
en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
 
			AUDIO
(Leticia  Cipolla...)
Hubo un hombre, que cuando era niño se podría  haber considerado como un niño prodigio, hablaba con tal sabiduría que la elite  de sabios y conocedores de su época se maravillaban al escucharlo, cualquiera  podría haber pensado que ese niño bien dirigido, llegaría a ser alguien con  mucho poder y ser respetado por haber alcanzado grandes logros, sin embargo,  ese niño mientras crecía y se convertía en hombre, desempeñó un oficio común,  tal vez, algunos se preguntaron, ¿qué pasó, por qué los padres no tuvieron la  capacidad de explotar todo lo que tenía? Otros quizás pensaron, que como los  padres eran pobres no tuvieron la posibilidad de ofrecerle algo mejor, y  posiblemente, pensaron que por no provenir de una familia de cierta alcurnia no  pudieron heredarle algo mejor.
Ese hombre dejó el oficio que tenía para  ocuparse de su verdadera vocación, la sabiduría que se manifestó siendo niño  ahora hacía que todos, sin excepción, quedaran asombrados pero no sólo por lo  que hablaba, sino también por lo que hacía.
Era extraordinario lo que enseñaba, pero sobre todo lo que vivía. Siempre se  destacó por servir y hacer bien a las personas. Es notable que en su historia  no se narra un interés por alguna mujer, pero sí podemos saber que nunca se  casó, que nunca tuvo hijos, por lo que no perpetuó su nombre, cosa de mucha  estima en esos tiempos.
En una ocasión, quisieron hacerle gobernante pero no aceptó. A los ojos de  cualquiera parecería que a pesar de ser tan sabio este hombre se conformó con  ser un mediocre, sin ambiciones personales, sin riqueza, sin familia. Muchos  habrán pensado que, ¡qué desperdicio de potencial! Al fin de cuentas no le ha  servido de nada.
Es importante decir que murió muy joven.
Si tuviera que resumir su vida, diría, fue un hombre que nació, vivió y murió  sabiendo lo que hacía, fue un hombre que murió por amor y amando, fue un hombre  que dejó una enseñanza que permanecerá por siempre.
En el presente es honrado y respetado por  muchos, ignorado y hasta despreciado por otros tantos, pero se puede afirmar  que su vida dejó huella en la historia de la humanidad. Para ese hombre, su  vida no hubiera tenido ningún sentido sólo por conseguir sus anhelos o haber  alcanzado su propósito personal. Su ejemplo de vida nos enseña que nadie que se  mira a sí mismo y vive para sí, podrá ser de bendición a otros.
(Hernán Cipolla...)
Sin duda esta historia puede ser común a muchos  o extraña para muchos otros, yo no le voy a decir de quién se trata hasta más  tarde, no se lo voy a decir ahora. Posiblemente algunos puedan intuir de quién,  pero lo cierto es que la historia no es ficticia y ese hombre dejó en la  humanidad, sobre todo para aquellos que reconocen lo que él hizo, dejó una  huella que es imborrable, pero sobre todo porque no tuvo un afán personal y eso  es lo más notorio de la vida de esta persona. No se lo puede ver en algún  momento de su vida como alguien queriendo alcanzar algo propio, como alguien  que se viera intimidado por la sociedad, que otros pudieran opinar de él que no  tenia, que no podía, que no había alcanzado ciertas cosas, y eso le diera tal  temor o tal vergüenza, que él quisiera cambiar lo que sentía verdaderamente y  tomar un rumbo diferente. Nada ni nadie lo pudo desviar de lo que él creía que  debía hacer y sabía que tenía que hacer. 
Yo quiero leer algo antes de comenzar a  compartir otras cosas, porque mientras adorábamos al Señor, en el último  momento que estábamos adorando al Señor, el Señor me recordó unos versículos de  la Palabra, y no es necesario que lo busquen yo simplemente lo voy a leer, pero  dice Efesios 1:11 y 12, de ésta manera:
\"En él… en Cristo… asimismo tuvimos herencia,
habiendo sido predestinados
conforme al propósito del que hace todas las cosas
según el designio de su voluntad,
a fin de que seamos para alabanza de su gloria,
nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo.\"
Efesios  1:11 y 12
La Palabra establece que en  Cristo tenemos herencia, y tenemos una herencia porque, primeramente, Dios hizo  algo a nuestro favor y lo que Él hizo es que nos predestinó.
O sea, en toda su sabiduría y en lo que Él planeó para la humanidad entera, en  nosotros nos vio como personas, hombres y mujeres, que teníamos un destino de  vida, pero ese destino de vida era conforme al propósito suyo. Y esto es lo que  más me llama la atención, porque cuando Dios nos salvó, lo que quería Él hacer  es que pudiéramos comprender lo que sin la persona de Cristo en nosotros, sin  el Espíritu Santo, jamás sería posible comprender, ningún hombre, ninguna mujer,  puede comprender lo que vale, lo que tiene sin Cristo. ¿Sabe por qué? Le voy a  explicar por qué, porque cuando nos volvemos a relacionar con Dios y cuando  volvemos a tener intimidad con Él, entonces Él pone su propósito en nosotros.  Que veamos hombres y mujeres en la Tierra, que alcanzan grandes cosas, no  significa que lo han alcanzado todo, no significa que tienen un entendimiento  cabal de lo que sus vidas representan sobre esta Tierra; simplemente  descubrieron algo del potencial que todo ser humano tiene por esencia, porque  al ser, ser humano, Dios les puso su imagen y semejanza, como a ti y a mí,  aunque no haya nacido de nuevo. Por descubrir ese potencial interno que los  seres humanos tenemos, es que muchas personas alcanzan grandes cosas, buscan  sus sueños y los obtienen, pero en la mente de Dios nuestras vidas no están  para eso.
Y yo voy a comenzar viendo con ustedes algunas cosas, posiblemente conocidas  por todos nosotros, pero el objetivo de Dios, es que lleguemos a una meta en  esta tarde y que podamos entender el corazón de Dios para quitar de nuestra  mente y de nuestra percepción de la vida conceptos que se han arraigado, pero  que se han arraigado equivocadamente. Y es necesario, es tiempo de desarraigar  esos conceptos para que lo que viene de Dios sea establecido, se afiance y eso  de Dios eche raíces.
Lamentablemente, cuando hay algunas cosas que las tomamos pero las hacemos y  las concebimos a nuestra manera, esas cosas son las que echan raíz y después no  permiten que la buena semilla pueda implantarse.
Ahora, antes de comenzar con otros pasajes, yo quiero que usted vea que el  versículo 12 de Efesios 1, dice que hay un objetivo por el cual fuimos  predestinados y tuvimos herencia según el designio de su voluntad dice, a fin  de que… a fin de que seamos para alabanza de su gloria… a fin de que seamos  para alabanza de su gloria.
Permítame decirle que tiene que ser una revelación en nuestros espíritus  que estamos sobre esta Tierra con un único y exclusivo fin, ser alabanza  continua a la gloria de nuestro Dios.
Por eso, déjeme decirle que lo que el Espíritu Santo estaba haciendo hoy  durante la adoración, ¿sabe qué era? Haciendo que nuestros ojos se voltearan a  Él. Pero si bien es algo que pude percibir, al mismo tiempo me llama la  atención que el Espíritu Santo me haga percibir eso, y le voy a explicar por  qué. Porque se supone que el Espíritu Santo no necesita un llamado de atención,  o hacernos percibir algo por el estilo, porque nosotros sabemos para qué  estamos aquí, ¿estoy siendo claro?
No estoy culpando a nadie con esto que digo, simplemente lo que quiero expresar  es que si el Espíritu de Dios está haciendo algo, es porque Él necesita volver  nuestros corazones y nuestros ojos y nuestra atención a su persona. Porque  déjeme decirle algo, lo que ocurre aquí es un pequeñísimo ejemplo de lo que  ocurre todos los días, ¿estoy siendo claro?   Si en este lugar, que todos sabemos que somos el cuerpo de Cristo  reunido en el nombre de Jesús para alabar y glorificar su Nombre, Dios necesita  llamar nuestra atención, ¿qué pasará de lunes a sábado? Posiblemente, está a  los gritos y no escuchamos, posiblemente mueve todas las cosas, pone  circunstancias, mete vallas adelante de nuestro camino, y aún así no lo vemos.
Si no lo vemos, es porque hay algo que se enraizó en nuestro espíritu y no  proviene de Dios y no nos permite ver lo que sí es de Dios. Cuando vemos lo que  es de Dios, nuestra vida de todos los días tiene sentido, porque sabemos para  qué vivimos. Y déjeme decirle que vivir no es solamente, ni haber nacido de nuevo,  ni haber alcanzado madurez espiritual, vivir significa que yo sé de parte de  Dios para qué piso esta tierra.
Mire, la verdad es que yo no vivo para ser profeta, quiero que me escuche muy  bien, yo no vivo para ser profeta, yo soy profeta, como llamado de Cristo para  cumplir una función específica, pero yo vivo aquí por algo que es mucho mayor a  ser profeta.
Por lo tanto, ser profeta, y un mejor profeta y un más reconocido profeta, no  es el anhelo de mi corazón, a mí no me interesa eso, lo cual me hace libre,  ¿sabe de qué? De que Dios cambie los planes, me hace libre de que Él dé una  orden y todo, de un momento a otro, sea cambiado por Él. Yo soy libre, no tengo  nada que temer, dejar de ser profeta a los ojos humanos no me avergonzaría  porque yo estoy en esta Tierra por algo que es mucho mayor a eso.
Entonces, usted y yo necesitamos entender  que somos Iglesia de Jesucristo, ¿sabe por qué? Porque hay algo que nos tiene  que ser revelado, es muy simple, es muy sencillo y tiene que ver con Efesios 1:  11 y 12.
En Cristo, usted y yo tenemos herencia, porque fuimos predestinados según Su  perfecta voluntad, con un sólo objetivo: ser  para alabanza de la gloria del Señor. Es decir, todo lo que hago es para Él  y en todo lo que hago, Él es visto.
Ahora, yo quiero que vayamos juntos, ahora sí, al evangelio de Lucas, el  capítulo 14, voy a leer un versículo, que posiblemente la mayoría de ustedes  recuerde muy bien, Lucas 14, voy a leer el versículo 26:
\"Si alguno viene a mí,
y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos,
y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida,
no puede ser mi discípulo.\"
Lucas  14:26
Si alguno viene a mí, y no  aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun  también su propia vida, no puede ser mi discípulo.
Lo primero que necesito  explicarle, es que la palabra \"aborrecer\" no está usada en el sentido  de odiar, de tener aversión por las personas que Jesús menciona, padre, madre,  hijos, hermanos, hermanas y la propia vida, no se trata de eso. La palabra tiene  que ver con amar menos, ahora, yo no me voy a meter en el tema familiar o en el  tema sentimental, no es el mensaje de este día; ahora, si alguno tiene alguna  cosita allí que todavía necesita ver delante de Dios, pues véala, no necesita  que yo se lo diga, ¿está bien? Si alguno tiene que analizar delante del  Espíritu Santo alguna de estas cosas que Jesús mencionó, usted tiene libertad  porque el Espíritu Santo habita dentro suyo, para que Él se lo muestre y usted  haga lo que tiene que hacer.
Pero, sí quiero pararme en el último pedacito, o mejor dicho, antes del final,  porque dice, y también a su propia vida.
Jesús dice, si alguno no ama menos su propia vida, no puede ser mi  discípulo. Y ahí, aunque no lo digamos acá adentro, sí hay un corto circuito,  sí lo hay, porque amar menos mi propia vida significa tanto como, no darme  importancia, y no darme importancia sería tanto como no tener el más mínimo  cuidado, pero Jesús no está diciendo eso, lo que Jesús está diciendo es, tú  necesitas entender que para vivir en calidad de discípulo, tú tienes que ver tu  vida como yo la veo y ponerla en su justo lugar.
Hoy en día estamos bombardeados por todo lugar para tener cuidado de nosotros  mismos, usted vea las publicidades en la tele, las publicidades en los  periódicos, en las revistas, usted hable con los compañeros, hable con las  mujeres, todo gira de acuerdo a qué pasa conmigo, yo necesito cuidarme, yo  tengo que estar bien, yo necesito alcanzar otras metas, yo tengo que lograr  otras cosas, yo tengo que avanzar y crecer, yo tengo que darle mejor futuro y  porvenir a mi familia, yo lo tengo que lograr, el centro de atracción es el yo,  todo gira en torno a mi persona porque si no girara alrededor de mi persona,  porque si no girara alrededor de mi persona, yo no le encuentro sentido a la  vida, y creo que si no gira alrededor de mi persona tampoco voy a heredarle a  mis hijos, a mi familia el verdadero sentido de la vida, porque si ellos no ven  que yo me valoro, que me cuido y que hago lo que tengo que hacer ellos no van a  tener ejemplo. 
Pero en Cristo, es absolutamente contrario a todo esto, en Cristo amar menos la  propia persona es, que mis intereses personales quedaron a un costado y están  absolutamente muertos para mí, yo no tengo intereses personales delante de Dios.  Alguno estará pensando, bueno, no tener intereses personales quiere decir que,  yo justo estaba pensando cambiar el carro, eso es un interés personal, yo justo  estaba meditando en el Señor cambiar de trabajo, ¿será un interés personal? No,  mire, yo quiero decirle esto, usted y yo necesitamos entender que nada de lo  que hoy voy a expresar y estoy expresando, tiene que ver con ser personas  abandonadas, con ser personas que no les importan las cosas o con ser personas  que no tienen cuidado de manifestar al Señor en todas las áreas de su vida, yo  no estoy hablando de eso. No estoy hablando del conformismo que nos lleva a la  mediocridad, no estoy hablando de eso. Por eso, lo que Letty leyó acerca de  este hombre, tenía que ver con eso porque muchos cuando vieron a este hombre,  seguramente pensaron, tiene todo para hacer lo que él quiera pero no está  haciendo nada, se conformó con ser mediocre, no hizo nada y podría haberlo  hecho todo y solamente se conformó...
No… no… no… no, él no se conformó, jamás fue mediocre y cuando yo le diga, de  quién se trata, menos podríamos pensar que esa persona podría llegar a ser  mediocre.
¿Sabe lo que pasaba en esa persona, en ese hombre? Él sabía muy bien cuáles  eran sus intereses y todo lo que hacía giraba de acuerdo a sus intereses, pero no  eran los personales, sus interés era ver qué pasaba con las personas que lo  rodeaban, de qué manera él podía bendecir y hacer bien a aquellos que estaban  alrededor suyo, por eso, todo lo hizo de acuerdo a esa premisa en su vida.
Por lo tanto, cuando Jesús está enseñando, que es necesario aborrecer o amar  menos la propia vida, está diciendo, que aquel que tiene sus intereses  personales intactos, no le está dando la prioridad al Señor y a su Reino, y eso  es lo que viene a chocar con la mentalidad de este mundo, y quiero decirle, aún  a aquellos que posiblemente, hace relativamente poco tiempo hayan entregado su  vida a Jesucristo o a aquellos que estoy convencido y seguro, que hoy mismo lo  van a hacer o que a partir de hoy decidan hacerlo, quiero anticiparles algo,  entregar la vida a Jesucristo, ¿sabe qué significa? Significa que ahora usted  es de Él y vive para Él, por eso, Dios lo rescató.
Entre otras cosas, Dios se ha alegrado enormemente cuando usted le entregó la  vida, porque ya no está atado al pecado, porque ahora tiene otra herencia,  porque ahora tiene otro objetivo de vida, porque ahora usted sabe que tiene  vida eterna, porque ahora puede vivir sano y libre para siempre, Él está feliz  por eso, pero no se conforma porque Dios no es conformista.
Dios cuando lo salvó estaba viendo más allá, porque desde antes de que usted  naciera Dios ya tenía una vida para usted, y esa vida que Dios tiene para usted  va mucho más allá a que usted pueda decir, ahora soy salvo, ahora soy hijo de  Dios y ahora me congrego en la iglesia fulana de tal... Dios tiene algo mucho  más allá.
Por lo tanto, le aconsejo sacar ese CD que nos han metido y que ha opacado lo  que viene de Dios, nosotros no estamos viviendo la vida para alcanzar mayores  cosas a los ojos de los hombres, para eso Dios no nos rescató, Él nos rescató  para que viviéramos para Él, y para que en todo tiempo hagamos exactamente lo  que viene de Él, de esa manera solamente, el Reino de Dios es implantado.
Ahora, déjeme decirle que cuando esto no está en el corazón, no es que Dios no  nos pueda bendecir, ¿qué quiero decir? Dios puede bendecir a un hijo suyo y  usted ve que cambia de trabajo, que tiene un mejor salario, que cambia de auto,  que compra casa, que terminó los estudios, todo, todo, todo lo que usted piense  esa persona lo logra, pero que Dios esté permitiendo esa bendición sobre su  vida no significa que esa persona está siendo un discípulo que ama menos su  propia vida, y ése es el problema, ahí está el punto de conflicto para los  hijos de Dios, que aún lo que hacemos en nombre de Dios no lo hacemos para Él,  lo hacemos para nosotros.
Hay una gran diferencia en hacer lo que yo quiero en nombre de Dios pero porque  yo quiero alcanzar esa meta, en hacer lo que viene de Dios para Él tal cual me  lo dijo, y disfrutar de las bendiciones que Él permite, son dos cosas  completamente diferentes.
Por eso, fíjese lo que dice el versículo 33 del mismo capítulo, dice:
\"Así, pues, cualquiera de vosotros
que no renuncia a todo lo que posee,
no puede ser mi discípulo.\"
Lucas 14:33
¿Sabe qué significa esto? Que aquel que ama a  Dios con todo su ser, no se aferra a nada de lo que podemos llamar posesión,  llámese familia, llámese trabajo, llámese salario, llámese una empresa, llámese  hijos, llámese estudios, llámese una carrera, llámese un título profesional,  llámese un ministerio, llámese un llamado de Jesucristo lo que usted quiera que  pueda llamarse posesión, o sea, esto es mío, ninguna de esas cosas va a ser  estimada jamás por un verdadero discípulo del Señor.
El verdadero discípulo, ha renunciado a todo lo que posee, es decir,  internamente dice, Señor Tú me diste una casa y yo la disfruto, pero la tenga o  no la tenga no cambia lo que hay en mí. Señor, yo sé que en el trabajo me están  por promover a algo mayor, yo sé que me van a cambiar el salario, yo sé que le  voy a poder dar mejores cosas a mi familia, pero Señor, eso no cambia la  perspectiva que yo tengo de vida, aunque mañana a punto de estar en un nuevo  sillón y en una nueva oficina, me dijeran va todo para atrás, Tú eres el mismo  y mi propósito de vida sigue siendo igual, yo renuncio a todo lo que poseo.
Déjeme decirle algo que está siendo grave dentro del cristianismo, y es que  como la maldad y el pecado han aumentado, la gente cuando se encuentra con el  Señor, encuentra su tabla de salvación, se agarra al Señor y no lo suelta por  un instante, y no digo que esté mal el tema es, ¿por qué se agarra y por qué no  lo suelta? Ese es el asunto, porque es necesario que todo aquél que ama a Dios  se aferre a Él y no quiera soltarse jamás, pero con un corazón puro.
Una cosa es que yo me tome de Dios para decir, Señor necesito solución de esto,  Señor cambia aquello, Señor soluciona esto otro, Señor haz esto que yo no  puedo, Señor ahora que yo te conozco Tú me has prometido que vas a hacer todas  las cosas a mí favor, Señor tu Palabra dice que para Ti no hay nada imposible,  haz esto que a mí me parece imposible... Todo lo aferro, pero porque quiero  para mí, y no hay nada más terrible para Dios, un hijo que lo único que esté  buscando sea todo para él. ¿Sabe por qué? Porque Dios no se ve reflejado.
Mire, si usted es padre y usted en la vida de sus hijos inculcó algo que usted  sabe que es bueno, usted quiere que con el paso del tiempo eso que inculcó lo  pueda ver reflejado, porque en definitiva cuando los hijos actúan de acuerdo a  lo que les hemos enseñado están reflejando a sus padres.
Es por eso que los padres, a veces, cuando los hijos meten la pata nos  sentimos, ah... ¿por qué? Porque, no sólo porque el nene hizo algo malo, porque  el nene tiene papás y los demás van a decir los papás de este nene cómo serán  si el nene hizo lo que hizo. Claro, imagínese usted que el hijo crece, pero en  realidad todo lo que usted inculcó cada vez se desvirtúa más, va a llegar un  momento que usted, como padre o como madre, va a sentir una frustración tal que  va a decir, yo quise darle lo mejor, quise inculcarle los mejores valores y  principios en su vida pero nada de lo que hace me refleja, y cuando viene a  tocarme o me llama o me busca es porque algo necesita, todo el tiempo es porque  algo necesita.
¿Cómo se sentiría usted como padre? Avergonzado y fracasado.
Ahora, imagínese usted a Dios teniendo hijos que todo el tiempo… papá líbrame,  ayúdame, solucióname, hazme esto, cámbiame esto otro, yo no puedo, Tú si puedes...  todo el tiempo así, Dios dice, mira yo no tengo problema para hacerlo, es más,  algunas cosas las voy a hacer porque Dios es bueno, Dios es bueno, nadie le  puede torcer su esencia ni se la puede arrancar, Él es bueno, las va hacer,  pero Dios no se verá reflejado y mientras Dios no se vea reflejado, ¿sabe lo  que no tiene Dios? Un espejo en el mundo, ¿me está entendiendo?
Iglesia juntos, individuo por individuo conformamos la Iglesia, el Señor no  puede ser visto si estos individuos en un solo espíritu y en una misma mente,  no sabemos para qué vivimos sobre la Tierra.
Permítame decírselo de esa manera, yo no puedo decir, bueno, los de esta fila  no cumplen con el requisito pero los demás somos muchos, no sirve.. Permítame,  pero no sirve; si no sirve en una empresa mucho menos para el Reino de Dios,  porque cuando una empresa se ha trazado un plan de acción necesita que todos  los departamentos vayan a la perfección de acuerdo a ese plan, porque tienen un  objetivo, si los de venta están luchando por el objetivo pero los de  contabilidad lo echan abajo, como suele pasar en las empresas, ¿no? hay  problemas, hay problemas y alguien tiene que poner las cosas en orden, pasa en  una empresa. 
Mi hermano, en el Reino de Dios es imposible que el Reino se establezca, sea  visto y se engrandezca sobre la Tierra cuando hay parte del equipo que está  viviendo para otro objetivo, ¿estoy siendo claro?
El que no renuncia a todo lo que posee no  puede ser mi discípulo, no es que intente, las palabras de Jesús son  claras, no puede.
Ahora, ¿sabes qué diferente se siente disfrutar la bendición de Dios?  Totalmente diferente. Mira, déjame leerte Lucas 18, yo te voy a mostrar la  diferencia, Lucas 18:29 y 30, dice:
\"Y él les dijo: De cierto os digo, que no hay nadie 
que  haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer, 
o  hijos, por el reino de Dios,
que no haya de recibir mucho más en este tiempo,
y en el siglo venidero la vida eterna.\"
Lucas 18:29-30
Hay una abismal diferencia para aquél que realmente ha abandonado los  intereses personales, y es claro Jesús, por el Reino de Dios. No es por asuntos  supuestamente espirituales, en el nombre de Jesús, pero que están de acuerdo a  mi corazón, no es eso, no, no, no... no tiene nada que ver con eso.
Podemos aún hacer cosas para Dios, servir a Dios, pero desde el objetivo  personal, desde la realización propia y estamos perdidos, pero la diferencia es  que cuando yo he renunciado a todos esos intereses y a la realización personal,  si no está en juego lo que los demás puedan pensar u opinar de mí, yo sé para  qué vivo en la Tierra y para quién lo hago. Entonces, Dios está libre de  sobreabundarme con muchas más cosas de las que yo me hubiera imaginado, pero  ninguna de esas cosas me mueve.
Quiere decir, que hoy Dios me lo da y mañana me lo puede quitar, hoy me lo da,  mañana me lo puede pedir, yo disfruto el haberlo tenido como disfruto el  haberlo entregado, para mí es exactamente igual.
Por eso, en lo que yo estoy diciendo, y bien dijo algo mi esposa al principio,  mire, si usted intenta darle vuelta a esto y analizarlo y ponerlo bonito, que  acá en la mente todo encaje bien, posiblemente se pierda de lo que el Espíritu  Santo le quiere transmitir.
Para recibir esto, usted necesita decirle al Espíritu de Dios, yo quito todo lo  que he pensado hasta ahora, me deshago de todo eso. Por favor, hágalo, dígale  al Señor, quito todo esto, yo renuncio a todo lo que ha cautivado mi mente  hasta ahora, porque por haberla cautivado yo no he entendido la esencia de tu  Palabra y de tu Reino, no he entendido lo que Tú me estás hablando desde hace  mucho tiempo y encuentro que no soy efectivo, pero es que no soy efectivo  porque me falta algo, porque lo tengo todo en Cristo Jesús, no soy efectivo  porque desvié el propósito original.
Déjeme decirlo, usted sabe y aún lo ha escuchado muchas veces de boca de  nosotros, y hablo en nombre del Ministerio Generación en Conquista, acerca de  lo que tiene que ver con el propósito en la vida, pero como suele pasar algunas  veces, cuando se habla mucho sobre algo porque se quiere enfatizar y quiere que  eso se avive en el corazón de la Iglesia del Señor, muchas veces eso luego se  empieza a desvirtuar, se toma lo verdadero para pasarlo por el filtro de lo que  a mí me parece y se termina cambiando lo que realmente es de Dios.
Lo que le quiero decir es esto, estamos convencidos que Dios tiene un propósito  con cada uno, pero yo lo voy a decir de esta manera, Dios no me ha dado ni le  ha dado a usted un propósito para satisfacernos a nosotros mismos, quiero que  me escuche muy bien. Por eso, Efesios lo dice con toda claridad, recibimos  herencia de acuerdo al propósito suyo, porque sino, ¿sabe lo que hago yo? Yo  digo, este es mi propósito y voy a  vivir por mi propósito, y voy a hacer  todo lo que tenga que hacer para cumplir mi propósito, y el propósito de Dios a la basura... Y luchamos y queremos alcanzar  las cosas, pero es lo mío.
Por eso, Jesús dijo, el que no renuncia a  todo lo que posee... Porque si yo estoy desvirtuando el propósito de Dios  para hacer lo mío por interés personal, a partir de ese momento, eso es mi  posesión y yo no estoy renunciando a ello, como tengo posesión yo digo, Señor  esto es mío, es más, Tú me lo hablaste, Tú me lo diste, Tú me lo dijiste, es  mío... ¡cúmplelo! Porque es tu Palabra. No. Los intereses están cambiados
Por eso, fíjese que pasa en las dos puntas lo mismo; una punta es aquellos que  quieren lograr más, alcanzar más, crecer y recibir más, y pasa en la punta  extrema del otro lado de aquellos que están metidos en problemas, en  situaciones que siempre le dan vueltas a los mismos asuntos y nunca pueden  salir. A los dos les pasa lo mismo, como están inmersos en sus intereses, ya  sea que tengan mucho o ya sea que están metidos en problemas y no lo puedan  solucionar, de todas maneras, el problema principal no es que alcancen mucho o que  tengan muchos problemas y situaciones, ¿sabe cuál es el problema? Claro, que no  tienen el propósito de Dios arraigado en sus corazones.
Por eso, no hay nada peor que cuando tú tienes una situación difícil, seguirle  dando vuelta a la situación y dándole vueltas, ¿sabes por qué? Porque por darle  vuelta, lo único que estás haciendo es revolviéndote en el asunto y Dios quedó,  ¿quién sabe dónde? Lo único que manifiesta una persona que siempre pide, que  siempre quiere, que siempre quiere alcanzar más, que quiere solucionar cosas,  lo único que manifiesta esa persona, es que tiene un solo interés, él mismo,  ¿estoy siendo claro iglesia?
¿Qué es lo que te mueve para relacionarte con Dios cada día? ¿Qué te mueve para  acercarte a tus autoridades espirituales? ¿Qué te mueve para estar gozoso en el  culto del domingo y alabar al Señor con todo el corazón? ¿Qué te mueve Iglesia?  ¿Qué te mueve? 
Tú puedes hacer todo eso pero porque necesitas algo o quieres algo, lo que te  mueve no es Dios, lo que te mueve eres tú mismo y usas a Dios para que Él lo  pueda conceder.
A veces, como que necesito recordarme a mí mismo que hemos sido llamados  profetas al arrepentimiento, ¿sabe por qué? Porque agradable, no es, ¿sabe por  qué? Porque uno quisiera decirle otra cosa, humanamente, aprovechar este tiempo...  están la gran mayoría de los miembros de las iglesias bajo cobertura de esta  área, uno quisiera poder decir otra cosa y que usted en este momento estuviera  saltando hasta el techo aplaudiendo y gritando, ¡qué emoción! Pero déjeme decirle,  que aún si yo lo haría, ¿sabe a quién estaría mirando? A mí mismo.
Iglesia, si hay algo que puedo vislumbrar por el Espíritu, es una iglesia en  esta área, como nunca se ha visto y le voy a decir el por qué.
Hay iglesias en México que son conocidas por ser iglesias crecientes, iglesias  numerosas, iglesias, permítame el término, afamadas, y no estoy con esto  menospreciando a nadie, a ninguna iglesia, Dios me libre de hacer una cosa como  esa. Lo que estoy queriendo decir es esto, hay iglesias muy conocidas y se sabe  que el evangelio de Jesucristo ha crecido en esta nación, pero desde que  estábamos allí sentados y cuando estábamos adorando a Dios, varias cosas  ocurren dentro de uno porque el Espíritu Santo muestra, habla y manifiesta  cosas, y una de las cosas que podía vislumbrar, era que Dios está expectante de  levantar una Iglesia como jamás se vio. Una Iglesia que llama la atención pero,  ¿sabe por qué? Porque muestra una esencia diferente, no va a ser la clásica  iglesia que llama la atención porque de pronto tiene mucha gente, porque de  pronto el edificio, porque de pronto es conocida, porque de pronto sale en los  periódicos, porque de pronto los pastores de esa iglesia tienen un programa de  televisión o de radio, no, y no digo que nada de eso pueda ocurrir, por favor  entiéndame en el espíritu, todo eso tiene que ocurrir y va a ocurrir pero,  ¿sabe cuándo? Cuando la Iglesia tenga pureza de espíritu y corazón, para tener  intacto dentro de ella para qué vive sobre la Tierra.
Por el Espíritu, puedo vislumbrar una Iglesia con estas características, una Iglesia  que aunque una se llame Éxito familiar,  otra se llame Generación Satélite,  otra se llame Tiempos de Gloria, Manantial de vida, Naciones por Herencia, Hijos  del Reino... y espero no olvidarme de ninguna, eso es una circunstancia  porque eso describe algo particular que Dios le mostró a los pastores de esa  congregación, que tiene que ver con el área dónde están y tiene que ver con la  misión que hay que cumplir en ese lugar geográfico, pero son una Iglesia que  comparten el mismo Espíritu, la misma mentalidad, la misma visión y sobre todo,  son puros de espíritu, puros de espíritu, puros de espíritu, no hay mezclas, no  hay intereses personales allí, ni desde las autoridades locales, llámese  pastores hasta el hermano que haya ingresado el domingo pasado porque entregó  su vida a Cristo, ni del más grande al más pequeño tienen intereses personales  que desvirtúan el propósito del Señor.
Eso es lo que yo puedo vislumbrar por el Espíritu, pero iglesia, es necesario  despertar a que, hasta ahora hemos puesto muchas trabas a Dios, le hemos  expresado muchas cosas y hemos puesto nuestros intereses a Dios y le hemos  dicho, son buenos nuestros intereses, queremos que Tú los cumplas.
Y hemos luchado, hemos trabajado y nos hemos esforzado por los intereses, pero  no hay trabajo, lucha y esfuerzo por el Reino de Dios. 
No estoy diciendo, iglesia, que no han  estado haciendo la tarea que se les ha encomendado, escúcheme por favor, no  tiene que ver con una tarea práctica, no tiene que ver con un ministerio, no  tiene que ver con que usted esté predicando el evangelio en una célula, no  tiene que ver que esté usando o no esté usando La historia de Nikhos, no tiene que ver con eso, es una cuestión de  espíritu y corazón, es que yo he abandonado todo lo que me enreda porque es mío  y le he dicho al Señor, no tengo nada mío todo lo que tengo es tuyo, Tú eres el  motivo y tu Reino es lo que me mueve, tus intereses son mis intereses, no estoy  aquí para hacer, Señor, lo que a mí me parece o lo que yo quiero, estoy aquí  para que se cumpla tu voluntad.
Quiero mostrarle un ejemplo en Génesis, voy a leer pocos versículos en la  historia de José, es un muy buen ejemplo, creo que muchos de nosotros conocemos  bien la historia de José y si no es así le invito a leer en su casa si tiene  una Biblia. Génesis, para que usted pueda conocer la historia de José, en los  capítulos finales, déjeme decirle, desde el capítulo 37 en adelante, usted  puede conocer la historia de José si es que no la conoce muy bien, yo no me voy  a detener hoy en la historia de José pero quiero mostrarle algo de José.
Génesis capítulo 45, voy a leer y los  versículos 3 al 8, lo voy a leer en la Nueva Versión Internacional, dice:
\"—Yo soy José —les declaró a sus hermanos—.
¿Vive todavía mi padre?
Pero ellos estaban tan pasmados que no atinaban a contestarle.
No obstante, José insistió: — ¡Acérquense!
Cuando ellos se acercaron, él añadió: —Yo soy José,
el hermano de ustedes, a quien vendieron a Egipto.
Pero ahora, por favor no se aflijan más ni se reprochen el haberme vendido,
pues en realidad fue Dios quien me mandó delante de ustedes
para salvar vidas.
Desde hace dos años la región está sufriendo de hambre,
y todavía faltan cinco años más en que no habrá siembras ni cosechas.
Por eso Dios me envió delante de ustedes:
para salvarles la vida de manera extraordinaria
y de ese modo asegurarles descendencia sobre la tierra.
Fue Dios quien me envió aquí, y no ustedes.
Él me ha puesto como asesor del faraón y administrador de su casa,
y como gobernador de todo Egipto.\"
Génesis 45: 3-8 
¿Usted nota algo en las palabras de José?  ¿José hace alusión primero a quién era y a lo que había logrado? No. José,  ¿sabe de qué se ocupa? De que sus hermanos, de que sus hermanos ni siquiera se  afligieran o tuvieran temor, pone un manto de misericordia y de amor sobre la  vida de aquellos que lo vendieron cínicamente y con todo odio porque no lo  soportaban.
Mire, déjenme decirles, que hay que ser muy espiritual para tener la actitud de  José, la verdad... porque algunos de nosotros o la mayoría o todos  posiblemente, en los zapatos de José, siendo segundo de Faraón y teniendo en  frente a esos diez buenecitos hermanos que me vendieron y que me hicieron y que  me defraudaron, y que pasé las mil y una por causa de esos, ahora me la van a  pagar... y alguno puede decir, bueno pero alguno dirá, pero se las hizo pagar  antes cuando les hizo toda la historia y los culpó y los acusó y que le  trajeran al más pequeño y que mandó con la copa... y que... No, no. No tiene  nada que ver con venganza, tiene que ver con una estrategia de Dios para que  cuando llegara el momento ocurriera lo que él les había dicho que había soñado  cuando apenas tenía diecisiete, ¿saben qué hermanos? Soñé unas espigas y la mía  yo la ponía ahí y todas las de ustedes se inclinaban. Pero este mocoso,  diecisiete años, el más chiquito y que nos vamos a poner a... 
¿Pero sabe lo que pasa? Fíjese la diferencia de corazón, yo quiero que usted lo  vea muy bien.
José, ¿sabe por qué lo dijo con libertad? Porque él no tenía una ambición  personal, quiero que perciba las cosas que son del Espíritu en la Palabra. ¿Pero  sabe por qué sus hermanos lo odiaron? Porque ellos, sí tenían una ambición  personal. 
Ahí está la diferencia. Esa diferencia, ¿sabe qué trae? Rivalidad entre el Cuerpo  de Cristo, ¡ah! pero aquél, pero Dios lo bendice, pero Dios le da, pero Dios  derrama sobre él, cada vez tiene más, parece que nunca nadie lo detiene a  este...
¿Nunca te preguntaste que posiblemente, ese nada de lo que Dios le está dando  jamás se lo pidió? ¿Nunca se te cruzó por la mente, que Dios se está  manifestando de esa manera en la vida de ese que no te está gustando tanto y  que te está costando tanto saludar cuando termina la reunión, porque ese tiene  su corazón en Dios y no en eso que tú ves? La diferencia está en que tú ves  esas cosas porque te interesan, y ese las tiene y las disfruta porque no le  interesan. ¡Claro, esa es la gran diferencia! Esa es la diferencia, no hay otra  diferencia.
Los hermanos miraron a José y dijeron, éste se nos quiere subir encima pero no  nos respeta, nosotros somos los mayores, vivimos trabajando, encima éste va y  le cuenta a nuestro papá lo que hacemos.
Pero ahora se encontraron con su hermano y pensaron, éste nos las hace pagar de  principio a fin, olvidémonos de la vida, esclavos para siempre. 
No, un espíritu y un corazón correcto lo único que hizo fue traer un manto de  misericordia y de amor sobre la vida de sus hermanos. No tengan ningún miedo,  en realidad yo estoy aquí hablándole a ustedes como su hermano, ¿saben por qué?  Porque Dios me trajo antes que a ustedes para preservarles la vida, para que no  se mueran por falta de alimento, Dios me trajo a mí, porque después, si a  través de esto ustedes son salvados, estamos salvando a una generación, pero  estamos salvando al pueblo de Dios.
Dios me trajo a mí porque a partir de nosotros Dios tiene una nación y hay una  promesa de Dios, por eso Dios me trajo a mí, ni se preocupen lo hicieron un  poco tontamente y la verdad es que sufrí algunas cositas pero no se preocupen, no  les guardo rencor, fue todo idea de Dios. ¿Me está entendiendo?
Por eso, cuando ni siquiera entendemos que las circunstancias o los problemas  que estamos viviendo, es porque Dios está en el medio y lo único que buscando  es la solución pero no encontramos a Dios en esas circunstancias o en ese  problema, realmente estamos en un conflicto, porque José en todo lo que le pasó,  siempre vio a Dios. Porque cuando alguien tiene algo claro en su corazón, sabe  hacia dónde camina. José sabía que su vida era para honrar a Dios, que su vida  era para hacer todo lo que Dios quisiera que él hiciera, nada más. Como no  tenía nada desvirtuado en su corazón no tenía ambición de poder, no estaba  buscando a ver cómo yo puedo ser más... Lugar que José pisaba, en el momento de  pisarlo era parejo a todo el resto que estaba alrededor suyo, desde el momento  que pisaba un lugar José era llevado a otra cosa, cuando llegó a la casa de  Potifar, ¿qué diferencia tenía con otros esclavos? Ninguna, llegó como un  esclavo más, pero José llegó a ese lugar y José fue el único que levantó. Llegó  a la cárcel, ¿y qué diferencia tenía con los otros presos? Ninguna, era un  preso más, pero José llegó a la cárcel y a partir de ese momento todo cambió,  ¿sabe por qué? Porque lo único que le interesaba a José era mostrar a Dios, lo  único que José tenía en su corazón eran los intereses de Dios, no estaba  pensando en sí mismo.
Así que, iglesia es importante que nosotros al ver estos ejemplos y de un  hombre en el Antiguo Testamento que ni siquiera tiene las ventajas que hoy  nosotros tenemos, los beneficios por la vida de Cristo que nosotros tenemos, el  avance con respecto a ese hombre que tenemos porque el Espíritu está en  nosotros, cuándo nosotros veamos esa vida, nosotros veamos que si este hombre  tuvo eso en su corazón, cuanto más nosotros debemos tener en el nuestro cuando  ya hemos gustado el sacrificio de Cristo, y hemos visto el poder de su  resurrección en nuestra vida.
Quiero leer algo más, Hechos 26, voy a leer desde el versículo 16, aquí está  hablando Pablo y está relatando la conversión que él tuvo cuando iba camino a  Damasco en busca de cristianos que era el objetivo principal de su vida antes  de conocer a Cristo, y él narra su conversión, y lo dice de esta manera, yo  quiero que preste atención a las palabras de Pablo:
\"Pero  levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti,
(le está hablando, obviamente el Señor)…
para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto,
y de aquellas en que me apareceré a ti, librándote de tu pueblo, y de los  gentiles,
a quienes ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan 
de  las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios;
para que reciban, por la fe que es en mí,
perdón de pecados y herencia entre los santificados.\"
Hechos 26:16-18
Fíjese una cosa, el centro de atención del  llamado del Señor a Pablo y del entendimiento que Pablo tenía de su ministerio,  nunca fue la realización personal, escúcheme muy bien, Pablo está narrando su  conversión y dice las textuales palabras que el Señor le habló, y cuando dice  lo que Dios le habló dice, el Señor me dijo que se apareció a mí para librarme  de mi pueblo y aun de los gentiles a quiénes a partir de ese momento me enviaba  para que esos gentiles fueran quitados de las tinieblas y traspasados a la luz  para que tuvieran salvación y para que sus vidas fueran transformadas.
Usted no ve a Pablo diciendo, el Señor se me apareció para llamarme como  apóstol de Jesucristo porque tengo una misión muy grande que hacer y soy  alguien muy importante para Dios. Usted no ve a Pablo diciendo esas palabras,  las podría haber dicho, ¿sí o no? Tenía una misión importante, ¿no? Era un  apóstol importante, ¿no? Pero, ¿sabe cuál es la diferencia? ¿cuál era el centro  de atención? Pablo jamás fue el centro de atención, Cristo, sí era el centro de  atención. 
Por eso, él aún narrando lo que había ocurrido, y usted después en el capítulo  28 lo puede volver a leer porque él vuelve a compartir por tercera vez su  conversión, pero lo hace ante autoridades civiles, ¿está bien? Que estaba ahí  para ser acusado, él vuelve a decir las mismas palabras, ¿sabe por qué? Porque  él en su corazón estaba limpio delante de Dios, no estaba defendiéndose por la  posición que tenía, estaba hablando cuál era el propósito de Dios en su vida,  porque de ser aquel que perseguía a los cristianos y de ser ferviente fariseo,  ahora era uno que estaba a favor del mensaje del evangelio y de Jesucristo.
¿Cuál es el centro de atención que te motiva? ¿Dónde estás parado tú, en la  escena de Dios? Porque Dios tiene una escena para tu vida y para la mía, pero,  ¿dónde estamos parados nosotros, en el medio de la escena siendo nosotros los  protagonistas, o nosotros estamos dentro de la escena viendo cómo Jesús se  manifiesta a través de nuestra vida?
Filipenses capítulo 1, por favor, voy a comenzar a leer versículo 15, dice:
\"Algunos,  a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda;
pero otros de buena voluntad.
Los unos anuncian a Cristo por contención,
no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones; pero los otros 
por  amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio.
¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, 
Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún.
Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de  Jesucristo,
esto resultará en mi liberación, conforme a mi anhelo y esperanza de que 
en  nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre,
ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte.
Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra,
no sé entonces qué escoger.
Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho,
teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor;
pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.
Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros,
para vuestro provecho y gozo de la fe, para que abunde vuestra gloria de mí 
en Cristo Jesús por mi presencia otra vez  entre vosotros.\"
Filipenses 1:15-27
Fíjese, hay dos partes  aquí en este pasaje muy notorias, la primera, Pablo está hablando de aquellos  que predicaban el evangelio, y al decir, aquellos que predicaban, marca dos  grandes rubros o dos grandes grupos. Unos por vanagloria, por rivalidad; otros  por verdadero amor. Pero dice en un momento, los unos, en el 16 dice, anuncian a Cristo por  contención, no sinceramente. Y yo quiero mostrarle lo que significa, por  contención, porque me llamó mucho la atención. Fíjese, si bien para nosotros  son dos palabras, en el griego original es una sola palabra y esta palabra fue  cambiando en su significado, ya que originalmente designaba a un segador o  labrador y después a cualquiera que trabajaba por remuneración o salario. Más  adelante, esta palabra describiría a una persona interesada únicamente en su  propio bienestar, susceptible de ser sobornada, siendo ambiciosa en busca tan  sólo de oportunidades de promoción. De ahí, su significado evolucionó hasta  designar a un elector en política, un espíritu partidista que recurre a  cualquier método con tal de ganar seguidores.
Cuando Pablo dice, algunos anuncian por  contención, está diciendo, esos anuncian a Cristo sólo por ambición  personal. Parece que, en la época de Pablo pasaba lo mismo, así que, por lo  menos eso nos tranquiliza un poquito, es un alivio, no sólo ahora, ayer también  pasaba, ¿Sabe por qué? Porque el corazón del hombre es igual en todos los  tiempos, aun el hacer algo para Dios que está disfrazado de espiritual, que  viene de parte de Él, lo puedo hacer porque yo quiero lo mío, yo necesito ser  reconocido aquí, yo quiero ser visto, yo tengo ambición de poder, yo quiero  tener adeptos y seguidores, yo quiero que esto crezca, yo quiero que mi nombre  prevalezca.
Mi hermano, fíjese algo particular, Pablo, por tratarse de algo espiritual,  supuestamente, fíjese que no los reprocha, porque no los reprocha, no dice,  pero esta gente... No, al contrario, dice, ya sea por una cosa o por la otra,  Cristo es anunciado. Pero, ¿sabe lo que sí hace Pablo? Marcar la diferencia.
Esto quiere decir, que posiblemente usted no entienda algunas cosas, no perciba  muchas otras, o le parezca que esto no es para usted y siga haciendo las cosas  como usted piensa que deben ser hechas, lo único que les digo, es que Dios  siempre va a marcar la diferencia y aquellos que realmente hacen las cosas para  Dios y por Dios, son aquellos que Dios toma en cuenta para verdaderas  promociones, pero promociones que vienen del Espíritu, promociones que hacen a  los fines del Reino de Dios sobre la Tierra.
Usted no piense que haber sido encargado de un ministerio y que ahora lo pongan  un pasito más adelante, y que después reciba una palabra de pastorado y que  después llegue a ser pastor, es una promoción porque usted es muy lindo, muy  bonito o tiene mucha capacidad o porque está hablando algo bueno de usted, no tiene nada que ver con eso. ¿Sabe lo que Dios  está haciendo? Impulsándolo a que piense como Él, a que sienta como Él, a que  anhele como Él, a que tenga en su corazón sus intereses, a que usted diga, yo  ahora estaba acá y tenía un grupito de dos, ahora me puso acá tengo a cinco, y  ahora me traspasó para acá y ahora tengo a veinte, pero Padre yo quiero  transmitirles un espíritu correcto y un corazón adecuado, yo quiero que esta  gente se revolucione por tu Persona y por tu unción en mí, no por lo que yo  pueda transmitirles desde mi capacidad o sabiduría, no soy yo Señor, me  hablaste de pastorado cuando yo llegue, y cuando esté ese día y cuando haya un cuerpo  local que sea testigo de que hay hombres y mujeres tuyos que impongan las manos  sobre mí y me lanzan a esa tarea, que yo pueda estar puro al cien por cien, que  no desvirtúe el camino de tu amada por mi objetivo tergiversado.
Por eso, si hoy usted es edecán tiene este enorme privilegio, limpiarse de  estas cosas desde ese lugar y desde esa función, para que cuando Dios lo  promueva a más no haya nada que lo vaya a desvirtuar.
Por eso, aquel que a veces es confrontado con algo en su vida y que tiene un  cierto lugar de privilegio o de autoridad, cuando las cosas están mal en su  corazón, ¿sabe que hace esa persona? Salta, pega patadas como el caballo que  está sin domar, ¿sabe por qué? Porque dice, ¡cómo, si yo soy el encargado y tú  me vienes a decir...! No pero... Entonces, ¿todo lo que hice hasta ahora no  sirve de nada? ¿Sabe lo que indica eso? Que el corazón no está puro. ¿Me está  escuchando? Cuando el corazón está puro, cuando el único anhelo que hay es  hacer la voluntad de Dios, vivir por y para Dios, entonces, cualquier cosa que  venga del Espíritu es bienvenida y no me importa si a los ojos de los hombres  tengo una función pequeña o tengo una función muy grande, lo que venga del  Espíritu es bienvenido porque es Dios hablando a mi vida.
Pero luego de decir esto que leímos y que analizamos un momento, fíjese que  Pablo sigue hablando, y lo resume claramente y sencillamente, para mí el vivir es Cristo, y el morir es  ganancia.
Pablo no hace alusión de su historial, de sus logros, y los tenía. Pero  Pablo estaba marcando una pauta espiritual para esa iglesia de Filipenses, que  le puedo asegurar era una iglesia especial en el corazón de Pablo, por eso,  usted lee esa carta como la lee y con las palabras que Pablo escribió, usted lea  toda la carta a los Filipenses y se va a dar cuenta que había algo particular  que Pablo sentía hacia esa iglesia, cuando Pablo dice cuál es el motivo de su  vida, nunca hace alusión a lo que hace, nunca Pablo hace alusión a su  ministerio, cuando Pablo habla de su corazón, habla de la verdadera motivación  que tiene, para mí el vivir es Cristo. Punto.
Eso significa, que para Pablo ser apóstol de Jesucristo era una función a la  cual había sido llamado pero con un solo objetivo, que Cristo fuera manifestado  a través de esa función, pero su vida no estaba dada por su apostolado, su  objetivo, su pasión no era ser conocido, lo que le motivaba era Cristo, sola y  exclusivamente.
Por eso fíjese lo que dice después, porque dice,
Mas si el vivir en la carne resulta para  mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. Porque de ambas cosas  estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual  es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de  vosotros. Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos  vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe…
¿Sabe lo que está diciendo Pablo? La verdad,  si yo me muriera ahora estaría feliz de la vida, porque anhelo tanto a Cristo,  que saber que eternamente le estaré viendo y que ya llega ese momento, es lo  mejor que me puede pasar. Pero la verdad, que aunque Él es lo primero para mí,  cuando los veo a ustedes ya no sé qué escoger. ¿Por qué no se que escoger?  Porque en realidad, sé que si yo permanezco en este envase de carne, voy a ser  útil para seguir mostrando a Cristo a la vida de ustedes. Amén.
  
  
Temas relacionados:
Mensajes y Enseñanzas de Hernán Cipolla I Hernán y Leticia Cipolla