Cristo en nosotros
Hernán Cipolla
23 de January de 2011
El texto contenido en esta página fue tomado literalmente de lo expresado verbalmente
en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
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No sé si a usted le pasa, pero estamos tan acostumbrados a ciertas cosas, que le perdemos el sabor.
La primera vez que nuestra esposa hace un platillo nuevo que no conocíamos y que le quedó muy bien, decimos, ¡extraordinario platillo! Después de quince años que lo viene haciendo... ¡otra vez el mismo platillo! Sí, te queda bien y todo, pero... ¡pasaron quince años! ¿No?
Pero claro, ¿qué ocurre? En vez de darnos cuenta que en ese platillo está la bendición y la prosperidad de Dios, vemos que es el mismo platillo de hace quince años.

Y lo mismo nos pasa, a veces como Cuerpo, nos reunimos y tenemos la oportunidad de adorar a Dios, y lo más extraordinario que perdemos de vista, es que Él se manifiesta en medio de la alabanza de su pueblo.
Quiere decir, que mientras le estamos adorando Él se alegra de una manera especial, que no quita nuestros momentos personales e íntimos con el Señor, pero usted entienda cómo valora Dios a la Iglesia, porque Cristo se entregó por ella. Entonces, cuando un grupo de su Iglesia, porque no somos toda su Iglesia, ¿usted lo sabe, no? Cuando un grupo de su Iglesia, que estamos reunidos en su Nombre adorándole, el Señor se manifiesta en una manera especial.
Y yo hoy pude percibir eso, los chicos son los mismos, las canciones las conocemos, pero la presencia del Señor nunca es igual, nunca es igual y creo que necesitamos aprender a valorar lo que significa el Señor en medio nuestro, porque además, donde el Señor está, uno nunca sabe lo que puede pasar, jamás.

Quiero comenzar a compartir la Palabra en este día, y quiero comenzar leyendo el evangelio de Juan, el capítulo 17 y el versículo 23, usted seguramente tendrá alguna versión de la Biblia en su mano, si alguno no tuviera una Biblia, alguien por favor se acerca a quien no tenga una Biblia, sé que también a veces hay a disposición allí atrás algunas Biblias por si alguno necesita una Biblia, sepa que allí atrás hay algunas Biblias para que usted puede utilizar.
Ahora, independientemente, de la versión que usted tenga yo lo voy a leer en una versión particular que la tengo aquí anotada, se llama Nueva Biblia de los Hispanos o Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy, no sé porqué, pero le pusieron doble nombre a esta Biblia y uno no sabe cómo llamarla, entonces, tiene que estar obligado a mencionar los dos nombres, ¿no? Pero dice así.
Juan 17 le voy a leer el versículo 23 dice de esta manera:

"Yo en ellos, y Tú en Mí,
para que sean perfeccionados en unidad,
para que el mundo sepa que Tú Me enviaste,
y que los amaste tal como Me has amado a Mí."
Juan 17: 23 NBLH

Quiero volver a leérselo y déjeme decirle, porque posiblemente alguno a no sepa el contexto, Jesús está orando al Padre, esto lo está diciendo el Señor Jesucristo y está orando al Padre, está orando por sus discípulos los que en ese momento estaban con Él, pero también ya en esta instancia, en estas palabras Jesús está orando también por nosotros, por todos los que creerían después por la palabra de ellos.
Entonces, vuelvo a leer dice:
Yo en ellos... dice Jesús... y Tú... diciéndole al Padre... en Mí, para que sean perfeccionados en unidad, para que el mundo sepa que Tú Me enviaste, y que los amaste tal como Me has amado a Mí.

Lo primero que quiero decirle, es que Jesús cuando vino a la Tierra supo claramente por qué estaba viniendo, Él no vino sólo por un acto de obediencia, aunque obviamente en su corazón, en su mente y en su espíritu siempre hubo una actitud de obediencia. De hecho la Palabra dice que Él fue perfeccionado en obediencia pero Él sabía para qué venia, Él sabía cuál era su propósito y su propósito era manifestar al Padre en la Tierra. De hecho hubieron, usted lo puede encontrar en varios de los evangelios, hubieron varios incidentes en algunos momentos en que Jesús estaba hablando con los suyos, los más cercanos, los que todos los días compartían con Él, y los suyos, que ya lo conocían le llegaron a decir, Señor —por ejemplo— muéstranos al Padre y Jesús les tuvo que decir, ¿tanto tiempo hace que estoy con ustedes y todavía no vieron al Padre?
O sea, si ustedes me ven a mí, a quien están viendo es al Padre, porque yo lo vengo a representar
Es decir, no tengo ningún interés en que me vean a mí si no van a poder ver al Padre, por lo tanto mi propósito es manifestarlo a Él para que cuando me vean le conozcan y sepan que Él es Dios.
Esto que suena muy sencillo, son palabras superiores, porque hay que tener una claridad de propósito para hacerse a un costado, aún siendo Dios mismo, porque uno sabe que en la Tierra tiene un propósito mayor, que es manifestar al Padre.

Ahora, así como el Padre estaba en Jesús para manifestarse al mundo a través de Jesús, ocurre otra cosa, Jesús dijo, yo en ellos... Quiere decir, de la misma manera Jesús está en nosotros, los hijos de Dios, para manifestarse al mundo.
Entienda esto, en el tiempo en que Jesús estuvo la Tierra, quien debía manifestarse era Dios el Padre, a través de Jesús. Ahora es el tiempo en que debe manifestarse el Hijo en toda su gloria y potencia y sólo lo va hace a través de la Iglesia. ¿Sabe por qué? Porque cuando Él vino al mundo, Él vino a mostrar el plan perfecto de Dios el Padre, pero cuando Él culminó su tarea en el mundo, ahora recibió un lugar de privilegio y una posición de autoridad, que ahora Él necesita ser visto y reconocido para que todo ser humano pueda ver que Dios, es Dios, que tiene un plan con la vida del ser humano y que quien cree en Cristo tiene salvación.
Por lo tanto, a partir de que Jesús ascendió, como su obra estaba completa, ahora la Iglesia tiene el privilegio de manifestar a Cristo. No por nada, la Palabra nos enseña que Cristo es cabeza de la Iglesia, ¿por qué? Porque Él está representado, camina, anda, toca, hace, ve y actúa en la Tierra a través de su Cuerpo, la Iglesia. Si no fuera así, jamás Dios hubiera dejado esa figura para que la comprendiéramos, no existiría en la Palabra la figura de Cristo como cabeza, y de la Iglesia como Cuerpo. Pero existe porque éste es el tiempo, hasta que Jesucristo regrese, para manifestar al Hijo de Dios sobre la Tierra porque sólo en Él hay salvación. Esto también demuestra otra cosa, demuestra que aunque muchos hablan de Dios y dicen conocer a Dios, nadie puede conocer a Dios ni acercarse a Él si no reconoce a Jesucristo, es imposible.
Por eso, en realidad cuando nosotros, como Iglesia proclamamos algo o a alguien, es a Cristo y su obra, porque sin Cristo nadie puede ver a Dios.

Ahora, fíjese por lo que dice el pasaje, por lo que dice el versículo, que hay una realidad, el hecho de que Cristo viva en nosotros produce, por un lado, un resultado específico y concreto para que al mismo tiempo se cumpla un doble propósito.
Primero, el resultado, ¿cuál es? Dice, para que sean perfeccionados en unidad.
El resultado de que Cristo habite en nosotros, como Iglesia, es para que nosotros seamos perfeccionados en unidad.
No es posible que haya unidad si la persona de Cristo no nos habita y no nos gobierna.
La unidad nunca se va a dar por tener los mismos criterios, la unida jamás se va a dar por establecer un acuerdo mutuo que estamos dispuestos a cumplir, ése es el problema que hoy tiene la sociedad con los matrimonios y las familias, por eso se destruyen, ¿sabe por qué? Porque como no hay verdadera unidad no hay una base para que un hombre y una mujer pueden estar verdaderamente unidos, al primer problema se terminan separando, y por ende destruyen la familia que ya habían formado, porque la unidad es una cuestión espiritual así como el amor es una cuestión espiritual.
Yo siempre digo, que la gente dice, que se ama pero, ¿sabe cuál es la realidad? y no quiero ofender a nadie que esté aquí presente con lo que voy a decir, pero nadie sabe amar si no conoce a Dios, porque Dios es amor, el que conoce a Dios aprende a amar, mientras que no se conoce a Dios no se puede amar, cuando conocemos a Dios nos damos cuenta que el amor no es un sentimiento simplemente, o unas lágrimas que caen de mis ojos, el amor es una decisión, es una actitud, el amor es algo que permanece, perdura, crece y aumenta, el amor es lo que siempre nos provoca a buscar lo mejor de la otra persona, nunca el amor está requiriendo algo personal a manera de una persona egocéntrica, que dice, por el amor que tú me tienes, ¡dame!

Entonces, el amor es espiritual, la unidad es espiritual, quiere decir, que el primer resultado que obtenemos porque Cristo viva en nosotros, es que seamos perfeccionados en unidad.
Por eso hay una tarea sobrenatural que el Espíritu Santo está haciendo en este tiempo de revelar a Cristo a su Iglesia.
Por eso Dios ha levantado nuevamente, después de siglos, los apóstoles y profetas, no para que ahora todo el mundo se ponga el título y la etiqueta sino para que Cristo, por la acción del Espíritu, sea revelado a la Iglesia, porque cuando Cristo se revela a la Iglesia estamos a la puerta de una verdadera unidad y cuando hay verdadera unidad, ahora, usted va a ver lo que ocurre.

No por nada el apóstol Juan, con sencillez pero con mucha profundidad del Espíritu escribió, que nadie puede amar a Dios a quien no ve, si no es capaz de amar a su hermano a quien sí lo ve. Si yo lo veo y por adentro no lo trago, no puedo amar a Dios, por más amoroso que yo me muestre, esto es un serio problema en la Iglesia de Cristo hoy, ¿o no?
Nuestros saludos son saludos comprometidos, nuestro interés es un interés forzado, nuestras promesas de oración son una hipocresía mentirosa porque después no terminamos haciendo nada, ¿no?
Sin embargo, Jesús oró, yo le puedo asegurar mire, no sé cuánto tiempo vaya a pasar ni lo que tenga que ocurrir, pero si hay algo que le puedo asegurar es que, lo que Jesús oró se va a cumplir.
Mire no sé si todos nosotros pasaremos de aquí o no tengo idea ni me preocupa, ¡eh! No piense que estoy muy preocupado por eso, no quiero ser yo el que vaya adelante, no me importa, porque algunos pensamos que si yo no estoy en el medio del asunto, Dios no la va hacer, no. Dios me puede dar una patada, ponerme a mí a un costado, y Dios lo va hacer igual, si yo molesto me va a correr pero Él lo va hacer.
Entonces, le puedo asegurar que la Iglesia de Jesucristo será perfeccionada en la unidad porque Jesús le oró al Padre y el Padre lo hace, tiene el poder para hacerlo.

Entonces, el resultado específico de que Cristo viva en nosotros, es ser perfeccionados en unidad, por una sencilla razón: Cristo es el mismo, Cristo no está dividido, por lo tanto el Cristo que nos habita a cada uno es el mismo en todos los sentidos, tienen las mismas intensiones, tiene los mismos deseos, tiene los mismos pensamientos, siempre está de acuerdo con el Padre y siempre quiere hacer lo que al Padre le agrada.
Por lo tanto, no puede haber falta de unidad cuando los hijos de Dios somos gobernados por el Cristo que nos habita, porque surgirán de nosotros los mismos pensamientos, los mismos intereses, los mismos deseos. Ahora, ése es el resultado.

Pero le dije también, que había un doble propósito, y doble propósito es, primero, que el mundo sepa que el Padre envió al Hijo. El resultado de que Cristo viva en nosotros es ser perfeccionados en unidad. Pero ese ser perfeccionados en unidad no es para alegrarnos porque realmente estamos unidos, el tener unidad tiene un propósito en Dios, y el propósito que tiene, ¿sabe cuál es?

En primer lugar, que el mundo sepa y conozca que el Padre envió al Hijo, por eso le dije al principio, que en este tiempo quien es visto es Jesucristo a través de la Iglesia. Por eso Jesús sabiendo eso se estaba anticipando en esta oración, antes de su muerte, porque sabía el tiempo que vendría después su resurrección y su ascensión.
Entonces, cuando la Iglesia es perfectamente una, el mundo tiene un testimonio verdadero de que Dios, el único Dios verdadero envió a Jesucristo.
No estoy queriendo decir con esto que el mundo crea o no crea, lo que estoy diciendo, es que el mundo lo sabrá, tenga testimonio de que esto es así, ¿está bien? Y lo digo a propósito por algo que más adelante le voy a decir, ¿está bien?
Entonces, recuerde el mundo tiene testimonio cuando la Iglesia es una, de que el Padre mundial envió al Hijo, eso es el primer propósito concreto.

Y el segundo, es que también el mundo sepa que el Padre nos ha amado a nosotros de la misma manera que amo a Jesús.
Mire, yo sé y usted lo sabe si ha leído la Biblia un poco, que Dios no hace acepción de personas, ¿sí o no? ¿Usted sabe eso? Y si no lo sabía se lo estoy dando a conocer ahora, el Padre no hace acepción de personas, eso dice, la Biblia.
Ahora, estamos hablando de Jesús, que es el Hijo de Dios, Dios mismo, que si bien fue enviado a la Tierra y se hizo hombre, es Dios, ahora está lleno de gloria, de honor, de poder, está sentado a la derecha de Dios, humanamente yo no puedo entender cómo diga que nos ama a nosotros igual que a Él, porque lo que Él dice, nosotros no lo hicimos, ¿o sí?
Por eso, la Palabra dice, tal vez alguno, es raro que alguno quiera morir por otro, tal vez alguno podría llegar a morir por un amigo... No, Jesús murió por nosotros cuando éramos enemigos, eso no lo hemos hecho ninguno, ¿no? Sin embargo le tengo una noticia que en la mente no cabe, pero es una realidad de Dios, Dios nos ama de la misma manera que amó a Jesús.
Por lo tanto, cuando usted y yo nos comunicamos con Dios, Dios presta tanta atención como la prestó a su Hijo Jesús cuando estuvo en la Tierra, no hace ninguna diferencia.
Dios no está diciendo, no Hernán, ¡uf! Tengo tantos hijos y todos están al mismo tiempo diciéndome algo. Está bien... Yo estoy en todo lugar... y puedo escuchar al mismo tiempo, pero ya estoy apabullado con tanto pedido y tanta lágrima y tanta cosa, pero ¡qué lindo cuando me oraba mi Hijo! Qué lindas eran las oraciones de Jesús.
No, el Padre está atento a tu oración de la misma manera que lo estuvo cada vez que Jesús oró, como en esta oportunidad, ¿sabes por qué? Porque te ama del mismo modo, de tal manera, que aunque a veces tú y yo no entendamos lo que Dios está haciendo en nuestra vida, así como Jesús en un momento dijo, esto es muy fuerte y quisiera que pasara, Dios siempre está viendo el final.
Por lo tanto, aunque no entendemos, aunque se nos vuelen los pájaros, aunque parecemos muy rebeldes ante Dios, Dios está trabajando en nuestras vidas porque tiene un propósito. Si sabemos escuchar, si nos humillamos ante Él, y si le amamos de todo corazón, veremos ese propósito cumplido así como Jesús vio, para su vida el propósito cumplido.

Pero te tengo una noticia, el propósito cumplido en Jesús nunca fue una cuestión personal o egoísta, no había un propósito que se circunscribiera al mismo Jesús, que lo afectara sólo a Él y no afectara a nadie más. En realidad, el propósito que Dios tenía con Jesús era bendecir a todos los seres humanos, volver a tener comunión con los seres humanos, lo cual significa también, que necesitamos entender tú y yo que los propósitos que Dios tiene con nuestras vidas y que quiere cumplir y llevar a buen término, no es para que te sientas bien y yo me sienta bien, no es para vivir mejor; y después vamos a hablar un ratito más de esto, es para bendición de muchos.
Así que, como base de todo lo que el Señor quiere compartirnos en este día necesitamos reconocer estas tres verdades.

Primero... bueno más de tres, las voy a mencionar desde el principio.
El Padre estaba en Jesús para manifestarse en la Tierra, de la misma manera, Jesucristo habita en nosotros para manifestarse al mundo en el presente.
Ahora, que Cristo viva en nosotros da un resultado, que es ser perfeccionados en unidad.
Y por otra parte, ese perfeccionamiento en la unidad va a producir un propósito doble:
el primero, es que el mundo conozca que el Padre envió a Jesús; y el segundo es que el mundo sepa que Dios nos ha amado de la misma manera que amó a Jesús.

Antes de pasar al próximo pasaje, sólo quiero decirle esto para que usted reflexione.
Si la Iglesia en el presente, tienen anhelos o deseos diferentes a los de Jesús, no podrían cumplirse las palabras que comienzan este versículo, Yo en ellos, ¿está entiendo lo que quiero decir?
Jesús, lo primero que le dijo en este versículo es, Padre, Yo en ellos... ese yo en ellos, significa, todo lo que está en mi corazón, en mi mente, mi anhelo de agradarte, también estará en ellos, de tal manera que entonces, no es posible que la Iglesia tenga anhelos, pensamientos o deseos diferentes que los que tiene Jesús, porque eso está demostrando entonces, que Jesús no está en nosotros.
Sí yo sé, suena medio fuerte lo que acabo de decir,  pero eso es real.

Ahora, quiero pasar a otro pasaje, también en el evangelio de Juan el capítulo 4, Juan 4, voy a leer el versículo 34, y luego voy a leer Juan 6:38. Voy a leer los dos versículos seguidos el uno del otro, comienzo con Juan 4:34, que dice de esta manera:

"Jesús les dijo:
“Mi comida es que haga la voluntad del que Me envió
 y llevar a cabo Su obra
."
Juan 4:34

... "Mi comida es que haga la voluntad del que Me envió
y que acabe su obra."
Juan 4:34 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)

Y 6:38 del evangelio de Juan dice de esta manera:

"Porque he descendido del cielo,
no para hacer Mi voluntad,
sino la voluntad del que Me envió."
J
uan 6:38 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)

¿Por qué estamos leyendo estos versículos? Para que usted vea de manera práctica, cómo manifestó Jesús estando en la Tierra la unidad que tenía con el Padre, porque Él oró, Yo en ellos y Tú en Mí, Tú estás en Mí, Yo te estoy representando y te estoy manifestando...
Pero prácticamente hablando, ¿qué significaba eso? Significaba que lo único que Jesús quería hacer en la Tierra era la voluntad del Padre, porque si Él hacía la voluntad del Padre, iba a acabar la obra para la cual Dios lo había enviado, si Él se descuidaba en hacer la voluntad del Padre o permitía en su corazón otros intereses o darle lugar a sus propios intereses, o sea a su propia voluntad, jamás podría acabar la obra para la cual había venido.
Entonces, la manera en que Jesús manifiesto prácticamente la unidad con el Padre, fue que siempre deseó con todo su ser hacer la voluntad de Dios, porque haciéndola acababa la obra.
Esto es como cuando a nosotros nos entregan algo, o nos ponen una responsabilidad en la mano, si yo le esquivo a la responsabilidad, le doy vueltas al asunto, me tardo, no me gusta hacerlo, me fastidia, ¿voy a poder algún día acabar eso que me entregaron? Jamás. Mientras yo no esté concentrado en lo que tengo en mi mano y no esté haciendo lo que tengo que hacer, jamás voy a poder acabarlo y nunca voy a poder entregarlo y decir, aquí está, me entregaste esto, me encargaste esto, aquí está, lo terminé porque me metí y me concentré en eso que me habías entregado.

Ahora, con respecto a Jesús, estamos hablando del destino de toda la humanidad. Imagínese usted, aún Jesús, que en la mitad del camino desistiera de hacer la voluntad del Padre o se desviara por otro camino queriendo hacer su propia voluntad... no hubiera acabado su obra, ¿estamos de acuerdo en eso? Pero no acabar su obra, significaría que nosotros no estaríamos aquí, no podríamos haberle honrado hoy, alabando su Nombre y bendiciéndolo, no tendríamos la libertad de llamarlo Padre, no podríamos decirle a Jesucristo, Señor, no tendríamos salvación, nuestra separación de Dios seguiría presente, no tendríamos destino eterno.
El no acabar su obra hubiera implicado, que toda la humanidad se hubiera perdido porque Jesús no se hubiera enfocado en la voluntad del Padre.

Ahora, quiero ir a Mateo 9:35, voy a leer este pasaje en la Nueva Versión Internacional, Mateo 9:35; y luego voy a leer también Juan 4:35, usted no se preocupe, yo lo tengo aquí para unirlo al pasaje de Mateo, comienzo leyendo Mateo 9 desde el versículo 35, que dice así:

"Jesús recorría todos los pueblos y aldeas
enseñando en las sinagogas,
anunciando las buenas nuevas del reino,
y sanando toda enfermedad y toda dolencia.
Al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas,
porque estaban agobiadas y desamparadas,
como ovejas sin pastor.
«La cosecha es abundante, pero son pocos los obreros
—les dijo a sus discípulos—.
Pídanle, por tanto,
al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo."

Mateo 9: 35-38 (NVI)

Y Juan 4:35 que es el versículo siguiente, y anterior al que habíamos leído con respecto a la voluntad de Dios, dice de esta manera:

"¿No dicen ustedes:
“Todavía faltan cuatro meses para la cosecha”?
Yo les digo:
¡Abran los ojos y miren los campos sembrados!
Ya la cosecha está madura."

Juan 4:35 (NVI)

¿Sabe por qué Jesús, vino a la Tierra para hacer la voluntad del Padre? Porque tenía el mismo enfoque que tenía el Padre, el enfoque de Jesús siempre fueron las personas, las personas, nunca el enfoque de Jesús estuvo en sí mismo, nunca el enfoque de Jesús estuvo en lo bien que haría su tarea, nunca el enfoque de Jesús estuvo si el método para sanar a tal o cual persona fue el adecuado.
El enfoque de Jesús jamás estuvo en sí mismo, el enfoque Jesús, jamás estuvo en suplir de alguna necesidad propia, el enfoque jamás estuvo en ser atendido por quienes le rodeaban, ser servido, el enfoque de Jesús no estuvo en ser superior a los demás, el enfoque de Jesús estuvo en las personas y lo más extraordinario es que la misión de Jesús siempre fue clara.
¿Por qué? Porque Él veía a la gente como que no tuviera pastor, como ovejas sin pastor, eso es lo que dice, Él las veía desamparadas; y la veía como ovejas sin pastor, pero al mismo tiempo, veía que la cosecha ya estaba lista para ser recogida.
A ver, lo que le quiero decir es lo siguiente, nosotros, como Iglesia, muchas veces miramos a las personas, vemos lo que les pasa, pero eso es el impedimento para ver que puede haber una obra sobrenatural de Dios sobre sus vidas. Por lo tanto, nos empezamos a preocupar, nos empezamos a amargar, cuando oramos a Dios oramos desde la desesperación, oramos desde la impotencia y nunca Dios puede ver una actitud de fe que diga, yo sé que la cosecha está lista.
Jesús veía la realidad de las personas, eran como ovejas sin pastor pero al mismo tiempo veía, que la cosecha ya estaba lista para ser recogida.

Iglesia, ese mismo Cristo es el que nos habita, por eso estoy yendo paso a paso en lo que el Señor nos quiere hablar en este día, para que entendamos que nosotros tenemos una vida sobrenatural adentro para que los propósitos del Reino sean llevados a cabo. El Cristo que nos habita sigue viendo a las personas como ovejas sin pastor, pero al mismo tiempo, sigue proclamando la cosecha está lista.
Solamente, pidan al Padre, al dueño, que envíe más obreros, porque lamentablemente tenemos un problema de obras, parece que nadie quiere trabajar en este campo, son poco los que quieren trabajar en este campo, pero que haya pocos obreros no significa que la cosecha no esté lista, ¿me está entendiendo?
Que las personas sean como ovejas sin pastor, no significa, que la cosecha no esté lista, la cosecha está lista. Una cosecha lista, ¿qué requiere? ¿De mucho trabajo? ¿Es mucho el esfuerzo en una cosecha que está lista? ¿Qué hay que hacer en una cosecha que está lista? Recoger el fruto, solamente, recoger el fruto.
El Cristo que te habita hoy te está diciendo, como parte de su Iglesia, las personas son como ovejas sin pastor. Pero tienes que entender que están preparados para que puedan recoger el fruto, porque Jesús siempre habla desde una perspectiva de fe y de confianza en la obra sobrenatural del Padre. Jamás Jesús va hablar desde la perspectiva humana, de qué duro es mi vecino y no quiere entender, eso jamás para Dios puede ser una realidad, la realidad para Dios es que la cosecha está lista.

Ahora, vamos a ir a otro pasaje, vaya a la carta a los Filipenses el capítulo 3, Filipenses el capítulo 3, y vamos a leer desde el versículo 17, Filipenses 3 desde el versículo 17, yo lo voy a leer en la Nueva Versión Internacional, dice:

"Hermanos, sigan todos mi ejemplo,
y fíjense en los que se comportan conforme al modelo que les hemos dado.
Como les he dicho a menudo,
y ahora lo repito hasta con lágrimas,
muchos se comportan como enemigos de la cruz de Cristo.
Su destino es la destrucción,
adoran al dios de sus propios deseos
y se enorgullecen de lo que es su vergüenza.
Sólo piensan en lo terrenal.
En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo,
de donde anhelamos recibir al Salvador,
el Señor Jesucristo."
Filipenses 3:17-20

Permítame leerle otra vez este pasaje, y vuelva a prestar atención lo que dice la Palabra:

"Hermanos, sigan todos mi ejemplo,
y fíjense en los que se comportan conforme al modelo que les hemos dado.
Como les he dicho a menudo,
y ahora lo repito hasta con lágrimas,
muchos se comportan como enemigos de la cruz de Cristo.
Su destino es la destrucción,
adoran al dios de sus propios deseos
y se enorgullecen de lo que es su vergüenza.
Sólo piensan en lo terrenal.
En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo,
de donde anhelamos recibir al Salvador,
el Señor Jesucristo."

¿Sabe cuál es la gran falla de la cristiandad de este presente? Es que se mira a sí misma. Todo su enfoque es su propia persona, pero la advertencia de la Palabra es mucho más fuerte y más seria de lo que podríamos pensar, porque la Palabra dice que esta clase de personas se muestran como, y se comportan como, enemigos de la cruz de Cristo, y su destino es la destrucción, se enorgullecen de lo que en realidad debiera darles vergüenza, y realmente están en contra de los planes de Dios, porque sólo se ocupan en lo terrenal.
Recuerde que cuando vimos a Jesús y su deseo de hacer la voluntad de Dios, Él dijo, Yo he venido para hacer la voluntad de Dios y para acabar su obra. El hacer la voluntad de Dios le permitía terminar la obra que el Padre le había enviado a hacer. Una persona que se dice ser de Cristo, pero que está en sus propios asuntos; nunca puede terminar ninguna obra porque ni siquiera está manifestando al Cristo que le habita, porque el mayor de los problemas es saber si Cristo le habita, porque quiero decirle esto, si Cristo nos habita se tiene que manifestar.

Iglesia, todo lo que le mostré en un principio, es para que usted pueda entender ahora una realidad, le voy a dar sólo algunos ejemplos. Mire, estudiamos para tener un título, trabajamos para ser reconocidos en la empresa que nos aumenten el salario y que nos den una mejor posición, queremos adquirir cosas para tener un mejor vivir y un mayor bienestar, asistimos a una congregación porque queremos que nos aconsejen, que nos ayuden, que oren por nosotros, y que Dios nos bendiga.
Yo quiero preguntarle a usted, no se lo quiero decir, yo le quiero preguntar, si una persona con estas características que dice ser cristiana, ¿está buscando las cosas del cielo? Respóndase por favor, ¿y sabe lo más triste? Que no sólo la Iglesia tiene torcido los intereses sino que muchos de los que dicen servir a la Iglesia, alimentan estos malos intereses.
Por eso, no hay una manifestación cabal de Cristo hoy, y no estoy negando la oración de Jesús ni mucho menos su cumplimiento, pero por eso, no hay una manifestación cabal, ¿sabe por qué? Porque hoy en la Iglesia hay muchos sentados que se dicen ser, pero Dios ya los ha catalogado desde el inicio y está escrito, enemigos de la cruz de Cristo, porque buscan sus propios intereses, quieren lo propio aún cuando los creyentes están dentro de la Iglesia y miran un ministerio y anhelan servir a Dios, lo hacen de la perspectiva de lo que a ellos les gusta y que quisieran estar ahí porque eso les agrada o porque otros los van a ver, es lo más terrible que pueda existir.
Ahora la pregunta es, ¿cómo esta gente puede manifestar a Cristo si Cristo no le habita?
Por otra parte, ¿cómo esta clase de personas pueden estar viendo al resto de la gente como ovejas sin pastor? Y lo más triste, es ¿cómo van a tener la visión de Jesús de que la cosecha esta lista?
Ellos están trabajando para otro Señor, y están en otro campo, el campo del cual Dios es el dueño no les importa, no tienen interés en ese campo, sí quieren que el Señor de ese campo llamado Dios los bendiga, eso sí quieren, porque han visto que ese Dios bendice y bendice bien, entonces, quieren la bendición del Señor de ese campo... pero están trabajando en otro campo y para otro dios.

Iglesia, necesitamos entender, que en la medida que nosotros nos enfrasquemos en nuestros propios asuntos empezamos a caminar en un camino sutil pero altamente peligroso, que si no despertamos a esa realidad, nos va a llevar a servir a otro dios. No por nada usted ve a Jesús diciendo, que llegará un día que le diga a muchos, no los conozco, nunca los conocí y hasta le van a reclamar hicimos milagros, echamos fuera demonios, sanamos en tu Nombre... Sí, habrán hecho todo eso pero Yo jamás los he visto porque aunque hicieron todo lo que aparentaba ser de Dios su interés no estuvo en el de Dios; y el interés de Dios son las personas.
Quiere decir que estás en una escuela, ¿sabes para qué? Para manifestar a Cristo en ese lugar, estás en una empresa para que el Reino de los cielos se haga visible en ese lugar, estás en una congregación para bendecir a quienes te rodean y para ser un testimonio, junto con ese Cuerpo, a la sociedad de que Dios es real y que envió a Jesucristo; y que Dios nos ama y los ama.
Mientras nosotros nos ocupamos de nuestras propias cosas e intereses, nunca vemos la manifestación plena y verdadera de la bendición de Dios, eso es lo más chistoso del asunto, porque ocurre que nos ocupamos de nuestras cosas pensando que Dios nos va a bendecir más, ¿y sabe qué pasa? Dios no puede manifestar su bendición plena a nuestro favor porque que hay otro interés en el corazón.
A veces uno tiene que aprender a golpes, ésa es la verdad, porque a todos nos ha pasado, ¡eh! Yo no estoy hablando desde una posición más alta o mayor, o porque ya pasé todo y ya estoy del el otro lado del charco, no, no, no... todos hemos vivido esto, y todos, en algún momento, nos debemos cuidar.
Sabe qué bueno es ver cuando uno es joven, que el matrimonio es para Dios y no para uno, yo lo aprendí a los golpes, equivocándome, insistiendo con algo que no era de Dios para mí, hasta que Dios me dijo, es que eso es el resultado de que estás buscando lo tuyo, estás queriendo que yo bendiga eso, aunque no es mí voluntad, no son mis planes, no son mis intereses; y eso no va a bendecir a mi Reino ni a otras personas, mientras insistas te va a ir peor, y fue peor.
Yo siempre digo, que después de esa experiencia yo pude decir, con todas las letras, porque sabía lo que decía y esa era una convicción en mi vida, que nunca más a partir ese momento, ni por nada ni por nadie yo iba a permitir que se desvirtuara el propósito de Dios para mi vida. Esa frase, posiblemente, alguna vez me la escuchó o nunca me la escuchó, pero lo que le puedo asegurar es esto, fue una convicción en mi espíritu después que pasé ese tiempo y que me humillé delante del Señor a pedirle perdón por mi necedad y por mi rebeldía.
Yo sé lo que significa alejarse de Dios, aunque uno esté adentro sentado tocando un instrumento adorando a Dios, es muy bonito, es lindo, lo demás... lo demás uno se calla, porque uno es hijo de pastor y a uno lo conocen... uno se calla.
Dios no tiene problema que uno se calle, porque total... Dios trabaja con uno de manera personal, así que, si uno se calla o si uno lo anuncia a los cuatro vientos de todas... Dios va trabajar con nuestra vida porque nos ama, así que Dios lo hizo aunque yo me callé. Quería mostrarme que todo estaba bien, pero adentro yo sabía que todo estaba mal, hasta que no llegué al día... mire qué terco tiene que ser un ser humano, hasta que no llegué a lo más bajo de saber que yo no tenía nada, no sabía para dónde iba, tenía veinte y pico de años y parecía un pollito mojado, hasta que no llegué a ese punto, no pude reconocer a Dios en mi vida como Él quería ser reconocido.

Quiere decir, que ni siquiera el matrimonio, yo puedo decir que es para mí, el matrimonio es para el Reino, para el Señor y para que Cristo sea visto, mientras que honremos a Dios como matrimonio y le manifestemos y seamos de bendición para muchos, que Dios nos mantenga en la Tierra, si alguna vez nos desviamos que nos dé una patada donde Él sabe que está bien dada para despertarnos, se los digo de verdad porque estamos convencidos como matrimonio, para qué Dios nos llamó.

Por eso, a veces los jóvenes se vuelven locos, porque ven otros jóvenes que las cosas le salen, y a ellos no le salen, claro porque tú no sabes todo lo que ese otro joven vivió en Dios, y las cosas que tuvo que pasar y lo que Dios trató en su vida, y ahora lo que estás viendo no es el resultado de que tuvo buen ojo para elegir y que por fin encontró al príncipe azul o a la cenicienta esperando que alguien le pusiera el zapato y que le quedara. No, no fue eso, y le quedó, es que le va a quedar siempre cuando es de Dios, siempre le va a quedar el zapato, pero no es eso, es que ese joven o esa chica permitieron que Dios los tratara, ¿estoy siendo claro?
Entonces, aquellos que buscan lo terrenal jamás podrán estar manifestando a Cristo ni mucho menos podrán ver a las personas como ovejas sin pastor, para decir, ésa es la cosecha que tengo que recoger, seguiré ocupado en mis cosas, en mis asuntos y en mis propios intereses.

Ahora, quiero ir a Lucas capítulo 18, por favor, Lucas 18 desde el versículo 24 voy a leer, lo voy a leer nuevamente en la Nueva Versión Internacional, Lucas 18 desde el versículo 24 y sólo para darle un poco de contexto, que usted pueda entender lo que vamos a leer, esto es inmediatamente después de que Jesús habla con una persona rica, de dinero, de mucho dinero, y que esa persona tenía aparentemente, un genuino interés de seguir a Jesús y le dijo, ¿qué tengo que hacer? Y Jesús le repitió las cosas básicas, primero, y esa persona las había cumplido todas... pero cuando ya lo básico se estableció, Jesús dijo, bueno vamos a pasar el próximo nivel.
Ahora en el próximo nivel, lo que necesitas es vender todas las posesiones y las riquezas que tienes y una vez que las vendas y te deshagas de todo, ven y sígueme.
Y dice el mismo pasaje, usted si no lo leyó nunca, vaya y léalo en casa, después ahí mismo los versículos anteriores dice, que esa persona ni siquiera le pudo contestar a Jesús, más bien, bajó la cabeza se dio media vuelta y se fue triste porque tenía muchas posesiones, ¿está bien?
Entonces, en Lucas 18 desde el versículo 24 dice así:

"Al verlo tan afligido, Jesús comentó:
— ¡Qué difícil es para los ricos entrar en el reino de Dios!
En realidad, le resulta más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja,
que a un rico entrar en el reino de Dios."

Sólo déjeme aclararle para alguno que no sepa, Jesús no está hablando de una aguja de coser, vio que aguja también tiene un ojito dónde se pasa el hilo, ahí sí sería imposible que un camello pase por ese ojito... No, el ojo de la aguja era una especie de abertura que había para entrar a las ciudades, eran muy pequeñas. Entonces, realmente era bastante difícil, muy difícil para un camello entrar por allí, ¿está bien? Para que usted entienda la comparación y el ejemplo que Jesús está poniendo.
Entonces, luego dice, los que lo oyeron decir lo que dijo, preguntaron:

Entonces ¿quién podrá salvarse?

¡Parece el Chapulín Colorado! ¿No? ¿O no? Y ahora, ¿quién podrá ayudarnos? Y sigue diciendo, el versículo 27:

 —Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios —aclaró Jesús.
—Mira —le dijo Pedro—, nosotros
hemos dejado todo lo que teníamos para seguirte.

—Les aseguro —respondió Jesús—
que todo el que por causa del reino de Dios haya dejado casa,
esposa, hermanos, padres o hijos,
recibirá mucho más en este tiempo; y en la edad venidera, la vida eterna."
Lucas 18: 24-30 NVI

¡Este pasaje es impresionante! Le explico, porque mire, primero, después de la situación de ese hombre muy rico que se va triste, Jesús lo vio irse afligido y vio que estaban los suyos ahí con Él, y Jesús comentó como cualquiera de nosotros podría comentar, qué difícil es para un rico entrar en el Reino las cielos... Yo sé lo que usted piensa, ¡qué declaración de poca fe venida de Jesús! Él, todo el tiempo diciendo a los discípulos, hombres de poca fe, y ahora está diciendo, ¡qué difícil es! Pero acaso no es el mismo Jesús que dijo, la cosecha está lista... y sí, es el mismo Jesús. Es el mismo Jesús que en su sabiduría, estaba viendo la reacción de los suyos porque sólo hizo ese comentario, ¡qué difícil es! Y los demás saltaron así, diríamos en Argentina, como leche hervida, ¿por qué? Porque dijeron, entonces, sí y Él que es el maestro, el que nos enseña acerca de la fe y siempre nos tapa la boca demostrándonos la fe de manera práctica, si Él está diciendo eso, entonces, ¿quién se va a poder salvar?
Porque los seres humanos siempre miramos circunstancias, entonces, Jesús a propósito se puso del lado humano por un ratito para ver cuál era la reacción de los suyos. Claro, Él hubiera esperado que después de tanta enseñanza, de tanto ejemplo visto hubieran dicho, ¡no Señor, para el Padre no hay nada imposible! Qué van a decir, es como nosotros acá decimos todos las canciones las cantamos, las queremos... somos el ejército de Dios... todo está bien, pero cuando el problema se presenta allá, decimos. ¡Oh! Y ahora, ¿quién podrá ayudarnos? Ahora, sí que... ¡eh! Claro, clamamos por el Chapulín, por Superman, por la abuelita, por quién sea, pero alguien que muestre un poder un poquito superior al mío, porque yo estoy por el piso, ¿sí o no?
Entonces, un poquito se puso Jesús del lado de los humanos y vio la reacción, si entonces tú dices qué es difícil para un rico entrar, ¿quién se va a poder salvar?
Entonces, nuevamente Jesús, les da una breve y poderosísima lección de fe, para los hombres imposible pero para Dios no hay nada imposible, por eso, les dije, la cosecha está lista.

A ver, usted se imaginan a un campesino acostumbrado a las labores del campo en el tiempo de cosechar, obviamente, los campos que trabajan suelen ser relativamente grandes y la cosecha abundante, se sembró mucho para que haya una buena cosecha, se imagina a un campesino encontrándose que una de las plantitas no dio el fruto esperado, una sola, ¡eh! De un campo enorme, una, y echándose en tierra a llorar, a gritar, a desesperarse porque esa plantita no dio fruto cuando en realidad todas están llenas, ¿así hace un campesino? No, bueno ésta no dio tanto, pero qué bien que todo este campo rindió, hemos tenido una buena cosecha.
¿Qué le quiero decir? Siempre habrá personas como ese hombre rico que dirán, no, yo así no juego, si jugamos con mi regla juego y sigo a Dios y sigo Jesús, pero con las reglas de Dios yo no juego, siempre habrán personas que digan eso, ¿pero eso significa que la cosecha no está lista? No, la cosecha está lista, hay muchos esperando ser recogidos.
Sepa también que el fruto no se sube solo al camión, a la de la carreta o lo que usen, no ¡eh! No se sube solo, lo que puede pasar es también, ¡ah! Es mi turno ahí voy, necesita que lo recojan.
¿Sabe qué significa Iglesia? Que es nuestra labor recoger el fruto, porque a veces oramos, ¡Señor mándalos! Es tanto como decir, Señor que se echen solitos al camión así yo lo veo desde la punta del campo y digo, qué obediente fruto que tengo, ¡eh! Claro, tan sólo pasa el camión y ellos se echan un clavado ahí.
No, estamos equivocados, porque además el destino de ese fruto no es quedarse en el camión. Cuando nosotros le decimos al Padre, Señor que vengan, pensamos que el destino son estas cuatro paredes, estamos perdidos, el destino del fruto es alimentar a muchos, enriquecer al patrón y hacer lo que tiene que hacer.
Quiere decir, que los que hoy esperan ser recogidos, las personas que esperan ser recogidas por la Iglesia tienen un destino mucho mayor que ocupar estos asientos, estos asientos los podrán ocupar para ser entrenados como estamos siendo entrenados tú y yo, pero nuestro destino no está acá, nuestro destino está en el mundo entero afectando a las naciones aunque Dios jamás nos lleve de Miami.

Por eso, Iglesia a ustedes les hablo local, a la iglesia local, los que vienen los miércoles, asisten regularmente, tienen un privilegio que espero en Dios, lo hayan percibido y lo hayan notado, ¿ya han afectado a toda América? Y ahora están afectando al África, están recogiendo el fruto, porque yo oro desde acá pero el Padre se mueve desde allá y su poder no puede ser detenido por nada ni por nadie.

Mire, había muchos pasajes por leer, mientras yo meditaba en todo esto fui a Efesios 6, ¿se acuerda usted de la armadura? Cuando habla de la armadura, dice, justamente que no tenemos lucha contra sangre y carne, ¿no? Nuestra lucha es contra principados y poderes que dominan, etc. etc., Ok.
Y luego dice, que nos vistamos con la armadura; y la describe, y una de esas es el escudo y el escudo es, ¿de qué? De la fe. Muy bien, mire, ¿sabe lo que nos pasa a nosotros? Que cuando estamos luchando estamos mirando el enemigo equivocado, a ver, usted imagínense al campesino que ve que en su terreno además de tener las plantas con los frutos que él sembró, tiene algunas otras plantas que se le metieron por allí pero son dañinas y las tiene que arrancar de algún modo, ¿usted ve al campesino arrancando todas las plantas porque está enojado porque esas plantitas se le metieron en el medio y le está arruinando su cosecha? ¿Hace eso?
Cuida el fruto y tiene muchísimo cuidado de cómo va a eliminar las plantas dañinas, en algunos casos ni siquiera las puede destruir, porque si las destruye o las arranca, arranca también la planta buena. Entonces, la tiene que cortar a ras del suelo, porque tiene que quedarse, porque abajo las raíces ya se entremezclaron, si arranca se lleva la planta buena también.

Cuando nosotros estamos luchando, nos estamos equivocando de enemigo, pensamos que las personas son los enemigos, no quieren creer, son tercos... y acá en Miami se saben el evangelio de memoria, si ellos van a un montón de iglesias... qué tanta Iglesia, y se predica por la radio y por la televisión, la gente prefiere quedarse en casa y mandar su cheque con los diezmos por correo, ¿y quién dijo que los enemigos eran las personas? Jamás Dios dijo eso. Dios dijo que las personas eran la cosecha que estaba lista, la Palabra es clara, que el enemigo es todo un escuadrón que armó el diablo para hacer que esas personas no puedan ver, no puedan reconocer su necesidad de Dios, contra ellos luchamos, pero luchamos con el escudo de la fe, eso significa que el escudo de la fe va a retener los dardos, ¿de quién? del enemigo, no de la personas.
Yo pienso que cuando la persona me dice, no, no quiero, no estoy dispuesto, no me gusta, no estoy de acuerdo, no acepto, me echó un dardo que lo tengo que retener, no, no me hizo nada la persona, ahora el diablo sí está queriendo echarme un dardo encendido que yo tengo que cuidarme de ese, y recordarle que está vencido. Porque además tenemos un segundo problema, además que nos equivocamos de enemigo cuando enfrentamos al supuesto verdadero enemigo, lo enfrentamos con la cola entre las patas como hacen los perros cuando tienen miedo, y nos olvidamos que ese enemigo está vencido. Es como que me está mostrando una película en tercera dimensión que se ve muy real, pero no me hace nada. Yo puedo ir al cine y ver una película en 3D, y casi, casi que me pasan las bombas por arriba la cabeza, pero usted sale ileso del cine, no le pasó nada; sí, ve la bomba acá ¡Uh! Casi me explota, pero es irreal lo que está viendo.
Entonces, nosotros luchando con el enemigo pensando que tiene alguna clase de poder para salirse con la suya, ¡el enemigo está vencido! Claro, prepara unas películas en 3D mejores que las de Hollywood, ¡eh! Alguna veces, sí hay que reconocerlo porque es astuto pero no deja de ser una película de 3D, es ficción.
¡El diablo está vencido y nadie le puede quitar a Dios su poder!

Por eso, Jesús dijo, la cosecha está lista, porque está preparada porque el poder de Dios actúa y porque el Espíritu Santo está sobre la Tierra convenciendo al mundo de pecado, de justicia y de Juicio. Entonces, yo voy a rebajar la obra del Dios Todopoderoso, creador del cielo y de la Tierra porque le creo al diablo, y porque la película en 3D se vio muy real. ¡Se da cuenta que no puede ser!
Entonces, Iglesia entienda esto, nosotros tenemos a Cristo adentro para manifestarlo a Él y para ver sus intereses, sus intereses son las personas; una vez que yo he sido salvado y rescatado por el Señor ya he recibido todo en Cristo, no tengo necesidad, el problema es cuando creo que lo sigo teniendo, pero si yo aprendo a tomar de Cristo me doy cuenta que no tengo necesidad, ninguna necesidad porque Él ya suplió todo en mi vida.
Ahora, lo más extraordinario es que en este pasaje usted se da cuenta, que después de eso, Pedro siempre atrevido pero bien, atrevido pero bien, atrevido bien, le dice, Señor te recuerdo una cosita, un pequeño detalle, ¡eh! Nosotros dejamos todo por seguirte, ¡eh! A ver, éste se fue muy triste y todo... pero date la vuelta para acá, ¿qué pasa con nosotros, nosotros sí lo dejamos todo?
Y ¿qué le dice Jesús? ¡Ah Pedro! Siempre egoísta tú ¡eh! ¿Le dice eso? No.
Le dice, les dice, les aseguro que todo el que, a causa del Reino de Dios, haya dejado casa, esposa, hermanos, padres o hijos recibirá mucho más en este tiempo.
Eso es la demostración de que cuando una persona vive para sus intereses jamás podrá ver la plena manifestación de la bendición de Dios, no la puede ver, porque Dios no prometió manifestar su bendición plena a aquellos que buscan sus propios intereses, pero sí Jesús prometió, que aquellos que dejan todo porque el Reino sería su prioridad, les prometió tener mucho más en esta Tierra de lo que dejaron.
Ahora, también entienda, que Jesús no está hablando de abandonar a su esposa esta tarde, ¿queda claro no? Y dejar a sus hijos sin padre o sin madre, no, lo que Jesús está diciendo es que las cosas están puestas en su lugar, eso es, cuando hay prioridades, hay prioridades.
Por eso, les digo, que yo tuve que aprender a los golpes, que ni por nada ni por nadie dejaría echar a perder el propósito de Dios con mi vida. Así como yo sé que no tengo el derecho de echar a perder el propósito de Dios en la vida de nadie más, ¿está entendiendo?
Cuando los amores están desenchufados de Dios, cuando las prioridades están desenganchadas de los propósitos del Reino, todo eso sale mal, no funciona y es cuando Jesús dice, tú no has dejado nada en tu corazón, tienes todo ahí agarradito y quieres con toda la "maletota" cargada en la espalda venir y seguirme... No, primero haz lo que tienes que hacer y luego sígueme, y luego vas a ver la recompensa que tendrás, porque la recompensa es sobre la Tierra, pero es en la eternidad, porque dice, esa clase de personas recibirán la vida eterna.

Por eso, no nos engañemos, Iglesia, ninguno de nosotros tiene la salvación comprada, ¡eh! Ninguno de nosotros recibió como nos enseñaban cuando éramos chiquitos la canción El boleto a la salvación:

Oh, entrad pronto al tren de la salvación,
que al cielo nos llevará,
su boleto sacad que Jesús os quiere dar,
Aleluya no hay nada que pagar, pi... pi... pi suena el pito,
perdón para lo que se sientan ofendidos,
chu... chu... chu responde el tren,
aún hay lugar, clama el guarda, en este tren de la salvación.

¿No sabías esa? Te la voy a enseñar, ok.
Entonces, ¿cuál era la idea que teníamos los chiquitos de la escuela dominical? Me van a dar un boleto y con el boleto ya la hice... Con el boleto me voy de cabeza al cielo, ya estoy del otro lado, no importa... me bajo en alguna estación hago lo que quiero y después me subo pero yo voy a llegar al cielo porque el boleto lo tengo ya me lo dieron, no, no, no... la Biblia no enseña eso, la Biblia enseña que no hay un boleto que te asegure el cielo, mientras que estés viviendo para tus propios intereses, esa es la realidad, yo no puedo negar por hacerme más bonito y más bueno y que ustedes me quieran más, negar lo que la Palabra dice, la Palabra dice lo que dice, Jesús afirmó lo que afirmó y lo venimos demostrando con varios pasajes. Quien busca sus propias cosas y busca lo terrenal es enemigo de la cruz de Cristo, quién no tiene el Reino en primer lugar y no ha dejado todo, no crea que en el futuro, en la edad venidera, recibirá la vida eterna.
Quiere decir, que ni tengo un boleto para salvación, ni mi presencia en este lugar me asegura de que yo soy salvo, de que me voy a ir al cielo, eso no es ninguna garantía de acuerdo a Jesucristo.

Ahora, vaya a Juan el capítulo 14, por favor, Juan 14, voy a leer desde el versículo 12, nuevamente voy a leer en la Nueva Versión Internacional. Juan 14 desde el versículo 12, dice:

"Ciertamente les aseguro que el que cree en mí
las obras que yo hago también él las hará,
y aun las hará mayores,
porque yo vuelvo al Padre.
Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré;
así será glorificado el Padre en el Hijo.
Lo que pidan en mi nombre, yo lo haré."

Juan 14:12-14 NVI

Quiero que usted vea una realidad, cuando miramos lo terrenal siempre esa mirada en lo terrenal anula la fe de Cristo en nosotros.
Le vuelvo a repetir, cuando yo miro lo terrenal, esa mirada puesta en lo terrenal siempre va a anular la fe de Cristo en nosotros, en cambio, cuando para mí la prioridad es el Señor y su Reino hay algo poderosísimo que Jesús está diciendo aquí, porque Él dice, les aseguro que el que cree en mí, o sea, el que tiene una fe segura en mi persona porque busca lo que yo busco, esa persona, quien cree en mí, las obras que yo hago las hará y aún hará mayores obras porque voy al Padre.
Lo que tú ves relatado en la Palabra, los hechos de Jesús, las obras que Jesús hizo son nuestro piso, nuestra plataforma, porque Jesús mismo dijo, a partir de ese piso ustedes harán las mismas obras, y a partir de ahí, mayores.
Ahora, déjeme decirle, éste es un desafío para todos los que estamos aquí, incluyéndome.
Porque estamos tan acostumbrado a manejar las cosas en un ámbito demasiado terrenal, demasiado humano, que no nos hemos movido a esta clase de fe que cree que, porque Cristo vive en mí y porque su Reino es mi prioridad, yo voy a hacer las mismas obras que Jesús hizo y aún mayores, pero no por mí, porque Cristo me habita. Es el Cristo que vive en mí el que la hará a través mío.
Cuando tengo un problema me desespero rápido, corro enseguida a buscar la solución más instantánea que pueda encontrar, eso es lo que no suele pasar a los seres humanos y a los hijos de Dios, pero Dios nos está llamando a creerle de tal manera, que sus obras sean nuestra plataforma y a partir de esa plataforma nosotros vayamos a más en el Nombre de Jesús.

Por eso, luego agrega... Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo. Lo que pidan en mi nombre, yo lo haré.

Dos veces lo repite, por eso, le dije antes iglesia, ustedes oran los miércoles, lo que están pidiendo, Jesús dijo, lo piden en mi Nombre, Yo lo voy a hacer. Pero nosotros oramos, reprendemos, clamamos, lloramos o gritamos, pero en el fondo nos queda eso de decir, ¡bueno! Estoy orando por una nación en África con tantísimo problema, con los gobiernos que tiene, con la miseria que hay, y con la pobreza, sí yo sé, Dios puede obrar y lo acabamos de decir, pero, ¿realmente lo hará?
Ya empezamos mal desde antes de empezar, ¿por qué? Porque yo creo que veré obras mayores, se me hace difícil en mi mente humana creer que una nación se rinda por completo el Señor, pero los hombres de la antigüedad no tenía problema con eso y no tenían a la persona de Cristo resucitado y ascendido viviendo en ellos, pero no tenían problema sabían que podían afectar a toda una nación, por años, conocían el poder de Dios.

Iglesia, estamos ante un tiempo que cada vez será más crítico en este mundo, y lo que hoy decimos, proclamamos, anunciamos, cantamos y oramos en palabras suena bien pero estamos ahí a un pasito de que eso tiene que empezar a ser real, porque si no es real nos quedamos hablando, cantando, orando y proclamando pero no pasa nada.
Dice, el evangelio es poder de Dios, ¿sí? Claro, pero Pablo está hablando desde una perspectiva de haber comprobado el poder de Dios en su propia vida, porque para mí el evangelio, es poder de Dios, yo no puedo decir, el evangelio en poder de Dios cuando no he comprobado ese poder primero en mi vida. Por lo tanto, nunca voy a poder manifestar ese poder a favor de la vida de otro cuando no es real para mí, porque siempre adentro voy a estar con la duda, que si yo oro por él no va pasar nada, porque todavía no lo vi acá, ¿cómo hago para orar por él? Y que sé, Dios me mandó y me dijo, que pondría la mano sobre los enfermos y sanarían, por poner un ejemplo, sí pero, cuando yo tengo los problemas en casa y no pasa nada, y yo le quiero dar testimonio y quiero que vea que Dios es real, pero al mismo tiempo que le estoy poniendo la mano tengo miedo porque no estoy seguro de lo que a pasar.
El que cree en mí, las obras que yo hago las hará también y aún hará mayores porque yo voy al Padre, por lo tanto, todo lo que pidan en mi Nombre, yo lo haré, y ni siquiera hay que tener miedo de lo que uno pide, ¿sabe por qué? Porque cuando el Reino es la prioridad  uno siempre va a pedir guiado por el Espíritu Santo.
Por eso, Jesús dijo todo lo que pidan en mi Nombre, no necesitó hacer aclaraciones, dijo, todo lo que pidan en mi Nombre, porque cuando la prioridad es el Reino en la mente, el corazón y el espíritu de una persona, todo lo que esa persona pide está conectado a los propósitos de Dios.
Jesús no tiene miedo a nuestras peticiones cuando el Reino está en primer lugar, no anda con dudas, ¿qué me irá a pedir este loco? Y como yo le prometí que todo lo que pida lo tengo que cumplir ahora me ponen en un aprieto, no, porque además, si pedimos una locura ponle la firma que no va a cumplir nada, porque Dios no se dedica a cumplir locuras personales, Él se dedica a cumplir lo que está de acuerdo con su Reino, así que todo lo que pidamos en Nombre de Jesús, Él lo hará.

Ahora, quiero leer un último pasaje, Colosenses el capítulo 1, Colosenses el capítulo 1, desde el versículo 24, vuelvo a leer en la Nueva Versión Internacional, Colosenses 1 desde versículo 24, preste mucha atención porque realmente es un pasaje extraordinario, dice:

"Ahora me alegro en medio de mis sufrimientos por ustedes,
y voy completando en mí mismo lo que falta de las aflicciones de Cristo,
en favor de su cuerpo, que es la iglesia.
De ésta llegué a ser servidor según el plan que Dios me encomendó para ustedes:
el dar cumplimiento a la palabra de Dios,
anunciando el misterio que se ha mantenido oculto por siglos y generaciones,
pero que ahora se ha manifestado a sus santos.
A éstos Dios se propuso dar a conocer
cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones,
que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria.
A este Cristo proclamamos,
aconsejando y enseñando con toda sabiduría
a todos los seres humanos, para presentarlos a todos perfectos en él.
Con este fin trabajo y lucho fortalecido por el poder de Cristo que obra en mí."

Colosenses 1:24-29 NVI

No sé si usted llega a ver la profundidad de estas palabras, le explico por qué, Pablo, primero habla del privilegio que él tiene que le sigue completando los sufrimientos de Cristo por su Cuerpo que la Iglesia, pero luego habla de un misterio y dice, que él está anunciando ese misterio que se ha mantenido oculto por siglos y generaciones pero que ahora se manifestó a los santos, ¿y cuál es? Dice, el 27 a éstos, Dios se propuso dar a conocer cuál en la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones.
La riqueza de este misterio entre las naciones, no entre la Iglesia y entre los santos entre las naciones, ¿y cuál es? Cristo en nosotros, Cristo en ustedes la esperanza de gloria.

Hay un misterio que se mantuvo oculto por siglos y a partir de Jesucristo fue dado a conocer, ese misterio es Cristo en nosotros.
Es lo más extraordinario que tú te puedas imaginar, algo mayor que esto no existe, es la mayor riqueza que alguien pueda tener pero este misterio ha sido dado conocer a favor de las naciones.
Quiere decir que la Iglesia no está para ser entretenida a sí misma con sus propios programas o acciones, la Iglesia no está para reunirse cada tanto para tener bonitas reuniones porque ése es el todo de la Iglesia.
La Iglesia está puesta en la Tierra, para que las naciones vean que Cristo está en nosotros. Lo que empezamos diciendo, lo que oró Jesús, ahora Pablo lo reafirma por el poder del Espíritu, este misterio es a favor de las naciones y se llama Cristo en nosotros.
Y por eso, fíjese lo que dice Pablo después, a este Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos para presentarlos a todos perfectos en Él. No está diciendo esto es a favor de la Iglesia, estamos entrenando a la Iglesia, perfeccionando a los santos para que hagan lo que tienen que hacer, a este Cristo proclamamos para que todos los seres humanos, conozcan quién es; y para poder presentar a esos seres humanos perfectos ante Dios.
Toda persona que se nos ponga enfrente va a conocer esta verdad y cuál es este misterio para que tenga testimonio, y todo aquel que quiera creer trabajaremos para presentarlo perfecto en Dios.

Iglesia, ¿por qué estamos hoy compartiendo esto de parte del Espíritu? Porque el tiempo viene y se acerca, de que tenemos que salir de la comodidad que disfrazamos de muchas maneras y de muchas formas pero lo único que está demostrando esa comodidad, es que estamos mirando por nuestros propios intereses.
Tenemos que salir del engaño, es el engaño en este tiempo, es el engaño que nos muestra espejitos de colores, cosas que relucen, cosas que son llamativas, cosas muy interesantes pero en nada tienen que ver con el propósito de Dios con su Iglesia sobre la Tierra; y mientras nosotros no abramos los ojos a la realidad de Dios, entendiendo para qué fuimos rescatados, no podemos ser parte de la transformación que Dios quiere hacer sobre el mundo.

Es tiempo de dejar nuestros propios intereses, es tiempo de dejar lo que a mí me importa, es tiempo de buscar a Dios porque necesito que me bendiga, es tiempo de acercarme a Dios porque quiero que Él me solucione un problema. Mientras esto esté en mi mente yo no he conocido a Dios porque si le conozco sé que Él ya ha hecho todo por mí, me da todas las cosas, todo está en mí por la persona de Cristo, en realidad, me ha salvado porque tiene un propósito conmigo al unirme a un Cuerpo, que manifestemos a Cristo sobre la Tierra, ese es el propósito de Dios.
Dios jamás te salvó pensando solamente en que vivas feliz, no es así, ¡eh! Así como Dios no permitió que Jesús muera, solamente, para que ahora esté sentado en un trono, no, el propósito de Dios fue mandar a Cristo para que el mundo sea salvo y para que tenga propósito de vida.
Dios te salva a ti y me salvó a mí, para que entendamos que estamos en esta Tierra para manifestar al Cristo que nos habita.

Pero antes de terminar yo quiero hacer algo, porque desde que estábamos en la alabanza, y por eso digo que fue muy particular hoy la presencia de Dios, y si bien yo estaba ocupado ayudando a los chicos un poquito con el sonido, pude percibir algo y lo que pude recibir es que hay personas aquí que necesitan nacer de nuevo, fue algo muy claro y concreto en mi espíritu en esta mañana.
Yo pude ver por el Espíritu, que hay personas aquí que no tienen la vida de Cristo, porque cuando la vida de Cristo está, esa vida se manifiesta.
Mire yo no puedo quedar inmóvil ante la presencia del Señor, no puedo no involucrarme en la exaltación, la honra y la adoración a su persona. Cuando yo estoy inmóvil, cuando yo estoy metido en mis propio asunto, es porque no se me ha revelado la persona de Cristo. Y hoy Germán comenzó leyendo un pasaje extraordinario en la Palabra, somos hechura suya, hechura de Dios creados en Cristo Jesús para buenas obras, y yo quiero volver a mencionar porque ese pasaje fue leído porque el Espíritu Santo así lo quiso, porque era para este día para estas personas a quienes Dios me mostró que necesitaban nacer de nuevo.

Quiero explicar algunas cosas de ese pasaje dice.
Lo primero, es que como bien expresó Germán, la obra de creación más extraordinaria de Dios se llama, los hijos de Dios. Porque esa palabra, somos hechura suya, en el original, para hacérselo gráfico es como si dijera, ésta es la obra de arte más extraordinaria que Dios ha hecho, es como eso, se lo quiero hacer gráfico.
No es, somos hechura suya porque Dios dijo, bueno a ver cómo hago esto porque lo hago rapidito porque me lo quiero sacar de encima, no, cuando Él está diciendo, voy a hacer a mis hijos, está diciendo, voy a expresar todo, toda mi potencia y toda mi grandeza en estos hijos creándolo.
Pero no los creó sólo por crear, dice, creados en Cristo Jesús, ¿sabe por qué somos la obra más extraordinaria de Dios, los hijos de Dios? ¿Sabe por qué? Porque estamos creados con base en la obra completa de Cristo, lo que sostiene nuestra vida es que Cristo murió, que resucitó y que ascendió, que en Cristo lo tenemos todo y que Él nos ha transformado desde adentro, que ha quitado en nosotros los hijos, esa naturaleza de pecado que nos esclavizaba para darnos su propia vida. No hay nada mayor que el ser humano pueda recibir que esto y además esto no se compra y no se vende en ningún lugar y ningún ser humano se lo puede prometer a otro, sólo Dios lo puede hacer a tu favor, que Dios te cree en Cristo, significa que primero tú entiendas que le necesitas, que primero tú reconozcas que si Dios no interviene en tu vida nadie más lo puede hacer, que te arrepientas y estés cansando de vivir como viviste hasta hoy para que por fin puedas reconocer a Dios y decirle, perdóname, pero no por pecados que hice, aunque los hice, perdóname por vivir independiente, por estar lejos, por no escucharte por estar lejos, por no tenerte en cuenta y aunque yo haya asistido a una iglesia durante mucho tiempo.
Cuando eso ocurre en la vida, entonces, Dios puede hacer este milagro de crearnos como nuevas personas en Cristo Jesús.

Pero además, ese pasaje dice, que esos creados en Cristo Jesús tienen propósito, porque dice, para buenas obras, no dice solamente lo voy a crear en Cristo para que tengan todo lo extraordinario que yo les puedo dar... no, les voy a dar lo más extraordinario que les puedo dar, porque tengo preparado para esos hijos, a los que cree en Cristo Jesús, buenas obras para que caminen por ellas todos los días de su vida mientras estén en la Tierra.
Hay propósito, la vida tiene sentido por fin, cuando Cristo está en nosotros.

Por eso, yo quiero ser fiel al Señor y al espíritu de Dios hablando lo que estoy hablando, y dando a entender a todo aquel que quiera oír en este día y en este lugar, que ese milagro de una nueva creación que Dios puede hacer en la vida del ser humano, la quiere hacer hoy en la vida de muchas personas que hoy están aquí.



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