en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
AUDIO
En esta noche, Dios estuvo hablándome algunas cosas muy especiales.
Es un solo tema el que el Señor me dio, fue una de las veces más difíciles que me ha costado poder ordenar para transmitir lo que Dios me habló. Este tiempo ha sido un tiempo muy precioso en cuanto a aquellas cosas que Dios nos ha dado personalmente, que nos ha hablado al Cuerpo de Cristo, tiempos que parecen malos, por muchas faltas humanas, pero son excelentes en Dios.
Hoy voy a hablar acerca de que nosotros hemos sido Creados para Reinar.
Cuando esús comenzó su ministerio, dijo estas palabras:
“Arrepentíos porque el tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios se ha acercado”.
Nunca nadie antes de Jesús dijo, ni pudo decir: “...el Reino de Dios se ha acercado”.
Todos los siervos de la antigüedad mostraron el poder de Dios, lo mostraron como Señor, como Soberano, como el Rey de Israel, como el Dios del cielo y de la tierra.
Y se manifestó su poder, pero hasta que Jesús llegó a la tierra, nunca antes descendió el Reino de Dios, porque para que un reino descienda y para que haya un “reino” tiene que haber un “rey”.
La antigüedad estuvo llena de siervos, pero no de reyes; hubo siervos tremendos, profetas, hombres que caminaron con Dios, pero no un rey... Pero cuando Cristo descendió, descendió el Reino.
Porque primeramente, para que el reino sea establecido necesitamos un rey; y como era necesario un rey de las características del reino de los cielos, no podía ser un rey humano tomado desde la tierra, tenía que ser un Rey venido desde el cielo.
Cuando Jesús dice: “El tiempo se ha cumplido”, está diciendo, “el tiempo de mostrar a Dios como soberano, en poder, majestuoso, ha terminado; ahora vamos a mostrar no solamente a Dios, ahora vamos a mostrar su Reino y autoridad plena sobre la faz de la tierra”.
“Venga tu reino. Hágase tu voluntad,
como en el cielo, así también en la tierra.”
Mateo 6:10
Jesús oró venga tu reino porque Él venía a implantar el Reino, no solamente a mostrar al Padre, como otros habían mostrado a Dios, él venía a mostrar al Padre Dios y al Reino, porque hay dos cosas que los siervos de Dios no pudieron hacer:
1) No pudieron mostrar a Dios como el Padre;
2) No pudieron mostrar el Reino.
Cuando llegó el Hijo, como Rey, entonces fue mostrado el Padre y el Reino.
Cuando dice “Venga tu reino”. Y agrega: “Hágase tu voluntad”, habrá una señal para saber que el Reino de Dios ha llegado a algún lugar, sea a una vida, a un matrimonio, a una familia, a un trabajo, donde sea y es: Que la voluntad de Dios se hace en ese lugar.
Si no se hace la voluntad de Dios, no hay reino.
Hay muchas Iglesias, muchas congregaciones donde se alaba, se predica, se evangeliza, donde se hace todo... Y sin embargo no hay Reino, porque para que haya Reino, la voluntad de Dios no está en juego, no puede haber Reino donde la voluntad de Dios no ha sido establecida.
Ahora bien, esta voluntad se puede hacer de muchas maneras, pero según Jesucristo, la forma en la que se debe hacer es: “como en el cielo”. No es a mi manera, ni a tu manera, ni a la manera que hasta ahora dijimos que íbamos a obedecer y hacer lo que Dios dice.
Jesús dijo: la voluntad del Reino se tiene que hacer como en el cielo.
Y en el cielo se hace específicamente y claramente como el Padre la ha determinado, no hay dos formas de hacer la voluntad de Dios, si el Reino desciende y está sobre nosotros no hay dos formas de hacer la voluntad de Dios, hay una forma que es la perfecta.
El vino a mostrar el Reino.
“y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos,
y el soberano de los reyes de la tierra.
Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,
y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre;
a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.”
Apocalipsis 1:5-6
“y cantaban un nuevo cántico, diciendo:
Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos;
porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios,
de todo linaje y lengua y pueblo y nación;
y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes,
y reinaremos sobre la tierra.”
Apocalipsis 5:9-10
El Reino de Dios es extraordinario, porque no es un reino de súbditos, es un reino de reyes. Los reinos de la tierra son reinos de súbditos, donde está el rey y los súbditos.
Cuando llegó la gracia en Cristo Jesús, llevó al ser humano a una posición que jamás podía ser alcanzada, nunca la podía haber tomado.
La idea de Dios es la siguiente: Tú viniste siendo un esclavo del pecado, de esclavo del pecado, Cristo nos redime con su sangre, nos lava de nuestros pecados, nos entra al Reino en calidad de hijos; pero no termina ahí, la última posición en la cual Dios nos ve y quiere que vivamos así en la tierra, es reinando sobre la tierra.
Si bien en estos pasajes está hablando del milenio, lo que va a suceder en el futuro tiene que ser antecedido por lo que ocurre hoy día.
Y hoy Dios tiene para nosotros una posición que va “de esclavos a hijos y de hijos a reyes y sacerdotes”.
Así que no somos cualquier clase de hijos, porque se puede ser hijo de un mendigo, de un mafioso, de un padre no conocido, hay muchas formas de ser hijo, pero en el Reino hay una sola, no hay muchas formas ni nadie puede decir en el Reino “estoy herido porque no sé quién es mi padre”, “no sé como fui engendrado”.
En el Reino, sabemos cómo fuimos engendrados: “de una sola sangre” que nos limpió los pecados y nos dijo quién era Papá y en esto “no hay dudas”.
La posición a la que el Espíritu nos quiere llevar en este tiempo es: “No te quedes como hijo, si eres rey”. Eres un hijo, pero un hijo de un rey, el hijo de un rey es un príncipe, que tarde o temprano va a reinar.
La posición a la que Dios nos quiere llevar y que ya tenemos “legalmente” hablando; pero a la que Dios nos quiere llevar “realmente” hablando es que: somos reyes y sacerdotes para él.
Ahora bien, cuando leemos Mateo 6, se está dentro de lo que llamamos “el Sermón del Monte”, capítulos 5; 6 y 7, y es el mensaje más desesperante a la raza humana; porque si usted lee este sermón sin el Espíritu Santo, lo primero que dice “es incumplible”.
Todo el tiempo Jesús da una orden y dice “escucharon esto, pero ahora es así... tienen que ser así...
Al leer “el Sermón del Monte”, se puede decir: esto no se puede cumplir.
Y tienes una parte de la verdad, no se puede cumplir, porque fue el primer mensaje más imposible que se predicó sobre la faz de la tierra.
La idea de Jesús fue que fuera imposible, Jesús lo predicó para que fuera imposible, no lo estoy diciendo mal. Porque Jesús predicó ese mensaje, a los que iban a ser pueblo, por la vida de Él metida dentro de ellos.
Este mensaje “no está escrito para la fuerza de la carne”. No hay carne ni voluntad humana que pueda cumplir “el Sermón del Monte”.
Por eso ha fracasado tanto, la carne no puede cumplir “el Sermón del Monte”, no hay fuerza de voluntad que pueda cumplir lo que Jesús enseñó, porque está dicho para la vida de Dios en nosotros.
Jesús lo habló desde la perspectiva de Rey y donde los demás reinan con Él, es diferente, ya entraron como hijos, y a esos les está predicando este “Sermón del Monte”.
Nada de lo que leas acerca del Sermón del Monte, está escrito para la fuerza de la carne,
“Mientras Jesús solamente sea tu Señor, tampoco podrás vivir el Sermón del Monte”.
¿Cómo es esto? Como esclavo del pecado se entiende que no se pueda, pero ahora como hijo y siendo Él mi Señor, tampoco podemos.
Hay tres facetas de Dios para con nosotros:
El problema es que las facetas están como en una mesa, todas allí, pero en nuestro transitar cristiano se nos pusieron algunas cortinas delante de las mesas, por lo tanto, es como si siempre viéramos una mesa y pasamos veinte años sin ver la otra, siempre estuvieron allí y como nuestro crecimiento es un proceso, empezamos a conocer al Señor en “sus diferentes facetas”.
1) Puedes tener a Dios como Señor
2) Puedes tener a Dios como Padre
3) Pero tienes que llegar a conocer a Dios como Rey
Son tres facetas y no son iguales.
Todos decimos Jesucristo es nuestro Señor y está bien, es Señor, pero el Padre Dios, se manifiesta como: Señor, Padre y quiere manifestarse como Rey.
Él lo enseña en el Sermón del Monte:
1. Dios como Señor:
Es el corazón del Sermón del Monte.
“Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.
Pero yo os digo: No resistáis al que es malo;
antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;
y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa;
y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos.
Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.”
Mateo 5:38-42
Esta palabra no se puede cumplir por la fuerza de la voluntad; pero Jesús está mostrando a Dios como Señor y lo está enseñando, allí podemos ver a Dios como Señor, es lo que hemos dado en llamar “la ley de la primera milla”:“A cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos”.
Es decir, llévale esa carga.
Lo primero que hace Jesús es quitarle la letra y ponerle el Espíritu.
Cuando dice ustedes oyeron ojo por ojo y diente por diente, lo dice la ley, pero yo les digo que ese nunca fue el espíritu de la ley.
Sigue diciendo, mientras tú caminas “ojo por ojo y diente por diente”, estas caminando en una ley dada esclavos, a siervos, a personas que solamente pueden obedecer un mandato.
Ahora quiero traer el espíritu de la ley; y en el espíritu de la ley no es ojo por ojo y diente por diente, en el espíritu de la ley de Dios, es que aquello en lo que hoy estás sufriendo al hacerlo, lo hagas, pero “voluntariamente”.
En la “ley de la primera milla”, cuando eres esclavo o siervo de alguien, cuando esa persona a la que sirves, te manda a hacer un trabajo que probablemente no te guste, como es tu señor, tienes que obedecer, mientras que sea el señor de tu vida, el amo tiene “su voluntad” y aunque tú haces el trabajo que te mandaron “tienes la tuya”.
Quiere decir que, mientras Jesús es Señor Él tiene su voluntad y tú todavía muy cómodamente puedes tener la tuya.
Cuántos dicen “tú eres mi Señor” pero al verlos obrar, no lo hacen por la voluntad de su Señor, porque la voluntad propia está separada de la voluntad de su Señor, no deja de ser “Su Señor”.
Ésta es la ley de la primera milla.
¿Cómo tiene que ser la voluntad en la tierra?
Si bien Cristo es Señor, aún así nuestra voluntad está separada de la voluntad del Señor y le decimos Señor.
Resumiendo: “Dios como Señor”... ¿Quién va a negar que él es el Señor? Nadie, Jesucristo es el Señor.
En las calles, entre gente que no entra ni a un templo, pero dice y sabe que Jesucristo es el Señor, el borracho de la esquina lo dice, es decir, el mundo sabe que es el Señor. El problema es “que aunque saben que es el Señor, no significa que las voluntades de ambos están unidas, ellos tienen su voluntad y el Señor tiene su voluntad por separado”. Ésa es la ley de la primera milla.
Como siervo esté o no de acuerdo someto mi voluntad, decimos sirviendo en al obra, Señor tú mandas. Por años hemos hecho esto, no importa si estamos o no de acuerdo, porque Él es Señor, definitivamente no importa...
Lo que quiero decir es que “yo servía como un esclavo”, a mí me enseñaron así. Era un hombre que servía, diciendo “la voluntad de Dios es agradable y perfecta”, pero yo no la sentía, era un siervo, un esclavo, Él tenía su voluntad y yo la mía, pero como “había que hacer la voluntad de Dios... No voy a hacer lo que a Dios no le gusta porque es malo, pero a mí me gusta.”
¡No diga que no, porque hay pecados que no son feos, no lo hacemos por las consecuencias, si fueran feos no pecaríamos! ¿Sí o no? “El que dice que no comete pecado es mentiroso”.
Así que muchas cosas no las hacíamos porque no le agradaban a Dios, eso es Dios como Señor, cuando vino el Hijo, el nos mostró al Padre.
2. Dios como Padre
La ley de la segunda milla. (Esta ley nos muestra al Padre).
"...y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos."
Mateo 5:41
Cuando Jesús dice: “ve con él dos” está diciendo, "te tienes que transformar de esclavo o siervo que obedece, en alguien que toma el control de la situación. En alguien que por sí mismo decide hacer aquello que en otro momento le obligaban a hacer, pero ahora ya no se lo obligan, la situación se tornó".Dejamos de ser esclavos y comenzamos a gobernar la situación.
Jesús empieza a cambiar las cosas; y les a enseña que la ley de Dios, no se puede cumplir si no entran a ser hijos, porque la Escritura dice:
"Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen,
haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
para que seáis hijos de vuestro Padre..."
Mateo 5:43-45
¿A quién le está predicando el Sermón?
Jesús estaba predicando un mensaje profético, porque no eran hijos todos los que estaban escuchando; por más que eran pueblo “no eran hijos”, eran hijos en el sentido de la "ley", pero no en el sentido de la "gracia".
Les estaba predicando un mensaje profético que hoy nosotros podemos entender, porque estamos en la gracia que nos ha dado Dios, pero para esa gente era incomprensible, aunque les hablara en su idioma, ellos no entendían lo que les decía.
Sin embargo, Él comienza a hablarles diciéndoles: ¡Cuando tú en lugar de hacerlo obligado, llevas una milla más la carga de otro, te comportas como un hijo del Padre!
"...para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos,
que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.
Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis?
¿No hacen también lo mismo los publicanos?
Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más?
¿No hacen también así los gentiles?"
Mateo 5:45-47
Aquí Jesús está diciendo: La ley de Dios vino en el Espíritu para que la obedezcan hijos; hijos que están de acuerdo con la voluntad del Padre, que son como el Padre es; y si el Padre “hace salir el son sobre los buenos y malos, sobre los justos e injustos”, nosotros, aunque parezca injusto, tenemos que hacer lo mismo, para así manifestar al Padre que está en nosotros. Estamos lavados por la sangre de Jesús, entendimos que Dios es Padre, ¡ya está solucionado el problema!..
Ahora bien, hay una pregunta doble: Si está solucionado el problema. ¿Por qué motivo Jesús en esos versículos da algunas advertencias?
a) "...si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?"
b) "Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?"
Estas dos advertencias si están allí es porque podemos correr el riesgo de no actuar así, ya que si no hubiera ninguna posibilidad, de que no actuáramos como hijos o de fallar como hijos, esas advertencias no estarían, porque hay varias clases de hijos: hay buenos, regulares y malos.
El hijo pródigo fue un hijo malo, después se volvió bueno. Quiere decir que, Dios que nos conoce dice que si nosotros queremos pasar a conocerlo en el plan de Padre, no ya solamente de Señor, donde el Señor tiene su voluntad y el esclavo la suya... Tenemos que ser transformados.
Como hijo, la voluntad del hijo y la del Padre son la misma, hay acuerdo de voluntades.
Pero aún como hijos corremos el riesgo de que no haya acuerdo de voluntades.
Pasó con el hijo pródigo, se fue de la casa; esa no era la voluntad del padre; prácticamente le dio muerte en vida, porque cuando le pides la herencia a tu papá ya lo estás matando. Cuando volvió, lo hizo arrepentido, porque aprendió a ser un buen hijo, pero en realidad era un mal hijo.
Como siervos, tenemos nuestra voluntad y el Señor tiene la suya.
Pero como hijos tenemos nuestra voluntad, pero voluntariamente sometida o de acuerdo con la voluntad de Dios.
3. Dios como Rey
Salimos de ser esclavos y ahora somos hijos y como hijos buenos nos pusimos de acuerdo con la voluntad del Señor y ahora estamos de acuerdo...
Pero para reinar hay un paso más y Dios nos dice que si esto no ocurre no podemos reinar, y es que Dios se transforma en rey de mi vida.
Es un paso donde como hijo soy príncipe, pero ahora Él es mi Rey voluntariamente.
David habla proféticamente, porque aquí habla la boca de Jesús:
"Entonces dije: He aquí, vengo; En el rollo del libro está escrito de mí;
el hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,
y tu ley está en medio de mi corazón."
Salmo 40:7-8
Como hijo podemos poner nuestra voluntad de acuerdo a la voluntad del Padre, pero aún así no llegar al punto de que la ley de Dios me agrade.
Sabemos que es Papá y que nos ama y voluntariamente decimos que vamos a obedecer porque sabemos que Papá nos ama y que él quiere lo mejor para nosotros, pero probablemente lo que Él nos está pidiendo no nos agrada; no estamos en rebeldía, somos hijos, tenemos nuestra voluntad de acuerdo con la de Él, vamos a obedecer lo que Él nos dice, pero probablemente no nos agrada.
Jesús llegó a un punto diferente pues ahora dice: No solamente estoy de acuerdo con tu voluntad y la voy a hacer, sino que dice:
“...hacer tu voluntad me ha agradado” de tal manera que tu voluntad está en medio del centro de mi ser.
¿Cómo el Padre Dios fue Rey sobre su hijo Jesús?
"Jesús les dijo:
Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra."
Juan 4:34
"Respondió entonces Jesús, y les dijo:
De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo,
sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace,
también lo hace el Hijo igualmente.
Juan 5:19
"No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo;
y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad,
sino la voluntad del que me envió, la del Padre."
Mateo 5:30
"Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras,
para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre."
Juan 10:38
"Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe?
El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?
¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí?
Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta,
sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.
Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí;
de otra manera, creedme por las mismas obras."
Juan 14:9-11
...Porque Felipe le pregunta muéstranos al Padre y el Señor le dice ¡Te estás equivocando Felipe...!
Momento cúlmine: "Getsemaní".
Ahí el Hijo está en la recta final, ya había hecho todo y dice: "Padre si es posible, pasa de mí esta copa".
Esta expresión todavía está mostrando “una voluntad en el hijo”, ahora, el Hijo estaba de acuerdo con el padre, todo el tiempo estuvo de acuerdo con el Padre, pero aún así “Él tenía su voluntad”.
Pero la última frase es: "Pero no se haga mi voluntad sino la tuya".
¿Cuándo Dios pasa a ser Rey en las vidas? Cuando nuestra voluntad ha muerto.
Ya no es un siervo sometido a la voluntad de un amo, ya no es un hijo poniéndose de acuerdo con la voluntad del padre, ahora la voluntad del Hijo se murió y la voluntad del Padre, vive en él.
Es cuando Dios se transforma en Rey
Dios Padre no solo fue el Padre del Hijo, sino que fue el Rey del Hijo, porque fue “como en el cielo”, donde solamente se hace la voluntad de Dios. El Hijo dijo, aquí solamente se hace la voluntad del Padre, es decir que, Él murió a su propia voluntad, por eso le dijo a Felipe ¿Cómo me pides ver al Padre?
Haciendo una deducción de todo lo que enseña Jesús en estos pasajes vemos que decía:
El Padre mora en mí, el Padre hace las obras en mí, y si el Padre hace las obras en Él, ¿alguien murió ahí adentro?
¿Tú quieres reinar? ¡Algo se tiene que morir y no es Cristo!
El problema es que Cristo espera paciente y voluntariamente, que nosotros le permitamos a Él vivir de tal manera que le digamos voluntariamente “hágase tu voluntad”.
¿Estamos dispuestos a que se muera nuestra voluntad?
Hasta ahora mucha obra de Dios se hizo con Dios como Señor y como Padre, pero, ¿Dios como Rey?
Cuando Dios empiece a ser Rey de las congregaciones, entonces el Reino lo tendremos visible, desaparecen las opiniones, las ideas preconcebidas, no hay choque de pensamientos, no existe que apuntamos para un lado y apuntamos para otro...
¡Ahí hay una sola voluntad fluyendo de lado a lado de la congregación, no hay nada que la detenga porque Él se transformó en Rey!
Así que, como siervo someto mi voluntad a la de mi amo, aunque no esté de acuerdo.
Como hijo me pongo de acuerdo, mi voluntad con la voluntad del Padre.
Pero cuando Él es Rey, he matado mi voluntad y solo queda la del Padre.
Jesús no dijo: ¿Venga tu señorío?
Léalo nuevamente, porque que si el Señor trae su señorío, va a ser el amo de sus siervos, pero esa “no es la voluntad del reino de los cielos”.
No es como en los reinos humanos, donde a los reyes les encanta ese asunto. Lo dijo Jesús, se apoderan y toman y ejercen señorío, pero el Padre no hace eso, Él no quiere eso en su reino.
Jesús dice “venga tu reino”, porque Él quiere reinar sobre reyes.
"Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre:
REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES."
Apocalipsis 19:16
Yo sé que siempre se aplicó esto a los reyes de la tierra, pero tuve otro entendimiento de este versículo, pues aparte de eso lo que Dios está diciendo es:
¡Yo soy Rey de hijos reyes, de hijos señores, que van a la segunda milla por propia voluntad, que han sabido morir a su propia voluntad!
¡Yo reino adentro de ellos, no solamente hablo de los reyes gobernantes que están afuera, estoy hablando de los que “compre con mi sangre y los hice reyes y sacerdotes para mí”.
El es Rey de Reyes.
¡Ha llegado la hora de gobernar hermanos!
Y que nadie le diga, en la Iglesia que no, porque hace siglos que sabemos cómo ser sacerdotes pero ahora estamos aprendiendo a como ser reyes.
Ésa es una estratagema del diablo, ya que él no quiere que sepamos esto; el diablo es como los malos gobernantes que no quieren que el pueblo se prepare, que tenga estudios, porque a los ignorantes los dominan, por lo tanto esto es lo que hace el diablo “los duerme o los distrae” para que no lo veas.
Pero cuando venimos con esta revelación y ustedes se dan cuenta que son poderosos, cuando se dan cuenta que tienen una posición realmente poderosa para reinar a través de la autoridad que ya nos ha dado Dios, el diablo dice, ¡tengo un problema! Pues, ¡ahora lo tiene! ¡Ya lo tiene!
¡Esto no se puede parar hermano! ¡El pueblo de Dios va a reinar aquí y ahora! ¡No se puede parar!
¡No hay diablo que lo pueda parar en ninguna nación del mundo!
¡No diga que no quiere llegar ahí!..
Cuando empecé a entender esto, dije ¡Señor, ya no más!
Además, ¡Para qué quiero mi voluntad que lo único que me trae son problemas, la verdad es que me vas a hacer un favor!
Por eso el apóstol Pablo nos lo enseñó:
"Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí;
y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios,
el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí."
Gálatas 2:20
Desde la escuela dominical que lo recitamos.¿Qué está diciendo el apóstol cuando dice “ya no vivo yo”?
¡Que se murió y si se murió hay uno que reina! ¡Dios era Rey sobre Pablo!
Por eso dice: El evangelio que yo predico, lo predico con potencia, con señales, con prodigios, con el poder de Dios que actúa poderosamente en mí.
¿Alguna vez un siervo le dijo "no", porque el poder que actúa poderosamente en mí? ¿O la señora que limpia se lo dijo? No dice eso porque su mentalidad es de servicio, pero a veces hasta en el servicio es esclavo.
Nuestra mentalidad tendría que decir: “El poder de Dios actúa poderosamente en mí”, “yo reino porque Él reina en mí”.
Si tengo un rey adentro, no puedo ser un siervo a la manera que se entiende "un siervo". Soy un siervo en el sentido de "servidor", Él vino como Rey y se ciñó la toalla.
Quiero que se entienda esta palabra en el Espíritu:
“Empezó a lavar los pies, pero era un Rey sirviendo, porque en el Reino de Dios, el reinado es de servicio”.
Y no me puedo ver como un pobre miserable, si tengo a un Rey viviendo en mí, no es posible eso, si hay un rey viviendo en mí, yo tengo que ser un rey y un sacerdote, son los ministerios que Jesús hace.
Dice la Biblia que Él está sentado a la derecha de Dios intercediendo, ese es el segundo ministerio que Jesús hace en el cielo, por lo tanto soy rey y sacerdote porque Jesús está en mí.
Ordenar esto es bien difícil, pero no imposible.
"...que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión,
hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo,
la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano,
Rey de reyes, y Señor de señores."
1 Timoteo 6:14-15
Para entender esto tenemos que ir a:
"Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo,
y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla
de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Filipenses 2:9-11
Cuando toda rodilla se doble, ¿cuál es el nombre que van a decir de Jesús? ¿Señor? No, sino "Rey".
Este pasaje no está hablando de aquellos que hoy le reconocemos como Señor, sino que está hablando también del diablo, de los demonios, de los brujos, de los hechiceros, pero van a tener que decir: Jesucristo es el Señor.
Para ellos, nunca fue el Rey, para ellos, tuvo que ser, les guste o no les guste, Señor.
Señor es de todos, te guste o no te guste, van a tener que bajar la rodilla, la cabeza y decir: Es el Señor.
Para que sea Rey, como es un reinado diferente, el es Rey de los que voluntariamente lo hacen Rey.
"Dicho esto, iba delante subiendo a Jerusalén.
Y aconteció que llegando cerca de Betfagé y de Betania,
al monte que se llama de los Olivos, envió dos de sus discípulos, diciendo:
Id a la aldea de enfrente, y al entrar en ella hallaréis un pollino atado,
en el cual ningún hombre ha montado jamás; desatadlo, y traedlo.
Y si alguien os preguntare: ¿Por qué lo desatáis? le responderéis así:
Porque el Señor lo necesita.
Fueron los que habían sido enviados, y hallaron como les dijo.
Y cuando desataban el pollino, sus dueños les dijeron: ¿Por qué desatáis el pollino?
Ellos dijeron: Porque el Señor lo necesita. Y lo trajeron a Jesús;
y habiendo echado sus mantos sobre el pollino, subieron a Jesús encima.
Y a su paso tendían sus mantos por el camino.
Cuando llegaban ya cerca de la bajada del monte de los Olivos,
toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzó a alabar a Dios
a grandes voces por todas las maravillas que habían visto,
diciendo: ¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor;
paz en el cielo, y gloria en las alturas!
Lucas 19:28-38
Cuando los discípulos fueron a desatar el pollino, les preguntaron y porqué se lo llevaban, les dijeron porque el Señor lo necesita.
Aquellos que preguntaron, enseguida se cuadraron y actuaron como siervos.
El Señor no era Rey, pero inmediatamente que se echaron las mantas y se subió sobre el asno. No se subió sobre un caballo, pues sobre los caballos se suben los reyes de la tierra, pero Él viene en asno; humilde sobre un pollino, es otro tipo de reino.
Cuando Él se subió y le tiraron las mantas, ya no le dijeron Señor.
Cuando tiraron las mantas, dijeron el que viene ahí es Rey.
Y dijeron: ¡Bienvenido, bendito el Rey que viene en el nombre del Señor!
Así que, en la escena tenemos: A los que son siervos entregando, de acuerdo o no, pero entregando al pollino.
Luego tenemos al grupo de aquellos que lo hacen Rey. Pero también tenemos al grupo de aquellos que lo van a reconocer sí o sí, como Señor.
Están ahí, porque dice ahora:
"Entonces algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron:
Maestro, reprende a tus discípulos. Él, respondiendo, les dijo:
Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían."
Lucas 19:39-40
Estos son los que no quieren, porque cuando vieron ese derroche de Rey, palmas y "Bendito el que viene"... Dijeron, "se les fue la mano, ¡Reprende a tus discípulos!"
¡No! ¡Ésta es la verdad más grande que hay sobre el universo!
Si ellos callan la verdad de que Yo soy Rey, las piedras van a decir que yo soy Rey.
Tenemos los tres ahí, los siervos que entregan el asno, los que lo esperan como Rey, los hijos y aquellos que van a tener que doblar la rodilla y decir Él es Rey.
Por eso al final dice:
"Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella, diciendo:
¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz!
Mas ahora está encubierto de tus ojos.
Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado,
y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán, y te derribarán a tierra,
y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra,
por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación."
Lucas 19:41-44
¡Éstas son las lágrimas de un Rey! ¿Por qué llora el Rey?
Porque la gente no entendió que Él los vino a visitar. ¡No el Señor, el Rey!
En los pasajes paralelos dice: "Tú no has entendido que yo te envié a los libertadores, a los profetas, a unos mataste y a otros apedreaste..." Si tú te vas a levantar como rey “te van a apedrear”.
(Cuando a mí me dicen mucho: siervo, yo paro a la gente, le digo no me diga más siervo, si quiere dígame mi nombre, me preguntan por qué, porque Jesús dijo: Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos y yo sí se lo que hace mi Señor, por favor no me diga más siervo. Me dijeron que soy orgulloso).
El otro modelo dice: ¿Cómo vas a decir que eres rey? Si aquí estamos nosotros manada pequeña, tratando de hacer la obra de Dios?
¿Dónde está eso en la Biblia? ¿Dónde Jesús dijo aquí estoy pobrecito?
Él llegó y dijo: El tiempo se ha cumplido. ¿Quién habla? El Rey.
El Reino de Dios se ha acercado. ¿Quién habla? El Rey.
Arrepentíos y convertíos. ¿Quién habla? El Rey.
¡Porque está decretando! ¡No está diciendo, hasta ahora han sido rebeldes, no es una orden tras otra, llegó el Rey!
¡Si tú crees esta Palabra, sé que esto es alto, sé que yo mismo estoy tocando un borde de lo que Dios me está mostrando...
¡Pero sube y tócalo, tómalo porque te corresponde!
Cuando la Iglesia empiece a entender que está para decretar y reinar, se acaba la fiesta del diablo.
¡Y yo le quiero aguar la fiesta al diablo!
Pablo oró que os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él...
Si usted está entendiendo esta palabra, si lo quiere orar, ore; pero ya lo está entendiendo. Es porque usted está recibiendo revelación que fuimos creados para reinar.
¡Te alabamos Señor, eternamente y para siempre!
¡Grande es tu nombre! ¡Gracias Padre, te alabamos Señor!
¡Gracias Señor, reyes y sacerdotes para ti, reinaremos sobre la tierra hoy y también en el milenio, reinaremos Padre!
“Padre, sé que soy tu hijo, pero hoy entiendo que es necesario que además de Padre tú seas mi Rey, hoy me dispongo a que mi voluntad muera para que tú reines, que tomes el trono del centro de mi ser y desde ahí reines con autoridad a través de mí.
Padre, que igual que Pablo digamos, tu poder que actúa poderosamente en mí...
¡Gracias Señor, lo recibimos, lo aplicaremos desde hoy en nuestras circunstancias, en el Nombre de Jesús! Amén.
¡Gracias Señor! Porque muchos han despreciado esto, pero tendrán un día que reconocer que tú estás haciendo algo en la tierra que otros no podrán hacer, éste es un pueblo que está escogiendo la buena parte la cual no les será quitada.
¡Declaro que estamos llenos de la grandeza del Rey de reyes! ¡En el Nombre de Jesús! ¡Amén!
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