Cuida tu visión
Daniel Cipolla
31 de August de 2003
El texto contenido en esta página fue tomado literalmente de lo expresado verbalmente
en público, por lo tanto no ha sido preparado y editado como un escrito formal.
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Qué bueno es estar juntos, congregados en el Nombre del Señor, porque así es, Antes de ir a la Palabra que tengo para compartirle, me quedé detenido cuando leímos el proverbio 31:30, en una frase... Nunca me había detenido en este entendimiento que el Espíritu Santo me dio, porque en el versículo 30, como está referido a la mujer, nosotros leemos esa frase únicamente comprendiendo o entendiendo el ámbito de la figura de la mujer. Y dice:

“Engañosa es la gracia, y vana la hermosura;
La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.”

Proverbios 31:30

Quiero detenerme en la frase engañosa es la gracia.
Nosotros nos metemos solamente dentro del contexto de la mujer y de la gracia que una mujer tiene como mujer; y es correcto, está bien. Pero recuerde que la Palabra de Dios es algo vivo, es algo que cuando se declara tiene principios, nos está diciendo algo importante Dios ahí.

Engañosa es la gracia, piense: ¡Si Cristo es la gracia de Dios! ¿Cómo que engañosa es la gracia? ¡No!
¡La gracia de Dios es verdadera, pero la gracia natural de cualquier persona es engañosa!
Esa gracia con la que a usted le gusta un artista, ésa no es de Dios es del hombre, la gracia que utiliza cierta persona para decirle algo:
¡Ah, que bonita persona! ¡Qué dulce! ¡Qué amable!...

Cuando pasa el tiempo y usted depositó su confianza en esa gracia, siempre termina lastimado, porque engañosa es la gracia, porque esa gracia humana está contaminada por el pecado.
Por eso es que: cuando se manifiesta una cosa no se puede manifestar la otra.
¿Qué quiere decir esto?
O se manifiesta lo que es de Cristo o se manifiesta lo que es nuestro.

¡Aunque sea bueno! Y lo nuestro bueno nos parece bueno. ¡Cómo es bueno! ¡Pero no! ¡Como es nuestro y si es nuestro y no es de Cristo! Entonces no es bueno aunque parezca bueno. ¡Una gracia que es nuestra! ¡Una amabilidad que es nuestra! ¡Una cortesía que es nuestra! ¡Un respeto que es nuestro! ¡No!
¡Todo eso tiene que ser, pero tiene que provenir de la fuente!

Esto a mí me enseña algo: Si miro las cosas correctamente y percibo por el Espíritu, nunca me dejaré engañar por la gracia de nadie que no sea gracia de Dios en la persona.
La gracia de Dios en la persona es una cosa muy diferente; porque es verdadera, siempre es fiel, siempre verdadera, siempre íntegra, honesta.
Cuando es gracia de hombre usted va a encontrar deshonestidad, falta de integridad y una serie de cosas que le van a demostrar a usted que es del hombre.

Por eso esto es para tener una palabra de atención: Cuando conocemos gente tenemos que aprender: ¡No a sospechar! ¡No! Sino a discernir, diferenciar y comprender, porque es algo diferente.

(Marta Cipolla...)
Los proverbios están dichos por Salomón aunque acá está el rey Lemuel, pero evidentemente Salomón tenía mujeres muy bellas y cantidades y muchas sin embargo en los proverbios está diciendo engañosa es la gracia y vana la hermosura y uno dice:
¡Pero nosotros como mujeres procuramos bastante eso! ¡Que estemos lindas! ¡Que nos veamos hermosas!
Pero eso es engañoso, porque llega un momento que lo que sale tiene que ser del corazón y que tengamos identidad.
El otro día comentábamos con las hermanas que quieren adelgazar y se están proponiendo una meta pero el punto es:
¡Que honremos al Señor primero! ¡Y cuando uno tiene identidad hay una gracia especial! ¡Que no importa si es gordita, porque ahí Dios está en eso!
Claro que nosotras vamos a procurar estar bien, porque somos templo del Espíritu Santo y vamos a intentar y Dios nos va a ayudar; pero a veces estamos más mirando todo eso, que lo que está adentro. ¡Eso es lo que el Señor me manifestaba!

Y más es así: ¡En el espíritu de la ciudad en que vivimos es muy importante comprender esto!
Cuando uno hace una cosa: ... realmente todo lo que hagamos lo hagamos como para e Señor.
Y realmente: ¡Por lo menos la parte de la figura física es una cosa que se hace no por honrar al Señor!
¡Sino primero por estética y segundo por salud! ¡Y honrar al Señor queda quinceavo!

(Daniel Cipolla...)

¡Gloria a Dios!
Quiero referirme a la necesidad de Cuidar tu visión. ¡Cuida tu visión!
Vamos a ver versículos tan conocidos que los podríamos decir de memoria.
Esta palabra está en el contexto del encuentro de Jesucristo con un joven que era rico.

“Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible;
mas para Dios todo es posible.”

Mateo 19: 26

“Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible,
mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios.”

Marcos 10: 27

En esta declaración de Jesús, dos declaraciones dichas de manera diferente, pero la escena es la misma. Podemos darnos cuenta que Jesucristo está enseñando algo: Principio.
En la Escritura, aunque son narraciones y hay relatos y que se aplican a una época y a una situación:

¡Ahí hay escondido principios!
¡Para cualquiera en cualquier edad, en cualquier tiempo, en cualquier nación!

Jesús está diciendo dos cosas claras:

1) ¡El hombre por ser hombre, tiene imposibles!
2) ¡Dios por ser Dios, no tiene imposibles!

¡El hombre por ser hombre es limitado!
¡Dios por ser Dios es ilimitado!Es decir: ¡Hay cosas para el hombre que son imposibles, pero para Dios ninguna cosa es imposible!
El problema es que cuando entro a esto, escucho otras declaraciones de Jesús. Porque uno la Palabra la tiene que confrontar consigo misma y siempre tiene que ser ecuánime, tiene que haber una coherencia en la Escritura.
Y cuando vamos a Marcos 9: Jesús está hablándole a un hombre que tenía a su hijo endemoniado y casi el demonio lo mataba y le estaba pidiendo que por favor hiciera algo por él.

“Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.”
Marcos 9:23

Ahora bien, también está en ese contexto, que Jesús sana a un muchacho, dice la Escritura: que era lunático y los discípulos se preguntaban qué paso que no pudieron echar fuera al demonio.

“Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo,
que si tuviereis fe como un grano de mostaza,
diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.”

Mateo 17: 20

Dos preguntas quiero hacer:

¿Cuándo Jesús dice “nada os será imposible”, se lo está diciendo a los ángeles o a los hombres?

¡Se lo está diciendo a los hombres!
Entonces tenemos una tremenda contradicción:
En los primeros dos versículos; Jesús dijo:  Que para el hombre hay cosas imposibles; y dijo: que para Dios nada es imposible.

Pero ahora, cuando comenzamos a ver el desarrollo de su ministerio y cuando comenzamos a ver a aquella gente que se acerca a Él para encontrar una salida. Él establece un principio tan poderoso que no entra en la mente, ni jamás entrará en la mente.
¡No solo no entra, no procure, porque no va a entrar! Porque Él le está diciendo al hombre lo siguiente:
¡Tú puedes tener la misma habilidad de Dios! ¡Sí! ¡Tú puedes ser poseído por la misma habilidad de Dios!
Aunque eres un hombre finito, mortal y todo lo demás: ¡Tú puedes tener la capacidad de que nada te sea imposible!

Es decir: ¡Puedes hacer lo mismo que Dios hace!¡Eso es lo que está diciendo!
Le repito, vamos a rebobinar no lo trate de meter en su cabeza, no entra.
¡Nunca la Palabra de Dios entra en la cabeza; pero ahora que digo estas cosas, peor, menos entra! ¡Porque me está diciendo algo tan impresionante para un ser mortal!

Que uno dice: ¡No! ¡No! Sencillamente me “shockeó”. ¡Yo no puedo entender lo que me está diciendo! Porque no es necesariamente lo que va a liberar esto la capacidad de comprenderlo en nuestra cabeza. ¡No es nuestra cabeza la que lo entenderá! Hay algo que el Señor está hablando a nuestro espíritu que está relacionado con la fe.
Es decir, me está mostrando entonces, que lo que era imposible para el hombre cuando el hombre tiene fe, que la fe es la esencia de Dios metida en el ser humano, al utilizar esa misma fe.
¡Utiliza el mismo poder y autoridad que Dios utiliza para hacer lo que hace! ¡Por eso nada le es imposible!

Ahora, por otro lado, esto es un trabalenguas, porque esto es muy tremendo.
Hay muchas cosas que para el hombre normal, son imposibles, sin embargo hay algo en lo que me quiero detener...
Leímos que puedo tener toda la fe, la ciencia y las profecías, pero si no tengo amor, dice “nada soy”, no hay identidad. ¡Si no soy nada! ¡La nada no tiene identidad! Pero vamos a ver otra cosa, con el amor nada, no tengo identidad:

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios...”
Hebreos 11: 6

Sin amor no soy nada, no tengo identidad, estamos hablando del amor de Dios, no del amor humano, pero sin fe tengo otro problema también, no puedo agradarle, puedo hacer todo, comportarme bien, puedo hacer todo lo que yo quiera para tratar de agradar a Dios, no lo voy a poder hacer.

Quiere decir, que hay cosas tan sencillas como tener relación con Dios que se hacen imposibles.
Resulta que tener relación con Dios es lo más fácil que existe. ¿Cómo? Sí.
Por eso envió a Cristo, no hay nada más fácil que tener relación con Dios, porque el que cree y deposita su confianza en Cristo, es lavado de sus pecados, es trasladado de Reino e inmediatamente ha sido conectado a la fuente con Dios y recibe el Espíritu Santo de Dios. Así que en realidad no hay nada más sencillo que tener relación con Dios, porque no depende de tu nivel social, de tu dinero, de tus habilidades, de tus posibilidades, depende sencillamente que al arrepentirme y creer en Jesucristo yo entré a tener relación con Dios.
Pero lo que está diciendo aquí es que aquello que es tan sencillo y tan posible para el humano, se le puede volver imposible.
¿Por qué? Por falta de fe. Por eso dice Isaías algo acerca de su pueblo y obviamente viene aplicado a nosotros en estos días.

“Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca,
y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí,
y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado.”

Isaías 29: 13

¿Qué está diciendo Dios?
Que puedes hacer todas las cosas religiosas, puedes hacer todo lo que sea necesario para estar bien con Dios, pero dice Dios que Él está mirando lo profundo, Él está mirando lo que pasa adentro, porque él quiere que lo que pasa afuera sea producto de lo que pasa adentro. O sea, la fuente está adentro.
¿De dónde sale un hijo y dónde se engendra? En las entrañas.
¡Todo lo que no nace de las entrañas es falso!
¡Agarre eso!

¡Por eso Dios decidió que los hijos nacieran de las entrañas de las madres y no de la nariz, ni en la oreja! ¿Por qué quedaría feo? ¡No! ¡Porque lo que no sale de las entrañas no es verdadero! Por eso dice, de donde fluirán los ríos de agua viva, de su interior, de sus entrañas. ¡Todo lo que no viene de las entrañas es falso! Entonces Dios lo que está diciendo es ustedes son falsos

¡Es más yo les di todo para estar en relación conmigo! Pero ustedes no tienen relación conmigo, porque lo externo está bien pero lo interno está mal.
Quiere decir, que lo que es totalmente posible para el ser humano, se volvió imposible.

Yo escribí esta frase, resulta entonces que: ¡Los imposibles del hombre, se vuelven posibles por fe y los posibles del hombre se vuelven imposibles por ausencia de fe!
Quiero mostrarle ahora cómo es necesario ¡Cuidar la Visión!
Le voy a leer algo porque con este asunto de Caín y Abel, la gente deja muy mal a Dios.
Y lo que quiero mostrar es una verdad muy poderosa de Caín y Abel:

“Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo:
Por voluntad de Jehová he adquirido varón. Después dio a luz a su hermano Abel.
Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra.
Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová.
Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas.
Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín
y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.
Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante?
Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta;
con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.
Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando
ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.
Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé.
¿Soy yo acaso guarda de mi hermano? Y él le dijo: ¿Qué has hecho?
La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.  
Ahora, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir
de tu mano la sangre de tu hermano. Cuando labres la tierra, no te volverá
a dar su fuerza; errante y extranjero serás en la tierra. Y dijo Caín a Jehová:
Grande es mi castigo para ser soportado.”

Génesis 4: 1-13

Quiero mirar la visión:
Los dos traen la misma cosa, los dos traen al Señor una ofrenda.
La pregunta es entonces: ¿Si los dos traen una ofrenda, cuál es la diferencia del por qué Dios acepta la de Abel y por qué Dios no acepta la de Caín?

Tenemos que explicar esto: ¿Por qué Dios mira con agrado la ofrenda de Abel y no la de Caín?
La Biblia no dice la razón, pero hay una razón, la Biblia no la dice porque la esconde, pero está.
¡Dios está mirando algo adentro que no es lo que está afuera! No se trata de que porque Caín era labrador de la tierra y traía vegetales y el otro porque le trajo un corderito si le aceptó. La ofrenda es ofrenda, cada uno trajo de su labor su ofrenda.
¿Qué pasó cuando Dios no le aceptó la ofrenda a Caín? ¡Salió a luz lo que estaba podrido adentro de él! ¡Algo estaba podrido! ¡Olía mal!

Pero el punto es este, uno podría pensar: ¡Que tremendo como que Dios amaba mucho a Abel y poco a Caín!
Si lee lo que acabamos de leer: ¿Con quién es el único que tiene una plática Dios?  Con Caín. ¿Y por qué?
Porque todo el tiempo Dios ve que se ensaña con su hermano.

Además la pregunta es esta: ¿Y qué culpa tiene su hermano de que Dios acepte o no la ofrenda de él, si Abel no es Dios? ¿Él a quién entregó su ofrenda? A Dios.

¡El que no se la aceptó, no fue Abel, fue Dios! ¿Qué tenía acá que ver su hermano?
Envidia, celos, disensión, todo lo que dice la Escritura en el Nuevo Testamento estaba adentro.
Y cuando Dios hizo eso, fue para sacarlo fue un disparador, un detonador de lo que estaba adentro.

Pero si usted mira la conversación, Dios dice: ¿Por qué te decaíste? ¡Si haces bien Yo te voy a enaltecer!
Es más, estoy mirando que el pecado está a la puerta.
Le está diciendo: ¡Yo sé que quieres matar a tu hermano! ¡Cuidado con eso! ¡La Visión que estás teniendo de mí está equivocada! ¡Tienes una visión equivocada de mi persona y si tienes una visión equivocada de mi persona vas hacer cosas atroces! Y no va haber lugar para volverlas atrás. ¡Estás equivocado de quién Soy Yo! ¡No tienes una visión correcta de quién Soy Yo! Pero si tú haces el bien Yo te voy a enaltecer.

¿Para qué se lo dice? ¡Caín, cambia tu visión! ¡Yo sé que hay una intención que está mala!
Pero dice: el pecado está a la puerta pero tú tienes poder. ¡Y no estamos hablando del Nuevo Pacto!
Se lo está diciendo a un hombre caído en pecado pero que la imagen de Dios está ahí: ¡Tú tienes poder sobre ese asunto, no necesitas obrar como estás pensando que debes obrar!
Había algo que Dios estaba tratando en la vida de Caín y tenía que sacarlo.

Dios hizo esto a través de la vida de Caín, de tal manera que se confrontara que a lo que estaba adentro estaba mal y Caín sacara eso y fuera libre y tan bendito como su hermano.
¡Lo que cambió la clase de bendición que ambos recibían no era Dios, eran ellos! ¡Yo puedo abarcar la plenitud de la cantidad de bendición de acuerdo a lo que está adentro! ¡No es que Dios bendice a uno más que otro, no es así! ¡Porque Dios no hace diferencia de personas! Pero las personas hacen diferencias con Dios.

¡No aquel es un bendecido! No. ¡Si estás en Cristo claro que eres un bendecido!
¡Pero la plenitud de la bendición es una cosa diferente!
¡La capacidad para disfrutar de la plenitud de esa bendición tiene que ver con lo que está adentro!

Por eso Dios, a veces nos deja ver algunas cosas bien feas y no nos gusta eso. ¡Por qué caí en esto! ¡Si yo lo había superado! ¡Es que está ahí adentro todavía! ¡Ese Caín está ahí adentro todavía! Y Dios dice: ¡Sabes que lo vas a ver diez veces a ese feo hasta que decidas quitarlo!  ¡Pero por qué si a esto yo lo había superado! ¡Yo no más me ponía de esa manera! ¡Nunca más actuaba así! ¡AH! ¡Yo nunca más!

Pasaron cinco años, pero en un momento y vuelve. Y Dios dice: ¡Es que todavía necesito que lo veas para que lo saques de ahí y entonces tu bendición sea completa!
Porque es necesarios que ¡Cuides tu Visión!

Veamos algo más:
Algunos ejemplos sin leer la Escritura, en 2 Reyes 7 cuenta a cerca de un hombre que tiene que ver con Eliseo y tiene que ver con el príncipe que está con Eliseo, que viene junto con el Rey y Eliseo profetiza una cosa bien extraña porque estaba Samaria sitiada y dice que las madres se comían a los hijos porque no había alimento y va el rey a la casa del profeta y el profeta le dice:
Mañana a esta hora va haber comida y se va a vender así, claro el príncipe mira y dice esto va a ser imposible; ni que el Señor abra la ventana del cielo esto puede ser lo que tú dices, y el profeta le dice: tú lo verás con tus ojos más no comerás de ellos.
Termina la historia de que hubo un rumor en el campamento enemigo y se fueron todos volando dejando comida y todo y la cuestión que cuando este príncipe fue mandado a abrir las puertas de la ciudad, la gente tenía tanta hambre que le pasó por arriba y ciertamente vio pero no comió.

¿Usted cree que la bendición de comer no era para él? ¡Si que lo era! ¡El problema es que cuando Dios habla, necesito tener la visión correcta!
Porque si Dios habla y yo le digo a Él que lo que Él habla no puede suceder. ¡Estoy perdido! ¡Estoy seguro que le va ir mal! ¡Pero es que soy un hijo de Dios! ¡No importa! ¡Actúa como un hijo de Dios! 
Pero si Dios dice algo y yo lo veo tan imposible que digo esto no puede suceder, evidentemente, no solo no va a suceder, sino que voy a sufrir mucho a causa de no creer lo que de verdad Dios está pidiendo que yo crea.

Quiero mostrar otro ejemplo:
Dos discípulos del Señor, el primero tiene que ver con la actitud de Pedro, entonces ahora que dije lo que dije, va a poder comprender:
¡Porqué pasó lo que pasó con Pedro! Porque dice: ¡Qué mala onda! ¡No estuvo muy “nice”, el Señor con Pedro! ¡AH!

“Entonces Jesús les dijo: Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche;
porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas.
Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea.
Respondiendo Pedro, le dijo: Aunque todos se escandalicen de ti,
yo nunca me escandalizaré. Jesús le dijo: De cierto te digo que esta noche,
antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Pedro le dijo: Aunque me sea
necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo.”

Mateo 26: 31-35

“Pedro estaba sentado fuera en el patio; y se le acercó una criada, diciendo:
Tú también estabas con Jesús el galileo. Mas él negó delante de todos, diciendo:
No sé lo que dices. Saliendo él a la puerta, le vio otra, y dijo a los que estaban allí:
También éste estaba con Jesús el nazareno. Pero él negó otra vez con juramento:
No conozco al hombre. Un poco después, acercándose los que por allí estaban,
dijeron a Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun
tu manera de hablar te descubre. Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar:
No conozco al hombre. Y en seguida cantó el gallo. Entonces Pedro
se acordó de las palabras de Jesús, que le había dicho:
Antes que cante el gallo, me negarás tres veces.
Y saliendo fuera, lloró amargamente.”

Mateo 26: 69-75

¡Por qué le sucedió a Pedro todo lo que le sucedió! ¡Porque siempre será necesario que seamos confrontados con lo que tenemos dentro!

¡Porque nadie cambia de verdad hasta que es confrontado con lo que tiene adentro! ¡Porque todos nosotros nos creemos buenos!
¡Usted se cree mejor que los demás y que lo que los rodean! Creemos que hay algo de bondad que nosotros si tenemos y que al vecino le falta pero a nosotros no. ¡Y Pedro creía lo mismo! ¡No Señor, nosotros no! ¡Yo no voy a hacer esto!

Dios dice: ¡Yo te voy a confrontar con lo que hay adentro, que tú no lo conoces pero Yo sí! ¡Cuando lo confrontes y lo soluciones, nunca más te va a ocurrir!
Y usted dice: ¿Por qué me viene muchas veces? ¿Por qué no lo soluciona? Esa ira vendrá tantas veces hasta que la solucione. ¡Hasta que la solucione! ¡Dios la va a sacar afuera! ¡No le gusta verla! ¡No quiere sopa, serán cinco platos!

O sea, va sacarla afuera hasta que reconozca que es verdad, en primer lugar. ¡Reconozcamos que eso está ahí!
Y en segundo lugar: ¡Lo solucionemos delante del Señor! El pecado de Pedro.
Vamos ahora, a mirar un poquito a Judas, es el traidor y Pedro es el apóstol:
“Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado,
devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes
y a los ancianos, diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente.
Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú!
Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó.
Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron:
No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre.
¡Qué hipócritas son estos! ¡Eso no lo dice, pero!
Y después de consultar, compraron con ellas el campo del alfarero,
para sepultura de los extranjeros. Por lo cual aquel campo se llama hasta
el día de hoy: Campo de sangre. Así se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías,
cuando dijo: Y tomaron las treinta piezas de plata, precio del apreciado,
según precio puesto por los hijos de Israel; y las dieron para el campo del alfarero,
como me ordenó el Señor.”

Mateo 27: 3-10

Le quiero hacer una pregunta: ¿Qué pecado es más grave el de Pedro o el de Judas?
¡Qué buena pregunta le acabo de hacer!
¿Cuál es el pecado más grave el de Pedro o el de Judas?
Los dos son iguales, pero el final de los dos no fue igual. Los dos pecados son iguales, pero algunos dirán pero en el Salmo está profetizado que uno lo entregaría. ¡Sí, está profetizado, pero Dios no es determinista!
Dios no hace nacer a la gente para la condenación, no la hace para eso. ¡Dios siempre le da posibilidad a la gente!

¿Cuál fue la diferencia entre Pedro y Judas? La visión que cada uno de ellos tenía acerca de Jesucristo.
Pedro sabía que hasta había jurado, estamos hablando de jurar no de tonterías, maldijo y juró que no lo conocía, cuando aún la Escritura decía no jurarás.

¿Cuál fue la diferencia? La visión. ¡Él tenía la visión correcta de su Dios! Sabía que si iba a Dios con verdadero arrepentimiento en su corazón, Jesús le recibiría. Pero Judas, nunca pudo hacer eso; ¡Porque nunca solucionó lo que tenía podrido adentro! ¡Desde que caminaba con Jesús ya robaba de la bolsa! ¿Usted cree que Jesús no sabía que le robaba? ¡Claro que lo sabía! ¿Y por qué lo dejaba? ¡Lo dejaba para ver si se enmendaba!
Es decir, en una acción de gracia, para ver cuándo se confronta con eso que tiene adentro que es malo.
Entonces, cuando llegó el momento que esto ocurrió, él no pudo tener la capacidad de decir: ¡Jesús me va a perdonar! ¡Pedro terminó siendo apóstol! ¡Y el otro terminó maldito! ¡Eso es terrible! 

¡Fue por la visión que cada uno tuvo de Dios! ¡Dios no tuvo nada que ver! ¡Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos!
¡Dios no cambió para Pedro y para Judas! ¡Era el mismo Dios!
Si dice que se arrepintió y sintió remordimiento, si pero aunque haya arrepentimiento solo, nadie se salva, porque la Biblia dice: Arrepentíos y creed...
¿Arrepentirte y qué? ¡Dejar de hacer eso! ¡Pero si no vienes a Jesús no te salvas! ¡Judas no solo necesitaba arrepentirse! ¡Necesitaba venir a Jesús! ¡Eso lo hizo Pedro, Judas no lo hizo! ¡Judas no hizo eso! ¡Ni se acordaba que le dijo al tercer día voy a resucitar! ¡Él ya está muerto y ahora yo qué sé!

O sea que: ¡La visión que cada uno tuvo fue la que determinó lo que cada uno de ellos recibiría de Dios!

Ahora vamos a ver que Jesús resucita y vamos a ver algo, de la actitud de la mujer, justamente voy a hablar de la actitud de la mujer; y no lo hice a propósito, no lo preparé para el día de las madres o algo de eso:

Cuando pasó el día de reposo, María Magdalena, María la madre de Jacobo,
y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirle.
Y muy de mañana, el primer día de la semana, vinieron al sepulcro,
ya salido el sol. Pero decían entre sí:


¡Esto me gusta mucho! ¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro? ¡Mire lo que es visión! Las mujeres preparan los ungüentos; y como era costumbre, ellas dicen: ¡Vamos a ungir el cuerpo!
Pero había un problemita grande con el caso de Jesús, porque la tumba la habían cerrado con una roca. Ellas no dijeron la noche anterior: ¡Bueno como está tapada, quedémonos en casa, no preparemos ungüentos, no preparemos nada!
Es decir: ¡Está tapada con la piedra! ¡Otra cosa sería que alguien nos ayude! Pero con los soldados allí, nadie nos va a querer sacar la piedra.
Si uno lo piensa, dice: ¿Para qué esas mujeres están caminando esa mañana? ¡Si los soldados estaban haciendo guardia! Porque decían que se iban a robar el cuerpo; y estaban ahí, nadie los dejaba correr la piedra. ¡Qué tonto para qué prepararon el ungüento! ¡Para qué están a las seis de la mañana caminando hacia el sepulcro!
¿Por qué están haciendo eso? ¡Por la visión! ¡La visión que ellas tenían acerca de Dios!
O sea: ¡Se estaban haciendo la pregunta! ¡Pero estaban caminando! ¡Pero nosotros nos hacemos las preguntas y nos sentamos! ¡No se puede hacer, no se hace! ¡Y no! ¡No va a funcionar y claro porque no! Sí eran reales; pero estaban caminando. ¡Qué locas no!
¡Están preguntándose qué va a pasar con la piedra! ¡Pero tienen todo preparado!

¡Cuando tú caminas, puede ser que estés hablando del problema, de la cosa, pero estás caminando hacia hacer lo que Dios te mostró que hay que hacer, a pesar de la piedra!

Entonces: ¿Qué hace Dios? ¡Lo que dice!

Pero cuando miraron, vieron removida la piedra, que era muy grande.
Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho,
cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron.
Mas él les dijo: No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado;
ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron.
Pero id, decid a sus discípulos, y a Pedro...”


¿Por qué a Pedro? ¿Por qué cree? ¿Porque no es parte de los discípulos? Pero dijo a Pedro: ¡Porque sabía lo que Pedro necesitaba! ¡Sabía que había un corazón arrepentido! ¡Sabía que había alguien que había vuelto su rostro a Él!

“...que él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo.
Y ellas se fueron huyendo del sepulcro, porque les había tomado temblor y espanto;
ni decían nada a nadie, porque tenían miedo.”

Marcos 16: 1-8

Es decir, ¡que su visión correcta hizo que lo imposible fuera posible!
¡Ninguno de los varones caminó primero hacia el sepulcro! Porque todos lo daban por muerto y por muerto. ¡Las únicas que en verdad creyeron fueron las mujeres! ¡He hicieron algo aunque en su mente había dudas, porque no dejan de ser humanos! ¡Estaban haciendo lo que debían hacer! ¡Estaban caminando hacia donde tenían que caminar!

"¡Y esa visión correcta hizo que Dios del cielo obrara! ¡Visiones!
Había también sobre él un título escrito con letras griegas, latinas y hebreas:
ÉSTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS.
Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo:
Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros.
Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios,
estando en la misma condenación?  Nosotros, a la verdad,
justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos;
mas éste ningún mal hizo.  Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.  
Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.”

Lucas 23: 38-43

¡Estos son los dos ladrones crucificados a los costados de Jesucristo! ¡Eran dos malhechores que hacían las fechorías juntos! ¿Quién era más pecador el de la derecha o el de la izquierda? ¡Igual! ¡Y estaban pagando por su pecado!
Es más, uno de ellos dice: ¡Que era justo lo que les estaban haciendo! Así que si ellos decían que era justo. ¡Olvídese de lo que no habían hecho!
Porque él dice: ¡Nosotros estamos justamente! Dijo, o sea que, para que alguien diga que es justo que los estén crucificando no estamos hablando de tonterías.
Sin embargo el otro, dijo: ¿A ver si tú eres o no eres? ¡Sin embargo el que lo reconoció! Que seguramente había estado escuchando sus mensajes porque nadie puede decir acuérdate de mí cuando vengas en tu reino si no estuvo escuchando atentamente lo que Jesucristo enseñaba acerca del reino. ¡Seguro lo escuchó atento! ¡Y que iba a venir y todo!

O sea, sabía todo, Jesús le dice: ... hoy estarás conmigo en el paraíso. ¡El infierno y el cielo están a la distancia de la visión!
¡No importa que seas hijo! ¡No es que soy hijo! ¡Actúa como hijo! ¡Es que tengo el Espíritu Santo! ¡Actúa como espiritual!

Mire la diferencia: ¡Uno termina en el infierno y el otro en el paraíso!
¡Si son las mismas dos personas! ¡Los dos cometieron los mismos pecados! ¡Sí! ¡Sí! ¡Pero uno tuvo la visión!
Y dijo:  ¡Éste es el Santo! ¡Éste es el verdadero!
¡Señor yo sé que lo que cometí! Ahí está demostrándoselo, no importa si le dijo “me arrepentí”, ya se veía que creía, y que estaba arrepentido, porque dijo: ¡Lo que estoy sufriendo es justo!

¡La diferencia fue la visión! ¡Es tan importante la visión que tú tengas de Dios! Que no tienes que sacarla, no tienes que tomarla de ningún modelo equivocado porque puede ser de pastores, de hombres de Dios, de cómo fue tu padre, tu madre, de como te lo enseñaron de pequeño. ¡Cuidado con eso!

Para tomar la verdadera visión de Dios tienes que desalojar la que te enseñaron y tienes que pedirle al Espíritu Santo que te de una verdadera visión de cómo es su persona.
¡De quién es y de cómo es su persona!
Porque sino tienes es visión correcta y concreta, siempre nos vamos a equivocar. Y vamos a decir cosas de Dios, que Dios jamás haría, simplemente porque tengo una visión equivocada del Señor.

Quiero mostrarte algo acerca del profeta Eliseo y su siervo, Giesi y los sirios tenían guerra contra Israel y estaban siempre tramando su cuestión militar y Eliseo que estaba en Samaria, siempre le declaraba al rey todo lo que iban a hacer. Entonces el rey pensó que había alguien que estaba delatándolo. ¿Por qué pensaba esto el rey? Porque simplemente estaba Eliseo quien le declaraba por Espíritu todo lo que el enemigo estaba haciendo. ¡Estaba tan enojado el rey de Siria que vino a buscar al que traía el problema! ¿Y quién era el que le traía el problema? Eliseo, si era el que le declaraba todas las artimañas de guerra de ellos, y entonces el rey dijo así:

“Y él dijo: Id, y mirad dónde está, para que yo envíe a prenderlo. Y le fue dicho:
He aquí que él está en Dotán.  Entonces envió el rey allá gente de a caballo,
y carros, y un gran ejército, los cuales vinieron de noche, y sitiaron la ciudad.
Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios,
y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros.
Entonces su criado le dijo
(éste era Giesi): ¡Ah, señor mío! ¿qué haremos?
El le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros
que los que están con ellos.  Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová,
que abras sus ojos para que vea.
Ahí está: ¡Visión!
Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte
estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo.
Y luego que los sirios descendieron a él, oró Eliseo a Jehová, y dijo:
Te ruego que hieras con ceguera a esta gente. Y los hirió con ceguera,
conforme a la petición de Eliseo.  Después les dijo Eliseo:
No es este el camino, ni es esta la ciudad; seguidme, y yo os guiaré
al hombre que buscáis. Y los guió a Samaria.
Y cuando llegaron a Samaria, dijo Eliseo: Jehová, abre los ojos de éstos,
para que vean. Y Jehová abrió sus ojos, y miraron, y se hallaban en medio
de Samaria.  Cuando el rey de Israel los hubo visto, dijo a Eliseo:
¿Los mataré, padre mío?  El le respondió: No los mates.
¿Matarías tú a los que tomaste cautivos con tu espada y con tu arco?
Pon delante de ellos pan y agua, para que coman y beban, y vuelvan
a sus señores. Entonces se les preparó una gran comida; y cuando habían
comido y bebido, los envió, y ellos se volvieron a su señor.
Y nunca más vinieron bandas armadas de Siria a la tierra de Israel.”

2 Reyes 6: 13-23

Se lo leí porque es demasiado extraordinario lo que está ocurriendo aquí, es decir: Usted encuentra dos hombres y dos visiones completamente diferentes.
Es decir, cuando Giesi mira la situación realmente todo su enfoque es lo que reina. ¿Qué es lo que está ocurriendo? ¿Cuál es la circunstancia que nos está ocurriendo?
¡Lo que reina es lo que determina lo que yo voy a vivir! Y entonces Eliseo le dice: más son los que están con nosotros que los que están con ellos.

Me quiero detener en algo, dice la Escritura y se lo voy a explicar: Si Dios es por nosotros, quién contra nosotros.
¡Cuando Dios está con nosotros, está todo Su Reino! ¡Todos sus ejércitos, todos sus ángeles, cuando Dios está con nosotros.

Dice la Escritura en el libro de Hebreos: ¡Que Dios tiene sus ángeles para ministrarnos! ¡Pero sus ángeles no ministran a una visión equivocada! Si la visión que hubiese prevalecido era la de Giesi. ¡Ningún ángel hubiese aparecido a accionar en ese lugar! ¡Ninguno!¡Ah, soy hijo de Dios los ángeles están a mi favor! ¡Sí! ¡Los ángeles están a mi favor si activo la visión correcta! Pero si mi visión de la circunstancia no es la correcta, no puedo activarlos. Nosotros tomamos las cosas románticamente:“El ángel del Señor acampa en derredor de los que le temen y los defiende”... ¡Sí, pero no!
Porque los que le temen, significa: ¡Gente que camina en el Espíritu! ¡Hijos que le creen a Dios! ¡Gente que vive para alcanzar la visión de Dios!
¡Esos son los que le temen! ¡A esos, acampa alrededor y los defiende!

Pero ahora se va a dar cuenta, les voy a hacer una pregunta a las madres: ¿Mamá, dígame si, sí o si no? Con sus hijos, lo que usted teme que le ocurra. ¿No le ocurre? ¡El problema es usted! ¡Es que se enferma mucho! ¡Usted tiene un problema! ¡Sus padres son el problema! No es la enfermedad del hijo.
Sí, nosotros somos la puerta de entrada de las cosas. ¡Lo que yo no temo, no entra!
Y si se me enferman cinco veces en el año y siempre actúo naturalmente, Dios no tiene porque obrar a mi favor.
¿Pero cómo? Pero oré. ¡Si religiosamente!  Pero no actuaste. ¡Volviste a la farmacia! Pero Dios: ¡Pero Dios no va actuar! ¡No lo va hacer! ¿Por qué? Porque no estás como las mujeres, que vieron la piedra e igual caminaron con el ungüento. No.
¡Estás desesperada! No estás como esa mujer sunamita, cuando ve que su hijo muere y le muere en sus brazos, ni siquiera a su marido le muestra el dolor. ¡Ni a su marido se lo muestra!

¡Esa mujer tenía una visión! Es decir: Todo su ser había sido cambiado. Y la visión de ella era tan impresionante que ella sabía que iba en busca de la solución. Por eso, para qué llorar! ¡Paz! ¡Paz! A todo el mundo le decía ¡Paz!
¿Cómo Paz? ¡Si tu hijo está muerto en la cama! ¡Cómo que Paz! Yo sé dónde está la solución, yo voy a buscar la solución.
¡La visión de ella determinó la resurrección de su hijo!
Si ella hubiese llorado como loca. ¡Se hubiese resentido contra todo lo profético! ¡Nunca más recibiría a un siervo de Dios! ¡Porque yo le dije que no me hiciera burla! ¡Porque ahora fue peor! ¡Era mejor ser estéril que ahora tener un hijo y que muere! Se hubiese resentido por una visión equivocada e iba a culpar a Dios y diría: ¡Dios tuvo la culpa! ¡Dios no tuvo ninguna culpa! ¡Dios está esperando que simplemente cambiemos nuestra visión de las cosas!

Le voy a decir algo demoledor: En realidad, para un hijo de Dios que camina en el Espíritu: ¡Es imposible ser derrotado!
Vuelvo a repetir eso y ahora me va a entender: ¡Para un hijo de Dios que camina en el Espíritu, es imposible ser derrotado!
Porque si usted camina en el Espíritu y yo camino en el Espíritu y vivo por el Espíritu y en el Espíritu. ¡El que está viviendo en mí y operando en mí es: Cristo! Si yo fuere derrotado, Cristo estaría derrotado. ¡Y Cristo jamás puede ser derrotado!

Por esa razón, ahora va a entender lo que dijo Pablo: En todas estas cosas, ahora va a entender, entienda la frase: Somos más que vencedores. No hay idea de derrota, leímos en Pedro: si hacen estas cosas no caerán jamás.
¿Cómo que jamás? ¡Soy un hombre, una mujer de carne y hueso en alguna oportunidad caigo!
Pero la visión apostólica: ¡No es gente que en alguna oportunidad cae! ¡Qué tremendo! 

¡Necesitamos cambiar la visión! ¡Es gente que camina como más que vencedora y es gente que no cae jamás!

Por eso, si usted camina en el Espíritu y la circunstancia que está viviendo y aún se está quejando; usted la está viviendo, pero la está viviendo en el Espíritu, no importa lo que tarde, usted va a ver la vindicación de Dios y usted va a ver que no fue derrotado. Porque hay momentos en que ciertas cosas que ocurren pareciera que fuimos derrotados, a los ojos del mundo, pero cuando pasa el tiempo se demuestra que hemos tenido la completa victoria.
¿Por qué? Porque el que camina en el Espíritu: ¡Jamás puede ser derrotado!

Así que, yo quiero dejarle con esto: ¡Mi visión y tu visión, determina todo, todo!
Y a veces es más fácil actuar naturalmente que espiritualmente, siempre es más fácil, actuar espiritualmente requiere de una actitud, metal, espiritual y del alma, que a veces va contra todo lo que siento y es difícil ir contra lo que siento y pararme en lo que él dice. Pero creo que esta palabra que Dios está trayendo, lo hace porque sin duda alguno está como tambaleando en la visión que tienen a cerca de Dios y a veces estamos orando cosas y reclamándole cosas a Dios, que Dios dice:

¡Yo quiero que tengas la visión correcta y que tu visión determine lo que va a ocurrir de ahora en adelante! Porque muchas cosas que hoy no hemos podido lograr, no lo hemos podido por nuestra visión, pero creo que hoy el Espíritu Santo necesita revelarnos esa sola frase:

Para el que cree todo (no dice que algunas cosas). Por eso le dice algo a Moisés que no podía creer: Le dice Dios a Moisés: yo te he puesto por dios sobre faraón.
Y en nuestra Biblia está en minúscula la palabra Dios, pero en el original está en mayúscula. Usted cree que le entraba eso a Moisés en la cabeza.

Moisés dijo: ¡Quiere decir que lo yo le diga a faraón le va a suceder! ¡Sí, así le va a suceder! Porque yo te he puesto por dios para faraón.
¡Hermano! ¡Dios nos está viendo en un nivel que nuestra mente no nos permite vernos en el nivel que Dios nos ve! Por eso, quiero orar para que haga explosión en todos nosotros:
Al que cree... al que cree todas las cosas le son posibles. Y que si en alguna área estás teniendo la visión equivocada, sea un cambio rotundo de la visión que estás teniendo sobre una situación. No un cambio, no de una visión positiva, no. ¡No! No se trata de lo positivo de Dios o lo negativo. ¡No! Hablo de la Visión de Dios en tú corazón. Y de qué visión tienes de cómo Dios es y de cómo Dios va a actuar en tú situación. ¡Aleluya!


Padre, te damos gracias. Reconocemos tu Palabra, no sólo como la verdad, Señor, sino como aquello que crea lo que no existe.
¡Tu Palabra tiene el poder de crear lo que no existe y de dar a luz lo que nunca engendró!¡Ésa es tú Palabra!
Pero ahora Señor, por eso mismo nosotros queremos que tu Espíritu Santo ajuste nuestra visión.

Señor, hay muchas cosas en la vida natural que necesitan ser ajustadas a tu visión, no queremos ser tan naturales queremos ser espirituales para actuar como debemos en el momento que debemos. Que nos abras los ojos como se los abriste a Giesi, Señor, para mostrar que no solo tú, sino todo tu ejército angelical lo podemos activar si tenemos de ti la visión correcta.

Por eso traes este año esta palabra: ¡Porque éste es el año de recuperar lo perdido y de resucitar lo que estaba muerto!
Yo quiero orar por lo que me dice tu Espíritu: Hay algunos que necesitan recuperar la relación contigo. Algunos van y vienen, hay jovencitos que vienen van y otra gente que viene van, pero no hay relación contigo. ¡Es necesario recuperar esto perdido!
Y oro para que tu Espíritu Santo traiga convicción, porque yo sé que después de esta declaración seremos probados por esta palabra y como lo sé, queremos que todos disfruten de ser más que vencedores.
No hemos nacido para ser derrotados, porque tú nos habitas y el Cristo que nos habita jamás ha sido ni será derrotado.
Por eso Señor, año de resucitar lo que está muerto y recuperar lo perdido, pero para ello necesitamos volver a la visión correcta acerca de tu persona.

Hoy Señor, abre nuestros ojos para ver lo que tú tienes para nosotros, para que lo comprendamos en lo personal, en lo matrimonial, en lo familiar, en los proyectos de vida que tenemos, en los negocios, en el ministerio. Que en todas las áreas Señor ahora nos abramos y digamos: ¡Señor dame tu visión, ¿cómo me estás viendo aquí, cómo me estás viendo allí, Señor, que yo debiera estar exactamente haciendo en este momento según tú visión no la mía, según tú visión de tal manera que caminemos según lo que tú ya has preparado para nosotros?

Oh, sé bendito Señor por siempre, gracias. Te doy gracias por tu Espíritu Santo. Porque sé Señor que nuestra visión en ti, determina el destino y el propósito que podemos alcanzar y la grandeza de gloria que podemos alcanzar en ti.
Oh Padre, gracias, Señor gracias... En el Nombre de Jesús. Tienes que recuperar tu relación conmigo, dice el Señor.
Estás vagando y dando vueltas y tú sabes, un poco probando de acá otro poco probando de allá, pero necesitas recuperar; y tú sabes de qué hablo, porque alguna vez, dice el Señor, tú conociste mí intimidad pero la perdiste, pasaron muchas cosas y golpeado por aquí y golpeado por allá dijiste: Sólo voy a cumplir un acto religioso y a dejar mi conciencia un poco tranquila, pero el Señor te dice: ¡No hijo, no! ¡Yo te amo, yo te amo! Yo quiero que recuperes eso, quiero que juntos una vez más lo hagamos y que el Espíritu Santo produzca tal enamoramiento de la persona de Jesucristo que te transformes en ese instrumento de guerra que Dios tiene pensado contigo.
En el poderoso nombre de Jesús. Lo declaro sobre tu vida varón, oh, lo declaro sobre tu vida. Amén y Amén.

Porque hasta ahora les dice el Señor: Mucho de lo que hacen es producto de sus padres, y no de sus convicciones, y no de sus convicciones... Pasa esto y en la semana si te he visto no me acuerdo, pero Dios quiere hacer algo especial en ustedes, si le dejan. ¡Es que viví tanto fracaso! ¡Es que vi como fracasó! ¡Aquel y vi como esto y como aquello! ¡Y como en mi casa no se vive así y esto y aquello!
Pero la relación de ustedes hijas es con Cristo y alguna de ustedes está pensando: ¡Voy a probar un poco el mundo a ver si me viene bien! No lo hagas porque siempre nos va mal, nunca nos va bien, nunca tienen nada para ofrecernos, sino más bien que nos dañan.
¡Así que es tiempo de recuperar! ¡Padre te pido que abras sus ojos! ¡Ábreles a ellas sus ojos, Señor! Porque la corriente que viene arrastra con fuerza pero tú Espíritu levanta bandera sobre ellas. En el Nombre de Jesús. ¡Tu Espíritu levanta bandera!
Yo declaro Señor que te les revelas. ¡Tú te revelas a ellas!
En el Nombre de Jesús.

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Palabras...

Alabanzas...
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Señor, gracias por tu Espíritu Santo. Gracias porque Tú eres el hacedor de todas las cosas y reconozco que tu Palabra es la absoluta verdad.
¡Todo lo que está en ella, es sí y amén para aquellos que vivimos firmes en ella sin movernos de lo que Tú has prometido en esperanza contra esperanza.
¡Bendito sea tu Nombre Jesús! Por siempre, Amén.
Amén Jesús. 




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