¿Cómo va tu trabajo en el cielo?
Daniel Cipolla
26 de June de 2016
El texto contenido en esta página fue tomado literalmente de lo expresado verbalmente
en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
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El Espíritu Santo me llevó a ver la Iglesia de una manera que pocas veces la podemos ver. Cuando nosotros empezamos a entender la Iglesia en la dimensión en que el Espíritu quiere, entonces, nos vemos a nosotros mismos, como Iglesia, en un trabajo que podemos realizar, también en esa misma dimensión en la que Dios ve a la Iglesia.
No es un problema de lo que somos, porque somos la Iglesia de Cristo, los redimidos, sino que es un asunto de la dimensión en la que vemos que estamos en aquello que somos.
Es decir, lo que somos como Iglesia está ahí, pero la dimensión que nosotros vemos de la Iglesia es lo que determina lo que la Iglesia logra.
Somos lo que ya somos, porque somos la Iglesia de Jesús. Quien está en Cristo, quien ha sido redimido por la sangre de Jesús, es parte de esa gloriosa Iglesia, pero la dimensión de la revelación de lo que significa la Iglesia en nuestros espíritus, va a determinar nuestro quehacer diario, va a determinar desde qué dimensión nosotros hacemos lo que hacemos en Cristo Jesús, en qué dimensión le servimos, en qué dimensión le amamos y en qué dimensión tenemos logros en la Tierra.

Quiero que vayamos a un pasaje muy conocido, Efesios capítulo 1, vamos a ir a Efesios capítulo 1, vamos a ver algo en la Escritura que nosotros conocemos muy bien... Efesios capítulo 1, versículo 23, hablando de la Iglesia el apóstol Pablo dice:

"Ésta, (la Iglesia) que es su cuerpo,
es la plenitud de aquel que lo llena todo por completo".
Efesios 1:23 / NVI


Pablo se encuentra declarando una revelación, quien más habló de la identidad de la Iglesia, de lo que era la Iglesia fue Pablo; y Pablo declaró en un momento que la Iglesia era la plenitud de Cristo, es decir, es la medida plena y completa de Cristo porque lo complementa por entero. Es su plenitud; y por supuesto, la Iglesia como cuerpo de Cristo, es también su expresión en la Tierra, porque la Iglesia al estar llena de Cristo, expresa literalmente a Cristo.

Ahora, le voy a decir algo muy interesante que está en la Biblia y pocas veces lo vemos. La Iglesia es tan extraordinaria que proviene de un plan divino de misterio. La Iglesia proviene de un misterio, Dios guardó la Iglesia como un misterio que Él lo iba a revelar a su debido tiempo, y en esto hoy vamos a empezar a profundizar.
Hoy vamos a ver dos misterios específicos, aunque la Escritura habla de más misterios, pero vamos a ver dos.
La Biblia habla del misterio de Dios y habla del misterio de Cristo, que no son los mismos. Son dos misterios diferentes y ambos tienen relación con la Iglesia, por esto vamos a ver estos misterios: El misterio de Dios y el misterio de Cristo.

Por favor, vaya a Colosenses capítulo 2, vamos primero a ver en la Biblia, porque en la Biblia está revelado obviamente, quién es el misterio de Dios.
Vamos a Colosenses capítulo 2, y vamos a leer el versículo 2, que dice:

"Quiero que lo sepan para que cobren ánimo,
permanezcan unidos por amor,
y tengan toda la riqueza que proviene de la convicción y del entendimiento.
Así conocerán el misterio de Dios, es decir, a Cristo,
en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento."
Colosenses 2:2-3/ NVI

El apóstol Pablo con toda claridad dice, el misterio de Dios es uno solo, el misterio de Dios es Cristo y en Cristo está escondido todo, tanto es así que dice, todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. Es decir, no hay nada que esté fuera de Cristo, todo lo que Dios es, fue manifestado en Cristo. Pero no se detuvo ahí, y eso es lo importante, todo lo que Dios es, fue manifestado en Cristo, pero no se detuvo ahí, luego Dios le reveló al apóstol Pablo también, quién era el misterio de Cristo.

Volvamos a Efesios, pero ahora vamos a leer el capítulo 3, y vamos a leer desde el verso 1 al verso 12. Efesios 3:1 al 12, que dice:

"Por esta razón yo, Pablo, prisionero de Cristo Jesús
por el bien de ustedes los gentiles, me arrodillo en oración.
Sin duda se han enterado del plan de la gracia de Dios
que él me encomendó para ustedes,
es decir, el misterio que me dio a conocer por revelación,
como ya les escribí brevemente.
Al leer esto, podrán darse cuenta de que comprendo el misterio de Cristo.
Ese misterio, que en otras generaciones no se les dio a conocer a los seres humanos,
ahora se les ha revelado por el Espíritu a los santos apóstoles y profetas de Dios;
es decir, que los gentiles son, junto con Israel,
beneficiarios de la misma herencia,
miembros de un mismo cuerpo y participantes igualmente
de la promesa en Cristo Jesús mediante el evangelio.
De este evangelio llegué a ser servidor como regalo que Dios,
por su gracia, me dio conforme a su poder eficaz.
Aunque soy el más insignificante de todos los santos,
recibí esta gracia de predicar a las naciones las incalculables riquezas de Cristo,
y de hacer entender a todos la realización del plan de Dios,
el misterio que desde los tiempos eternos se mantuvo oculto en Dios,
creador de todas las cosas.
El fin de todo esto es que la sabiduría de Dios, en toda su diversidad,
se dé a conocer ahora, por medio de la iglesia,
a los poderes y autoridades en las regiones celestiales,
conforme a su eterno propósito realizado en Cristo Jesús nuestro Señor.
En él, mediante la fe,
(el original dice, mediante su fe, está hablando de la fe de Cristo)...
disfrutamos de libertad y confianza para acercarnos a Dios."
Efesios 3:1-12 / NVI

Me detengo ahí, este es un pasaje extraordinario en riqueza, en profundidad y en revelación, pero en este pasaje, Pablo por la revelación del Espíritu nos dice, quién es el misterio de Cristo. ¿Cómo lo hace? Explicando que había un muro entre judíos y gentiles, que viene del capítulo 2, que el muro fue roto por Cristo, porque por Cristo de los dos pueblos se hizo uno solo, y cuando leemos allí que dice, que junto con Israel somos beneficiarios de la misma herencia, y dice: miembros de un mismo cuerpo, ya entendimos, ¿qué entendimos? Que el misterio de Cristo, ¿quién es? la Iglesia.
El misterio de Cristo es la Iglesia.
Escuche, así como todo lo que Dios es está en Cristo, todo lo que Cristo es está en la Iglesia.

El misterio de Dios se derrama en el misterio de Cristo, el misterio de Dios llena al misterio de Cristo.
Voy a usar una palabra difícil pobre traductor, la "corporificación" de Dios es Cristo, la "corporificación" de Cristo es la Iglesia.
Todo lo que está en Dios está en Cristo (lo vamos ver luego más todavía), todo lo que está en Cristo está en la Iglesia, ¿pero qué está diciendo? Está diciendo más, dice que el misterio estaba oculto desde los tiempos eternos, se mantuvo oculto en Dios, ¿por qué? Lo que se mantuvo oculto no sólo es que la Iglesia es el misterio de Cristo, también se mantuvo oculto que al ser la Iglesia el misterio de Cristo, Cristo sería impartido en la Iglesia, eso también estaba oculto.
El misterio de Cristo es la Iglesia, ¿pero quién sería la Iglesia sin Cristo? No sería absolutamente nada, o sea, la importancia de esto que estaba oculto desde la eternidad hasta el momento determinado, no era solamente que el misterio de Cristo era algo llamado Iglesia, no, no. No es que a ese algo llamado Iglesia le sería impartido completamente Jesucristo en ella, ése es el secreto oculto, mantenido en lo oculto.
¿Y qué dice Pablo, cuál era el fin de todo esto? Lo Dice en el versículo 10, el fin de todo esto es, que la Iglesia sea el instrumento divino para una cosa, para que la sabiduría de Dios en todas sus formas, en toda sus maneras, en todas sus variadas formas y diversidad, sea dada a conocer a los poderes y autoridades celestiales. ¿Por qué la Iglesia? Sencillo, porque Dios se derramó en Cristo y Cristo se derramó en la Iglesia.
¿Quién lo tiene? ¿quién lo tiene? La Iglesia, ¿quién lo tiene que dar? La Iglesia. La sabiduría de Dios en las regiones celestiales es dada a conocer por la Iglesia, no por Cristo, no por Dios el Padre, no por el Espíritu Santo, es dada a conocer por la Iglesia.

Ahora escuche, al comprobar que la Iglesia es nada más ni nada menos que el misterio de Cristo y que el Señor dejó este misterio en la Tierra para representarlo, uno empieza a tomar cuenta del tremendísimo privilegio que significa individualmente, formar parte de la Iglesia.
Pero ¿qué pasa? Esa visión individual de, nosotros parte de la Iglesia, palidece frente a la visión colectiva, porque yo me doy cuenta que la trascendencia colectiva de la Iglesia sobrepasa enormemente mi asunto individual de que yo soy parte de la Iglesia.
¿Qué puedo ver entonces? Escuche, que Dios creó a la Iglesia como una entidad celestial colocada en el ámbito terrenal para hacer una tarea eternal.
Vuelvo a repetir eso:
Creó a la Iglesia como un ente celestial, que colocó en el ámbito terrenal para hacer una tarea eternal.

Cuando uno puede ver por la revelación, no por lo que dice la letra, lo que esto está significando, lo que significa esta grandeza, ¿cómo puede ser que hombres humanos mortales hechos de carne y hueso sean una entidad celestial y que no sólo sean celestial, que su mortalidad no impida que la obra que ellos realicen sea eternal? Sólo Dios puede hacer eso.
¡Oh, Aleluya! ¡Sólo Dios puede hacer eso! ¡Eso es lo que eres, eso eres!

Pero tu dimensión de lo que ves de Dios, de lo que eres como Iglesia, es lo que determina tu trabajo.
Es la dimensión, no lo que somos, ya lo somos.
Hay gente que puede ser rica y no sabe que es rica, ya lo es pero vive como pobre, hay mucha gente que tiene mucho pero vive como miserable porque tiene miedo a perder lo que tiene, pero vive como miserable. Es rica pero vive pobre, es pero no tiene la dimensión de verse como es, y Dios quiere que nos veamos como es.

Ahora bien, por esta razón, esto que estamos diciendo es que Cristo dijo, ni las puertas del Hades van a prevalecer contra la Iglesia, es decir, es indestructible. ¿Por qué? Porque su tarea es eternal, no puede ser destructible. Es más, escuche bien, no existe en la Tierra una entidad más importante y trascendente que la Iglesia, no existe, no existe ninguna cosa en la Tierra, nada, nada es más trascendente que la Iglesia de Jesucristo. Es más, quiero que medite en esta frase, el destino eterno de la humanidad depende de la Iglesia.
Lo voy a repetir:
El destino eterno de la humanidad depende de la Iglesia.

¿Y por qué digo esto? Y lo digo con base, porque a la única que Dios le entregó su Reino y su evangelio del Reino para proclamar a Cristo y su evangelio, es la Iglesia.
Quiere decir, que el mundo aquí depende absolutamente, del trabajo de la Iglesia para alcanzar la salvación, entrar al Reino de Dios y recibir vida eterna.

Te lo pongo así, en tus manos puede haber sangre o no, porque nosotros decimos que solamente puede haber sangre cuando asesino a alguien... La Iglesia es responsable del destino eterno de este mundo.
Cuando empecé a ver la dimensión de la Iglesia conforme al Espíritu, las cosas cambiaron, cambiaron, ésta es una perspectiva totalmente diferente de lo que normalmente vemos a la Iglesia.

Ahora bien, fíjese esto, la Iglesia es tan especial que Dios la mantuvo guardada, y esto lo confirma la Escritura, porque fíjese, el misterio de Dios, que ya vimos que es Cristo, el misterio de Dios sí les fue revelado a los profetas del Antiguo Testamento. La mayoría de los profetas del Antiguo Testamento habló del Mesías, habló de su llegada, habló de cómo iba a nacer, habló de sus sufrimientos, hablaron de todo; pero busque en todo el Antiguo Testamento una sola palabra que hable o revele algo de la Iglesia y no lo va a encontrar, ¿por qué? Porque Dios la tenía guardada. ¿Sabe cómo? Escuche, recuerde que lo que está en la Tierra vino primero del cielo. Así como Eva estaba escondida en Adán hasta el día en que tenía que salir a la luz, así la Iglesia estaba escondida en Cristo hasta el día que tenía que salir a luz. Nadie la vio, estaba guardada, porque es especial, y porque es especial el Señor habló de ella y la sacó a la luz en el momento indicado.
¿Por qué en el momento indicado? Porque esa compañera idónea, ésa que le llama la desposada y la esposa, escuche lo que le voy a decir, Él la iba a dejar, ¿o no la dejó? ... Qué extraño, qué extraño lo que estamos diciendo, qué extraño, sí la dejó, preparó a doce, tres años y medio, de los doce se multiplicaron, pero Él se fue. Él la espera allá, pero Él se fue, la preparó y la dejó, ¿por qué? Porque dijo, tú vas a ser exactamente como Yo, me vas a representar en forma completa y total.

Es más, fíjese lo que dice Colosenses 1, por favor, versículo 15 y versículo 19, hablando de Cristo dice lo siguiente:

"Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación,
porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra,
visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades:
todo ha sido creado por medio de él y para él.


Me detengo ahí, ¿quién es la imagen del Dios invisible? Jesucristo.
Vaya al 19:

"Porque a Dios le agradó habitar en él, (en Cristo)
con toda su plenitud"
Colosenses 1:15-16 y 19 / NVI


Oh, oh, oh espere, espere, deténgase ahí... quiere decir que cuando la Biblia me está revelando que Jesucristo es la imagen del Dios invisible, o sea, que no hay otra imagen de Dios que no sea Jesucristo, que la imagen visible del Dios invisible, me hace saber que a Dios le plació que toda su plenitud está en Jesucristo.
Quiere decir, entonces, que cuando la Biblia dice que la Iglesia es la plenitud de Cristo, ¿de cuál plenitud me está hablando? De la misma que Cristo recibió, es decir, aquella que Dios transfirió en Cristo, es aquella plenitud que Dios transfiere en la Iglesia.
Por eso, la Iglesia tiene la total capacidad y autoridad para poder manifestar esa plenitud en el mundo, porque no es cualquier clase de plenitud, es esta clase de plenitud.

Ahora quiero decir, que antes de que lleguemos al versículo 23 del capítulo 1 de Efesios donde Pablo declara que la Iglesia es la plenitud de Cristo, antes de eso, en los versos 17 a 22, ¿sabe qué hace Pablo? Dice, yo oro, ¿y por qué oro? Yo oro para que ustedes tengan, espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Cristo.
Claro, Pablo sabe que es indispensable ese espíritu de sabiduría y de revelación en Cristo, porque si yo empiezo a conocer a Cristo bajo ese espíritu de sabiduría y de revelación, yo voy a saber quién es la Iglesia, sino aunque yo forme parte de la Iglesia, nunca realmente, voy a saber quién soy en verdad como Iglesia; y entonces también mi tarea tendrá una dimensión mucho menor porque no puedo percibir lo que significa la Iglesia en su totalidad.

Vamos a Efesios capítulo 2 por favor, Efesios 2 dice algo interesante de la Iglesia también, versículo 6, dice así:

"Y en unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó
y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales,
para mostrar en los tiempos venideros la incomparable riqueza de su gracia,
que por su bondad derramó sobre nosotros en Cristo Jesús."
Efesios 2: 6-7 / NVI

Me detengo, en unión con Cristo... ¿Qué hizo Dios? Nos resucitó con Él, pero también nos hizo sentar con él en regiones celestiales.
Quiere decir, que Cristo como cabeza de la Iglesia determinó darnos una posición de autoridad celestial para poder equiparnos con esa autoridad, porque esa autoridad nosotros la necesitábamos para manifestar su plenitud en el mundo.
Quiere decir, que la tarea la hacemos en el mundo pero la plenitud viene desde el cielo; la tarea la hacemos en el mundo pero nosotros estamos en el cielo.
Cuando nosotros predicamos a Cristo, predicamos el evangelio, estamos abriendo, déjeme decirlo así, espacios espirituales tomados por la maldad, para abrir esos espacios a la voz de Cristo.
Por eso, es que necesitábamos una autoridad de origen celestial. Quiere decir, que aunque lo hacemos en este planeta llamado Tierra, lo hacemos con una autoridad sentados, espiritualmente hablando, en las regiones celestes.
O sea, que sentados en esas regiones nosotros estamos haciendo lo que hacemos aún en la choza más pobre. Es que nosotros predicamos la Palabra y no tenemos esta dimensión detrás, no la tenemos, predicamos sin esta dimensión, bueno yo predico, la Palabra tiene poder; sí la Palabra tiene poder pero tú también, por el lugar en el que estás sentado y lo que Dios hace que tú bajes desde el cielo a la Tierra; cuando tú estás predicando el evangelio o anunciando a otro, sí tú tienes esta dimensión de poder, entonces tu boca se vuelve una espada que clava y las cosas se le quedan petrificadas, metidas dentro del corazón a la gente, y sabes lo que estás haciendo, sabes que algo, sabes adentro que algo tiene que ocurrir, no estás con eso de que, bueno vamos a saber qué, vamos a ver qué es lo que va a pasar, hay otra dimensión.

Ahora, si yo les pregunto a ustedes, ¿en qué cita piensan si yo les hablo de la gran comisión, en qué piensan? Mateo 28, ¿no? Porque Jesús en Mateo, es donde está escrito que Él dijo, que me ha sido dada toda autoridad en el cielo y en la tierra, por tanto vayan hagan discípulos a todas las naciones, ¿Mateo, no? Claro, porque esto que estoy hablando de la tarea que tenemos que hacer, nosotros lo hacemos por la gran comisión, es una buena frase, es una frase que lo define.
Pero ¿sabe una cosa? La gran comisión, ¿es predicar el evangelio, predicar a Cristo, hacer discípulos? ¿sabe una cosa? Nunca nosotros solemos pensar que hay un ámbito de la gran comisión que no lo tenemos en cuenta, hay un ámbito que a nosotros nos corresponde como tarea de la gran comisión, que no lo tenemos en cuenta, ¿sabe cuál es? El ámbito celestial.
¿Cómo? Eso es lo que dice Efesios 3:10, porque ¿qué leímos nosotros que decía en Efesios 3:10? El fin de todo esto, ¿cuál es?… que la sabiduría de Dios, en toda su diversidad, se dé a conocer ahora por medio de la iglesia a los poderes y autoridades en las regiones celestes…
Quiere decir, escuche, que la gran comisión de la Iglesia abarca dos ámbitos, el terrenal y el celestial.


Por esa razón, por esa razón, el Señor nos sentó en los cielos y nos dio una clase de autoridad que es celestial, ¿por qué? Porque en la Tierra estamos para hacer discípulos de Cristo en todo el mundo, pero en el cielo estamos para dar a conocer la sabiduría de Dios en toda su diversidad.
Quiere decir, que si solamente nos enfocamos en la gran comisión de predicar a Cristo y hacer discípulos, no estamos cumpliendo la gran comisión.
Y usted puede leer todos los libros que usted quiera, y le van a decir que la gran comisión es eso y nada más. Nadie le va a mencionar Efesios 3:10 como gran comisión de la Iglesia.
Pero Pablo reveló por el Espíritu, con claridad, que este misterio de Cristo que es la Iglesia en el cual fue impartido Cristo, tenía el fin de todo, dijo: el fin de todo, ¿cuál es el fin de todo? Que tú le prediques a uno y lo hagas discípulo, no, no, no, el fin de todo, ahí lo está diciendo, el fin de todo es que a través de la Iglesia la sabiduría de Dios, en todas sus formas se de a conocer.

Quiere decir amados, que tenemos una tarea terrenal pero tenemos una tarea celestial; por eso se titula esta Palabra: ¿Cómo va tu trabajo en el cielo?
¿Vieron cuándo alguien te encarga un trabajo? Y te deja unos días, y vuelve, y te dice, ¿cómo te va con ese trabajo? Y todavía estoy acá... La pregunta de Dios hoy es, ¿cómo nos va con nuestro trabajo en el cielo?

Voy a explicarme más, ¿por qué es indispensable el ámbito celestial, esta gran comisión en el ámbito celestial? Por lo siguiente: para que el poder que está en el evangelio transforme las vidas, eso se da en el ámbito celestial, no en el natural.
Escuche, la realidad actual, triste realidad actual de la que nosotros todos somos testigos, y esto es mundial, es la gran cantidad de gente que se considera cristiana, pero usted, con dolor, sabe muy bien que su vida no ha sido transformada, que su prioridad no es Cristo, que no vive para Él, y que su fuego no son las cosas del Señor, y son miles y miles... ¿Sabe por qué? ¿sabe por qué pasó? Se lo voy a explicar, porque la Iglesia solamente trabajó la gran comisión en el ámbito terrenal, se olvidó que tenía que ganar batallas en el  ámbito celestial y ahora vamos a esto.
La gran comisión, el fundamento para lo que hacemos en la Tierra, está en el cielo. Tu trabajo primordial está en el cielo, después está el de la Tierra.

Le dije que íbamos a ver algo que generalmente no se ve pero esto está confirmado en la Palabra.
Vaya por favor a Colosenses 1, no es que lo digo yo, lo dijo Pablo antes que yo, pero este Pablo lo dijo todo antes que nosotros, parece que era un apóstol, ¿no? Parece que sí. Mire lo que dice, lea Colosenses 1:28 y 29, y después leemos el capítulo 2, verso 1, lo leemos de corrido, dice:

"A este Cristo proclamamos, aconsejando
y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos,

para presentarlos a todos perfectos en él.
Con este fin trabajo y lucho…"


"y lucho
fortalecido por el poder de Cristo que obra en mí."
Colosenses 1:28-29 / NVI

Me detengo primero ahí. Pablo, ¿ve la dimensión de Pablo? Es que la dimensión de Pablo, ahí la está viendo, con lo que estamos viendo ya la empezó a ver, ya lo ve usted con otros ojos este versículo, porque cuando dice, a este Cristo que proclamamos, que aconsejamos y enseñamos con toda sabiduría, dice, esto lo hago para presentar a los seres humanos perfectos.
No hermano, yo lo que quiero es que se salve a la raspada no más, ¿qué perfecto? A la raspada, de panzazo, ¿qué perfecto? Está loco este Pablo, no, no, está loco... ¿De qué dimensión está trabajando, desde qué dimensión está trabajando? Desde la celestial.
Él dice, mi trabajo no es que sean salvos ni discípulos, es que sean perfectos, ¿qué? ¿qué? Pablo por favor, desayuna, dedícate a otra cosa, lee los libros, tiene razón el que dijo que te estabas por volver loco, ya se salvó, se salvó, tiene vida eterna hermano, y más o menos ahí anda, un poco carnal, un poco espiritual, de golpe anda bien, de golpe anda mal, de golpe entra un dinero y se lo gasta todo; y después anda llorando porque no tiene, y bueno, el hermano es un poquito así, un poquito descuidado... ¿Un poquito descuidado? A ese le falta una cantidad de perfección impresionante porque tiene que ver con madurez esa clase de perfección, no de que usted no tiene ningún defecto, es que tiene que ver con madurez, es perfección en Cristo, no humana, ¿es otra clase dimensión, no?
Pero qué dice, que él lucha, ah, ah, hay una lucha pero, ¿cómo lucha? ¿fortalecido por qué? Lo dice ahí, fortalecido por el poder de Cristo que obra en mí, que obra eficazmente en mí.
Quiere decir que esa lucha, la que él está hablando, no está en la Tierra. ¿Que se agarraba a golpe con los hermanos para que sean perfectos? A más de uno le dejó el ojo negro... No mi hermano, no luchaba en ese ámbito a nivel de dejarte el ojo negro, él estaba luchando en los ámbitos espirituales, ahora vas a entender mejor el capítulo 2, verso 1, mire lo que dice:

"Quiero que sepan
(y ahora mire lo que dice, ¡bendito sea el Señor!)
qué gran lucha sostengo

(lea de nuevo, lea de nuevo)
qué gran lucha sostengo por el bien de ustedes
(o sea, los colosenses)
y de los que están en Laodicea, y de tantos que no me conocen personalmente."

Colosenses 2:1 / NVI

A ver, ay yo sé, claro, Pablo estaba luchando con el contacto para tener la agenda que le abrieran espacio para ir a predicar a esas iglesias, eso sería un ministro pseudo apostólico del día de hoy, ábreme espacio en la agenda tú que conoces, así voy a ministrar allá.
¿Usted cree que Pablo estaba hablando de ministrar a esas iglesias, o que él estaba preocupado porque nunca lo habían visto?
Como dice nunca vieron mi rostro, ¿qué dice?qué gran lucha sostengo, ¿gran lucha? ¿ya se les predicó, no? Ya son hermanos de la Iglesia de Colosas, ya son hermanos, ya tienen al Señor, ¿cuál es la lucha que hay que luchar? ¿en qué ámbito? ¿en qué ámbito? En la intercesión en el Espíritu. No en la intercesión, en la "intercesión en el Espíritu".

La pregunta es, ¿la Iglesia la conoce?
Hermano, habló unas lenguas... Ni siquiera estoy hablando de eso, ¿la conocemos? ¿conocemos esa intercesión? Esa que empieza a luchar por las iglesias hasta que los hermanos estén firmes, hasta sentir en nuestro espíritu que viene algo de Dios que nos da a nosotros la certeza que se afirmaron en Cristo Jesús. Hermano, hay una lucha en las regiones celestiales que es mucho más trascendente que la tarea que hacemos en la Tierra de predicar a Cristo; y con esto no le estoy quitando el valor, nadie me pervierta las palabras, déjemelas en el contexto que las estoy diciendo, en el contexto de la lucha espiritual, lo digo así, es vencer en el ámbito de esa lucha espiritual, es la base que nos va a dar el éxito en la gran comisión del ámbito terrenal.

Estamos pensando hoy, aquí que lo estamos grabando en los Estados Unidos, 26 de junio del año 2016, las cosas que van a venir para Estados Unidos son atroces, si no empezamos a orar en el Espíritu, a luchar en otra cosa, pueden pasar cosas gravísimas aún antes de las elecciones que tenemos por delante, gravísimas, pero esto no es sólo Estados Unidos, sabemos que los Estados Unidos toca todo el mundo, eso sí lo sabemos. Pero no sólo en Estados Unidos, en el mundo entero, lo que está pasando necesita una lucha en el ámbito espiritual, no ni más congresos, ni una palabra más, ni un libro más, no, no, no:.. necesita que la Iglesia entremos a esa intercesión del Espíritu y que el Señor, como hizo a los discípulos, nos enseñe a luchar en ese nivel.
¡Enséñanos a luchar! Porque, probablemente, lo desconocemos.

Vayan por favor a Efesios 6, se lo voy a mostrar; este pasaje, este versículo que voy a leer está dentro de los pasajes favoritos de mi esposa, porque ella continuamente habla de la armadura de Dios, pero lo habla por el Espíritu, realmente lo tiene a dentro.

Mire lo que dice el verso 12, cuando Dios habla de la armadura de Dios, mire lo que dice el 12, fíjense si no espiritual el asunto:

"Porque nuestra
(¿qué?)
lucha no es contra seres humanos,
(aunque esté pervertido y sean de lo peor),
sino contra poderes…
(contra poderes)
contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas,
contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.
Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios."
Efesios 6:12-13 / NVI


Es decir, vuelve a mostrar Pablo, dónde está la lucha y con quiénes, principados, potestades, gobernadores de maldad, en ese nivel es la gran lucha que Pablo sostenía, en ese nivel donde nosotros empezamos a vencer, Cristo ya lo venció, pero hay una tarea que Cristo nos dejó a nosotros, evidentemente, contra esas autoridades y potestades que dominan las tinieblas del mundo, recuerden, el mundo está bajo tinieblas, lo dice claramente, pero para que venga la luz a esas tinieblas que sostienen a la gente debemos haber vencido en esa área.
Cuando nosotros trabajamos en la Tierra habiendo vencido en esa área, se despeja, se despeja la oscuridad y viene la luz; y entonces la luz toca a las personas y las personas se dan cuenta de su necesidad de Jesucristo, ¿por qué? Porque luchamos allá, vencimos allá arriba, es allí, está claramente en la Palabra.

Es más, vaya a 1 Timoteo por favor, pasaje que lo conocemos muy bien, 1 Timoteo, capítulo 2, que dice de la siguiente manera:

"Así que recomiendo, ante todo, que se hagan plegarias,
oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos,
especialmente por los gobernantes y por todas las autoridades,
para que tengamos paz y tranquilidad, y llevemos una vida piadosa y digna.
Esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador,
pues él quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad."

1 Timoteo 2: 1-4 / NVI

Déjeme decirle algo, así como comienza el versículo 1 que dice, así que recomiendo, ante todo, ¿sabe cómo comienza el original? Es bastante más fuerte, dice, exhorto pues, primeramente que todas las cosas; exhorto...
¿Qué es lo primero que le exhorta a la Iglesia? ¿qué te exhorto Iglesia? Primeramente, de todas las cosas te exhorto esto, que sean hechas, oraciones, súplicas y acciones de gracia.

Miren, ¿qué hace eso? ¿qué está enseñando Pablo con esto? Que la Iglesia al actuar con poder en el cielo tiene poder en la Tierra, porque él dice, oren por todos, pero en especial oren por los gobernantes para que vivamos una vida en paz, digna, piadosa, ¿qué quiere decir eso? Si ustedes luchan en el ámbito espiritual, ustedes van a tener el poder de traer una luz sobre las tinieblas, donde aún la mentalidad de los gobernantes cambie, aunque sean tiranos, aunque sean lo que sean, para permitir que lo de Dios entre en esas vidas y tengamos una vida digna, una vida piadosa, eso está diciendo.
Claro, porque a ver, sino ¿por qué relaciona la oración, la súplica y todo esto con qué, con los gobernantes y con tener una vida piadosa? Está diciendo, el efecto de esa lucha espiritual que ustedes harán antes que todas las cosas, primero que todo, eso es primero que cantar unas alabanzas, primero que predicar el mensaje del domingo, que la actividad que tenemos no sé cuando, es primero que todo eso, antes que todo eso dedíquense a esto; y entonces, ustedes van a vencer en el ámbito espiritual y cuando venza en la Tierra se va a ver un cambio.

¿Qué ha estado pasando en el mundo? Hemos perdido esa área, hemos perdido ese ámbito, hemos perdido ese ámbito, debo decir, hemos perdido ese ámbito y me arrepiento delante de Dios, no sabemos lo que significa, no sabemos qué es esta lucha en ese nivel hasta que realmente veamos a Dios obrar.
Es algo diferente, diferente de lo que estamos viendo ahora, tanto es así, que sin importar quién gobierne, que sin importar la tiranía, sin importar todo lo que pase alrededor, la Iglesia va a seguir avanzando. Recuerde que cuando llegó el tiempo de Constantino, que falsamente dijo ser cristiano, ¿sabe por qué lo hizo? Porque a pesar de que estaba el Imperio y todo lo demás que los dominaba, a los cristianos no los podían parar, el poder que los creyentes tenían con la gente de alrededor era imparable, sabían luchar en el ámbito celestial eso era lo más grande de la gran comisión de ellos. Y a nosotros los libritos nos enseñan que la gran comisión es solamente ir a hacer discípulos.
¿Por dónde se nos escapó el Espíritu del Señor? ¿Por dónde se nos ha ido?

Último pasaje de la Escritura esta mañana, Romanos... Hoy es un día muy especial de parte del Señor. Romanos, capítulo 13, vamos a leer versículos 11 y 12, que dice así:

"Hagan todo esto estando conscientes del tiempo en que vivimos.
(Parece que se levantó a la mañana, ¿no?)
…estando conscientes del tiempo en que vivimos.

Ya es hora de que despierten del sueño,
pues nuestra salvación está ahora más cerca que cuando inicialmente creímos.
La noche está muy avanzada y ya se acerca el día."
Romanos 13:11-12 / NVI


Detengámonos ahí, escúcheme, todos estamos experimentando que la noche está muy avanzada, la noche está muy avanzada; y escúcheme, nosotros sabemos que lo profetizado por el Señor en la Escritura tiene que ocurrir, no puede dejar de ocurrir, pero también, nosotros sabemos que cuando el Señor venga a la Tierra quiere hallar fe, como la viuda y el juez injusto.
El hecho de que las profecías digan de lo que va a ocurrir en el mundo no significa que la Iglesia diga, como esto dijo el Señor que va ocurrir yo dejo mi batalla espiritual y que todo se vaya por la borda.
Dios entonces va a decir, tienes sangre en las manos, tienes sangre en las manos.
¿Sabes qué? Eres un asesino, eres un asesino, te voy a juzgar como un asesino tienes sangre en las manos; yo no quiero que el Señor me diga eso, yo no quiero que me diga eso, porque el mundo depende de la Iglesia y aunque se vengan los sistemas abajo y aunque haga todo, el evangelio no se viene abajo, lo que se viene es un gobierno, un país, una nación, puede haber pobreza, nos pueden pasar, hermano nos pueden pasar muchas cosas, no estamos exentos, nos pueden pasar muchas cosas, y ahí se va a ver qué madera, de qué madera somos nosotros, o sea, ahí es dónde se ve la madera, como digo yo.
Pero a ver, hermano eso no importa, pero no puede parar el poder, la fuerza del evangelio de Jesucristo. Es más, en esos tiempos, escuche, si usted va a ver a la Iglesia primitiva dice que tenían paz por todas partes; y ¿sabe cuándo era? Estaban persiguiendo a los apóstoles, habían matado a Jacobo, lo tenían a Pedro encerrado, encerrado para matarlo, milagrosamente el ángel del Señor lo libera, hace una oración que tiembla el lugar, y la Iglesia crecía y crecía, y a los hermanos los perseguían y se iban a todos lados corriendo; y a dónde iban predicaban; y a Esteban lo mataron, a Esteban lo mataron, y después de eso la Iglesia todavía fue más poderosa...
¿No se da cuenta? ¿sabe por qué? ¿sabe por qué? Porque luchaba ahí (arriba). Si no tenía una lucha en el ámbito celestial, una dimensión de la gran comisión en el ámbito celestial, todos después de la persecución se hubiesen metido en sus casas y hubieran dicho nos callamos la boca, no salimos porque es peligroso.

Amados, esto es lo que el Señor me dio para su Iglesia en esta mañana.
La noche va a avanzar demasiado rápido, lo que estamos viendo, en cualquier momento vamos a ver un evento que desate calamidades impresionantes, en cualquier momento eso va a pasar; pero si el Señor nos está avisando tenemos que estar dóciles al Espíritu para saber lo que nos pide hacer.
¿Qué es lo que realmente vamos hacer? Aún actividades, ¿qué vamos a hacer Señor? Queremos estar dóciles al Espíritu para lo que Tú nos pides.
Y hoy todos juntos, todos los que están viendo este video, pedir perdón al Señor y decirle al Señor, no hemos visto esa dimensión, nosotros en esa dimensión hemos estado fallando y es una falla que no podemos decir que Tú no nos dijiste; tenemos que aprender a partir de hoy a luchar.

Vamos a estar de pie para orar al Señor.

Padre, gracias te damos por este grandioso día que Tú nos das en Cristo.
Cuando veo la grandeza de tu Espíritu revelando la Palabra, realmente uno queda tan insignificante, tan insignificante. Uno se da cuenta cuánto más no sabe todavía y qué ciego está en ciertos aspectos.
Pero Señor, toda tu Iglesia, todos los que estamos juntos bajo esta transmisión hoy, nos unimos en el Espíritu, en oración para decirte, perdónanos Señor porque hemos estado perdiendo territorio en el ámbito celestial.

¡Señor, enséñanos esa lucha! A vencer contra estos principados y potestades para que podamos traer a la Tierra la iluminación que va a hacer que cuando la gente oiga de Cristo y el evangelio, sea quebrantada ahí mismo, porque la Palabra será como una espada que traspase su propio corazón.

Señor, no nos justificamos, solamente te decimos perdónanos, límpianos, y levántanos a esa dimensión donde empezamos a sostener esta gran lucha por cada iglesia, por cada hombre, por cada mujer, por cada persona en el mundo, por cada gobernante, Padre, esta gran lucha, hasta que podamos ver lo que Tú ves.
Sabemos que en esta noche lo que viene es avanzado, y sabemos que en cualquier momento, es una fragilidad tan grande esta paz mundial, tan grande, que en cualquier momento un solo evento, un solo evento, lo va hacer tambalear todo. Sabemos, Tú nos lo has dicho, Señor, pero queremos estar firmes.

En el Nombre de Jesús, te agradecemos por este tiempo, y te agradecemos por lo que Tú nos mostraste en este día por la acción del Espíritu, en Jesús amén y amén.

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