El antídoto de la religiosidad
Daniel Cipolla
04 de May de 2014
El texto contenido en esta página fue tomado literalmente de lo expresado verbalmente
en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
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Antes de comenzar quiero decir algo, siento que el Universo nos envidia.
Déjeme explicarle algo que yo vi en el Señor, hoy. Parece una locura lo que acabo de decir, pero afirmo que el Universo nos envidia. Y le explico por qué. Porque el universo no tiene rodillas, y es sólo lo que tiene rodilla, que se puede postrar ante el Señor. Nosotros tenemos rodillas y nos han sido dadas para postrarnos ante el Señor y arrodillarnos ante Él.
Nosotros tenemos algunas capacidades que el Universo no posee, por grande e inmenso que sea, no las tiene. Y seguro que grita, ¡Señor, si me hubieras dado rodilla yo me estaría arrodillando todo el tiempo ante tu grandeza!
Así que, qué importante que es, que nosotros usemos nuestras rodillas para postrarnos delante del Señor en adoración.

Quiero comenzar la Palabra que el Señor me mostró con una pregunta: ¿Con qué propósito Dios creó al ser humano?
La respuesta habitual es que Dios lo creó para que sea su representante en la Tierra y que realice la función de administrador de todas las responsabilidades que Dios le entregó, y esa respuesta es correcta. Sin embargo, hay algo más primario y básico que no solemos mencionar cuando hablamos del propósito de Dios al crearnos.
Lo que vamos a ver es mucho más fundamental y mucho más básico, y lo vamos a comenzar a ver a través de un hecho que relata la Palabra, y es negativo, pero ese hecho negativo nos va a mostrar lo que el Señor quiere enseñarnos hoy.
En Génesis capítulo 3, versículo 8, vamos a buscar, yo lo voy a leer en la versión Reina Valera Contemporánea, dice Génesis 3:8 así:

"El hombre y su mujer oyeron la voz de Dios el Señor,
que iba y venía por el huerto, con el viento del día;
entonces corrieron a esconderse entre los árboles del huerto,
para huir de la presencia de Dios el Señor."

Génesis 3:8 (RVC)

¿Nunca se preguntó por qué la primera reacción de Adán y Eva, después de pecar, fue huir de la presencia del Señor? La Biblia no dice que huyeron de sus responsabilidades de administradores, no dice que huyeron de las tareas diarias que debían de realizar, dice que huyeron de la presencia del Señor.
Si alguna vez se lo preguntó, ¿tuvo respuesta? La respuesta es muy simple, el propósito fundamental por el cual Dios creó al hombre, es para que viviera en su presencia; todo lo demás son cosas para hacer, y lo vital para Dios no son cosas para hacer, sino el ámbito en el que Dios puso al ser humano.
Dios creó al ser humano para que viva en un ámbito, así como creó al pez para que viva en el agua, el ámbito del pez es el agua, el ámbito del ser humano es la presencia de Dios.
Cuando ellos pecaron supieron en su interior que ya no podían vivir en la presencia de Dios, en realidad, ésta era la maldición fundamental de ellos, se lo voy a demostrar.
Génesis capítulo 4, por favor, vamos a leer, a comenzar leyendo el versículo 10, una vez que Caín mató a su hermano, este diálogo sucedió con el Señor, Génesis 4:10 dice:

"—¡Qué has hecho! —exclamó el Señor—.
Desde la tierra, la sangre de tu hermano reclama justicia.
Por eso, ahora quedarás bajo la maldición de la tierra,
la cual ha abierto sus fauces para recibir la sangre de tu hermano,
que tú has derramado.
Cuando cultives la tierra, no te dará sus frutos,
y en el mundo serás un fugitivo errante.
Verso 13...
—Este castigo es más de lo que puedo soportar —le dijo Caín al Señor—.
Hoy me condenas al destierro, y nunca más podré estar en tu presencia."

Génesis 4:10-14

Cuando Caín fue desterrado, no se quejó porque la tierra no le iba a dar el fruto correcto, ni porque iba a ser un fugitivo, la queja de Caín fue una sola, no podré estar en tu presencia. ¿Lo está viendo?
El propósito del ser humano es vivir en la presencia de Dios.

En Génesis, capítulo 6, se relata cuando Dios decidió erradicar a todo ser humano y toda bestia de sobre la faz de la Tierra, debido al pecado del hombre; lo extraordinario es esto, que todos eran pecadores ya, y Noé también. Sin embargo, Noé no era como los demás, Noé sabía que no podía vivir en comunión perfecta con Dios porque el pecado ya estaba en él. Pero resulta que todos los demás eligieron que el pecado aumentara en sus vidas, a tal punto que la maldad se salió de control. Pero Noé dijo, sin importar eso yo voy a hacer algo, yo voy a buscar de todo corazón al Señor, yo sé que estoy imposibilitado para tener una relación perfecta, pero lo voy a buscar. Y cuando lo buscó, Dios jamás le cerró la puerta.
Lo cual demuestra que Dios jamás le cierra la puerta al hombre sino que el hombre se cierra la puerta para con Dios.
Vamos a ver Génesis, capítulo 6, versículo 9, por favor:

"Ésta es la historia de Noé. 
Noé era un hombre justo y honrado entre su gente.
Siempre anduvo fielmente con Dios."

Génesis 6:9

Yo lo voy a leer en la Versión Reina Valera Contemporánea, que dice:

"Noé era un hombre justo.
En sus acciones fue perfecto,
pues siempre anduvo con Dios."

Génesis 6:9 (RVC)

¿Por qué Dios eligió a Noé? Porque Noé eligió el ámbito para el cual fue creado.
Eso se elige... eso se elige... eso se elige sin importar en qué profundidad de pecado alguien esté. Eso se elige, él eligió. Y Dios dijo, te tomo, Yo voy, contigo y tu familia, a dejar supervivencia en la tierra de seres humanos.

Escúcheme bien, si no hubiera habido un hombre que buscara la presencia de Dios, tú y yo no estaríamos aquí.
¿Hay algo más importante que la presencia de Dios? No existe. Todo lo demás son cosas que puedes hacer, la presencia de Dios es lo básico y fundamental para lo cual tú y yo estamos creados, nada más vale en el planeta Tierra que esta realidad.
Quiero mostrárselo más adelante, en Génesis 17, cuando Dios le habla a Abraham, le dice algo muy sencillo y muy corto, dice el versículo 1:

"Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el Señor
se le apareció y le dijo: —Yo soy el Dios Todopoderoso.
Vive en mi presencia y sé intachable."

Génesis 17:1

¿Le dijo algo muy largo el Señor? ¿Le dio un listado de cosas correctas para hacer? ¿Le dijo Dios, mira si tú haces las cosas correctas y siempre eres recto y honrado, y hombre bueno, entonces, voy a hacer algo contigo? No, no. Le dijo, vive en mi presencia. Y agregó en segundo lugar, sé intachable.

Si usted está entendiendo al Espíritu del Señor, usted está entendiendo que esa integridad o perfección de lo intachable, procede y proviene de vivir en la presencia del Señor.
De Noé dice que fue perfecto, y de Abraham intachable; en ambos casos, eran un resultado natural de vivir en la presencia del Señor, ellos no estaban tratando de procurar ser perfectos o intachables.

Voy a decir algo que lo va a escandalizar, pero si usted piensa que el objetivo del Señor es que actuemos con rectitud, con honradez y con integridad, está profundamente equivocado. Yo sé que parece que estoy insultando su cerebro, pero le estoy diciendo una verdad.
En realidad, quien piensa así, lo que tiene es una religiosidad; y el mensaje que el Señor me dio, ¿sabe cómo se llama? El antídoto de la religiosidad.

Cuando yo pienso que Dios está buscando de mí rectitud, integridad, honradez, estoy profundamente equivocado, me estoy yendo por la vía de hacer las cosas correctas. ¿Sabe lo que Dios realmente está buscando? Que vivamos en su presencia, para que su rectitud, su integridad y su honradez, fluyan a través de nosotros.
¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¿Sí o no? Dígalo. ¡Aleluya! Sí.

Escúchenme bien, debemos entender que hay una integridad producto de la religiosidad y una integridad producto de la espiritualidad, son abismalmente diferentes.
La integridad de la religiosidad proviene de asuntos externos, porque no proviene de vivir en la presencia del Señor. Cuando eso ocurre, este libro llamado la Biblia, se convierte en una ley, aún el Nuevo Testamento; y fustigo a la gente para que haga las cosas correctas y lo único que estoy tratando de mantener, es que todo el mundo camine derecho y que nadie se equivoque, y que no haga nada que desagrade al Señor. Pero resulta que esas personas nunca fueron llevadas a entender la majestad y la grandeza de la presencia del Señor, de ser llenos de su presencia y vivir en esa presencia.
Cuando todo lo que hacen surge de esa presencia, aún lo que está errado, Dios lo toma para bendición.

Se lo voy a demostrar.
Abraham vivía en la presencia de Dios y Abraham se equivocó, porque Abraham le mintió a dos reyes acerca de su esposa, diciendo que era su hermana; pero ¿sabe lo que le dijo Dios al rey? Escúchame bien y no la llegues a tocar, porque ese hombre es mi profeta. Es más, él necesita orar por ti, y si ora por ti voy a quitar esa maldición que está en tu pueblo de no poder tener hijos... Eh Señor, qué injusticia. Eh, Abraham hizo lo incorrecto... El rey no, porque no era su autoridad, es que no hizo lo correcto hermano... Ése no es Dios... Ése no es el Espíritu Santo... Ése no es Cristo... Ése no es su amor... Nada se libera de Dios.
Está en su Biblia, está en su Biblia, véalo.

Lo que le agrada a Dios, es que usted y yo vivamos en su presencia. Fuera de eso, son cosas que hacemos. Cuando usted, y no necesita usted ser pastor para esto, cuando usted le enseña a los demás a vivir en la presencia de Dios, hay preguntas que nunca más hará, ejemplo, ¿cómo está tu relación con el Señor? ¿Estás leyendo la Biblia? ¿Estás orando?
¡Qué problema para Abraham! Jamás leyó la Biblia, no había, pero sí oraba.
Es decir, usted se va a dar cuenta que si usted le apunta a decirle si ora o si lee, usted está apuntando a los efectos y no a la causa, porque quien vive en la presencia del Señor tiene deseo de escuchar al Señor a través de la Palabra, a través del Espíritu y deseos de orar, eso proviene de vivir en la presencia del Señor. Si no provienen de ahí, sólo estás envuelto en un manto de religiosidad que va a pudrir hasta tus huesos.

Lo que hoy Dios me mostró es demasiado trascendente para dejarlo pasar por alto, avancemos con otros hombres de Dios.
Éxodo, capítulo 33, vamos a ver lo que ocurrió con Moisés y qué fue lo que le importó a Moisés acerca del Señor. Éxodo 33, vamos a leer desde del versículo 12:

"Moisés le dijo al Señor:
—Tú insistes en que yo debo guiar a este pueblo,
pero no me has dicho a quién enviarás conmigo.
También me has dicho que soy tu amigo y que cuento con tu favor.
Pues si realmente es así, dime qué quieres que haga.
Así sabré que en verdad cuento con tu favor.
Ten presente que los israelitas son tu pueblo.
—Yo mismo iré contigo y te daré descanso —respondió el
Señor.
—O vas con todos nosotros —replicó Moisés—,
o mejor no nos hagas salir de aquí.
Si no vienes con nosotros,
¿cómo vamos a saber, tu pueblo y yo, que contamos con tu favor?
¿En qué seríamos diferentes de los demás pueblos de la tierra?
—Está bien, haré lo que me pides —le dijo el
Señor a Moisés—,
pues cuentas con mi favor y te considero mi amigo."

Éxodo 33:12-17

A ver, ¿será que Moisés le habló acerca de lo difícil de la misión? Eso fue lo que le preocupó en la conversación con Dios, un pueblo rebelde, muy difícil de guiar y que Dios está insistiendo que yo lo guíe. Señor, me estás produciendo un stress terrible con este asunto de guiar al pueblo, ¿ésa era la preocupación? No. Tú no me dijiste quién iba a venir conmigo, pero si estaba sólo Moisés para guiarlos, y además está Aaron que lo podía ayudar.
Creo que Moisés no estaba apuntando a hablar con un ser humano, ¿quién irá conmigo? Y Dios le dice, Yo voy a ir. Moisés le dice, mira, si tu presencia no viene con nosotros, no se te ocurra sacarnos de aquí. ¿Por qué Moisés le dijo eso? Porque Moisés tenía una revelación clara: La presencia de Dios es el ámbito natural para el ser humano, la presencia de Dios es lo único que da éxito en cualquier misión a la que Dios te envíe.

No quería ser un fracasado, hacer una tarea en su fuerza sin la presencia del Señor. Es más, le dice algo clave, si Tú no vienes con nosotros, hay dos cosas que no se van a mostrar: no se va a mostrar tu gracia o favor, y además, seríamos como cualquiera de los demás, porque sólo es tu presencia lo que nos convierte en gente diferente.
¿Lo tenía claro? El problema es que a veces nosotros no lo tenemos claro.

Avance a Josué, vamos a ir al capítulo 3, por favor, esto es cuando Josué y el pueblo van a cruzar el Jordán, vamos a leer a partir del verso 2:

"Al cabo de tres días, los jefes del pueblo recorrieron todo
el campamento con la siguiente orden:
«Cuando vean el arca del pacto del
Señor su Dios,
y a los sacerdotes levitas que la llevan, abandonen sus puestos
y pónganse en marcha detrás de ella.
Así sabrán por dónde ir, pues nunca antes han pasado por ese camino.
Deberán, sin embargo, mantener como un kilómetro de distancia
entre ustedes y el arca; no se acerquen a ella.»
...
Versículo 14,
"Cuando el pueblo levantó el campamento para cruzar el Jordán,
los sacerdotes que llevaban el arca del pacto marcharon
al frente de todos.
Ahora bien, las aguas del Jordán se desbordan en el tiempo de la cosecha.
A pesar de eso, tan pronto como los pies de los sacerdotes que portaban
el arca tocaron las aguas, éstas dejaron de fluir y formaron un muro
que se veía a la distancia, más o menos a la altura del pueblo de Adán,
junto a la fortaleza de Saretán.
A la vez, dejaron de correr las aguas que fluían en el mar del Arabá,
es decir, el Mar Muerto, y así el pueblo pudo cruzar
hasta quedar frente a Jericó.

Por su parte, los sacerdotes que portaban el arca del pacto del Señor
permanecieron de pie en terreno seco, en medio del Jordán,
mientras todo el pueblo de Israel
terminaba de cruzar el río por el cauce totalmente seco."
Josué 3:2-4; 14-17

Mire algo bien interesante de este cruce, todo lo tuvieron que hacer en la presencia del Señor, aunque tenían que mantener un kilómetro de distancia con el Arca, usted sabe que el Arca representaba la presencia de Dios, de todos modos estaban en la presencia de Dios y esa presencia les permitió algunas cosas claras:

1. El camino por dónde caminar.
2. Que ni bien los sacerdotes que llevaban esa presencia se pararan en el Jordán, las aguas se detuvieran de crecer.
3. Que esas mismas aguas formaran un muro alto para que el pueblo pudiera pasar en seco, de un lado al otro.

Mire, cuando usted camina en la presencia del Señor, se cumple la Palabra que Jesús dijo mucho más adelante, que los nacidos del Espíritu son como el viento, que tú no sabes de dónde vienen ni a dónde van. ¿Por qué? Por lo mismo que dice sobre el cruce del Jordán, ustedes están caminando en la presencia de Dios, dijo Josué, entonces sigan esa presencia, porque ustedes no saben el camino si no siguen la presencia.

Lo segundo que ocurre, cuando tú vives en el ámbito de la presencia de Dios, lo sobrenatural y milagroso es cotidiano. Se pararon los sacerdotes en la punta del agua, el agua se detuvo y se formó un muro, ¿lo ve?

Vivir en la presencia de Dios desata de manera natural lo sobrenatural, eso no lo desata la religiosidad. Si usted no puede percibir lo sobrenatural en su vida y en su familia, se ha convertido en un hombre, que solamente, o una mujer, que tiene religiosidad.
Tiene que hacer un test para saber si lo sobrenatural está funcionando en su vida, no en el momento que hay que orar porque hay una enfermedad o porque hay algún otro tipo de problema, no, no, no, lo sobrenatural ocurre porque usted está en su presencia, suceden cosas que no son normales, porque usted vive en esa presencia.
Eso es lo que tiene una persona que vive en la presencia de Dios, si no vive eso, lo que tiene es religiosidad.

Cuando usted ve tanto a Moisés como a Josué, se da cuenta que ellos sabían que el éxito de sus vidas y su misión, era la presencia del Señor. Ellos lo tenían absolutamente claro, y recuerde que Moisés fue a través de quién el Señor dio la Ley, sin embargo, Moisés no vivió bajo la ley. Porque el que vive en la presencia de Dios, no vive bajo la ley aunque viva en los tiempos del Antiguo Pacto, la ley afecta al que vive bajo la ley. Sin embargo, Moisés no vivía en esa realidad; y a él le había sido revelada la ley, ¿lo ve?

Miren, quiero mostrarle algo de una profecía cuando Jesucristo iba a venir al mundo, esta profecía es muy importante, porque la dijo Zacarías cuando nació su hijo Juan el Bautista y se desató su lengua. Fue lo primero que dijo Zacarías cuando abrió la boca por el Espíritu, y yo me quiero detener específicamente en dos versículos de la profecía.
La profecía es preciosa toda, y comienza en el versículo 67, en realidad, la profecía; pero yo quiero detenerme a partir del versículo 73, del capítulo 1 de Lucas. Lucas 1, vamos a leer del 73 al 75:

"Así lo juró a Abraham nuestro padre:
nos concedió que fuéramos libres del temor,
al rescatarnos del poder de nuestros enemigos,

para que le sirviéramos con santidad y justicia,
viviendo en su presencia todos nuestros días."

Lucas 1:73-75

¿No habrían cosas más importantes para decir en la profecía? ¿Saben lo que dijo el Espíritu Santo? Dios viene a libertarlos del poder y el temor de sus enemigos para que ustedes tengan la posibilidad de volver al original, para que ustedes puedan volver al ámbito que les pertenece, para que puedan volver a vivir en la presencia de Dios, y como resultado de eso, entonces le sirvan en santidad y justicia.

Escúchenme muy bien, no hay nada, nada, nada más importante en toda la Biblia que la presencia de Dios. Olvídese de todo lo que usted hace para el Señor y cree que lo agrada, la única pregunta que debe hacerse de hoy en adelante es una sola, ¿estoy yo viviendo en la presencia del Señor? En medio del stress de mi trabajo, en medio de la dificultad de mi estudio, en medio del problema para criar a mis hijos, ¿estoy viviendo en la presencia del Señor? Si lo estoy haciendo, en todas esas cosas, por duras que sean, saldré victorioso, porque es lo más importante.
¿Lo ve? Es el antídoto de la religiosidad.

Más adelante vino Jesús y dijo, que el Hijo del hombre vino a buscar, a salvar lo que se había perdido. El problema nuestro es nuestra estrechez espiritual. ¡Ah, salvar lo que se había perdido! Y sí... nosotros que nos perdimos en el pecado... Y es cierto, pero es sólo la mitad de la verdad. En lo perdido, estaba el propósito para el cual fuiste creado.
Habíamos perdido el propósito para lo que habíamos sido creados, ¿cuál era? Vivir todos nuestros días en la presencia del Señor. Si eso no lo hago, no sirvo para nada ni para nadie, soy una basura religiosa, que mejor botar a la basura, eso es todo lo que soy. Y cada palabra que sale de mí, no produce ni espíritu ni vida, porque las únicas palabras que producen espíritu y vida son las de Jesús.
Él dijo claro: mis palabras. Y sólo se hablan sus palabras cuando se habla por el Espíritu, sólo se hablan sus palabras cuando vivo en su presencia. Y cuando eso ocurre, quien recibe la Palabra, recibe el espíritu y la vida que están en el árbol de vida que es Jesucristo.

Amado escúcheme, vivir a cada momento en la presencia del Señor, es lo único que te libra a ti y a mí de practicar un cristianismo vacío y de credos, nos libra de ese cristianismo que sólo se ocupa de tener la doctrina correcta, de no pecar y de hacer las cosas correctas.
Sólo la presencia del Señor nos libra de participar de la hipocresía de los fariseos.

Si Dios trae esta Palabra, es que estamos llenos de religiosidad, porque Dios no habla en vano. Así que no es para el de al lado, qué bien le va a venir a... No.
Quiere decir que estamos llenos de religiosidad y cuando eso ocurre, participamos totalmente de la hipocresía de los fariseos; vamos a diezmar la menta... que no se me olvide la última hojita. Es como el que diezma hasta con los centavos, es con cincuenta y dos centavos mi diezmo este mes... y el Señor sabe que yo hago lo correcto para Él.
Pero luego, si debo hacer misericordia, no la hago; si debo mostrar espíritu de fe, no lo hago; si debo hacer justicia en algo, no lo hago... Evidentemente no vivo en la presencia del Señor. No es que hay que dejar de diezmar, es que hay que hacerlo desde la presencia del Señor, porque todo lo que hacemos desde la presencia del Señor, tiene vida.

Mire, es más, el Nuevo Testamento dice algo glorioso acerca de esto, de la presencia del Señor, vaya a 1 Corintios, capítulo 3, por favor. Vamos a leer algo que el apóstol Pablo dijo, por el Espíritu, acerca de nosotros. 1 Corintios, capítulo 3, versículos 16 y 17:

"¿No saben que ustedes son templo de Dios
y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?
Si alguno destruye el templo de Dios,
él mismo será destruido por Dios;
porque el templo de Dios es sagrado,
y ustedes son ese templo."
1 Corintios 3:16-17

1 Corintios 6:19, vamos a leer los versos 19 y 20:

"¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo,
quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios?
Ustedes no son sus propios dueños;
fueron comprados por un precio.
Por tanto, honren con su cuerpo a Dios."

1 Corintios 6:19-20

2 Corintios, capítulo 6, verso 16, dice así:

"¿En qué concuerdan el templo de Dios y los ídolos?
Porque nosotros somos templo del Dios viviente.
Como él ha dicho: «Viviré con ellos y caminaré entre ellos.
Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.»"

2 corintios 6:16

Vamos a ir a 1 de Pedro, capítulo 2, vamos a leer los versículos 4 y 5, dice la Palabra:

"Cristo es la piedra viva, rechazada por los seres humanos
pero escogida y preciosa ante Dios.
Al acercarse a él, también ustedes son como piedras vivas,
con las cuales se está edificando una casa espiritual.
De este modo llegan a ser un sacerdocio santo,
para ofrecer sacrificios espirituales
que Dios acepta por medio de Jesucristo."

1 Pedro 2:4-5

El Nuevo Testamento le da una dimensión a la presencia de Dios, que jamás estuvo en el Antiguo. La presencia de Dios estaba en un Arca, sobre los elegidos de Dios, para hacer lo que debían hacer. Pero jamás dice la Biblia, que alguno de ellos fuera templo, ¿sabe por qué? Porque para ser templo debiste haber sido creado de nuevo en Cristo Jesús como nueva persona.
La Palabra dice algo impresionante, primero habla de manera individual, porque dice, tú eres templo del Señor, allí vive la presencia del Señor y tú vives en esa presencia; pero Pedro agrega algo glorioso, pasemos de lo individual a lo corporativo, dice Pedro, con todos ustedes los hijos de Dios, el Señor forma una casa espiritual, otras versiones dicen un templo espiritual.
Quiere decir que somos templo por partida doble, somos templo en lo individual y somos templo en lo corporativo.

Vuelvo a preguntar, ¿hay algo más importante en toda la Biblia que la presencia del Señor? Es que estamos tan equivocados de detenernos en mirar el propósito con las cosas que tenemos que hacer, que estamos engañados. Te lo voy a poner muy simple por la sabiduría del Espíritu, si tú vives en la presencia del Señor, no vas a preguntar cuál es tu propósito, porque acabas de cumplirlo, ¿amén o no? Pero cuando diga un amén, por favor no esté muerto, diga un amén... Nunca más lo vas a preguntar, porque cuando usted vive en la presencia del Señor, cumplir el propósito de Dios es lo más natural del mundo.

Hemos mantenido a la gente en un nivel indignante, oramos por los efectos de todas las cosas y no entendemos las causas de nada, y eso es lo que hace que la gente cada vez viva más baja espiritualmente, y de esto tenemos mucha culpa los ministros del Señor, porque si viviéramos a otra altura en la presencia del Señor, le traeríamos una Palabra con la vida del Espíritu que traspasaría los montes, que los llevaríamos a pensar de una manera completamente diferente.
¡Déjate de orar cuál es tu propósito! Vive en la presencia de Dios, porque Él va a guiar tus caminos, por un camino que no conoces.
En Dios te doy una noticia, ¡jamás sabrás cuál es tu camino! Y a la gente no le gusta esta inseguridad, pero ése es el Señor Dios todopoderoso, el que te hace inseguro para que  dependas minuto a minuto de Él. Hasta que no hagas... ah, ahora ya tengo un buen trabajo, ahora me voy a comprar una bonita casa en Miami, y ahora ya me quedo aquí... ésa es la vida normal de alguien que no vive en la presencia de Dios.
Deja que Dios te sorprenda, deja que Dios te mueva, deja que Dios te muestre el camino, deja que haga como quiere contigo.
¡Ah, es una vida de aventura hermano! ¡La vida en el Señor es una aventura! Pero una aventura de vida, no una aventura tonta que me tiro no sé de qué montaña a ver si resisto, y termino rompiéndome una pierna o matándome.
¿Y cuánta gente entrega su vida para eso? Y nosotros... no nos arriesguemos amor... no nos arriesguemos amor... ¿Ése es el Espíritu de Cristo? No nos arriesguemos... ¡Por favor!
Si vives en Cristo, te lo voy a poner así, ¡vas a vivir en zona de riesgo toda tu vida!
¡Cristo significa zona de riesgo toda tu vida! ¿Lo está viendo?

Y ahora te quiero mostrar algo terriblemente poderoso, ve a Deuteronomio 18,  por favor, vamos a leer el versículo 5 nada más, de Deuteronomio, capítulo 18; 18:5 (... Se ve que mi traductor lee la Biblia porque encuentra rápido los libros). 18:5, mire cómo dice:

"Porque el Señor tu Dios los eligió a ellos
... hablando de los levitas
y a su descendencia, de entre todas tus tribus, para que
estuvieran siempre en su presencia, ministrando en su nombre."
Deuteronomio 18:5

Usted y yo sabemos muy bien, que no cualquiera podía ser sacerdote en el Antiguo Pacto, era un asunto de descendencia, de linaje humano, si pertenecías a Leví te tocaba ser levita, porque Dios lo había escogido y lo había establecido, pero ¿para qué? Para que estuvieran siempre en su presencia, y desde esa presencia ministraran en el Nombre del Señor al pueblo. ¿Qué era lo más importante para esos sacerdotes? Otra vez más, la presencia del Señor, lo único importante, la presencia del Señor.

Ahora mire, yo quiero llevarlo a 1 Pedro 2, hoy me reí mucho en la mañana, mi esposa escuchaba las risotadas mías, es que cuando el Espíritu a usted le muestra lo que estaba ahí toda la vida, usted dice, ¡qué bruto eres chavo! Mire usted tiene que aprender esto, usted es un burro ignorante hasta que el Espíritu Santo le muestra algo, no importa la cantidad de estudios bíblicos que usted haga, hasta que el Espíritu Santo no le muestra una verdad, verdaderamente, somos ignorantes, es así, porque la Biblia no es un texto de estudio, es un texto de vida, ¡Bendito sea el Señor!
1 Pedro 2, capítulo 2, versículo 9:

"Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio,
nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen
las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas
a su luz admirable. Ustedes antes ni siquiera eran pueblo,
pero ahora son pueblo de Dios;
antes no habían recibido misericordia,
pero ahora ya la han recibido."
1 Pedro 2:9-10

Quiero detenerme en dos frases:
La primera que usa es linaje escogido. Cuando usted compara esto con los levitas, usted sabe que el Señor escogió el linaje de Leví, y ahora dice que escoge un linaje, pero de manera especial, y eso es refiriéndose a todos nosotros como hijos de Dios.

Lo segundo en lo que me quiero detener, muy importante, real sacerdocio. Le hago una pregunta, ¿quiere decir que los levitas no eran real sacerdocio para Dios?
Voy a repetir, ¿los levitas, no eran real sacerdocio para Dios?
La pregunta tiene una respuesta que aunque suene extraña es la verdad, no lo eran, no lo eran, ¿cómo? ¿Está diciendo usted una herejía?
Le voy a explicar, es cierto que Dios nos escogió, y también es cierto que Dios nos estableció, porque la base en el Antiguo Pacto, para ser sacerdote era depender del linaje humano de Leví. Pero cuando habla en el Nuevo Pacto, de nosotros como hijos, le agrega una palabra importantísima a sacerdocio, que es real. ¿Sabe por qué? Porque nuestro sacerdocio no procede de linaje humano.
El sacerdocio de los levitas fue abolido cuando vino el Nuevo Pacto. El sacerdocio que tenemos nosotros permanecerá para siempre. Le explico por qué. Porque proviene de otro orden, del orden de Melquisedec. ¿Sabe por qué es real? Porque el nuestro nunca va acabar, el de los levitas acabó, el de los levitas era simplemente una figura y una sombra del verdadero real sacerdocio que Dios traería un día por medio de Jesucristo. Por eso, cuando habla de Jesucristo, la Biblia dice que Él es rey y sumo sacerdote según el orden de Melquisedec; en Hebreos 6:20 habla de que Él es sumo sacerdote.

Ahora entienda bien, para que usted hoy pueda hablar de Cristo, tiene que hablar de Cristo y la Iglesia, y no los puede separar, voy a decir algo muy fuerte.
Usted no tiene a Cristo mientras no tiene a Cristo y la Iglesia.
¿Por qué? Porque ¿quién es el cuerpo de Cristo? La Iglesia.
Si usted no tiene a la Iglesia como cuerpo de Cristo, no tiene a Cristo. Usted no puede separar y decir... no, no, Cristo como además tiene un cuerpo glorificado, es Cristo...
La Biblia enseña lo contrario, la Biblia dice, se los voy a dejar claro, Cristo está, sí, pero como cabeza, pero Cristo no podría tener plenitud y estar completo sin la Iglesia.
¿Qué quiere decir esto? Que si Él es sumo sacerdote, porque Él es aquel Melquisedec al que Abraham le diezmó, si es sumo sacerdote de ese linaje, todos nosotros que somos sus hermanos y su cuerpo, somos sacerdotes, no sumos, sacerdotes.

Cuando entendemos esto, es que entendemos que podemos ser real sacerdocio. Los levitas para serlo, necesitaban en primer lugar, haber nacido del Espíritu, haber sido convertidos en nuevas personas. ¿Sabe algo que los levitas no podían hacer y nosotros sí? No podían ser templo del Señor. Pero hermano, ahí la Biblia dice que tenían que estar continuamente en la presencia del Señor... es correcto, pero una cosa es estar siempre en la presencia del Señor y otra cosa es ser templo del Señor, la diferencia es enorme.
Vuelvo a repetir, ¿era el sacerdocio levítico, real sacerdocio? No.
Los reales sacerdocios, estamos aquí, estamos aquí, estamos aquí, estamos aquí y estamos aquí siendo templo del Señor, un lugar que la presencia del Señor inunda.
Es decir, Dios dijo, no quiero darles la posibilidad de que fracasen, porque si vivir en mi presencia sólo es una orden externa, probablemente fracasen como fracasó Israel, pero para que no fracasen yo puse mi Espíritu para que ustedes sean templo y les sea lo más fácil del mundo vivir en la presencia mía, y que de esa manera me puedan ministrar al mundo.

¿Usted cree que si ministráramos al mundo desde la presencia del Señor habría tantos escándalos que escandalizan al mundo a través de la Iglesia? ¿Habría tanto de hablar de mi ministerio? ¿Habría tanto de hablar, usted tendría que sembrar en mi ministerio porque es un ministerio bendecido? Si es así, deja que lo diga Dios, deja que Dios se da testimonio de sí mismo, Él conoce los que son suyos y los que de verdad es de Él. ¿Lo está viendo?

Vamos al último pasaje, 2 Tesalonicenses... 2 Tesalonicenses, capítulo 1, y vamos a leer desde el versículo 6. Pablo está hablando de lo que sufrían los hermanos de Tesalónica.
2 Tesalonicenses, capítulo 1, dice la Escritura:

"Dios, que es justo, pagará con sufrimiento a quienes los hacen sufrir a ustedes.
... Recuerde que está hablando de los sufrimientos que tenían a causa del evangelio.
"Y a ustedes que sufren, les dará descanso, lo mismo que a nosotros.
Esto sucederá cuando el Señor Jesús se manifieste desde el cielo
entre llamas de fuego, con sus poderosos ángeles, para castigar
a los que no conocen a Dios ni obedecen el evangelio de nuestro Señor Jesús.
Ellos sufrirán el castigo de la destrucción eterna,
lejos de la presencia del Señor y de la majestad de su poder,
el día en que venga para ser glorificado por medio de sus santos
y admirado por todos los que hayan creído,
entre los cuales están ustedes
porque creyeron el testimonio que les dimos."
2 Tesalonicenses 1:7-10

Fíjese algo interesante que quiero rescatar de este pasaje, cuando Pablo habla del justo juicio que van a sufrir quienes persiguen a los que somos hijos de Dios, les habla la clase de sufrimientos que esa gente va a tener. Y dice dos cosas: destrucción eterna, lejos de la presencia del Señor... ¿No es lo más importante la presencia del Señor Si lo único que dice acerca del castigo y la destrucción eterna, es que esa gente va a estar lejos de la presencia del Señor?
Entonces, escuche al Espíritu, ¿qué significa esto para mí hoy? No para el día del juicio y la eternidad, eso ya está ahí en la Biblia. Para hoy, para hoy, ¿qué significa? Que cuando estoy lejos de la presencia del Señor vivo el infierno, estoy participando de la misma destrucción que ellos están participando, porque diciéndome hijo de Dios, estoy viviendo lejos de su presencia, estoy huyendo; soy un perfecto religioso, pero no hay nada dentro mío que me mantenga en una comunión permanente con el Señor.
Cuando cierro mis ojos para dormir mi último pensamiento es Él. Cuando los abro, el primer pensamiento es Él.
¿Cuál es el último pensamiento cuando te duermes? ¿Cuál es el primero cuando te despiertas? Eso determina si eres un vil religioso o un verdadero hijo de Dios. Ay... no, es el trabajo, ay, no, el estudio, es que tengo muchas cosas en éste día, no hoy me toca un día durísimo, y el stress que me puso mi jefe, trabajé como hasta las 11 de la noche... ¿qué va a ser mi último pensamiento el Señor? Es ese trabajo que no terminé y a la mañana me levanto con el mismo asunto de ese trabajo que no acabé...
"¿What?" ¿Qué? ¿Lo está viendo? Cuando vivo en la presencia del Señor, no significa que la presencia del mundo se va a ir... perdón, la presión del mundo se va a ir... pero no puede contra mí, no puede contra mí, porque esa presencia es mi escudo. ¿No le dijo acaso a Abraham, yo soy tu escudo? Cuando usted vive en la presencia del Señor hay escudo, y esto es lo que Dios quiere para con nosotros.

Amado, con todas las fuerzas del Espíritu en mí, le pido que usted y yo hoy despertemos a salir de cualquier clase de religiosidad por mínima que sea. Es más, hay veces que una disciplina espiritual correcta es una religiosidad vacía. Ah... es que a mí me gusta todas las mañanas de esta manera, mira, abro la Biblia así frente a esa ventana, está bien, y si esta mañana no puedes hacer eso y la otra mañana tampoco lo puedes hacer porque el día se complicó, ya perdí la presencia del Señor... ¿lo está viendo?

¿Ves que no se trata de disciplinas? ¿Ves que el Señor no se está preguntando de si oras o lees la Biblia? La única pregunta a respondernos es si podemos decir con honestidad si estamos viviendo en la presencia del Señor. Si puedo responder sí, a esa pregunta, aún lo torcido se va a enderezar, porque la obra no es del consejero sino del Espíritu, ¿lo estás viendo?

Vamos a estar de pie, vamos a orar por esto que Dios nos habló hoy, yo no quiero ninguna clase de religiosidad, quiero ansiar cada día más la presencia del Señor, yo sé que teológicamente Él ya está en mí, pero eso no quita que yo debo vivir lleno de Él y en su presencia, porque eso también lo enseña la Palabra, y esto es lo que vamos a orar.

Señor, gracias por esta mañana, gracias por la luz de tu Espíritu en la Palabra, porque nos abre un panorama desconocido y nos lleva a profundidades donde sólo podemos confiar en ti y eso es maravilloso.

Señor, perdón,  porque todos nosotros, antes o después, hemos caído en religiosidad, todos Señor, barata y hueca, pero te pedimos perdón; y pido en primer lugar, perdón en aquellos que somos ministros tuyos para ministrar a tu Iglesia, porque nuestra religiosidad afecta mucho más, porque nos encomendaste bendecir a tu amada, Señor perdónanos, no queremos dar cuenta ante ti de este pecado, perdónanos.

Y este día, abre de tal manera nuestro entendimiento espiritual que nunca jamás nos atrevamos a vivir en religiosidad, que cada día avancemos más profundo en tu presencia, tan profundo que nos pase lo de Enoc, que un día nos puedas llevar de esta Tierra sin ver la muerte; si fue posible con él, es posible con nosotros, todo es posible para ti.

Gracias por tu Palabra, son torrentes de vida, gracias por este antídoto de la religiosidad, que nos defiende para ser verdaderos discípulos llenos de tu Espíritu, ser templo en lo individual y en lo corporativo, y mostrarle a este mundo, la preciosa presencia de Dios, donde tu dirección y amor fluyen como un río que tiene su origen en un manantial.

G
racias Señor, en Jesús, amén, amén.

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