en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
AUDIO
Si el Señor nos dice, que el camino que vamos a comenzar a andar nunca antes lo anduvimos, nunca antes lo caminamos, no lo conocemos, ¿de qué manera nosotros vamos a poder caminar ese camino? ¿Cómo? Dígame, dígame... Sólo por el Espíritu. ¿Por qué sólo por el Espíritu? No hay otra fórmula, digo, sería bueno que hubiera otra, ¿no? Tal vez, una ayudita o algo quisiéramos, pero ¿por qué sólo por el Espíritu?
Nosotros sabemos que es por el Espíritu, pero ¿cómo? Porque Él es el único que conoce el camino, para mí puede ser nuevo, pero para el Espíritu Santo no es nuevo porque Él lo conoce anticipadamente.
Por eso, yo quiero que analicemos algunas cosas muy concretas y muy sencillas, digamos entre comillas, porque son cosas que conocemos de la Palabra, pero vamos a comprender lo que el Señor nos está llevando a partir de este año, y qué es lo que Él quiere producir de nosotros, su Iglesia.
Vamos a comenzar en el evangelio de Juan el capítulo 3, es lo primero que vamos a leer, en un pedacito muy breve que vamos a a leer sobre el relato del encuentro que Jesús tuvo con Nicodemo cuando le habló acerca del nuevo nacimiento.
Pero hay unas palabras muy trascendentes y necesitamos aprender a ver cómo el Señor ve estas cosas; y aprender a rescatar las cosas más importantes que traen una lección a nuestra vida, y sobre todo ponen una base y un fundamento a nuestra vida.
Juan el capítulo 3 a partir del versículo 6, dice:
"Lo que es nacido de la carne, carne es;
y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido;
mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va;
así es todo aquel que es nacido del Espíritu."
Juan 3:6-8
Deténgase. Acá la Palabra establece una verdad muy importante que a veces perdemos de vista.
Estoy convencido que a medida que van pasando los años, a veces, lo que debiera ser para nuestro bien, resulta ser para nuestro mal, porque cuando conocemos al Señor, cuando le entregamos nuestra vida, las cosas de Dios no suelen ser más sencillas de lo que son pasados los años.
Fíjese lo que Jesús declaró. Primero dijo, lo que nace de la carne, es carne, porque del mismo género va producir. Lo que nazca del Espíritu, va ser algo que continúe siendo del Espíritu.
Ahora bien, le dice a Nicodemo, tú conoces el viento, todos conocemos el viento y el viento no sabemos ni de dónde viene, ni a dónde va pero oímos su sonido. Quiere decir, que es algo que si lo tuviéramos que explicar nos costaría hacerlo, si nosotros tendríamos que dar una razón para el viento no podríamos darla; hoy cuando salimos de casa, no sé en la zona dónde usted vivía, pero cuando salimos de casa, había un montón de viento, muchísimo viento y a veces el viento, uno cree que sabe de dónde viene, en esa viene de allá, sí pero al rato le pega por acá, y dice, ¿pero qué pasó? Porque uno no puede controlarlo, no es algo que uno pueda decir, ¡ah! Surgió, nació acá y se va a morir a allá. Sabemos que es viento, oímos su sonido, percibimos su influencia pero no sabemos, ni de dónde viene, ni a dónde va.
Pero lo importante para Jesús, ¿era hablar del viento? ¿Qué era lo que Él quería enseñar al hablar acerca del viento? Dígamelo usted, porque está ahí en el versículo y es muy sencillo. ¿Qué quería enseñar Jesús? ¡Ah! ¿Cómo? Nacer en el Espíritu, pero ¿qué quería enseñar acerca de eso? Nacer de nuevo, pero algo más dice ahí ese mismo versículo, ¡ah! ¡ah!¡ah! ¡ah!
Así se manejan, así se comportan, dijiste, los que viven por el Espíritu, pero quiero que me digas si la palabra viven está en el versículo, ¡ah!
Yo quiero que usted vea algo, es muy sencillo, ¿no? Cuántas veces leímos el pasaje de Nicodemo. Ok, pero fíjese lo que Jesús estableció.
Jesús dijo, todo el que es nacido del Espíritu, es igual que el viento, uno no sabe ni de dónde viene ni a dónde va, pero su influencia se va sentir, ¿por qué le hice la aclaración a Pamela? Con respecto a vivir el Espíritu, y con respecto a nacer en el Espíritu, porque vivir en el Espíritu es una verdad que la Palabra también nos enseña a través de las cartas de Pablo, y esa es una verdad.
Pero yo quiero que vea el fundamento de la verdad, que luego enseñó Pablo. El fundamento para Jesús es, que todo aquél que nace del Espíritu, entonces, es un ser, ¿cómo? Un ser espiritual.
Por eso Jesús dijo: Primero, lo que nace de la carne, es carne, lo que nace del Espíritu, es espíritu.
Por eso, a veces pasan dos cosas, uno, para aquél que nace del Espíritu las cosas del Señor son sencillas. Escuchen, porque no está pensando en lo que puede hacer o en lo que puede lograr, cree en el Señor, sabe lo que ha recibido y camina.
Y lo segundo que pasa es, que nosotros nos volvemos viejos en la doctrina y en el conocimiento, y mañosos, como a veces pasa con muchos viejos, que llegan a la vejez y se vuelven mañosos, ¿por qué? Porque hay uno nuevo, y en vez de permitir que vuele con las alas que el Señor le está dando, las alas del Espíritu, y que así como comenzó a caminar siga caminando, empezamos... no pero ten cuidado por... mira que tú no sabes todavía y necesitas aprender, y fíjate que eres muy nuevo no sea que vayas tropezarte y vayas a caer...
Entonces, anticipadamente, le estamos diciendo, tú depositaste toda tu confianza en el Señor, creíste que te daba una vida nueva, pero ahora yo te digo, ten cuidado con esa vida nueva porque te puede ir mal, ¿me está entendiendo? Siempre nosotros ponemos un freno a aquello que nació del Espíritu.
Ahora dígame, si algo nace del Espíritu, ¿por qué razón yo tengo que suponer que no podrá continuar siendo del Espíritu? Si aquello que nace con una simiente, con algo que le es propio, tiene que mantener aquello con lo cual nació. Yo jamás pienso de una planta que de pronto, una vez que la planté que comenzó a crecer se va convertir en otra planta, yo no salgo al jardín para decirle a la planta que planté hace seis meses, ten cuidado no te vayas a convertir en la otra planta que está al lado tuyo porque están tan cerca, ¿me está entendiendo? Pero a veces hacemos eso con los que han nacido del Espíritu.
Pero lo peor es que nosotros perdemos esa sensibilidad espiritual, no podemos vernos a nosotros mismos como aquellos que hemos sido transformados y nacimos del Espíritu, por lo tanto, Dios nos considera hombres y mujeres espirituales; y como hombres y mujeres espirituales, todo lo que hagamos será del Espíritu, así piensa Dios.
Ese es el punto, y eso lo que quiero mostrar de las sencillas palabras de Jesús que muchas veces hemos leído, Jesús no habló de alguien que vive en el Espíritu, que nos de la impresión que tiene años de conocer a Dios, no, Él dijo, cuando alguien nace del Espíritu es como el viento, no sabe ni de dónde viene ni a dónde va, pero es guiado por el Espíritu, porque algo adentro ocurrió, recibió algo nuevo que no tenía y eso nuevo es ahora su propia persona.
¿Qué quiero decir? Lo que ha recibido la vida de Cristo, la naturaleza de Cristo, es su persona, para Dios, ya la vieja naturaleza no existe, es lo que Pablo luego por el Espíritu, se dedicó a escribir y el Señor nos lo dejó como parte de esta preciosa Palabra, pero unas sencillas palabras de Jesús dicen mucho más de lo que nosotros alguna vez hemos pensado.
Por lo tanto, lo primero que yo tengo que saber, como base y fundamento de mi vida, ¿sabe qué es? Que a partir de que nací de nuevo soy una nueva persona y soy un hombre o una mujer espiritual, ya lo soy, y solamente que aprenda a escuchar como lo escuché desde el primer día la voz del Espíritu Santo, seguiré siendo una persona que no sabré, ni de dónde vengo ni a dónde voy, pero sabré que estoy siendo dirigido y guiado.
Fíjese, que cuando ya nos volvimos mañosos, Dios habla algo como lo que habló en la Palabra Profética, y dice, es un camino nuevo jamás hemos andado por acá, ¿y qué le pasa a usted por adentro? Empieza a sentirse incómodo, y... ¿cómo será? Habrá señales en el cielo y en la Tierra, ¿Huy, cómo será? Entonces, estoy todos los días... a ver las señales en el cielo...
Espere, espere, espere. Dios le dijo, Dios le anticipó algo que iba a empezar a ocurrir a partir de este año, ¿pero Dios le dijo que junto con eso se preocupara? ¿Dios le dijo, que ahora todas las mañanas se levante más temprano para escuchar el noticiero a ver si anuncian la señal del cielo y de la Tierra? ¿Se da cuenta? ¿Dios le dijo, que tuviera mucho cuidado, que por favor no se equivocara, no sea cosa que en este nuevo camino usted se quedará atrás porque no lo vio y no lo llegó a discernir?
No, porque Dios le está hablando a su Iglesia, y cuando Dios le habla a su Iglesia, Él le habla a una Iglesia espiritual, porque para Dios lo que ha nacido del Espíritu es espiritual, viene del Espíritu.
Ahora bien, mire por favor 1 Corintios, capítulo 2, mientras usted lo busca lo único que quiero decir, para enfatizar lo que venimos viendo en la Palabra, es que por lo tanto, por todo lo que hemos dicho, un nacido del Espíritu, es alguien que siempre estará listo y preparado para todo los cambios que vengan de Dios, porque el viento no sabe ni de dónde viene usted, ni a dónde va, sin embargo, usted dice, si hay viento algo va a pasar; posiblemente, o se limpie el cielo o al contrario, posiblemente traiga lluvias y va a llover, pero usted sabe que algo va a pasar.
Lo que le quiero decir es esto, alguien que nace desde el Espíritu y es guiado, por lo tanto, por el Espíritu, es alguien que está preparado a los cambios, no le asustan los cambios, escucha la voz del Espíritu y sigue lo que el Espíritu le dice, no tiene ningún conflicto con eso. Ok.
Ahora sí, 1 Corintios, capítulo 2, vamos a leer el versículo 9, y es algo que también la Palabra Profética anunció y se estableció este primer versículo 9, como una de las bases para expresar lo que Dios hablaba a partir de este año. Dice:
"Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
Ni han subido en corazón de hombre,
Son las que Dios ha preparado para los que le aman.
Pero Dios nos las reveló a nosotros por...
¿Quién?
... por el Espíritu;
porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.
Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre,
sino el espíritu del hombre que está en él?
Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo,
sino el Espíritu que proviene de Dios,
para que sepamos lo que Dios nos ha concedido".
1 Corintios 2:9-12
Deténgase, primero hay una promesa que es poderosa, absolutamente poderosa, porque además usted sabe que toda palabra que sale de la boca de Dios es para ser cumplida.
De la misma manera que Dios dijo al principio sea la luz, y fue la luz y nada se interpuso a que fuera la luz, de la misma manera si Dios dice, cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.
A usted ¿qué le parece que va a ocurrir? Que aquellos que le amamos, todo lo que está en el secreto del corazón y la mente de Dios, va a ser algo que Él nos lo haga saber.
Ahora, al principio pregunté, ¿por qué solamente el nuevo camino que Dios nos está hablando lo podemos vivir por el Espíritu? Aquí usted tiene la respuesta, porque dice, Dios nos la reveló a nosotros, a partir del versículo 10 por el Espíritu porque, ¿qué pasa con el Espíritu? El Espíritu todo lo escudriña aún lo profundo de Dios, quien tiene acceso a lo más íntimo del corazón de Dios es el Espíritu, y el Espíritu es quien nos revela a nosotros aquello que está en esa intimidad de la mente y el corazón de Dios.
Por eso, siempre es un error pensar que Dios le va a hablar a algunos, pero a mí no porque yo todavía no llegué, eso es un error, yo estoy haciendo a Dios discriminatorio, yo estoy presuponiendo que Dios hace diferencia de personas, cuando la Palabra establece que Dios jamás hace acepción de personas. Lo único que Dios dijo, es que esas las va a revelar, ¿a quiénes? A los que le aman, es lo único que dijo.
Porque, ¿sabe lo que pasa inconscientemente? Volvemos a poner la fuerza, aún de las palabras que leemos, en lo que vemos de nosotros mismos o en lo que creemos que podemos o no podemos hacer, y lograr.
Entonces digo, claro al profeta, ¿cómo Dios no le va decir? Si conocemos el profeta, por supuesto que le va decir todo lo que quiere, pero a mí me falta tanto, solamente hágase una pregunta, si Dios le revela el profeta, ¿usted qué entiende por el versículo 9? ¿Qué pasa con el profeta? Que ama Dios, ok.
¿Usted ama Dios? Dios le va a revelar todo lo que le quiera revelar, ¿me está escuchando? Porque sino nosotros le trasladamos a Dios la culpa que nosotros sentimos por creernos así de chiquitos, porque seguimos mirando lo que Dios, desde que nacimos de nuevo ya no mira más, ese es el problema. Por eso, Jesús dijo a Nicodemo tan fácilmente, quien nació del Espíritu es como el viento, es guiado por el Espíritu, no sabrá ni de a dónde viene ni a dónde va, pero que va a saber que tiene una dirección lo va saber, en el momento oportuno lo va a saber y no va a tener miedo, va a ser guiado e irá a dónde el Espíritu lo guie.
Por eso, Pablo, ahora también por el Espíritu nos dice, recuerdan lo que prometió el Padre, hay una sola condición, a los que le aman, a los que le aman el Padre va a revelarle por medio del Espíritu todo lo que está en su mente y en su corazón, todo.
Ahora bien, fíjese lo que dice, versículo 12, y esto me llamó mucho la atención, dice:
"Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo,
sino el Espíritu que proviene de Dios,
¿Para qué?
... para que sepamos lo que Dios nos ha concedido."
1 Corintios 2:12
Si usted lee la Nueva Versión dice, lo que Dios nos ha concedido en su gracia, otras versiones dicen, gratuitamente.
¿Sabe lo que está diciendo aquí la Palabra? El Espíritu que hemos recibido no es como el espíritu del mundo, es un espíritu que te hace saber todo lo que ya recibiste, no lo que te falta, lo que ya recibiste, y ¿por qué lo compara con el espíritu del mundo? Porque el espíritu del mundo hace exactamente lo contrario, el espíritu del mundo no te dice, yo te veo con la capacidad para hacer tal o cual cosa, el espíritu del mundo te dice, demuéstrame lo que tú sabes, y yo voy a ver si puedo confiar en ti. Vaya usted, preséntese en un trabajo, preséntese en un trabajo, usted asegúrele a la persona que lo está entrevistando que tiene la capacidad de hacer todo lo que le pide, aunque usted jamás lo hizo, y no estudió para eso pero usted se considera que tiene la capacidad. ¿A usted lo toman? No.
Usted necesita demostrarle, al empleador, que lo sabe hacer, que tiene experiencia, que estudió, que tiene título, además si el título tiene honores y calificaciones altas mejor para usted, porque le da un poquito más de seguridad al empleador, de que usted va a ser bueno con lo que le está diciendo que va a ser bueno. Pero aún así, si es algo importante y que a la empresa le importa de verdad, lo va seguir examinando tantas veces como sea necesario para saber si puede confiar en usted. Sino pregúntele a Jairo. Claro, ¿te pasó eso sí o no? Para que te tomaran en la empresa.
Ahora, yo le hago una pregunta, aprovechando que tomo de ejemplo a Jairo, ¿usted considera que antes de hacer su carrera de economía, Jairo tenía la capacidad que hoy tiene para hacer lo que está haciendo? ¿Eh? Espéreme, espéreme, porque lo agarré, lo agarré con esta pregunta lo agarré, ¿usted cree que Jairo antes de estudiar la carrera de economía tenía la capacidad de hacer lo que hoy está haciendo? ¿Cómo? Sí la tenía, pero uno cree que no la tenía, no tenía la práctica.
Fíjese como el mundo nos hace ver las cosas, esto es lo que quiero que usted vea, Jairo es el mismo, antes de haber estudiado economía y después de que terminó la carrera economía, es la misma persona, la capacidad la tenía estaba ahí, pero él necesitaba hacer todo eso para cumplir los requisitos que en este mundo se establecen para darle el empleo a una persona, pero nosotros estamos condicionados por lo que el mundo dice.
Entonces, vemos a alguien y decimos no, no acaba de salir del High School, no, no tiene la capacidad pobrecito, le falta, no, es tan chiquilín, siempre está jugando y siempre se está riendo... éste entrar a una cosa de economía, no. ¿Sí o no pensamos así? Aún de nuestros hijos pensamos pensamos así, pensamos así, pero Dios no piensa así, eso es lo que yo quiero hacerle ver.
El Señor le está diciendo por el Espíritu, usted ya sabe todo lo que Dios le concedió, y usted puede decirle, no, a ver Señor, pero yo nunca hice lo que tú estás pidiendo que haga. Sí, pero tú lo tienes, pero nunca anduve por ahí; sí, pero tú lo tienes, pero Señor a ver, dame un tiempo de experiencia, permíteme practicar primero y después lo voy a poder... No, tú ya lo tienes, comiénzalo a hacer y vas a ver que lo vas a hacer bien, solamente escucha y sigue la dirección del Espíritu Santo y lo vas a hacer, ¿se da cuenta cuál es la diferencia?
Por eso la Palabra establece, que por el Espíritu nosotros sabemos lo que Dios nos ha concedido, porque no es el espíritu del mundo, el Espíritu de Dios es completamente diferente y contrario porque el del mundo está gobernado por, usted ya sabe quién, ¿no?
El Espíritu de Dios es un Espíritu dador, junto con Cristo, nos dio todas las cosas.
Por eso, Jesús aún cuando nadie entendía nada del nuevo nacimiento ni de su propia persona ni de su sacrificio en la Cruz, dijo, el que es nacido del Espíritu es como el viento, sabe que irá a algún lado guiado por el Espíritu y no tendrá temor, aunque no sepa ni por dónde ni a dónde.
Ahora, quiero que vaya a Hebreos 8 por favor, Hebreos el capítulo 8, Hebreos capítulo 8 y vamos a leer desde el primer versículo. Hebreos el capítulo 8 desde el versículo 1, dice así:
"Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo
es que tenemos tal sumo sacerdote,
el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos,
ministro del santuario,
y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre.
Porque todo sumo sacerdote está constituido
para presentar ofrendas y sacrificios;
por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer.
Así que, si estuviese sobre la tierra,
ni siquiera sería sacerdote,
habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley;
los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales,
como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole:
Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.
Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo,
cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas."
Hebreos 8: 1-6
Deténgase, ahora no cierre porque vamos a continuar con este capítulo, pero quiero que veamos algunas cosas aquí antes de avanzar.
La Palabra está estableciendo que Cristo fue levantado como un sumo sacerdote como nunca hubo otro. Este sumo sacerdote tenía una diferencia notable con respecto a los demás, porque este sumo sacerdote venía a mostrar, a establecer y a representar, un mejor pacto. Todos los sumo sacerdotes eran constituidos para entregar sacrificios y ofrendas a Dios, ¿con qué base? Con la base del Antiguo Pacto.
Entonces, véalo de esta manera, usted siendo parte del pueblo de Dios en el Antiguo Pacto, usted quería presentar algo a Dios o quería pedir perdón a Dios, ¿que tenía que hacer? Tenía que ir con el sumo sacerdote, él entraba una vez al año al lugar Santísimo y él llevaba sacrificio por el pueblo, por lo que usted le había pedido y aún por sí mismo, pero claro, el problema es que ese sacrificio servía para un rato, por eso, entraba una vez al año, porque cada año otra vez tenía que volver a repetir los mismos sacrificios.
Jesús también ofreció un sacrificio, ¿cuál es la diferencia de su sacrificio? Que su sacrificio fue una vez y para siempre, grábese esto por favor:
La obra de Cristo partió la historia y partió todo concepto que el ser humano puede tener acerca de Dios.
Por eso, cuando la Palabra Profética habló este año, habló de esa señal como una de esas, o mejor dicho, como la señal más importante que ha ocurrido en la historia de la humanidad: Jesús como señal de Dios... Porque a partir de allí la concepción fue absolutamente diferente, porque el sumo sacerdote que tenía que ir una vez al año y presentar los sacrificios, ahora no tiene nada que hacer, perdió el trabajo, perdió su función porque este sumo sacerdote se presentó una vez y para siempre y ofreció el mejor de los sacrificios, ¿por qué es mejor? Porque es perfecto, y porque además no se va a necesitar ninguno más, nunca más, sirve eternamente y para siempre.
Por eso, ese sumo sacerdote se presentó, pero él traía consigo la señal de un mejor pacto, y esto es lo que ahora vamos a seguir leyendo, pero es lo que usted tiene que tener en cuenta, le voy a explicar, ¿por qué? Porque en el Antiguo Pacto, todo está basado en el cumplimiento de una ley y el cumplimiento requería el esfuerzo de cada uno de los que se sujetaban a esa ley, por eso, aún la Palabra dice, que era maldito todo aquel que no cumplía la ley cuando estaba sujeto a ella, fíjese si era fuerte. Pero aún así, Dios sabía que la ley no podía liberar al ser humano, por eso necesitó establecer un mejor pacto.
¿Por qué le estoy diciendo esto? Porque muchas veces nosotros pretendemos que nuestra comunión con Dios, que comenzó siendo por el Espíritu y para Dios es espiritual, se transforme en una comunión por ritos, por costumbres y por ley. Por eso vamos a una autoridad espiritual y le decimos, a ver ¿qué tengo que hacer? Ah mira, ve para la derecha, ¡ah! Ok. ¿Por qué la derecha? Ahora pregúntele a esa persona, ¿si antes de ir a una autoridad espiritual alguna vez le preguntó al Espíritu Santo si era a la derecha? No, es más fácil ir a la autoridad para que me diga a la derecha, si sale mal, ¿quién va a tener la culpa? La autoridad. Porque yo quiero que me digan lo que tengo que hacer, porque quiero una comunión con Dios que sea por ley, ¿es esto? Yo hago eso, es el diezmo, te lo traje, ahí está el diez por ciento, no le saqué ni un centavo, eh, está todo. ¿Acá? Bueno, acá no me dijiste Señor, ¿cuánto era? Así que acá, lo que me sobra o esta vez no me sobró, acá me manejo por ley, si yo entiendo espiritualmente, acá la ley me quedó corta y no sé que hace, y acá, acá es una incomodidad.
Entonces, cuando a alguien viene a hablarme sobre este canasto y no sobre aquel, me empiezo a sentir incomodo, porque me dice algo, que como no tiene ley, nadie me está diciendo has esto o has esto, y eso a mí me incomoda. ¿Sabe cuál es la incomodidad? Que yo sé que necesito escuchar al Espíritu Santo y no quiero escucharlo.
Por eso, para Jesús, el que nace del Espíritu es espiritual, ¿sabe cuándo deja de serlo? Cuando dejo de oír la voz que lo guió desde el primer momento, porque es la misma voz que guió a esa persona, sin nacer de nuevo para reconocer a Jesucristo, rendirse a Él y pedirle perdón por sus pecados, es el mismo Espíritu Santo, el Espíritu Santo no está limitado para hablarle sólo aquellos que nacieron de nuevo ¡eh! Porque entonces, no nacieron de nuevo. El Espíritu Santo le habla a quién Él le quiere hablar, y el único que puede lograr que alguien nazca de nuevo y que comprenda cuál es su situación espiritual y que comprenda su realidad, que reconozca a Cristo y que sepa que ese sacrificio lo va a hacer una nueva persona, el único que lo puede hacer es el Espíritu Santo, así que aún tú tienes que desechar cualquier otra cosa. Mira, el mensaje pudo haber sido extraordinario el día que tú te entregaste, el predicador fenomenal, pudo haber sido algo sublime, pero el único que lo hizo fue el Espíritu Santo, es el único, el único que produjo algo aquí adentro, que tú tenías una convicción que no te explicabas ni por qué, ése es el Espíritu Santo.
Por eso, Jesús dice, como nació del Espíritu sin saber nada y estando en oscuridad pudo apreciar la voz, la supo escuchar, ahora, habiendo nacido de nuevo, esa misma voz lo va a guiar el resto de sus días. Pero nosotros con el paso del tiempo, preferimos la ley en vez de seguir en este mejor pacto.
Fíjese de qué se trata este mejor pacto, lea partir del versículo 7, dice:
"Porque si aquel primero...
Hablando del Antiguo Pacto
... hubiera sido sin defecto,
ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.
Porque reprendiéndolos dice:
He aquí vienen días, dice el Señor,
En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto;
No como el pacto que hice con sus padres
El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto;
Porque ellos no permanecieron en mi pacto,
Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor.
Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en la mente de ellos,
Y sobre su corazón las escribiré;
Y seré a ellos por Dios,
Y ellos me serán a mí por pueblo;
Y ninguno enseñará a su prójimo,
Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor;
Porque todos me conocerán,
Desde el menor hasta el mayor de ellos.
Porque seré propicio a sus injusticias,
Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.
Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero;
y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer."
Hebreos 8: 7-13
Dios habló que a partir de este año comienza un nuevo tiempo, el anterior está viejo, lo que es viejo va a desaparecer, si usted intenta ir para atrás y dice, ¿a ver cómo lo hacíamos? Por eso, la Palabra fue muy clara, no va a servir ni cómo lo hacíamos, ni la experiencia, ni el conocimiento, no va a servir. Porque eso Dios dijo, está viejo y lo que es viejo va a desaparecer.
Ahora fíjese, el Nuevo Pacto tiene otra base, el Antiguo decía, ahí están los levitas, ahí están los sacerdotes, el sumo sacerdote, ellos van a oficiar todo delante de Dios y el pueblo irá y presentará las cosas que ellos llevarán y entregaran al Señor.
Ahora, este Nuevo Pacto dice, hay un sumo sacerdote que es para siempre, su sacrificio ya no se volverá a repetir porque sirve eternamente; ahora cada uno me conocerá íntimamente.
Ahora no es una ley externa que se escucha y hay que obedecer, ahora hay una ley interna que se ha recibido y por esa ley vive. Por eso el Nuevo Pacto dice, estableceré mis leyes en su mente y las pondré en su corazón; y lo más tremendo es que diga, nadie le dirá a su prójimo ni a su hermano conoce al Señor.
Ahora, usted puede preguntarse y decir, bueno pero si ahí dice que en el Nuevo Pacto nadie le tendrá que enseñar a otro, entonces, ¿por qué hay tanta enseñanza siempre en la Iglesia?
Espéreme, ahora vamos, y vamos, sí yo me adelanto, por lo menos si se hizo la pregunta, si no se la hizo no importa, pero si se la hizo, entonces mejor la respondemos, si usted se la hizo, fíjese lo que dice, porque dice, ninguno le enseñara o le dirá, ¿qué cosa? Conoce al Señor.
Escuche, los cinco ministerios han sido constituidos por Jesucristo, ¿no? Ok. Ellos trabajan para edificar, para perfeccionar y para hacer que la Iglesia esté preparada para lo que tiene que hacer, ¿no es así? Ok. Aún la Palabra habla de los hermanos entre el Cuerpo que son aptos para enseñar, Ok, cualquiera de ellos que enseña, lo que enseña es lo que viene de Dios para que usted pueda ver hacia dónde Dios lo quiere llevar, pero le voy a decir algo que usted tiene que comprender, ninguno le va a poder decir a usted, conoce al Señor.
Yo hoy puedo estar transmitiendo esto que el Señor puso en mi espíritu y en mi corazón, pero para mí es imposible decirle, a cualquiera de ustedes, conoce al Señor.
Mira Daniel, conoce al Señor, es así, mira que te lo voy a dibujar, te lo voy a escribir en un papel para que sepas que así Dios, es imposible, es imposible.
Pero saben cuál es el punto, que nosotros intentamos hacer eso aún con la gente nueva, nosotros le queremos decir, mira es así y así y así Dios ¡eh! Es de esta forma, de esta manera, y ¿sabe lo que hacemos sin darnos cuenta? le trajimos al Nuevo Pacto el espíritu de la ley y de la letra, si haces A, B y C... Dios va hacer E y F... porque no estoy comprendiendo, que si simplemente le digo lo que yo he recibido, el Espíritu Santo hace la obra y cuando nació de nuevo nació del Espíritu y el Espíritu será quien lo guie todos los días de su vida.
Pero claro, como a mí me cuesta creerlo, aún para mí, entonces, prefiero para éste que no se me escape, ya que es nuevo, que no se me escape, le voy a decir todo el abecedario, le voy a leer la cartilla de lo que significa ser un buen cristiano para tenerlo agarradito y seguro; y si me da mucho miedo leerle toda la cartilla, hago el paso contrario le hablo del amor de Dios y que Dios le va a solucionar todo esto después cuando ya entró, le digo todo lo que me falto decirle.
Minimizamos la obra del Espíritu, pretendiendo hacer nosotros, lo que solamente el Espíritu de Dios puede hacer.
El Nuevo Pacto tiene una particularidad, todo lo que es de Dios, la verdad de Dios ha sido grabada en nuestros corazones, en nuestras mentes y en nuestros espíritus, allí está, nadie necesita decirte, conoce al Señor, es por aquí o es por allá, porque eso es tarea, solamente, del Espíritu de Dios.
Si nosotros entendemos esto, vamos a comprender el poder del Nuevo Pacto, porque el Nuevo Pacto es poderoso mientras que nosotros vemos el poder que encierra. Mientras yo sé que Dios, a través del Nuevo Pacto, lo que hizo fue ponerme en una plataforma sobre la cual puedo estar firme y seguro, si yo intento tomar las cosas a mi manera y agradar a Dios a mi forma y por mi esfuerzo, yo estoy diciéndole a Dios, voy a quitar la plataforma que me pusiste por el Nuevo Pacto para establecer la mía, yo no creo que te pueda conocer, si yo no hago esto y esto y esto... Entonces le digo, sí Tú dices que tus leyes están dentro de mi mente y en mi corazón pero yo creo que tengo que hacer esto, si no no te voy a agradar.
Entonces, quito la plataforma que me puso Dios y pongo la mía, así me gusta más agradarte.
No funciona.
El que nace del Espíritu es espiritual, escucha la voz del Espíritu y sigue sus indicaciones; y no tiene ningún problema si pareciera que el Espíritu no está hablando, ¡eh! Hasta que el Espíritu hable yo no me muevo, hasta que el Espíritu Santo no me hable yo voy a quedarme en este mismo lugar y en ésta misma posición y en lo que Dios me dijo hasta que llegué aquí, hasta aquí yo llegué por voz del Espíritu, lo próximo tendrá que ser por voz del Espíritu. Porque a veces, también intentamos apurar a Dios, ¿y cómo, y qué paso con esto? Y te estoy apoyando en oración en aquello que me dijiste, y no te parece... ¿y no estarás escuchando? Espere, espere, si usted conoce al Señor y discierne la voz del Espíritu, usted sabrá cuándo el Espíritu Santo le está hablando, ésa tiene que ser su convicción y su seguridad.
Ahora, no estoy queriendo decir que no oremos los unos por los otros, no estoy queriendo decir que no podamos recibir un consejo espiritual de alguien que nos hablará una Palabra de Dios, por favor entiéndame, lo que le quiero explicar es que yo no puedo reemplazar por mi esfuerzo y a mi manera, lo que Dios ya estableció para mí.
Sí Él dijo que hay una verdad en mi vida a partir del Nuevo Pacto, ésa es mi base, ése es mi fundamento, y a partir de ahí puedo caminar.
Ahora fíjese lo que dice 2 Corintios 3, y yo quiero terminar con este pasaje que vamos a leer ahora, 2 Corintios el capítulo 3; 2 Corintios el capítulo 3 y vamos a leer desde el versículo 4, dice:
"Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios;
no que seamos competentes por nosotros mismos
para pensar algo como de nosotros mismos,
sino que nuestra competencia proviene de Dios,
el cual asimismo nos hizo ministros competentes
... ¿de qué?
...de un nuevo pacto,
no de la letra, sino del espíritu; porque la letra,
¿qué hace?
... mata, mas el espíritu vivifica."
2 Corintios 3:4-6
Iglesia, usted sabe que si Dios habló que vamos a caminar un nuevo camino y que la Iglesia es la señal de Dios sobre la Tierra, es evidente que lo que Dios está pretendiendo no es para nosotros, es para el mundo, es lo primero que usted tiene que recordar; porque sino usted se va a entretener en los espejitos de colores que se ven muy lindos pero no sirven para nada, es sólo eso, un entretenimiento. Sí, todo eso Dios lo dijo a través de la Palabra Profética que va a ocurrir a partir de este año, si yo lo tomo sólo como para mí, para nosotros aquí dentro, entonces estamos viendo espejitos de colores, lo que Dios habló, es qué clase de señal va a ser la Iglesia para el mundo. ¡Ok!
Para ser esa señal que Dios habló, entonces la Iglesia tiene que ser una Iglesia que ministre a los demás de acuerdo a cómo Cristo nos ha ministrado a nosotros como sumo sacerdote.
Si yo sigo pensando como miembro del Cuerpo, que yo lo sé hacer, lo puedo hacer, que yo le voy a esforzar por hacerlo y por lograrlo, déjeme decirle, voy a terminar en fracaso, porque yo lo que estoy haciendo es poner mi confianza en lo que creo que es mi competencia, yo me creo competente para hacer esto, yo me creo competente para mostrar al mundo que soy una señal de Dios.
No, Dios dijo que va hacer de nosotros una señal, y Él lo va hacer no porque seamos competente por nosotros mismos, porque Él nos hace competentes, porque hemos nacidos del Espíritu y somos guiados así como el viento, por el Espíritu, sin que nadie se de cuenta, pero somos efectivos y cumplimos el propósito que tenemos que cumplir, porque estamos escuchando al Espíritu de Dios y estamos siendo guiados por el Espíritu de Dios. Si yo a esto trato de sumarle mi propio esfuerzo para lograrlo, yo una vez más vuelvo a traer a lo que viene del Espíritu de Cristo el espíritu del mundo, porque digo, la letra dice, es que la Palabra Profética dijo, me ato a la letra y no entiendo al Espíritu que hay detrás de la letra y lo quiero hacer a mi manera.
Mire, usted tiene un enorme privilegio, y es que cada jueves usted viene aquí, y hay hermanos y hermanas que con la gracia y la unción del Espíritu, lo están llevando de la mano para comprender la Palabra; y eso está bien, déjame decirle que fue una instrucción nuestra como Ministerio, pero sabe que, aunque a usted nadie le dijera nada ningún jueves, esa Palabra se va cumplir y usted tiene que poder discernirla por el Espíritu. Escúcheme lo que le estoy diciendo, yo no puedo confiar que, ¡ah, no! y esto, ¿cómo se come esto? ¿Cómo lo voy a entender? ¡Ah! Qué bueno que el jueves me lo van a enseñar... No, no es así, porque usted cree que le están enseñando a conocer a Dios, y a Dios lo conoce usted porque Dios ya le mostró cómo era conocerle, por medio del Espíritu.
Lo que le están enseñando el jueves, es a discernir lo que viene de Dios, pero la tarea no es de quien esté el jueves aquí enseñando, la tarea es de la Iglesia que conoce al Señor. Una Iglesia que conoce al Señor no tiene problemas de que tome lo que viene de Dios y comience a orar para discernirlo, y cuando se presentan las oportunidades que vienen de Dios, todos los días en el lugar dónde estoy, yo sé que Dios allí me estará dirigiendo, y tendrá que ver lo que me está pasando hoy con lo que la Palabra Profética dijo, porque yo aprendí a discernir la voz del Espíritu Santo.
Cuando empiezo a ver a todos desesperados, yo tengo la oportunidad de que me vean como esa señal de Dios, pero no porque yo me hago el fuerte cuando tengo un problema económico impresionante, digo, no. pero no, no puedo llorar, no, tengo que ser fuerte para mostrarle que lo económico a mí no, porque tengo claro el testimonio antes que otra cosa.
No, no es así, yo puedo pasar por cualquier circunstancia como cualquier otro, pero hay una absoluta diferencia, que a mí no me guía lo que a los demás los guía, que yo he roto con espíritu el mundo porque he recibido otro espíritu desde que nací de nuevo, el Espíritu de Dios me está guiando, y el Espíritu de Dios es el que dará testimonio de lo que está dentro mío, y que no viene de mí, visiblemente me van a ver igual que los demás, pero internamente podrán darse cuenta que hay algo mucho más poderoso y más fuerte que lo que ellos imaginaban.
Iglesia, esto tan sencillo de la Palabra, tan práctico es para que nosotros aprendamos a despojar aquellas cosas que reconocemos que no son de Dios. Hay verdades que vienen de Dios y están establecidas en la Palabra, ¿sabe para qué? Para que nosotros así como están dichas las creamos.
Por lo menos para mí, volver a creer el relato de Jesús y Nicodemo y darme cuenta la importancia que tenía que Jesús diga, el que es nacido del Espíritu es como el viento, para mí fue algo que marcó mi vida y me pone una base que yo antes no estaba tan seguro que la tenía, ¿entiende? Porque yo ya sé que yo puedo decirle a otro, aunque tenga un día de nacido de nuevo, que será como el viento siempre que distinga la voz del Espíritu Santo, y serás siempre una señal para este mundo, como Jesús fue una señal para el mundo, porque el mismo espíritu que lo habitó a Él sobre la Tierra, nos habita a nosotros; el mismo Espíritu que lo levantó de la muerte nos habita a nosotros, el mismo Espíritu nos ha dado una nueva vida en Cristo... Y somos nuevas personas, no hay nada en nosotros, por lo cual lo podamos lograr, pero por el Espíritu Dios nos ha dicho, tienes la capacidad y vas a llegar a todo lo que Yo hablé. Sólo ámame y discierne la voz de mi Espíritu.
Yo quisiera que oráramos al Señor, Jairo quiero pedirte que pases vos sólo, para tocar solamente.
Pero quiero que usted ore al Señor, porque lo que puedo percibir por el Espíritu, es que usted puede discernir que el Señor está hablando, diciendo algo que es muy práctico y muy directo, pero Dios está hablándole de manera personal. Pero hay cosas que luchan dentro de usted, y esas cosas que están luchando son las que lo llevan al plano equivocado, lo están metiendo en el terreno que Dios jamás lo quiere meter, cuando algo viene de Dios usted siempre permanecerá en el terreno adecuado, si usted se deja llevar por aquellas cosas que usted siente o piensa, usted tiene que tener cuidado que eso no lo esté llevando al terreno equivocado.
Lo único que Dios te dice es, cree en lo que Yo ya he hablado de ti. Créelo, créelo, deja de pelearte contigo mismo, deja de decirme, te dice el Señor, tantas veces lo que me dices y repetirme que no puedes, y repetirme que no sabes, y repetirme que no tienes fuerza, y repetirme que no sabes cuál es el camino a tomar, ya no me lo digas más, porque Yo he hablado otra cosa de ti, y mi Palabra es la verdad, lo que está fuera de ella no es la verdad, de la misma manera que escuchaste la voz de mi Espíritu Santo aquel día que tu vida fue transformada por mi poder, vuelve a escuchar esa voz, de la misma forma, simple, de manera sencilla con la convicción de sólo el Espíritu Santo puede dar.
Y verás que muchas cosas que están esperando, parecieran detenidas, parecieran frenadas, comienzan a fluir con libertad, porque el Padre jamás va a retener aquello que están en su corazón, sus planes y propósitos, para aquellos que le aman, por el contrario, Él quiere mostraste por el Espíritu, las cosas que están en su mente y en su corazón.
Vamos a orar.
Espíritu de Dios, te damos gracias, gracias Señor, gracias por tu Palabra, porque tu Palabra es la que abre los ojos de nuestro entendimiento para que podamos ver, y hoy podemos entender por qué el apóstol Pablo oraba así, que se abrieran los ojos del entendimiento. Porque a veces el espíritu y la manera de pensar en el mundo, vuelven a infiltrarse en nuestro corazón y nuestra mente, de tal manera que lo que es una verdad rotunda de tu parte, nosotros comenzamos a cuestionarla y a preguntarnos y no podemos creer.
Pero hoy queremos volver a la sencillez de esa comunión íntima de hombres y mujeres que hemos nacido del Espíritu, y por lo tanto, somos como el viento, no sabemos exactamente de dónde vinimos y no sabemos tampoco, hacia dónde vamos, pero sí sabemos, que la dirección vendrá de tu Espíritu a cada momento en todas las áreas de nuestra vida, vendrá dirección en todas las áreas de nuestra vida, escucharemos tu voz y sabremos lo que nos está diciendo.
Padre, renunciamos a esos temores y esas dudas que se han puesto en nuestro corazón, que vienen a contaminar lo que es puro y que es tuyo. Perdónanos Señor, por darle lugar a esas cosas, hoy queremos descansar en ti, cuando Tú hablas, tu voz es una dirección clara y segura, en tu voz jamás puede haber inseguridad de nuestra parte, si hay inseguridad es porque hemos, poco a poco, hecho a un lado y a un costado tu voz, de tal manera que ya no estamos tan seguros de poder discernirla, pero Señor, eso no es lo que has hablado para tu Iglesia y para todos los nacidos de nuevo.
Por eso hoy, en Cristo Jesús, volvemos a declarar lo que tu Palabra es lo que por boca del mismo Jesús fue dicho, todo el que es nacido del Espíritu, todo el que es nacido del Espíritu, ha sido dotado de una capacidad sobrenatural para discernir la voz del Espíritu Santo, nadie más que no sea nacido del Espíritu podría discernir esa voz, porque sólo el nacido del Espíritu ha aprendido a conocer esa voz.
Sabemos, Señor que nos has llamado a crecer, a madurar, que estás formando a Cristo en cada uno de nosotros, pero eso no significa que no sepamos o no podamos escuchar y discernir, la voz del Espíritu.
Por eso en el Nombre de Jesús, hoy volvemos a rendirnos como niños que confían plenamente, y que te dicen, Señor, Tú has hablado algo muy especial y sobrenatural que comenzará a partir de este año, y has declarado algo, que en nuestro espíritu siempre supimos, la Iglesia es tu señal para este mundo, pero ahora lo has hablado de manera directa y puntual; y a partir de que Tú hablas, las cosas en el ámbito espiritual y también en el natural, comienzan a ocurrir.
Señor, queremos ir de mano de lo que Tú has hablado y de la mano de la guía y dirección de tu Espíritu Santo a nuestras vidas.
Veremos los mayores desastres, los mayores problemas, las mayores desesperaciones de la gente, pero en medio de eso, también veremos los mayores milagros, la mayor manifestación de tu poder, la mayor manifestación de tu gracia y de tu gloria, porque Señor, aunque el diablo cree que puede estar haciendo una y otra cosa para engañar a este mundo, está presente sobre la Tierra tu Iglesia para volver a establecer que ella ha vencido porque la victoria de Cristo le pertenece, que ni siquiera las puertas del Hades pueden prevalecer contra ella, que nadie puede doblegar el poder que la Iglesia tiene y que Tú le has conferido.
Por eso Señor, declaramos nuestro amor a ti, somos de los que amamos de verdad, te amamos sinceramente, genuinamente, no por compromiso ni tampoco por un egoísmo personal, te amamos con todo nuestro ser.
Por eso, las cosas que están en tu corazón y en tu mente serán reveladas a nuestros corazones y a nuestros espíritus por la voz del Espíritu Santo.
Estamos dispuestos Señor, así como lo estuvimos desde el primer día que entregamos nuestra vida y pudimos comprender la dimensión tan impresionante que tenía la obra de Cristo, de la misma manera, hoy te creemos a ti Señor, volvemos a decirte, haznos dóciles si nos hemos vuelto un poco necios, un poco duros para entender. Queremos ser sensibles y sencillos Señor, ya no levantamos más argumentos delante de ti, no ponemos excusa, no te explicamos tampoco lo que pensamos, como si de esa manera pudiéramos convencerte de algo, te creemos a ti, Señor, y creemos que nos has habilitado y nos has capacitado con todo tu poder y con la misma persona de Cristo y has establecido un Nuevo Pacto con nosotros, ya tus leyes están escritas en nuestro corazón y en nuestra mente, y te conocemos, te conocemos y por la voz de tu Espíritu Santo te conoceremos cada día más.
Gracias Señor, te honramos, gracias por tu Palabra y gracias por el Espíritu Santo, te honramos.
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