene mucha capacidad o porque está hablando algo bueno de usted, no tiene nada que ver con eso. ¿Sabe lo que Dios está haciendo? Impulsándolo a que piense como Él, a que sienta como Él, a que anhele como Él, a que tenga en su corazón sus intereses, a que usted diga, yo ahora estaba acá y tenía un grupito de dos, ahora me puso acá tengo a cinco, y ahora me traspasó para acá y ahora tengo a veinte, pero Padre yo quiero transmitirles un espíritu correcto y un corazón adecuado, yo quiero que esta gente se revolucione por tu Persona y por tu unción en mí, no por lo que yo pueda transmitirles desde mi capacidad o sabiduría, no soy yo Señor, me hablaste de pastorado cuando yo llegue, y cuando esté ese día y cuando haya un cuerpo local que sea testigo de que hay hombres y mujeres tuyos que impongan las manos sobre mí y me lanzan a esa tarea, que yo pueda estar puro al cien por cien, que no desvirtúe el camino de tu amada por mi objetivo tergiversado.
Por eso, si hoy usted es edecán tiene este enorme privilegio, limpiarse de estas cosas desde ese lugar y desde esa función, para que cuando Dios lo promueva a más no haya nada que lo vaya a desvirtuar.
Por eso, aquel que a veces es confrontado con algo en su vida y que tiene un cierto lugar de privilegio o de autoridad, cuando las cosas están mal en su corazón, ¿sabe que hace esa persona? Salta, pega patadas como el caballo que está sin domar, ¿sabe por qué? Porque dice, ¡cómo, si yo soy el encargado y tú me vienes a decir...! No pero... Entonces, ¿todo lo que hice hasta ahora no sirve de nada? ¿Sabe lo que indica eso? Que el corazón no está puro. ¿Me está escuchando? Cuando el corazón está puro, cuando el único anhelo que hay es hacer la voluntad de Dios, vivir por y para Dios, entonces, cualquier cosa que venga del Espíritu es bienvenida y no me importa si a los ojos de los hombres tengo una función pequeña o tengo una función muy grande, lo que venga del Espíritu es bienvenido porque es Dios hablando a mi vida.
Pero luego de decir esto que leímos y que analizamos un momento, fíjese que Pablo sigue hablando, y lo resume claramente y sencillamente, para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
Pablo no hace alusión de su historial, de sus logros, y los tenía. Pero Pablo estaba marcando una pauta espiritual para esa iglesia de Filipenses, que le puedo asegurar era una iglesia especial en el corazón de Pablo, por eso, usted lee esa carta como la lee y con las palabras que Pablo escribió, usted lea toda la carta a los Filipenses y se va a dar cuenta que había algo particular que Pablo sentía hacia esa iglesia, cuando Pablo dice cuál es el motivo de su vida, nunca hace alusión a lo que hace, nunca Pablo hace alusión a su ministerio, cuando Pablo habla de su corazón, habla de la verdadera motivación que tiene, para mí el vivir es Cristo. Punto.
Eso significa, que para Pablo ser apóstol de Jesucristo era una función a la cual había sido llamado pero con un solo objetivo, que Cristo fuera manifestado a través de esa función, pero su vida no estaba dada por su apostolado, su objetivo, su pasión no era ser conocido, lo que le motivaba era Cristo, sola y exclusivamente.
Por eso fíjese lo que dice después, porque dice,
Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros. Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe…
¿Sabe lo que está diciendo Pablo? La verdad, si yo me muriera ahora estaría feliz de la vida, porque anhelo tanto a Cristo, que saber que eternamente le estaré viendo y que ya llega ese momento, es lo mejor que me puede pasar. Pero la verdad, que aunque Él es lo primero para mí, cuando los veo a ustedes ya no sé qué escoger. ¿Por qué no se que escoger? Porque en realidad, sé que si yo permanezco en este envase de carne, voy a ser útil para seguir mostrando a Cristo a la vida de ustedes. Amén.
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