
en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
 
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Quiero compartirles algo que el Señor puso en mi corazón para poder, justamente  compartir con ustedes en 2 Corintios 1, hay un versículo bastante conocido y es  un versículo que a mí en particular, me agrada sobremanera porque habla de las  promesas de Dios y cuando hablamos de las promesas de Dios, hablamos de algo  más grande que lo que nosotros podemos pensar, imaginar o abarcar, mucho más grande que eso.
  Y dice en   2 Corintios 1:20:
  
  "porque todas las promesas de Dios  son en él...
  (en  Jesucristo)
  ...sí, y en  él Amén, por medio de nosotros,
    para la gloria de Dios. 
    2 Corintios 1:20
  
  La Palabra establece que el Señor, en Cristo Jesús nos ha entregado todas las  promesas, pero también cuando la Palabra dice: por medio de nosotros, está hablando y diciendo que  nosotros somos responsables de tomar o de conquistar esas promesas que están en  Cristo.
  
  La Escritura aún en el Libro de los Salmos, en algunas oportunidades, uno de  los Salmos famosos que solemos repetir es: ved y estad quietos y esperad la salvación  de Dios.
  Nosotros lamentablemente  confundimos: quietud con pasividad, pero no es lo mismo. 
  El Señor nunca dijo: estén pasivos, a ver qué es lo que Yo hago. 
  Él dijo: estad quietos. Quietos es reposados quietos es tranquilos,  quietos es un momento donde aparentemente yo no estoy haciendo algo material,  visible, pero en mi corazón y en mi espíritu hay quietud porque la quietud es  sinónimo de la fe. La fe que obtiene lo que está pidiendo trae al corazón del  hombre quietud.
  
  Pero cuando nosotros hablamos de tomar o conquistar algo en medio de la  turbación, en el corazón no hay quietud porque la quietud viene por la fe,  cuando hay convicción en el corazón de fe hay quietud, cuando hay turbación en  mi corazón no puedo lograr quietud y no logro quietud porque la fe de Cristo  que está en mí, no está operando en ese momento. Mi mente, mis pensamientos,  los sentimientos están caminando más rápido que aquella fe que está en mí y la  fe de Cristo que está en mí, está siendo opacada mientras mis sentimientos y  mis pensamientos están trabajando a cien millas por hora. 
  No es lo mismo pasividad que quietud.
  Él dice que  nosotros somos responsables de conquistar las promesas y de eso vamos a hablar,  de: Conquista tus promesas.
  
  Éxodo 23. Quiero  enfocarme en cuatro palabras claves que Dios le dice a Moisés y al pueblo, pero  ustedes saben que el Antiguo Testamento no fue dicho sólo una vez, sino muchas  veces, todo lo que está en el Antiguo Testamento debe ser pasado por la obra de  la cruz por el Nuevo Testamento, allí tenemos verdades tremendas, en el Antiguo  Testamento, pero tienen que resistir la prueba de la obra de la cruz para que  esta Palabra sea eterna, sea un fundamento y quede firme.
  Hay cuatro cosas muy importantes que  le dice Dios a Moisés.
  
  "He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te  guarde en el camino,
  y te  introduzca en el lugar que yo he preparado.
  Guárdate delante de él, y oye su voz;    no le seas rebelde; 
porque él no perdonará vuestra rebelión,
    porque mi nombre está en él.
    Pero si en  verdad oyeres su voz    e hicieres todo lo que yo te dijere,
    seré enemigo de tus enemigos,    y afligiré a los que te afligieren.
    Porque mi Ángel irá delante de ti,    y te llevará a la tierra del amorreo,
    del heteo, del ferezeo, del cananeo,    del heveo y del jebuseo,
    a los cuales yo haré destruir.
    No te inclinarás a sus dioses, ni los servirás,    ni harás como ellos hacen;
    antes los destruirás del todo,    y quebrarás totalmente sus estatuas.
    Mas a Jehová vuestro Dios serviréis,    y él bendecirá tu pan y tus aguas;
    y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti.
    No habrá mujer que aborte,    ni estéril en tu tierra;
    y yo completaré el número de tus días."
    Éxodo 23:20-26
  
    Aquí Dios le  está diciendo al pueblo cuatro cosas:
  Le está  hablando de la presencia de Dios, le  está hablando de oír a Dios, le está  hablando de hacer lo que Dios dice y  le está hablando de servir a Dios... Cuatro  cosas.
  Presencia, oír, hacer y servir.
  
  * Presencia de Dios
    * Oír a Dios
    * Hacer lo que dice Dios 
    * Servir a Dios
  
  Ahora quiero mostrarle cómo estas cuatro cosas pasan la prueba del Nuevo Testamento,  cómo estas mismas cuatro cosas que Dios le dijo a Moisés y al pueblo, son para  nosotros hoy en Cristo Jesús.
  
  Lo primero que quiero mostrarle es algo muy impresionante acerca del Ángel del Señor,  el Señor nunca dice: Les enviaré un ángel,  Él dice: mi ángel.
  
  ...mí  ángel es la representación del mismo Dios, es Dios mismo estando con  ellos en ese lugar. Desde el comienzo de la creación con Adán y Eva, lo que  Dios quería era que Adán y Eva disfrutaran de su presencia; el hombre peca, se  sale de la presencia de Dios pero Dios de nuevo, cuando toma su pueblo y lo  escoge y lo va a sacar de Egipto para traerlo a lo que le prometió, a lo prometido,  a lo que Él le había dicho.
  Le dice, eso  no va suceder sin antes, mi presencia.
  
Dos veces usa mi ángel, dos veces dice: mi ángel irá delante de ti, mi  presencia será lo que te guíe.
1) La presencia de Dios, protege  nuestro caminar para introducirnos a lo prometido.
La presencia  de Dios protege nuestros pasos porque Dios está interesado en meternos a lo que  nos prometió, pero el único ámbito en que lo que está prometido, no sólo se  cumpla, sino que lo podamos tomar, es cuando nosotros aceptamos voluntariamente  vivir en el ámbito dónde Dios está, en el ámbito de la presencia de Dios.
  
  Quiero mostrarle algunas cosas del Antiguo Testamento solamente, dice que Dios  les va a dar protección, dice el verso 20 y que también los va a guiar. Cuando  usted  mira en otra parte de la  Escritura, usted se da cuenta que Dios le dio protección a Israel.
  ¿Cómo? Dice  que: una  columna de nube, en dónde el Señor estaba los cubría de día y una  columna de fuego les daba calor y los alumbraba de noche.
  Luego habla también de la guía y cuando habla de la guía, dice también que la  nube de Dios se posaba sobre el Tabernáculo de Dios. El Tabernáculo de Dios es  símbolo de la presencia de Dios y mientras la nube de Dios estaba quieta, Él  estaba ahí, el ángel estaba en esa nube, mientras estaba quieta, Israel no se  movía pero cuando la nube se levantaba, Israel se movía, había protección y  había guía.
  
  ¿Y por qué decimos tanto no sé que hacer? ¿Cómo lo voy a enfrentar? ¿Cómo lo  voy a lograr? ¿Cómo voy a salir de esto? ¿Cómo me va a ir?
  Israel no se preocupaba, miraba la nube, estaba quieta, quietos, se levantaba,  se levantaban... Usted me dirá: ¡Bueno, qué vivo! Había una nube, por lo menos  algo veían. ¿No? Ya le voy a hablar de lo que tiene usted, mucho más que una  nube... ¡Mucho más que una nube!
  
  Pero les quiero mostrar algo: el Ángel del Señor, es el Señor  mismo, cuando el ángel del Señor le jura a Abraham que por haber entregado a  Isaac, él iba a hacer lo que le dijo, dice: Yo  mismo el Señor y habla del Ángel del Señor, como el Señor.
  Cuando Gedeón lo mira y dice: voy a morirme porque vi a Dios, el Ángel del Señor, cuando los papás de  aquél forzudo Sansón, Manoa y su mujer vieron al Ángel del Señor pensaron que iban a morir.
   
  Pero sí hay una cosa interesante en esto, todas las veces que aparece el ángel  del Señor, aparece en medio de una figura encarnada que el ser humano  puede ver.
  ¿Sabe por qué?  Se lo voy a decir: Cuando Moisés le dijo a Dios, si tú no vas a venir con  nosotros, entonces no nos quites de aquí, entonces Dios le dijo: ¡Ok! Yo voy  contigo.
  Pero si vas a venir conmigo una cosa más, yo quiero verte... ¡Está bien te lo  doy! Pero... pero... pero... Yo te  cubriré en la hendidura de un una peña, verás mis espaldas mas no verás mi  rostro porque nadie que me vea puede quedar vivo.
  ¿Sabe por  qué? Porque la dimensión de la carne no puede entrar a la dimensión del  Espíritu y vivir, por eso que cada vez que Dios se aparece, se aparece en carne
  Por eso en los últimos tiempos y en los postreros tiempos y para que nosotros pudiéramos  ver a Dios, Dios se aparece en carne, en un hombre santo y puro, llamado  Jesucristo.
  
  La carne no puede entrar a la dimensión del Espíritu porque está viva, si entra  muere, hay un doble mensaje, estoy dando un doble mensaje. La carne no puede  entrar a la dimensión del Espíritu porque si entra muere, es hora ya de que  muera, porque si entras a la dimensión del Espíritu muere, ¿que me voy a morir  y me van a poner en un cajón? No, va a morir una manera de pensar carnal que  tiene que morir para poder entrar a la dimensión del Espíritu.
  
  Siempre que aparece el ángel del Señor, es el mismo Señor  yendo delante y Él dice: Cuando vaya delante, cuando camines en mi presencia,  en esa presencia Yo estaré delante de ti. Por eso cuando Jesús vino, si usted  va a Marcos 3, en síntesis lo que quiero decir de este punto en Marcos 3  aparece esta verdad:
  
  "Después  subió al monte,
    y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él.
    Y estableció a doce, para que estuviesen con él,
    y para enviarlos a predicar,
y que tuviesen autoridad para sanar  enfermedades
    y para echar fuera demonios" 
    Marcos 3: 13-15
  
  Lo primero que hizo Jesús después de buscar del Padre la dirección para elegir  a sus apóstoles y después de establecer a los doce, lo primero que hizo fue que  ellos estuviesen con Él, para luego enviarlos a predicar.
  Es decir, ¿qué fue lo primero que quiso Dios con Adán y Eva? ¿Qué quiso? Estar con  ellos. ¿Qué quiso Dios con el Israel que sacó de Egipto y metió a la tierra  prometida? ¿Qué quiso Dios? Estar con ellos.
  ¿Qué es lo  que quiere Cristo cuando viene a una vida? ¡No hermano, cambiarme la casa!...  cambiarme el carro... mi vieja si no es muy buena... ¡no es que Dios me quiere  bendecir! ¡Cómo tenemos tan confundida esa palabra bendición! ¡Tan hermosa y  tan grande! Pero tan confundida, que llamamos a las cosas bendición, no dice:  que nos ha dado a Cristo y juntamente con Él todas las cosas. Las cosas son  beneficios y bienes, la bendición es Cristo, así que nunca use bendición para  las cosas, las cosas son un bien, un beneficio pero nunca una bendición, ¿Eh? ¿Se  despertó? ¡Las cosas son un beneficio, un bien! ¡Huy, qué bueno! ¿Qué quiere Él  entonces? Estar con nosotros.
  
  Lo primero para lo que te apartó es Señor es, para que tú desees su presencia,  porque Él desea la tuya, Él ya desea la tuya, eso es así. 
  Yo nunca encontré, que resulta que Dios esté buscando que nosotros le digamos a  Dios ¿eh Dios, adónde te fuiste que no quieres tener comunión conmigo? ¿Alguna  vez usted le tuvo que reclamar a Dios? ¿eh Dios, dónde te fuiste que no quieres  comunión conmigo? Pero al revés sí ¿no?
  Dios dice: ¿Eh,  dónde te fuiste que quiero tener comunión contigo? ¿Sí o no? Nunca es Él quien  se aleja, dice, parece Dios alejado, Él nunca se aleja, Él siempre está allí.
  
  Así que lo primero que quiere Dios, entienda, esto es tan importante, porque  sin la presencia de Dios no hay propósito de Dios y sin propósito de Dios no  podemos entrar, ¿a qué?
  a las  promesas, porque las promesas están en Cristo.
  
  Cristo representa la presencia de Dios hoy, ya no está el Tabernáculo, ya no  está la columna de nube, ya no está la columna de fuego, ya no hay ningún ser que  nos diga que se levantó la columna, ahora todo eso está en Cristo, entonces,  fuera de esa comunión con Cristo no hay propósito, por lo tanto ¿qué no hay?  Promesas.
  Pero si yo me aferro a la presencia de Dios, entonces me aferro al propósito y  si me aferro al propósito yo entro a lo prometido, no puedo fallar en lo  prometido, porque no dependerá de qué gran capacidad tengo yo. No. Dependerá  que Dios diga ¡qué gran comunión tiene él conmigo! ¡Qué gran comunión!
  
  Mi amado, el gran interés de Dios, ¿sabe qué es? Que vivamos siempre en su  presencia, es el máximo interés de Dios.
  
  Por eso hay dos órdenes en la Biblia, no lo vamos a leer, Efesios 4:30; 1 Tesalonicenses  5:19, da dos órdenes, no contristen al Espíritu Santo y no apaguen al Espíritu  Santo.
  O sea, no  apaguen, no aflijan, no le causen heridas, no apaguen al Espíritu Santo, ¿por  qué? Porque si contristan al Espíritu Santo o lo apagan, no podrán ser  gobernados por el Espíritu Santo.
  Ahora, el  problema es a veces, nosotros nos medimos a nosotros mismos con nosotros mismos,  sabe que esa medida es equivocada, entonces tenemos ciertas ideas de lo que  significa apagar, ¿o no?... ¿o no? 
  Bueno, para mí apagar al Espíritu Santo... ¡imagínese aquellos que hacen  pecados groseros, obvio que apagan al Espíritu Santo! Y también lo entristece y  esto y... ¡no hay gente que entristece al Espíritu Santo! ¿Por qué no nos  ponemos de acuerdo con Dios a ver qué es lo que entristece al Espíritu Santo?  ¿Cómo es que se apaga al Espíritu Santo? Y entonces vamos a ver cómo es que se  apaga al Espíritu Santo y entonces vamos ver si somos de los que lo encendemos  o lo apagamos.
  
  Romanos 8,  muy conocido pero quiero quedarme en algo muy importante:.
"Ahora, pues, ninguna  condenación hay
  para los que están en Cristo Jesús,
  los que no andan conforme a la carne,
  sino conforme al Espíritu.
  Romanos 8: 1
"porque el ocuparse de  la carne es muerte,
  pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz."
  Romanos 8: 6
La palabra  aquí usada para condenación es una palabra griega que significa: ser acusado o  recibir una sentencia como condena, un castigo que es una condena, pero resulta  que cuando entendí un poquito más la palabra ocuparse, ocuparse  de la carne, entonces a ver qué quiere decir ese asunto de ocuparse?  qué quiere decir que no voy a comer más, no voy a dormir más? ¡Claro!  Explíqueme qué significa ocuparse. 
  
  Se lo voy a leer en una traducción literal: porque ocuparse, es decir, la  manera de pensar... la manera de pensar de la carne es muerte, más ocuparse,  la manera de pensar del Espíritu es vida y paz, por lo cual  la mentalidad de la carne, eso dice el vs. 7 es enemistad contra Dios.
  ¿Qué es  entonces contristar al Espíritu Santo? ¿Qué es? La mentalidad. 
  Cómo, ¿no hay solo un pecado grosero, y si yo le levanté la mano y le pegué  tres gritos? Eso son otras cosas más. Aquí dice simplemente una cosa sencilla,  acá dice la manera de pensar de la carne.
  ¿Y quiénes  tenemos la manera de pensar de la carne? Todos, ¿o no? 
  Usted, ¿no tiene un cerebro adentro de su cabeza? Ése piensa y a veces piensa  tonterías, en una velocidad inimaginable, generalmente comienza a pensar todas  cosas que nada tienen que ver con el pensamiento de Dios pero generalmente esos  pensamientos son los que terminan haciéndose, porque recuerde que un hombre es,  tal cual él piensa, eso lo dice la Escritura, tal cual él piense así es el  hombre, Wou! ¿No hay un pecado muy grosero aquí no? Pero dice que yo voy a  apagar y contristar al Espíritu Santo si mi manera de pensar es de hombre  natural, sigo viendo las cosas y las circunstancias como las ve el hombre  natural que camina en las calles, ahí estoy apagando el Espíritu, y si apago al  Espíritu no puedo caminar en una presencia que está fluida dentro de mí y está  fluyendo y es como un río. Su presencia empieza a apagarse y entonces lo que es  carnal empieza a tomar lugar. 
  ¿Se da cuenta que no tiene nada que ver con un pecado grosero, la manera de  pensar?
  
  Lo segundo, no sólo su presencia, la voz de Dios, ¿qué ocurre con la voz de  Dios? En ese pasaje de Éxodo vimos que la voz de Dios nos protege de ser carnales  y nos guía en cada decisión del camino... nos guía en cada decisión del camino.
  La primer  pregunta que me hago con esto de la carnalidad: ¿Cuál es la clase de muerte? Porque  dice que el ocuparse de estas cosas es... no dice que es muerte... muy bien, la  pregunta es: ¿cuál es la clase de muerte que produce la manera de pensar de la  carne? Cuando yo leo el verso 21 dice: Mi ángel no perdonará la rebelión...  y uno dice, ¡ya sé! Toda esa gente rebelde fue, esa gente no tiene perdón de  Dios, pero no es lo que dijo Dios, esa gente ciertamente por la rebelión murió  en el desierto pero si yo digo que Dios no la perdonó estoy mintiendo, y  entonces dice uno, pero entonces ¿porqué el ángel dijo no perdonará la rebelión, en qué sentido está hablando no perdonará?
  
  Números 14, en  qué sentido está que no lo va a perdonar?
  
  Perdona ahora la iniquidad  de este pueblo según la grandeza 
    de tu misericordia, y como has perdonado a este pueblo 
    desde Egipto hasta aquí.
    Entonces Jehová dijo: Yo lo  he perdonado conforme a tu dicho. 
    Mas tan ciertamente como vivo yo, y mi gloria llena toda la tierra, 
    todos los que vieron mi gloria y mis señales que he hecho 
    en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, 
    y no han oído mi voz, no verán la tierra de la cual juré 
    a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la verá.
    Números 14:19-22
    
    Yo Jehová he hablado; así haré a toda esta  multitud perversa 
  que se ha juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, 
  y ahí morirán.
  Y los varones que Moisés  envió a reconocer la tierra, 
  y que al volver habían hecho murmurar contra él 
  a toda la congregación, desacreditando aquel país, 
  aquellos varones que habían hablado mal de la tierra, 
  murieron de plaga delante de Jehová.
  Números 14:35-37
Le hago una pregunta, ¿los  perdonó Dios o no los perdonó? Sí los perdonó.
  Entonces, ¿por qué el ángel  dijo: no perdonará? 
  Qué importante es esto, ¿se está contradiciendo? 
  Dijo que no perdonará y los está perdonando? ¿De qué clase de perdón está  hablando entonces el ángel de Señor? ¿Qué es lo que está diciendo acerca de la  rebelión? 
  Le voy a decir lo que está diciendo: cuando uno es carnal se vuelve obstinado,  el obstinado se vuelve terco, ¿o no? porque obstinado y terco son familia, son  primos hermanos, consanguíneos, tienen el mismo apellido.
  Qué ocurrió entonces? Dos  cosas. ¿qué fue lo que sufrió? el propósito. ¿Qué sufrió? el propósito. ¿Qué no  pudieron conquistar? La promesa. ¡Ah! ¿Qué no pudieron conquistar? La promesa.
  
  Porque ocurrieron dos cosas:
  
  1) Le fue acortada su vida física, porque se murieron en el desierto y no  pudieron disfrutar de su promesa, a los príncipes, doce príncipes que habían  hablado mal y le voy a decir que el castigo no es igual porque a mayor  autoridad, mayor castigo. 
  Por eso a veces cuando la gente quiere autoridad en la Iglesia, y cuándo yo voy  a tener el puesto... Pues dáselo, que total, así le va a ir... Porque no sabe  el que quiere ser autoridad, es porque no está preparado para ser autoridad,  por eso quiere ser autoridad.
  Le voy a decir qué lo que les pasó y después de esto, anótese con el pastor el  que quiera un puesto, dice que de los doce que hablaron mal, Dios los mató, ahí  nomás, de plano, acá, ahí nomás los mató, pero a los otros que solamente  murmuraron pero no eran líderes, se murieron durante cuarenta años en el  desierto... no fue para tanto, ¿no? No es lo mismo, ¿no? O es igual? No, mayor  autoridad, mayor castigo, si no caminó con Él; ahora si caminó con Él, a mayor  autoridad fluye la bendición de Cristo pero fluye la revelación, ¿me está  comprendiendo?
  
  Lo único que sufrió aquí fueron las promesas, ellos sufrieron porque no  alcanzaron las promesas, porque yo tengo que caminar en la presencia de Dios  estando dispuesto a oír lo que Dios tiene para decirme. Yo camino en su  presencia porque estoy dispuesto que cuando Dios me dice algo aunque la forma  de pensar de mi carne sea contraria a lo que Dios me acaba de decir, yo estoy  dispuesto a que eso que piensa mi carne, pisotearlo bajo los pies de la voz de  Dios. Eso es lo que Dios está buscando... ¡Oh! La presencia, sí pero hay mucha  gente que siente la presencia pero cuando oye a Dios no lo hace, entonces, no  sirve de nada sentir la presencia si no voy a hacer lo que me dice, porque  empiezo a altercar con Él.
  
  2) Lo segundo, cuando oímos  la voz de Dios, está relacionado con estar protegidos en cada decisión del  camino. Ahora la pregunta es: ¿Qué clase de pecado fue el que cometieron para  merecer ese castigo? A ver, mataron, robaron, estafaron, adulteraron... No,  escuche cuál fue el gran pecado.
  Números 14:1, el gran pecado  por el cuál no entraron, vamos a ver qué gran pecado a ver si mataron a la  madre, le pegaron con un palo al padre, a una vieja paralítica que estaba ahí  en sillas de ruedas, a ver qué hicieron... ¿Qué hicieron tan malo para no  entrar a la tierra? Vamos a ver qué hicieron.
  
    Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; 
    y el pueblo lloró aquella noche. Y se quejaron contra Moisés 
    y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: 
  ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto 
    ojalá muriéramos! ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para  caer 
    a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? 
  ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?
  Y decían el uno al otro:  Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto.
  Números 14:1-4
  
  Ahora le hago una pregunta,  vamos a ser sinceros, en primer lugar esa gente que estaba en ese lugar, estaba  viendo la tierra. Pero le voy a decir algo, los muros eran reales, los gigantes  eran reales, las circunstancias eran reales, no eran mentiras, eran reales. ¿Cuál  sería su manera de pensar ante ésa circunstancia? Porque es de fácil  criticarlos. Me puede decir cuál sería su manera de pensar? 
  Pero sabe una cosa, ¿sabe lo que estremeció? De golpe tuve una imagen, ¿vio  cuándo se le pinta un cuadro a usted en la mente? De golpe yo me vi un montón  de gente gritando y el fuego de Dios ahí, ellos estaban gritando en la  presencia del fuego de Dios que los dirigía y diciéndole, ¿para qué me trajiste  aquí a morir con mis hijos, mi esposa y mi familia? En la presencia de Dios... 
  
  ¿Me deja decirle algo? Lo nuestro es peor... Porque ahí la presencia de Dios  estaba afuera, ahora la presencia de Dios está adentro, por eso dice: de una  misma boca no puede salir, agua dulce y agua amarga porque cuando sale de mí,  de adentro mío está la presencia de Dios, lo que yo estoy diciendo está  contrario, no a lo que está afuera a lo que me habita.
  ¿Qué es peor, ellos o nosotros? ¿Sabe cuál fue el gran pecado? La lógica manera  de pensar. Es que si no hacemos esto es que... es que si hacemos así, no  claro... pero tú tienes que... y Dios, ¿dónde estaba allí? Nadie dijo pero, ¿por  qué no buscamos dirección de Dios y nos callamos un rato hasta que Dios hable?  Digo para no tener que arrepentirnos después de cosas que nunca debiéramos  haber dicho y cosas que nunca debiéramos haber pensado.
  
  Porque a veces sólo paramos lo que decimos, pero no paramos lo que pensamos,  usted tiene que aprender a poner un stop a su mente, no sólo a su habla, porque  a veces la boca, según, el que habla más, habla más de lo que piensa pero el  que habla menos, simplemente habla menos de lo que piensa, pero igual pensó. Es  lo mismo, piensa más de lo que habla, pero estamos en el mismo pecado y en  misma situación, hay que poner un stop. Hay que poner un stop a la boca... No,  primero ponle un stop a la mente, ¿a cuál? A la manera de pensar de la carne.
  
  Para que no nos produzca este asunto, que esté por agarrar a promesa y la  pierdo, porque la manera de pensar de la carne no va de acuerdo a la manera de  pensar del Espíritu, no fue un gran pecado, hermano, si lo vamos a mirar fue un  pecado lógico, mire si usted en esa situación, en medio de esa realidad, con  gigantes alrededor, con murallas a su alrededor, con todo lo que usted quiera,  dice, la verdad es que no está tan mal pensar en esas circunstancia, Dios no me  puede juzgar por eso, pero Dios los juzgó por eso, dijo: no voy a aceptar esa  desobediencia y se acabó... Tremendo, ¿no? Qué importante es la voz de Dios.
  
  
  3) Una vez que estamos en su presencia y oímos lo que Dios dice, hay que hacer  lo que Dios dice... Porque oír y hacer, no es lo mismo, ¿no? 
  Le voy a decir algo bien lindo de lo que es hacer lo que Dios dice, ¡cómo me  gustó esto! ¿Sabe de qué me di cuenta? Que cuando yo hago lo que Dios dice,  Dios lucha por mí contra mis enemigos, eso está en la Biblia.
  Voy a luchar contra los  enemigos! No. Si tú haces lo que Yo te digo, Yo lucho por ti contra tus  enemigos, porque le voy a decir algo, querer oír a Dios, estamos en tiempo  donde todo el mundo dice, yo quiero una palabra de Dios. ¿Sí o no? Queremos oír  a Dios, pero le voy a decir algo, eso no significa que usted quiera obedecerlo... 
  
  Mire se lo voy a mostrar, va a estar tan claro, que le va agarra carne de  gallina. 
  Jeremías 42, no se lo voy a  mostrar porque usted no sabe si reírse o llorar... Lea esto porque me parece  extraordinario, cuando veo al profeta digo, Dios mío, ¿qué es esto? Todos estos  son pueblo de Dios, le voy a avisar que aquí están los santos, mire... Dice: 
  
    Vinieron todos los oficiales de la gente de guerra, y Johanán hijo  de Carea, 
    Jezanías hijo de Osaías, y todo el pueblo desde el menor hasta el mayor,
  y dijeron al profeta  Jeremías: Acepta ahora nuestro ruego delante de ti, 
    y ruega por nosotros a Jehová tu Dios por todo este resto 
    (pues de muchos hemos quedado unos pocos, como nos ven tus ojos), 
    para que Jehová tu Dios nos enseñe el camino por donde vayamos, 
    y lo que hemos de hacer. Y el profeta Jeremías les dijo: He oído. 
    He aquí que voy a orar a Jehová vuestro Dios, como habéis dicho, 
    y todo lo que Jehová os respondiere, os enseñaré; no os reservaré palabra. 
    Y ellos dijeron a Jeremías: Jehová sea entre nosotros testigo de la  verdad 
    y de la lealtad, si no hiciéremos conforme a todo aquello para lo cual 
    Jehová tu Dios te enviare a nosotros. Sea bueno, sea malo, 
    Sea bueno, sea malo a la voz de Jehová nuestro Dios al cual te  enviamos, 
  obedeceremos, para que obedeciendo a la voz de Jehová nuestro Dios 
    nos vaya bien.
  
  Aconteció que al cabo de  diez días vino palabra de Jehová a Jeremías. 
    Y llamó a Johanán hijo de Carea y a todos los oficiales de la gente de 
    guerra que con él estaban, y a todo el pueblo desde el menor hasta el mayor; 
    y les dijo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel, al cual me enviasteis  para 
    presentar vuestros ruegos en su presencia: Si os quedareis quietos
    (no pasivos) en esta tierra, os edificaré, y no os destruiré; os plantaré, 
    y no os arrancaré; porque estoy arrepentido del mal que os he hecho. 
    No temáis de la presencia del rey de Babilonia, del cual tenéis temor; 
    no temáis de su presencia, ha dicho Jehová, porque con vosotros estoy 
    yo para salvaros y libraros de su mano;
    
  Mas si dijereis: No  moraremos en esta tierra, no obedeciendo así 
    a la voz de Jehová vuestro Dios, diciendo: No, sino que entraremos 
    en la tierra de Egipto, en la cual no veremos guerra, ni oiremos sonido 
    de trompeta, ni padeceremos hambre, y allá moraremos; 
    ahora por eso, oíd la palabra de Jehová, remanente de Judá: 
    Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Si vosotros 
    volviereis vuestros rostros para entrar en Egipto, y entrareis 
    para morar allá, sucederá que la espada que teméis, os alcanzará 
    allí en la tierra de Egipto, y el hambre de que tenéis temor, 
    allá en Egipto os perseguirá; y allí moriréis.
  Jeremías 42:1-16 
  
  Aconteció que cuando  Jeremías acabó de hablar a todo el pueblo 
  todas las palabras de Jehová Dios de ellos, todas estas palabras 
  por las cuales Jehová Dios de ellos le había enviado a ellos mismos, 
  dijo Azarías hijo de Osaías y Johanán hijo de Carea, y todos los varones 
  soberbios dijeron a Jeremías: Mentira dices; no te ha enviado Jehová 
  nuestro Dios para decir: No vayáis a Egipto para morar allí, 
  sino que Baruc hijo de Nerías te incita contra nosotros, para entregarnos 
  en manos de los caldeos, para matarnos y hacernos transportar 
  a Babilonia. No obedeció, pues, Johanán hijo de Carea y todos los 
  oficiales de la gente de guerra y todo el pueblo, a la voz de Jehová 
  para quedarse en tierra de Judá, sino que tomó Johanán hijo de  Carea 
  y todos los oficiales de la gente de guerra, a todo el remanente de Judá 
  que se había vuelto de todas las naciones donde había sido echado, 
  para morar en tierra de Judá; a hombres y mujeres y niños, y a las  hijas 
  del rey y a toda persona que había dejado Nabuzaradán capitán de 
  la guardia con Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, y al profeta Jeremías 
  y a Baruc hijo de Nerías, y entraron en tierra de Egipto, porque 
  no obedecieron a la voz de Jehová...
  Jeremías 43:1-7
¿Lo está escuchando? ¿Qué  dijeron ellos? Todo lo que digas y que Dios sea testigo, eh! De que Dios todo  lo que diga lo haremos... ¿Qué pasó? Que lo que Dios dijo, no gustó.
    
    Así de fuerte es el pensamiento de la carne  contra el pensamiento del Espíritu.
    Así de fuerte es el pensamiento de la lógica  contra el pensamiento de Dios. 
  Así de fuerte... ¡oh! yo voy  a hacer todo lo que Dios me diga! 
  No... no si yo estoy dispuesto, el Señor sabe, hermano, mi corazón... mi  corazón, perverso y engañoso más que todas las cosas es el corazón del  hombre...
  
  Entonces, ¿qué ocurre? Ellos querían ir a Egipto, ése es el problema y Dios les  dijo lo que ellos no querían oír. Y entonces dijeron: no son todas mentiras...  Lo que pasa que tu escribiente te está incitando contra nosotros porque quiere  que todos nos muramos aquí... ¿Sabe cómo termina? Después lea la historia...  muerte para todos lo está viendo, ¿no?
  
  Querer oír a Dios no significa, estoy dispuesto a obedecerlo.
  Quiero que vaya por favor a  Éxodo 14, porque quiero mostrarle lo que significa cuando Dios lucha por los  que hacen lo que Él dice. Si queremos ver a Dios luchar por lo que Él dijo,  tenemos que hacerlo y lo vamos a ver luchar por nosotros:
  
  Entonces los hijos de Israel  entraron por en medio del mar, en seco, 
  teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda. 
  Y siguiéndolos los egipcios, entraron tras ellos hasta la mitad del  mar, 
  toda la caballería de Faraón, sus carros y su gente de a caballo. 
  Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento 
  de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó 
  el campamento de los egipcios, y quitó las ruedas de sus carros, 
  y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: 
  Huyamos de delante de Israel, porque Jehová pelea por ellos
   contra los egipcios. Y  Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano 
  sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre 
  sus carros, y sobre su caballería. Entonces Moisés extendió su  mano 
  sobre el mar, y cuando amanecía, el mar se volvió en toda su fuerza, 
  y los egipcios al huir se encontraban con el mar; y Jehová derribó 
  a los egipcios en medio del mar.
  Éxodo 14:22-27
¿Cuánto fue lo que hizo  Israel? Una sola cosa, hacer lo que Dios dijo, todo lo que tenía que hacer era  cruzar el mar, ¿cuál era la orden? Sencilla, cruzar el mar. Claro, si vas andar  mirando los paredones de mar ahí arriba, imagínate, ésas no son paredes, ahí el  agua estaba rugiendo mientras que algo la detiene pero ahí está rugiendo. 
  Pasa por ahí... pasa por ahí... no, pero si se viene... pero pasa por ahí... Si  tú pasas por ahí Yo te voy a defender porque eso es lo que Yo dije, aunque no  tenga lógica, aunque te gusten los muros pintados, Yo los prefiero de agua... ¡Ah!  Pasa por ahí y Yo te voy a defender...
  
  ¿Está siendo claro? Cuando ellos hicieron lo que Dios les dijo, Dios los  defendió, pero esto fue lo mismo que hizo el rey Ezequías, el rey Ezequías no  tenía fuerzas contra un ejército, venía Senaquerib y todo el ejército asirio  contra ellos, no tenía forma... Y cuando Ezequías vio la cosa, vino con la  carta, se puso delante de Dios y dijo: Señor, nosotros no podemos con esto,  muéstrales que Tú eres Dios.
  Como fue a la presencia de  Dios y buscó de Dios, Dios se encargó y mató ciento ochenta y cinco mil  asirios, fin de la pelea. 
  
  Una preguntita: ¿Estás luchando mucho con tus enemigos? 
  Una cosa es luchar por el Reino, otra cosa es contra mis enemigos, son dos  cosas bien diferentes, porque si estoy luchando mucho contra mis enemigos,  probablemente Dios no está luchando por mí, y la Palabra me promete que Él  luchará por mí y yo necesito ver que Él luche por mí, porque estoy en su  presencia, porque oigo su voz y porque hago lo que Él me dice. 
  
  
  4) Por último, hablé de servir a Dios, ¿sabe qué hace que sirvamos a Dios?  Protege nuestra provisión, nos protege de enfermedad, de aborto y de  esterilidad. Eso promete la Escritura, si nosotros servimos a Dios... Pero  claro, escuche... 
  El servir a Dios es simplemente la consecuencia de los primeros tres, no es que  entonces ya sé lo que tengo que hacer, ahora tengo que servir a Dios, no, no,  no es así, no. El que está dispuesto a vivir en el ámbito de la presencia de  Dios oye su voz y hace lo que Dios dice, inmediatamente le está sirviendo,  porque servir a Dios no tiene nada que ver con el concepto humano de lo que  hacemos para Dios, sino lo que Dios hace a través de nosotros.
  
  Hay un concepto humano de servir a Dios y es: en qué yo puedo servir a Dios.
  En la Biblia nunca se enseña  así, en la Biblia siempre es al revés, en qué Dios puede usarme a mí para  servir. 
  Son cosas muy diferentes. Porque hay un servicio de la carne y hay un servicio  del Espíritu. 
  Es más, en el Antiguo Testamento hay una maldición exclusivamente, porque Dios  dijo: Estoy enojado contigo, y viene la maldición, le dijo al pueblo, porque tú  no me serviste de todo corazón por la cantidad y abundancia de las cosas que te  di, dice así Deuteronomio, dice Dios: Tendrías que haber sido lógico si te  bendije tanto, si te prosperé, si te doy toda clase de bienes, el resultado de  eso tendría que haber sido que todo tu corazón me sirvieras a mí, pero no, te  dedicaste vaya saber a qué cosa... Menos a servirme a mí. 
  ¡Qué tremendo! Ve que no es cuestión de lo que uno hace por Dios, sino de lo  que Dios hace a través de uno.
  
  Mire el servicio que recibe alabanza de Dios.
  
    Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu 
    en el evangelio de su Hijo,  de que sin cesar hago mención 
    de vosotros siempre en mis oraciones.
    Romanos 1:9
Pues no es judío el que lo es exteriormente,  ni es la circuncisión 
  la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que 
  lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, 
  no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.
  Romanos 2:28-29
Cuando servimos a Dios desde  nuestro espíritu y la ley de Dios está en nuestro espíritu, Dios alaba a ese  hombre, Dios alaba a esa mujer, porque viene de Él.
Porque nosotros somos la  circuncisión, 
  (está hablando de los que  estamos en Cristo)
  los que en espíritu servimos  a Dios y nos gloriamos 
    en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.
    Filipenses 3
Quiero mostrarle algo muy  poderoso, por último, de esto. 
  Lo primero es que nosotros debemos entender que Dios no usa nada que no muere. 
  Voy a repetir: Dios no usa nada que no  muere.
  ¿Por qué dice usted eso?  Porque lo que no muere no tiene la capacidad de recibir la vida de Dios. Todos  tenemos una vida natural y dentro de esa vida natural hay una serie de  capacidades naturales, cuando el viejo hombre muere las capacidades naturales  no esquivan la cruz. 
  
  El problema de la cristiandad es que la cristiandad cree que las capacidades  naturales no deben morir en la cruz y por eso tenemos gente muerta en la  teología, pero no tenemos gente muerta en la realidad, porque dice: no, pero yo  al viejo hombre morí, sí a lo malo del viejo hombre pero no a lo que cree bueno...  si yo soy capaz, yo sé cómo se hace esto... yo sé cómo se hace esto... Nadie te  lo niega y es cierto que saben. 
  Escucha, si no muere, Dios no lo usa. 
  Por eso Pablo dice: que lo único que Dios usa es lo que viene del Espíritu, por  eso agrega no teniendo ninguna confianza en la carne, es decir, todo esto  que yo escribo y las revelaciones que yo le hablo, no vienen de mi doctorado  con Gamaliel, no provienen de mi capacidad de judío, hijo de la tribu de  Benjamín, en cuanto a la ley fariseo, nada de eso, todo eso, junto con mi  capacidad de doctor, se murió. Y lo que ahora se ha levantado es del Espíritu y  eso que es del Espíritu es lo que sirve a Dios.
  Porque el problema es, en  qué tienes talento. Sí y no. ¿Cómo que no? NO, porque lo primero que hay que  enseñar a los que tienen talento es a morir. ¿Están escuchando? Porque Dios no  va a usar ese talento, si no muere. ¿Cómo? No, si no muere no tiene vida de  Dios y si no tiene vida de Dios es de la carne y si es de la carne es trapo  inmundo, no sirve, aunque cantes mejor que el Ángel Gabriel y dances mejor que,  vaya a saber... Fred Astaire, está viejo eso, Shakira, me dirán los jóvenes, se  volvió viejo diciendo Fred Astaire, ¿no? 
  Y ya que mueve el cuerpo así, que lo haga para el Señor, ¿no? 
  ¿Cómo? ¿Cómo? Bueno, pero yo  no he visto a nadie mover el cuerpo como esa mujer! Es impresionante, ¿no? ¡Ah!  Que lo haga para el Señor, ¿no? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Qué, qué? 
  
  Ah... Algo está pasando aquí, lo que no muere no recibe vida de Dios y nuestro  problema es que nosotros, "pecado" lo relacionamos a lo malo y nunca  a lo bueno. 
  Tú no sabes pastor cómo yo amo. Sí...sí... como tú amas, que eres insoportable,  porque el amor humano es egoísta, guarda rencor, te absorbe como esponja y no  te larga, ¿sí o no? Pero usted no sabe cómo yo amo... ¡Ojalá dejaras de amar! 
  ¿Y cuál es el problema de esa persona que ama así? Que después se lastima  porque dice a todo el mundo: yo amé... yo hice... trabajé... yo le di y mire lo  que me hicieron... No...no...no... Nunca estuvo muerto, él amando, ella amando,  él haciendo y es la capacidad: yo puedo... olvídate, nunca Dios te va a usar.
  
  ¿Qué es más poderosa, la  unción o la humildad? Que pregunta difícil he hecho, ¿qué es más poderoso? ¿La  unción o la humildad? 
  Jesús mismo dijo, nunca dijo aprendan de mí que soy un ungido... ¿qué dijo?  Aprendan de mí que soy manso, nunca nos mandó a que aprendamos unción, pero sí  a que aprendamos humildad y mansedumbre. 
  Nosotros le damos más importancia a la unción que a la humildad, ¿sí o no? 
  Por eso hay tantos mensajes de la unción pero pocos mensajes de la humildad, ¿o  no? Casi nadie habla de la humildad, todo el mundo quiere la unción.
  
  Escuche, hace poco tiempo Dios me dijo: Jesús fue más poderoso por la humildad  que por la unción, cuando aprendas a ser más humilde serás más poderoso, híjole  Dios, ahora sí estoy entendiendo, fue más poderoso por humilde que por ungido,  por eso Él nunca hacía alarde de la unción. 
  Es decir, como la humildad es el contenido de la unción, a medida que camina la  humildad la unción se desborda, ¿mira cómo es? Se desborda porque es el que la  contiene, inmediatamente toca a la gente, toca a la gente... toca a la gente, la  cambia, la transforma, produce algo una mirada nada más, Jesús necesitaba mirar  a una persona nada más, y había un cambio en esa persona por una mirada de  Jesús, ¡wow! Qué sencillez pero qué poder. Pero es la humildad que estaba  conteniendo ese poder, por eso habla de servir a Dios en el Espíritu.
  
  Y el Señor me está guiando a una sola cosa que debo hacer, una, no voy a hablar  del viejo hombre porque ya lo conocemos, de los pecados porque ya lo conocemos,  de lo que está mal porque ya lo conocemos, todo eso ya lo conocemos, ¿O no?
  El Señor quiere invitarnos a  morir a nuestras capacidades, cualquier cosa que usted haga bien, a partir de  ahora diga: soy un tonto y no sé nada como debiera saberlo. 
  ¿Cómo? Sí, yo que me creo tan capaz, que creo que puedo tanto, que con mis  manos levanté mi hogar, todo ha sido por misericordia de Dios. Si estoy de pie  y vivo es por misericordia de Dios, si hago un negocio y me sale a favor, ¿sabe  por qué? Misericordia de Dios. Es la capacidad de Cristo, no es uno.
  
  
  Cuatro cosas hoy nos trajo el Señor:
  Presencia, oír, hacer y servir.
  
  Así que por el Espíritu del Señor yo quiero invitarlos por el Espíritu a morir  a aquello que nos creemos capaces, muy capaces y decirle Señor: ¿Sabes por qué  queremos que muera? Porque queremos que tú lo resucites, queremos que le des la  vida que viene de Cristo y entonces yo de verdad te pueda ser útil y de verdad  te pueda servir en mi espíritu.
  ¿Y sabe qué va a pasar? Que  cuando usted sirva en el Espíritu, aunque los demás no respondan a eso, usted no  se frustra ni se enoja, porque es Cristo en usted, no lo que usted hizo por el  otro y el otro no le devolvió, ¿vio? 
  Nos enojamos porque el otro no me devolvió nada de lo que yo hice por él, pero  cuando es Cristo, nunca vi a Cristo reclamarle su amor a alguien, nunca le  reclamó nada a nadie. ¡Qué increíble! nunca le reclamó. Y nosotros nos la  pasamos reclamando: Yo hice todo esto por él y mira él! 
  
  Si sabe que el Espíritu Santo nos está hablando, creo que es el día, ¿no?
  Yo simplemente voy a orar,  cuatro cosas para conquistar las promesas del Senor, muy sencillas: presencia de Dios, oír a Dios, hacer lo que  Dios dice y servirle en el Espíritu.
  
  
  Padre, te doy gracias por esta tarde y  quiero darte gracias por tu Palabra, Señor cuántas veces Tú que eres ese ángel  que no sólo va adelante nuestro sino que está dentro nuestro, está ahí todo el  tiempo y nuestros pensamientos y nuestras palabras, son contrarias, la manera  de hablar y la manera de pensar, cuántas veces demuestra que es la manera de  hablar y la manera de pensar de la carne, de lo natural... 
    Señor, perdónanos por no darnos cuenta cuál es la presencia, de estar delante  de nosotros y en nosotros todo el tiempo.
  
  Señor queremos, cuando te oigamos, de todo corazón, con humildad y mucho  gozo hacer lo que Tú dices, no importa si nos parece bien o nos parece mal,  hacer lo que Tú dices, Señor queremos aprender a servirte en el Espíritu, por  eso queremos morir a todas nuestras capacidades humanas, lo queremos hacer, la  verdad te lo pedimos pero no sabemos cómo opera, no sabemos como opera esto,  pero como dice tu Palabra, que si pido se me dará, lo pedimos, no importa saber  cómo opera, sabemos que de corazón te lo pedimos.
  Señor, morir a todas nuestra buenas capacidades humanas para que Cristo  Jesús las levante de la muerte con su bendición, con su resurrección, con su  ascensión y esas capacidades te sirvan a ti en el Espíritu, que ya no seamos  nosotros sirviéndote a ti, sino Tú sirviendo a través de nosotros.
  
    Padre, te alabamos y te bendecimos, y abrazamos en nuestro corazón estas cuatro  palabras que nos harán conquistadores de promesas, porque yo sé que este pueblo  tuyo, esta parte del Cuerpo está en este lugar reunido, está ante grandísimas y  poderosas promesas, tan grandes y poderosas que sus ojos no las pueden  dimensionar, por eso Señor esta sencillas, estas cuatro cosas queden grabadas a  fuego en nuestro corazón: tu presencia, oírte, hacer lo que tú nos dices y  servirte en el Espíritu.
    
    Que seamos sencillos Señor, pero que conquistemos cada una de las promesas que Tú  tienes preparado para este remanente, que será multiplicado en todos los  sentidos y a medida que, Señor, Tú nos das una serie de bienes que nunca  nuestro corazón esté en lo terrenal, sino que nuestro corazón esté en lo  celestial.
    
    Te alabamos Señor y declaramos que Tú lo haces más allá de lo que pedimos,  gracias por ser tan bueno Señor, me sorprende tu bondad, cada día que me  levanto yo me gozo en tu bondad.
    Oh Señor, nunca nos has pagado conforme a nuestros hechos, Tú eres bueno en  verdad, Tú eres bueno en verdad. 
    Gracias te doy Padre por esta tarde, en el poderoso Nombre de Jesús, amén, amén.
    
    
  Quiero decir una última cosa, antes de dejar al profeta Hernán que tiene algo  muy importante para la Iglesia. Me puse a pensar que creo que no hay una sola  persona hija de Dios que no quiera ser considerado como David. Cuando se habla  de David, siempre los corazones de todos, mire, hay muchos ministros y siervos  de Dios en la Biblia, ¿no? Pero David es David, tanto es así que habla de Jesús  como el hijo de David, por eso es especial el hombre, ¿o no? Pero claro, yo me  detuve en algo tan sencillo, tan sencillo, Dios le dijo a Saúl, me he buscado  un hombre conforme a mi corazón, me he buscado un hombre mejor que tú y cuando  a uno le dicen, dicen que todas las comparaciones son odiosas, pero Dios hace  comparaciones, yo sé que no nos gustan, ¿sabe por qué no nos gustan? Porque  cuando salimos en descrédito en esas comparaciones, ahí es dónde no nos gustan,  si salimos en crédito sí nos gustan, ¿o no? Si salimos abajo no nos gustan, ¿sabe  por qué fue mejor? ¿Sabe qué dice el libro de los Hechos? Porque él hace todo  lo que yo le digo.
  
  Quiere ser mejor, cuando Dios dice algo, rápido, urgente, eso es más que  urgente.
  Pero a veces empezamos:  claro, pero... sabe que la circunstancia... sabe que en ese momento... sí, yo  sé lo que Dios me dijo...
  Dios dice: se lo voy a dar a aquél porque es mejor que tú. ¿Por qué mejor que  yo? Porque ése cuando le digo algo, lo hace rapidísimo.
  Por eso hay gente, que aún  puede llegar al borde de la muerte antes de obedecer a Dios, porque Dios le  habla de muchas maneras y no hay forma de que obedezca, hasta que Dios dice: Ok  te voy a hacer entrar o entrar.
  Pero le voy a decir algo, Dios no se agrada de eso. Si quiero ser considerado  mejor, cuando Él diga algo, al minuto yo estoy obedeciendo. 
  Necesitamos una generación de David, muy poderosa levantada en la Tierra, sí. Claro  que tiene, ¿sabe lo que muestra David? La debilidad humana, eso es lo que  muestra David, pero por otro lado la grandeza de Dios en la debilidad humana,  también se muestra ahí, una generación de David, que realmente cuando Dios  habla, Dios puede decir de esa congregación, Dios puede decir así de una  congregación: ¡Son mejor! 
  Pero ¿por qué son mejor? Son mejor, porque cuando tú le dices algo, ellos lo  hacen, no piensan, no dicen, no dialogan, directamente lo hacen, queremos ser  esa generación, ¿no?
  
  
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