¡Aprobados!
Daniel Dardano
10 de April de 2016
El texto contenido en esta página fue tomado literalmente de lo expresado verbalmente
en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
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Domingo en la mañana me pasa lo mismo, cuando estoy en casa y estamos orando con Estela antes de venir, una figura inevitablemente por años viene a mi mente. Nosotros, obviamente nos reunimos en un lugar determinado en una ciudad determinada, pero la figura que viene a mi mente es, ¿cuánto millones y millones de millones en el mundo, como Iglesia de Jesucristo, se están reuniendo? Y me siento tan unido a ellos. Es más, no solamente los que nos podemos reunir con total libertad, me acuerdo de los que están perseguidos y se tienen que esconder para reunirse, aún aquellos que les prohíben tener una Biblia y tienen que recordar pasajes y estimularse los unos a los otros al amor, recordándose pasajes de la Palabra. Aún me acuerdo de los que están en las cárceles, porque son parte de la Iglesia, y también están alabando al Señor, y aún me acuerdo de los que están en los hospitales, que también pueden estar alabando al Señor.
Es decir, lo que estamos haciendo ahora lo tenemos que valorar tanto, porque lo único que hacemos en este día que el Señor dedicó a que reposemos y pensemos en Él y estemos centrados en Él, es que su Nombre sea exaltado en el mundo.
Yo me imagino al mundo de las tinieblas, un día como hoy, cuando los cristianos alabamos al Señor, cuando los cristianos practicamos la comunión, cuando los cristianos recibimos la Palabra, las cosas que están pasando en el mundo espiritual, gente que se está sanando, gente que se está salvando, gente que se está liberando; tenemos que valorar realmente, el hecho ser hijos de Dios y el privilegio que tenemos de reunirnos.
Por algo Dios, estableció un día de reposo. Él mismo después de la creación reposó y descansó. En el antiguo pueblo de Israel, les dijo que guardaran un día, nosotros hoy como Iglesia de Jesucristo tenemos un día, ese día de reposo debe estar centrado en Él.
Y pensé algo también, lo que nosotros estamos haciendo aquí en la Tierra, independientemente de que todas las naciones que están reunidas, anticipan el día que estemos en el cielo, millones y millones y millones, frente, ahora sí, al Cordero de Dios que quitó el pecado del mundo, pero ahora con cuerpos glorificados lo tendremos cara a cara.
¿Vale la pena reunirse? Claro que sí. La vida tiene, solamente, sentido cuando estamos centrados en Él; no puedo dejar de pensar esto cada domingo en la mañana, y alabamos al Señor porque hoy podemos estar juntos otra vez.
Muy bien, vamos a la Palabra.

Creo que todos los seres humanos nacemos con un instinto o una necesidad de ser aceptados o de ser aprobados. Cuando un niño nace, obviamente ese niño, a quienes primero necesita de la aceptación y de la aprobación es de los padres, eso es evidente.
El niño recibe amor, recibe cariño, recibe cuidados, pero luego el niño va creciendo, y además de la aceptación y de la aprobación de los padres, va empezando a necesitar aprobación y aceptación de amigos, por eso se forman los grupos que se identifican entre sí por maneras de pensar, por costumbres, y luego esa persona se casa o está en el trabajo, y siempre hay como una necesidad de ser aceptados y aprobados, porque nos hace bien que alguien nos diga, ¡qué bueno eso que hiciste! Nos hace bien que alguien nos ponga una mano en el hombro o en la espalda y nos diga, bien adelante, ¿sí o no? Sí, esto es propio de cada uno de nosotros.

Ahora bien, también tenemos el otro cuadro, sucede que en mundo, en la Tierra, no siempre estamos aceptados por otros. ¿Por qué? Porque no a todos les gusta lo que decimos o lo que hacemos, porque así somos los seres humanos; algo no me gustó del otro, y entonces ya me separo, ya no lo acepto ni lo apruebo. Claro, esto es la Tierra con sus deficiencias.

Pasando a otro plano, es notable que cuando venimos a Cristo, ¿cómo llegamos nosotros a Cristo? como enemigos de Dios, nosotros enemigos de Dios, llegamos destituidos, apartados, separados de su gloria, con una condenación que pesaba sobre cada una de nuestras vidas y esa condenación nos conducía al infierno. Ése fue el estado en el que nosotros vinimos a Cristo.
¿Qué hizo Cristo? Cuando murió en la cruz del Calvario nos reconcilió con Dios, nos perdonó el pecado y los pecados. Es decir, nos aceptó y nos aprobó de tal manera que volviésemos a tener comunión con Dios, que restableciésemos aquello que habíamos perdido, y ahora en Cristo, tenemos derecho ¿de qué? de ser hijos de Dios.
¿Hice algo yo para eso? Absolutamente nada, es un derecho que Él me da, porque por gracia Él me aprobó y ahora estoy en una posición privilegiada.

Queridos, somos ¡Aprobados!
No hicimos nada, simplemente tomamos la obra de gracia para nuestras vidas, pasamos de muerte espiritual a vida espiritual y ahora somos hijos de Dios. Y encontramos en la Palabra que dice, que no solamente somos hijos, somos herederos, herederos de Dios y coherederos con Cristo.

Ahora bien, tengo que seguir desarrollando el tema porque, si bien es cierto tenemos derechos hay algo que tiene que suceder, los derechos traen un plano diferente que se llama responsabilidad y obligación.
No siempre podemos quedarnos en el plano de los derechos, es decir, necesito siempre recibir, necesito siempre la mano en la espalda.
Ahora empieza una etapa, responsabilidad, ahora viene una obligación, ¿por qué? Porque es parte del crecimiento; miren, cualquiera que no crece de esta manera, no crece.
Imagínense ustedes alguien que tenga, no sé, no voy a decir edad, pero que tenga edad para trabajar y no trabaja, ¿crece? No crece, ¿se puede casar? No se puede casar, alguien que diga, no, estudiar para qué... Yo voy a vivir en casa de mis padres siempre, ¿podrá ser posible? Imposible.

Ahora bien, antes de seguir quiero leer algo que es muy importante que tiene que ver con la definición de aprobar o de aprobado.
En la lengua española es, dar a alguien por apto; después de un examen o de una prueba. Calificar, dar por bueno.
Aquí me dice algo, dar a alguien por apto, pero solamente después de un examen o una prueba, ¡ah!
Luego, en el griego, el significado de la palabra aprobar o aprobado, describe a todo lo que ha sido probado y purificado, y que está listo para el servicio.

Cuando somos niños la aprobación es porque sí, claro, es un derecho, pero ahora me encuentro con que la palabra va más allá, ahora me encuentro con que aprobado significa, que yo califico si paso el examen o la prueba. Pregunto, estudiantes, ¿esto no es verdad? ¿qué estudiante va a pasar si no da un examen? Y podemos resistirnos a los exámenes, ¿o no? Pero si no damos examen y pasamos la prueba no avanzamos, siempre va a ser así.
Pero me llama la atención que en griego, la palabra dice que describe a todo lo que ha sido probado y purificado pero que está listo para el servicio.
Así que, cuando viene una prueba para nuestras vidas es para ser purificados, y solamente así estamos aptos para el servicio.
Quiere decir, que esto ya no es la aceptación humana como la entendemos, ni siquiera como hijos de Dios quedarnos en el derecho de ser llamados hijos de Dios. Ahora esa persona, ese cristiano, tiene que crecer.
Si yo pudiera resumir esto, diría que para ser aprobado tengo que dar examen siempre, pero esto no es un perjuicio, esto es un beneficio. Quiere decir que siempre puedo ir a más y si no queremos pasar por examen Dios dice, hey, ¿por qué eres conformista? Si hay más para ti, ¿por qué no lo quieres?
Claro, es más fácil decir, Señor, dame, Tú eres el dueño del mundo yo soy tu hijo Tú siempre me has bendecido desde que me entregué a ti, yo sé que eres un Padre amante... Sí, pero Dios dice ¿y tu parte del examen para pasar la prueba dónde está?
Nosotros siempre nos vamos a quedar en la inmadurez, si no crecemos mediante la prueba.

Ahora bien, vamos a ver en la Palabra algunos ejemplos interesantes de personas que fueron aprobadas por Dios, pero solamente lo vamos a ver como ejemplo.
Antes necesito hacer una aclaración, cuando hablo de aprobar o de aprobado, no estoy hablando de aquellas cosas donde nosotros hemos generado el mal, donde nosotros nos hemos causado lo que estamos viviendo. Hay consecuencias en nuestra vida de cosas que nos pasan porque nosotros no hicimos bien las cosas; esto no es una prueba que viene de Dios, esto es algo originado por nosotros, si yo no maduré en distinguir entre lo que viene de Dios y lo que viene de mí, voy a decir, esto que me pasó que viene de origen mío, viene de Dios. No, cuidado, Dios no tuvo nada que ver.
Cualquier persona que mata va a la cárcel, ¿Dios tuvo algo que ver? No. Que ¿es una prueba? Sí, en el sentido malo de la palabra, pero, ¿quién se causó eso? La persona que mató.
Y así es, en todo el sentido de la palabra.
Por eso, cuando nosotros crecemos en Dios tenemos que madurar para distinguir qué es aquello que salió de nosotros por lo cual estamos pagando las consecuencias, y qué es aquella prueba que viene de Dios para purificarnos y hacernos crecer.
Por eso, quiero mostrar algunos ejemplos de la Palabra de personas que fueron probados por Dios y aprobados. Los voy a mencionar, cómo me gustaría tratar cada uno pero no puedo.

Comienzo por Abel.
¿Se acuerdan de Caín y Abel? ¿Qué sucedió? Ambos presentaron una ofrenda delante de Dios, y Dios no aceptó la ofrenda de Caín. Es decir, cuando Caín presentó la ofrenda no pasó la prueba; en cambio, cuando Abel presentó la ofrenda también era un examen, y ¿qué dice la Palabra? Que Dios se agradó de la ofrenda de Abel.
Dos ofrendas, dos personas que presentaron ofrenda al Señor, dos personas que dieron examen con ofrenda, sin embargo uno no fue aceptado por Dios, y no voy a entrar en detalle de esto, pero el otro sí fue aceptado por Dios.
Solamente quiero hacer una mención sobre Abel, porque la Palabra registra en Hebreos 11:4, que Abel, después de haber presentado la ofrenda tuvo un testimonio interno de que Dios lo había aprobado. Abel presentó la ofrenda de todo corazón y sinceramente, y se quedó esperando, pero Dios dijo, te voy a responder, testimonio interior, acepté tu ofrenda.

Otro ejemplo, Enoc.
Enoc no pasó por la muerte, a Enoc se lo llevó Dios. Enoc tuvo una comunión perfecta con Dios, dice la Palabra que Enoc caminó con Dios, es decir, ese hombre sí estaba en la perfecta voluntad de Dios, y Dios dijo, Enoc no te voy a hacer pasar por la muerte, no, no, te voy a llevar directamente conmigo.
Ahora bien, ¿sabe qué dice en Hebreos 11:5 de Enoc? Que también tuvo un testimonio en su interior de haber agradado a Dios, pasó la prueba antes de que Dios se lo llevara, era tan perfecto que Dios le dijo, antes de llevarte te voy a dar testimonio de que me agrada como eres, Enoc.

Algo más, Noé.
Llegó un momento en la generación de Noé que Dios se cansó del pecado de esa raza, y Dios dijo, voy a destruir a toda esta generación y no solamente seres humanos, voy a destruir animales, el único justo en esa generación que Dios encontró fue a Noé.
Entonces Dios le dijo, Noé, como te encontré justo, para que lleves a cabo el plan te necesito; vas a hacer un arca porque voy a destruir a la Tierra por agua, solamente tú y tu familia van a entrar al arca y algunos animalitos para conservar la especie, ¿qué pasó? Vino el diluvio, murieron todos; y solamente Noé y su familia quedaron vivos.
¿Qué hubiese pasado si Noé hubiese discutido con Dios? Dios, ¿cómo es eso de diluvio si aquí estamos acostumbrados todavía al rocío de las plantas? Dios ¿cómo es que vas a destruir a toda la raza humana? ¿Dios cómo es que después con nosotros vas a seguir? No, no, no él no hizo nada de todo eso, él le creyó a Dios.
Queridos quiero decir algo, está entremezclada la prueba con la fe, está entremezclada la fe, la prueba y la aprobación, tomen eso por favor, lo vi clarito estos días al estar preparando esto.
¿Qué pasó con este Noé? Él desafió todo lo establecido, por fe le creyó a Dios, ¿y sabe lo que dice Hebreos? Por esa fe condenó al mundo, el mundo fue expuesto cuando Noé obedeció a Dios e hizo lo que tenía que hacer, maravilloso.

Abraham.
En Hebreos 11:17 se puede leer que cuando fue probado ofreció a Isaac.
Me llamó la atención, cuando fue probado ofreció a Isaac. ¿Cómo es esto? Cuando fue probado, significa Dios le dijo, Abraham Yo te di un hijo y ese hijo es un milagro y tú lo sabes, pero Yo te lo prometí y Yo cumplí, ahora querido mío, como Yo tengo un plan maravilloso, ahora vas y lo vas a ofrecer, es decir, lo vas a matar.
Mire, me gusta mucho lo que dice la Palabra, cuando él fue probado de esta manera, ofreció; pasó la prueba.
¿Nos estamos dando cuenta? ¿Nos estamos dando cuenta del nivel al cual el Señor nos quiere llevar? Porque este nivel es lo más beneficioso para nosotros.
Cuando él escuchó lo que Dios le dijo, presentó a Isaac, pasó la prueba y en esta prueba está implícita la obediencia.

Entonces ahora agrego, en la prueba no sólo hay fe, hay obediencia, sino no funciona.

Otro caso, bueno varios casos, por ejemplo, Raab, Josué, José, Samuel, David, Job, cómo me gustaría poder desarrollar esto pero por el tiempo no puedo hacerlo.
Pero me acordé cuando estaba viendo esto, de las parteras que estaban en Egipto.
Es insólito, el pueblo de Israel era esclavo en Egipto y el faraón dijo, este pueblo aunque es esclavo es mayor y más fuerte que nosotros, es que ése es Dios, aunque nosotros los dominamos a ellos y trabajan para nosotros como esclavos y no tienen derecho, había algo que el faraón reconocía, este pueblo es mayor y más fuerte.
Entonces, viene la idea diabólica, llama a las parteras y les dice, miren, cuando nazcan los niños hebreos varones mátenlos a todos, solamente dejen vivas a las mujercitas. ¿Es un plan diabólico? Totalmente, ¿qué tenían que hacer las parteras bajo la orden de faraón? Obedecer, ¿sí o no? Obedecer.
Sin embargo las parteras no lo hicieron así, ¿por qué? ¿sabe qué dice la Palabra? Porque las parteras temieron a Dios y no mataron a los varoncitos. Que estaban expuestas ellas, a ser muertas, por supuesto que sí, pero el caso de las parteras es muy significativo de lo que significa ser puestas a prueba y aprobar.
¿Pero saben cómo termina la historia? Eso está en Éxodo capítulo 1, dice, por haber hecho esto, Dios prosperó a las parteras y a sus familias.
¡Porque ellas desafiaron lo establecido! No esperaban la aprobación del faraón, Dios las aprobó y las prosperó.
Queridos prosperidad viene con la aprobación de Dios. Amén.

Ahora bien, recordé a María la madre de Jesús
¡Ay María! ¿Ustedes se imaginan a esa chica jovencita? Que viene el ángel y le dice vas a quedar embarazada, y ella estaba para casarse con José... Bueno, sabemos toda la historia, ¿verdad?
Era una prueba para ella recibir el mensaje del ángel y empezar a pensar muchas cosas, los padres, qué iban a decir. José, qué iba a decir. Luego, los vecinos o las vecinas, qué iban a decir. La sociedad, y luego había un problema religioso porque podía ser apedreada por la ley, ¿qué hizo María? Desolló todo eso, pasó la prueba. Y no solamente pasó la prueba, ella dijo, aquí está la sierva, esclava del Señor, que Él haga conmigo como quiere.
Es decir, adentro de ella pasó la prueba, tuvo un testimonio interior de que lo que iba a hacer, era absolutamente de Dios desafiando todo lo establecido.
Pero me encuentro que cuando María, en Lucas 1:48 está entonando ese cántico, ¿sabe lo que dice ella? Todas las generaciones me van a llamar dichosa. ¿Quién le reveló esto? El Señor, porque pasó la prueba.
Y pregunto, ¿hoy en día no seguimos recordando a María? Todas las generaciones me van a llamar dichosa, María pasó la prueba.

¿Qué podemos decir de los discípulos de Jesús que fueron probados y aprobados?

¿Qué podemos decir del mismo apóstol Pablo? Que fue probado y aprobado.

Y de Jesús, hay varias pruebas por las cuales Jesús pasó, pero voy a mencionar una sola.
Él es llevado al desierto por el Espíritu Santo para ser tentado por el diablo. Y cuarenta días no comió ni bebió, y sabemos que una de las tentaciones del diablo fue con la comida, porque obviamente pasado ese tiempo, y dice la Biblia, tuvo hambre.
Y entonces el diablo le dice, ¿y porqué no les dices a las piedras, y porqué no conviertes a las piedras en pan? Y Jesús le dijo, sí, Yo podría hacer eso, pero Yo no estoy aquí para hacer eso, Yo estoy aquí para pasar una prueba y no te voy a hacer caso en lo que tú me estás diciendo.
Por eso, cuando Él entró lleno al desierto, lleno del Espíritu Santo, y dice la Biblia, que salió en el poder del Espíritu Santo.
Entró lleno y salió en el poder, porque pasó la prueba.

¿Nos estamos dando cuenta que esto es para nosotros, no? Esto no es una acusación, no es una condenación Dios no nos está obligando a nada, nos está poniendo una mesa para que comamos de los recursos espirituales y de todo lo que Él tiene para nosotros, en este caso, a través de las pruebas.
Lo que noté, haciendo un repaso de todo lo que vimos, es que en cada una de estas personas que pasaron pruebas no hubo resistencia, no hubo queja, no hubo lamento, no hubo Señor hasta cuándo será esta prueba... No, porque ellos entendieron el mensaje del examen y supieron que si pasaban por esa prueba iban a honrar a Dios, a estar en su voluntad e iban a crecer.

Ahora bien, es este camino de pruebas y aprobación, quiero ahora sí, ir a la carta del apóstol Santiago, porque quiero que veamos algunas cosas muy importantes del mensaje del Señor en esta carta. La carta del apóstol Santiago, capítulo 1, y voy a leer desde los versículos 1 hasta el 4, Nueva Versión Internacional. Santiago 1: 1 al 4, dice así:

"Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo,
a las doce tribus que se hallan dispersas por el mundo: Saludos.
Hermanos míos, considérense muy dichosos
cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas,
pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia.
Y la constancia debe llevar a feliz término la obra,
para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada."
Santiago 1:1-4 / NVI

¡Qué mensaje del apóstol Santiago! Necesitamos analizar estos cuatro versículos de manera detallada porque Dios tiene algo muy particular para decirnos hoy, ya nos lo está diciendo, ¿verdad?

Resulta que él dice, saluda y dice a las doce tribus que se hallan dispersas por el mundo. Claro, estas doce tribus que se hallaban dispersas por el mundo, ¿se acuerdan que Jesús dijo, me serán testigos en Jerusalén, en Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra? Yo revisé un poquito todos los lugares donde ellos estaban dispersos, no lo voy a decir, pero estaban dispersos por el mundo porque ya Jesús lo había dicho. Ellos iban a ser perseguidos por causa del mensaje, por causa de Cristo, la dispersión era parte del plan de Dios para que el evangelio llegara a todas las naciones. Plan de Dios.
Ahora, estos dispersos que estaban por el mundo, es importante notar y ver cómo vivían, le voy a decir algunas cosas, eran judíos cristianos perseguidos por causa de Cristo por su fe, eran sacados de sus casas, se les quitaban sus bienes y sus posesiones, eran explotados por gente rica, eran llevados a las cortes ante juicios injustos; y todo esto por causa de Cristo.
Querido hermano, si esto sucediera hoy, en Siglo XXI, ¿qué haríamos nosotros? Pondríamos cinco abogados, un buffet, diríamos esto es injusto, en un país de libertad no puede pasar esto, pero éste era el plan de Dios, y ellos estaban capacitados y equipados para pasar esta prueba.

Quiere decir, que a la Iglesia de hoy en día, esto le manda un mensaje muy importante, habrá cosas que vendrán para las cuales sí estamos equipados y preparados, solamente tenemos que asumirlo.

Ahora, sigue hablando Santiago y dice el 2, Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas.
A ver Santiago, a ver Santiago, seamos lógicos, ¿si usas el corazón y los sentimientos, no nos hubieses dicho? Queridos hermanos los amo tanto y me identifico con su dolor. Miren, yo no quisiera que estuvieran donde están, aquí nosotros estamos orando por ustedes para que Dios un día obre y los saque. Ése es el corazón. Pero Santiago actuaba espiritualmente, y les dijo, considérense dichosos, felices, bienaventurados, porque están pasando estas pruebas.
¿Qué no era un ser humano normal, Santiago? Sí, pero lo ve sobrenatural y espiritualmente.
Lo veía de una manera totalmente diferente, ¿por qué? Santiago no miraba la prueba presente, Santiago miraba el final de la prueba, Santiago había visto dónde conducía la prueba por la cual estaban pasando. Por eso les dice, por causa de Cristo considérense muy dichosos.
Aquí no hay lástima, aquí no hay conmiseración, por causa de Cristo ustedes tienen el privilegio de estar sufriendo lo que están sufriendo, llámense muy dichosos. ¡Qué mensaje!

Pero luego dice, el versículo tres, ya saben que la prueba de su fe produce constancia.
¿Se acuerdan cuando dijimos que en el examen, la fe y la prueba, están entremezcladas? Aquí está, la prueba de su fe.
Estos judíos convertidos un día le habían dicho a Cristo, sí nosotros creemos y te vamos a seguir, ahora llegó el momento práctico de la prueba, donde aquella fe que habían depositado en el único que puede redimir, ahora la tenían que demostrar.
Pero resulta, que cuando esta prueba de la fe sucede, hay algo notable que pasa, dice la prueba de su fe produce constancia, constancia, paciencia o perseverancia.
Hay una prueba de la fe que produce algo, en este caso es constancia, perseverancia, paciencia.
Esta constancia, paciencia o perseverancia no es una actitud pasiva de alguien que soporta fastidiosamente algo, diciendo ¿cuándo se me levantará esto de mi vida? ¿cuándo se irá esto de mi vida? Voy a seguir orando para que esto pase de mi vida.
Ésta no es la paciencia de la que habla Santiago, él está diciendo la constancia que ustedes están desarrollando, es para que desarrollen una actitud activa, para que vean en perspectiva lo que hay más adelante porque si Dios los está probando es un privilegio.

Querida Iglesia, cuando Dios nos prueba es un privilegio porque si nunca pasamos por exámenes, nunca crecemos.

Por eso hoy, en general en la Iglesia, todavía tenemos muchos niños espirituales y el niño lo único que sabe hacer es reclamar derechos; el contrasentido ¿sabe cuál es? Que cuando somos adultos en edad pero somos niños en la manera de pensar no podemos ni pasar una prueba ni aceptar algo que venga de Dios o cualquier otra cosa que se nos diga, queremos simplemente, que se nos pase la mano por la espalda y que se nos considere porque estamos sufriendo algo, ay, tremendo en nuestra vida.
Pregunto, si los matrimonios cristianos adoptaran este tipo de actitud sabiendo que por lo que sea están pasando por pruebas o examen, ¿no se arrodillarían para solucionar el problema en lugar de dividirse estando en la misma casa o aún matrimonios cristianos divorciándose? ¿no les parece que sería así? Claro, que sería así.
Es que Dios nos ha dado los recursos, la prueba de la fe produce constancia, es que ya no aguanto más esta situación… es que ya no aguanto más a este hombre o a esta mujer…
Y Dios dice, estoy desarrollando algo en ti.
Tenemos que verlo de otra manera, el diablo vino para destruir, pero Dios no destruye, usa la manera del examen o de la prueba para edificar nuestras vidas, y qué bueno será que esto se lo traslademos a nuestros hijos, porque nuestros hijos necesitan saber que van a pasar por exámenes y por pruebas, no de la escuela, la vida en Cristo, siempre exámenes y pruebas para que crezcan y maduren.

Bueno, resulta que sigue y dice el versículo… la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada.
¡Ah! Ahora entiendo a Santiago, considérense dichosos, muy dichosos, por lo que escribe aquí, cuando viene el resultado de la constancia, la paciencia y la perseverancia, ¿qué es lo que sucede? Dice, para que ustedes sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada.

Hermanos, esto es para nosotros, él lo dijo para aquellos pero también es para nosotros, que seamos, ¿qué cosa? Perfectos e íntegros.
Ahora, les voy a decir lo que significa en el griego estas dos palabras:
Perfectos, el significado de la palabra griega es maduro, pero además es perfección hacia un fin determinado y para un propósito definido. ¡Wow! Perfección hacia un fin determinado y para un propósito definido, no es perfección para un crecimiento personal, cuando yo estoy siendo perfeccionado por el Señor a través de las pruebas, hay un fin determinado y un propósito definido, Pablo lo entendió muy bien, por eso dice, yo prosigo, no llegué todavía pero prosigo, quiero alcanzar eso. ¡Ésta debe ser la meta de la Iglesia! ¡Ésta es la meta de la Iglesia!

Pero luego, íntegros, la otra versión dice, cabales; y hay otra versión que dice, plenos.
En griego el significado de esta palabra es: entero y completo en cada una de sus partes, algo que se encuentra en perfectas condiciones, escuchen, al ser reconocidos por un experto.
Lo vuelvo a leer porque es muy importante.
Íntegro, entero, completo en cada una de sus partes, algo que se encuentra en perfectas condiciones al ser reconocidos por un experto.
Y esto tiene que ver con el carácter. Hoy en día lamentablemente, y carácter no es temperamento que soy así o soy así, que grito, no, no, no... carácter es lo que yo soy, integridad es lo que yo manifiesto del carácter, yo soy blanco o negro; no puedo presentar una cara acá, otra cara acá eso no es integridad, a esa gente no se le puede confiar.
Pero sin embargo, la obra que estaba haciendo la prueba de la fe con la constancia y la perseverancia, era producir cristianos perfectos e íntegros.

Amados, nunca le pidamos a Dios que nos quite la prueba, ¿fui claro? Nunca le pidamos a Dios que nos quite la prueba, digámosle Señor, aquí hay un ejemplo, si esa prueba para mí de la fe que yo deposité en ti va a producir constancia, la constancia y la perseverancia y la paciencia es un proceso, Señor, yo no quiero cortar ese proceso porque si corto ese proceso me perjudico. Tu obra en mí jamás podrá hacerse efectiva.
Pero resulta, que esto va a pasar por la vista de un experto, Dios es el experto, Dios es el que está viendo el proceso de nuestra vida, esa integridad que manifestamos, ¿y qué es lo que Dios está buscando? Gente confiable.
Si ustedes repasan desde Abel hasta Jesús, qué vimos, toda esa gente fue confiable, ¿o no? Porque pasó por la prueba.
¡Qué maravilloso es Dios! ¡Qué métodos maravillosos tiene! Solamente Él así nos ama de una manera que no podemos explicar.
Pero termina el versículo 4 diciendo, sin que les falte nada.
Oh, así que cuando pasamos todo esto y estas dos características, virtudes se manifiestan, dice, que no nos falta nada.
Dios trabaja siempre para que no nos falte nada, es más, ya nos lo dio todo en Cristo, nosotros tenemos que descubrir qué más hay de todo el caudal que Él nos dio. Por eso, esto debe ser una tarea diaria, en nuestras oraciones, en nuestras conductas de cambiar totalmente nuestra manera de pensar para ver que la aprobación, solamente va a venir a través de los exámenes y de las pruebas, jamás podrá ser de otra manera.
Por eso, entendí a Pablo cuando le dijo a Timoteo, procura presentarte a Dios aprobado como obrero que no tiene de qué avergonzarse, procura, tú procura, es un trabajo tuyo presentarte a Dios aprobado.

Queridos, ¿saben que nosotros un día vamos a pasar por el tribunal de Cristo? Y ahí serán juzgadas nuestras obras, buenas o malas no está juzgándose la salvación, pero dice la Biblia que algunos entrarán al Reino como escapándose de un incendio, ¿qué queremos? ¿Que en el tribunal de Cristo todas nuestras obras sean quemadas o queremos que esta integridad, este carácter, esta cabalidad, esta plenitud se manifieste?
Estamos en una generación pasatista donde cada día algo tiene que ser nuevo, aquí tenemos algo eterno, procura con diligencia, esmérate Timoteo, independientemente de la labor pastoral que estás haciendo en Éfeso, procura presentarte a Dios aprobado, porque puedes estar haciendo la labor pastoral pero, ¿Dios te está aprobando? Puedes hacer cualquier ministerio pero, ¿Dios te está aprobando porque has pasado la prueba?
Es un mensaje a la Iglesia, necesitamos estar preparados sin que nos falte cosa alguna.

Ahora bien, un aprobado camina limpio en su conciencia, libre, un aprobado sabe que está aprobado por Dios y si la gente lo aprueba o no, cuando está aprobado por Dios no se compara.
Todavía tenemos la tendencia mayoritaria a ser aceptados y aprobados por la gente, ¿verdad? Sí. Ninguno de los hombres del Antiguo Testamento y del Nuevo, buscó la aprobación de los hombres, porque jamás conformaremos a la gente, ¿sí o no? No.
Pero cuando Dios te da por aprobado, ah, ésa es la mejor satisfacción de mi vida.
Entonces, necesitamos recapacitar, hasta qué punto, todavía seguimos necesitando absolutamente el reconocimiento, la aceptación y la aprobación de la gente y nos interesa muy poco la de Dios, porque lo que Dios está esperando es que Él nos apruebe.
Por eso, un día Él puede decir, bien buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu Señor.

Ahora bien, quiero agregar un pensamiento, la gente que busca aceptación del mundo necesita agradar a la otra gente, ¿qué significa esto? Que aunque haga cosas que no le guste hacer o decir, las hace para agradar al otro.
Esto sucede siempre, pero el que ha sido probado y ha pasado el examen está para agradar a Dios, agradar, agradar a Dios.

Veamos el ejemplo de Jesús, leo Juan 8:29 en la Versión Dios Habla Hoy:

"Porque el que me ha enviado está conmigo;
mi Padre no me ha dejado solo,
porque yo siempre hago lo que a él le agrada."
Juan 8:29 DHH

Estamos, creo, demasiado acostumbrados a que Dios nos agrade a nosotros, ¿escucharon lo que dije? Para nosotros es normal, abusivamente normal, incorrectamente normal que Dios nos agrade a nosotros, que me conceda los deseos, que satisfaga todo lo que yo quiero, que me prospere, esto lo tenemos tan aferrado que se refleja en las oraciones que siempre expresan necesidad. Y a veces, venimos felices contando algo que Dios nos dio, en lo material, en dónde sea, pero resulta que me encuentro con Jesús, que lo ve de una manera totalmente diferente, Él dice, el Padre me envió y está conmigo, no deja solo porque Yo siempre hago lo que a Él le agrada.

Entonces, los quiero invitar a pensar, diariamente, ¿pensamos en lo que le agrada a Dios? No contesten, simplemente reflexionen, ¿pensamos cómo mi mente, mis palabras, mis actitudes le agradan? O solamente Él es el que me da, me da, me da, como tengo derecho por ser hijo.
Necesitamos cambiar toda nuestra manera de pensar, necesitamos arrepentirnos de esa manera de pensar porque Jesús puso el ejemplo; Él primero dice, Él me ha enviado y está conmigo, pero además, no me deja solo, pero, ¿por qué? Porque yo siempre hago lo que a Él le agrada.
Queridos, el Señor siempre va a estar con nosotros, pero resulta que yo me puedo desviar del camino por no hacer lo que le agrada a Él y hacer lo que me agrada a mí. Necesito pensar, ¿está Dios en esto que estoy haciendo?
Dios siempre va a estar, pero como dijo, Dany en su libro Cabeza y No Cola, "respaldo de Dios no es aprobación de Dios".
Necesitamos crecer en conocer a Dios y en conocer todos los recursos que tenemos en Él.

Pero me acordé de algo más, cuando Jesús fue bautizado por Juan en el Jordán, se oyó una voz, la voz del Padre que dijo, éste es mi hijo amado, en ti, en él tengo complacencia, es decir, este hijo me agrada.
El Padre lo dijo de Jesús, cuando dijo eso el cielo se abrió y el Espíritu Santo en forma de paloma reposó sobre Jesús y ahí empezó su ministerio.
El Padre lo aprobó, entonces Jesús tenía el respaldo y la aprobación del Padre

¡Qué importante lo que el Señor nos quiere mostrar en este día!
Porque Dios no siempre puede respaldar lo que hacemos, y yo puedo tener muchos planes, muchas ideas de la familia, del trabajo, de las relaciones, de todo; pero esto que yo haré o pienso hacer, ¿agrada a Dios? ¿Lo honra?
Ustedes saben que en el mundo evangélico, muchas señoritas que se ponen de novio o quieren ponerse de novio pero el muchacho no, todavía está verde, dicen, no, no, no, pero yo estoy orando por él para que se convierta, yo estoy orando por él y yo sé, porque hasta ayuné yo para que se convierta, sí pero, ¿estás agradando a Dios con esa actitud? No, es algo de tu corazón, suelta, suelta, suelta, y cuando agrades a Dios va a aparecer, ¿ve que es fácil? Pero somos tan tercos y tan obstinados que queremos que Dios apruebe y respalde lo que yo pensé, lo que yo planeé... No, no funciona.

Ahora bien hermanos, resulta que Jesús dijo, porque Él me ha enviado... La Iglesia es enviada, eso es la Iglesia apostólica, la Iglesia es enviada y cuando es enviada, lo único que tiene que hacer es agradar al que la envió.
La Iglesia no está para agradarse a sí misma y conformar a los miembros, porque jamás terminará de conformarlos, la Iglesia está enviada con poder y autoridad para agradar a Dios, por eso la certificación, Él está conmigo, Él está conmigo en todo lo que yo hago.

Finalizo queridos, nosotros somos salvos y enviados, pero Dios no admite reprobación, Dios no quiere que reprobemos ningún examen. ¿No es triste cuando nos reprueban? ¿Cuándo tenemos que volver a dar examen? Sí, es triste, es triste y hasta molesto, incómodo.
La Iglesia no está para el fracaso, cuando me refiero a la Iglesia me refiero a la gente, ni para ser reprobada, porque aquél que dijo, edificaré mi iglesia y las puertas del Hades no podrán contra ella, allá en el Siglo I, lo sigue diciendo hoy.
Nosotros no estamos para el fracaso porque Dios nunca fracasó, quite esa palabra fracaso de su vocabulario, puedo admitir algo, yo puedo fracasar en un momento por decisiones malas que tomé, ¿sí o no? Sí. Lo dije al principio, pero yo me levanto de eso, yo me arrepiento ante Dios enderezo el camino y sensible en espíritu empiezo a caminar, ¿sabe por qué? Porque esto agrada a Dios.
Simplemente, no escapemos a ninguna prueba, como probados y aprobados caminemos cada día de nuestra vida con la frente alta, el diablo diariamente nos quiere hacer agachar la cabeza y viene con acusación, ¿sí o no? Sí. Pero cuando yo digo, estoy siendo probado y voy a ser aprobado, el diablo no puede hacer nada.
Para eso, estamos puestos, ésa es la Iglesia que el Señor quiere, ésa es la Iglesia que un día estará en su presencia, tendremos cuerpos nuevos, cuerpos glorificados, nuestra alabanza será perfecta; y entonces juntos nos gozaremos y hoy podemos decir Señor queremos pasar la prueba.

Miren que oración vamos a hacer: Señor, hoy nos sometemos a las pruebas que vengan sean cual sea, porque queremos agradarte y salir aprobados.
Esos son los hijos de Dios que conocen al Padre.
Póngase de pie, vamos a orar:

Señor, tu plan es eterno, Tú en la antigüedad tuviste ho–mbres y mujeres como instrumentos tuyos que pasaron el examen, pasaron la prueba y fueron aprobados, nunca fueron egoístas o reclamaron algo para sí con derecho, siempre estuvieron dispuestos para todo lo que Tú querías, aún dar la vida.

Vemos Señor a la Iglesia que estaba en la dispersión, por causa de Cristo estaban padeciendo, pero el apóstol dice, ustedes son dichosos, porque si por causa de Cristo hay que sufrir esto y más, ¿cuál es el problema? Si para eso estamos puestos.


Señor, decimos con Santiago, que vengan las pruebas, las vamos a recibir cuando vienen de ti, porque la prueba de nuestra fe va producir constancia, perseverancia y una actitud activa y con expectativa de que lo que viene es mejor.

Y gracias Señor, porque vas a trabajar con nosotros para hacernos perfectos y para hacernos íntegros.

Gracias Señor, en el mundo esto no existe, pero sí existen los hijos de Dios en la Iglesia de Jesucristo, nos arrepentimos de nuestros pensamientos egoístas, de nuestros pensamientos pedigüeños, de reconocerte a ti como que siempre nos vas a dar, queremos ser como Jesús, Yo vine aquí para hacer la voluntad del Padre y agradarlo a Él.

Y nos levantamos en esta mañana como Iglesia de Jesucristo para decirte, Señor, gracias por las pruebas, estas pruebas que vienen a nuestra vida es para hacernos cada día más semejantes a ti.

Por eso Pablo decía, hasta que Cristo sea formado en nosotros... ¡Qué privilegio tenemos de que Cristo sea formado en nosotros! Cuando empezamos a pensar en esto se va la acusación del diablo, se va la condenación, se va la culpa porque nos levantamos en la línea de lo que la Palabra dice.

Y gracias te damos, porque lo único que buscaremos es honrarte en todo y hacer tu voluntad.
Te agradecemos de todo corazón por ser parte de la Iglesia de Jesucristo, como miembros del cuerpo de Jesucristo aquí en la Tierra, jamás tendremos palabras para reconocer quién eres, y todo lo que haces y sigues haciendo en nuestras vidas.
Pero como Iglesia de Jesucristo nos levantamos y te decimos, queremos agradarte, queremos honrarte, y que el mundo reconozca al único, a Jesucristo, salvador, redentor y Señor, en su Nombre te damos gracias.

Amén Señor, Amén. Alabado sea el Señor. Amén. Amén.

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