en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
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Deja tu lugar de comodidad. Hay varias cosas por la Palabra que yo quiero que analicemos juntos, yo no sé exactamente, además no escuché el mensaje del pastor, ¿está bien? No sé, salvo poquitas referencias que mi esposa me hizo, muy poquitas, pero yo quiero compartir algunas cosas específicas por la Palabra y por el Espíritu, para que sepamos algo que tiene que ser básico y fundamental para nosotros como Iglesia del Señor.
Primer punto, nosotros somos una Iglesia Apostólica. Si somos una Iglesia Apostólica, ¿qué significa? Que somos una Iglesia... ¿qué? Enviada. Eso significa que por ser enviada, en realidad estamos en un lugar físico, pero no para acomodarnos en ese lugar, sino dentro de ese lugar ser enviados de Dios. ¿Estoy siendo claro con esto? Ok.
Vamos a ponerlo así, imagínese que usted empieza a trabajar para una empresa, pero empieza a trabajar en algún área que implica, como por ejemplo lo que le ocurre al pastor, tener que viajar a otros lugares. Él está radicado en la ciudad de Miami, es empleado de esa empresa en la cual trabaja, pero él sabe que en determinadas oportunidades es un enviado de su empresa a diferentes lugares para dar asesoría y para llevar a cabo diferentes planes, que tiene que ver con lo que clientes están pidiendo y solicitando de la empresa donde él trabaja; cuando él va a esos lugares, ¿a quién representa? A la empresa, ahora cuando él sabe que tiene que viajar, no comienza a decirle a su jefe, pero cómo jefe, no si yo estoy en Miami, estoy tranquilo no quiero viajar, sabe que me gustó ya quedarme aquí, tengo ganas de quedarme, ¿podría él hacer eso? No. Porque él sabe que dentro de sus responsabilidades y sus obligaciones como empleado de esa empresa, es viajar y dar asesoría a diferentes empresas en diferentes lugares del mundo. Ok.
A veces, en la Iglesia no tenemos esta misma idea. ¿Por qué? Porque estamos en un lugar, en una ciudad y creemos que ser la iglesia en esa ciudad significa estar en un salón, reunirnos periódicamente en diferentes reuniones semanales para alabar al Señor, adorarle, dar nuestro diezmos, ofrendas, primicias, limosnas, recibir la Palabra, comer bien espiritualmente y tener fortaleza para avanzar en nuestra vida de todos los días. Pero esto es una pequeñísima, muy pequeñísima parte de nuestra función como Iglesia del Señor. Lo que quiero decir es que no está mal reunirnos, al contrario, porque la misma Palabra dice, ninguno deje de reunirse como algunos tienen por costumbre, o sea, no estoy hablando que este mal reunirnos, al contrario, es necesario como cuerpo de Cristo reunirnos. Es bueno que alabemos y adoremos a Dios. Es bueno que, siempre como parte de nuestra adoración, le demos a Él, como agradecimiento lo que Él primeramente nos a ha dado. Es bueno que recibamos la Palabra y que nos alimentemos espiritualmente, que los ojos de nuestro espíritu se abran para ver aquello que posiblemente no hemos visto, que corrige nuestra vida, que endereza nuestros pies, que nos marca el camino por el cual debemos andar, eso es bueno y es necesario. Pero todo eso forma parte de la preparación para que sepamos que somos enviados. Eso significa que, estar en una ciudad significa que Dios nos plantó allí porque Él nos envío a ese lugar. Geográficamente, Él determinó que hubiera un lugar, una ciudad, una nación en la cual debíamos estar, porque Él nos enviaba.
Ahora, fíjese que visto desde el punto de vista de Dios, esto tiene mucho sentido y le voy a explicar el por qué. Porque en realidad nosotros, se da la casualidad que en esta ciudad de Miami, habemos personas de diferentes naciones, de muchísimas naciones, tal vez muy poquitos de los que estemos aquí hallamos nacido en esta nación. Seguramente la gran mayoría nacimos en otras naciones, Ok. Pero en realidad, cuando nosotros pasamos de la potestad de las tinieblas al Reino de Jesucristo, ahora ocurre en el ámbito espiritual, pero también en el físico, escúcheme bien, un cambio de ciudadanía en nuestras vidas, Nosotros, ¿a dónde pertenecemos? Somos ciudadanos, ¿de dónde? Del Reino de los Cielos. Quiere decir, que es como si nosotros hubiéramos nacido en el Reino de los Cielos, porque así es en realidad espiritualmente, nosotros al nacer de nuevo nacimos en el Reino de los Cielos. Eso implica, que no importa en el lugar dónde estemos, aunque nosotros regresáramos a nuestros países de nacimiento, de todas maneras somos extranjeros allí. Estamos viviendo en ese lugar porque somos enviados del Reino a ese lugar, ¿estoy siendo claro?
Eso significa, que cualquier lugar que pisemos tiene que ser conquistado porque Dios nos ha enviado como embajadores de su Reino, como enviados de su Reino para transformar ese lugar, ¿está bien? Entonces si somos enviados, hay algo que necesitamos entender, un enviado siempre deja un lugar de comodidad, siempre. Un enviado deja un lugar de comodidad y no estoy hablando de la comodidad física, natural, estoy hablando de la comodidad de aquello que nos hace permanecer quietos, inmóviles, muy bien sentaditos, bien acurrucaditos, tapaditos, que todo esté en orden a nuestro alrededor, que nada pasa, que nada se mueve, todo está siempre en el mismo lugar. Esa vida rutinaria que es exactamente un calco, todos los días parece el mismo día, nada más que cambia el número pero todo parece igual. Me levanto a la misma hora, me lavo los dientes de la misma manera, desayuno lo mismo, voy al mismo trabajo, a la misma oficina, entro a la misma hora, como a la misma hora, me relaciono con las mismas personas, salgo a la misma hora. Vuelvo a tomar la 836, el "Turnpike" y el "Palmetto", lo que usted quiera y le guste. Vuelvo a llegar a casa, vuelvo a esperar que mi esposa me sirva la cena, miro mientras un rato de tele... Todos los días parece la misma película.
Mi pregunta es, cuando todos los días vivimos la misma película, ¿qué clase de enviados somos? Porque si usted quiere hablar con el embajador de la nación donde usted nació, pero que está aquí en Miami, ese embajador, escúcheme bien, posiblemente viva bien, tenga una linda casa, le va muy bien tenga ciertos lujos, pero en realidad él sabe que está en esta nación y en esta ciudad de Miami para representar a su país y para estar al servicio de cualquier persona, ya sea de su país o de otro país que requiera algo de él. Eso significa, que él va a tener reuniones, que van a salir situaciones, que van a tener que solucionar problemas, que va a tener que dar su cara cuando hay alguna situación conflictiva. Él va a tener que hacer trabajos que lo expongan, no tiene una vida rutinaria.
Nosotros tenemos que salir de esa rutina que nos ha acomodado. Ahora, aun espiritualmente podemos estar en una rutina que nos acomode, por eso Dios siempre nos va a mover. O sea, usted entienda esto, en una Iglesia de Reino que tiene una mentalidad de enviada, Dios nunca nos va a dejar igual, no es que sea una cuestión de las autoridades espirituales que quieran mover las cosas para que algo sea diferente. Porque mire´, la Iglesia hoy del Señor, de manera general siempre se tienen novedades, pero novedades para entretener a la gente. El otro día escuchaba en la tele un programa cristiano, tristemente cristiano, donde estaban entrevistando a tres jóvenes de una iglesia y le estaban preguntando qué actividades tenían ellos de jóvenes en su iglesia. Entonces, que todos los domingos a las 6 de la tarde, ellos tienen sus reuniones de jóvenes, que los mismos jóvenes se encargan de la reunión y que todos los domingos hacen algo diferente y que nunca les avisan a los jóvenes lo que van a hacer para que sean novedades para todos. Entonces, un domingo predica un joven, otro domingo otro joven, otro domingo hacen diferentes actividades. Y esta muy bonito, dicen que van muchos jóvenes y que todos están muy contentos, sí, pero ¿para qué sirve? No tengo problema, pero la pregunta es, ¿para qué sirve eso? ¿A qué nos lleva? ¿A qué nos conduce? ¿Cuál es el punto final? ¿Cuál es la meta que queremos alcanzar?
Muchas veces en lo natural nos pasa lo mismo. Una persona está siempre en el mismo lugar, en el mismo trabajo por cuarenta y ocho años y se conforma. Y tal vez no le alcanza muy bien para vivir y podría ganar más y dice, pero acá estoy bien, acá estoy seguro, ya son cuarenta y ocho años, ahora perder cuarenta y ocho años de trabajo es un riesgo. Pero la vida se trata de riesgos, que nazca una criatura es un riesgo, un médico siempre lo dice. Es un riesgo para el bebé y es un riesgo para la mamá, pero las mamás que están aquí, ¿vale la pena correr el riesgo? Claro que vale la pena. Aun la Palabra dice que el dolor es fuerte pero una vez que se ve al bebé la mamá se olvida del dolor. Pero es instantáneo, es un segundo después, cuando le ponen al bebé sobre el pecho la mamá se olvidó del mundo entero por el gozo y la alegría de tener a ese bebé que lo llevó adentro durante nueve meses, ver su rostro.
La vida se trata de riesgos constantemente, en lo espiritual, ¿sabe lo que hace Dios? Nos empuja hacia el riesgo. Porque Él no quiere permitirnos que estemos acomodados, que las cosas se acostumbren a una rutina, que nos aplaste para no poder cumplir su propósito.
Ahora, yo busqué en el diccionario normal, en el diccionario regular de la lengua española, la palabra comodidad y fíjese lo que dice: Calidad de lo que es cómodo, es decir, aquello que es fácil, manejable, conveniente, ventajoso y acomodadizo. Todo eso tiene que ver con comodidad. Entonces, aquel que se acomoda quiere que las cosas sean fáciles, que sean manejables, que sean convenientes, que sean ventajosas y esa persona es acomodadiza. Es aquel que siempre anda viendo qué le conviene más y ahí se mete. Si hace bien o hace mal, si afecta a otro no importa, el asunto es quedar bien él, que las cosas le salgan bien a él, eso es un acomodadizo que aprovecha la oportunidad para que todo esté a su favor.
En el Reino, es completamente diferente, nosotros hacemos todo para que el mundo que nos rodea este bien. Como hoy el pastor repitió varias veces, para que el mundo se reconcilie con Dios, porque esa es nuestra labor.
Por eso, realmente déjeme decirle, el domingo pasado ocurrió, hoy ocurre aquí, cada vez que una persona entrega su vida a Cristo, es el milagro más sorprendente que podemos ver. Usted disfrute, gócese por eso, dele gloria a Dios, si usted en ese momento quiere pararse, aplaudir, gritar, saltar haga lo que sea, porque dice la Palabra, que en el cielo hay gozo y hay fiesta por un pecador que se arrepiente. Nos hemos aun acostumbrado y nos hemos acomodado aun a eso, que alguien levanta la mano pasa, ora, y bueno, uno más que se entrego a Cristo. No mi hermano, está ocurriendo lo más sorprendente que puede ocurrir sobre la faz de la Tierra, no hay nada más milagroso que eso.
Entonces, debemos alegrarnos porque eso es un milagro de Dios, el mayor de los milagros, ¿usted esta comprendiendo? Entonces, eso implica que tenemos que dejar todo lugar de comodidad.
Ahora, yo quiero empezar a ver algunas de las cosas, voy a empezar con lo más básico, para darle un ejemplo dentro de la Palabra, pero para también explicarle algo que usted necesita entender, que es muy importante. Génesis 12 versículo 1, dice:
"Pero Jehová había dicho a Abram:
Vete de tu tierra y de tu parentela,
y de la casa de tu padre,
a la tierra que te mostraré."
Génesis 12:1
Yo sé que todos conocemos este versículo, conocemos bastante bien la historia, si alguno no conociera bien la historia le pido que lea todo este capítulo completito, usted va a poder entender un poquito más, pero básicamente, Dios le estaba pidiendo a Abram algo especifico.
Abram vivía en un lugar, en un lugar donde aun su padre se había asentado, él estaba allí con su familia todo estaba en orden, estaba evidentemente, por lo que dice aquí, rodeado de su parentela. Pero Dios le dice, mira Abram como Yo tengo otra cosa para ti, entonces, tú necesitas irte de tu tierra y de tu parentela a la tierra que Yo te voy a mostrar y fíjese que hay un lugar de comodidad, a usted le va a parecer tal vez raro lo que le voy a decir, o tal vez no, pero un lugar de comodidad, ¿sabe qué es? Nuestra propia familia y nuestras propias relaciones familiares. Un enviado tiene que saber que las relaciones familiares se pueden transformar en un lugar de comodidad, nos acostumbramos y nos gusta, nos sentimos bien dentro de ese ámbito de las relaciones familiares, hay veces, que las cosas dentro de la familia y esas relaciones no están muy bien, usted fíjese lo que ocurre, no están bien, pero preferimos mantenernos ahí adentro y seguir desarrollando esas relaciones porque estamos acostumbrados, aunque estén mal, aunque por esas relaciones tengamos que llorar muchas veces, pero preferimos estamos acostumbrados. A veces, parece que los seres humanos somos así, somos personas que nos gusta, ¡sí! Masoquista un poquito.. sí, nos gusta sufrir y pasarla mal, pero cuando tenemos mentalidad de enviado, usted lo que tiene que saber es esto, que Dios lo primero que va a hacer es sacarnos de ese lugar de comodidad que se llama relaciones familiares.
Ahora, yo quiero explicarle algunas cosas porque no quiero que usted me malinterprete o entienda algo que no es lo que yo quiero decir.
Primer punto, quiero hacer una diferencia entre familia y parentela, porque usted ve aquí que dice, vete de tu tierra y de tu parentela, no dice de tu familia, si hubiera dicho de tu familia, Abram se tendría que haber ido solo y dejar a su esposa Sara. No, le voy a explicar lo que es familia y le voy a explicar lo que es parentela.
Familia es el esposo, la esposa y los hijos, ésa es la familia, sí, siempre que los hijos no estén casados, así es, yo tengo aquí mi apuntadora que no me deja cometer ningún error, ¿está bien? No, no y qué bueno porque en verdad para que no se malentienda, ok. Ahora, fíjese, todo lo que está fuera de esa familia es la parentela. Tomando en cuenta lo que mi esposa me está diciendo, cuando uno de esos hijos de la familia llega a edad adulta, ha conocido al hombre, la mujer que Dios tenía para su vida, se casan. ¿Qué dice la Palabra, aun desde el principio del principio? ¿Qué dijo Dios? Dejará a su padre y a su madre. Quiere decir que, imaginemos un muchacho, se casa con la que era su novia y ahora sale ese muchacho de la casa de su papá y de su mamá para formar, ¿qué? otra familia. Ahora su papá, su mamá y sus hermanos, ¿qué son? Parentela. ¿Lo está entendiendo? ¿Le queda claro?
¿Por qué le tengo que explicar esto? Porque cuando nosotros hablamos de familia, pensamos hasta en el tatarabuelo que ya está bien, bien muerto. Claro, y más, decimos hoy nos reunimos toda la familia a comer, decimos eso, nos reunimos toda la familia a comer, son dos millones cuatrocientos veintiocho mil seiscientos cuarenta y dos, ¿por qué? Porque empieza con el ancianito, el bisabuelo y sigue ahí los abuelos y el papá, la mamá, los hijos, los nietos, los bisnietos, siguen los primos, los primos segundos, terceros, cuarto, quinto, además de las novias de todos los sobrinos y de... es un mundo de gente y nosotros decimos, esta es la familia, ¡que linda la familia! Y la familia eran tres.
En realidad, se reunieron ahí cuarenta familias que son parentela, ¿entiende? Por eso, usted fíjese, que esto es muy claro en la Palabra, ¿sabe por qué? Porque si usted conoce la historia, Abram se fue, ¿y a quién se llevó? A su sobrino, y tuvo problemas. ¿Sí o no? Era sobrino directo, hijo de su hermano, cualquiera podría decir, a ver, a ver, a ver, pero era su familia, no, era su pariente, y Dios le había dicho deja a tu parentela, vete con tu familia, ¿quién era la familia de Abram? Sara, la esposa, nada más porque ni siquiera hijos tenía todavía ahí.
Justamente, tenía que irse de ahí para que la promesa se cumpliera, ¿se da cuenta? Ahora fíjese, Dios parece injusto porque pasa como nos pasa a las familias que estamos fuera de nuestras naciones, como viviendo aquí por ejemplo, va a nacer el hijo, ¿y uno qué quisiera? Que los abuelos conozcan al hijo que nació y que estén juntos y que esté en el hospital la abuelita recibiendo al bebé y es muy lindo. ¡Ojo! No hay problema con eso, si se puede disfrutar gloria a Dios. Pero lo que quiero decirle es que mientras este el esposo, la esposa y los hermanitos juntos recibiendo a ese bebé, como paso con la familia pastoral, está la familia completa. Si los parientes los pueden disfrutar gracias a Dios, gloria a Dios, no tiene nada de malo, pero la familia está completa.
Ahora fíjese, Dios le está diciendo a Abram, para que se cumpla la palabra, tú tienes que irte de tu parentela.
Ahora también quiero explicarle esto, porque usted puede pensar algo que está equivocado. Yo sé que hay muchos que tienen parentela no cristiana y yo quiero establecer algo para que nos quede claro a todos. A veces, justamente estas relaciones de parentela, son relaciones difíciles. Usted tiene que determinar en el Señor, entender por el Espíritu, qué clases de relaciones usted está teniendo con su parentela, si son relaciones saludables o si son relaciones que los están comprometiendo aun en su fe en Cristo Jesús. Por ejemplo, en ningún momento usted puede decir, bueno yo tengo parientes no cristianos pero como yo soy cristiano y ellos son mis parientes yo me alejo de ellos, no tengo nada más que ver con ellos, no me relaciono con ellos. Yo no estoy diciendo eso, ¿por qué? Porque usted ahí tiene una tarea. Pero tiene una tarea, ¿cómo qué? ¿cómo pariente o como qué? Como enviado. Y hay una gran diferencia, una cosa es estar con los parientes pero como enviado de Dios a establecer el Reino, a hablar lo que debo hablar, a mostrar a Cristo con mi vida, con mis acciones, con mis palabras y pensamientos; y otra cosa es que yo como pariente quiero hablarle de Cristo pero por el dolor que siente mi corazoncito de que se van a ir al infierno. Déjeme decirle esto, he visto a muchos cristianos que sufren por sus parientes no cristianos pero no sufren igual por sus vecinos, sus compañeros de trabajo, por sus amistades, ¿eso es correcto? En un enviado, no. Porque esto es lo mismo que un enviado de una nación que esté aquí en Miami diga, ¡ah! Como éste es mi primo lo voy a atender, ahora acaba de llegar de Guatemala, entonces, como es mi primo lo voy a atender de manera especial, pero todos los demás están haciendo la fila afuera que tienen problemas, ya me dijeron que hay dos señoras que tienen un problemón terrible y que quieren hablar conmigo pero que se esperen, que vengan otro día, a mi primo lo voy a tender. ¿Estaría bien de parte de un embajador de una nación hacer eso? Digo, que pueda pasar, seguramente que pasa, pero no es lo correcto. Ok. Nosotros, a veces con los parientes actuamos de la misma manera, como es mi pariente me desespero porque se va a ir al infierno pero no me desespero igual por aquel que no es mi pariente, pero si yo sé que soy un enviado voy a tener el mismo amor y la misma prontitud y urgencia por hablarles a mis parientes y hablarle también a los demás que me rodean, porque son todos hombres y mujeres que necesitan de Cristo.
Entonces, lo que quiero decir, es que no se trata de romper las relaciones. Ahora, usted también tiene que saber, que a veces es necesario hacer distancia porque ya sea, con parientes cristianos y con parientes no cristianos tenemos problemas, ¿por qué? Porque nosotros les estamos hablando de Cristo, queremos llevarlos a conocer la verdad pero ellos se resisten abiertamente, y por nuestra insistencia o por ir a todas las fiestas o por aguantarnos todo lo que quiere hacer no los vamos a ganar. Porque a veces decimos, bueno es que tengo que estar en la fiesta, es el cumpleaños de quién sabe qué primo, y yo sé que terminan todos borrachos, pero bueno, voy a estar ahí para así los gano para el Señor, no los vas a ganar mientras están con la borrachera, no los vas a ganar en ese momento, tú tienes que saber por el Espíritu, lo que quiero decirte es, tú no puedes ir después del mensaje de hoy, me voy a alejar de mi familia o me voy a acercar más... No, tienes que escuchar al Espíritu Santo decirte lo que tienes que hacer con tus parientes, ¿me entiendes? Si tú tienes que acercarte, cómo acercarte, en qué momento, de qué manera, cómo hablar, tú tienes que saber por el Espíritu, lo que tú debes hacer. Pero lo importante es, que tú entiendas que un lugar de comodidad suele ser las relaciones de la parentela y Dios necesita sacarnos de esas relaciones que son relaciones almáticas.
Ahora, ¿por qué esto tiene que ser así? Porque en realidad, lo que Dios quiere es establecer relaciones espirituales aun con la parentela. Son relaciones espirituales, nos entendemos porque hablamos el mismo idioma espiritual, nos entendemos porque tenemos los mismos objetivos, los mismos propósitos, nos entendemos, porque tenemos una misma meta en común y a demás, cuando yo estoy libre de ese amor almático y tengo un amor de Dios en mí funcionando, aun con la parentela yo no tengo temor de hablar cuando sé que mi parentela está, aun siendo cristiana, está dando malos pasos, está caminando equivocadamente. Yo no tengo problema de hablar de parte de Dios y decir por el Espíritu lo que debo decir, porque mi compromiso primero, ¿con quién es? con Dios, y porque tengo un compromiso con Dios y estoy enamorado del Señor, puedo amar a la gente, puedo amar a mis parientes, pero como Dios les ama para hablarles la verdad en amor, para qué, si es posible y ellos oyen puedan cambiar de actitud, puedan cambiar de rumbo.
Por eso, tenemos que saber, que si nos mantenernos en relaciones almáticas y la parentela es un lugar de comodidad, Dios necesita sacarnos de ese lugar de comodidad, ¿para qué? Para que seamos efectivos como enviados, aun dentro de nuestra parentela.
Ahora, quiero ir a Lucas en el capítulo 1. Lucas, el capitulo 1, desde el versículo 59 voy a leer. Dice:
"Aconteció que al octavo día vinieron para circuncidar al niño;
y le llamaban con el nombre de su padre, Zacarías;
pero respondiendo su madre, dijo:
No; se llamará Juan. Le dijeron: ¿Por qué?
No hay nadie en tu parentela que se llame con ese nombre.
¿Se da cuenta?
Entonces preguntaron por señas a su padre, cómo le quería llamar.
Y pidiendo una tablilla, escribió, diciendo:
Juan es su nombre. Y todos se maravillaron.
Al momento fue abierta su boca y suelta su lengua,
y habló bendiciendo a Dios. Y se llenaron de temor todos sus vecinos;
y en todas las montañas de Judea se divulgaron todas estas cosas.
Y todos los que las oían las guardaban en su corazón, diciendo:
¿Quién, pues, será este niño?
Y la mano del Señor estaba con él."
Lucas 1:59-66
Fíjese, aquí está hablando de Zacarías, de Elizabeth su esposa y del pequeño bebé en ese momento que era Juan, Juan el Bautista, quien fuera ese tremendo profeta de Dios para anunciar la venida del Señor. ¿Qué pasa aquí? Algo muy natural para ese tiempo, para esa época y para esa cultura, para los judíos era normal y natural que se llamara al bebé con el nombre de su padre, tenía que tener el nombre de su padre o por lo menos el de alguien de la parentela, era lo normal. Entonces, como ya el ángel del Señor se le había presentado a Zacarías, ustedes recordaran la historia, se le había presentado le había dicho que su esposa iba a tener un hijo que iba a llamarse Juan. Inclusive Zacarías dijo, ¿pero cómo va a ser esto? yo ya soy viejo y demás... ¿y qué le dijo el ángel? Bueno, como no creíste, ahora te vas a quedar mudo por un tiempo. Por eso, usted ve que allí, ¿a quién le preguntan cómo se iba a llamar al niño? A su mamá, a la primera que preguntan es a la mamá, ¿por qué? Porque el papá no podía hablar y cuando la mamá dice, se va a llamar Juan, ¿Eh, cómo Juan? si su papá se llama Zacarías, no hay nadie que se llame Juan en la parentela. Entonces, aunque no hablaba Zacarías, lo hicieron hablar a través de la tablilla, le dijeron, a ver escríbenos acá porque tu mujer me parece se volvió loca y está aprovechando que te quedaste mudo para hacer lo que se le antoja y ponerle el nombre al bebe que ella quiere. Y no, y él escribe, su nombre es Juan.
En ese momento, ¿qué ocurrió? Empezó a hablar, ¿por qué? Porque fue una prueba de Dios para su vida, pero eso sería otro tema. Pero, ¿cuál es el punto aquí? El punto es, que tanto Zacarías como Elizabeth tuvieron que salir de una comodidad, la comodidad de la tradición, ellos estaban dentro de una tradición, una tradición que decía cómo las cosas se debían hacer, una tradición que mandaba cómo las cosas tenían que ser hechas, y siempre eran hechas de la misma manera, a demás, se daba el hecho de que Zacarías era sumo sacerdote, era de familia de sacerdotes, entonces, el nacimiento de este bebé era demasiado importante porque todo el pueblo estaba esperando, en ese bebé, a un nuevo sacerdote. O sea que, todo un carruaje de tradiciones estaba pesando sobre las espaldas de Zacarías y de Elizabeth, ellos rompen con la tradición siendo obedientes al Señor y diciendo, su nombre es Juan.
El cristianismo de hoy en día, ¿sabe en qué nos ha metido? En tradición. Tradición. Para nosotros la alabanza podría ser tradición, para nosotros entregar los diezmos y ofrendas al Señor puede ser una tradición, por eso muchas veces, aun es una tradición escuchar la Palabra, por eso usted se va a su casa y después dice a la tarde, ¿qué hablaron hoy? No me puedo acordar, ¿sabe por qué? Porque usted está sentado acá y como es una tradición escuchar la Palabra, usted no presta la misma atención, ahora en el trabajo sí presta atención a lo que dice el jefe y mucho más cuando está enojado, porque sino usted va a tener un problema seguro, pero nosotros acá hicimos, aún de nuestros cultos una tradición, por eso a veces, ¿sabe por qué no pasa nada más allá? No porque Dios no quiera, porque Dios nos vio acomodados en nuestra tradición y Dios dice, si tú no quieres moverte de tu tradición y de tu comodidad yo no puedo moverme de otra manera, no puedo tener la libertad de sorprenderte.
Nosotros tendríamos que llegar a este lugar sabiendo que podemos nosotros sorprender a Dios, nosotros sorprender a Dios, hoy vamos a alabarte Señor de una manera que el hotel mismo va a temblar, porque reconocemos quién eres porque te amamos, porque no nos podemos detener de alabarte, de honrarte, de dar gloria a tu Nombre, de levantar nuestras manos, de saltar, de postrarnos, de agradecerte, no nos vamos a detener porque te amamos. Que algo internamente surja por el Espíritu y que sorprendamos a Dios.
Ahora, fíjese, hay algo notable en este pasaje porque una vez que dijeron que su nombre iba a ser Juan, fíjese lo que dice el versículo 65:
"Y se llenaron de temor todos sus vecinos;
y en todas las montañas de Judea se divulgaron todas estas cosas.
Y todos los que las oían las guardaban en su corazón, diciendo:
¿Quién, pues, será este niño?
Y la mano del Señor estaba con él."
Lucas 1:65-66
Fíjese lo que ocurrió, por un matrimonio que rompió con la tradición, que salió de la comodidad, porque yo me imagino que no fueron muy bien mirados, no por nada después que Elizabeth dijo, se va a llamar Juan, fueron con Zacarías aunque no hablara, porque los judíos dijeron no, no, no esto no está funcionando bien, están rompiendo con la tradición y no puede ser que rompan con la tradición. Porque la tradición es un espíritu, un espíritu demoniaco que nos ata, ¿me está escuchando? Es un espíritu la tradición, si tú te acostumbras a tu relación espiritual o tu relación con Dios, tu relación cristiana como una tradición, te va a tomar ese espíritu y te va a atar porque la tradición tiene que ver con religiosidad, así es, es un espíritu, cuando tú rompes con eso, entonces, permites que Dios se manifieste como lo hizo aquí.
En todo lugar se oyó, hasta en las montañas de Judea llegó la noticia y todos quedaron asombrados y dice, que todos guardaban estas cosas en su corazón.
Yo quiero declarar, que seamos una iglesia en Miami, que rompamos con esa tradición de tal manera que la ciudad oiga de nosotros y que la ciudad diga, ¿pero qué está pasando en ese lugar? No son tradicionales, no son de lo que hacen las cosas siempre de la misma forma, de la misma manera algo sobrenatural ocurre en ese lugar, y que venga temor de Dios a Miami porque hay una iglesia que rompió con la tradición, que se sacudió ese espíritu de encima, y que se salió de la comodidad para darle lugar a la obra sobrenatural del Espíritu de Dios.
Quiero avanzar, voy a leer dos pasajes. Lucas 1:80, aquí mismo cerquita, pero luego voy a leer Marcos 1 desde el 6 al 8. Entonces, Lucas 1:80 dice:
"Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu;
y estuvo en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel."
Lucas 1:80
Está hablando de Juan el Bautista. Vamos a Marcos 1 versículo 6 al versículo 8. Marcos 1:6 dice:
"Y Juan estaba vestido de pelo de camello,
y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos;
y comía langostas y miel silvestre.
Y predicaba, diciendo:
Viene tras mí el que es más poderoso que yo,
a quien no soy digno de desatar encorvado la correa de su calzado.
Yo a la verdad os he bautizado con agua;
pero él os bautizará con Espíritu Santo."
Marcos 1:6-8
¿Quién quisiera hoy, en Mami, ser Juan el Bautista? ¡Dígame! Espiritualmente, yo digo amén, pero ahora vamos a llevarlo al plano natural.
Dice que el niño crecía y se fortalecía, y anduvo en lugares desiertos. Ahora, sí lo dice pegado, ¿sabe qué está diciendo la Palabra? Que desde niño, él se acostumbro a estar en lugares desiertos.
Punto número uno, lugares desiertos desde niño hasta el momento de su manifestación, o sea, hasta el momento en que escuchó al Señor decirle, ahora es tiempo Juan, de salir y de preparar el camino ya llegó el tiempo, ahora una vez que salió, encima que salió del desierto, para la gente salió un monstruo, vestido de piel de camello, comiendo miel silvestre, langostas...
Le voy a hacer la pregunta, ahora que nos estamos metiendo más. ¿Le gustaría ser el Juan el Bautista de este tiempo? A ver a los chicos, a los jóvenes, imagínate, tú vas al trabajo mañana con un traje de tu abuelo que usó en la década del cincuenta, traje, chaleco, bien abrigado, esas solapas anchas, el nudo de la corbata grandote, con sombrero, y tú llegas ahí y dices vengo a trabajar el día de hoy, o vas a la fiesta del próximo sábado de tus compañeros de la universidad, aquí llegue.
Fíjense, fíjense, fíjense cómo la cultura se nos mete. No chicos, no tengo ningún problema cómo ustedes se quieran vestir, no es ese el problema, ni esa la situación no estoy hablando de eso, ¿de qué le estoy hablando? Que sin querer nos pasa a todos, nos pasa a todos que aun la cultura nos va encerrando, si tú no te vistes como más o menos se visten hoy los chicos eres un bicho raro. Claro, porque no estás igual que los demás, estás fuera de moda, fuera de onda, se te fue el avión pero hace tiempo y tú te quedaste parado esperando, ¿por qué? Porque no estás vestido como la cultura dice que hay que estar vestido hoy, y lo peor de nuestra cultura, es que hoy, veintidós de octubre, hay que vestirse de una manera pero mañana lunes veintitrés, hay que vestirse de otra, eso es lo peor. O sea, que lo que te compraste ayer sábado para estrenar hoy domingo, mañana ya te quedo viejo.
Este hombre, Juan el Bautista, rompió con eso. Primero, porque fue medio solitario, anduvo en lugares desiertos para escuchar a Dios. Y segundo, porque se vestía, realmente como un loco, es así, se vestía realmente como un loco, pero ¿cuál es el hecho? Que el rompió con la comodidad de la formalidad, de quedar bien con la sociedad, con su cultura, con su medio ambiente y rompió con las costumbres de su época. Ya lo rompió, ¿sabe cómo? No siendo sacerdote como su papá, ya desde ahí lo rompió, ¿por qué? Porque Dios dijo, que él iba a ser profeta no sacerdote y todos esperaban que fuera sacerdote, por eso, las cosas estuvieron mal desde que nació, desde que fue presentado ya las cosas anduvieron mal, ya con el nombre y con que no iba a ser sacerdote, ya para Israel éste era raro, pero ahora la completó, cuando ya siendo adulto sale, después de estar perdido en el desierto que casi nadie lo conocería y sale vestido raro, más raro todavía y diciendo cosas extrañas, pero ese hombre era un enviado de Dios para su tiempo, un enviado de Dios que debía hacer algo sobrenatural. ¿Y sabe algo que me llamó la atención? Él rompió con otra comodidad, la comodidad del individualismo. Porque, ¿qué salió a anunciar? A otro. Eso es lo más sorprendente, porque aun hoy en el cristianismo, es yo... es que yo soy el mejor edecán de la congregación, el mejor ujier, el mejor tecladista, el mejor sonidista, la mejor que maneja la computadora, como yo no hay otro, yo pongo las sillas a la perfección, nadie... soy yo el que lo hago. No, éste salió a anunciar a otro que iba a venir. O sea, él se presento negando, él se presentó negando, yo no soy el que tiene que venir, es lo más raro, porque cuando uno se presenta dice, hola yo soy Hernán Cipolla, soy quien soy. No, éste dijo, se presenta y dice, hola no soy José Luis Vargas, ¿dime quién eres? No quien no eres, pero él ya traía de Dios un espíritu de trabajo en equipo y de Cuerpo, cada uno tiene su función y él en el desierto aprendió que él tenía una función por sobre todas, anunciar a aquel que venía detrás de él.
Y hoy la Iglesia tiene la misma función, anunciar que el Señor ha llegado, que el Reino de los Cielos se ha acercado y que se prepare el mundo entero porque el Señor está cerca.
Por eso, ¿cuál es el formalismo aun de la Iglesia en este tiempo? Decir, yo soy la iglesia fulana de tal del pastor mengano de tal cual, pero la Iglesia no está para eso, si se acuerdan o no se acuerdan que nos llamamos Generación en Conquista, la verdad le digo, vale para muy poco, es un nombre, nos identifica estamos de acuerdo con el nombre pero el nombre siempre es para marcar propósito, si se acuerdan que somos Generación en Conquista o no, no importa, pero que se acuerden de Jesucristo y que Jesucristo les trasforme la vida, eso es lo que debemos hacer. Pero hoy se ha predicado más a la iglesia y los pastores, que a Jesucristo, Juan el Bautista rompió con esta tradición, rompió con esta formalidad, se deshizo de una idea individualista para anunciar a aquel que venía detrás de él. Hoy la Iglesia está para lo mismo en el mundo, para anunciar a aquel que viene detrás de los pasos que la Iglesia de...
Ahora, quiero ir con ustedes a Filipenses capítulo 4 para que leamos desde el versículo 10. Filipenses 4 desde el versículo 10 y dice:
"En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin
habéis revivido vuestro cuidado de mí; de lo cual también
estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad.
No lo digo porque tenga escasez,
pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.
Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia;
en todo y por todo estoy enseñado,
así para estar saciado como para tener hambre,
así para tener abundancia como para padecer necesidad."
Filipenses 4:10-12
Mire, decir las palabras que Pablo escribió aquí requieren de ser personas entendidas en el Señor y sobre todo que el Espíritu Santo nos gobierne, ¿sabe por qué? Porque Pablo le estaba diciendo a los filipenses, me alegro porque ustedes ya revivieron ese deseo que tenían de ofrendarme, de eso les está hablando y lo pudieron hacer, me enviaron ofrenda para mis necesidades, pero dice,No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia.
Pablo los estaba halagando porque ellos eran de las pocas iglesias que siempre estaban dispuestos y eran prontos para ofrendar y para dar. Ahora, no lo hacía porque les estuviera pidiendo más dinero, lo hacía, ¿por qué? Porque, él sabía que en el corazón de esos filipenses había un deseo de ofrendar. Ahora, Pablo, ¿tenía necesidad dice aquí? ¿Tenía necesidad? No, no. No lo digo porque tenga escases pues he aprendido a contentarme,cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre.
¿Sabe con qué comodidad había roto el apóstol Pablo? La comodidad de sus propios estándares de vida, yo llegue a esta ciudad para salir de la pobreza que vivía en mi nación, para tener más dinero, para vivir mejor, para darme más lujos. ¿Y quién te dijo eso? Ahora, escúchame muy bien, yo quiero, no hay nada mejor que traer equilibrio de Dios, para entender espiritualmente las cosas, si tú como estándar de vida pones un estándar alto o si tú pones un estándar bajo cualquiera de las dos cosas está mal, porque si usted dice, yo quiero tener más y más y más, vas a terminar enredado en este sistema, ahorcado económicamente, financieramente, no vas a poder salir aunque tengas, tal vez hayas comprado tu casa, tengas cinco autos último modelo parados en la puerta, tengas la tele, el video, todo lo último que salió de tecnología, todo lo tienes todo pero estás ahorcadísimo por eso mismo. Es un estándar muy alto, pero es tu propio estándar. Hay gente que dice, no, yo con poquito me arreglo, yo no necesito más así estamos bien, ¿para qué más? Eso también está mal, así es, nunca va a tener ni para sí mismo ni para que su familia tenga más, y ¿sabe lo peor? No va a tener para dar a otros, porque son nuestros propios estándares de vida.
Pablo rompió con esos estándares de vida y él pudo decir, yo no tengo escases, he aprendido a contentarme, sea que tenga mucho o sea que tenga poco, estoy enseñado para estar saciado y estoy enseñado para tener hambre, ninguna de las cosas me mueve, ¿por qué? Porque yo sé lo que soy en Cristo Jesús.
Nuestros estándares de vida nos pueden meter en un sistema de comodidad también, ya sea que yo diga, yo quiero más y quiero alcanzar más y quiero tener más y quiero ganar más, y todo el tiempo más y más y más. O ya sea, que diga bueno con este poquito por lo menos salimos de la pobreza extrema que teníamos estando allá en nuestro país, ahora por lo menos ya tenemos un poquito más pero, ¿para qué más? ¿no? Así estamos bien.
Tú pusiste tu propio estándar y no le estas permitiendo a Dios manifestarse a tú favor, porque Dios te quiere enriquecer, pero si algún día te falta alimento tú no cambias ni Dios cambia para ti, ése es el punto, aunque hoy yo no tenga un plato de comida, para mí Dios es igual, Él no me ha fallado, Él sigue siendo fiel y no me debe nada. Pero, ¿sabe lo mejor? Es que Dios pueda ver que yo tampoco cambié, que yo no estoy desesperado porque ahora las cosas andan mal, porque tengo un tiempo de escases, porque ahora hay que apretarse económicamente, pero, ¿sabe qué pasa? Nos pasa que cuando nos metemos en el sistema, cuando nos metemos en lo que dice la sociedad y el mundo que nos rodea, nosotros somos los primeros en romper lo que debemos establecer delante de Dios, ¿por qué? Porque hoy estoy pasando necesidad pero me cuesta mucho no comprarme tal cosa, no comprar aquella otra cosa, no hacer aquello, no salir a lo otro. En vez de ajustarme, digo, no, no, uso la tarjeta y le meto a la tarjeta total después ya unos meses más adelante la cosa se va a emparejar, voy a estar mejor y voy a poder pagar la tarjeta; solo me metí. No soy capaz de decir no, yo ahora no tengo, ahora no compro, ahora no hago, ahora como diferente vamos a ajustarnos en casa, sé vivir humildemente y estoy feliz.
Dios te va a probar y va a decir, ahora estás preparado para recibir más porque si en todo tienes gozo y sabes administrarte con poco o con mucho, cuando te dé más no vas a despilfarrarlo ni vas a hacer lo incorrecto, vas a saber que eso más hay que usarlo de manera correcta.
Ahora, cuando nosotros tenemos establecido esta verdad que el apóstol Pablo dice aquí, cuando tenemos más, precisamente no usamos eso más para nosotros exclusivamente, nosotros usamos eso más para bendecir el Reino de los Cielos. El Reino de los Cielos es el mejor lugar para invertir, y ahí queremos invertir, por eso, si Dios nos bendice con más, siempre nuestro corazón y nuestra mentalidad es que, si necesitamos un par de zapatos, claro que me lo compro, si mis hijos lo necesitan, claro que se los compro, porque ahora lo puedo hacer, pero voy a apartar algo más para darle al Señor. Por eso, aun Pablo, no tenía problema de trabajar con sus propias manos y fabricar tiendas y con eso se mantenía. Quiere decir, que no es que estuviera dependiendo de que la iglesia le mandara la ofrenda o no le mandara la ofrenda, él no tenía problema en ninguna de las dos situaciones.
Lo que quiero decir es, tenemos que romper con la comodidad de nuestros propios estándares de vida, ya sea que yo quiera tener mucho o ya sea que me conforme con poquito, esos estándares deben romperse en el nombre de Jesús, para que yo pueda vivir como Dios quiere y esté preparado para lo mucho o para lo poco.
Mateo capitulo 5. Vamos a leer varios versículos, yo lo voy a ir diciendo y los vamos a leer uno detrás de otro. Empezamos con el versículo 21. Mateo 5, comenzando en el versículo 21, dice:
"Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás;
y cualquiera que matare será culpable de juicio.
Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano,
será culpable de juicio; y cualquiera que diga:
Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio;
y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego."
Versículo 27:
"Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio.
Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla,
ya adulteró con ella en su corazón."
Versículo 31:
"También fue dicho:
Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio.
Pero yo os digo que el que repudia a su mujer,
a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere;
y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.
Además habéis oído que fue dicho a los antiguos:
No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos.
Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera;
ni por el cielo, porque es el trono de Dios;
ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies;
ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.
Ni por tu cabeza jurarás,
porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello.
Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no;
porque lo que es más de esto, de mal procede.
Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.
Pero yo os digo: No resistáis al que es malo;
antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha,
vuélvele también la otra".
Versículo 43:
"Oísteis que fue dicho:
Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
Pero yo os digo:
Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen,
haced bien a los que os aborrecen,
y orad por los que os ultrajan y os persiguen".
Mateo 5:21-44
Aquí nos detenemos, este es un lugar de comodidad peligroso para los cristianos, ¿cómo empieza Jesús hablando siempre? En cada una de las cosas que leímos, ¿cómo empieza diciendo? Casi de manera: Oísteis que fue dicho, tal y tal cosa. Y después, ¿qué dice? Pero yo os digo.
Ahora, las cosas que Él estaba citando eran cosas que eran parte de la ley, ¿sí o no? La gran mayoría era parte de la ley. O sea que, los israelitas sabían que esa era parte de la ley que debían cumplir, ¿Jesús estaba queriendo romper con la ley? No. Porque, aun dice la Palabra, que Él mismo dijo, que Él no venía a romper con la ley, ni a deshacerla, ni a dejar de cumplirla, sino al contrario, a cumplirla.
Ahora, hay un lugar de comodidad peligroso, y te voy a decir cuál es, cuando nosotros nos acostumbramos a principios bíblicos, estamos corriendo un serio riesgo porque detrás de los principios bíblicos siempre hay principios espirituales. Escúchame muy bien lo que te voy a decir, nosotros los cristianos, estamos acostumbrados a decir, la Biblia dice, y decimos lo que la Biblia dice, pero pocas veces decimos el principio espiritual que el Espíritu de Dios nos reveló donde la Biblia dice.
La Biblia dice, hay que diezmar porque sino la maldición cae, pero nos olvidamos del principio espiritual de la importancia de diezmar. Por eso, muchos cristianos diezman por el miedo a la maldición y no por el gozo de honrar a Dios de bendecirle y de no hacer pecador a todo el Cuerpo de Cristo.
Hay una gran diferencia en vivir por principios bíblicos y en vivir por principios espirituales, ¿estoy siendo claro?
Los principios bíblicos son peligrosos, porque los israelitas estaban acostumbrados a los principios bíblicos. Por eso, Jesús dijo, oísteis que fue dicho... tal y tal cosa, pero yo os digo... cada vez que tú lees la Biblia, tú tienes que saber que estás leyendo un libro, pero detrás del libro está la Palabra de Dios, Cristo mismo, Cristo mismo está aquí y cuando tú lees, tú tienes que pedirle al Espíritu Santo que te revele los principios espirituales de los principios bíblicos que estás leyendo, porque por principios bíblicos hemos querido hacer muchas cosas y no nos funcionaron. Es que si la Biblia dice, esto, ¿por qué no funciona? Y no funciona porque tú estás siguiendo una ley, tú quieres hacer lo que la ley dice, y que se te cumpla, no es así. Cuando tú vives por principios espirituales, entonces, sí se cumple porque el principio espiritual es algo que Dios, por el Espíritu te reveló y cuando se reveló en mí un principio espiritual, ya nadie me puede mover de ahí. Por eso, aún cuando las autoridades le dan consejo a alguien, y dicen, esto es lo que debes hacer, ¿sabe por qué muchas veces no funciona? Porque esa persona quiere obedecer solamente porque se le dijo, pero no entendió el principio espiritual. Y obedece, y a veces a regañadientes y aún así quiere la bendición de Dios y que Dios haga lo que se le dijo, pero no se cumple porque no entiende el principio espiritual.
Cuando hay revelación del principio espiritual nadie te puede mover. A mí nadie me podría mover jamás en mi vida de lo que tiene que ver con los diezmos y ofrendas, porque aquí está incorporado el principio espiritual, yo sé la verdad que implica, a mí me da gozo preparar la ofrenda en casa y yo ya sé que hay determinada ofrenda que yo debo dar a Dios y que no puedo bajar de allí, porque eso es un principio espiritual para mí, porque eso es algo que tengo establecido delante de Dios, porque yo quiero ver la manifestación de Dios por el bien de nuestra familia, por el bien de este Cuerpo local, y cuando estoy ofrendando lo hago con ese sentido. Por eso, me alegra, aún en casa, separar la ofrenda, porque para mí es un principio espiritual, yo nunca estoy diciendo, hay que ofrendar, me voy a quedar con menos plata, pero bueno, vamos a ofrendar, hay que hacerlo, ¡jamás!
Hay un principio espiritual, hay un principio espiritual. El principio espiritual tiene que ser el que rija nuestra vida, porque el principio espiritual siempre será lo que el Espíritu Santo te reveló. En cambio, si usamos los principios bíblicos, siempre vamos a decir, es que la Biblia dice... y eso no te hace ni bien a ti, ni a los que te oyen. La Biblia dice muchas cosas, pero si no hay el principio espiritual que impulse a lo que la Biblia dice, jamás Dios podrá cumplir lo que la Palabra dice.
Yo sé que es fuerte lo que digo, aún algún cristiano tradicional podría decir que yo estoy diciendo herejías, porque pareciera que mis palabras están queriendo negar la Biblia, y no estoy queriendo negar la Biblia, estoy diciendo, que los cristianos hemos seguido los principios bíblicos pero nos hemos olvidado de los principios espirituales y, por seguir principios bíblicos hemos mandado a la tumba a gente y hemos condenado a personas, por los principios bíblicos, pero porque no teníamos incorporados los principios espirituales no hemos obrado con el amor, con la gracia, con la justicia de Dios, haciendo lo que es correcto delante de sus ojos, obedeciendo a la voz del Espíritu Santo porque algo nos fue revelado.
Un principio bíblico te puede llevar a las nubes o te puede enterrar, pero todo va a ser pasajero y ficticio, pero un principio espiritual queda en tu espíritu para siempre y eso se establece como una verdad en tu vida de la cual nadie te puede mover, ni a derecha ni a izquierda. Por eso, no solamente te aprendas lo que la Biblia dice, pídele al Espíritu Santo que te muestre los principios espirituales que están detrás de la Palabra, cuando lees la Palabra, pídele al Señor que te muestre los principios espirituales y que esos principios espirituales sean los que marquen el camino por el que vas a andar.
Filipenses 2, vamos a terminar con esto, porque esto marca la pauta, lo que vamos a leer aquí de lo que es verdaderamente un enviado y obviamente, no hay mejor ejemplo para eso que nuestro Señor Jesús.
Filipenses 2, desde el versículo 5 vamos a leer, dice:
"Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios
como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo,
y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla
de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,
para gloria de Dios Padre."
Filipenses 2:5-11
Obviamente que Jesús es el ejemplo perfecto de un enviado que dejó un lugar de comodidad, porque Jesús lo tenía todo, estaba en la gloria siendo hijo de Dios, estaba disfrutando el privilegio de ser quien era, pero Él tuvo que tomar una decisión y dejar un lugar de comodidad, no por su propio bien por el bien tuyo y por el bien mío.
Fíjate, el versículo 6 dice: ... el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios. No estimó el ser igual a Dios, Jesús no se aferró a su posición de privilegio, cuando Él vino a esta tierra, Él vino sabiendo que era Dios pero no aferrándose a que era Dios y que por lo tanto todo el mundo tenía que hacer lo que Él decía. Por eso lo rechazaron, por eso le hicieron contra, por eso lo persiguieron, por eso terminaron matándolo. Él no se aferró a que era Dios, Él estuvo dispuesto a dejar, primero su posición de privilegio como Dios siendo enviado a la Tierra, después dice que se despojó a sí mismo, tomado forma de siervo. Esto significa, que se deshizo de su señorío para estar dispuesto a adoptar la postura y la función de un esclavo sirviente.
Cuando está diciendo que tomó forma de siervo, se despojó a sí mismo y tomó forma de siervo, lo que está diciendo es que Él estuvo dispuesto a hacerse del peor de los siervos que existía en ese tiempo. ¿Por qué digo peor? Porque esos siervos eran, primeramente esclavos y en segundo lugar, eran los que hacían los trabajos más difíciles, más pesados que nadie quería hacer.
Él estaba diciendo ahí, se despojó a sí mismo, o sea, se quitó de sí mismo el lugar de privilegio siendo Señor de todo, estando por encima de todo y Él dijo, dejo ese lugar, ya no quiero ser Señor, como hombre. Eh, escuche, no es que Él dejó de ser Señor, Él como hombre dijo, yo dejo de ser Señor para mí mismo, no tomo ese lugar, y en cambio de ese lugar, yo tomo ahora el lugar de un siervo esclavo dispuesto a servir a la humanidad como el peor de los esclavos.
Después dice, estando en la condición de hombre. Él sabiendo que era enviado para servir, entonces, estuvo dispuesto a hacerse hombre.
Primero, no se aferró a que era Dios, se despojó de su Señorío, estuvo dispuesto a hacerse hombre pero, ¿por qué? Porque Él sabía que venía a servir, no es que estuvo dispuesto a hacerse hombre sabiendo que siendo hombre iba a ser el más honrado, no. Primero tuvo que saber que era siervo, que iba a ser el peor y el más bajo de los siervos, para entonces decir, estoy dispuesto, ahora sí Padre a hacerme hombre y a ser hombre para cumplir con la misión de morir, a causa de los demás.
Por eso, después dice, se humilló a sí mismo. Cuando Él dejó ese lugar de honra y se humilló a sí mismo, ¿sabe lo que está implicando? Que los hombres no lo rebajaron a Él, Él se rebajó a sí mismo.
Escúcheme muy bien, una cosa es que los hombres lo hayan escupido, maltratado, abofeteado, herido, pero antes de que eso ocurriera, Él mismo se rebajó, ¿sabe por qué? Porque cualquier ser humano que no haya, primero, haber estado dispuesto y se haya rebajado, jamás estaría dispuesto a que otro lo rebaje. Usted no está dispuesto a que lo rebajen y lo maltraten. ¿No? Porque usted dice, yo valgo, yo soy un ser humano y valgo, no me vas a tratar así, no vas a hacer eso, eso es injusto porque yo valgo tanto como tú, ¿por qué te crees con el derecho de tratarme de esa manera?
Jesús en ningún momento hizo eso, los hombres no lo rebajaron a Él, Él se rebajo a sí mismo. Por eso dice, se humilló a sí mismo, Él estuvo dispuesto a decir, como soy el más bajo de los siervos, ustedes pueden hacer conmigo lo que quieran hacer estoy preparado para eso.
Se ha visto poco a una iglesia que esté dispuesta a servir a este grado al mundo que la rodea y a decirle al mundo estoy dispuesto, estoy dispuesta a hacer lo que tenga que hacer por el bien de que conozcas a Cristo, aunque me rebajes, aunque me insultes, aunque me maltrates, aunque hables mal de mí no me importa, estoy dispuesto, quiero humillarme a mí mismo con tal que conozcas al Señor que habita dentro mío.
Por eso, a veces presentamos un cristianismo, pero demasiado orgulloso, los cristianos somos mejores que los demás. No somos mejores que nadie, lo único que nos hace diferente es que Cristo habita en nosotros, es lo único, nos hace llenos de gloria, pero no es por nosotros, no hemos logrado nada. ¿Qué logramos? Nada. ¿Qué esfuerzo hicimos para ser diferentes? Nada, lo hizo todo Él, porque se humilló a sí mismo. Por eso, nosotros tenemos la posición que hoy tenemos.
Y después dice, haciéndose obediente hasta la muerte.
Cuando se hizo hombre y siendo siervo, quiso obedecer en todo, ya humillándose y rebajándose a sí mismo estuvo dispuesto a ir a la muerte, estuvo dispuesto a dar su vida por los demás.
Iglesia yo desconozco, sinceramente hablando, los pormenores o los planes que los pastores vayan a traer el próximo miércoles, de todas maneras, quiero decirle, alabo al Señor porque el próximo miércoles vamos a escuchar planes que Dios ha dado, pero quiero decirle esto, tenemos que aprender como iglesia a dejar nuestro lugar de comodidad en todos los sentidos, ¿sabe por qué? Porque cuando recibamos el próximo miércoles el plan que Dios trae y cuando el Espíritu Santo nos diga esto es lo que hay que hacer, ¿sabe cuál es la tarea de un esclavo sirviente? Sí amo, haré todo lo que usted ha dicho.
El domingo pasado le dije algo a la congregación de Satélite sin saber lo que luego el pastor Jorge me comentó de lo que Dios les había dado. Le dije, miren muy prontamente van a venir planes, pero cuando vengan los planes, usted sepa que ese plan a medida que se va desarrollando, esa estrategia puede tener cambios, mejoras, el Espíritu Santo puede decir, bueno lo hiciste así pero ahora cambia, hazlo de esta manera, muévete un poquito a la derecha porque ahora es necesario para la estrategia y así hace todo estratega de guerra, no es que empieza la batalla de una manera y sigue siempre de la misma forma, no, por eso es un estratega, porque el tipo le va buscando cómo se mueve el enemigo para saber, entonces, cómo moverse mejor y tener la victoria. Pero, ¿sabe lo que nos pasa a los cristianos? Siempre nos creemos con el derecho de opinar, no somos esclavos sirvientes, siempre tenemos una mejor idea para perfeccionar el plan.
Y yo le quiero pedir algo, en Nombre del Señor, cuando usted el miércoles, escuche el plan y termine la reunión, no vaya con el pastor a decirle, pastor me gustó todo, pero eso que usted dijo de tal, ¿no le parece que podríamos hacer de esta otra forma? No lo haga, en el Nombre del Señor, muérdase la lengua aunque sea, pero no lo haga. No lo haga, no eche a perder. ¿Sabe por qué? Porque el Señor tuvo que enviarme el domingo pasado a ir a una iglesia en México, ¿sabe para qué? Para levantar un pecado y una maldición que había quedado desde hace casi dos años, por haberse resistido a una estrategia de Dios. Es serio delante de Dios lo que estamos hablando, no lo haga, no se pierda la bendición de ver que el plan funciona, ¿sabe por qué? No porque fue extraordinario o menos extraordinario, porque hubo un pueblo obediente que hizo todo lo que Dios le dijo, aunque parezca una locura, como Josué y el pueblo, una locura, caminar alrededor en silencio durante seis días y al séptimo gritar como enloquecidos, ¡una locura! Por eso, yo digo siempre, con todo respeto, si usted quiere ver a alguien loco mírelo a Dios, no hay nadie más loco que Él para los planes, pero bendita locura la de Dios, porque funciona. Cuando se obedece, funciona, pero se requiere obediencia.
Ahora fíjese, lo que Filipenses está diciendo, no se queda ahí. Por eso, después dice, por lo cual Dios también, ¿qué hizo? Lo exaltó hasta lo sumo y le dio un nombre que es sobre todo nombre para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
¿Sabe qué pasa? Cuando la Iglesia deja los lugares de comodidad puede experimentar la gloria más excelsa, lo más elevado de Dios se puede experimentar, ¿pero sabe cuándo? cuando la Iglesia está dispuesta a dejar su lugar de comodidad... No, ahora salir, ahora hacer esto, ahora a seguir la estrategia, no, yo no estoy para eso, yo no puedo, ya vamos mal, empezamos mal antes de empezar, antes de empezar empezamos mal, aunque parezca una redundancia, ¿por qué? Porque ni siquiera empezamos, pero empezamos mal en el corazón, hay algo adentro que está mal.
Jesús tuvo todo un descenso de Dios a ser un esclavo sirviente que dio la vida injustamente, eso es un descenso, a nadie le gusta un descenso, estar en lo más alto y caer hasta lo más profundo. ¿A alguien le gusta eso? A nadie. Por eso, un deportista cuando empieza su carrera a declinar, ¿qué hace? Se retira, porque quiere irse con gloria, y cuando hay un caso como el de Maradona, que no se fue con gloria aunque la gente lo idolatre pero de todas maneras, ¿sabe qué pasa? De todas formas, no se fue con la gloria que se tendría que haber ido, es una vergüenza para un deportista irse así. Es una vergüenza para un presidente, dejar su mandato y que el pueblo diga, por fin nos sacamos a este presidente de encima, es una vergüenza.
Es una vergüenza para un ser humano caer hasta lo más profundo, para los hijos de Dios puede ser la gloria más preciosa, ¿por qué? Porque después de estar dispuesto a lo más bajo, Dios nos puede poner en lo más alto.
Pero déjeme decirle esto, no es ponernos en lo más alto para volver a la misma tontería de antes, ah, ahora Dios nos puso en lo más alto somos la mejor iglesia de Miami, no, no, ¡eso es basura del diablo! No es para eso. ¿Sabe para qué es? Para que Dios se lleve toda la gloria. Por eso, Jesús estuvo dispuesto a lo más bajo, para rescatar a la humanidad para Dios y para decirle al Señor, aquí está la humanidad, te la entrego, hice todo lo que hice para gloria de tu Nombre, Padre, lo hice por ti y para ti.
Iglesia, hay que sacudirse de toda comodidad que nos ha atado, porque la comodidad es como esos lazos que de pronto se van enredando en medio de nuestro cuerpo y uno cree que está suelto, ¿y sabe cómo uno está? Está atado, completamente, cuando uno se quiere mover no se puede mover porque la comodidad nos ató, nos enredó con sus lazos y ya no nos podemos mover, estamos al borde de recibir, como iglesia, después de este hermoso período de restauración, de formación, de entender muchas cosas, estamos al borde de recibir, como iglesia, los primero pasos, las primeras estrategias para conquistar, debemos llamarnos benditos de Dios por eso, porque Dios ha puesto sus ojos en nosotros.
Pero, ¿sabe qué? Antes de que llegue el miércoles, vamos a salirnos de la comodidad, de toda comodidad, de cualquier clase de comodidad con tal de que Dios pueda cumplir con nosotros los planes que Él tiene en su corazón y en su mente. ¿Amén?
Así que, ¿qué le parece si oramos juntos? Vamos a orar juntos al Señor.
Y mire, no hay nadie mejor que usted para conocer los lugares de comodidad en los que está. Usted lo sabe, usted sabe qué cosas, qué situaciones, qué pensamientos han traído comodidad a su vida, puede ser algunas de las cosas que yo compartí o puede ser algo que yo hoy no dije pero que usted sabe que es un lugar de comodidad para usted.
Vamos a dejar hoy, en el nombre de Jesús, ese lugar de comodidad, pero con una premisa, estar dispuesto a ser un esclavo sirviente para Dios, como iglesia ser la esclava sirviente del Señor, no por nada María dijo, soy la esclava del Señor, no por nada María dijo, y qué honra le dio el Señor, ser madre del Salvador del Mundo, la esclava del Señor, hágase conmigo como has dicho, no hay ningún problema.
¿Estamos dispuestos iglesia, a decir, somos iglesia esclava del Señor? No para nuestra gloria, no para levantar el nombre, no para llenar un salón más grande ni cambiarnos de hotel pronto. No, no es para eso, es para que Miami se rinda al Señor de todo corazón y salga de las profundas tinieblas en las cuales el diablo la ha metido y pueda empezar a ser libre, una vez y para siempre.
Así que, mi hermano, mientras oramos usted levante su voz y dígale, Señor salgo de este lugar de comodidad, de esta situación de comodidad, empiécele a decir al Señor, si necesita decirlo en familia, júntese a su esposo, a su esposa y diga en familia, si usted sabe que como familia están en un lugar de comodidad que ha traído sequedad a su vida, que ha traído pies y manos atadas para moverse en los planes de Dios, haga lo que usted deba hacer pero hoy vamos a dejar de una vez y por todas la comodidad para que recibamos de parte de Dios sus planes y seamos una iglesia obediente.
Padre, en el Nombre de Jesús, te agradecemos por esta mañana y por este día. Te agradecemos Señor por tu Palabra, te agradecemos Señor por la sencillez de tu Palabra, pero por la profundidad que ella trae a nuestras vidas, porque Señor, cuando vemos qué sencillamente Tú has mostrado en tu Palabra, ejemplos en los cuales, hombres y mujeres tuyas estuvieron dispuestos a salir de un lugar de comodidad, nosotros Señor, sabemos hoy que como iglesia tuya, somos una iglesia enviada en este mundo y en especial como iglesia en Miami, somos enviados a esta comunidad, a esta ciudad y a esta sociedad en Miami, para transformar las cosas por el Poder de tu Espíritu. Pero no será desde nuestra comodidad, será Señor, desde nuestra posición como esclavos tuyos, sirvientes tuyos, dispuestos a obedecerte en todas las cosas.
Por eso, en el nombre de Jesús, ahora te pido que reveles por tu Espíritu, todo lugar de comodidad donde mis hermanos y hermanas se han acomodado, están tranquilos, han hecho que las cosas fueran fáciles y manejables. Dónde se han metido de tal forma, que nada está ocurriendo a su alrededor.
Ahora en el nombre de Jesús, rompo con esos lugares de comodidad, sacudo esos lugares de comodidad, aun que están en la mente, en el corazón, en el nombre de Jesús para que seamos sacudidos por el Espíritu Santo, para que sepamos que no es cuestión de ser una bonita iglesia sino es cuestión de cumplir con tus planes y propósitos sobre esta ciudad.
En el nombre de Jesús, deja tu lugar de comodidad.
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