
en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
 
			
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En esta mañana, el Señor puso en mi corazón hablar  de cuatro puntos acerca de la necesidad de activar la conquista, por eso el  título del mensaje es: "activa la conquista".
    
El éxito de toda conquista en lo natural, pero también en el Reino, depende,  por lo menos, de tres cosas: mentalidad, espíritu y plan.
Si yo quiero emprender un negocio en el ámbito natural, yo necesito tener una mentalidad de negociante, necesito tener el espíritu correcto, porque, imagínese  que tengo la mentalidad de negociar y tengo grandes sueños y grandes ideas,  tremendos proyectos, pero resulta, que no tengo el espíritu de negociante.
Es decir, a la hora de la hora, yo estoy con miedo de lo que voy a emprender,  no estoy seguro de lo que voy a emprender, estoy dubitativo, no estoy seguro de  que va a funcionar, entonces no va a funcionar. Necesito una mentalidad,  necesito un espíritu, pero también necesito un plan, de tal manera que  aquello que realmente estoy queriendo llevar adelante sea llevado con éxito en  el Reino de Dios.
¡Así funciona el Reino de Dios!
Tiene éxito cuando hay una mentalidad, un espíritu y un plan.
Ahora, hay dos de las cosas en el Reino de Dios que dependen de nosotros y la  tercera, depende de Dios. De nosotros depende la mentalidad y el espíritu,  porque siempre, de Dios es el plan. Ésa es la diferencia en el Reino de Dios.
Siempre de Dios es el plan, mientras que Dios nos pide solamente, que nosotros  tengamos la mentalidad y el espíritu adecuado para que Él pueda, revelarnos,  mostrarnos, decirnos, indicarnos cuál es su plan en un determinado momento de  nuestra vida. Y lo bueno del Reino, mi amado, es que cuando nosotros aprendemos  que los planes son de Dios, ya no sólo lo aprendemos para el Reino, ya no sólo  lo aprendemos para hablar de las almas o para hablar de la gente a conquistar,  lo aprendemos para todos los ámbitos de la vida, aprendemos a oír la voz de  Dios. 
Recuerde que una de las maldiciones más grandes que tuvo Israel fue ésta; la  Biblia dice, un versículo muy doloroso, dice: Y la voz de Dios escaseaba por  aquellos días... Y la voz de Dios escaseaba por aquellos días...
Y uno dice: ¡No, pero estamos en unos tiempos donde Dios está hablando  mucho! Sí y no, ¿por qué? Porque hay mucha sabiduría, hay muchos mensajes, hay  muchas predicaciones, pero cuando yo voy a tocar tierra... tocar tierra... ¿a  qué llamo yo tocar tierra? Tocar tierra llamo, a hablar con la gente y ver cómo  está dirigiendo su vida, me doy cuenta que la voz de Dios está muy ausente en  sus planes, en sus realizaciones, en lo que las personas hacen, me doy cuenta  que hay una gran orfandad de la voz de Dios, cuando estoy tocando la realidad  del individuo ya no de las masas que escuchan un mensaje, un mensaje lo pueden  escuchar cincuenta, cien mil y nos sentamos a escuchar un tremendo mensaje que  puede venir inspirado por el Espíritu de Dios, el problema es, que el  predicador que lo está enseñando pudo escuchar la voz de Dios y pude escuchar  la voz de Dios pero los otros cincuenta mil si no la escuchan, evidentemente no  van a poder ir adelante con lo que no tienen.
Es más, muchas veces la buena enseñanza y la sabiduría desde un mensaje, desde  una enseñanza, produce parásitos, ¿qué significa? Como sanguijuela me prendo al  predicador, me prendo a la enseñanza y soy como una sanguijuela que dice el  Proverbio: dame... dame... así dice la sanguijuela, dame... está  determinado a que le den nada más, ¿por qué? Porque está dependiendo de la  sabiduría de terceros o que Dios le dio a terceros, pero ya no escucha la voz  de Dios. Cuando está en su soledad no sabe cómo emprender las cosas de la vida  y del Reino.
Entonces, es imposible en ese ambiente ser un conquistador o tener un espíritu  conquistador en cualquier cosa, en cualquier cosa de la vida, nunca nos va  asistir ese espíritu... Es cuando le decimos a una persona, una cosa es ser un  empleado y otra cosa es tener mentalidad de empleado, son dos cosas muy  diferentes.
Quien es hoy dueño de Jesse Penny, era un empleado de una tienda y ponía la  ropa en la bolsa de una tienda, ése era su trabajo, pero en la mentalidad decía  yo un día tendré una tienda, mientras que metía la camisa en una bolsa. Era un  empleado, ¿sí o no? Pero, ¿tenía mentalidad de empleado> ¿sí o no? 
Hay empleados con mentalidad de empleados, siempre serán empleados, a lo sumo  un buen empleado si quiere salir de esa realidad necesita una mentalidad que no  sea de empleado. Porque una mentalidad de empleado nunca gobierna, nunca reina.
Dios es un Dios de ideas, es un Dios de planes, es un Dios de proyectos y Él  está interesadísimo de revelarle esos planes y esos proyectos. Y a veces  nosotros estamos escasos o somos muy místicos para escuchar la voz de Dios, o  creemos que la voz de Dios nos va hablar en algunas cosas y en otras no.
Una de las cosas que yo he visto últimamente es la falta de capacidad, yo no sé  cómo llamarlo, lo digo así... no es precisamente eso, sino la falta de  entendimiento, a veces que hay de que Dios nos hable a nosotros acerca de lo  que nosotros debemos cambiar.
Me llama poderosamente la atención que generalmente tiene que venir desde  fuera, desde un tercero que te dice: mira esto... mira esto... mira esto... y  mira esto en tu vida, cuando yo digo, pero si te tiene que venir esto de un  tercero a decir, mira esto... mira esto... mira esto... 
Creo que hay poca capacidad para oír a Dios en lo personal y hacer cambios.
Es bueno que te hagas una pregunta: ¿Cuánto hace que no haces cambios en lo  natural, en la manera de levantarte, en lo que acabas de priorizar, en lo que  acabas de hacer a un lado de la agenda, en lo que acabas de cambiar y decir  esto va a ser así... esto nunca más va a ser así... va a ser así? 
Si no hay cambios en lo natural quiere decir que no hay cambios en lo  espiritual, no es un problema de lo natural, es un problema de lo espiritual,  siempre lo natural manifiesta lo espiritual.
Si yo voy cambiando externamente, es que voy cambiando internamente, pero si  los mismos patrones externos los sigo teniendo quiere decir que yo no estoy  cambiando por dentro, no estoy teniendo esa capacidad de escuchar a Dios para  hacerme ver lo que Él nos quiere decir y generalmente cuando nos lo dice un  tercero, nos ofendemos, es más lindo que lo diga Dios, es más, es más efectivo,  porque cuando te lo dice Dios hay un convencimiento en tu espíritu de lo que  Dios te dijo y de que eso es así y que lo debes hacer. 
Y a veces cuando lo dice el de afuera: ¡Ah, voy a orar a ver si lo que me dice  es cierto! Y en realidad tú sabes que es cierto, pero es una excusa como para  decir, ¡no me gustó que me diga eso... no quiero que me diga eso! Yo... ¡Dios  me entiende! Y sabemos que son excusas para no tomar lo que necesitamos.
Entonces, yo vi por la Palabra del Señor, cuatro cosas acerca de lo que tiene  que ver con la mentalidad, con el espíritu y el plan.
Para activar la conquista debemos ser: 
1) Una generación que reciba una mentalidad de heredero
Mentalidad de una persona que posee una herencia, que se le ha prometido una  herencia, no alguien que es alguien que no tiene una herencia, sino alguien que  sabe que está por conquistar una poderosa y grandiosa herencia, ésa es una  mentalidad que nos debe asistir.
Yo quiero mirar en Números 13 un poquito, para mirar qué es lo que ocurrió con  el pueblo de Israel en épocas de Moisés:
"Y Jehová habló a Moisés, diciendo:
Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán,
la cual yo doy a los hijos de Israel;
de cada tribu de sus padres enviaréis un varón,
cada uno príncipe entre ellos.
Y Moisés los envió desde el desierto de Parán,
conforme a la palabra de Jehová;
y todos aquellos varones eran príncipes de los hijos de Israel".
Número 13:1-3
"Entonces toda la congregación gritó, y dio voces;
y el pueblo lloró aquella noche.
Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel;
y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto;
o en este desierto ojalá muriéramos!
¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada,
y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa?
¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?
Y decían el uno al otro:
Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto".
Número 14:1-4
¿Por qué leo estos dos pasajes? ¿Y por qué los contrapongo? Porque Dios había  destinado para Israel una herencia, la herencia era Canaán, lo único que ellos  tenían que hacer, según la Palabra del Señor era reconocer la tierra.
Es decir, tengo una herencia y Dios me dice antes de tomarla: ve a reconocer tu  herencia. 
No estamos poniendo en tela de duda si te la voy a dar... no... No.
Yo te voy a dar la herencia, solamente te pido que vayas y reconozcas la  herencia.
¿Ustedes saben lo pasó? Cuando fueron a reconocer la herencia, ellos no  tuvieron la visión de Dios y ellos comenzaron a opinar acerca de la herencia,  de la lucha, los conflictos y los problemas que iban a tener que atravesar para  conquistar la herencia.
Ahora, mire desde qué perspectivas ellos hablan, ellos comenzaron a quejarse  porque ven los gigantes, porque ven esto y aquello... Es decir, cuando ellos  van a reconocer la tierra no tienen una mentalidad de heredero, ¿por qué?  Porque ellos cuando ven los problemas que se suscitan en la tierra, las  situaciones que ellos van a tener que atravesar, resulta que pareciera que se  olvidan que si Dios les dijo que tiene una herencia para darles, entonces, Él  tiene un plan para que lo hagan.
Ellos se olvidaron completamente de eso, no tuvieron la mentalidad de heredero  y cuando vieron la circunstancia empezaron a decir, ¡uy! Yo sé... vamos a tener  que luchar, vamos a tener que esto, vamos a tener que hacer aquello... vamos a  tener que hacer aquello...
¡Dios nunca les dijo nada de lo que ellos iban a tener que hacer!
Quiere decir, que no estaban esperando de parte de Dios un plan, pero, ¿acaso  Dios no lo tenía? Sí lo tenía, pero la falta de una mentalidad de heredero  hacía que ellos no pudieran recibir el plan.
¿Qué quiere decir esto entonces? Que Dios nunca le puede revelar sus planes a  personas que no tienen una mentalidad de heredero.
Porque a veces oramos para tener planes, ¿sí o no? Y dicen: ¡Pero Dios no me  dice nada! ¿Dios, cuándo me vas a decir algo? Ayuno, oro, ¡hasta me enojo!  ¿Dios cuándo me lo vas a decir? Y resulta que el problema no está en que Dios  hable, el problema está en que mi mentalidad no está capacitada para recibir.
Entonces, Dios dice: Yo no te puedo hablar, es como hablarte algo que tú no  entiendes, tú no entiendes economía y yo le digo: Mira Jairo, quiero que me des  una clase de Economía de alto nivel, tú vas a escuchar una Economía de alto  nivel y si no estás en el tema, no vas a entender Economía de alto nivel,  porque tu mentalidad no está en eso.
Así es con Dios, mi mentalidad no entiende lo que Dios quiere decir, entonces,  cuando alguien no entiende, ¿usted cree que Dios habla al viento? No. Hablo  cuando cambie la mentalidad, le voy a mostrar mi plan.
Pero mire, cuando usted mira esto a diferencia de los dos espías que fueron con  Josué, usted mira algo... En Josué capítulo 2:23 vamos a leer, vamos a ver algo  allí, dice la Escritura:
"Entonces volvieron los dos hombres;
descendieron del monte, y pasaron,
y vinieron a Josué hijo de Nun,
y le contaron todas las cosas que les habían acontecido.
Y dijeron a Josué:
Jehová ha entregado toda la tierra en nuestras manos;
y también todos los moradores del país desmayan delante de nosotros.
Josué 2:23-24
Si usted compara lo que hablan los doce príncipes en Números 13 y 14 con lo que  hablan estos dos, en Josué capítulo dos, ¡hay un abismo! ¿Sí o no? Es un  abismo.
Ellos le dicen: ¡Olvídate, está hecho este asunto...
Y recuerden que a diferencia del Israel que estaba en el desierto, estos sí  estaban viendo los muros, porque delante... delante... estaban los muros de  Jericó, sin embargo, Israel no tenía los muros, solamente tenía el desierto, ni  siquiera estaba mirando eso, aquí estaban los muros pero ellos no vieron eso. ¡Ellos  tuvieron la mentalidad de heredero!
Entonces, ¿qué ocurre? Como tuvieron la mentalidad de heredero,  entonces, llega el momento que relata Josué capítulo 5 y 6, dónde Dios le  revela a Josué y al pueblo: el plan. 
¡Un plan que Dios siempre tuvo en su mano!
No es un plan que Dios hizo a última hora que se le olvidó... vio...
¡Uy! ¿Cómo lo hacemos? No... No... Desde que los sacó de Egipto, tenía un plan  para que entraran a Canaán, Él sabía lo que iba a hacer, pero necesitaba la  gente que tuviera la mentalidad adecuada para que Él lo hiciera.
¡No era un problema de, sencillamente de que, esta gente me gusta más que esta  gente! No... No... No es que los hijos le gustaron a Dios más que los padres,  no, no. Es que los hijos fueron mejores que los padres por una cuestión de  mentalidad.
Porque mi mentalidad en Cristo determina lo que Cristo puede liberar en mí y  a través de mí.
Como opera la gracia de Dios a través de mí, tiene que ver con mi  mentalidad, con aquello que yo permito que Dios trabaje en mí para lograrlo.
Ahora, es que además de ser una generación que recibe una mentalidad de  heredera, nosotros necesitamos:
 
2) Ser una generación que recibe un espíritu de conquista
Dos cosas: una mentalidad heredera y un espíritu de conquista.
En Números 14:24, sólo ese versículo, muy conocido, pero quiero volverlo a  leer porque a veces lo conocemos, conocemos la letra de un versículo pero nos  falta la esencia. Dijo el Señor:
 
"Pero a mi siervo Caleb,
por cuanto hubo en él otro espíritu... otro espíritu,
y decidió ir en pos de mí,
yo le meteré en la tierra donde entró,
y su descendencia la tendrá en posesión."
Números 14:24
La mentalidad produjo el espíritu, no al revés... ¿por qué? Porque  cuando los doce fueron a espiar y sólo Josué y Caleb hablaron lo contrario,  ellos mostraron una mentalidad diferente, ellos dijeron, no se quejen más, esta  gente son pan comido... en eso, ¿qué estaban mostrando? Su mentalidad... su  mentalidad... lo que pensaban... Y Dios dijo: ¡Esa mentalidad es la que me  gusta para poner un espíritu que conquiste!
A veces nosotros queremos que nos sea impartido un espíritu de conquista y  pensamos que lo vamos a recibir porque alguien me impone las manos. Quiero  decirle que no es así, no funciona así, usted no recibe un espíritu de  conquista porque alguien le impone las manos, usted recibe un espíritu de  conquista, cuando usted le permite a Dios la renovación del espíritu de su  mente.
Entonces, cambia su mente, obtiene usted una mentalidad de conquista, pero no  haciéndose positivo, como la Nueva Era, no... no... no... Sino siendo en  verdad, desde lo interior, una convicción profunda, una mentalidad que tiene  una herencia.
Entonces Dios puede decir: ¡Ahí Yo puedo derramar un espíritu que es de  conquista!  Es decir, ese otro espíritu, era solamente esto, un  espíritu de conquista.
Pero, ¿qué pasaba? Josué y Caleb lo tenían y todo el pueblo no lo tenían y esto  es importante. ¡Dios sólo le permitió entrar a los que lo tenían!
¡Ay no, pero Dios es bueno! ¿No vamos a entrar todos? No.
Sí, Dios es bueno pero tiene sus principios, los que no lo tuvieron no  entraron, es más, si usted lo mira un poquito más a fondo, se va a dar cuenta  que Moisés y Aarón, tampoco entraron.
Piense, medite y estudie la Escritura y va a tener las respuestas, sólo ellos  dos, Josué y Caleb, ellos tenían ese espíritu.
Ahora, quiero mostrarle algo muy importante que hizo Josué antes de que Dios le  permitiera tomar la tierra y antes de que Dios le pudiera hacer desarrollar el  plan que tenía preparado.
Josué, el capítulo 5, dice algo muy extraordinario y es muy extraordinario  porque es para nosotros muy práctico el día de hoy, algo que tenemos que hacer  efectivo sobre nuestra vida el día de hoy:
En aquel tiempo Jehová dijo a Josué:
Hazte cuchillos afilados, y vuelve a circuncidar...
Escuche esto...
...la segunda vez...
¿O le tengo que explicar el número dos? ¿No se lo tengo que explicar  no? Y al que se lo tenga que explicar compre el CD del Año de Nuevo Hombre y va  a saber lo que estoy diciendo: segunda vez... segunda vez... a los hijos de  Israel.
Y Josué se hizo cuchillos afilados,
y circuncidó a los hijos de Israel en el collado de Aralot."
Josué capítulo 5:2-3
"Y cuando acabaron de circuncidar a toda la gente,
se quedaron en el mismo lugar en el campamento,
hasta que sanaron.
Y Jehová dijo a Josué:
Hoy he quitado de vosotros el oprobio de Egipto." 
Josué capítulo 5:8-9
Quiero que se detenga ahí, ¿por qué debía, Josué circuncidar al pueblo, a los  varones antes de poderles revelar el plan y tomar Jericó? Por dos razones:
Una porque la circuncisión siempre ha significado Pacto de Dios con su pueblo,  antes, era una circuncisión en la carne y ahora dice, en el Nuevo Pacto, es una  circuncisión de corazón habiendo sido quitado el corazón malo de incredulidad y  habiendo sido puesta la naturaleza de Cristo, pero es una circuncisión, Pacto  con Dios, un pueblo bajo pacto.
Pero lo segundo, muy importante, era que esta circuncisión era, esta  circuncisión segunda, no primera, segunda, serviría para quitar la afrenta que  Egipto había producido en Israel.
Es decir, que Egipto había tenido la capacidad de sembrar en Israel una semilla  de maldición, ¿qué habían hecho a través de esa semilla? Habían reprogramado la  mente del pueblo. ¿Sabe cómo se veía el pueblo? Esclavo, pobres, indefensos,  abandonados de Dios y nunca iban a poder salir de ahí.
Dios dice: Yo no puedo llevarte, conducirte y usarte como instrumento de mi  conquista con el oprobio de Egipto, no puedo hacer eso, si tienes pegada esa  mentalidad de pobre, esa mentalidad de... bueno todavía tengo muchas  circunstancias que arreglar... yo siento que Dios no me escucha... a mí me  parece que Dios, no sé... como que estoy alejado... como que no veo que Él me  responda mis oraciones... como que... Que todo lo que está a mí alrededor son  mis propias circunstancias para arreglar y llevo el noventa y nueve coma nueve  por ciento de situaciones para arreglar.
Es evidente que Egipto, me puso su oprobio, su afrenta y me está diciendo que  yo no tengo calidad de hijo, me está diciendo que yo no soy un heredero, me  está diciendo que las Naciones no me pertenecen, cuando el Señor dice: que yo  soy heredero de Dios y coheredero con Cristo como hermano mayor.
Es decir, me está mintiendo, es un espíritu de mentira pero que se infiltra, se  mete dentro de mí y Dios dice: necesito arrancarlo de raíz por eso necesito  volver a circuncidarte. Es algo que Dios hace por segunda vez.
La primera vez Él pone el corazón de Cristo.
Pero la segunda vez, lo que Él hace es quitar de nosotros aquello que nos está  deteniendo, aquello que no nos está permitiendo realmente ser lo que somos en  Cristo Jesús y caminar en lo que somos en Cristo Jesús, sino más  bien, siempre vernos desde el lado humano de nuestra situación.
Siempre el lado humano de tu situación es débil, siempre el lado de Cristo de  tu situación es fuerte, nunca vas a ver, si ves tu realidad del lado de Cristo,  nunca te vas a ver débil porque todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Ahí está el asunto, pero si lo veo del lado humano me siento chico, me siento  que no puedo, no sé cómo lo voy a solucionar, no sé cómo voy a hacer.
¡Claro el lado humano me muestra las imposibilidades! Pero, el lado divino me  muestra las posibilidades que yo tengo en Dios, cambia mi mentalidad.
Estoy circuncidado del oprobio que traigo de Egipto.
¿Estoy siendo claro?
Esto es muy importante, es que: cuando nosotros recibimos y entendemos lo que  es mentalidad heredera y espíritu de conquista es que:
3) Nos transformamos en ejército de Dios
"Estando Josué cerca de Jericó,
alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él,
el cual tenía una espada desenvainada en su mano.
Y Josué, yendo hacia él, le dijo:
¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos?
El respondió: No; mas como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora.  Entonces Josué,
postrándose sobre su rostro en tierra,
le adoró; y le dijo:
¿Qué dice mi Señor a su siervo?
Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué:
Quita el calzado de tus pies,
porque el lugar donde estás es santo.
Y Josué así lo hizo." 
Josué 5:13-15
Quiero detenerme para decirle dos cosas, si usted lee en la Nueva Versión  Internacional, la respuesta del comandante, no sólo es Príncipe,  sino comandante del ejército del Señor, la respuesta es, no es no, es de ninguno... ¡eso es más fuerte! No dice no, dice de ninguno.
Él le dice: ¿de qué lado estás? Y Él dice: de ninguno...
 
A ver, yo quiero detenerme, le voy a explicar porqué me quiero detener.
En primer lugar, porque la Escritura dice, que Josué se postró y le adoró y siempre que algún ángel recibía adoración, paraba la cosa y decía, no, sólo  Dios es adorado, así que un ángel no puede ser, tiene que ser el mismo Cristo  pre encarnado manifestándose a Josué.
Muy bien, ¿cómo es que Cristo aparece en escena y dice que no está de ningún  lado de los dos? ¡Espérame!... ¡espérame!... ¡espérame!... esto... ¿No sé para  qué bando juega?
Es como si Cristo dijera, llega hoy y te dice: No estoy del lado de las  Iglesias Cristianas y tampoco estoy del lado del mundo... ¿Cómo Señor? ¿Cómo  que no estás del lado de tus hijos? Esto es raro, ¡eso está mal! Escuche ¿por  qué? Porque:
Él no vino como Dios de su pueblo, sino como comandante de su  ejército.
Lo quiero hacer... píense en lo que estoy diciendo... 
Él no vino como Señor de su pueblo, sino como comandante de su ejército.
No vino como defensor del pueblo, la actitud pasiva del pueblo quiere  un defensor, la actitud activa del pueblo quiere un comandante. El defensor dice, nosotros no hacemos nada porque el defensor nos defiende,  pero con un comandante es al revés.
Tú dices, ¿a dónde? ¿Para dónde es? A tus órdenes, ¿a dónde vamos? ¿Con qué  armas? No hay problema, la vida está jugada.
El defensor teme, es pasivo, el que está bajo un comandante es activo y no  teme, no vino como defensor del pueblo vino como comandante.
Pero hoy en la mañana, el Espíritu del Señor, le dije algo a mi esposa que me  hizo pensar, le pregunté: ¿Vio Moisés a Dios cara a cara, sí o no? Pero, si la  Escritura dice: nadie como Moisés que lo vio cara a cara... 
¿Qué vio Moisés? Vio la gloria de Dios, muy bien, le dije: Vio la gloria de  Dios, ¡la Biblia la sabe! Ok!
Lo segundo dije: ¿Qué vio Josué? Vio un hombre... ¡eso es! Moisés. 
Escuche lo que le voy a decir:
Vio la gloria de Dios, pero nunca vio un comandante...  vio lo etéreo y celestial... no vio lo real.
Josué vio algo mucho mayor que Moisés, porque la gloria etérea no te sirve para  la vida práctica, pero cuando se te aparece un hombre de carne y hueso y te  dice: ¡Soy tú comandante! ¡ése te lleva a tu destino!
Es mayor el Cristo pre encarnado que la gloria que Moisés vio.
¡Es muy tremendo eso!
A veces queremos manifestaciones no sé de qué tipo, pensando que eso es mayor y  en realidad si usted mira un poquito al pueblo de Israel usted se va a dar  cuenta que el pueblo de Israel vio la manifestación de Dios, vio la  columna de fuego, vio la nube, el maná, las  codornices que Dios trajo milagrosamente, nadie vio más milagros que el  pueblo de Dios.
¿Pero qué produjo eso? ¿Qué produjo eso? Pasividad, un pueblo que busca  a Dios para recibir de Dios algo, produce pasividad.
Ahora bien, cuando yo vivo dependiendo de la manifestación de Dios en  definitiva, ¿Sabe qué es lo que estoy diciendo? La única manera que yo  compruebo que Dios está conmigo es cuando se manifiesta.
Y la pregunta que te hago es: ¿De verdad, cuándo pasan tres meses y Dios no se  manifiesta en tu vida, desesperas o no desesperas? Dios no hace nada, ni blanco  ni negro, no mueve una pestaña, ¡no hace nada! La mayoría desespera, porque  somos un pueblo que busca un defensor. Que Dios me ayude en esto... que Dios me  ayude en aquello... que Dios me ayude en aquello.
Y no estamos entendiendo que Dios está cambiando la apariencia para que el  Cristo se encarne en mí y me transforme en alguien que lidere y gobierne,  ¿estoy entendiendo si sigo dependiendo de una manifestación de Dios en vez de  depender de su presencia?
¡El pueblo de Moisés dependía de la manifestación de Dios, el pueblo de  Josué de la presencia de Dios!
La manifestación no dirige a nadie, yo nunca vi una manifestación nada que  ocurra, una manifestación de Dios nunca dirige a nadie, dice ¡Wow! ¡Qué  tremendo lo que hizo Dios! ¿Lo dirige algún lado? No. Lo que lo dirige a usted  es la presencia, por eso, el Arca ¿a dónde iba? Delante.
Porque la presencia sí te dirige; en vez, el pueblo de Josué no dependió de la  manifestación de Dios, dependió de la presencia, ahí tuvo dirección, entonces,  cuando eso ocurre, tú ya te ves, entonces, muy diferente porque tú te ves,  entonces, cómo un instrumento de Dios para conquistar en los negocios de su  Padre. ¿Qué? ¿Qué quiero decirle con esto?
Nosotros nos levantamos cada mañana y todos nosotros tenemos múltiples  actividades, bastante cargada la agenda, muchas cosas por resolver y eso es  cierto y está bien, porque Pablo dice: que cada uno viva quieta y  reposadamente y haga lo que debe con sus manos para vivir como corresponde.
Es decir, está bien que trabajes para vivir.  El punto es: ¿Cuáles son tus  negocios? Ésa es la pregunta, cuando te levantas cada mañana. O tú me puedes  decir, me voy a ocupar de mis negocios. Ok, el cuidado es que probablemente mis  negocios, no sean los negocios del Padre.
El apóstol Pablo le dice a Timoteo: que ninguno que milita, que ha sido  tomado como soldado se enreda en los... y dice una frase... en los  negocios de la vida.
Negocios de la vida es una cosa, negocios del Reino es otra. 
¿Qué está buscando Dios? Que mi mente esté en los negocios de mi Padre mientras  hago los negocios de la vida.
Mi objetivo no son los negocios de la vida, son los negocios del Padre.
Si tu objetivo son los negocios del Padre y resúmeme, ¿en qué se resumen los  negocios del Padre? A ver ¿qué son los negocios del Padre? La gente.
No me vengas a hablar de dinero, no me vengas a hablar de prosperidad, no me  vengas hablar de vivir bien... nada de eso son los negocios del Padre... ¡Nada  de eso! 
¡Lo único que a Dios le importa es la gente que te rodea!
La pregunta es esta: ¿Cuándo te levantas para tus negocios de la vida, en qué  estás preocupado? ¿Qué te preocupa? Si te preocupan los de la vida, ése es el  problema, no puedo hacer los negocios del Padre porque mi mentalidad está en  cómo resolver bien los negocios de la vida y no está en cómo resolver los  negocios del Padre. 
Lo contradictorio es esto, que Dios tiene algo bien contradictorio, porque el  que se dedica a sus negocios, a los negocios del Padre, Él se hace cargo  de tus negocios y las cosas comienzan a fluir y mientras tú estás dale... y  dale... a los negocios de la vida ¡y no sale! Porque no cuentas con la  bendición de Dios.
Porque Dios dice: Esa mentalidad está equivocada, tú no eres una persona del  mundo para vivir como viven los del mundo, Yo no puedo permitirte como hijo,  que tú tengas la misma mentalidad que tiene el que no es mi hijo, Yo necesito  que tu mentalidad, todo tu ser y todo tu espíritu estén en los negocios del  Padre.
Entonces, Yo te voy a bendecir en los negocios de tu vida, los voy a hacer  prosperar en todo lo que hagas y lo que toques, porque tu mentalidad está en  los negocios del Padre.
¿Sabe qué ocurre cuando usted tiene la mente en los negocios del Padre? Usted  se transforma en un imán, la gente lo busca.
Nos quedamos un día más, ¡qué dijimos de descanso en Ixtapa!
Y me ocurrió una cosa increíble, encontré a un amigo de mi primaria, treinta y  cuatro años de mi vida que yo no lo veía y lo encuentro en Ixtapa, Zihuatanejo  en un hotel, no sólo nos conocimos, le hablamos la Palabra y está en Beverly  Hill, ore para abrir algo en Beverly Hill, lo estoy hablando en serio... estoy  hablando en serio porque yo ya sé, Dios lo trajo ahí y yo no puedo decir: ¡Qué  casualidad, no!
Se casaron el mismo día que Marta y yo, el mismo día y fuimos a la misma luna  de miel y no nos vimos. Nos poníamos en algún lugar para descansar un ratito,  ¿y sabe qué pasaba? Había muchas sombrillas ¡y la gente se ponía al lado! ¡No  estoy buscando un lugar tranquilo que no haya nadie! ¡La gente venía al lado!  ... al lado. ¡Y había muchas sillas! ... pero yo veía a Dios, no me molestaba,  me agradaba porque yo veía a Dios.
¡Usted se convierte en un imán! Y usted todo el tiempo, todo el tiempo habla de  Cristo como la cosa más natural del mundo, todo el tiempo, todo el tiempo, es  lo único que sale, porque su mente está ahí.
Pero cuando usted está preocupado con los negocios de la vida, ¡no me diga que  habla de Cristo! No, ¿o sí? ¡No de verdad que no!
Entonces, ¿qué ocurre?
Dios dice: Yo quiero transformarme en tu comandante, pero tú todavía  buscas un defensor. Y Yo ya te dije que soy tu defensor y tu escudo y tu galardón, eso está prometido, eso ya está prometido, ya no estamos  en ese plano, porque si sigues en ese plano es como que mi hijo chico me  pregunte si lo voy a defender si alguien me viene a atacar... está por hecho,  el hijo chico sabe que el padre lo va a defender, si alguien lo viene a atacar,  pues tiene a su padre.
Así que no está en juego que Dios es tu defensor, eso no está en juego, pero  nos quiere llevar a algo más: Él quiere ser nuestro comandante para los negocios de su Reino que son la gente. 
Por eso es, que toda su mentalidad, que todo su espíritu, todo su  ser tiene que estar todo este tiempo, que siga la Iglesia de Jesucristo en lo  que usted va hacer con los que están a su alrededor, la gente... la gente... la  gente... la gente... la gente... la gente... 
No para levantar una Iglesia grande, o una Iglesia local grande, no porque  usted la ama con el amor de Cristo y usted sabe que esa gente sin Cristo está  perdida y muchos creen que tiene a Cristo engañadamente y cuando usted ve su  vida dice, éste cree que tiene a Cristo y de verdad no lo tiene, usted no puede  estar tranquilo en su interior.
¡Yo sé lo que tengo adentro! ¡Yo necesito hacer esto por la gente! Entonces,  ¿qué ocurre? Es poco importante si alguna otra cosa práctica no funciona bien,  la verdad que es muy poco importante, se ordena lo práctico y funciona, lo  importante es que el propósito de Dios sí esté funcionando.
Lo que estamos haciendo como Iglesia tiene que funcionar, eso sí tiene que  funcionar. Si la silla está más acomodada o no, voy y la acomodo, ¿no? y me  siento. Pero el propósito no, ahí tengo un problema, tengo que saber cuál es mi  propósito como Iglesia, ¿para qué estoy yo? ¿para qué estoy yo?
Yo en la semana, es decir, cuando en la semana yo esté viviendo para los  negocios del Padre, este lugar se llena solito y rapidísimo, una, dos, tres,  cuatro y cinco veces. Porque la gente se le va a pegar porque usted tiene algo  para darle, tiene algo que de verdad, suple su necesidad, porque no saben que  la tienen pero la tienen, usted se la suple con una palabra.
No va a estar orando todo el tiempo, no... No...No. No se trata de eso, se  trata de manifestar naturalmente lo que usted tiene de Cristo allí.
Los negocios del Padre están en su corazón y usted se levanta con eso en mente,  hoy yo voy a bendecir a alguien, no puede pasar este día que yo no bendiga a  alguien, no puede pasar este día que yo a alguien no le hable del Cristo que  está en mí, alguna oportunidad Dios me va a dar en este día a mí.
¡Ah! Cuando Dios ve eso hermano, ¡olvídese!  ¡Ah no! Pero hoy me levanté a las seis para pintar esta pared, como si se  levantó a las cuatro... ¿entiende no? No funciona, mi mente no está en los  negocios del Padre.
Por eso, una vez que uno comprende una mentalidad de heredero, un espíritu de  conquista y se transforma en ejército, uno entiende:
4) Que comienza a ser una generación bajo gobierno
¿Cuál es la característica? Cuando yo voy a Josué capítulo 6 veo una  característica, después de la circuncisión, después del oprobio de Egipto viene  la revelación, por eso dije: El plan ¿de quién es? De Dios, pero ellos ¿qué  hicieron? Ellos vivieron un proceso de Dios que lo aceptaron y lo recibieron y  cuando lo recibieron, tuvieron una mentalidad correcta, tuvieron un espíritu,  ¿les costó no? Les costó cuarenta años durante el tiempo que sus viejos se  murieran.
Dios, a la vez, los construía a ellos, ¿sí o no? ¿Y sabe para qué dejó a los  viejos cuarenta años? Para que miraran y dijeran: Así no se hace... así no se  hace... así como ellos no se hace... ¿qué feo debe ser eso no?
Que Dios te use a ti como padre para decirle a tú hijo, ser padre como tu papá  no se hace, ¡debe ser terrible, no! Pero eso es lo que hizo Dios, los dejó  cuarenta años, para mostrarles a sus hijos que así no se hace... ¡Wow!
Por eso, ¡qué poca valía tienen nuestra cultura, nuestras tradiciones y todo lo  que nos enseñan! ¿No? Porque probablemente te está diciendo Dios, así no se  hace... así no se hace... lo estás haciendo como tu cultura y así no se hace...  ¿Cuántos años más vamos a estar en el desierto para que entiendan que así no se  hace?
Así que sufrieron un proceso tremendo ellos, después del proceso, después de la  circuncisión que duele y más de grande, porque a los ocho días el bebé se cura  rápido pero de grande ¡wow! Debe ser muy doloroso, ellos estaban preparados,  tenían mentalidad y tenían espíritu, entonces, viene el plan y le dice Dios a  Josué:
"Ahora, Jericó estaba cerrada,
bien cerrada, a causa de los hijos de Israel;
nadie entraba ni salía.
Mas Jehová dijo a Josué:
Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey,
con sus varones de guerra.
Rodearéis, pues, la ciudad todos los hombres de guerra,
yendo alrededor de la ciudad una vez;
y esto haréis durante seis días.
Y siete sacerdotes
llevarán siete bocinas de cuernos de carnero delante del arca;
y al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad,
y los sacerdotes tocarán las bocinas.
Y cuando toquen prolongadamente el cuerno de carnero,
así que oigáis el sonido de la bocina,
todo el pueblo gritará a gran voz,
y el muro de la ciudad caerá;
entonces subirá el pueblo,
cada uno derecho hacia adelante."
Josué 6:1-5
Vino el plan de Dios, después de todo un proceso cuando ellos tuvieron mentalidad  y espíritu Dios le reveló el plan.
Dios no va a hablarle a una generación que no tiene ni mentalidad, ni  espíritu.
No se lo va a decir, no le va a decir cuál es el plan, porque sabe que es tirar  perlas a los puercos, es perder el tiempo, es algo que sabe que no lo va a  lograr porque aunque le de un plan magnífico y extraordinario, si no hay  mentalidad de heredero y espíritu de conquista, ya sé que antes de comenzar  hemos fracasado, ¡imagínense! 
Antes de comenzar ya hemos fracasado. No, Yo en ti, una mentalidad y quiero en  ti un espíritu para revelarte el plan.
Por eso me llamó la atención un versículo en Mateo, es una acción práctica,  pero me llamó la atención, porque tiene que ver con la mentalidad apostólica:
"Pasando de allí,
vio a otros dos hermanos,
Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano,
en la barca con Zebedeo su padre,
que remendaban sus redes;
y los llamó.
Mateo 4:21
¿Sabe qué me di cuenta? Que remendar las redes del Reino es un trabajo  apostólico.
¿Qué es remendar las redes del Reino? Regresar a la Iglesia a su posición de  enviada, no de defendida, enviada.
La Iglesia Evangélica es la que está defendida, es la novia, es la que espera  al Señor...
¡Está bien que espere al Señor! ¡Entiéndeme! ¡Entiéndeme! Pero es pasiva. 
La Iglesia enviada es activa porque sabe que tiene adelante la presencia del  comandante.
Dijo el Señor, es una tarea apostólica porque hay autoridad para regresar a la  Iglesia a su espíritu de enviada.
¿Y qué ocurre? Cuando a la Iglesia le regresa su espíritu de enviada, la  Iglesia se deja de ver como pueblo de Dios, comienza a verse más como Cuerpo de  Cristo y termina viéndose como ejército de Dios.
Cuando se termina viendo como ejército, es cuando de verdad vio lo que Dios  tiene para ella y entonces conquistar es una cosa de todos los días.
Le hago una pregunta: ¿Cuándo fue la última vez que usted llamó a su pastor  emocionadísimo por lo que acababa de ocurrir testificándole a una persona desde  que empezamos?
Mire le voy a decir cosas prácticas, voy a hacer algo práctico porque hay algo  que tenemos aquí, Iván y Yaneth tienen una empresa, ¿cuándo organizaste la  empresa para tener un tiempo espiritual con todos tus empleados? Nunca.
No puede ser una empresa de Reino, entonces, le pago esta hora... le pago esta  hora... en esta hora no vamos a trabajar en los negocios de la vida, vamos  juntos a buscar en la Palabra y yo le voy a enseñar estas cosas, usted tiene  que estar ahí porque yo le estoy pagando esta hora.
Es tiempo de trabajo, lo que yo le mande a hacer, en tiempo de trabajo es mi  problema no el suyo, yo se lo estoy pagando. ¿Creen que le va a ir mejor o  peor? Mejor. Porque le voy a enseñar a esa gente, quiera o no quiera, le voy a  meter a Cristo, a tiempo y fuera de tiempo, le guste o no le guste, pero se lo  voy a meter, por eso dice la Escritura, el sembrador salió... ¿a  qué? A sembrar, ¿usted cree que es un hombre tonto para sembrar?  No, ¡no verdad!
¿Y por qué Jesús dice que parte cayó en el camino?
¿Y por qué dice que parte cayó entre los espinos?
¿Y por qué dice que parte cayó entre las piedras? 
¿Y sólo una parte cayó en buena tierra?
¿Sabe por qué? Porque el sembrador sabe que su función es sembrar, él no sabe  exactamente cuál va a ser la buena tierra que va a prosperar, porque en el  ámbito espiritual el único que conoce la buena tierra es el Señor.
Yo puedo ver una cara de afuera y decir: ¡éste sí es buena tierra! ¡Eh! ¡Éste  es buena tierra! Y resulta que no es buena tierra para nada.
Y al otro que no doy dos pesos por él y digo: No... Éste debe ser horrible y  mira la vida que tiene... es un desastre... es un pecador terrible, a este  no... Resulta que ése es buena tierra.
Pero el sembrador salió a sembrar, no que a ver cómo vamos a sembrar. No,  porque hay que contar la semilla, ¡no me gaste más de diez! No. 
No, el evangelio de Cristo, no se gasta la semilla, usted siembra a diestra y a  siniestra, a tiempo y fuera de tiempo, sea insoportable, sea insoportable, pero  para Cristo.
Un amor desbordante, porque el que ama a Dios, primer mandamiento Ama al  Señor tu Dios... segundo... ¿Sabe por qué? Muy sencillo, ¡es imposible  amar a Dios sin amar al prójimo!
Cuando usted ve el espíritu de esta ciudad, ¿sabe qué es el espíritu de esta  ciudad? Hermetismo y soledad y egoísmo y decimos ser cristianos, quiere decir  que no hay amor a Dios, porque cuando hay amor a Dios definitivamente, por  consecuencia aunque no lo quiera, yo amo a la gente, me interesa lo que le  ocurre a la gente, no puedo decir a mí qué me interesa es su problema... es su  problema... ¡No!
A usted le interesa lo que le ocurre a la gente porque usted ama a Dios, ¿estoy  siendo claro?
Remendar las redes, es ese espíritu de enviada de nuevo en la Iglesia, ya no es  solamente el pueblo, ya no es solamente el Cuerpo, no, ¡es un ejército!
Es un ejército que solamente está esperando órdenes del comandante y dice: Adelante, dónde tú vayas, nosotros vamos.
Por último e Lucas 5, no vamos a leer todo, hay algo muy extraordinario porque  todo lo que es del Reino es en equipo, porque Jesús así lo estableció, por eso  me gusta.
En Lucas 5, no porque sea mejor o peor, sino porque Él lo estableció y si Él lo  estableció está perfecto, ¡claro! en Lucas 5:1-11 usted va a ver lo que es la  pesca milagrosa, dice ahí su Biblia ahí en la pesca milagrosa, verso 4:
"Cuando terminó de hablar, dijo a Simón:
Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.
Respondiendo Simón, le dijo:
Maestro, toda la noche hemos estado trabajando,
y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red.
Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces,
y su red se rompía.
Entonces...
¡Cómo me gustan los "entonces" a mí!
... hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca,
para que viniesen a ayudarles;
y vinieron, y llenaron ambas barcas,
de tal manera que se hundían.
Viendo esto Simón Pedro,
cayó de rodillas ante Jesús, diciendo:
Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.
Porque por la pesca que habían hecho,
el temor se había apoderado de él,
y de todos los que estaban con él,
y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo,
que eran compañeros de Simón.
Pero Jesús dijo a Simón:
Escuche lo que le dijo ahora: 
... No temas;
desde ahora serás pescador de hombres."
Lucas 5:4-10 
¿Qué le está diciendo? Muy sencillo, lo que le está diciendo, ¿viste lo que  acabas de ver en lo natural? Así será en lo espiritual, pero nunca vayas a  decir que es tuyo el fruto, tus compañeros, de cualquier lugar, porque el  que conmigo no recoge desparrama... 
Ellos estaban predicando y se lo impidieron y Jesús les dijo: ¿y por qué  ustedes se lo impiden? ¿Quién les dijo a ustedes que...? ¿Ustedes se volvieron  locos? ¿Por qué? Si el que conmigo es, no es contra mí, no se lo impidan, pero  ¡claro! Cómo no estaban con ellos, ¡imagínense! No... No...No...
Entonces, llega el momento en que cualquier iglesia, todas las iglesias locales  de una ciudad se transforman en las barcas, no importa cuál es la barca. Lo que  importa es lo que recogemos o se pega. Ay no, porque la de Pedro tenía más  peces que la de Juan...
Y los trajeron todos a tierra. Todos los peces eran para el Señor, eso es un  espíritu de gobierno.
Por eso Josué, cuando recibió el plan, lo extraordinario es que no hay  absolutamente una solo opinión acerca del plan.
¡Y de verdad le digo que es muy raro y loco el plan que Dios le dijo a Josué!
La verdad que era para decirle algo, ¡porque es una locura total que alguien  venga con tantas estupideces!
Perdón por el término que trata de algo de Dios, pero locuras... locuras...  para la mente humana, para bajar un muro, así no se baja un muro, no se echa  abajo.
Dios dijo: Sí. Así se echa abajo, porque no lo echa el poder en sí, sino lo  echa la sujeción a la autoridad, se sujetaron, dijeron: lo hacemos así, de  corazón lo hicieron no dijeron, bueno como lo dijo Él lo vamos hacer... no...  no... no. Adentro ellos tenían la misma convicción que tenía Josué porque  tenían la misma mente y tenían el mismo espíritu.
"Y cuando trajeron a tierra las barcas,
dejándolo todo, le siguieron."
Lucas 5:11 
     
    
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