Discernimiento condición necesaria
Estela Dardano
27 de February de 2005
El texto contenido en esta página fue tomado literalmente de lo expresado verbalmente
en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
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El tema que el Señor me dio hace un tiempo atrás pero que nunca lo compartí aquí y me da mucho gusto poder compartirlo con ustedes es: “Discernimiento, condición necesaria para una Iglesia de Reino”.

Y nosotros podemos decir que somos una Iglesia de Reino, y que estamos entendiendo lo que es "el Reino de Dios" y que estamos implantando el Reino en todo lugar.
Pero el Señor, cuando me daba esta Palabra me decía, la Iglesia tiene todo, pero a veces no sabe lo que tiene, por lo tanto comparte esta Palabra que es muy poderosa.
Dios requiere en este tiempo una Iglesia madura, que distinga entre lo bueno y lo malo; lo bueno y lo mejor o lo excelente; los tiempos y las sazones.
Ustedes saben que la Palabra de Dios habla de tiempos y habla de sazones.
Dios requiere de una Iglesia madura que distinga entre situaciones para juzgarlas con justo juicio.
Dios requiere una Iglesia en este tiempo que discierna la Palabra y que discierna los espíritus.
Si nosotros vamos a implantar el Reino en todo lugar empezando por nuestras propias vidas, matrimonios, familias, en el lugar donde nos movemos, en la congregación, en todo lugar, el Señor nos dice que estas cosas son importantes.
El Señor me hablaba algo importante en el primer punto.


1) Una Iglesia que sepa distinguir lo bueno de lo malo

Todos decimos en ocasiones ¡Claro es importante saber qué es bueno y qué es malo!
Pero, para una Iglesia de Reino, para una Iglesia apostólica, este es el nivel "Kinder Garden". Si usted todavía no sabe distinguir entre lo bueno y lo malo, estamos en el Kinder Garden.
Quiero que tome esta Palabra, es bien importante lo que vamos a decir, porque éste es el primer escalón de una Iglesia de Reino, una Iglesia de Reino realmente tiene que saber ya, distinguir... y no hablamos de aquél que recién está empezando, todos hemos pasado por el primer peldaño, pero el Espíritu nos va enseñado. pero éste es el primer peldaño, el primer paso, es el básico, el más elemental que tenemos que tener en nuestras vidas, porque Dios nos quiere llevar al segundo escalón.


2) Una Iglesia que sepa distinguir lo bueno de lo mejor

Muchas veces en la vida estamos frente a opciones o situaciones de vida, que ninguna es mala, son todas buenas, pero tenemos que saber cuál es la perfecta.
Es decir, que como Iglesia tenemos que saber distinguir entro lo bueno y lo malo, pero también, entre lo bueno y lo excelente.
Nuestro caminar debe ser como cuando uno conduce un automóvil, al principio está conciente de los cambios, pero cuando ya lo hace por un tiempo largo, uno no es conciente de cada marcha, lo hace automáticamente, porque ya sabe distinguir lo que tiene que hacer, aún sin pensar.

Para una Iglesia de Reino, lo malo se distingue tan rápidamente que ya no es una opción, para una Iglesia de Reino la opción es “lo perfecto, lo excelente” de parte de Dios, porque es el otro paso.
Cuando llegamos a ese nivel, podemos tener varias opciones delante de nosotros y ver claramente que ninguna es “pecado”, el tema del pecado ya pasó, no es un tema de discusión, de si me meto o no me meto, ya no es tema de si lo hago o no lo hago.
Este nivel: de todo esto que nada es malo ¿Cuál es lo perfecto?


3) Una Iglesia de Reino tiene que distinguir los tiempos, de las sazones

Tiempos: (gr. cronos) De donde viene la palabra cronómetro, que es lo que mide el tiempo.
Cronos: en el original “lapso de tiempo, duración de tiempo”, es decir cantidad de tiempo.

La Iglesia, madura no solamente tiene que distinguir el tiempo cronos en el que está viviendo, sino que tiene que distinguir también las sazones en las que está viviendo.

Sazones es la palabra “kairos”, es un tiempo oportuno, específico.
Es un tiempo para mí, es un tiempo para ti, para la familia, especial para cada uno, para la Iglesia en particular y en general, el cuerpo de Cristo en el mundo entero, es un tiempo que es “ahora”.

Una vez escuchamos decir este mismo púlpito: “Podemos estar en el tiempo correcto, pero si estamos en la sazón incorrecta, es lo mismo que estar fuera de la voluntad de Dios”.
Esto es, si el Kairos que Dios dio, lo que “hoy tenemos que hacer en Dios”, lo que hoy tenemos que saber que Dios está hablando, es lo mismo hacerlo mañana, esto es lo mismo que estar fuera de la voluntad de Dios, porque no lo estamos haciendo hoy, porque el Kairos es hoy.

Lo que Dios dice que tenemos que hacer, como tenemos que movernos, qué tenemos que entender en este tiempo especial Iglesia, es para hoy no es para mañana.

En este tiempo tan especial que está viviendo la Iglesia, si alguno no se metió de lleno con Dios para comprenderlo y ponerlo por obra y este tiempo se le pasó, usted desaprovechó el Kairos de Dios, y puede ser que el Kairos no se repita en su vida.

Cuando Dios dice ahora y lo marca ahora, hagámoslo ahora, no es mañana o pasado “es ahora de parte de Dios”.
El Señor necesita, en este tiempo, gente que sepa distinguir qué tiempo cronológico está viviendo, pero también qué Kairos, o sea, qué tiempo específico para su vida o para la Iglesia está viviendo .


4) Una Iglesia que sepa juzgar las situaciones con justo juicio

Es decir, que sepa ver lo que está pasando y decir:
“Esto sí es de Dios y esto no”...
“Esto se debe ver de esta manera o de otra manera”.


5) Una Iglesia que sepa discernir la Palabra

Usted se goza con alguien que con discernimiento de la Palabra la comparte desde un púlpito, pero nos gozaríamos más con que cada uno de ustedes tuvieran el mismo discernimiento de la Palabra, sin importar si tiene un púlpito desde donde predicar, esto es lo de menos, pero que sepa discernir la Palabra, porque esto no es para unos pocos, no es para los maestros, pastores, apóstoles, ni para los evangelistas, esto es para el Cuerpo de Cristo.


6) Una Iglesia que sepa discernir los espíritus

Esto es: “si son de Dios, si no lo son”. Y a veces no es el tema de, “si son de Dios o del demonio”, también tenemos que distinguir si lo que está diciendo una persona viene de su “alma o de sus emociones” y no del Espíritu.
Y a veces es bueno distinguir los demonios, de los ángeles y de la Palabra de Dios, si esa es una parte importante.
Pero la Iglesia en este tiempo está llamada a distinguir también, si lo que está diciendo el otro proviene de su alma, un alma que no ha sido crucificada con el Señor.
Son tres cosas que esta Iglesia debe saber distinguir: espíritus demoníacos, espíritus que provienen de Dios y que provienen del alma.
Esa es la Iglesia madura.


¿Qué significa Discernimiento?

La palabra discernimiento en hebreo tiene varias acepciones:

En hebreo:
Din: separar o distinguir mentalmente, comprender, conocer, darse cuenta, inteligencia, entendimiento.
Badal: significa dividir, separar, distinguir, seleccionar.
Yada: significa conocer, asegurar al ver, ver y estar seguro de lo que estoy viendo. Viendo con los ojos espirituales, no solamente con los ojos naturales. Cuidado, experto, experimentado, percibir.
Raa: ver, observar, tener visión, escoger.
Shama: oír diligentemente, a menudo con implicaciones de obediencia y atención, o sea, oigo para obedecer, oigo con atención para entender, para atender advertir, prestar oído, atención.

En griego:
Anakrino: investigar, interrogar, determinar, preguntar, examinar, escudriñar. Separar con el fin de investigar, examinando exhaustivamente.
Diakrino: diferenciar, examinar y juzgar y con esa acepción tenemos un versículo importante que es la palabra de Dios es poderosa para separar, el alma del espíritu, los pensamientos de las intenciones, allí se usa esta palabra: diakrino, la que separa, la que divide lo está dentro de mí.
Diakrisis: opinión judicial, oponer, contender. Críticos, decisivos, discriminativos.
Krino: significa aquello que se relaciona con juicio, adecuado para juzgar, habilidoso para ello (castellano, crítico).

Discernir: adecuado para juzgar y habilidoso para ello. Esta es la Iglesia que Dios está levantando.

Veamos algunos pasajes del Antiguo Testamento que hablan de discernimiento.
La palabra discernimiento está muy pocas veces en la Biblia, pero no porque esté pocas veces es menos importante.

"Y el resto del pueblo, los sacerdotes, levitas, porteros y cantores, los sirvientes del templo,
y todos los que se habían apartado de los pueblos de las tierras a la ley de Dios,
con sus mujeres, sus hijos e hijas, todo el que tenía comprensión y discernimiento,

se reunieron con sus hermanos y sus principales, para protestar y jurar
que andarían en la ley de Dios..."

Nehemías 10:28-29

El discernimiento nos permite "desempolvarnos" de muchas ideas que tenemos, para así poder obedecer.
Nehemías fue la persona que Dios usó para salir del lugar donde estaban cautivos y reconstruir los muros de Jerusalén. Cuando llega Nehemías a Jerusalén, se encuentra con un pueblo disperso que andaba cada uno en lo suyo. Y al empezar Esdras a leer la Palabra, la gente comenzó a decir, después de tantos años nos habíamos olvidado de lo que decía la ley del Señor.
Entonces, se juntaron alrededor de Nehemías, de Esdras y de la Palabra, y tomaron una decisión, “los que tenían comprensión y discernimiento”, dijeron "vamos a obedecer al Señor".

Yo decía, “se tuvieron que desempolvar”: Porque hacía muchos años que estaban empolvados. Lejos, los habían llevado cautivos, era un pueblo destruido, de poca gente que no sabían ni dónde estaban parados. Cuando entendieron lo que Dios les estaba diciendo empezaron a usar de ese discernimiento y dijeron: "Esto es lo que tenemos que hacer, obedecer al Señor".

"Tú, y tus hijos contigo, no beberéis vino ni sidra
cuando entréis en el tabernáculo de reunión, para que no muráis;
estatuto perpetuo será para vuestras generaciones,

para poder discernir entre lo santo y lo profano,
y entre lo inmundo y lo limpio".

Levítico 10:9-10

Toda Iglesia que se diga "de Reino", tiene que tener lucidez espiritual y emocional para poder recibir la Palabra y después enseñarla.
No solamente el que está parado en un pulpito es el que enseña, cada uno con su vida, en todo lugar, ya sea en un ministerio, en su lugar de trabajo, con sus hijos, con su esposa o esposo, o con quien Dios le ponga al lado, tiene un trabajo muy importante: "Enseñar".
¿Qué se requiere de una Iglesia de Reino?
Que tenga lucidez en su mente, que sepa discernir " lo santo de lo profano y lo inmundo de lo limpio”.

"Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo,
y para discernir entre lo bueno y lo malo;
porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?"

1º Reyes 3:9

Para poder gobernar en el Espíritu, o en el área que Dios puso delante nuestro, necesitamos discernimiento para gobernar nuestra propia vida, familia, matrimonio, empresa, o si es jefe de una oficina, y allí va a gobernar; si es maestra o maestro, si tiene un ministerio, allí va a gobernar, donde Dios lo ponga. Necesitamos discernimiento.
Discernimiento para poder gobernar, sea un pueblo grande o sea un pueblo pequeño, eso no es lo importante, lo importante es lo que necesitamos tener.

"¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay
más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre
su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?"

Jonás 4:11

Aquí se está refiriendo a aquél que no tiene al Señor. Cuando usted se para delante de cualquier persona que no tiene al Señor, tiene que saber que esa persona no sabe distinguir entre su mano derecha y su mano izquierda, esto parece elemental en lo natural; pero así está la gente que no conoce al Señor, por eso le decía Dios a Jonás “yo tengo mucha compasión por esta gente”.
Esta compasión es la que tenemos que tener nosotros; este tiempo que hemos vivido fue para purificarnos, pero el que empieza ahora es para multiplicarnos.
No para ser siempre los mismos, recibiendo la misma palabra poderosa, esto es para que nos multipliquemos en número, en calidad y en todas las áreas de nuestra vida.

Usted no está recibiendo tanto para quedárselo, sino para darlo. A sí como Dios tiene compasión del que se pierde, usted y yo tengamos compasión del que se pierde y dispongamos delante de Dios a pedir: ¿Cuál es la manera en la que podemos llegar a cada persona?
Pero tenemos que llegar a ellos como el Señor, llenos de compasión, porque no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y nosotros podemos decirles cuál es el camino.

Creo que es tiempo de decirle al Señor ¡“Danos personas, familias, vecinos, danos la manera, danos el poder para hacerlo”!
Es el tiempo de que se cumpla la palabra que el Señor habló sobre nuestras vidas, pero con la visión que tiene el Señor, no diciendo de las personas: “no va a cambiar nunca, qué terrible y que tremendo, no lo aguanto más”.
Veamos con los ojos de Dios: no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda.
Por lo tanto, así debemos verlos.

"Entonces os volveréis,
y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo,
entre el que sirve a Dios y el que no le sirve."

Malaquías 3:18

Cuando tomamos esta cita, pensamos que vamos a hablar de los diezmos u las ofrendas, pero al final de este capítulo el Señor les dice a un grupo de gente, esto no era para todo el pueblo, esta palabra no era para todo el pueblo de Israel, era para un pequeño grupo de gente.
¿Qué pasó en este capítulo? El Señor les dice: “Pueblo vuélvanse a mí” y ellos respondieron “¿Por qué tenemos que volvernos?”
“Pueblo me robaron” “¿Y en qué te robamos?”
Cuando uno contesta así, es como que se hace el distraído, como que no entendimos... ¿“Señor porqué me dices así”?
El Señor les decía “me robaron” y el pueblo decía “en qué Señor”.
Dios les decía que “estaban hablando mal de Él”, pero ellos le decían “en qué hablamos mal de ti”.

Todas fueron preguntas cuestionando lo que Dios les estaba diciendo, todo el pueblo cuestionando a Dios.
Sabemos de esto, porque a veces nosotros cuestionamos a Dios diciendo:
Señor: “¿Por qué pasa esto?” “¿Por qué tal otra cosa?”, cuando Dios está hablando y diciendo “así son las cosas”.

Ahora, dentro de toda es gente tan “preguntona”, hubo un grupo que se levantó y dijo:
“Voy a hablar con mi compañero para decirle: tenemos que volvernos a Dios y temer al Señor”.
Es decir que, hubo un grupo de gente dentro del pueblo; y el Señor escuchó a cada uno de aquellos que estaban hablando a sus compañeros. Y no solamente los escuchó, escribió lo que estaban diciendo en un libro, así lo dice en el Malaquías Capítulo 3.
Dios estaba escuchando a esa gente que decía “no nos juntemos con todos los otros que no entienden nada, con todos los que quieren ir para el mismo lugar y no reconocen lo que Dios está hablando”.
Dijeron “temamos al Señor, obedezcámosle y volvámonos a Él” y a ese grupo de gente el Señor le dio esta palabra.
Ahora entiende que una palabra no es para todo el mundo.

Leíamos: "Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve."
Porque en la condición en que estaba Israel, la gente no distinguía nada, no sabía lo que era bueno y lo que era malo, porque cuando hay pecados sin confesar en nuestras vidas perdemos la capacidad de distinguir.
Se nos dicen las cosas y no entendemos lo que se nos está diciendo.
¿Quienes tienen discernimiento espiritual y quienes no, o por qué no?¿Quién no tienen discernimiento espiritual?


El hombre natural:

"Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios,
porque para él son locura, y no las puede entender..."

1 Corintios 2:14

Este hombre no las puede entender porque no tiene el Espíritu de Dios ... porque se han de discernir espiritualmente.
Cuando usted quiera compartir algo que ha recibido del Señor y que ha cambiado su vida y se lo dice a un hombre o una mujer natural, es decir a aquél que no tiene a Cristo como Señor, que no tiene el Espíritu Santo, este le dirá: “estás perdido, estás loco”.
A todos nos lo han dicho en alguna oportunidad y aún nos lo siguen diciendo: “Estás loco ¿Cómo es posible que creas eso? ¿Cómo es posible que Dios te diga tal cosa y tú la hagas? ¿Cómo es posible que Dios te hable?...

Este hombre natural (gr. “psuquikos”) no las puede distinguir porque es un hombre sensitivo, psíquico, de naturaleza animal, natural y sensual. Cuando decimos animal, no estamos hablando en sentido peyorativo, sino que estamos hablando de algo almático, que proviene del alma, sin regenerar, sin que el Espíritu Santo haya hecho una obra. Es el hombre sin Dios, que solo se maneja con su naturaleza, su psiquis, sus sentidos naturales, sus instintos, su alma; ése es el que no puede discernir las cosas de Dios.


El hombre espiritual:

(Gr. “pneumatikos”) Es el hombre regenerado en su espíritu, es el hombre no carnal, es el hombre sobrenatural.
Este hombre espiritual es el que puede "anakrinos", separar, escudriñar con el fin de investigar las cosas y analizar lo que está pasando.

A medida que avancemos, vamos a entender cómo se puede llegar a ser espiritual, si todavía no estamos caminando como espirituales aunque seamos hijos de Dios.
Este hombre sobrenatural es el que puede distinguir y separar todas las cosas. Es el que investiga escudriña, separa con el fin de investigar examinando exhaustivamente todas las cosas, no solamente la Palabra, todas las cosas y las situaciones.
Para este hombre hay una palabra poderosa de parte del Señor, dice así:

"En cambio el espiritual juzga todas las cosas;
pero él no es juzgado de nadie."

1 Corintios 2:15

¿No será mucha soberbia esto? O sea que al espiritual nadie le puede decir nada, decide por él mismo, hace lo que quiere y nadie le dice nada. No, el espiritual ni hace lo que quiere, ni decide por él mismo, el espiritual camina conforme a lo que el Espíritu le va diciendo.

"Porque ¿quién conoció la mente del Señor?
¿Quién le instruirá?
Mas nosotros tenemos la mente de Cristo."

1 Corintios 2:16

Es la pregunta que viene obviamente después de la aseveración de que el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.
La pregunta es: ¿quién conoció la mente del Señor? El espiritual.
¿Quién le instruirá? El Espíritu de Dios.
¿Qué tiene el espiritual? La mente de Cristo.

Cuando decimos: pero él no es juzgado de nadie, estamos diciendo que, el que no es espiritual no puede discernir lo que el espiritual está haciendo; pues para discernir al espiritual hay que ser espiritual. Tan sencillo como eso.
¿Usted quiere discernir las cosas que hace un espiritual? ¿Cómo se mueve? ¿Cómo decide lo que hace? ¿Por qué hace esto?
Hay una sola manera de discernirlo, siendo espiritual también, porque una persona natural sin Cristo o una persona carnal, no pueden juzgar lo que el espiritual está haciendo, porque ni la carne ni la mente natural, pueden juzgar el Espíritu ni discernir lo que hace el espiritual.
Nosotros tenemos la mente de Cristo, la mente de Cristo “funcionando” nos permite distinguir todas las cosas (1 Corintios 2: 15 y 16).

¿Cómo llegar a ser espiritual?

"Porque la palabra de Dios es viva y eficaz."
Hebreos 4:12

La Palabra es poderosa. Todo aquél que abre la Palabra esperando recibir revelación de parte de Dios y con lo que ahora vamos a ver, recibe en su vida el impacto del poder de Dios.
Si la Palabra de Dios se transformó para usted en algo que, la abre, lee, la cierra y sigue igual, no es que haya perdido su poder la Palabra, sino que usted no ha permitido que la Palabra lo impacte y lo transforme, porque si dice el autor de Hebreos, que la palabra es viva y eficaz y poderosa, así es, decimos sí y amén.
Pero dice algo más importante:

"...y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir..."
Hebreos 4:12

O sea, a dividir. Y cuántas veces hemos dicho no seamos almaticos, seamos espirituales.
¿Quién es la que puede dividir el alma del espíritu?
La Palabra de Dios, pero dice algo más:

"...el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos,
y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón."
Hebreos 4:12

Si nos dejamos llevar solamente por lo que vemos, aún por ciertas acciones, nos engañaríamos, pero cuando tenemos la capacidad dada por el Espíritu de Dios y por su Palabra de distinguir, no nos dejamos engañar ni nos engañan, porque nosotros podemos entender si algo viene del alma o del espíritu. Pero además, si es un pensamiento correcto o no... Pero todavía algo más profundo, cuál es la intención del corazón.
¿Cuántas veces hemos hecho cosas buenas, con intenciones malas? Muchas veces hemos hecho cosas buenas externamente hablando, pero cuando Dios analiza nuestro corazón, nuestras intenciones son incorrectas.
Lo único que puede distinguir esto y discernirlo es la Palabra de Dios, pero la Palabra que se lee con un espíritu abierto.

“La Palabra me debe discernir primero a mí”

Antes nos preguntamos ¿cómo llegar a ser espirituales? Analicémoslo paso a paso:
Abrir la Palabra sabiendo que es poderosa, viva y eficaz.
Pero hay un secreto, antes de que pueda discernir la Palabra, tengo que dejar que la Palabra me discierna a mí y ese es el punto clave.
En el Nombre de Jesús, yo pido que usted reciba esta palabra, la entienda, la discierna en su espíritu y su vida va a ser transformada, porque hay muchos diciendo ¿cómo puedo discernir la Palabra? ¿cómo otro tiene discernimiento y yo no tengo?
Si no puede discernir la Palabra es porque cuando abre esa Palabra, no permite que la Palabra lo discierna a usted.

¿Qué significaba discernir? Investigar, separar, meterse adentro, dividir, y esto quiere decir que cuando abra la Palabra, Dios me va a habla, y no digo solamente: ¡Qué buena palabra! Y cuando la cierro, sigo igual... O quizá decimos: ¡Señor me diste justo! No sé si en los tuétanos, en las coyunturas, no sé si en el alma, pero la espada penetró.
Este es el punto clave.
Por eso hay tanto pueblo de Dios, que no conoce a Dios ni discierne la voluntad de Dios, ni discierne la Palabra, porque cada vez que la Palabra lo enfrenta, cada vez que la Palabra le dice “Así te veo” dice: “qué lindo, o qué feo”, pero cierra la Biblia y sigue caminando y su vida sigue igual que siempre.

El problema no es la Palabra, el problema es que no le hemos permitido a la Palabra que nos discierna a nosotros.
No sé si usted está recibiendo esto ahora, pero le puedo decir que cuando Dios me reveló esta palabra, pude decir: ¡Gracia Señor! ¡Porqué acá está el secreto para llegar a ser espiritual!
Tenemos que permitirle a Dios que nos discierna primero, porque cuando Él nos discierne, o mejor dicho, nos dejamos discernir, como consecuencia de esto, a partir de ahí podemos distinguir y discernir todas las cosas, podemos discernir la Palabra, situaciones, distinguir entre lo bueno y lo malo entre lo excelente y lo mejor, podemos saber si algo viene de Dios o no.

¡Cuánto pueblo hay preguntando por todos lados! ¿Cuál será la voluntad de Dios?
Una frase que puede sonar muy espiritual, pero es totalmente carnal.
Porque como no se deja discernir por la Palabra, no tiene la más mínima idea de dónde está la voluntad de Dios, no sabe ni lo que Dios piensa, ni lo que Dios cree, ni lo que Dios dice en su Palabra.

La Palabra me debe “kritikos”
Significa que hace una "crítica" de mis pensamientos, que es discriminante, que pasa juicio sobre mis pensamientos y sentimientos.
Esto significa que puede separar mis sentimientos, los saca fuera de mí para examinarlos; y una vez que los examina el Espíritu de Dios los usa.

Cuando la Palabra de Dios nos juzga, no es porque sea malo, juzgar es determinar algo, si está bien o mal; entonces al estar mis pensamientos expuestos, Dios puede decir si vamos por el camino correcto o no vamos por el camino correcto”... Pero esta es la función de Palabra, porque la Palabra de Dios es adecuada para juzgar.
Sólo cuando fui discernido por la Palabra adquiero la habilidad espiritual de discernir todas las cosas y también de discernir la Palabra.

Algo importante viene dentro del discernimiento: Viene el "discernimiento de espíritus", como un don del Espíritu Santo.
Sabiendo que todos los dones son un regalo de Dios, ¿podría ser que Dios dé “discernimiento espiritual” como don, a alguien que todavía no ha pasado por esta etapa de dejarse discernir por el Señor?
El don está porque es un regalo de Dios, Dios no lo va a sacar, pero no lo vamos a poder empezar hasta que hayamos aprendido a dejarnos discernir por la Palabra.
Todos los dones son importantes, pero en este tiempo en particular el don de "discernimiento de espíritu” es uno de los dones claves dentro de la Iglesia de Jesucristo, porque el Señor está preparando una Iglesia pura, santa, sin mancha y sin arruga, porque Él viene pronto y lo queremos.

En este tiempo alguien nos dirá “estoy viendo esto en ti”. Y seguramente no era ésta su intención, pero lo que está dentro de nosotros es lo que por el Espíritu se discierne y forma parte de lo que Dios está usando junto con Su Palabra para llevar a su pueblo a la madurez.
El “don de discernimiento de espíritus” no solamente juzga los espíritus del diablo contra los espíritus de Dios, sino también el espíritu que viene del alma, lo que se manifiesta que viene de un alma que no está consagrada y muerta en el Señor.

"pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez,
para los que por el uso tienen los sentidos
ejercitados en el discernimiento del bien y del mal."

Hebreos 5:14

Estas palabras no son muy espirituales.

...uso, significa hábito, práctica. Y en el Señor nosotros pensamos que no hay nada de hábitos, ni prácticas, pues todo es espiritual.

...pero el alimento sólido, es decir: comer carne espiritual y poderla digerir sin morirnos, sin atragantarnos con eso, es para los que por el uso, por la práctica, por el hábito espiritual, no es una rutina, no es costumbre, es un hábito usado y moldeado por el Espíritu de Dios...

...tienen los sentidos, tienen la facultad de percepción por el espíritu, los sentidos espirituales los tienen ejercitados; también esta palabra parece “nada espiritual”.

En lo espiritual nuestros “sentidos espirituales” tienen que ser ejercitados por el uso, porque si recibimos una revelación tremenda del Señor “hoy” y después nos quedamos tranquilos esperando dos meses, no estamos ejercitando los sentidos espirituales. Ahora, cuando están ejercitados, cada vez que abrimos la Palabra, empieza a haber cada vez más revelación, cada vez más entendimiento, cada vez más los sentidos espirituales adquieren por el adiestramiento, capacidad para desarrollarse.
Los que hemos ejercitados nuestra facultad espiritual empezamos a crecer en el discernimiento y sabemos lo que tenemos adelantes, lo que sí le pertenece al Señor y aquello que no proviene de su Espíritu.
Hasta aquí podemos comprender ¡Qué fácil era comprender que era el discernimiento!
Con la simple exposición de nuestras vidas a la Palabra de Dios y dejarla que penetre en nosotros, nuestra vida es totalmente transformada.

Dios no quiere una, dos o tres, personas en una congregación local que tengan discernimiento de espíritus, Dios está levantando un pueblo completo, no solamente de adultos, porque siempre pensamos que esto es para los “grandes”, sino que esto es para los jóvenes, los niños, los ancianos, aquellos que dicen “no puedo, porque ya se pasó el tiempo” “ya la cabeza no me funciona”...


Quiero hoy declarar y decretar en el Nombre de Jesús que toda persona que es espiritual, no importa la edad que tenga, tiene su capacidad al cien por ciento para distinguir lo que Dios tiene para cada uno y para la Iglesia. Lo que Dios tiene para el mundo.
Porque dice la Palabra que en los últimos tiempos se levantaran jóvenes, ancianos, ancianas, niños y soñarían sueños, profetizarían y darían palabra de Dios que quebraría el ámbito espiritual, todo lo que hace falta quebrar y esta función la tiene la Iglesia de Jesucristo, no la tiene el mundo.
No importa la edad que tengan, no importa la situación en la que estén, en el Espíritu no hay edad, los sentidos espirituales están al cien por ciento por lo tanto, nos podemos dejar discernir por la Palabra y en la medida que lo haga, cada vez más discernimiento vendrá a nosotros, para marcar el camino para nuestra familia, para nuestra propia vida, para el ministerio, para el mundo en el que estamos, porque es un mundo que necesita del "discernimiento de la Iglesia".

La Iglesia lo necesita para ella, pero también para el mundo que se está perdiendo, para distinguir los tiempos y las sazones, los tiempos "cronos" y los tiempos "kairos" para nosotros y para el mundo, para la Iglesia de Jesucristo, para nosotros individualmente, para las familias.

Hay gente que ha recibido palabra del Señor y ha quedado truncada porque no han permitido al Espíritu del Señor que los discerniera, Dios no se olvida de las palabras, Él dice que todas sus palabras son verdad y quiere levantar un pueblo lleno de promesas cumplidas, para que con alegría, con el gozo de ver cumplidas esas palabras en nuestras propias vidas, podamos decirle al mundo que lo que Dios dice es verdad.
Porque será ejemplo para el mundo. Hay mucho pueblo de Dios frustrado porque no ve cumplido lo que Dios le ha dicho, pero la culpa no la tiene Dios, sino que cada uno no se ha dejado discernir por el Señor y han quedado estancados en un momento de sus vidas cuando Dios habló y de allí no han podido avanzar.

Hoy es el día, cuando esta palabra pase por su vida, que no pase por arriba, y no me estoy dirigiendo a aquél que deja pasar esta palabra, porque no quiere recibir nada, siga adelante y usted sabrá como quiere terminar sus días.
Se cómo quieren terminar sus días muchos, por lo tanto es el momento de decir, delante de Dios:
“No solamente quiero llegar a ser espiritual, yo declaro que voy a ser espiritual, o puedo declarar mejor todavía, soy espiritual Señor, porque si hasta hoy no me dejé discernir por la Palabra, hoy mi vida se parte entre hoy para atrás y hoy para adelante”.

Y es el tiempo clave para la Iglesia, por lo tanto todos aquellos que quieren tomar esta decisión con el Señor le dirán lo que están dispuestos a hacer, en Su Nombre y para Su Gloria.
Solamente aquellos que están dispuestos a dejarse discernir.
Cuando Dios le diga “A”, usted diga “A”, cuando Él diga “H”, usted diga “H”.
Parece ridículo pero ésta es la gente que Dios está levantando hoy, porque no hay cuestionamiento a la Palabra, ¡Si Dios lo manda, yo obedezco!
Esta palabra es puntual para cada de una de nuestras vidas, por eso tenemos que pedir perdón si todavía no nos vemos espirituales, porque la Palabra me pasaba por arriba, pero hoy lo hemos entendido y disponemos nuestras vidas para hacerlo.


Renuncio a todo esto en el Nombre de Jesús, porque quiero levantarme como una persona madura, como una persona que cuando tu Palabra me dice algo, poder decir “como Tú me ves así soy. Lo reconozco y entendiendo esto”.
Cuando lo hago me estoy dejando discernir por tu Palabra y ese es el punto clave para llegar a ser espiritual, no solamente haberte recibido como Señor y Salvador sino dejarme discernir por tu Palabra y siempre estar de acuerdo contigo en todo lo que tú dices Señor, así lo decido en este momento, así me levanto como un hombre, una mujer de Dios, llenos del Espíritu que me lleva a distinguir todas las cosas, a discernir todas las cosas, a tener los sentidos ejercitados en todo tiempo y en todo momento.
Gracias por lo que mostraste en este día, recibo esta Palabra, recibo esta revelación y declaro mi vida espiritual, mi vida gobernada por la mente de Cristo.
Y aquél que es gobernado por ti, ya no te anda preguntando a cada momento ¿Señor cuál es tu voluntad o qué tengo que hacer?
El que tiene tu Palabra encarnada sabe en todo tiempo lo que tiene que hacer y lo que no tiene que hacer y distinguir no solamente, lo malo de lo bueno, sino de lo bueno lo mejor y lo excelente.

Oh, Señor lo declaramos en nuestras vidas para cada uno de nosotros, como matrimonios, como familias, en nuestros ministerios, en nuestros trabajos donde tenemos que tomar decisiones y no sabemos cómo hacer las cosas, en la escuela...
Hoy nos levantamos como lo que somos: “Gente del Espíritu”, “Una Iglesia de Reino”, una Iglesia que sabe donde está parada, que sabe para dónde va, pero no solamente sabe para dónde va, sino que sabe cómo ir, que es lo importante, porque muchas veces no hemos sabido llegar al lugar que queremos ir. Se acabó el tiempo en que no sabíamos: ¿Cómo y a dónde ir?

¡Gracias Señor, en el Nombre de Jesús! Por este equipamiento maravilloso que nos das a través de tu Espíritu Santo, a través de tu Palabra bendita, a través de las enseñanzas que tú pones delante de nosotros para levantarnos como lo que somos.
¡Gracias Señor!

Usted tuvo un privilegio al poder conocer todas estas cosas, porque a partir de este momento su vida va a ser levantada con poder de Dios, para realmente impactar su propia vida y la de su entorno.
Éste es un mensaje para una Iglesia madura y sin embargo cualquiera puede entender si se deja discernir por la Palabra.

¡Gracias Señor porque tu Espíritu Santo hace cosas extraordinarias y milagrosas y poderosas!
¡Gracias Señor por sanarnos, por darnos poder, por salvarnos, por darnos discernimiento de todas las cosas!
¡Gracias Señor, te exaltamos y te glorificamos! En el Nombre de Jesús. Amén.



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